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A mis 18, profesora particular (2da. parte)

en Voyerismo

Segunda parte

         Al día siguiente me levanté a las 6.30 hs., me di una rápida ducha y me vestí con lo primero que encontré. No me arreglé como en la tarde anterior. Lo que ocurrió es que me había puesto el despertador a las 6 pero me quedé dormido. Tomé un vaso de jugo como desayuno, agarré las cosas necesarias y partí hacia la casa de Carla.

         Al llegar, nuevamente me abrió la puerta Guillermo quien me saludó afectuosamente y me dijo:

         - Ya conoces la casa, pasá al comedor diario. Carla se termina de bañar y te recibe. Yo debo salir ya. Hay galletitas sobre la mesa, jarras con café, agua caliente y leche y cajitas con diferentes tés, servite lo que quieras.

- Gracias Guillermo.

Pasé y mientras caminaba sentí como atrás mío se cerró la puerta y ya no se lo escuchó más. Era evidente que estaba esperando a que yo llegara para irse. Cuando ingresé al comedor diario, la mesa de vidrio estaba dispuesta igual que el día anterior. En menos de un minuto entró Laura quien me saludó con un beso y me dijo que también debía irse, pero que antes de las 9 estaría devuelta ya que su mamá le había dicho que yo tenía que dibujar las figuras posturales que ella hacía con la danza. Tras decir eso, se fue.

Me serví una taza de café con leche y comencé a desayunar. Al mismo tiempo pensaba si las cosas habían comenzado como el día anterior y …. sí…. era una situación similar.

Luego de unos minutos apareció Carla vestida con un pijama típico de verano compuesto por un short de seda color crema, que no era ajustado, y una camisa de mangas cortas de la misma tela. Era evidente que no tenía puesto corpiño. Me saludó con un beso y me dijo que ella también tenía que salir un rato ya que le había surgido un imprevisto pero que en 30 o 40 minutos estaría nuevamente en la casa. Me dijo que terminara el desayuno mientras ella se vestía.

A los pocos minutos, calculo que no habrán pasado más de 3 minutos, apareció Carla vestida con la misma pollera de jean que tenía puesta el día anterior, y en la parte de arriba tenía puesta una remera blanca y por encima una campera de jean sin mangas. Si bien esa campera estaba abierta no pude ver si tenía puesto o no corpiño.

-                Bueno, ya estoy lista. Vamos a hacer una cosa, quédate acá trabajando con el segundo capítulo del libro. Tenés que leerlo y subrayar las partes importantes pero además, voy a pedirte que en una hoja aparte, escribas en no más de tres o cuatro palabras, la idea central de cada párrafo importante. La intención es que vayas haciendo una especie de cuadro de ideas centrales, para que después podamos trabajar con eso.

-                Ok.

-                Como te decía, voy a salir y te vas a quedar solo. Si llega a sonar algún timbre o el teléfono, no te preocupes. Vos no atiendas a nadie. Pero como no tengo llaves, cuando llegue te voy a tocar tres timbres seguidos para que sepas que soy yo y puedas abrirme. Abajo no hay problema porque siempre está Ramón, así que cuando escuches los timbres es que estoy acá arriba.

-                No te preocupes, cuidaré bien de la casa.

Dicho eso, se despidió con un simple chau.

Me quedé unos minutos terminando de desayunar, y luego abrí el libro y comencé a leer. Hice lo que ella me había indicado, subrayando las ideas centrales y escribiendo las palabras claves de cada párrafo. Sin embargo, no podía dejar de maldecir porque no iba a poder ver las piernas de Carla a través del vidrio. Si bien podía seguir las instrucciones de Carla, la realidad es que ella me había dado, el día anterior, una motivación extra y, como ahora no la tenía, ya no era lo mismo. Seguí así unos 15 o 20 minutos. De pronto, una idea rondó mi cabeza. Inspeccionar el cuarto de Carla.

Siempre fui curioso y el morbo que me había producido el actuar de Carla durante el día anterior me llevaba a querer saber qué tipo de ropa tenía guardada, pero no cualquier tipo de ropa. ¿Tendría ropa sexy?, ¿tendría bombachas mini?, ¿tendría fotos o revistas porno?.

Pensé que si no movía nada de su lugar, tenía tiempo y toda la casa a mi disposición  para revisarla sin que nadie lo advierta. Así, me dirigí al living y luego busqué el cuarto de Carla y Guillermo. Entré en él.

Lo primero que encontré fue una cama totalmente deshecha, con las sábanas enrolladas en la zona de los pies. En el suelo, al lado de la puerta, estaba tirado el pijama que usaba Carla y sobre la cama y sobre una almohada, había un bóxer blanco, el cual seguramente era de Guillermo. El cuarto era grande. Al costado de la cama había una mesa de luz de cada lado y por las cosas que había sobre ellas, rápidamente detecté que Carla dormía del lado derecho (mirando la cama de frente). Al costado de la cama, sobre el lado izquierdo, había un gran placard el cual estaba abierto. Sobre el respaldo de la cama había cuadro con una foto de ambos caminando en una playa.   

Dentro del placard se veía una cajonera. Me dirigí hasta ella. Había 5 cajones. Abrí el primero y allí había medias y calzoncillos de Guillermo. Dentro del segundo cajón, había muchas medias de mujer, de diversos tipos. Todas llamativamente ordenadas por color. En el tercer cajón había chombas y remeras de hombre. En el cuarto cajón había muchas remeras chicas y tops de licra, y en el quinto cajón había camisones y pijamas de mujer. Había 3 camisones, los cuales eran transparentes. Los pijamas eran 2 y eran similares al que tenía puesto Carla, pero de colores blanco y rojo. ….. ¿Dónde estaban las bombachas?. Me paré y recorrí con la vista todo el dormitorio y no encontré ningún otro cajón. Solamente a los pies de la cama había un mueble extraño, el cual tenía un pequeño cajón cerrado con un pequeño candado. Supuse que si había cosas secretas, muy probablemente ese sería el lugar en donde las guardaban.

Luego de ello, revisé el placard, notando que la ropa de Carla estaba sobre el lado derecho. Había una especie de cuadrícula en donde estaba guardada la ropa de danza, las remeras, y otras prendas, luego estaba la parte de colgar, y por debajo, de punta a punta del placard, había un gran zapatero, con todo perfectamente ordenado.

Volví a mirar el cajón de las medias pensando que, como los cajones son amplios, podría hallar detrás, las bombachas. Sin embargo, nada. Eran solo medias.

Ahí caí en la cuenta de que no solo no había encontrado bombachas, sino que tampoco había corpiños. Sobre la mesa de luz de ella había un libro de Wilbur Smith. Abrí el único cajón que tenía esa mesa y allí guardaba algunos remedios, un pañuelo, algunas cremas corporales, dos biromes, y unas monedas. Me quedé pensando unos segundos y mientras lo hacía vi que había una puerta que daba a un baño. Supuse que tal vez allí podría encontrar esa ropa, por lo que me dirigí a él.

Dentro de ese baño, había una cabina de ducha, y frente al vanitory, había un mueble con varios cajones y a su lado había un cesto plástico repleto de ropa sucia. Bingo!, pensé. Si no las encuentro dentro del mueble, al menos podré ver las que se quitó en estos días, ya que por el tamaño del cesto y la cantidad de ropa, parecía que había ropa de muchos días allí. Así, abrí todos los cajones y lo más parecido que encontré fue un par de bikinis completas, pero nada más. Luego, comencé a buscar dentro del cesto. Allí encontré varios calzoncillos y diversa ropa de ambos, pero ni una sola bombacha o corpiño. Volví a poner todo en su lugar y fui rápidamente hasta el lavadero, para ver la ropa lavada. Allí no había nada desordenado, ni ropa por lavar. Había un estante a media altura, en donde había 3 grandes cajones de mimbre, dentro de los cuales estaba la ropa que ya estaba planchada y lista para llevar a los cuartos. Cada cajón tenía un nombre de cada uno. El de Carla solo tenía un pantalón de jean y dos remeras. El de Guillermo tenía dos calzoncillos, dos pares de medias, remeras y un pantalón. El de Laura, tenía dos bombachas bastante chicas, remeras, una pollera y unas calzas.

En ese momento sonó tres veces el timbre, por lo que volví muy rápida y sigilosamente hasta la puerta. ¿Habían pasado ya los 40 minutos?. Abrí la puerta y Carla entró. Se la veía muy acalorada ya que era un día muy caluroso y con mucha humedad. Parecía que estaba por llover ya que estaba todo nublado.

-                ¿Cómo te fue?, ¿pudiste avanzar?

-                Sí, aunque no mucho. Es un texto muy aburrido y me cuesta comprenderlo. Tuve que leer varias veces cada párrafo. De todas maneras algo avancé y aún queda tiempo.

-                Bueno, te quedan unos 30 minutos más, así que manos a la obra!

Nos dirigimos hasta el comedor diario, me senté y continué con lo que había empezado. Mi cabezas daba mil vueltas pensando. No encontré una sola bombacha en toda la casa. ¿Eso significa que nunca usa?. ¿Estaría ahora, nuevamente sin bombacha?. Mientras yo pensaba y hacía que estudiaba, Carla permanecía parada sirviéndose una taza de té. Se quitó la campera de jean y ahí verifiqué que no tenía puesto corpiño. Era una remera tipo básica, blanca, de tela de algodón, que le quedaba bastante ajustada. Sus pequeños pechos se marcaban a la perfección, permitiendo que sus pezones resaltaran con claridad.

-                No te veo muy concentrado. Hagamos algo. Me sentaré a tu lado y te ayudaré con unas hojas porque sinó, no terminarás la parte de hoy.

 Se sentó a mi lado y por más que mis ojos bajaron en la búsqueda de la entrepierna de la profe, el ángulo de visión era escaso y no podía verla. De todas maneras, tuve que hacer un esfuerzo en concentrarme ya que me estaba obsesionando con ver algo y eso se hacía cada vez más evidente. Continuamos un rato así. Yo leía en voz alta y ella, que estaba sentada a mi derecha, subrayaba lo que parecía importante. Al mismo tiempo, con mi mano derecha, yo escribía en una hoja las palabras importantes de cada párrafo. Para hacer eso, estábamos muy cerca, a tal punto que podía sentir perfectamente su aliento cada vez que hablaba o respiraba. Por otra parte, mi mano derecha, con la que escribía, rozaba o tocaba permanentemente el brazo derecho de Carla, con el cual subrayaba. Ella lo tenía extendido y pasaba por debajo del mío. Era un verdadero nudo. Una posición muy incomoda pero yo rogaba para que la hora no avanzara. Esos roces, sumados a su aliento, y saber que estaba sin corpiño y muy probablemente sin bombacha, producían en mi un estado de calentura máximo. Mi erección me estaba jugando una mala pasada ya que sentía como se me estaba humedeciendo la punta del pito, con el riesgo de que se moje el pantalón.

Tras unos minutos así, me dijo,

-                bueno, ahora seguí solo. Ya avanzamos tres hojas y tenés 15 minutos para terminar las 4 hojas que quedan. Tiempo más que suficiente.

Cuando terminó de decir eso, se apartó unos centímetros hacia la derecha para pararse, y al hacerlo abrió sus piernas y ahí sí pude ver que no tenía puesta bombacha. Nuevamente pude ver, aunque por un segundo, ese magnífico y ansiado paisaje. De inmediato salió del cuarto y quedé solo.

Seguí estudiando hasta que terminé. Ya eran las 8,45 y sin darme cuenta Laura había vuelto ya que escuché que hablaba en el living con su mamá. De pronto, Carla me llamó para que vaya para allá, porque era hora de pasar a dibujo.

Al llegar estaba sola. Me dijo que ese día haríamos “carboncillo”. Me explicó que el lápiz y el carboncillo son materiales parecidos en muchos aspectos, tienen una textura suave, polvorienta, son frágiles y difíciles de dominar al principio. Al realizar los trazos de carboncillo se deben alejar las manos del papel mientras se dibuja para no correr accidentalmente el dibujo. Si se acumula el polvo, hay que soplar, ya que no se puede quitar con la mano porque se ensucia el dibujo. Estos materiales son ideales para obras de estilo difuso y fluido, no para trabajar en algo detallado o preciso. También me dijo que ya que el material muestra la textura del papel, es importante escoger el tipo de papel porque su textura variará el efecto final. Es fácil de borrar si se comete un error, sólo se necesita quitar el polvillo con un trapo y luego borrar con un borrador de nata.

-                La idea de hoy es que puedas fijar en tu mente, y plasmar en la lámina, como Laura estirará. La pose será simple. Ella estará sentada frente a ti y tendrá que lograr estirar ambas piernas, abriéndolas lo más posible, sin que su tronco se incline. Debe estar perfectamente derecha. Para lograrlo hay que estar muchos minutos en esa pose e ir abriendo las piernas a medida que el tiempo pasa. Vas a poder registrar los trazos básicos y luego, con lo que registres en tu mente, vas a poder darle el toque final en tu casa. Igual que lo hiciste ayer.

-                Muy bien.

-                Laura se fue a cambiar y vuelve enseguida. Hoy no dibujarás desde el piso. Voy a poner la pizarra en un trípode para que puedas ver la escena desde arriba, parado, ya que el efecto será mejor.

-                Buenísimo.

Tras decir eso, trajo un trípode y lo colocó cerca del ventanal que daba al patio. Me trajo una especie de banco alto. No para que me siente sino para que lo utilice como mesa para apoyar las cosas. De pronto entró Laura. Vestía con una especie de catsuit amarillo. El color era muy pálido. Se lo notaba como gastado. Pude ver perfectamente que no tenía puesto corpiño y por cómo se le metía en la entrepierna, tampoco tenía puesta bombacha. Era un cameltoe impresionante.

-                Lau, hoy vas a estirar. Te vas a sentar con la espalda casi apoyada contra los espejos, sin tocar, y vas a abrir bien las piernas. Cuando llegues a tu punto máximo, vas a quedarte así durante unos tres o cuatro minutos, luego, vas a cerrar y vas a volver a abrir. Así, varias veces, cuando te sientas cansada vas a pararte y caminar unos pasos y luego volvés a sentarte y abrir.

-                Muy bien ma.

Se sentó tal como se lo indicó su mamá y abrió lo más que pudo las piernas. Sin embargo, Carla no estaba del todo conforme. Por lo que, después de unos minutos de efectuarle correcciones, le dijo que la imitara. Así, Carla se sentó frente a Laura y abrió las piernas de manera impecable. Ante eso, mis ojos fueron directamente hacia el espejo. Lo que veía no tenía igual. Podía ver perfectamente la vagina de Carla. Se veían muy claramente sus escasos vellos púbicos depilados dejando una muy delgada línea en el centro. Pero lo mejor de todo, era que Laura tenía esa imagen al igual que yo, pero de frente. Era imposible que no la viera y sin embargo no hacía ningún gesto de reprobación.

Laura imitaba todos los movimientos de su mamá, logrando una postura perfecta.

Así estuvieron varios minutos, tiempo durante el cual, hice algunos trazos muy suaves que me permitieran comenzar a dar la forma. Sin embargo, desde donde yo estaba podía ver también, en primer plano, el culo de Carla. Es que al abrir sus piernas, la pollera se le acomodó como si se tratara de un cinturón y por ende, prácticamente todo su culo estaba desnudo frente a mi. Al mismo tiempo veía en el espejo su vagina abierta a más no poder. También veía que Laura, su hija,  estaba sentada frente a ella viendo lo mismo que yo. Pero no solo eso, debido a la postura, y lo gastado de la tela de su catsuit, podía ver a través del espejo, que en su culo no se trasparentaba ninguna bombacha, lo que me indicaba que efectivamente tampoco tenía.

Luego de unos minutos Carla se paró y vino hacia mi para ver si había podido dibujar algo.

-                Muy bien. Veo que hiciste un bosquejo suave pero bastante real. Seguí que voy hasta el toilet y vuelvo enseguida.

Continué haciendo pequeños trazos y más que nada observaba todo lo que podía para registrar en mi mente la escena. Así habrán pasado unos 25 minutos. Carla ya había vuelto e intercalaba entre ver mis trazos y observar y corregir a Laura. Cuando faltaban unos cinco minutos se volvió a sentar frente a Laura igual que al principio, y tras unos 20 o 30 segundos, le dijo a ella que elongarían, por lo que de manera sorpresiva giró 180 grados, quedando frente a mi y le pidió que siguiera sus movimientos. Es decir, estaba ella sentada delante de su hija pero frente a mi. Yo tenía a ambas sentadas en fila frente a mi, con las piernas abiertas. Tenía a no más de 3 o 4 metros, las piernas totalmente abiertas, con la vagina de Carla en primerísimo plano.

Ella levanto su vista y me dijo:

-                Bueno, vamos a ir terminando. Aprovechá estos últimos momentos para grabar en tu mente lo que veas así después podes dar los trazos finales más firmes.

No podía creerlo. No sabía que cara poner. Era imposible que ella no se diera cuenta de lo que estaba haciendo. Se estaba exhibiendo descaradamente ante mi y lo peor, (o mejor) es que lo hacía delante de su hija. Solo pensaba, ¿cómo una mujer podía ser tan puta?. ¿Cómo debía reaccionar? Estaba abierta de piernas, totalmente en bolas, y con la mejor cara de póker me pedía que grabara en mi mente todo lo que veía.

Cuando llegó la hora, se paró y vino hasta donde estaba y me pidió que terminara el dibujo en casa. Me saludó con un beso y me fui.

Al igual que el día anterior, llegué a casa y corrí hasta mi cuarto para masturbarme. No resistía más. Debo haber tardado unos dos o tres minutos en acabar. Por mi mente pasaban todas las imágenes de la concha de Carla, pero también, otras más sutiles como las tetas marcadas sobre su remera, el físico semidesnudo de Laura, la falta de bombacha de ambas y la inexistencia de bombachas y corpiños en toda la casa. Pensaba en que debía ser un puta muy caliente. Sentía envidia hacia Guillermo ya que debería coger todos los días. Imaginaba lo caliente que debería estar siempre sabiendo que su esposa no tiene bombachas y que anda en bolas por la vida mostrándose frente a cualquiera. En fin, todos esos pensamientos produjeron que mi miembro explotara en pocos minutos. Mi semen saltó salpicándome por todas partes. Sin embargo no me importó. Quería más.

Me quedé unos minutos recostado y de pronto escuché la voz de mi mamá que me llamaba….. ¿Qué hacía en casa?. Salí del cuarto intentando que ella no perciba las partes mojadas de mi ropa, y encontré que no solo estaba ella sino también Carla. Me dijo que había ido al colegio a pagar la cuota y que le dijeron que hubo un error, que la materia ingles estaba aprobada, por lo que fue a la casa de Carla pensando que aún yo estaba allí y que le dio la noticia a ella y por eso ambas vinieron a dármela a mi.

-                     Buenísimo! Eso significa que ya no tendré que seguir escuchando los cd?

-                Exacto – dijo Carla, quien vestía igual que como estaba cuando la vi a primera hora, es decir, con la campera de jean sin mangas.

Noté así que ante mi mamá no quería quedar expuesta pero ….. ¿ante mi si?. ¿Yo le gustaría?. ¿Querría ser mi amante?. Mi juvenil cabeza no paraba. Los ratones no salían, desde hacía casi 48 horas, de la ruedita.

-                Vamos a tener que cambiar los planes pero es mejor ya que tendremos más tiempo. Hoy volvé a casa a las 19, como habíamos quedado, y allí veremos como seguimos. Aprovechá a terminar bien la lámina. ¿Pudiste registrar en tu mente todo?.

-                     Sí….. registré lo que pude.

-                     Muy bien, nos vemos a las 19.

-                Te acompaño hasta la puerta Carla. Yo también me voy a seguir trabajando. – dijo mi mamá.

Me saludaron y se fueron. Eran las 10.30 horas, me había levantado muy temprano, había ido a “estudiar” durante tres horas y finalmente me había masturbado. Estaba muy cansado. Decidí acostarme en mi cuarto.

Estaba en un living oscuro, sentado en un sillón de un cuerpo, y sonó el teléfono. Atendí y era Laura.

-                     Hola, estas solo?

-                     Sí. ¿Cómo estas Laura?, ¿necesitas algo?

-                     Mmmm, necesitar siiiii. ¿Te imaginas qué?

-                     No, decime.

-                Es que me encanta que mi mamá te haga calentar y no quisiera que seas egosita y te guardes para vos esa calentura que debés tener..

-                De qué me hablás?

-                Yo estoy sola en mi cuarto. Mi mamá salió y vuelve dentro de muchas horas. Estoy desnuda sobre la cama. En realidad ….. no tuve que sacarme mucho. Cuando estuviste, ….. estaba casi desnuda. ¿Te diste cuenta?

-                Sí. No soy de piedra.

-                Me puse ese catsuit para vos ya que se que se trasparenta todo. Mmmm

-                Ah ¿sí?.

-                Sí…… mmmm….. ¿Vos estas vestido?.

-                Sí.

-                Ayyy, que pena!. Mientras yo te hablo me estoy acariciando

-                ¿De verdad?. …. ¿Qué pensas?

-                Mmm, pienso…. ¿Viste la conchita de mi mamá?. Mmmm

-                Sí.

-                Estaba toda mojada. Yo podía verla a la perfección. Sus labios se abrían y se notaba su flujo. Es muy zorrita mi mamita.

-                Mirá vos.

-                Yo también estaba mojada y se notaba. ¿Vos lo viste?. Me mojé toda….

-                No, pude ver tu culo y vi que no tenías bombacha, pero nada más

-                No sabés lo caliente que estaba. Pasa que mamá y papá cogieron a la mañana y yo escuché todo. Ella hablaba de cómo te hacía calentar a vos y él le pedía que siguiera adelante…..mmmm….. Siempre que cogen los escucho……mmmmm…… ¿te estás tocando?

-                Si. Tengo mi pito en mi mano, ¿vos?.

-                No tengo tu pito en mi mano, aunque me gustaría tenerlo en mi mano, en mi boca o ……… en mi culito, jajaj

-                Sos tremenda

-                ¿y vos no?

-                No tanto, jaja

-                Es que me calienta mucho ver como mi mamá seduce a otros. Cuando lo hace es muy puta y eso me calienta. Yo quisiera ser así cuando sea más grande, aunque me falta aprender mucho….. ay…..ay….ahhh….ay….. no sabés como coge. Le gusta que le den por el culo.

-                Ah ¿si?, ….ah….. y…. ¿y a vos?

-                A mi también!. Me encanta que me aceiten….., que me metan deditos……. y luego ……. la puntita de la verga …

-                ¿Solo la puntita?.

-                Si, solo la puntita. ahh,……ay….ah…. ¿Me darías tu puntita?

-                Seeeeeeeee……

-                Como no tengo aceite ahora, me estoy humedeciendo mis dedos con mi flujo ….. ahora me estoy metiendo el dedo índice en el culo ahhhhh

-                Seguí….. por favor seguí…….

-                Con mi mano derecha me estoy frotando el clítoris...  ahh…….ahhh….. qué lindo….. Ahora me estoy chupando los dedos…mmmm…..qué saladitos…..

-                Qué turra que sos. Sos tan puta como tu mamá… ahhhh, …. Ahhhhh….. AHHHHH. ………….. Me hiciste terminar puta…..

Abrí los ojos y estaba tirado en mi cama boca abajo. Estuve soñando….. Me miré la entrepierna y estaba mojado. ¿Acabé dormido?. Fue un sueño muy real.