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Másaje a cuatro manos

en Hetero: General

Candela, mi mujer, es una rubia estupenda, 1,63 cm de altura, con un muy bonito cuerpo, muy bien proporcionado, tetas redondas y piernas delgadas y fuertes que es un gusto sentir contra tu cintura mientras se la metes. Es muy guapa, ojos verdes intensos y piel suave, ¿Que mas puedo decir? Pues que tiene un culo firme y redondo que me vuelve loco y que encanta agarrar mientras la follo a cuatro patas, mi postura sexual preferida. ¿Alguna cosa más que añadir, antes de comenzar nuestra historia?. Solo que la encanta el sexo, ya sea el sexo romántico en la cama por la noche y con velas, como pedir como una loca que se la meta por el culo, una vez se lo he dilatado bien con nuestra colección de dildos.

Desde siempre hemos estado interesados en tener experiencias sexuales distintas y así fantaseamos a menudo con tríos, orgías, sexo interracial, etc. Por una cosa u otra no hemos avanzado lo que nos hubiera gustado (al menos a mi), pero si hemos hecho algún pinito, especialmente en los últimos meses cuando hemos ido varias veces a locales de masajes de los muchos que se han abierto en los últimos años en Madrid. Se trata de masajes de carácter abiertamente sexual, done junto al masaje típico hay un componente sexual importante, durante toda la sesión, pues el ambiente es propicio para ello, la masajista solo va cubierto por un escueto tanga y especialmente cuando al final, si asi lo deseas, te hacen correrte intensamente.

Si no es así, o además de terminarte adecuadamente, te dejan el rato que necesites para que te des un buen repaso con tu pareja. Estas tan excitado que es maravilloso coger a Candela, cuando la masajista ya ha salido, ponerla a cuatro patas sobre el futón y montarla hasta sentir como toda tu leche se deposita en su húmedo coño, en su boca, en su culo …… mientras los dos gritamos sin reparos, sabiendo que en las habitaciones contiguas se desarrollan escenas muy parecidas; afortunadamente todo está perfectamente insonorizado y nadie escucha como grito mientras el chorro de esperma sale lanzado hacia la boca de mi mujer ……….que siempre se retira a tiempo. Leí una vez que la mamada perfecta es cuando la mujer recibe el semen en la boca y lo hace suyo para siempre; no desespero que Candela se haga algún día adicta a mi leche.

Esta ultima vez hemos estado con una rusa, cuyo nombre no recuerdo, que, después de darnos un masaje, increíble nos coloco a los tres seguidos haciendo el "trenecito". Primero tuve a Candela detrás de mí, mientras mi polla, dura como una roca, se apretaba contra el culo de la rusa. Mientras Candela me masturbaba deliciosamente y me besaba el cuello yo acariciaba las tetas de la otra mujer durante un buen rato :........

Si eso fue impresionante, no lo fue menos la postura contraria cuando eran las hermosas tetas de mi mujer las que yo agarraba, deleitandome con sus pezones duros como piedras .... Mientras, la rusa me masturbaba con una de sus manos, mientras con la otra acariciaba mi ano, apretándomelo con fuerza, como si quisiera meterme un dedo ........, lo que, lejos de enfriarme, estaba logrando endurecer mi polla de un modo casi doloroso. Me pongo malo solo de recordar aquel rato y lo que me costo no echarme hacia delante y metérsela a Candela por detrás, cuyo sexo húmedo estaba deseando también tenerme bien dentro.

Esta vez hemos decidido ir a Samadhi Masajes, un sitio nuevo del que hemos leído en internet maravillas. Esta vez no compartiremos una masajista, sino que cada uno tendrá la suya ......... O mejor dicho, yo tendré una y Candela uno, porque esta vez mi mujer ha decidido que sea un hombre quien la dé su masaje.

Concretamente ha elegido del catalogo a Carlos, un atlético masajista de origen cubano, mientras que yo me decidí por distinta geografía y seleccioné a Alekia, una morena sensual, que también gustó mucho a Candela, pues le recordaba muchísimo a la rusa que le había hecho gozar sobremanera en la última sesión, cuando llegó a correrse cinco o seis veces seguidas, mientras las hábiles manos de la masajista recorrían sus tetas, su culo, su clítoris, su vagina ............. Hubo un momento, absolutamente delicioso, en que mis dedos se juntaron con los de la masajista en la vagina de Candela, masturbándola al unísono, logrando que comenzara a correrse y ya no parara hasta el final de la sesión que, todavía, se demoró, para mi, unos 10 o 12 minutos, mientras que para Candela, aun duró, 6 o 7 orgasmos.

Llegamos a la puerta del local, en la zona de Plaza Castilla, algo más nerviosos de lo habitual, porque Candela tenía una extraña mezcla de excitación y vergüenza, pasando de la seguridad de su elección a momentos de arrepentimiento ...... Yo, por mi parte, no estaba seguro de lo que sentiría cuando viera al masajista acariciando a Candela y, sobre todo, cuando la hiciera gozar al final de la sesión (supongo que ella sentía lo mismo), si bien ninguno de ls dos estaba al cien por cien seguros de si aquel día daríamos aquel paso.

Nos hizo pasar la recepcionista, una sudamericana francamente guapa que nos acompaño hasta la habitación, donde nos dejo atrás ofrecernos algo de beber; mientras nos desnudábamos para ducharnos, miré a Candela con detenimiento, deleitándome con su belleza, su culo duro y deseable, sus tetas redondas y firmes, esos pezones grandes y oscuros ........ Volvimos a la habitación, oscura, solo iluminada por velas, con una decoración oriental escueta, pero con cierta elegancia. La temperatura era perfecta y ya estaba allí la bandeja con las dos cervezas ..... Todo muy profesional, incitando a disfrutar de una estupenda sesión de masaje y sexo. En la sala había dos camas limpias y muy profesionales, con esos cabeceros con un hueco en medio para que puedas ponerte cabeza abajo sin ahogarte, aunque algo mas amplias que las utilizadas normalmente.

Los dos estábamos ya sentados cada uno en su cama, cuando entraron por otra puerta los dos masajistas. Pese a que lo sabía, Candela se ruborizó algo al ver que, como esperaba, uno de los dos era un chico y la otra una chica, acostumbrada como estaba a que los masajes nos los hicieran mujeres. Los dos vestían kimonos negros, cortos ......... Bajo ellos solo pudimos apreciar que de cintura para arriba no llevaban nada, puesto que era fácil apreciar el pecho de ambos a través de la abertura del kimono.

El chico era alto, atractivo y bastante atlético, pelo corto y moreno, de unos 30 años mas o menos y 1,85 de altura. Ella era más bajita, media melena morena, ojos azules intensos, con cara rellenita, pero con su encanto,. Nos saludaron con indudable acento eslavo, seguramente ruso, y cubano, respectivamente, presentándose como Carlos y Alekia, para pedirnos amablemente y en voz baja que nos tumbáramos en la camilla.

Candela y yo nos miramos, bastante cortados y más nerviosos aún, pero obedecimos docilmente, quedándonos desnudos sobre la camilla, mientras los dos masajistas, con una amplia y brillante sonrisa-, se preparaban para la sesión. Ambos se quitaron el kimono al unísono, dejándonos ver sus cuerpos tan desnudos como los nuestros, salvo por los pequeños tangas negros que les tapaba el sexo. Así pude ver que la publicidad de internet era real y que se trataban de dos masajistas sumamente atractivos. El era un hombre muy atlético, con músculos muy marcados, abdominales tipo tableta de chocolate y las hendiduras laterales de estos, que tanto le atraían a Candela. Ella tenía un tipo espléndido, con caderas marcada, muy poca grasa y, porque no decirlo, dos estupendas tetas, de grandes y oscuros pezones.

Los dos únicos pensamientos que me vinieron a la cabeza fueron: "No se si soy gay, pero que cuerpazo tiene este tío" y "No, ¡menos mal! no soy gay, vaya par de tetas que tiene la rusa".

Me podría haber venido alguno más cuando vi como acercaba su cara al oído de Candela, mientras colocaba su mano en la espalda desnuda de mi mujer, pero la voz de Alekia en mi oído lo impidió.

- Creo que habéis pedido un mutuo especial para parejas ¿Es así?

- Si así es, logre contestar, sintiendo como las tetas de ella, duras como rocas, se apoyaban en mi espalda, aunque mi vista estaba mas pendiente de como Carlos seguía murmurándole algo a Candela al oído, mientras no dejaba de acariciarla suavemente el cuello y los hombros.

- Buena elección, contesto Alekia, espero que lo paséis muy bien ..... es mas, espero que los cuatro lo pasemos bien. Ç

Comenzó a sonar una música muy relajante y bajita. Yo levanté la cabeza y la coloqué mirando a mi Candela, que aparentemente estaba muy tranquila y relajada "solo se movía por su respiración". El masajista la separó los brazos del cuerpo diciéndole algo que yo no entendí. Ella obedeció y los colocó debajo de su cara, para lo que la giró y acabamos encontrando nuestras miradas. Me guiñó un ojo, me tiro un beso suave y cerró los ojos preparándose para disfrutar de la sesión, lo que me relajó igualmente y me hizo cerrar también los ojos ,,,,,,,,,

Dí un cierto pequeño respingo cuando la chica vertió sobre mi espalda un liquido viscoso y de muy buen olor -supuse que era el aceite-, sentí otro más intenso cuando sus pequeñas manos comenzaron a recorrer mi espalda. Me fijé que la chica había bajado mi camilla para poder llegar más fácilmente a todos los lugares de mi espalda. Al chico, por su altura, no le hacía falta, "el llegaba perfectamente a todos los rincones de Candela", cuyo cuerpo recorría con vigor desde el cuello hasta los tobillos ...........

Nos relajamos completamente cuando después de 10 minutos de masaje vimos que todo estaba en orden y que estábamos disfrutando como locos, con la labor de aquellos dos profesionales, cuya pericia era manifiesta. De vez en cuando, abríamos los ojos y años mirábamos, dándonos a entender, solo con la mirada, el placer que recibíamos 

Ambos masajistas trabajaban al unísono, de tal modo que cuando él recorría la espalda de Candela, ella hacía lo mismo con la mía y cuando ella masajeaba mis pies y mis Candelaelos, sin mirarles podía saber que le estaba haciendo el masajista a mi mujer. Por eso, cuando Alekia comenzó a masajear mi culo, supuse que Carlos hacia lo mismo con Candela, por lo que no puede evitar que un cierto ramalazo de celos recorriese mi cuerpo, erizando hasta el último vello de mi cuerpo. Sin embargo, cuando levanté mi cabeza y comprobé que, efectivamente, las manos de Carlos acariciaban el culo de Candela, Alekia comenzó a masaje al suavemente mi año con un par de sus dedos, en un movimiento circular que despertó en mi un placer intenso, haciendo que mi polla despertase bruscamente e iniciara una intensa erección bajo mi cuerpo.

Mientras la rusa intensificaba la fuerza de su masaje, pude ver en el espejo cómo la cara de mi mujer había también cambiado ligeramente y de un aspecto sumamente relajado, al borde del sueño, había pasado a respirar mas rápidamente, de un modo levemente entrecortado, por lo que mi imaginación, no se si demasiado morbosa, comenzó a pensar que los dedos del cubano habían llegado a posicionarse sobre su coño y su ano, por lo que, conociendo a Candela, imagine que su sexo debía estar empapado, derritiéndose al sentir como los dedos del masajista, acariciaban los labios exteriores de la vagina, oprimiendo levemente su creciente clítoris, para luego hacer una pausa para rota el pulgar a la entrada del ano, sin dejar de acariciarla el coño. 

La voz de Alekia, muy suave a mi oído, interrumpió mis meditaciones: " si le parece, voy a quitarme el tanga y continuaré mi masaje enteramente desnuda" " Claro que quiero, contesté yo, preguntándome si habría alguien que contestare “no” a esa pregunta". Alekia se separó unos instantes de mi y suavemente se bajo el tanga, mostrando su coño ante mí, completamente depilado, logrando que mi excitación siguiera aumentando por momentos.

Lo malo del ying, como dirían los orientales, es que siempre hay un yang que compensa cualquier sentimiento o sensación, pensé para mis adentros, cuando vi que Carlos, tras cumplir con el preceptivo ritual de consultárselo al cliente, en este caso mí mujer, se despojó de su tanga, dejando frente a mis ojos un pene de notables dimensiones, gordo, fuerte y en estado aparente de "solo" semi erección.

Aunque Alekia se subió sobre mi y comenzó a masajear mi espalda con sus duras tetas, en un movimiento circular absolutamente delicioso, gran parte de mi atención estaba centrada en como Carlos se había colocado sobre Candela y en un movimiento similar al del coito, rotaba su creciente pene contra las nalgas de Candela, movimiento que imagine era cada vez más vigoroso, en proporción a la dureza creciente que obviamente estaba alcanzando el pene de Carlos, ya cómo una berenjena madura de longitud y grosor.

El mío estaba también duro como una piedra, producto del maravilloso masaje que las tetas de Alekia me estaban dando, permitiéndome comprobar la dureza de sus pechos y, sobre todos, de sus pezones, de granito puro, que se clavaban sin misericordia en amigo espalda, acelerando mi respiración y mi ritmo cardiaco, que alcanzaron su punto máximo cuando Alekia me indicó que me diera la vuelta para continuar su labor frente a mi. Si es delicioso sentir como una mujer te masajea con sus tetas, mucho más excitante es poder, además, verlo, disfrutar visualmente de como rota sus tetas contra tu pecho, mientras te mira fijamente a los ojos. Disfruto muchísimo cuando Candela se mete mi polla en su boca y me da una de esas maravillosas mamadas que tan loco me vuelven, pero además cuando puedo verla como su boca sube y baja a lo largo de mi pene, la sensación de placer se multiplica por mil.

Mientras yo ya le daba la cara a Alekia, Candela permanecía en idéntica postura a la inicial, boca abajo en la camilla, pero la situación originaria era muy distinta a la casual, donde la primitiva tranquilidad había dado paso a una excitación suma donde las hábiles manos de Carlos la masturbaban ya vigorosamente, haciendo que estuviera a punto de correrse desde hacía ya un buen rato, incapaz ya de controlar el placer que recibía y que si no hubiera sido por la pericia del masajista que paraba su ritmo cuando el clímax era inevitable, Candela habría encadenando un orgasmo con otro aun mas intenso, y otro, y otro, y otro ...... Sin embargo el intenso placer no había desembocado aun en ese deseado orgasmo, porque aunque sentía como las manos de Carlos exploraban y localizaban cada punto de placer que había en su vagina, también notaba como paraban bruscamente y se repartían lentamente entre su ano y sus tetas, hasta lograr que su respiración bajase de intensidad, momento en el cual volvían a taladrar su empapado sexo.

Volví a concentrarme en lo mío, tratando de olvidarme algo de que mi mujer estaba al lado mío gozando como una posesa, aunque no había dejado en ningún momento de disfrutar del masaje de la ucraniana, cuyas manos ya se habían detenido alguna que otra vez en torno a mi pene, duro como una roca, y mis hinchados testículos, que imagine a punto de estallar llenos, como estaban, de mi leche caliente y espesa.

Noté como en la camilla de al lado hubo algo de movimiento, lo que me obligo a girar nuevamente la cabeza para no perderme la escena. Cuando lo hice, vi que Candela ya estaba boca arriba, con sus redondos pechos apuntando al techo, los pezones siempre duros y firmes, como nunca los había visto, enormes, como dedos apuntando al cielo ....... Un autentico manjar para meterse los en la boca y absorberlos como si quisieras derretirlos.

Me sentí excitado, nervioso, celoso, pero sobre todo excitado, muy excitado. Traté de cruzar mi mirada con la suya, pero me fue imposible, Candela estaba ida, con la mirada perdida, con la cara transfigurada y los ojos solo entreabiertos, observando sin pudor el estado del pene de Carlos a escasos centímetros de ella, duro como una roca, gordo y enormemente fuerte, lleno de venas que le recorrían desde la gran y oscura cabeza hasta dos testículos del tamaño de pelotas de tenis.

Candela cerró los ojos soltando un profundo Candelaido mientras las manos aceitosas de su masajista volvían a recorrer su cuello, hombros, comenzaban a acariciar sus tetas, deteniéndose lentamente en la aureola de sus pezones, coronados como yo nunca había visto a Candela, por dos "chupitos" del tamaño de mis pulgares, para luego bajar lentamente hacia su barriga, donde parecían arrepentirse del camino y volvían a subir hacia las tetas, que se agitaban rítmicamente al compás de la respiración de Candela, que parecía a punto de correrse por el ritmo de la respiración, especialmente cuando las manos de Carlos, o así me lo pareció a mi en mis estado cercano al coma, parecieron comenzar a apretar levemente los hinchados pezones, en un proceder más cercano al del amante que al del masajista.…

Esto era demasiado para mi, pues la erección de mi polla comenzaba a ser hasta dolorosa en su intensidad, viendo como el cubano, colocando se sobre ella, simulaba follarla, acariciando la entrada de su sexo con su erecta polla, en un movimiento que, sin necesidad de penetración, parecía haber puesto nuevamente a Candela al borde del orgasmo, cuyo cuerpo se agitaba al compás de la rotación de Carlos, respirando entrecortadamente, agitando sus tetas dentro de las manos de el, que, a mi me pareció, había aumentado algo la fuerza con la que apretaban los pechos y pezones de mi mujer, estirándolos hacia arriba, hasta lograr que Candela formulase un leve quejido, entre placer y dolor, momento en el cual disminuía la tensión de las manos para intensificar la fuerza con que apretaba su pene contra el pubis de Candela.

Quise decir algo, aunque no sabía qué, pero parecía obligado hacerlo: No se si quería preguntarla a ella si lo estaba pasando bien, decirle a él que la estaba poniendo catatónica o decirles a ambos que me estaban matando a mi de excitación ......... Pero no pude, porque la boca de la masajista interrumpió mi estado cuando comenzó a chupar los dedos de mis pies como si fuese mi pene, uno por uno, de un modo absolutamente delicioso, haciendo que miles de descargas eléctricas recorriesen todo mi cuerpo, desde los tobillos hasta mi nuca. Era increíble la sensación, pues yo tenía la impresión que era mi polla la que chupaba, cuando realmente eran mis dedos los que aprisionaba entre sus labios ....... Si eso era increíble, imaginarios cuando, sin dejar de chupar mis dedos, estiró sus brazos y, ya sin cautelas, comenzó a masturbarme suavemente, de un modo delicioso, bajando y subiendo mi dilatado prepucio, sin olvidarse de mis testículos que acariciaba con una dulzura que estaba a punto de acabar conmigo. Candela lo hace igual, con la misma pericia, como si de una profesional se tratase, pero ese momento tenía de especial que a acasos dos metros de donde estaba yo, mi mujer completamente desnuda Candelaía intensamente mientras un masajista cubano, mezcla de portero de Abercrombie y actor porno, estaba colocado sobre ella poniéndola a cien con el rozamiento de su enorme polla sobre el exterior de su vagina.

Veo como Carlos abandona su simulación del coito y tras decirle algo a Candela que la hace sonreír, vuelve a masturbarla con su manos, colocando una sobre otra en la vagina, de tal modo, como hemos visto hacer en masajes anteriores, unos dedos se ocupan del clítoris, otros acarician los labios exteriores, otros exploran los interiores y seguramente queda alguno para robar en torno al año... ........ Sea como sea, Candela esta en el séptimo cielo y esta vez si creo que se está corriendo, pues sus Candelaidos llenan la habitación de placer, mientras el cubano recorre su sexo una y otra vez, logrando que en los minutos siguientes mi mujer encadene un orgasmo tras otro, cada vez más intensos, cada vez más faciles de alcanzar.

La masajista se inclinó hacia delante, dejando de chupar mis pies, me toma de la mano y, tras decirme suavemente "Ven conmigo, vamos a un lugar mas cómodo", me lleva de la mano hasta una habitación contigua, llena de pequeñas velas aromáticas, donde hay un futón en el suelo, cubierto de cojines; cuando voy a protestar porque no quiero dejar a Candela, siento que ellos también vienen detrás.

Nos tumban uno junto a otro, separados por menos de un metro y por fin puedo hablar con mi mujer:

-¿Que tal?, la pregunto en voz baja.

- Espectacular, me contesta, con cara de haberse corrido mil veces. ¿Tu estas disfrutando?

- Mucho, contesto, mucho .....

- Te quiero me dice apresuradamente pues la sesión se reinicia nuevamente y ambos estamos deseando disfrutar de ella.

Alekia se sitúa entre mis piernas y, con las manos llenas de líquido viscoso y resbaladizo, toma mi polla dura y tiesa, comenzando a masajearla de arriba abajo, despacio, muy despacio, pero con una intensidad creciente. Logro levantar la cabeza y la veo inclinada hacia mi, con una sonrisa en su cara, sus dos bonitos y generosos pechos colgando, moviéndose tan lentamente como ella está masajeando mi polla y, intercalada entre mis llenos testículos, que noto casi tan gordos como los de Carlos.

Tengo unas ganas locas de meter mi polla en algún sitio y si no lo consigo me voy a volver loco, pues siento que estoy a punto de estallar, mientras Alekia, experta sin duda en la materia, controla perfectamente mi eyaculación apretando con fuerza bajo la cabeza de mi polla, impidiendo así que mi leche salga al exterior, pues de otro modo hace ya rato que la ucraniana tendría las tetas y la cara cubiertas de mi manto blanco.

Giro la cabeza, pero Candela ha dejado de mirarme; bastante tiene ella con aguantar las embestidas que le está dando Carlos con sus dedos; la está masturbando con su mano derecha, con la palma hacia arriba y moviéndola frenéticamente arriba y abajo. Candela no puede parar de correrse nuevamente es como si no hubiera parado de hacerlo nunca. La conozco lo suficiente como para adivinar que está gozando como una perra y que ahora mismo solo existen ella y los dedos del masajista, aunque no puedo evitar estirar mi mano y agarrarla una teta.

Vuelvo la vista a Alekia, que continua masajeando con la misma lentitud mi polla: arriba… abajo… arriba… abajo, colocándosela entre sus opulentas tetas, con cuyos pezones choca mi pene rítmicamente,. Me está volviendo loco. Usa las dos manos y las tetas como una profesional ............ Se inclina un poco más hacia mi polla, abre su boca y toma mi dura verga con ella. No se mueve, no hace movimiento, solamente se la introduce entera hasta los huevos, como he visto hacer en tantas películas, y se limita a apretar mi carne. Ahora gimo descontroladamente y agarro su cabeza. Noto las pequeñas succiones que me hace mientras mi polla entera le llega hasta la garganta, hasta que no aguanta mas y sacando la comienza un movimiento arriba y abajo a lo largo de mi verga.

Como ya he comprobado a lo largo de la sesión, ambos masajistas trabajan al unísono, de tal modo que Candela y yo tengamos sensaciones parecidas y al mismo tiempo. Los jadeos de Candela me certifican, como puedo ver directamente, que Carlos es también habilidoso con la lengua, pues está situado entre las piernas de mi mujer comiéndola el coño con pasión. Ella vuelve a arquear su cuerpo, combándolo hacia arriba, lo que solo hace cuando está disfrutando como una zorra. Empuja la cabeza de su masajista hacia su sexo, como si quisiera introducirlo dentro de su húmedo coño. El masajista aprovecha la elevación de su culo para tomarle las nalgas y adoptar una postura más cómoda para ella, a la vez que ello le permite llegar aun mas dentro con su lengua, mientras con su pulgar le aprieta suavemente el ano. Es otro profesional, no hay duda ………………….

Tengo celos de todo lo que veo, pero me muero de gusto, tanto por la mamada que me están haciendo, como por el placer que esta sintiendo Candela. Ambos estamos disfrutando con locura y luego me contaría Candela que posiblemente el orgasmo mas potente que tuvo fue cuando vio como Alekia se metía hasta la empuñadura mi polla en su boca, mientras sentía como Carlos la metía la lengua a tope y le mordisqueaba cada pliegue de su coño .... 

Me voy a correr, no puedo más, pero no se cómo demonios la chica lo adivina y saca mi polla de su boca, volviendo a apretármela con fuerza bajo la amoratada cabeza. Unos hilos de saliva caen de la comisura de sus labios y se extienden por mi verga. Dice algo que no entiendo a su compañero que se separa de entre las piernas de Candela relamiéndose los labios; se coloca cerca de la cabeza de mi mujer y si dejar de masturbarla comienza a hablarle al oído; no se que la dice, pero veo como los grandes ojos de Candela me miran fijamente como preguntandome en silencio, para luego cerrarse bruscamente en medio de un nuevo y profundo orgasmo, que la hacen gritar de placer.

- Si, si, siiiiiiiii, hazmelo, hazmelo siiiiiiiiiiiiiiii, lo que me deja claro lo que se han dicho antes entre los dos masajistas y que no he podido, o seguramente querido entender, “¿Cuándo les montamos?

Siento como la ucraniana se coloca sobre mí y me monta. Así sin preámbulos, ni besos, ni romanticismo ....... se sube y con sus hábiles manos me toma mi chorreante polla y se la inserta en el depilado coño, comenzando un vaivén absolutamente delicioso que me deja sin respiración, mientras sus dos preciosas y perfectamente redondas tetas botan ante mí. Son grandes y llenas; se las agarro mientras me cabalga suavemente, dandome un placer intenso.

Me preocupa que estarás pensando sobre el hecho que esté follando junto a ti, pero cuando me doy cuenta, veo que Carlos te ha colocado a cuatro patas, apoyada sobre unos cojines para que estés más cómoda. Estás preparada para ser montada, ofreciendole tu entrada trasera a Carlos, como una buena perrita en celo se ofrece al semental con la que la va cruzar su amo. Carlos se embadurna ligeramente su polla con el líquido con el que nos daban el masaje, polla que, por otra parte, es tan interesante como el, unos 22-24cm. y de un grosor considerable. Se acerca a ti, masajeándosela lentamente, extendiéndose el lubricante por toda su extensión ¡Como si te hiciera falta ayudas para favorecer la penetración -pienso, imaginando el grado de dilatación que debes tener, después de lo que llevas ya encima.

Se coloca tras de ti y coloca su impresionante verga a la entrada de tu sexo, comenzando a jugar con él, rozando la con fuerza, pero sin llegar a entrar, como si fuera apartando las capas exteriores de tu sexo hasta descubrir tu entrada. Por fin está listo y despacio, muy despacio, inhumanamente despacio, te la comienza a meter, haciéndote Candelair de un modo animal, con un ruido que sale de lo mas profundo de tu ser mientras aquella gran verga te penetra.

Veo como aprietas con fuerza uno de los cojines y como muerdes otro, tratando de no gritar, mientras centímetro a centímetro "unos 24 aproximadamente" la polla se apodera de ti, llenándote de carne dura y caliente, en un proceso de placer intenso, casi doloroso, que solo acaba cuando sus enormes pelotas chocan contra ti. "Hasta la empuñadura -piensas- me la ha metido hasta la empuñadura". Carlos se acopla a ti perfectamente, acomoda su culo entre tus glúteos, te toma de las redondas tetas, comenzando a sobarlas y lentamente comienza a montarte, metiendo y sacando su barra de tu húmedo, cremoso, interior. Pierdes rápidamente cualquier compostura y gritas de placer, sin importarte si alguien ajeno a esa sala pudiera escucharte, concentrada como estas en el placer que recibes.

La ucraniana que me cabalga, se apoya en sus pies y colocándose en cuclillas continúa follándome, también muy despacio, arriba y abajo en perpendicular a mi polla.. Hace un rato que comenzó a Candelair y, salvo que lo finja como buena profesional que es, se ha corrido ya un par de veces, lo que -me da lo mismo engañarme- me llena de orgullo, por lo que, cada vez más seguro de mi mismo, la cojo de las caderas y la clavo hasta el fondo mi tranca, acelerando el ritmo de la penetración. Sé que así le encanta a Candela cuando la doy con todo mi ser desde abajo, penetrándola rápidamente ..... Por lo que veo a Alekia tampoco le es "desagradable", ni mucho menos, pues acelera su respiración, se adapta a mi follada, agitando descontroladamente sus tetas y se corre abundantemente, mientras me anima a seguir. " más, más, maaassss, sigue así, así, dámelo todo, todo ........"

El cubano te está jodiendo bastante más rápido que antes y con fuerza claramente creciente; el rápido e intenso movimiento de su culo contra tus nalgas me indican que te está dando bien, que te está montando de verdad, ya no como a una clienta normal, sino como haría un potro semental con su yegua, sometiéndola con su vara de mando, esa verga grande y fuerte que entra una y otra vez en la hembra, derretida de placer, acompasando sus gritos a cada una de las embestidas de él. Me encela, no sabes como, y me excita, tampoco te imaginas, como sueltas un gritito bastante alto cada vez que el te embiste, cada vez que acerca su culo contra el tuyo, introduciéndote la polla bien dentro...... hasta chocar sus huevos contra tu culo, como si quisiera atravesarte y casi sacártela por la boca.

Vuelvo a sentir que me corro, porque es imposible resistir esto, no solo el placer que me está dando follar a la masajista, sino también la enorme excitación que me produce compartir este placer con mi mujer, quien separada de mi goza también como una loca. Nuevamente Alekia vuelve a sorprenderme porque se descabalga de mi polla y se separa de mi, volviendo a agarrarme mi dolorida verga ¿Es que nunca va a dejar que me corra? Pero esta vez no es así, porque la separación es solo para pajearme con vigor con su boca y lengua rozando mi glande, hasta que ve que no puedo mas y que estoy a punto de estallar. Entonces que hace que casi inmediatamente mi leche salga disparada hacia su boca, donde se deposita la mayor parte, mientras yo rujo de placer ...... Aguanta hasta el último trallazo de semen dentro, juega con él, como una actriz porno y mientras agita mi polla hasta que me saca la última gota, me mirada los ojos y muy despacio se traga toda mi leche.

Lentamente vuelvo a mi ser tras haberme corrido y te oigo gritar como no te he oído nunca, mientras le suplicas que siga follándote, mas y mas; se que no puedes mas, pero aun así estás enloquecida de placer, sin parar de correrte salvajemente, como lo hacemos en nuestros mejores polvos. El chico bufa como un toro y noto que también está a punto de correrse, que no puede ya mas y que de un momento a otro tendrá que lanzar su leche fuera de sus testículos, a través de ese gordo tronco que tiene bien dentro de ti.

Suavemente se separa de ti, sacando su pene de tu interior y comienza a masturbarse contra tu culo, rozando la punta de su glande contra tu dilatado sexo hasta que un primer chorro de semen se estrella contra tu culo, cruzándolo de un lado a otro; los siguientes, mientras Carlos ruge de placer y se estremece violentamente, caerán sobre tu espalda. Te das la vuelta y, agarrando su palpitante polla, le masturbas suavemente hasta sacarle hasta su última gota de placer. Le sonríes y le das un beso suave en la boca, vienes hacia mi y apartando a la masajista, dices algo que no olvidaré jamás: "Esta leche es mía". Agarras mi polla, te la metes en la boca y me la chupas como nunca lo has hecho, con una fuerza tremenda, absorbiéndomela como si quisieras derretirla, mientras no dejas de masajear mis testículos.

No tardo nada en correrme, pero esta vez no te apartas; sigues masturbándome contra tu boca abierta donde se deposita hasta.la última gota de esperma, que disfrutas con deleite; luego la chupas entera hasta no dejar ni un solo rastro blanco sobre ella.

Me miras con los labios y la cara manchada de semen y suavemente me preguntas : ¿Cuándo te apetece volver a hacerlo? La próxima vez quiero que tu también me folles al mismo tiempo. Me apetece sentirme llena, muy llena ………..