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La esposa de Francisco y el comisario

en Hetero: Infidelidad

¿Qué hacer cuando en la pareja decae la frecuencia sexual y la esposa no tiene ni la más mínima intención de aumentarla?

Esa pregunta rondaba permanentemente en la cabeza de Francisco quien, si bien se moría por tener relaciones a diario con su esposa, no lograba encender en ella esa chispa que lo había conquistado unos años atrás.

Laura, es una refinada abogada de 43 años, de cuerpo cuidadosamente trabajado y de una simpatía inusual, que entró, desde hace muchos meses (más de un año), en una especie de adormecimiento sexual. No sólo ya no busca ocasiones para tener relaciones o realizar juegos sexuales con Francisco, sino que tampoco responde a las insinuaciones que éste le emite. Ella siempre fue fiel, pero porque ella es fiel en esencia. Si no quiere a alguien simplemente lo deja.

Lo que Francisco cree es que llegaron al punto en que las parejas entran en crisis y apuesta a superarlo ya que la ama profundamente. Sin embargo, la abstinencia lo vuelve loco. Cada día que pasa, piensa que tendrá la recompensa sexual que tanto espera pero, al finalizar el día, cada uno se acuesta para cada lado y nada. La canción “pingüinos en la cama” de Arjona parece escrita para ellos.

Laura, pese a ello, desde hace unos años usa todos los días tangas de hilo dental, y dos o tres veces por semana no usa corpiño, tal como siempre se lo pedía Francisco. Aunque después no pase nada, ella mantiene vigente esa rutina, circunstancia que produce en su esposo un mayor estado de confusión.

No es que no tengan relaciones, lo que ocurre es que la frecuencia se redujo prácticamente a una vez por mes y sin ningún tipo de juego entre ellos. De pronto un día, ella a modo de beneficencia, se acerca a él por la noche y “plum plum”. Luego, esperan un mes más para que la escena se repita.

Obviamente Francisco no espera un mes para calmar su apetito. Prácticamente todos los días, luego de que Laura se queda dormida, de manera muy suave para no despertarla, se masturba pensando situaciones vividas o no, en las que ella es la protagonista.

Sólo en dos oportunidades Laura aceptó - varios años antes - asistir a un boliche swinger en donde practicaron la experiencia del sexo grupal (una vez con una mujer y otra con tres hombres). En la última de las veces, Francisco pudo ver como a ella le hicieron la doble penetración al mismo tiempo que le practicaba sexo oral a un tercero. Luego de ello, Laura se negó sistemáticamente a considerar una nueva posibilidad semejante. Dice que ella ya hizo lo que a él le gustaba y que ya estaban grandes para esas chiquilinadas. Sí, acepta -por el contrario- realizar juegos de exhibicionismo frente a otros, normalmente desconocidos.

Así, cada vez que Francisco juega consigo mismo, suele pensar situaciones en donde Laura es tocada, mirada, y/o penetrada por otro u otra, pese a que sabe que eso muy probablemente no lo volverá a vivir.

Una tarde Francisco descubrió que un importante oficial de la policía, un comisario llamado Luis, estaba siendo demasiado gentil con Laura. Desde hacía varios días Laura recibía uno o dos llamados o mensajes diarios en donde éste la anoticiaba de diversos hechos de interés. Como Francisco también es abogado sabe que si bien esas comunicaciones son necesarias, normalmente son más formales y espaciadas. Nunca son a diario.

Esa tarde Francisco primero se enojó, pero luego, mientras se bañaba comenzó a pensar que tal vez Luis haya visto alguna de las tangas de Laura ya que cuando se sienta o se agacha, normalmente se le escapa por detrás alguna tirita. O tal vez haya visto sus pezones en alguna oportunidad en que ella omitió ponerse corpiño. Pensaba que alguna de esas situaciones pudo “motivar” a Luis y que esté, actuando como perro en celo, rondaba a Laura en busca de una aventura. Ese baño terminó con una terrible sesión de auto-sexo que por su intensidad, dejó prácticamente secos los huevos de Francisco. Hacía tiempo que no lograba una eyaculación con esa.

Sin embargo Laura, por el contrario, ante cada llamado de Luis hacía gestos como diciendo “qué pesado”. Era evidente que la calentura venía solo de parte de él. Luis, por su parte, es casado y tiene un físico muy bueno, es alto, rubio con ojos verdes y por sobre todo, tiene un excelente pasar económico. Varias compañeras del trabajo de Laura suelen comentar acerca de lo fuerte que está el comisario.

Luego de esa tarde, Francisco comenzó a elucubrar una idea. Lograr que Laura tenga una aventura con Luis. Él estaba muy seguro de sí mismo y no tenía miedo de que ella pudiera dejarlo. En todo caso si la relación se terminaba no iba a ser por eso, sino más bien debido al desgaste propio que ya venían sufriendo. Su intención era, por un lado gozar imaginando a Laura seduciendo o teniendo sexo con otro de manera clandestina, pero también, ver si con eso podía volver a encender esa chispa que tanto le había gustado cuando se conocieron.

Durante los primeros años de relación, ella había sido muy fogoza. Prácticamente tenían sexo tres o cuatro veces por semana, y los juegos eran algo que disfrutaban mucho los dos.

Así, durante esa noche, Francisco pensaba de qué manera podía lograr situaciones que ayudaran a que Luis pudiese avanzar.

A la mañana siguiente, ambos se fueron a trabajar como todos los días. Trabajan en el mismo piso de un edificio de oficinas céntrico ya que los dos son abogados penalistas. Lo que se le ocurrió hacer era enviar algún mensaje de texto desde el teléfono de Laura que pudiere motivar a Luis a que respondiera y que así se diera una charla por mensajes. Eso se le ocurrió ya que sabe que muchas veces los chats suelen terminar en conversaciones hot.

Así, aproximadamente a las 11 de la mañana, Francisco fue hasta la oficina de Laura a visitarla y en un momento, mientras tomaban un café, ella se fue hasta el baño, momento en el cual tomó su teléfono celular, buscó el contacto de Luis, y rápidamente escribió: “perdoná que no pude atenderte, me estaba bañando cuando llamaste”. Luego presionó enviar y tras ello, borró el mensaje. La idea era que Laura recibiera la respuesta sin saber que desde su teléfono había partido un mensaje que iniciara la conversación.

Cuando Laura retornó, continuaron tomando el café y a los pocos segundos, sonó un sonido de mensaje recibido en su celular. Ella tomó el aparato, miró el visor y volvió a ponerlo en el escritorio. No contestó, ni comentó nada. Simplemente volvió a dejar el teléfono en donde estaba.

Tras eso la saludó y se volvió a su oficina. Durante el mediodía y la tarde no podía dejar de pensar en qué habrá pasado después. No aguantó y antes de las 4 de la tarde, cerró con llave la puerta de su despacho y se dio otra sesión masturbatoria pensando en los ratones que tendría Luis en su cabeza luego de recibir el mensaje. Imaginaba que él pensaría que mientras ella estaba desnuda bañándose le había sonado el teléfono y pensó en que había sido él quien llamaba.

Por la tarde, se encontraron nuevamente en la casa y mientras ella se dió un baño, Franciso volvió a tomar su teléfono y visualizó que en el chat con Luis, se había dado la siguiente conversación:

  • Buen día Laura, yo no te llamé pero te estaba por llamar. Es que tengo noticias del caso de López. No muy buenas para vos….. Yo no fui quien te sacó de la ducha!

  • Ducha?, no entiendo. No tenés buenas noticias?

  • No, más tarde paso por tu oficina y te cuento.

  • ok. Beso

  • te mando un beso.

Durante esa tarde Laura no comentó nada y todo siguió igual que siempre. Por eso, al día siguiente hizo lo mismo, pero desde antes de salir de la casa. Así, siendo las 9.00 horas, mientras Laura se terminaba de vestir, Francisco tomó su teléfono y escribió: “Hoy tenés alguna buena noticia?”. Luego, nuevamente borró el mensaje.

Ese día fue uno de lo que Laura no se puso corpiño. Estaba vestida muy sexy. Francisco sabía que durante esa mañana ella tendría una mediación y que por la tarde iría al gim. Durante el día decidió no molestarla y esperar a la noche para espiar en el celular. Al hacerlo, verificó la siguiente conversación:

  • no, hoy tengo sólo buenas noticias. jaja

  • jaja ¿qué?. De qué hablás? Empezas diciendo no, antes que buen día. ja

  • mirá vos… ¿así que sos irónica?.

  • ???..... cuál es la buena noticia?, ¿por qué irónica?.

  • Al mediodía paso por tu oficina y te comento.

  • Dale, gracias x todo. Beso

  • Por favor. Usted se lo merece. Besos

Nuevamente, Laura no comentó nada. Sin embargo, lo que más le gustó a Francisco es saber que ese día, en que ella había ido a trabajar tan fresca, Luis la habría visto. Se imaginó lo que él habría podido ver. Ella ese día vestía con un pantalón de lino blanco, muy transparente, llevaba una micro tanga blanca y arriba tenía un top blanco tapado por un chaleco sin mangas blanco. Era de esos chalecos que se usan solo abiertos. Por ende, las tetas de Laura, si bien son más bien chicas, estaban perfectamente visibles para quien las quisiera mirar. Por otro lado, ese pantalón tiene la característica de transparentarse mucho por delante y por ende, la tanga siempre es visible.

Esa noche todo siguió igual y era viernes. Pasó el fin de semana y al comenzar la semana Francisco pensó en cambiar de estrategia ya que no vio avances. Sin embargo, la cantidad de trabajo sumada a otros asuntos particulares, significaron que no pudiera pensar algo distinto por hacer durante esos días.

Al llegar el viernes siguiente, Francisco vio que antes de bañarse Laura había preparado sobre la cama la ropa que se pondría. Había preparado unas calzas blancas, una tanga blanca, y el mismo top y chaleco que la semana anterior, pero, al salir de la ducha, sobre la cama, aún estaba la tanga.

mmmm - pensó Francisco- Laura estaba por ir a trabajar sin corpiño, sin bombacha y con calzas blancas.

Esa noche, Laura que aún seguía vestida igual, le dijo que tenía ganas de comer algo distinto.

  • Fran,... ¿pedimos sushi?

  • bueno…..

Él sabía que algo estaba cambiando. Laura estuvo casi todo el día semidesnuda y ahora estaba queriendo pedir sushi. Muchas veces en años anteriores, luego del sushi que comían en el sillón mientras miraban alguna película, tenían relaciones sexuales. Esa noche no fue la excepción.

Antes de terminar la película, Laura se quitó la calza y se sentó encima de la mano de Francisco como queriendo hacerle notar que no tenía tanga. Estaba hecha una fiera. Incluso, hizo que le practicara sexo oral advirtiendo él que estaba perfectamente depilada. Luego, se fueron a dormir.

  • ¿Que pasó? - pensó él al acostarse.

Al día siguiente, ella dormía y Francisco aprovechó para ver el celular de su esposa. Al hacerlo, notó con sorpresa que no había ningún chat entre ella y Luis. Lo había borrado.

-¿Cómo que borró el chat?. ¿Qué pasó?.

Tras eso Francisco inspeccionó los restantes chats comprobando que había mensajes más antiguos. Solo faltaba el correspondiente a Luis. Luego, verificó las llamadas entrantes y salientes, comprobando que existían una o dos llamadas por día entre ambos.

Cuando llegó el lunes, Laura se vistió con una mini de cuero y botas de cuero y en la parte de arriba llevaba una camisa negra. Esta vez se puso un corpiño negro a juego.

Por la tarde Francisco pasó a buscar a Laura por su oficina y cuando estaban en el auto, notó que ella no tenía puesto el corpiño. Los pezones estaban muy marcados y se notaba que los pechos estaban sueltos.  

  • ¿Te quitaste el corpiño?

  • Si, jaja. No es eso lo que más te gusta?. Es que hoy hizo calor y estaba vestida con ropa oscura y la verdad es que me incomodaban las tiras.

  • Fue Luis a visitarte?

  • Sí, estuvo hace un rato.

Luego, ella insistió para ir a cenar a un mac donald. En realidad quiso que pidieran la comida en un auto mac para ir a comer a la costanera. Luego de cenar con vista al río dentro del auto, ella se avalanzó sobre Francisco, sentándose encima de él. Comenzaron a besarse, y Francisco comenzó a manosearla. Cuando llegó al culo de Laura, notó por un lado que no tenía puesta bombacha y además, que tenía el agujero aceitoso, como envaselinado y muy, muy dilatado. Si bien Francisco comenzó introduciéndole un dedo, al segundo pudo comprobar que muy fácilmente entraban más de tres.  Ella, se acercó a su oído susurrando y le dijo:

  • no me preguntes nada, pero…… pensá lo que quieras…….