Takumi está sentado delante del ordenador, pasando unas imágenes de su móvil al ordenador, son imágenes recientes de su mamá Atsuko. Ha sacado las instantáneas mientras estaban comiendo, Takumi ha dejado caer el tenedor al suelo, y ha aprovechado ese instante, para hacerle fotos a su madre Atsuko, ella estaba con los muslos algo separados, y Takumi ha tenido suerte en su pervertido intento.
Atsuko lleva puestas unas bragas de encaje blancas, algo estrechas que dejan escapar por los lados de la goma, oscuros pelos de su poblado coño, Takumi no se creé la suerte que ha tenido. Mientras pasa las fotografías no puede evitar acariciar su gruesa verga por encima de la tela del jean, que tiene forma de tienda de campaña, debido a la dura y dolorosa erección, que le provoca verle las bragas y los pelos del coño a su madre.
Una vez ha guardado las imágenes, escucha unas voces que parecen venir desde el dormitorio de sus padres, los oye discutir acaloradamente cómo pocas veces los ha oído, la curiosidad le puede y andando de puntillas, se acerca sigiloso, hasta estar a menos de un metro de la puerta, que permanece entornada.
_. Solo piensas en el trabajo para que queremos tanto dinero, si me dejas siempre abandonada con Takumi, cumplió 18 años esta semana pasada y no te has acordado si quiera...¿qué crees va a pensar de ti? Él no necesita tu dinero, necesita a su padre. Y a mí me tienes abandonada, soy una mujer joven y con deseos de tener sexo con mi marido...que no está nunca, me tengo que masturbar todas las noches por tu falta de atención...ya estoy harta de pajearme..._.
_. no hables así, está en su cuarto y puede oírte, yo me debo a mí trabajo, no puedo decirle que no a mí jefe, eres egoísta y pareces una puta, queriendo tener sexo todos los días, necesitas un psicólogo...el sexo no es importante y..._.
_. para mí sí es importante el sexo, es una parte importante de mi vida, y forma parte de mí personalidad. Sí no cambias voy a utilizar el dinero que ganas en alquilar un chulo, o mejor: Voy a buscar un Amo perverso que me haga sentir su puta y su sumisa, y me trate cómo a su perra, eso es lo que necesito y tú no quieres verlo, prefieres ignorarme, no sabes lo que tienes en casa, me das pena Sota.
Vas a perdernos a mí y a nuestro hijo...hablo muy en serio. Ahora te vas durante dos semanas, si sales esta tarde de vieja, no sé si estaremos esperándote, tú verás_.
_. Eres egoísta y solo piensas en tu necesidad de sexo, si me voy de viaje, y espero sepas lo que haces, adiós Atsuko.
≈≈≈≈≈≈≈≈≈
Takumi tiene las hormonas a mil por hora, esta con la respiración agitada y casi no le entra aire en los pulmones. Ha tenido que salir corriendo para que su padre no le pillara escuchándolos, y sobre todo por las palabras de su mamá, que han quedado grabadas a fuego en su perversa mente:
Voy a buscar un Amo perverso que me haga sentir su puta y su sumisa, y me trate cómo a su perra.
Después de pasar toda la noche con pesadillas y un sueño movido, Takumi le dice a su mamá que ha quedado con unos amigos y que no vendrá a comer.
_.mamá voy a ir a la ciudad con los amigos de siempre, no me esperes a comer
_.Eh...Taku aun no son las 10, y estás prisas ¿qué tendrás en la mente cariño? Takumi observa a su madre recién levantada, y no puede evitar ruborizarse al observarla con lujuria mal disimulada. Lleva un picardías de color negro de gasa tan fina, que parece no llevar nada encima de la piel.
El largo del picardías apenas cubre las rotundas y níveas nalgas, los ojos de Takumi se salen de las orbitas al descubrir que su madre no lleva bragas, dejando entrever su abultado y poblado coño a través de la gasa.
Atsuko «caza» la mirada de su pervertido hijo, produciéndole un halago descubrir que Takumi es ya todo un hombre y él si la observa, cómo le gustaría verse mirada por su marido.
_. ni se te ocurra irte sin darme un beso...no hagas cómo tu padre
_. Ok mamá me distraje...reconoce Takumi ruborizándose al saberse «pillado in fraganti», besa a su madre rozándole la comisura de los labios, presionando con el dorso de la mano, el pecho menudo e inhiesto de Atsuko, que tiene los pezones casi negros y gruesos, desafiantes clavándose en la gasa...
Atsuko siente un escalofrío por el roce accidental de la mano y ese beso atrevido, que le recorre toda la espalda hasta llegar a su hambriento sexo. El rubor aparece en sus mejillas, se gira rápidamente para evitar que Takumi lo perciba, aunque no lo consigue y gira la cabeza hacia atrás, quizá por ese instinto de las madres, constatando que su hijo la sigue embelesado...
Takumi hace que se sienta orgullosa del cuerpo que tiene, regalándole a su hijo un balanceo obsceno de sus firmes glúteos, sintiendo Atsuko la mirada clavada de su pequeño pervertido, que la hace huir hacia la bañera redonda, donde piensa pasar una buena parte de este extraño Sábado, que parece va a disfrutar en soledad, cómo hace ya tiempo viene siendo su aburrida rutina domestica.
≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈
En la ciudad Takumi está conversando con el dependiente de un sex-shop, que a simple vista parece más un café cómo los que conocemos en Europa.
El dependiente saca una máscara que parece ser de látex, guantes, un flogger, cinta de precinto negra, y varios ovillos de cáñamo, además de otros utensilios cómo unas pinzas pequeñas de metal, un magic wand, una mordaza de bola, un pañuelo negro, y varias prendas negras.
Una vez pagado todo, le pide al dependiente que se lo guarde, y se dirige a recorrer la ciudad y comprarse varias cosas que tiene pensado desde hace tiempo. Su padre sintiéndose culpable de tenerlo abandonado, le ha comprado una tarjeta de crédito, llena de yens, para «recompensarle» la falta de cariño y comprar su complicidad, cosa que no ha conseguido.
En la periferia de la ciudad, Atsuko está disfrutando de un baño caliente de espuma con sales, incienso y música de fondo, está tumbada en su gran bañera redonda con jacuzzi, con los ojos cerrados, sintiendo cómo los chorros de aire acarician caprichosamente su sexo, jugando con su negra pelambrera despeinándola morbosamente, presionando los chorros de agua, su vulva abierta y húmeda.
Sin percibirse apenas de ello, totalmente relajada
y casi ausente por completo, uno de sus dedos cómo si se tratara de un apéndice autómata o del tentáculo de un extraterrestre, penetra su vulva de forma caprichosa y perversa, cómo sin querer penetrarla, haciéndola sufrir con su atrevida caricia.
El dedo cómo si estuviera dentro de la mente de Atsuko, presiona el clítoris hasta hacerlo aparecer fuera de su capucha, estirándolo y retorciéndolo, con la ayuda de otro pervertido compinche. Atsuko tensa su espalda y empuja su coño, para facilitar que los dos intrusos le atenacen su hinchado clítoris, mientras no deja de sollozar y chillar cómo si la estuvieran matando de placer—aaah, aaah, aaah, ay, ay, ay, sí, sí, sí,aja, aja, aj, ayyy, ayyy, ayyy— con la otra mano Atsuko estira y retuerce sus pezones de forma alternada, sintiéndolos vibrar y ponerse más duros, hasta sentir un dolor que la hace tener un orgasmo, cómo pocas veces ha tenido.
En ese instante los dos invasores sueltan a su presa, que no puede estar más hinchado, y penetran el coño de su dueña hasta su totalidad, de forma intensa, produciendo un sonoro y perverso chapoteo junto con los sollozos de Atsuko, que cada vez se penetra con más lujuria y morbo, mientras siente cómo se corre, dejando escapar una gran cantidad de flujo, que la hace gimotear de forma pervertida—Aaay, aaay, aja,aja,aja,aaay...aaay. sí, así más...ayyy, ayyy, me corrooo...ayyy mí coñooo, ayyy, ayyy...que ricooo sííí...ayyy, ayyy...—más fuerte Takumi estíralos asííí—...ayyy ayyy...mis pezones...aja, aja, aja...me corro otra vez...aaay, aaay... mí coñooo...aja, aja, aja, másss...
El vientre de Atsuko no deja de moverse frenéticamente, mientras mantiene los muslos totalmente separados y su coño totalmente expuesto fuera del agua, izado en el aire sacudiéndolo espasmódicamente, mientras se folla con los dedos totalmente clavados y los últimos latigazos del intenso orgasmo, la hacen sollozar con añoranza y lujuria el placer experimentado hace pocos segundos.
Sin abrir los ojos escucha el murmullo del agua, cómo una cascada en un paraje en las montañas del Himalaya, la espuma cruje encima de su nívea piel y de repente abre los ojos, recordando su último orgasmo sintiendo a la vez cómo su cutis le quema de vergüenza de descubrirse tan pervertida...—¡¡¡TA-KU-MI!!! ...n...no, ¡¡¡no!!!
Sus labios dejan escapar cada sílaba cómo si las pronunciara por primera vez, dejando escapar las palabras con una cadencia más lenta que la utilizada por un perezoso...La mente la traiciona nuevamente haciéndola recordar, la mirada de Takumi clavada en su culo, que ella ha balanceado obscenamente para excitar y provocar a su hijo...—¡¡PERRA INCESTUOSA!!— cómo he podido se dice Atsuko.
≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈
Después de comer Atsuko decide echarse un rato en el sofá, disfrutando de las vistas que desde allí se divisan. Viven en un barrio residencial, en una casa con un jardín de más de mil metros cuadrados, con el vecino más próximo a más de 100 m.
La casa está anclada en una meseta, acabando la calle en la entrada de la casa, por lo que la paz y tranquilidad son absolutas.
Hace un calor agradable al estar próximo Junio, el cielo está limpio sin una nube en km. a la vista. Atsuko lleva un picardías de gasa roja muy liviana, que deja a la vista parcialmente su poblado y alborotado coño de pelos negros.
Así se queda medio traspuesta hasta que nota algo que se interpone entre el sol y su nívea piel, pero no se molesta en abrir los ojos. Sigue relajada hasta que nota cómo alguien la coge de su larga melena negra, antes de que pueda chillar una mano enguantada le tapa la boca con fuerza, una voz poco amistosa le susurra al oído—si chillas te mato, ¿entendido perra?
A pesar de tener los ojos abiertos Atsuko no ve a nadie, quien sea está detrás del sofá sujetándola con firmeza por su espesa mata de pelo. La voz cómo si le leyera la mente la previene—voy a quitarte la mano de la boca, si chillas lo vas a lamentar, ¿entendido guarra? Atsuko asiente con la cabeza—respóndeme perra o te ha comido la lengua el gato—s...sí l...lo he entendido—.
El extraño rodea el sofá sin soltarle el pelo, Atsuko lo mira aterrada con sus negros ojos, pero con una curiosidad y excitación morbosas. Es un hombre alto de metro ochenta al menos, fuerte, lleva una máscara negra y roja de látex, guantes, botas altas de cuero y un pantalón del mismo material.
Atsuko siente que su coño se humedece cómo nunca lo ha estado antes, notando a la vez su boca seca, ella lo achaca al miedo únicamente pero...es pura excitación animal, de verse así ante un extraño, vestido cómo un Amo sadomasoquista.
—eres una perra viciosa, por eso vas vestida así...con el chocho al aire, y con ese picardías que no te tapa nada, puta caliente, cuándo te pregunte algo quiero que me respondas «sí amo» ¿entendido perra?—s...sí— aun no ha acabado de responder que siente cómo su cara le arde, al recibir un bofetón— ¿qué has dicho perra?—.
La voz suena autoritaria y Atsuko se da cuenta que el bofetón no le ha hecho daño, la ha humillado. Antes de qué pueda reaccionar recibe otro bofetón en la otra mejilla, con más intensidad, sin poder contenerse Atsuko se revela insultándolo, sin pensar en las consecuencias que eso puede tener para ella—¡¡CABRÓN!! — el extraño lejos de reaccionar de forma impulsiva, la coge del pelo firmemente y le susurra al oído con voz fría y autoritaria — ¿qué me has llamado puta sumisa?—
Atsuko la oír cómo le habla el extraño, siente que el miedo si recorre ahora su piel, sintiendo a la vez que su coño se humedece de excitación por verse así sometida—perdón mí amo—esta vez el bofetón es más enérgico que los anteriores, haciéndole girar la cara, la voz vuelve a decirle—no soy tu amo perra, y que no vuelva a tener que repetírtelo, me has oído—.
Esta vez Atsuko responde bajando la vista y con un sumiso —sí Amo— que destila respeto, miedo y más cosas, que parece satisfacer al intruso.
El extraño la hace colocarse de cara a la pared, con las manos detrás de la nuca, teniéndola así la hace separar los muslos, haciendo que abra las piernas en un ángulo amplio. La postura hace que el picardías se levante, dejando por completo el sexo a la vista, aparece todo húmedo con la abundante pelambrera húmeda por el flujo, con mechones de vello pegados, dejando ver los abultados y oscuros labios entre abiertos de excitación, cómo si respirase por la vulva.
El extraño se desprende del guante y manosea el coño, cómo si Atsuko fuera de su propiedad, lo que la hace sentirse más excitada, aunque eso la haga reconocerse más viciosa de lo que ella misma sabía.
Los dedos separan los labios mayores del coño, estirándolos obscenamente hasta observar los labios menores que están hinchados y rojos de excitación, contrastando con el oscuro color de los labios mayores, esto parece complacer al extraño—perra tienes el chocho todo húmedo y abierto de deseo, so guarra, mira cómo lo tienes de abierto, eres una perra caliente—
Apenas pronunciado la última silaba azota el coño con la palma de la mano, sin soltar los labios mayores, para azotar el coño todo abierto. Atsuko al verse tratada así dobla la cintura a cada palmada, gimoteando y sollozando de una forma obscena y morbosa, cómo provocando al extraño a que no deje de azotarla el coño, manteniendo los muslos bien separados para facilitar el castigo —AYYY, AYYY, AJA, AJA,AYYY...MMM, AJA, AJA, MMM MÍ COÑO...AYYY MMM...OOOH, OOOH, AYYY—PUTONA MIRA CÓMO SE TE MOJA EL CHOCHO GUARRA, CUÁNDO MÁS TE AZOTO ESTÁS MÁS EXCITADA PERRA, PONTE DE RODILLAS AHORA MISMO, SUMISA—sí Amo—
El extraño la coge firmemente del pelo, llevando los labios de Atsuko hasta las botas—Lamelas hasta que brillen, ¿entendido perra?—sí Amo— A los pocos segundos las tiras de piel de un flogger, chocan contra las nalgas produciéndole unas livianas marcas, arrancando un gemido más de sorpresa que de dolor—sigue lamiendo hacia arriba sin detenerte, perra viciosa—si Amo—.
La lengua de Atsuko está cerca de la cremallera, que esconde un gran bulto—lame el bulto de la polla putona—.
La lengua recorre varias veces el bulto de la polla hasta que recibe la orden de descender, mientras el flogger azota una y otra vez las nalgas que empiezan a tener un color rosado intenso. La voz vuelve a ordenarla —¡¡saca la polla de la cremallera perra!!— sí Amo— Atsuko abre la cremallera hábilmente metiendo la mano dentro del pantalón, agarrando con deseo contenido la dura verga.
Una vez la ha sacado se mantiene de rodillas con la mirada hacia el piso, hasta oír la voz que la hace temblar de deseo y miedo—ponte de pie sumisa y date la vuelta— el extraño la examina cómo si estuviera tasando una obra de arte, observando las marcas que le ha producido con el flogger.
Sin darle tiempo a reaccionar le ordena —pon las manos a la espalda, vamos—, en pocos segundos Atsuko se ve atada de manos, con los muslos separados y la cabeza apoyada en el asiento del sofá. El extraño se coloca detrás de ella y le acaricia todo el coño, comprobando lo húmeda y excitada que esta —PUTA, tienes el coño empapado, so zorra— dicho esto el extraño le azota el clítoris con la palma de la mano, sin dejar de hablarla muy sucio y obsceno, diciéndole lo perra y viciosa que es.
—toma unos buenos azotes en toda la pipa, así que se te ponga más hinchada, perra caliente mira cómo lo tienes de hinchado «VICIOSA» —Ayyy, Ayyy, Oooh, Oooh, Aja, Aja, Amo Oooh mí coñooo Ayyy, Ayyy, Oooh, Oooh...—PUTA te voy a follar cómo a mí perra viciosa ,mira cómo te entran los dedos cochina, tienes el coño chorreando—
El extraño penetra el coño de la sumisa Atsuko, con dos dedos de forma enérgica y rápida, produciendo un chapoteo lascivo y morboso por la cantidad de flujo, excitando a ambos, haciendo que el extraño azote las nalgas de Atsuko de forma enérgica hasta ponerlas bien marcadas, sin dejar de follarla con los dedos y hablándola muy sucio.
—Tienes el chocho muy húmedo y caliente so guarra, mira cómo te meto los dedos perra— ayyy, ayyy, ayyy, oooh, oooh, ayyy mí chocho— ay tu chocho perra....toma así bien dentro, toma azotes bien fuertes por perra viciosa— ayyy, ayyy, Amo...sí, ayyy mí culo me quema....ayyy cómo noto tus dedos en mí chocho...aja, aja, ayyy, ayyy, ayyy,— necesitas que te dé más duro so perra caliente, ahora veras tú ¡¡¡PUTONA!!!
El amo se pone de rodillas detrás de Atsuko, y empieza a lamer el coño bebiendo el flujo y azotando con la lengua el excitado clítoris, hasta atraparlo entre los labios y morderlo sin dejar de flagelarlo con la lengua.
Al mismo tiempo las manos del perverso hombre, amasan las tetas de negros pezones cómo si de tesoros se trataran, aprendiéndose la forma de los dos pechos, estirando los gruesos pezones sádicamente, haciendo que Atsuko gima de puro placer, por como la está tratando este extraño, sin respeto ninguno.
Atsuko solloza y gime quejándose de la «tortura» empujando su coño contra la lengua del extraño, para que la tortura no cese— ayyy, ayyy, ayyy, aja, aja, aja, mmm, oooh, sssí, sssí, aja, aja, me muerdes la pipa....sssí, sssí, aja, aja, ayyy, ayyy, perversooo, sssí, sssí , aja, aja, mis tetas....ayyy, ayyy, cómo me retuerces los pezón...es ayyy, ayyy, sssí, sssí, me muerdes la pipa....ayyy, ayyy, sssí...me corrooo aja, aja, aja, ayyy, ayyy, me matas aja, aja, aja, oooh mis pezones...cómo los estiras....me corroooo, ayyy, ayyy, tu lengua me mataaa...Amo.
El extraño en ese instante cesa de morderle el clítoris y estirarle los pezones, mordiéndole los labios y transmitiéndole el sabor de su coño. Vuelve a colocar a Atsuko en la misma posición, haciendo antes que se ponga de rodillas y cogiéndola de la mata del pelo, le introduce toda la polla hasta la garganta, penetrándola hasta hacerla tener arcadas por no poder respirar, repitiéndolo varias veces, hasta que hace que Atsuko le muerda la verga obscenamente, consiguiendo que su dureza aumente de manera visible.
En ese momento coloca a la sumisa con la cabeza apoyada en el sofá toda ofrecida cómo hacia unos instantes, azota repetidamente con la cabeza de la verga el clítoris, arrancándole unos sollozos lascivos a Atsuko —AYYY, AYYY, MMM...OOOH, OOOH, AYYY...SSSÍ, AYYY...SSSÍ MÍ CHOCHOOO...SSSÍ—PUTA TOMA POLLA...—y la penetra de una embestida cogiéndola por la larga melena, tironeándola cómo si de una yegua se tratara, sin dejar de azotarla en ambas nalgas, mientras le clava la verga con fuerza, sacando la polla casi en su totalidad, para volver a penetrarla hasta el fondo del abierto coño.
Atsuko al verse follada de esa manera, solloza y gime cómo nunca lo ha hecho, cómo si el extraño la estuviera matando, empujando y moviendo lascivamente las caderas, buscando que el extraño le clave más la polla, a la vez que atenaza entre sus labios la gruesa y dura polla, que está segura es el doble de grande que la de su trabajador marido —AYYY, AYYY, AYYY, SSSÍ, SSSÍ, OOOH, OOOH...QUE POLLA, AYYY, AYYY, AJA, AJA, MÍ CHOCHO...AYYY CÓMO ME LO FO...LLAS...AYYY, AYYY,— PERRA TOMA TODA LA POLLA ASÍ HASTA EL FONDO SO GUARRA...TOMA AZOTES PERRA SUMISA...CÓMO ME APRIETAS LA POLLA PERRA VICIOSA...ASÍ TOMA EL CIPOTE HASTA EL FONDO , TE VOY A LLENAR DE LECHE...QUE BUENA ESTÁS , PERRA VICIOSA...— SSSÍ...SSSÍ, AYYY, AYYY, CÓMO ME LA CLAVAS DE FUERTE AMO, AYYY, AYYY, MÍ CHOCHOOO, SSSÍ, MÁTAME AMO, LLENAME DE TU LECHE ,AYYY, AYYY, se te está poniendo más gorda amo...AYYY, SSSÍ, SSSÍ, FOLLA A ESTA PERRA, AJA, AJA, AYYY QUE POLLAAA...ME CORROOO AMO....LLENAMEEE, AY, AY, AY, AY, AYYY, ME CORRO YAAA, QUE POLLAAA. AYYY MÍ CHOCHO ME QUEMASSS ¡¡CABRÓN!!— TOMA LA LECHE PERRA VICIOSA...AAAH, CÓMO ME LA APRIETAS SI, ME CORRO EN TU CALIENTE COÑOOO SO GUARRA, TOMA MÍ LECHE AAAG, QUE BUENO SUMISA...SÍ TOMA TODA LA LECHE...YAAA, ME CORROOO, OOOH SSSÍ.
A los pocos minutos de haber sido follada de esa manera Atsuko cayó en un sueño pesado, quizá debido al lucho tiempo que no había tenido una relación con su marido.
Cuando despertó escuchó el móvil y reconoció la melodía de Takumi, tardó unos segundos en reaccionar y levantarse a cogerlo —mamá ¿qué haces que no lo cogías?— estaba dormida y tú dónde estás, ¿tardaras en llegar? —estoy en la estación en cinco minutos estoy ahí, ¿estás bien seguro? te noto «rara»— estoy bi...en— hasta ese momento Atsuko no fue consciente que estaba totalmente desnuda y su hijo a punto de entrar por la puerta —ok mamá si tú lo dices, ya llego—.
Al colgar el móvil Atsuko tuvo un ataque de pánico, al girar en redondo sobre sus talones buscando un vestigio de lo que allí había pasado, se quedo con la boca abierta observando con detalle y «no viendo» nada...rápidamente subió a su alcoba y mientras se ponía uno de sus trapos que no tapaban nada, se miro al espectacular espejo de la cabecera y una sonrisa estúpida se le apareció en la cara mientras se decía «perra viciosa»
Al llegar al salón vio que Takumi había conectado la consola, al intentar darle un beso alguien mató a su hijo, éste la aparto con el brazo pretextando ante tanto abrazo y cariño por parte de ella —mamá...ufff— soso eres Takumi no seas cómo tu padre, el día de mañana buscaras una mujer cómo yo que te quiera dar un beso...so bobo.
Esto lo dijo en tono desenfadado, pero su hijo ya estaba con una nueva vida, buscando una nueva víctima que asesinar.
≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈
Hace exactamente ocho días que Atsuko fue asaltada en su casa, y desde entonces todas las noches ha soñado y pensado si fue verdad o solo un deseo oscuro y perverso.
Cada vez que recuerda cómo «el extraño» la folló, haciéndole lamer sus botas, atándole las manos, azotándola, penetrándola sin miramiento ninguno y hablándole cómo a una puta, debe ir al lavabo a masturbarse, haciéndola sentirse mal con ella misma, por desear que algo tan perverso se pudiese volver a repetir.
Cómo un ritual perverso Atsuko ha repetido casi milimétricamente lo mismo que hizo el Sábado pasado, pero hoy el día está más templado que la semana pasada, aunque el picardías que lleva puesto, sea el mismo...
Después de comer se ha echado a descansar un poco, pero lo ha hecho en su dormitorio quedándose medio traspuesta mientras jugaba con los largos vellos de su chocho.
Las pruebas de que no fue un sueño, las ha observado cada día al ducharse y ver los trazos del flogger en sus duras nalgas, al mirarlas Atsuko no podía evitar pensar, que pensaría su hijo Takumi si se enterase o si quiera llegará sospechar que clase de madre tiene.
Takumi la desea de una forma obscena y lujuriosa, teniendo esta idea en la mente Atsuko se queda traspuesta del todo. Pasados uno minutos sin que pueda decir cuántos, algo la despierta y su primera intención es seguir durmiendo pero...tiene la sensación que no puede darse la vuelta.
Al abrir los ojos lo ve allí enfrente de ella, pero esta vez vestido distinto. No lleva el pantalón de cuero ni los guantes, ni las botas...lleva un bóxer que más parece un body de látex muy ajustado, marcándosele un bulto enorme por la verga bajo la elástica tela.
Al mirar a los lados ve sus manos atadas a las columnas de madera de nogal, que hay a cada lado. Su sexo la traiciona haciéndola sentir muy guarra y perra, pues descubre cómo está empezando a humedecerse de verse así atada «a merced del extraño» —desátame ahor...— antes de acabar la frase Atsuko siente cómo le arde la mejilla izquierda, y percibe que a diferencia de la semana pasada, este bofetón se lo ha dado «con intensidad» sin tonterías ningunas y con unas maneras muy firmes.
Después de pensar en todo esto, escucha de nuevo la voz que parece leerle la mente —hoy vas a sentir lo que siente una sumisa que es una perra viciosa cómo tú, y que está deseando ser tratada y usada cómo una guarra, y que un amo la folla cómo a su puta sumisa ¡¡¡SO PERRA!!!
Las palabras “del extraño” hacen que los sentidos de Atsuko vayan por libre, obedeciendo a los deseos más depravados de su dueña, que siente cómo su chocho chorrea de puro deseo por volver a sentir, lo que ya había sentido hacía una semana atrás.
En pocos minutos Atsuko se ve con los muslos abiertos y alzados en el aire, atada por los tobillos a una barra que le mantiene los muslos separados. La barra es atada encima del espejo de la cabecera, haciendo que Atsuko se vea con las nalgas y su coño ofrecidos totalmente de forma impúdica, a merced del extraño, muy a su pesar la excitación que siente Atsuko en estos momentos, ha sobrepasado en mucho a la que sintió la semana pasada.
Una vez así atada el extraño le quita el picardías, y acercándose a la cabecera le ordena —comete toda la polla anda perra, que lo has estado deseando toda la semana so viciosa—. Atsuko nada más tener el cipote cerca de sus labios, lo lame con autentica hambre atrapándolo entre la lengua y el paladar, degustándolo con vicio, consiguiendo que el extraño le diga— perra que bien me comes la polla aaah, eso es puta—.
El extraño manosea los pechos estirando los pezones, haciendo que ganen en grosor, azotando con la otra mano las nalgas y el ofrecido coño, que no puede estar más lubricado. Las nalgadas aumentan de intensidad haciendo que el culo de Atsuko gane un intenso color rosado, sin dejar de azotarle el clítoris, que la hace sollozar de vicio, sin dejar de lamer la polla del extraño —ayyy, ayyy, oooh, ayyy, sssí, ayyy.
El extraño perverso saca unas pinzas de madera, que coloca rápidamente en los gruesos pezones de Atsuko con una habilidad increíble. Después hace los mismo con los labios mayores del chocho, pinzándolos con media docena de pinzas, manteniéndolos abiertos totalmente.
Así, el extraño empieza a estirar las pinzas de los pezones mientras azota el clítoris con la palma de la mano sin dejar de hablarle sucio —perra tienes el chocho chorreando viciosa, seguro tu marido no te trata así verdad guarra, no sabe lo putona que eres—ayyy, ayyy, ayyy, mis pezones oooh, oooh, ayyy me has abierto el chocho del todo ayyy, cómo me azotas la pipa...ayyy amo, sí soy una putona...ayyy, aja, aja, ayyy Nooo amo...ayyy...así me matasss perversooo, sssí, sssí...
El extraño se coloca entre los muslos de Atsuko lamiéndole el ofrecido chocho, cómo si lo pintara con la lengua sin prisa ninguna, metiendo dos dedos hasta el fondo, atrapando el clítoris entre los dientes y su perversa lengua, sin dejar de estirar los pinzados pezones.
Atsuko no para de empujar el coño contra la boca del perverso extraño, obteniendo un orgasmo detrás de otro —ayyy, ayyy, ayyy, sssí, sssí, sssí, aja, aja, ayyy, comete mí chocho asssí amo...ayyy, ajá, aja, me corrooo...ayyy, ayyy, que bien me comes el chocho...ayyy perverso amo....ayyy, ayyy, sí toma el chocho de tu perraaa...ayyy, sssí, sssi—
La lengua del perverso esta lamiendo su oscuro ano que aparece más ofrecido cada vez, hasta que cede a la presión y así Atsuko siente esa lengua cómo le lame el interior del ano, mientras dos dedos la follan el coño friccionándole los labios cómo nunca antes lo ha sentido.
El extraño, cambia la lengua del ojete por un dedo primero y luego por otro, hasta que el hambriento ano de Atsuko muerde los dos dedos del extraño tragándolos por completo —perra mira cómo te follo el culo viciosa, que culo tienes tan rico, te estoy metiendo dos dedos enteros putona...así hasta dentro —ahora voy a quitarte las pinzas, no te muevas viciosa, te dolerá un poco— en el momento de quitarle las pinzas Atsuko bramo de dolor durante unos segundos —AAAH mis pezones OOOH AMO —ahora disfrutaras más perra viciosa, te voy a follar cómo se folla a una perra sumisa—.
Después de quitarle todas las pinzas, el extraño hace que Atsuko le coma la verga totalmente de arriba abajo, cogiéndola de su negra melena la obliga a tragarse toda la polla no dejando que Atsuko pueda respirar, así repetidas veces, hasta que hace que lama las peludas bolas, sin mostrar ella la más mínima muestra de asco.
El extraño se coloca entre los muslos de Atsuko, apuntando el grueso cipote hacia el dilatado ano, que a los pocos segundos cede, arrancándole unos sollozos muy morbosos a Atsuko por verse usada así —AYYY AYYY QUE POLLA TAN GORDA OOOH, AYYY, SSSÍ, SSSÍ FOLLA MÍ CULO ASÍ AMO...AYYY QUE POLLA SSSÍ DÁMELA...FOLLATE MÍ CULO...OOOH —el extraño excitado por las palabras de Atsuko le clava toda la polla en el culo de dos embestidas, después de echarse una buena cantidad de aceite a todo lo largo de la polla, hablándola muy sucio para excitarla más cosa que consigue.
—¿esto es lo que quieres perra?, que te clave toda la polla en el culo tan estrecho y rico que tienes putona, tomala toda viciosa, así toda dentrooo aaah —AYYY, AYYY, AYYY, AJA, AJA, SSSÍ, SSSÍ, METE...LA, AYYY QUE POLLA ME CLAVAS...PERVERSO...OOOH FOLLA A TU PERRA ASÍ...AJA, AJA, OOOH... CÓMO ME LA CLAVAS FOLLA MÍ CULO ¡¡CABRÓN CÓMO ME FOLLAS!!—.
El extraño decide desatar a Atsuko, y echándose los dos en la cama la hace sentarse encima de sus muslos, mirando los dos al espejo.
Atsuko solo de verse así, ya siente que su coño le chorrea los muslos, y no puede excitarse qué pensaría Takumi si la viera así , sometida a los deseos de un extraño, que la trata cómo a su verdadera perra sumisa.
Al pensar en su hijo, su excitación sube unos grados y más al notar el cipote en la entrada de su estrecho culo, que presiona el ano hasta que este cede. Los ojos de Atsuko ven en el espejo cómo la polla se le va clavando hasta que con una embestida el perverso extraño se la clava toda, haciéndola sollozar y gemir de placer cómo si la estuviera matando, sintiendo cómo las manos de su extraño perverso le amasa las tetas, estirándole sus gruesos pezones, hasta hacerla temblar de dolor y placer —AYYY, AYYY, AYYY, ASÍ ME LA CLAVASSS MÁSSS, AJA, AJA, OOOH CÓMO ME FOLLAS EL CULO...AYYY QUE POLLAAA, AYYY, MMM, AYYY, SSSÍ ,SSSÍ, MIS PEZONESSS, AYYY CABRÓN CÓMO ME USAS, AYYY, CÓMO SIENTO TU POLLA EN MU CULO...LLENAME DE LECHE CABRÓN, MATAMEEE CON ESA POLLA, AYYY, AYYY, ME MATASSS — el extraño quiere hacer que Atsuko se sienta una verdadera perra, y la hace poner a cuatro patas, de forma que los dos se puedan ver en el espejo.
Teniéndola así la azota con el flogger por las nalgas y espalda, dejándole las nalgas bien marcadas, haciéndola que le coma la polla mientras la azota, Atsuko jamás pensó un día sentirse cómo se siente ahora, toda una perra viciosa por disfrutar de ser sometida, cómo ese extraño que tan bien parece conocerla, la está sometiendo.
El extraño después de hacer que la propia Atsuko le lubrique la polla, lubrica el ano introduciendo un dedo hasta el fondo.
Puesto detrás de ella la hace agacharse y en esa postura cómo una perra de verdad, el extraño la penetra de un solo golpe, haciéndola sentir cómo los huevos chocan contra su poblado coño.
Atsuko excitada al sentirse así tomada, habla muy sucio al extraño, incitándolo a que la folle cómo a una perra.
Para sorpresa de Atsuko el perverso se monta encima de su espalda, cómo un autentico perro —te voy a follar el culo cómo a mí perra sumisa, so putona, tomala toda viciosa— AAAH, AAAH. AAAH, SSSÍ, SSSÍ CLAVAMELA TODA ASSSÍ, AYYY, AYYY, NO PARES DE FOLLAR MÍ CULO, SO PERVERSOOO, AYYY CÓMO LA NOTOOO, ME LA CLAVAS TODA ¡¡CABRÓN!! AYYY...SSSÍ ME FOLLAS CÓMO A TU PUTAAA...AYYY —eso quieres que te folle cómo a mí perra viciosa, te voy a follar cómo
un perro rabioso, puta sumisa viciosa, seguro nunca te han follado por tres sitios a la vez perra —.
El extraño sin dejar de follarla, se estira encima de la espalda de Atsuko, culeándola cómo un perro de verdad clavándosela así más fuerte y más profundo, mientras le coge las tetas con una mano y el chocho con la otra —OOOH QUE BIEN TE FOLLO ASÍ EL CULO AHORA PUTONA...OOOH QUE CULO TAN RICO Y TAN ESTRECHO, TOMA TODA LA POLLA ASÍÍÍ... OH EL CHOCHO CÓMO TE CHORREA SO GUARRA, TE VOY A FOLLARA ASÍ DE DURO PERRA CALIENTE POR TRES SITIOS, QUE BIEN TE COJO ASÍ EL COÑO Y LAS TETAS, TOMA POLLAAA....OH QUE CULO TAN ESTRECHO TIENES VICIOSA...MMM AAAH —
Atsuko al verse follada así de perversamente, siente cómo su chocho le chorrea jugos cómo nunca, chillando y sollozando cómo si la matar de placer, invitándolo a que no pare de hacerlo —AAAH, AAAH, AAAH, CÓMO ME FOLLAS ASÍÍÍ, OOOH SSSÍ, SSSÍ CLAVAME ASÍ TODA LA POLLA..., FÓLLAME CÓMO A TU PERRA SUMISA ¡¡CABRÓN!! AYYY, SÍ LLENAME EL CULO DE POLLA...ME MATAS DE PLACER...FOLLA MIS TETAS Y MÍ CHOCHO...OOOH NO PARES DE FOLLARME, LLENAME DE LECHE EL CULO, ME CORRO CABRÓN...AAAH AAAH, ME CORRO YAAA—.
Me vas a sacar toda la leche oooh perra que bien follas, tomala todaaa me corrooo yaaa, si así toda en tu culo perra sumisa —ayyy, ayyy, ayyy, sssí rómpeme el culo oooh, llename de leche...oooh que polla me clavas ayyy, aja, aja, aja, sssí, sssi, todaaa. me quemas con tu leche oooh, oooh perverso, me has hecho tu putaaa...yaaa...yaaa...ayyy, ayyy.
Después de haber tenido varios orgasmos encadenados al ser usada así por el extraño y perverso dominante Atsuko queda rendida en su alcoba, hasta que la voz de su hijo Takumi la vuelve a despertar.
Mamá ¿estás bien?
Continuara...