miprimita.com

Cornudo en mi propia casa: Redención (Final)

en Hetero: Infidelidad

  • Me alegro mucho que hayas podido venir, digo, abriendo la puerta, a Jorge de Blás, un antiguo amigo de la infancia, ahora buen cliente.  Llevábamos 20 años sin vernos, pero en el último año habíamos creado una red de relaciones comerciales muy potente en torno a la venta de software. Pensé que una de las mejores formas de agradarle, era la de invitarle a cenar a casa, aprovechando una de sus vistas a Madrid, donde iba a participar como invitado principal en una de las actividades del SIMO.
  • No podía faltar, contesta Jorge. Dándome la mano. Tienes una casa preciosa.
  • Muchas gracias, pasa al salón por favor. ¿Te apetece una copa? ¿Whisky?  Tengo un malta de 18 años que te va a encantar.
  • Whisky está bien, dice Jorge sentándome en el salón.

Mientras sirvo dos whiskys del mueble bar, miro a Jorge y veo lo que ha cambiado desde que era aquel chaval bajito y regordete con el que jugaba al futbol después de comer cuando ambos vivimos en aquel barrio humilde de Logroño, muy cerca del antiguo campo de Las Gaunas, donde ambos nacimos. Ahora es un hombre de un metro ochenta y cinco, o más, 85 kg de peso y un aspecto de deportista muy trabajado.

  • Bueno, ¿Qué me cuentas? ¿Cómo van las cosas por casa?
  • Bastante bien, no me puedo quejar. Con la que está cayendo en general, creo que Logroño es una ciudad pequeña donde pasar lo mejor posible la crisis; ya habrá tiempo de venir a Madrid o Barcelona: hoy por hoy como en una capital pequeña de provincias, no se está en ningún sitio. Además, estoy exportando mucho a Asia y eso me está dando una ventaja competitiva importante. ¿¿Tu que tal vas?
  • Bastante bien, ya sabes. Podremos dejar de comer, pero nunca dejaremos de ver televisión, así que sigo ganándome discretamente bien la vida ayudando a gente como tu a vender sus productos. Y, por lo demás, ¿Qué tal Rocio y los niños?
  • Bien, muy bien, se quedaron en Logroño, no les va nada lo de venir a la gran ciuda. ¿Y la tuya? ¿No está tu mujer?
  • No, que va ………………….. nos separamos hace tres meses y ahora vivo solo.
  • ¡Leches! No sabía nada, ¿Qué paso?
  • Lo típico, ¿Qué quieres que te diga? Malos entendidos, malos rollos, un tercero ……… En fin, la verdad es que estaba con otro y le prefirió a él. Pero no hablemos de lo malo, soy un hombre libre, abierto al mundo y a las mujeres ………………….. y gracias  a ti, entre otros, con dinero para gastar.
  • Perfecto, porque hoy he venido a hablar de temas optimistas, así que olvidado queda el tema; otro día, ya me contarás mejor lo sucedido.
  • ¿Tienes hambre? Pasemos a cenar al comedor.

La cena resulta estupenda; crema de hongos y roast beef, regado todo por un rioja extarordinario que ha traido Jorge y del que caen dos botellas. La conversación solo se ve alterada por las miradas que Jorge le echa a la chica que ayuda en casa en las tareas domesticas, cada vez que entra para traer o retirar algún plato. La verdad es que está bastante buena, piernas fuertes y largas, buen tipo, tetas y culo menudos, pero fuertes, muy guapa: una belleza típica de países del este. Los ojos de Jorge la siguen, subiendo y bajando desde sus pies hasta la coleta rubia que corona su cabeza.

  • ………………………… si todo va bien, estaremos en condiciones de hacer la oferta a fin de año.
  • Cojonudo, contesta Jorge, pero otra pregunta ¿De donde has sacado a la chica? Tiene un par de polvos.
  • Cuando mi mujer se marchó, con ella se fue nuestra anterior chica y tuve que buscar ayuda, porque yo llego tarde y, además, no tengo nada de ganas de currar en la casa. Tuve varias entrevistas y, sinceramente, Ilona posiblemente no era la mejor opción pero si es, sin duda, la que estaba más buena. . Ya que tengo que soportar la presencia de un tercero en casa, prefiero que sea agradable su vista. Como ves. Ilona está buena, además limpia bien y es bastante agradable de trato.
  • ¿Agradable? Pero, si está bien buena. ¿Te la estás tirando cabrón?
  • ……………………………………….
  • ¡Qué cabronazo! Cuéntame anda, cuéntame ……………………….
  • No te engaño, cuando la contraté la ofrecí algo más de dinero por servicios especiales y me dijo que si …………….. así que, no solo limpia la casa, también me limpia a mi de vez en cuando el alma……………. Y también el sable. Es muy buena en la cama –sinceramente-, sospecho que fue puta en otro tiempo.

La conversación se interrumpe al entrar nuevamente Ilona con el postre, así que hacemos un alto en la conversación para observarla. Al ser una cena con invitados, Ilona se ha puesto un traje típico de doncella, negro, con ribetes blancos y cofia en el pelo. Pese a su sobriedad, no el traje no logra la forma de sus tetas, redondas y apetecibles, así como de su culo, prieto y fuerte. En los últimos meses he follado con ella muy a menudo y por eso sé, con toda certeza, la calidad que esconde bajo su uniforme ………………… así como lo eficaz y sumisa que resulta que la cama. Cuando sale, Jorge está como una moto:

  • Me pone mucho tu chacha tio ……………………….. y aun mas cuando se que se la tira el señor.
  • ¿Te apetecería follártela?
  • ¿Hablas en serio? Claro que sí …………… ¿Puedes conseguírmelo?
  • Es cuestión de pasta; como te he dicho Ilona tiene un precio y si lo hablo con ella……………. A lo mejor lo hace contigo. Ahora vengo, añado levantándome y dirigiéndome hacia  al cocina.

No tardo ni tres minutos en volver, para encontrarme a un Jorge que me mira de un modo anhelante, esperando la respuesta:

  • ¿Pasamos al salón a tomar café y una copita?
  • Si …………………………….. Pero, ¿Qué ha pasado?
  • Tranqui, todo arreglado …….. vamos a tomar café.

Pasamos al salón y nos sentamos en los sofás, uno frente a otro. No han pasado ni unos minutos, cuando la puerta de la cocina se abre e Ilona entra en la sala, dejando a Jorge con los ojos como platos y la boca abierta. El uniforme ha desaparecido e Ilona solo viste un conjunto de lencería negra de encaje, tanga y sujetador, unas medias del mismo color y tacones negros altos. Lleva la bandeja con soltura y nos sonríe al entrar, sin necesidad de decir nada ………….. no es obviamente necesario..  Se acerca hacia nosotros y nos sirve un par de cafés.

  • ¿Quieren leche los señores?, nos pregunta, dando un tono de doble sentido a la cuestión.
  • El mío cortado, contesto, el del Sr. Jorge con mucha leche Ilona ……………….. toda la que puedas.

Nos sonríe, nos sirve los cafés y suavemente se arrodilla frente a Jorge, le baja la cremallera sin dejar de mirarle a los ojos en ningún momento, saca su pene semierecto y suavemente comienza a masturbarle, logrando que en pocos segundos comience a tener una erección muy apreciable. Jorge está muy bien dotado, con una polla de notable grosor y muy larga. Cuando considera que ya está lista para cambiar de acción, la mujer dirige su boca hacia el gordo capullo y suavemente comienza a chupar el miembro de Jorge, haciendo que esté se combe hacia tras de gusto

  • Muy bueno nena, muy bueno, que bien lo haces.
  • ¿Qué te parece Jorge?, le pregunto, es buena ¿verdad?
  • Ummmmmmmm, muy buena, muy buena –ronronea Jorge, mientras la rubia baja y sube su boca en torno al cada vez más enorme balano.
  • Llevatela arriba tio, tienes mi cama a tu disposición. Me imagino que te apetecerá montarla a solas …………………….
  • ¿Y tu?, ¿No te apetece que la demos un tratamiento doble? Me parece que aquí hay mujer para ambos ………………
  • No te preocupes, hoy ya estoy servido ……. A lo mejor luego, me animo, pero ahora prefiero que seas tu el que disfrute. Yo me quedo aquí viendo Salvame hasta que termines. Pásalo bien, es un pedazo de hembra la que te llevas –añado, dándole un cachete en el culo a la mujer, que no para de besarse con mi amigo mientras van hacia la habitación.

Me relajo en el sofá, me sirvo un whisky de malta generoso y enciendo un cigarro. Mientras una música suave comienza a salir del reproductor, escucho en la lejanía el ruido creciente e inconfundible de una pareja follando, Los murmullos, los gemidos, algún grito, el traqueto inconfundible de la cama …….. parece que Jorge la está dando un buen repaso; noto que mi polla se revuelve bajo el pantalón y que crece mientara imagino al escena que debe estar desarrollándose arriba. Mentalmente decido que cuando se vaya Jorge, le daré yo también a un repasito a esa zorra.

Me encuentro muy bien, pese a haber pasado una muy mala racha con el embarazo de mi ex mujer: Para aquellos que se incorporan  estas historias, contarles que mi mujer y yo éramos una pareja un tanto atípica, donde el marido (yo) disfrutaba viendo como otros hombres follaban a su mujer. Sin embargo la situación cambio cuando ella se encapricho de su jefe, Carlo, de quien se convirtió en su sierva sumisa, llegando a quedarse embarazada. Aunque, en principio, tuve la intención de aceptar la situación, está me acabo supero y, por ello, terminamos separándonos, cuando ella estaba de siete meses.

El ruido incesante que viene de la habitación interrumpe mis pensamientos, por lo que decido dirigirme hacia ella y ver que hace la pareja. Recuerdo cuando hacía esto mismo para ver como Carlo montaba a mi mujer, como me colocaba sin hacer ruido y miraba a través del hueco de la puerta; pese al paso del tiempo y el final tan triste que tuvo todo, sigue excitándome recordar la fuerza con que Jorge la enculaba, los gritos de ella, los golpes en el culo ………….   El ruido sube de intensidad según me acerco y lo que imagino acaba coincidiendo con lo que veo; Jorge está montando a la rubia por el culo y esta parece disfrutar de verdad con la follada, no como una profesional sino como una mujer ávida de sexo,  a la que la están metiendo una tranca gorda y larga por detrás. Me marcho sin hacer ruido, tras comprobar como Jorge ya no puede más y solo pide que le saquen con la boca hasta la última gota de semen.

Cuando bajan, ya duchados y acicalados, un rato después, la cara de satisfacción de mi amigo, no deja lugar a las dudas: lo ha pasado fantásticamente. Tomamos la última copa, mientras me cuenta con pelos y señales el polvo. Cuando se va, dos copas después, despido en la puerta a un cliente muy satisfecho que desea volver enseguida a verme y que firmará cualquier contrato que yo le ponga delante. En la despedida. Ilona nos acompaña, desde la cocina, solo con el tanga y los tacones puestos, para que Jorge se lleve esa escena en su retina.

Al cerrar la puerta, me doy la vuelta y me quedo mirando a la mujer. Se acerca  mi, se agacha y, tras sacarme la polla, se la mete en la boca, comenzando a hacerme una mamada deliciosa:

  • Ummmmmmmmmmmmmmmmmm, que buena eres perrita. No me extraña que Jorge se haya ido encantado.
  • Solo he seguido tus indicaciones ……………………, dice, sin dejar de chupar mi cada vez mas duro pene.
  • Lo se nena, lo se …………………………….. Te has portado bien. Tu, ¿Qué tal lo has pasado?
  • Muy bien, muy bien. Tiene una tranca gorda y es un hombre fuerte. Me ha dado un muy buen repaso.
  • ¿Has gozado?
  • Como a ti te gusta ……………….. me ha hecho gozar como una perra.
  • Bien, bien …………….. son me extraña que le gustes a todo el mundo. Nadie la chupa como tu, añado sintiendo como me come los huevos, mientras aprieta mi ano con uno de sus dedos.
  • ¿Podrás perdonarme?..... necesito que me perdones.
  • Seguro que si nena, pero por ahora debes seguir haciendo meritos. Me la jugaste con Carlo y eso no puedo perdonártelo.
  • Por favor, ……………….. haré lo que quieras, pero perdóname.
  • Ya hablaremos, ya hablaremos. Por ahora, tienes que hacer muchos meritos. Anda, vamos arriba que estoy deseando entrar en ese culo ………… Espero que te lo haya dejado Jorge bien abierto ………….
  • ¿Podré dormir luego a tu lado?, dice Gema, mientras vamos hacia la habitación, sin dejar de masturbarme suavemente en ningún momento..
  • No, en mi cama solo duerme mi mujer y tu, por ahora, eres solo una perra a la que preñó otro macho. Durante un tiempo, al menos, seguirás siendo Ilona, la perra que me follo yo y todo aquel que me apetezca. Anda hazme una mamada como tu sabes. Si algo bueno tuvo Carlo es que te entreno bien, te convirtió eb una puta maravillosa ……… mi puta.