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Charlas de Whatsapp 2

en Hetero: Infidelidad

En esta segunda entrega de las conversaciones de whatsapp mantenidas entre Laura y Francisco, surgen ciertas situaciones que producen un gran quiebre de la relación.

¿Dije quiebre?.....

            Necesariamente para comprender cabalmente este relato habrá que leer previamente la primera parte ( https://www.todorelatos.com/relato/141349/ ). A modo de resumen puedo decirles que, en aquella ocasión, transcribí algunas conversaciones mantenidas por los protagonistas en los primeros tiempos de su relación. Aquí, haré lo propio pero con la salvedad de que ha transcurrido algún tiempo, aunque muchas de las cosas siguen igual.

Laura: a qué hora vas a venir a buscarme?. Y dónde te espero?

Francisco: Hola princesa!!!!. Te busco a las 8 de la noche y si puedes, espérame en el semáforo de Oro y Santa Fe. Justo en la esquina de “La Burdalesa”, así no estaciono. Te toco bocina y te subes.

Laura: Bueno dale. Pero….. No me hagas esperar mucho. Mira que voy desabrigada….. jajaj

Francisco: jajaja, eso es justo lo que espero perrita. Pero, vos tampoco me hagas esperar, mira que ahí es casi imposible estacionar. Haré lo posible para venir por la av. Santa Fe y que me toque el semáforo, así te toco bocina y subes. 

Laura: Dale genial.

            Era sábado y, como siempre, ella tenía autorización para salir de su trabajo y volver a la hora que quisiera. Así que ese día por la tarde fue a depilarse y le pidió a la chica que la atendió que le hiciera, en la zona púbica, una línea muy finita y que no se la recorte a lo largo. Ese dibujito, lo pidió así porque Francisco le comentó que se excitaba mucho al ver que las chicas estuvieran bien depiladas pero sin embargo, últimamente, dijo que le encantó ver, según él en una revista, a una chica a la cual se le veía asomar de su tanga, una línea de vello púbico. Incluso dijo que también le gustaría verlo cuando use alguna pollera sin bombacha pues si bien le gusta la piel de bebe, al estar toda depilada hay veces que no se llega a distinguir bien el chochito. Dijo que eso lo hace calentar muchísimo. En su concurrencia al lugar en donde la depilaron pasaron cosas sorpresivas y más que interesantes que contaré en una próxima entrega.

             Así, a la hora y en el lugar indicado, sonó la bocina y Laura se subió al auto de Francisco. La noche era un poco calurosa y Laura no quería quedar como una prostituta en plena calle,  así que, aprovechando que había pronóstico de lluvia, por encima de su “ropita”, se puso un piloto que, si bien era plástico y transparente, tenía un tinte de color negro que no facilitaba la vista de lo que ella tenía debajo.

            Francisco cada vez que quería que ella se vistiera de “perra”, le decía que esperaba que se pusiera alguna “ropita” linda, o sexy o mínima. Él solía usar esos términos cuando quería una noche de acción.

            De esta manera, ese día, Laura se puso una tanga del tipo hilo dental de color negro, una pollera corta de ese mismo color, una remera también negra muy ajustada y unas botas negras, con tacon stiletto, muy finitos. Esa remera, por el hecho de no llevar corpiño, permitía una vista perfecta de sus pechos. Es importante aclarar que el físico de Laura era realmente privilegiado y tenía unas formas realmente marcadas. Muchas veces Francisco decía que se parecía a Lara Croft en la película “Tomb Raider”.

            Fue así que Francisco la llevó a comer a un restaurante de Puerto Madero. Al llegar estacionó en la puerta y el servicio de parking ayudó a Laura, quien ya se había quitado el piloto, a bajar del auto y luego guio a la pareja hasta la entrada en donde aguardaba la recepcionista.

            Francisco, había reservado previamente una mesa que pidió, expresamente, que fuera en el piso de arriba. Eso fue porque como a él le gustaba que los demás puedan ver a su dama, sabía que los cocineros, ayudantes y mozos, tenían una vista privilegiada ya que la cocina quedaba por debajo de la escalera y el espacio que había entre escalones, permitía ver perfectamente las piernas – y algo más – de las personas que subían.

            Todo marchó perfecto. Laura estaba vestida con “ropita”, consiguieron mesa en el piso de arriba, Laura subió por la escalera permitiendo que cualquiera que estuviera debajo pudiese ver su entrepierna y ya estaban sentados en una mesa baja – tipo ratona- en donde no solo Francisco tenía una vista perfecta de esa tanga que Laura no se molestaba en tapar, sino que además, los mozos que atendían veían lo mismo.

            Como Laura también tenía un lado exhibicionista, disfrutaba cada instante que transcurría. Gozaba viendo cómo los hombres que la miraban, al ver que ella los miraba, hacían lo imposible para disimular.

            Luego de la cena, fueron a un hotel en donde tuvieron sexo como siempre. En esos momentos, mientras él la penetraba por delante y jugaba con dos dedos por detrás, susurraban lo que habían vivido momentos antes. Finalmente, Francisco llevó a Laura a su casa y se despidieron con un largo beso apasionado.      

            En la mañana siguiente ella recibió un temprano mensaje de Francisco. Al ver la pantalla bloqueada de su IPhone, observó que era un video. Sin embargo, no había ningún otro mensaje. Pensó qué era raro que no le haya escrito nada, pero decidió no darle importancia. Sin embargo, luego de un rato, al estar más desocupada, decidió escribirle a Francisco para saludarlo y notó que el mensaje con video había sido borrado por él. Rápidamente, Laura sintió que algo raro ocurría y recordó que cuando compró su teléfono, le explicaron que si ponía en las opciones de whatsapp que los videos y fotos se descarguen y guarden en el carrete de manera automática, los mismos permanecerían allí aunque el mensaje sea borrado.

Así que, abrió su carrete de fotos y abrió el video. Lo que vio la impactó. Era un video de aproximadamente 5 minutos en donde una chica, que al principio estaba vestida, iba quitándose sus prendas hasta quedar totalmente desnuda. Pero lo que la desconcertó fue que la chica, decía que esperaba que el video sea de su agrado, que ella estaba haciendo lo que él le había pedido y que esperaba que lo borrara para que su novia no se lo encuentre. Luego de desnudarse y mientras susurraba cosas tales como “qué caliente que estoy”, “tendrías que meterme un dedo para sentir lo mojada que estoy”, etc…. ella tomó un consolador doble de goma y tras meterse cada extremo en cada agujero, comenzó un juego de mete y saca que duró hasta que el video se cortó. Y lo que la terminó de destrozar, fue notar que la chica estaba depilada exactamente del mismo modo en que Francisco le había pedido que lo haga, o sea, del mismo modo en que ella ahora también lo estaba.

Laura no podía creer lo que había visto. Se sentía una boluda en todos los sentidos. Reprodujo el video no menos de tres veces para intentar escuchar cada palabra o, al menos, encontrar alguna explicación lógica, pero, sin embargo, no la encontró. Fue en ese momento que recordó que Francisco la noche anterior, mientras tenían sexo y se contaban intimidades morbosas, le dijo que había una compañera del trabajo que lo estaba buscando.

Uno más uno es dos, no tres, pensó Laura, y agregó, ¿vos querés tres?, perdiste pibe, vamos a ser cuatro.

Sin más que hacer, pensó el modo en que podía vengarse. Antes de decidir qué hacer con Francisco, estaba decidida a pagarle con la misma moneda, por lo que pensó de qué modo podría vengarse rápidamente. Así, buscó en sus contactos de Facebook y al ver la lista recordó que un compañero suyo de la facultad, llamado Lucio, le había tirado los perros varias veces.

 Así, lo primero que hizo fue escribirle a Francisco  

Laura: Hola amor!. Te levantaste ya?

Francisco: Hi princes!. Así es. Hace varias horas. Estuve pensando mucho en vos…..

Laura: Ah si??

Francisco: Siii… Pensaba si aún te dolería ese culito tan lindo que me diste anoche.

Laura: pues, no. Aunque debo admitir que al principio me dolió un poquito. 

Laura: antes que sigas, hoy no podremos hablar mucho porque tengo que cuidar a Don Arturo todo el día. Me pidió que estuviera con él, y atenta, ya que estuvo con algo de fiebre. 

Francisco: pero, y cuál es el problema?. Si siempre te la ingenias para que hablemos todo el tiempo.

Laura: Si ya se pero quiero aprovechar para hacer una limpieza profunda de la casa y si te escribo, me distraigo mucho.

Francisco: Bueno, no hay problema.

            Tras eso, Laura escribió a Lucio:

Laura: Buen día Lucio. Cómo estas? Estas despierto?

Lucio: Qué sorpresa?. Sí, por supuesto, pero si no lo estaba, ya lo estoy…. Necesitas algo?

Laura: Sí.

Laura: La verdad que esta semana estuve bastante distraída en clase y no logré tomar todos los apuntes. Pensaba que tal vez, si no tienes nada más divertido que hacer, podríamos juntarnos un rato y mientras te cebo unos mates, me explicas un poco lo que vimos y me ayudas a copiar lo que me falte.  

Lucio: Pues, convengamos que repasar lo de clases no me es divertido, pero bueno, es cierto que nunca está de más.

Laura: Bueno, yo no sé muchos chistes para que te diviertas, pero puedo intentar hacer que te sea una tarde divertida…..

Lucio: suena interesante. Esta bien, cómo quieres que hagamos?

Laura: En mi casa no puedo. Si quieres podemos juntarnos en la tuya, en un bar, o donde quieras.

Lucio: Vendrías a mi casa??? Vivo solo.

Laura: Eres tan peligroso?. No te tengo miedo.

Lucio: ok, te espero a las 14.

            Laura estaba decidida a hacer algo pero no sabía hasta dónde llegar. Sabía que no quería enamorarse de otro, ni quería que el otro se enamorara de ella. Lo que ella sentía por Francisco era serio. Aunque estuviera muy enojada, sabía que lo quería realmente. Durante el tiempo que llevaban juntos sabía que era la persona con la que quería casarse y tener hijos, pero ese video la había descolocado. Si bien hacía pocos minutos que había visto el video, su enojo crecía y turbaba sus pensamientos. Quería vengarse pero no quería problemas con otras personas. Su objetivo era que Francisco sintiera lo mismo que ella acababa de sentir y después ver si era perdonado. Sin saber bien hasta donde llegaría, sabía que estaba decidida a devolverle el golpe.

Cuando se hizo la hora, Laura se vistió exactamente igual que en la noche anterior y fue hasta el domicilio indicado. La única diferencia fue su tanga. Esta vez eligió la más chiquita que tenía, una que casi no tenía tela por delante y que por detrás, solo era un hilo muy finito. Además ésta era de color blanco.   

            Durante el viaje en taxi, su lado exhibicionista pudo con ella y abrió sus piernas lo suficiente como para que el conductor pudiera ver lo que quisiera. En realidad no es que ella abriera sus piernas, cuando notó que las tenía abiertas y que el taxista podía verla desde alguno de los espejitos, simplemente evitó cerrarlas. Nada le importaba y mucho menos ahora. Pensaba en si el taxista estaría viendo esa tirita de vello púbico que Francisco tanto quería. Fue en ese interín que decidió que lo que haría sería calentar lo suficiente a Lucio, con besos y manos incluidas, y filmar la situación para luego enviar el video a Francisco. Le pagaría con la misma moneda a través de un video.

            Cuando llegó al departamento de Lucio, tocó el timbre y tras eso, sonó el clásico ruido del portero eléctrico que le indicaba que podía empujar la puerta y pasar. Al subir, ella lo saludó con un beso en la mejilla y él respondió diciéndole que ni en sus sueños imaginaba tenerla en su casa. Luego la invitó a pasar al living, lugar en donde había dos sillones de una plaza enfrentados con una mesa ratona en el medio. Ella se quitó su piloto y se sentó. La cara de Lucio era la misma que la de un niño el día en que su padre lo lleva a un parque de diversiones. Sus pezones se dibujaban perfectos en la remera.

            Ella, rápidamente pensó en cómo haría para filmar todo. Claramente el diseño del living resultaba ideal para sus juegos, así que mientras Lucio fue a preparar algo para tomar, ella se paró y puso su teléfono a filmar apoyado sobre su piloto que había apoyado en una mesa del comedor, que estaba al costado del living. Ella sabía que el ángulo de la cámara lograría capturar todo pero no sabía si el sonido sería bueno ya que la mesa estaba alejada a unos 3 o 4 metros. Además, sabía que por batería y capacidad de almacenamiento, tenía casi una hora para terminar su cometido. Para que ningún llamado corte su filmación, puso su teléfono en modo avión.

Fue así que ni bien volvió Lucio, abrió su cuaderno y comenzó a buscar los apuntes de las últimas clases. Mientras tanto, Laura, quien estaba sentada en uno de los sillones y hábilmente había colocado su mochila entre sus piernas, hacía como que buscaba sin éxito una birome dentro de la misma. Lo que en realidad hacía era comenzar a darle a Lucio, quien estaba sentado enfrente suyo, una clara vista de su entrepierna.

Su objetivo comenzó a darse pues Lucio disimuladamente saltaba su mirada entre sus piernas y sus pechos, no dándose cuenta de que Laura lo estaba mirando pero sus miradas no llegaban a cruzarse. En realidad, Lucio a esa altura, ya se estaba dando cuenta que la cosa no se le complicaría demasiado. Su ego creció al igual que su pene sintiéndose un galán irresistible al cual la chica que le gusta, cayó rendida a sus pies.

Rápidamente, Lucio dijo que le dictaría algunas definiciones. Lo que él buscaba era que ella tuviera su mirada ocupada en su cuaderno para así él poder ver lo que quisiera. Y para lograrlo, ya que él también tenía que leer sus propias definiciones para poder dictarlas, memorizó oraciones largas así ella se demoraría más segundos en copiarlas. Así, entre oración y oración, las piernas de Laura se abrían, cerraban, cruzaban, se volvían a descruzar y abrir. Su excusa era que estaba incomoda pero por dentro, ella gozaba -y mucho- viendo cada tanto las caras de Lucio e imaginándose lo que él debía eran pensando y sintiendo. En un momento pensó que él estaría tan caliente que le rompería el culo si se lo agarraba, aunque rápidamente recordó que su objetivo era solo el de dejarlo bien caliente pero no llegar hasta ese punto.   

  Mientras todo eso pasaba, ella seguía copiando todo lo que él dictaba. Así estuvieron unos diez minutos hasta que de pronto decidió que era la hora de dar un paso más. Miró hacia la mesita y vio que Lucio había traído un mate, por lo que se paró y le dijo que le cebaría unos mates mientras que le pidió a él que buscara unos datos en sus apuntes. Así, echó agua en el mate y dio un primer sorbo hasta hacer el típico ruido que emite la bombilla. Tras eso, volvió a poner agua y esta vez le acercó el mate a Lucio. Para ello, se acercó desde el costado y estiró la mano ofreciéndoselo, y mediante un certero movimiento intencional disimulado, volcó el mate sobre la entrepierna de Lucio, circunstancia que aprovechó para abalanzarse sobre él y con sus manos hacer como que intentaba limpiarlo y a su vez evitar que se quemara. Obviamente que para hacer eso frotó sus manos contra el pantalón de jean que él llevaba y, por ende, también a su -obviamente- duro miembro. Así, tras unos breves segundos de confusión y nerviosismo, vinieron una risas cómplices y de inmediato, él acercó su cara a la de Laura logrando así el primer beso.

La situación fue candente de inmediato. Ella sabía que le quedaban no más de 45 minutos de grabación y así, para evitar que la cosa se estirara demasiado, le dijo a Lucio que en menos de una hora debía volver a su casa. Luego, y mientras se besaban, ella pasó sus piernas por encima de las de Lucio y al oído le susurró que se sentaría sobre él para así poder curar sus heridas. En ese momento apoyó su cola, ya al aire pues su pollera parecía un cinturón, sobre la entrepierna de Lucio y al mismo tiempo sus pechos sobre el de Lucio. Las manos de él no tardaron en comenzar a hurguetear buscando el culo y las tetas de Laura quien claramente se los estaba ofreciendo. Los besos de él, pronto se fueron transformando en chupadas que fueron bajando, primero por el cuello y hasta llegar a los pechos de ella a la que ya le había levantado la remera.

Todo parecía bajo control, hasta que de pronto, mediante un movimiento que Laura no logró detectar, el pene de Lucio se introdujo rápidamente en su vagina. Ella, si bien estaba muy caliente, se sintió rara. Por un lado no quería parar, y de hecho no lo hizo, pero por el otro, la cosa ya había pasado de la raya que ella había marcado previamente. El pene de Lucio era bastante más grande que el Francisco y también lo sentía más duro. Por un momento pensó en qué le dolería mucho que la ensartara por el culo, pero ya a esa altura, decidió dejarse llevar. Él, sin embargo, pensaba en que no quedaría muy bien si en su primera relación intentara darle por el culo, por lo que se limitó a seguir dando movimientos de vaivén por la vagina e intentar llegar hasta el culo con uno de sus dedos. Los besos se sentían cada vez mejor. Laura, sentía que estaba siendo taladrada y emulaba esos movimientos intentando meter dentro de la boca de Lucio su lengua. Ella siempre se caracterizó no solo por dar buenos besos sino por simular lo que ella llamaba, relaciones sexbucales, que consistían en penetrar al hombre en la boca, con su larga y juguetona lengua. Así siguieron y ella solo le pidió que no acabara adentro. Le dijo que confiaba en que él no lo haría.

Tras unos minutos más en ese juego, él con sus manos de pronto la corrió un poco hacia atrás, bajando rápidamente la cabeza de ella también con sus manos intentando que ella llegara con su boca hasta su pene, pero mientras eso pasaba, él acabó de una manera muy visible, a punto tal que salpicó su propio pecho con la leche que expulsó. Esa situación fue aprovechada por Laura quien limpió toda la escena con su boca.   

            Descansaron unos minutos. Luego, ella se paró, fue a buscar su celular y tras detener la filmación, quitó el modo avión. Finalmente, se acercó a Lucio y mientras se puso su piloto, se despidió con un beso en la mejilla que lo desconcertó unas vez más. Una vez en el taxi tomó su celular y escribió:

Laura: Gracias por todo. Pasé una tarde muy linda. Te agradecería que no pienses que esto fue el inicio de algo. Me dejé llevar por un impulso que no entenderías.

Lucio: No comprendo lo que me dices. Pero como quieras. Ya hablaremos

Laura: Dale, hablemos cuando nos veamos, pero de verdad, tengo novio y no me gustaría empañar mi relación ni tampoco hacerte sufrir. Te aprecio como amigo. Hoy fuimos amigos con derechos, pero eso es algo que no me puedo permitir.

Lucio: ok, te mando un beso grande. 

Laura: Miles de besos.

            El taxi siguió rumbo a su casa. Esta vez pensó que no tenía ganas de abrir sus piernas para brindar al taxista una visión de su tanga, pero por un momento rió al pensar que su tanga debía estar, no solo toda mojada, sino además enroscada y mal acomodada pues en el apuro por irse, olvidó acomodarse.

Una vez en el departamento, decidió escribir a Francisco para culminar su venganza y mientras abrió el chat y comenzó a pensar en el modo en que lo haría, notó que nuevamente él le había enviado un video, pero esta vez había un mensaje adjunto que decía:

             

Francisco: Princes, en un grupo de futbol que tengo, uno de los pibes envió este video que te adjunto en donde se ve una chica que está depilada de la manera que te pedí. Te lo mando para que veas que es cierto que se está poniendo de moda. Jaja. No creas que me gusta verla a ella….. no paré de pensar en que vos estas así….. Esta mañana te había mandado el video pero lo borré al ver que era muy temprano y no quería que fuera lo primero que vieras al despertar….

Laura: Pero….. quién es esa chica?

Francisco: No lo se. Tengo varios amigos que mandan todo el tiempo videos porno.

            Laura se sintió fatal. Mientras verificaba que era el mismo video que había visto en la mañana, su cabeza por un lado sentía felicidad al saber que no había sido engañada, pero al mismo tiempo sentía que había destrozado a dos personas. Sin embargo, tras unos minutos pensó … a uno lo había hecho feliz por un rato y le había aclarado que no tendría chances de más, y al otro….. no sabía nada…… El video grabado por ella no debería salir a la luz jamás……..