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La Leona Domada, echa sumisa. Capitulo II.

en Amor filial

                                                                       La Leona Domada, hecha sumisa

                                                                          Cap. II Ordeñando a mí hijo.

            

En la primera parte acabé con las bragas húmedas, al notar cómo mí hijo me estaba frotando el paquete mientras me manoseaba el culo, el descarado.

Antonio me había metido las manos debajo de la falda, el atrevido. Conseguí me soltara y le dije— Lávate las manos y a comer Antonio—. Mientras le decía esto, lo miré por encima del hombro, viendo el enorme bulto que tenía bajo el pantalón.

Bajó a comer vestido únicamente con un bóxer y una camiseta que apenas le cubría el bóxer, al verlo apreté los muslos, me noté nerviosa de verlo así, mí coño se humedeció rápido.

Antonio se me acercó mientras me lavaba las manos en la pila, con la comida ya puesta en la mesa. Me pegó todo el paquete en el culo, a la vez que me abrazó fuerte pasándome los brazos por el pecho.

Teniéndome así frotó el paquete contra mí culo, mientras me lamia el cuello y la oreja, mordisqueándome, poniéndome excitada.  Su polla la noté dura cómo una piedra y gruesa, cómo nunca había notado nada igual.

Cada vez me la frotaba más fuerte, sin poder resistirlo llevé mí mano detrás, palpándole el paquete, cerrando mis dedos alrededor sin poder abarcar aquella cosa tan gruesa.

 Después de acariciarla varias veces, metí la mano en el bóxer, para cogerla sin ninguna barrera, nada más agarrarla mí coño se mojó más, mientras mí hijo me cogió las tetas amasándolas, cómo si me las quisiera quitar—Antonio...ah ¿Cómo estás cariño? si debe dolerte hijo, no es bueno estés así—mientras le decía esto, le acaricie toda la polla de arriba abajo, notando como latía en mis dedos, y lo dura que estaba.

Antonio metió las manos dentro del sujetador, cogiéndome las tetas sin nada que le molestara.  Mientras me cogía las tetas y acariciaba los pezones, no paró de envestirme frotando la polla contra mí mano.

Cuándo ya no pudo más, metió la polla entre mis muslos, frotándola contra mí coño, que chorreaba cómo un grifo, empapando las bragas.  Al sentir como me la frotaba entre los muslos, cogí la polla frotándomela contra las bragas, para que sintiera mejor como tenía el coño de húmedo.

Al notar mí hijo cómo le frotaba el coño contra su polla, me apartó el muy atrevido las bragas, frotándome la polla por mis hinchados y abiertos labios, haciendo que le mojara la polla con mis jugos, mientras me embestía más fuerte, quejándose por el placer que le daba—mamá...Oh, cómo me pones, oh tu coño está muy húmedo, toma mí polla así, frótamela más oh...que guarra eres, me voy a correr en tu coño peludo...oh qué coño tan caliente, tienes los labios muy abiertos, que bien te froto la polla, mamá—.

Al oírlo me puse loca, apretándome con la palma de la mano la polla contra mí coño frotándomela más fuerte, notando como me abría los labios en cada embestida, haciendo me corriese y le chorreara la polla.

Antonio se corrió en mí coño, llenándome toda la pelambrera, los labios y mí culo.  Nunca me había corrido así con nadie, mientras nos corríamos Antonio me besó en la boca, poniéndome excitada lo bien que me comió la boca.  Nada más comernos la pasta, que se enfrío, me fui a echar la siesta, quedando dormida a los pocos minutos.

Desperté después de una hora más o menos, con el cuarto en penumbra.  Parecía había dormido muchas horas, me sentía realmente bien.  Me extrañó no hubiese llegado de viaje Pedro, pues debía llegar esa claridad del pasillo, cerrándose rápidamente mientras noté cómo se echaban a mí lado.

Al momento sentí cómo me separaban los muslos, y los besaban cerca de las bragas, lamiéndome como si saboreara la piel, con lametones lentos e intensos.

Sin detenerse lamió las bragas repetidas veces, notando como me olía el coño.  Apartando las bragas, me lamió toda la pelambrera, chupando mis abultados labios que se abrieron rápido por como la lengua los acariciaba—¿Pedro eres tú?—sin responderme dejó de lamerme y me quitó las bragas.

Me abrió los muslos del todo, pasándome las manos por debajo del culo abriéndome todo el coño con los pulgares.  Teniéndome así con todo el coño abierto y soltando jugos,  me comió todo el coño, hurgándome con la lengua hasta meterla toda, bebiéndose mis jugos.

Me corrí sin parar de gemir y sollozar, mientras yo movía el coño arriba y abajo, al sentir esa boca encajada en mi coño, que me mataba de placer.  Al notar cómo me corría, me levantó las caderas en alto, para comerse mejor todo mí coño, atrapándome el clítoris, que nunca lo había tenido así de hinchado.

Al verme comida así, cogiéndole la cabeza, froté mí coño contra aquella boca, que se bebía mis jugos volviéndome loca.

Cuando acabé de correrme me besó compartiendo mis jugos, gustándome el sabor de mí coño.  Estiré mí mano hasta cogerle la polla, no era la de Pedro mí marido, era la de mí hijo, parecía más gruesa que hacia un rato antes.

Teniéndolo pegado a mí espalda le acaricie toda la polla, comprobando lo gruesa que era, cerrando mis dedos morbosamente alrededor, mientras no dejaba de acariciarla.  Antonio me cogió las tetas, haciendo que los pezones se pusieran tiesos.

Me besó dándome la lengua fuera de la boca, al sentir cómo me besaba así de atrevido, mí mano le apretó más la polla.  Cuándo más cachonda me tenía, me quitó la polla de la mano, y me levantó con una facilidad asombrosa, sentándome en su cara.

Teniéndome así, se lió a comerme el coño dándome lametazos en mis labios y el clítoris, sobre todo, además se atrevió a sujetarme las manos a la espalda con una mano, mientras con la otra me magreaba las tetas o me daba alguna nalgada, cosa que me puso muy cachonda.

Notando como me comía, le frote mí coño contra su boca sin parar, corriéndome no sé cuantas veces.  El verme así, con mí hijo comiéndome el coño, indefensa y dándome alguna nalgada, me excitó como nunca lo había estado.  Me atreví a hablarle sucio por cómo me estaba comiendo, y teniéndome así de cachonda—AAAHHH...AAAHHH...Antonio...OOOHHH, no pares de comerte así mí coño, AAAHHH...sí, comete el chocho de tu madre así, me tienes sujeta ladrón AAAHHH...sí comete todo mí coño así cariño, me matas, toma mis jugos hijo, méteme toda la lengua en el coño...OOOHHH me corro Antonio...—.

Me puso el culo de un rosa intenso, mientras no paré frotarle el coño en su boca, loca de gusto de correrme sin parar.  Cuándo se echó a mí lado, sonó el teléfono de la habitación—María debo salir de viaje sin pasar por casa lo si...—CLICK—María...?, María...? tu, tu, tu, tu, tu, tu,—colgué el teléfono y me subí encima de mí hijo toda estirada, frotándole mí coño que chorreaba jugos, contra su verga que estaba cómo un palo.

Antonio me cogió del culo con las dos manos, manoseándomelo con un descaro que me puso más cachonda, mientras yo le frotaba el coño. Loca de excitación le metí las tetas en la boca—muérdelas Antonio, son todas tuyas hijo...Aaahhh...sí así...—Oh mamá tu coño está muy caliente, no paras de chorrearme la polla Ooohhh...qué coño tienes tan rico—Aaahhh...sí hijo toma mí coño...—diciéndole esto le froté el coño a todo lo largo de la polla, notando como se me clavaba entre los abiertos labios, haciendo gemir de gusto a mí hijo—Ooohhh mamá...SÍ no pares—¿Confías en mamá Antonio?—su respuesta fue inmediata—...SÍ— le fui frotando mí poblado coño por toda la polla, ascendiendo hacia su cara, pasándoselo por toda la piel, poniéndolo loco de excitación.

Le agarré los dos brazos inmovilizándolo, mientras le froté mí húmedo coño por su boca, con una pasada rápida sin dejar que lo rozara apenas con su viciosa lengua.  Se lo volví acercar dejando su lengua me lamiera un poco los labios, para que saboreara mis jugos un poco, Antonio no paraba de mover sus caderas arriba y abajo, loco de excitación.

Le agarré las dos muñecas con una mano, mientras le cogí la polla con la otra, la tenía cómo una barra de hierro, hinchada y morada al máximo, por como lo estaba excitando—¿Te quieres comer el chocho de mamá cariño?—Ooohhh...sí te lo quiero comer todo, dámelo mamá, oh como me acaricias la polla...mmm—le acerqué el coño, haciendo que sacara su lengua cómo una serpiente.

El vicioso me la pasó por el clítoris haciéndome sollozar de gusto, y que le frotara todo el coño por la boca, loca de excitación y morbo—Ooohhh...Ooohhh...sí cariño que lengua tienes, comete así mí coño...OOOHHH tómalo OOOHHH...me corro en tu boca, tómalo todo me matas hijo...Ooohhh...que bien me comes el chocho...me corrooo...—.  Nada más beberse mis jugos, lo volví a sujetar por los brazos, mientras le frote el coño por el pecho y los muslos, hasta volver a frotarlo contra su polla, que me quemó el coño al contacto de cómo estaba de caliente.

Le solté los brazos, cogiéndome él del culo, empujándome la polla, levantándome de la cama de la fuerza que tenía.  Sin poder resistir más la excitación le cogí la polla llevándomela al coño, enfilando la gruesa cabeza entre los labios, que la mordieron tragándosela toda, mientras locos de excitación, nuestras lenguas fuera de las bocas intercambiaban saliva que parecía lava al rojo vivo—FÓLLAME CARIÑO...AH, FOLLA A MAMÁ...MI VIDA, CLÁVAMELA TODA—OH MAMÁ...OH TIENES EL COÑO MUY CALIENTE Y ESTRECHO...SÍ TOMA TODA LA POLLA...¿ASÍ LA QUIERES...OH, OH, ASÍ?—.

Antonio me la clavó hasta que sus huevos chocaron con mí coño, iniciando un mete saca perverso, que me puso excitada como no pensé sentirme jamás, notando su polla en el fondo de mí coño en cada embestida—AAAHHH...AY, AY, AY...SÍ AY...NADIE ME HA FOLLADO ASÍ, SÍ...AY...ASÍ LA QUIERO, OH...¡¡QUE FOLLADA!!  FOLLATE A MAMÁ ASÍ...ME CORRO YA...NENE...MÁS NO PARES...AY MÍ COÑO...FOLLAMELO ASÍ...—.

Mí hijo al notar que había conseguido metérmela toda, me dio un mete saca que me puso muy caliente, notando cómo sus huevos chocaban en mí coño más rápido cada vez—Antonio ¡¡HIJO!! me la estás clavando toda...Ooohhh...me follas cómo a tu puta...OH...SÍ...así toda hijo folla a mamá así ¡¡CABRÓN!! que bien me follas, me corrooo Antonio, dale la lecha a mamá cariño—Ooohhh mamá no paras de sacarme la leche ¡¡PUTONA!! me corro en tu coño...Ooohhh—Sí llénamelo así Antonio...OH tu leche cómo me quemas...ASÍ TODA HIJO...me corro contigo.

Después de varios días así, fuimos a la torre que tenemos en el campo, aprovechando que mí marido estaba en casa. 

Pedro cuándo esta allí se transforma en una marmota, durmiendo siestas de varias horas.  Mientras comíamos le comenté a mí marido, que la psicóloga me había comentado que nada pasaba por que el nene hiciera la siesta con su madre.

Yo le dije a Pedro que quería consultarlo con él antes, pues veía un poco grande a Antonio para hacer la siesta conmigo—Mujer si ella cree que nada le va a pasar déjalo ¿qué mal te va hacer el crio? con tal de que no me despertéis me da igual—.  Mí marido hace la siesta en su tumbona, debajo de la ventana donde está la habitación.

Después de comer subí a la habitación, y me asomé viendo a Pedro debajo de la ventana a no más de 4 ó 5 metros de altura, estaba medio adormilado, yo llevaba un bikini pequeño nada más—Pedro no te quemes al sol ¿no quieres hacer la siesta aquí en el cuarto conmigo?—no, deja al crio ahí contigo, no te preocupes, yo en nada estoy dormido—.

Mientras, Antonio entró en la habitación, pegándose a mí culo, con un bulto de escándalo, que me encajó entre las nalgas, notando cómo latía la polla, haciendo se me humedeciera el coño, le susurré a mí hijo intentando que mí marido no me oyera—Antonio...tu...padre...está...ahí...abajo...por Dios...—María no me despiertes aunque sea tarde—pero como no voy a despertarte, vas a coger frío ahí...OH...—¿qué te pasa?—na...nada...un moscardón traicionero—ten cuidado que esos pican bien dentro—sí Pedro, pero bien dentro ya lo creo—.

Mientras, Antonio me había separado la tela del bikini, metiendo la polla entre la tela y mí coño, frotándomela así el atrevido por todo el coño que estaba más húmedo de jugos a cada momento—Pedro ¿estás ya dormido? no tardaras mucho...OH...OH...COÑO...—el moscardón ese no te deja eh—NO...OH...es un descarado sí...OH...NO...—cierra la ventana y se ira mujer, yo voy a dormirme ya—mientras hablaba con mí marido, Antonio me había frotado el cipote contra mis labios, clavándome la cabeza de la polla delante de su padre.

Nada más cerrar la ventana, Antonio no me dio tiempo de nada.  Me echó en la cama con él, y apartando el bikini me la clavó toda el descarado, con su padre allí mismo—Antonio...no por favor...está tu padre aquí...AH...AH...golfo para...AH...Antonio...—.

Mí hijo me hizo caso y me la sacó sin soltarme las tetas, yo agarré la polla y me la froté por todo el coño empapándola de jugos, y metiéndomela otra vez mientras le decía a mí hijo—eres un descarado que te aprovechas de tu madre, no puedo contigo...—.

Antonio se echo encima mio, sabiendo el muy golfo como me ponía de cachonda esa postura, me hizo que lo atenazara con mis muslos bien fuerte por las caderas—Cógeme así mamá bien fuerte...oh como me tienes cogido...PUTONA—mientras él me cogía del culo bien fuerte, para clavarme así toda la polla hasta el fondo de mí coño.

El muy descarado se atrevió a susurrarme al oído—te voy a clavar toda la polla hasta el fondo, cómo no lo he hecho nunca...así...así...así...—Oh Antonio que descarado y atrevido eres hijo...follame así—.

Me la clavó con más deseo y ganas que nunca, más hondo, sabiendo que su padre estaba allí mismo.

Yo le hable más cachonda y caliente que nunca, corriéndome sin parar por el morbo y lo bien que Antonio me follaba—AH...hijo, me la estás clavando más...AH sí follate mí coño así mí vida, que polla me das hijo, no pares de follarme mí vida, folla el coño de mamá así hijo de puta ¡¡FÓLLAME!! ¡¡FOLLA!! ¡¡FOLLA!! ¡¡FÓLLAME HIJO!!—.

Mí hijo excitado por como le hablaba pidiéndole que no dejara de follarme, se puso mis tobillos en los hombros, forzándome así a que levantara mí culo en el aire, clavándome la polla más profundo con todo mí coño expuesto en esta postura tan lasciva.

En cada embestida notaba sus huevos llenos de leche, frotarse en mí coño, que al chorrear jugos, hacia con los huevos un chapoteo, que nos puso locos de excitación—AH...AH...AH...así me la clavas más adentro...OH cariño, tu cipote...que dentro me lo clavas...AH...que follada me estás pegando, so descarado, AY...AY...NO ME LA CLAVES ASÍ DE FUERTE...AY QUE POLLA TIENES...no pares de follarme mí vida, llena mí coño de leche cariño, dale a mamá toda la leche hijo de puta, ¡¡FÓLLAME!!—OH mamá...sí así te la clavo más...AH como me muerdes la polla con el coño, tómala toda ¡¡’PUTONA!! me vas a sacar toda la leche, me corro ya en tu chocho...me corrooo—AY...AY...sí así tu leche me quema OH... me corro contigo nene OH...cuanta leche tienes ladrón, dásela toda a mamá OH...me corrooo...—.

Esa noche cuándo mí marido quedó bien dormido, después de una siesta de más de hora y media, sí, era una marmota como comenté más arriba, como decía, abandoné mí habitación y fui a una pequeña caseta que Antonio tenía al lado de la piscina.

Era de no más de 16 ó 20 metros cuadrados, pero ahí él tenía su intimidad, cuándo no quería dormir en la casa con nosotros.  Nada más verme entrar se levantó de la cama, viéndole el enorme bulto que escondía el bóxer.  Me cogió cómo si fuera una pluma, besándome cómo nadie me había besado nunca, noté excitada como mí cuerpo reaccionaba,  humedeciendo mí coño.

Le bajé el bóxer agarrándole la polla que se cimbreaba empinada, mirando al techo.

Mi hijo me puso de rodillas a cuatro patas encima de la cama,  mientras el permanecía de pie. Me cogió de mi melena, pasándome toda la polla por los labios, haciendo se la lamiera toda, sin prisa ninguna, dándole lengüetazos por todo el tronco y los huevos.

Al sentir cómo se los lamia, me los frotó contra mi boca, gimiendo de gusto—OH mamá...sí lame los huevos así...OH...que se llenen de leche, que boca tienes, lame toda la polla—.

Me metió toda la polla en la boca, notando cómo a cada momento me la fue metiendo más, yo la notaba en la garganta, mi hijo me enseñó como debía hacerlo —eso es mamá así toda hasta el fondo, pero despacio sin prisa, respira por la nariz tranquila, que te la vas a comer toda... AH...PUTONA que bien te la comes así ¡¡TODA!!

El perverso de él, me la metió hasta los huevos, cogiéndome del pelo con fuerza, sin dejar que dejará de comérsela durante bastantes segundos, hasta que tuve alguna arcada, entonces la sacó dejándome respirar, yo le di un manotazo de protesta en su vientre.

Él me besó con ternura en los labios, después yo misma me la tragué toda, hasta que le saqué toda la leche que guardaba en sus huevos, lamiéndole toda la polla y mordiéndole el tronco, haciendo no pudiera soportar como se la comía—OH...mamá me vas a sacar la leche si sigues así...OH...SÍ... lame mi cipote así...OH PUTONA, cómo te la comes... me corro ya...OH MAMÁ toma toda la leche —MMMPPP...sí cariño dame tu leche so vicioso... MMMPPP...que polla tienes tan sabrosa nene... MMMPPP... cómo se te pone de gorda, sí dale a mamá toda la leche... OH...OH...así toda... MMMPPP... cuanta leche tenias so golfo...MMMPPP que rica está hijo.

Sin dejar que bajara de la cama, me puso con mi culo en alto todo ofrecido, y la cara pegada en la cama. En esta postura tan impúdica me dio una nalgada que no esperaba, reaccioné como una perra gimiendo de gusto, sorprendida gratamente, moviendo mi culo, para que viera que quería más de aquello.

Antonio pareció leerme la mente, azotándome ambas nalgas, con una habilidad que no esperaba —¡¡PERRA!! ¿Así que te gusta te azote tu nene? ya veo pedazo guarra—. Después de 30 ó 40 nalgadas me ardía el culo, que adquirio un tono sonrojado intenso.

Mi coño nunca había estado así de excitado, parecía increíble como descubría mi sexualidad gracias a mi hijo.  Viendo cómo estaba de mojada me sujetó las manos a la espalda, metiéndome toda la lengua en el coño, lamiendo cada pliegue de mi vulva, sacándome los jugos a lametones, mientras yo no dejaba de empujar el coño contra su boca, para que no dejara de comérselo—Oh...Oh...Ooohhh...tu lengua...Oh...sí métemela toda así... me corro sin parar, ¡¡perverso!! oh...toma mis jugos...Ooohhh no pares cariño... ¡¡me matas!! ¡¡OH!! ¡¡OH!! ¡¡OH!! , no aguanto ¡¡FOLLAME!!

Mientras se bebía mis jugos, me azotó poniéndome salida, pidiéndole me follará. Antonio me ató las manos a la espalda con una de las cuerdas que utilizaba para hacer GYM.

Teniéndome así, me cogió del pelo y me hizo lamerle toda la polla y los huevos, mientras no paró de darme azotes en ambas nalgas,

 el olor de mi coño lo inundaba todo, estaba disfrutando de mi sexualidad como no hubiese pensado lo haría nunca. Quitándome la polla de los labios, me besó dándome la lengua, a la vez que me daba un azote intenso de verdad, haciéndome chillar —¡¡AAAUUU!!—¡¡BUENA PERRA!!—.

Poniéndose detrás mio, me clavo toda la polla, con una fuerza y un mete saca, que me hizo correrme a los pocos minutos.  Suerte que estábamos en la caseta de la piscina, que está separada bastantes metros de la casa, de lo contrario Pedro me habría oído como gritaba cómo una guarra, mientras el perverso de Antonio me metía toda la polla con fuerza, sacándola y metiéndola del todo, en cada embestida —OOOHHH...OOOHHH...OOOHHH...SÍ...  OOOHHH...OOOHHH...¡¡CABRÓN!!...SÍ...  CLÁVAMELA ASÍ OOOHHH...OOOHHH... ME CORRO YA...OOOHHH... HIJO DE PUTA... ME FOLLAS CÓMO A TU PERRA...SÍ... MÉTEMELA ASÍ...MÁS...CABRÓN... ¡¡FOLLAME!! ME CORRO HIJO...FOLLAME CÓMO A TU PUTA...OOOHHH —. Con un aguante increíble para su edad, no se corrió, me la sacó, y lubricó dos de sus dedos en mi coño.

Sin avisarme se lío a lamerme el culo, llenándolo de saliva. Me pareció algo demasiado guarro y sucio, diciéndole que parara —no, eso no hijo, para, saca tu lengua de mi culo... Oh...no sigas...Oh...¡¡Antonio!!  Lejos de escucharme, metió los dos dedos en mi coño, poniéndome caliente rápidamente.  Su lengua me lamia el ano, penetrándolo y lamiendo mi culo por dentro.

No sé qué me sucedió, pero al sentir la lengua dentro de mi culo, lamiéndolo con aquel vicio increíble, hizo que mi coño se mojará cómo una fuente, mientras empujé mi culo contra esa lengua que me tenia rendida—Oh...Oh...Sí...Oh...¿qué me haces Antonio?...Oh...Sí, tu lengua me pone loca...Oh...perverso... Oh...comete así mi culo...me corro otra vez...OH cariño...lámelo más...me corro...nene...yaaa...—.

Mi culo lo movía arriba y abajo, empujándolo contra su lengua, Antonio sacó los dedos de mi coño, sujetándome bien por las nalgas, para no perder contacto con mi ano—Oh...Oh...mamá que culo tan rico tienes ¡¡GUARRA!! dámelo así todo...mmm...Oh... que rico te lo como—. Antonio lubricó mi ano con mis jugos y añadió un gel que tenía a mano en la mesita, al lado de la cama.

Con mi ano lubricado de gel, me metió un dedo haciéndolo rotar, metiéndolo poco a poco cada vez más profundo, hasta que lo metió todo, sin dejar de meterme la lengua dentro del coño, cuando quería, dándome fuertes nalgadas y palmadas en el coño, el muy atrevido, yo me sentía cada vez más guarra y perra, sintiendo que solo quería satisfacer a mi hijo cómo él quisiera, notándome feliz y excitada hasta límites que no creí fuera posible.

Antonio metió otro dedo en mí ano, notando cómo los frotaba rotándolos, ¡¡ abriéndome el culo cada vez más !!, poniéndome muy cachonda, el ano mordía los dedos de forma morbosa, notando así como me penetraba más a cada instante, notándome  muy salida y cómo mí culo se movía solo, buscando que los dedos lo penetraran más—OH...mamá ¡¡cómo me aprietas los dedos!! ¡¡PUTONA!! te los estoy metiendo hasta el fondo, so cachonda...sí...así...—OH...OH...MMM Antonio me los estás metiendo hasta el fondo...OH...qué me haces por Dios...AH...AH...perverso, ¡¡ cómo los siento...AH que gusto me das así...AH, no pares cariño...—. Sin sacarme los dedos de mí ano, se puso delante mio, haciendo le comiera toda la polla y los huevos, acelerando el mete saca de los dedos en mí culo, penetrándome cada vez más.

Cuándo ya no resistió más como le comía la polla me la quitó de la boca para disgusto mio—AH...AH...mamá que bien me comes la polla, AH...no voy aguantar, sí, así, lame los huevos así AH...que boca tienes.

Después de comprobar que las cuerdas no apretaban demasiado mis muñecas se puso detrás mio, enfilando su grueso cipote en mí ano que tras una breve y continuada presión cedió, tragándose la amoratada cabeza del invasor.

Al sentir como mí hijo me clavó el cipote en el culo, gemí de pura lujuria y morbo como una guarra, gimiendo de placer—AAAGGG...MMM...—al notar la gruesa cabeza dentro de mí culo, apreté el ano para morderla bien fuerte.

Al notar él, como se la apretaba, me dio una nalgada, a la vez que se quejaba de lo fuerte que le apretaba la polla con mí culo, clavándome la mitad de la polla de una sola embestida, del placer que le daba dar por culo a su madre, el vicioso—OOOHHH...mamá,¡¡ cómo me aprietas la polla perra!!  tómala más así—AH...AH...AH...¡¡ANTONIO!! Aaahhh... nadie me ha follado el culo hasta hoy...QUE GRUESA SIENTO TU POLLA HIJO...me estás rompiendo el culo...AH...es demasiado gruesa...AH...¡¡QUE POLLA!! ...MMM...NENE...MMM—.

Mientras le pretextaba lo gruesa que la tenía, no paré de empujar mí culo, buscando que me la clavara toda. Antonio dándose cuenta de lo puta que soy, me la clavó toda sin miramiento ninguno, hasta que sus huevos chocaron con mí coño, al sentir su polla en mí estomago, donde nadie me había llegado nunca, le grite loca de placer.

—OOOGGG...OOOGGG...HIJO...NO...TAN FUERTE...¡¡CABRÓN!!...OOOGGG....ME PARTES...OOOGGG...NADIE ME HA FOLLADO ASÍ...ME LA ESTÁS CLAVANDO TODA HIJO DE PUTA...¡¡FÓLLAME MÁS!!—OOOHHH...QUE CULO TAN APRETADO TIENES, ¡¡CÓMO ME LA MUERDES!!...AH ¡¡GUARRA!! TE VOY A LLENAR EL CULKO DE LECHE...¡¡PUTA!!—SÍ...SÍ...MÉTEMELA ASÍ TODA...RÓMPEME EL CULO CARIÑO...AAAGGG...AAAGGG...ASÍ.

Exaltado por como me veía de guarra, me soltó las manos, haciendo que pudiera apoyarme mejor en la cama. Sin sacarme la polla, Antonio me amenazó el muy descarado y brabucón, aunque debo reconocer que poco le faltó para hacerlo realidad.

Se subió encima de mis nalgas, apoyándose con ambas manos en mí espalda, igual que un perro rabioso.  En esta postura tan obscena y lujuriosa, me clavó más profundo la polla, sintiendo sus huevos rozar en mí coño, en cada embestida. Envalentonado el muy perverso, por como le había hablado diciéndole que me rompiera el culo, me la metió toda sin miramiento ninguno, follándome como si fuera su puta, con un mete saca muy rápido y profundo, arrastrándome en una excitación loca de lascivia, por oír como se atrevía a follarse a su madre así, hablándome cómo a su perra sumisa—Ooohhh...Ooohhh...ahora si que te la clavo toda ¡¡PERRA!! así toma toda la polla, guarra...OH MAMÁ...que bien te lameto así de fuerte QUE CULO PARA MÍ POLLA... ¡¡cómo me la aprietas!!  ¡¡GUARRA!!  te voy a matar a polvos así...COMO FOLLAS PERRA SUMISA...TOMA LA POLLA DE TU HIJO...PEDAZO PUTA...í...COMO FOLLAS PERRA SUMISA....TOMA LA POLLA DE TU HIJO...PEDAZO PUTA...—OOOGGG...OOOGGG...¡¡CABRÓN!!  me follas muy fuerte...AG...ME CORRO POR EL CULO...OH...FOLLATE A TU PERRA ASÍ....NO PARES DE FOLLAR MÍ CULO...ME CORROOO...¡¡ANTONIO!! DAME LA LECHE...OH TU POLLA...MÁTAME ¡¡HIJO DE PUTA!!...DAME LA LECHE NENE...ME CORRO...—MAMÁ...ME CORRO CONTIGO...¡¡PUTA!! ME HACES ME CORRA YA...SÍ...TÓMALA TODA...—SÍ AH...ASÍ...OH...CUANTA LECHE TIENES...ME CORRO CONTIGO NENE...—.

Después de follarme por el culo, Antonio me ha cambiado la vida.  Me siento suya en cuerpo y mente, no negándole prácticamente nada.

En casa nunca llevo ya bragas, así me manosea y me folla cuándo él quiere, sobre todo por el culo, los dos tenemos debilidad por el sexo anal.  Cuando salimos juntos de compras, me hace ir a veces, con un vibrador inalámbrico en mí coño, con un mando a distancia.

Cristina me vio a los 20 días  aproximadamente de iniciarse la relación con mí hijo, solo verme se dio cuenta de todo prácticamente—Pareces otra persona María, se te ve muy feliz, no, no pareces otra, eres otra—es cierto nena, soy otra mujer, más libre, ahora sé lo que necesitaba—parece que Antonio te ha mostrado el camino—siento lo que tú me dijiste hace más de un mes y medio atrás.  Por Antonio mato a quien haga falta, es así—.

—Sientes que te pertenece ¿Verdad?—no Cristina, yo soy su perra sumisa—Cristina no creía lo que oía, nos reímos las dos al unísono—María eres increíble, vaya con tu Antonio—me trata como a una princesa, pero una princesa muy perra y caliente, me lleva cómo no podía pensarlo—.

Después de esto, Paco se fue de viaje de negocios nada más que volver de la torre, el lunes, temprano.

Me llevé a Antonio al SPA que él me había regalado, en lo que fue cómo nuestra luna de miel, donde me descubrió la perra sumisa que permanecía oculta bajo mí piel, y que él con habilidad me mostro para placer y felicidad de los dos.

                         FIN

                    Azalais copyright©2014

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