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Cuernos Deseados (parte 3)

en Hetero: Infidelidad

¿Que si me cabrea ser un cornudo? Para nada; he descubierto que los cuernos pueden ser un maravilloso medio de vida, donde mi mujer se convierte en instrumento de mi placer sin darse cuenta; ella piensa que me está engañando, se siente mal y, lógicamente, trata de consolarme y compensarme, cuando realmente soy yo quien promueve que me pong los cuernos para obtener un beneficio. Quien haya leído los anteriores capítulos de esta serie, sabrá que gracias a los cuernos tengo una vida sexual espectacular, gozando de varias mujeres todas las semanas, una de ellas la mía propia, un cañón de mujer, con la que estoy teniendo todo tipo de excitantes experiencias sexuales, a las que, sinceramente, nunca pensé que podría llegar.

No solo eso, sino que he logrado mejorar mucho mi situación en la empresas, de donde estaban a punto de despedirme y ahora, sin embargo, ocupo un puesto directivo con buen sueldo y poca exigencia, que me obliga a viajar un par de días todas las semanas fuera de Madrid, sin saber muy bien cual es mi cometido, dado que no tengo que hacer casi nada, por lo que aprovecho para conocer los mejores restaurantes y puticlubs de la zona, siempre que no lleve la pareja puesta, que habitualmente son o mi cuñada o Diana, una espectacular escort rubia, con la que he llegado a un ventajoso acuerdo económico.. La razón de esta maravillosa situación es solo una: mi mujer esta liada con el Director de Recursos Humanos y, por eso, este tipo está muy interesado en que duerma fuera de casa uno o dos días a la semana. En esos días, generalmente martes y miércoles, ambos aprovechan para verse en un hotel cercano, donde el cabrón la pone mirando a cuenca toda la tarde.

Cuando vuelvo a cada el miércoles por la tarde, los remordimientos la pueden y según entro por la puerta, me espera en el hall, solo vestida con un tanga y unos tacones, se agacha frente a mi y me hace una mamada increíble, mientras me dice lo mucho que me ha echado de menos. Una pregunta, Seguro que mucho de mis lectores son fieles y tienen esposas más fieles aún, por lo que seguramente estarán escandalizados con que tolere ser un cornudo, pero ….. ¿A alguno de ellos le hace su mujer una mamada como está al volver de viaje? Imagino la respuesta ,,,,,,,,, Poco precio me parece “soportar” los cuernos para lo que consigo con ellos.

Os quiero contar en este capítulo mi último logro, muy adecuado a la crísis que está sufriendo España y de la que no acabamos de salir; tal vez esté creando, sin darme cuenta, una nueva línea de negocio, a la que pronto se unirán Bancos, Petroleras y Grandes Almacenes.

Esta mañana se nos rompió la caldera en casa y tuvimos que llamar urgentemente al fontanero, porque, aunque es verano, soy un tipo friolero y no me gusta nada tener que ducharme con agua fría. El fontanero resultó ser un sirio grande, de unos treinta años, bastante atractivo, intuyo, por las miradas que le echó mi mujer nada más verlo. Aunque va cubierto por un mono azul, se le ve grande y fuerte, en buena forma física, más de un metro noventa y unos 80 kg..

Decidí irme al Gym mientras dejaba trabajar al fontanero, quien me aseguro que la avería no era nada y que solo en media hora estaría resuelta. Sin embargo, cuando volví a la hora larga, comprobé que su furgoneta seguía en la puerta; cuando entré, no tardé mucho en descubrir porque la reparación se alargaba tanto. En una de las hamacas de la piscina, Gema tomaba apaciblemente el sol, cubierta por un mínimo bikini estampado, cuya parte de abajo era un tanga pequeño que resaltaba su firme culo. El fontanero miraba desde la ventana de la cocina sin cortarse un pelo, mientras la caldera era bastante obvio que llevaba ya tiempo reparada. Decidí interrumpir sus pensamientos:

  • Vaya mujer que tengo, ¿Verdad?
  • Perdón, perdón, -balbuceo el árabe, …….. sin saber donde meterse- no se que me ha pasado. No quise ofenderle.
  • No te preocupes, le tranquilicé, tengo una mujer para admirar y lo raro sería que no la mirases. No me ofende nada que la mirés.
  • Es muy guapa, es verdad, contesto Abdul que así se llamaba el fontanero, es usted un hombre afortunado.
  • Gracias hombre, tienes buen gusto ….. ¿has terminado con la reparación?
  • Si, sí, tenía rota la bomba de impulsión, son 450 euros.
  • ¡Que barbaridad!, contesté yo, pensé que sería más barato.
  • Lo siento, pero es lo que hay. Le puedo hacer un descuento del 10%, que es lo máximo que puedo reducir la factura. Ya sabe, añade mirando con mueca pícara  hacia la hamaca donde Gema se despereza bajo el sol, por las “molestias” que he podido causarle.

Como tantas otras veces en la historia de la humanidad, a veces la genialidad surge de las situaciones más ordinarias de la vida y de la conversación aparentemente más trivial.

  • ¿Puedo hacerte una pregunta Abdul?
  • Claro, dígame.
  • ¿Te gusta mi esposa? ¿Crees que está buena?
  • Vaya pregunta, me pone en un apuro …..
  • Contesta por favor, sin vergüenza alguna. Ya te he dicho que no me ofende nada que otros hombres miren a mi mujer o que hablen de lo buena que esta.
  • Claro que está buena, menudo tipo tiene y es un rato guapa.
  • Te voy a hacer una oferta: ¿Quieres que traté de convencerla para que te pague la factura haciéndote una mamada? Puedo asegurarte que es muy experta y que merece la pena.
  • ¡Que dice! ¿Es una broma? ¿Está usted loco?
  • Ninguna broma Abdul, te ofrezco una mamada de mi mujer como pago del arreglo de la caldera. Una mamada completa, hasta que te corras, aunque, eso si, fuera de su boca, entre sus tetas por ejemplo; no te conocemos y hay que cuidar la higiene.

Abdul me mira sonriendo y, cuando no me lo esperaba, saca su vena comercial y lo aprendido a través de innumerables generaciones dedicadas al comercio a lo largo del Mediterráneo..

  • Voy a hacerle una contraoferta: Por una mamada le hago un 50% de descuento, pero si me la follo se lo dejo gratis.
  • Que duro eres Abdul, es muy exiegnte tu propuesta.
  • Sabe una cosa, creo que usted está deseando aceptar mi oferta y no solo por lo del descuento.
  • Hecho, pero debo advertirte que esa decisión no depende mi, sino de ella. Empieza por ver si conseguimos una mamada y si luego la convences …. Toda tuya. Espérame aquí que voy a ver si la hago ver lo rentable que es nuestro acuerdo.

Me acercó a Gema, deleitándome con como le sienta el tanga, sus tetas redondas y firmes, su culo fuerte ….. me pone muy cachondo ser su marido, lo que no es incompatible con que me ponga verla follar con otros, no solo por lo que obtengo en réditos, sino también porque, con sinceridad, me pone cachondo como un mono ver como la empalan sus amantes., como la follan sinb trefua, como la hacen gritar de placer, mientras la montan una y otra vez por  cada uno de sus agujeros.

  • Estás guapísima nena. ¿Sabes? ¿Estás poniendo al fontanero como una moto?
  • Exagerado, si no me he movido de aquí y él ni se ha dado cuenta de mi presencia.
  • Ya, ya. Cuando he llegado estaba mirándote por la ventana, se había sacado la polla y se la meneaba.
  • ¿Qué dices?, me pregunta ella, mientras veo como sus pezones se erizan y como se incorpora un poco en la hamaca, ¿De verdad?
  • Claro que es verdad. ¿Te extraña? Eres un pibón y cualquiera se resiste a mirarte. Este, cuando llegue a casa, se la va a cascar toda la tarde y puedo asegurarte que va a tener trabajo porque vaya tranca que gasta el moro –siempre he sabido como manejarla y esté es el ataque definitivo, porque Gema no puede resistir a la combinación entre gran y tranca o enorme y verga o gigantesca y polla …… aunque realmente no tenga ni idea de cómo la tiene Abdul.
  • ¿La tiene muy grande? Me pregunta con la vista perdida y con evidentes rasgos de estar excitándose por momentos.
  • Enorme y tu le has puesto a tope, ¿Sabes que me ha propuesto?
  • ¿El que ….?
  • No te enfades porque creo que hay que tomarlo como un cumplido. Nos hace un descuento del 50% si le haces una mamada y del 100% si te folla.
  • ¿Qué dices ….? ¿Estás loco?
  • Oye, que yo solo te transmito lo que me ha pedido y, por como le mirabas, pensé que te halagaría.
  • Esta bien, pero …… me parece una pasada.
  • ¿Tu verás?, Si a ti te apetece, por mi no hay problema. La tiene muy grande y creo que solo debes chupársela, si te apetece. Creo que te destrozaría si te folla …. añado, sabiendo de antemano que esa posibilidad la pone como una moto.

Ha tenido amantes guapos y feos, de varias razas y países, pero siempre, siempre, siempre, dotados de pollas enormes. Su actual amante, el de Recursos Humanos, es uno de los tipos más tontos con los que he tratado, pero tiene una verga de más de 25 cms, gorda y llena de venas, que a Gema la vuelve loca. Les he visto follar varias veces y puedo aseguraros que los gritos de Gema deben escucharse en toda la provincia, cuando su amante la ensarta con su tranca.

  • ¿Tan grande la tiene …….
  • Enorme ……….
  • Un 50% es un enorme descuento …….
  • Enorme
  • Y solo por una amamda, que tampoco me cuesta tanto ….
  • Así es … se que eres una ujer fiel y que nunca lo harías a mi espalda, pero si te apetece hacerlo conmigo delante, no hay problema.
  • Pero no voy a dejar que me folle, que lo tenga claro …. A mi solo me follas tu
  • Claro, cariño, ya lo se …….
  • Venga, anda dile que si, pero que te quede claro que lo hago solo por ti, porque te apetece.

Abdul no se lo cree cuando le digo se prepare para c﷽﷽e lo cree cuando le digo que se de una ducha y se prepar  he visto follar varias veces y puedo aseguraros que los grite para “cobrar la factura”; sube a la habitación y allí se queda sin saber muy bien que hacer, hasta que entra Gema por la puerta; sigue llevando el bikini tanga y se ha puesto unos zapatos de tacón que resaltan el conjunto. Se acerca al fontanero y sin más preámbulos comienza a bajarle la cremallera del mono de trabajo que deja caeral suelo, mientras le dice suavemente:

  • Solo una mamada, follar ni de coña. Que te quede claro ……
  • Ok, contesta Abdul, ok

Gema se agacha frente a él, en cuclillas, como la profesional que es y le baja el calzoncillo dejando que la verga del moro salga a la superficie y ¡que verga!, enorme, grande, gorda. Los ojos de Gema brillan de excitación cuando comienza a chuparla desde la punta hasta los huevos sintiendo como crece y crece, como si no fuera a detenerse nunca. La mamada es intensa, porque, como ya sabía, esa tranca iba a ser la perdición de mi mujer, así que no tarda mucho en echar al hombre sobre la cama, quitarse el sujetador e intensificar la chupada, metiéndose la enorme verga hasta la empuñadura, hasta que las primeras arcadas la obligan a sacársela para coger aire.

Abdul está en completo éxtasis mientras ve como la boca de mi mujer recorre su enorme verga, desde los gigantescos testículos hasta la descomunal cabeza, toda desnuda de prepucio y de la que brota el primer liquido seminal. Gema también está disfrutando con la mamada, porque es una mujer, como ya he dicho, a la que enloquecen las pollas grandes y la de Abdul es de las mejores. Como ya suponía, Abdul no puede aguantarse y saltándose lo acordado estira la mano y comienza  a acariciar el coño de mi mujer que no tarda en comenzar a suspirar y gemir, complicándose su actividad oral. Abdul sale de debajo la gira, la arranca el tanga y sin dejarla respirar mete su cabeza entre las piernas de gema comenzando una chupada que hace estremecer a Gema de placer, sintiendo como la larga lengua del árabe explora su vagina húmeda, logrando que está se inunde hasta rebosar.

La conclusión es obvia, conociendo como conozco a mi mujer y viendo lo salido que está el moro, cuya polla parece una berenjena madura del color violeta que está adquiriendo: El arreglo de la caldera me va a salir gratis, porque el fontanero me va a hacer un descuento del 100%.

Asi es, todo se confirma cuando veo como Abdul se pone de rodillas entre las piernas de Gema y juguetea con su verga sobre los labios del sexo de mi mujer, que gime desesperada, sintiendo que no puede aguantar más:

  • ¿La quieres dentro nena?
  • Si, si, dámela, dámela por favor.
  • ¿Qué quieres nena? Que no te oigo bien …
  • Quiero tu polla cabrón, Quiero tu polla ya. Métemela, métemela ya, dámela toda yaaaaaaaaa

Abdul no se hace más de rogar y de un solo empellón mete su rabo hasta casi la mitad, para, con un golpe adicional de cadera, entrar hasta la empuñadura, mientras la mujer se comba ante la fuerza del embite y grita sintiendo como la traspasa la enorme barra de carne. ¡Que forma de embestirla!, pienso, ¡como mueve sus caderas delante y detrás, con una fuerza descomunal!….. Gema se corre casi inmediatamente y desde entonces 6 o 7 veces seguidas vuelve a estremecerse de placer, mientras el árabe cambia de postura y la monta por detrás, dándola un buen repaso antes que no aguante más y la inunde de semen el coño, con una potencia tal que no tarda en desbordar su sexo y derramar la leche ardiente por las piernas de la mujer, que exhausta queda tirada en la cama, mientras Abdul se retira de su interior y me mira satisfecho:

  • Todo está pagado Jefe. Así da gusto hacer descuentos.
  • Ya lo imaginaba, le contesto.
  • Si tiene más cosas que arreglar, será un placer volver a trabajar para usted …… siempre que pague su señora. Tiene usted una maravilla y, sobre todo, si no la importa que la disfrute yo.

Desde ese día Abdul ha venido varias veces a arreglar temas de fontanería; y también Carlos Alberto, el venezolano, temas de electricidad; Dimitri, el ruso, es un fantástico jardinero, mientras que Angelo, el rumano, nos tiene la casa impecable de pintura. Mañana hemos quedado con dos hermanos senegaleses que me han recomendado, porque hay que hacer un mueble y, para eso, con un solo hombre no vale.