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Relato 25- Follando a las maduras en una finca.

en Sexo con maduras

La verdad, que no esperaba llegar a tener tantos seguidores con los relatos que publico, me sorprendió gratamente y me animó a contar más experiencias, todas son reales, viví a tope desde muy joven, procuro aprovechar cada oportunidad y jugar fuerte, cuanto más complicada es la situación más me pone y en consecuencia agudizo mis instintos para lograr el fin. Para celebra este 25, os voy a relatar una experiencia especial, no solo por la situación, sino por lo que representa la familia en la sociedad española.

Suena mi móvil, el número no figura en mi agenda. Contesto:

-        Diga…

-        Buenos días, soy Roberto, me facilito su teléfono D. Carlos, trabajo para la empresa ……………, y me interesaba tener una reunión con Ud. Si esta en Madrid. Comentó.

-        Si, mañana estoy en Madrid, ahora estoy fuera, pero llego mañana a mediodía. Respondí.

-        ¿Si le parece nos vemos en su despacho por la tarde? Preguntó.

-        Si por supuesto, la hora que le venga mejor. Dije.

-        Mejor sobre las 18.30, así le explico todo perfectamente.

-        Perfecto. Le espero mañana. Un saludo. Dije

-        Hasta mañana. Se despidió y colgó.

Como habíamos quedado, mantuvimos la reunión en mi despacho, me expuso lo sucedido y me ofreció la posibilidad de implicarme en la solución del asunto, aunque había más personas trabajando, mi buen amigo y mejor maestro D. Carlos le habló de mi capacidad y mis contactos por todo el mundo.

Una vez, terminada la reunión, nos despedimos y marqué el número de viejo profesor, le agradecí la gestión y le pedí si podíamos tener un desayuno de trabajo en su lugar habitual, está jubilado y siempre lee el periódico en la misma cafetería. Quedamos para la mañana siguiente.

Llegué sobre las 9.00, y ya estaba en su mesa habitual, nos abrazamos, pedí un café y continuamos charlando. Me explicó por qué había pensado en mí, me dijo:

-Sé que no dormiste y ya tienes claro por donde comenzar…

-Bueno, sabe que lo que me piden es complicado, los países de este tienen su complejidad, pero si sé más o menos por donde empezar. Si aceptan el presupuesto, mañana empiezo. Respondí.

-¿Cuánto les pides? Preguntó.

-No lo sé, esto se sale de mi trabajo habitual, ¿Ud qué opina? Pregunté.

-Mira, es cosa tuya pero entre 90 y 100.000 euros y seguro que aceptan. Contestó.

-Está bien, hacemos lo siguiente, preparo el presupuesto y se lo envío a Ud. antes y comentamos. ¿Le parece? Pregunté.

-Si hombre, si me lo mandas a mediodía ya hablo con Roberto y te arreglo el asunto. Dijo.

-Se lo agradezco y que confíe en mi para esto es un honor. Respondí.

-Jajaja, se lo rata que eres, te vi crecer y eso para ti está resuelto antes de un mes, jajaja. Eres un alumno aplicado y el orgullo es para mí. ¿Cuándo piensas sentar la cabeza? Preguntó.

-Jajaja, gracias pos los halagos, pero todo lo que soy se lo debo, Ud me enseño todo lo que hoy aplico en mi trabajo. Por cierto, esto es un detalle que traje de mi último viaje a Suiza. Comenté colocando una caja con un presente para él, un reloj de una conocida firma, un poco especial, que conseguí en Ginebra y siempre compro a pares uno para él y otro para mi colección.

-Eres cojonudo, nunca te olvidas. Gracias. Se levantó y me dio un fuerte abrazo, después de ver el regalo.

-Bueno profesor, preparo todo y se lo envío si lo considera hablamos esta tarde. Dije

-Por supuesto, esta tarde te llamo, mira pon los 100.000 e. y yo me encargo. Dijo.

-Gracias profesor. He de irme. Gracias. Me despedí y pagué antes de irme.

Al dia siguiente tenia la respuesta, aceptaron e ingresaron la mitad de lo establecido, me puse en marcha. Mi plan estaba estructurado en mi disco duro mental, estas cosas, jamás las dejo escritas, las ordeno y archivo en mi mente, soy muy disciplinado y me aplico.

Pasaron 27 días desde el encargo y después de mover mis contactos y realizar varios viajes, estaba resuelto el problema, todo en orden y me ingresaron el resto.

Una tarde recibí la llamada de Roberto, habían pasado dos meses desde que todo se había resuelto.

-Hola Juan, los jefes quieren conocerte e invitarte a una fiesta familiar como agradecimiento a tu trabajo y creo que debes asistir, sabes que se mueven muy bien y pueden aparecer cosas nuevas de tu interés. Ah, trae ropa, por si te quedas, eso no depende de mí, pero es probable que te quedes.

-Perfecto, acepto. Dime lugar y día.

-Mira te ves conmigo a las seis del próximo viernes en Los Yébenes, tomamos un café y me sigues, la cena es en una finca. ¿Te parece? Preguntó.

-Si por supuesto, saldré a mediodía de Madrid y te llamo nada más lleguemos.

-Perfecto, no falles, les voy a decir que aceptaste. Un abrazo, chao. Se despidió.

Preparé mi agenda para estar libre el fin de semana y poder asistir a la cena que organizó la familia propietaria de la empresa.

El viernes sobre las cinco y media, llegue a Los Yebenes. Fui a la gasolinera de la Calle Real y desde allí llamé a Roberto. Me indicó que en quince minutos pasaría a recogerme. Tardó menos y le seguí en mi coche. Tardamos como 25 minutos en llegar a la casona de la finca, un paraíso en mitad de Castilla-La Mancha, impresionante lo cuidado que estaba todo.

Pasamos, me presentó a la familia, que en ese momento, estaba tomando una pequeña merienda en una terraza cubierta trasera y me invitaron a sentarme.

Después de cientos de preguntas, el señor, me comentó que quería que quedase para el fin de semana, los dos días podríamos salir a cazar, la plaga de conejos invadía su propiedad, no podía decir que no, pero comenté que no tenía ropa para salir de caza, me tranquilizó.

Me acompañó, hasta la zona de la cocina y le indicó a Dª Josefa que me llevase a mi habitación, para dejar mis cosas, que había recogido del coche.

Cuando seguía a la señora para ir al dormitorio, me quedé con la copla, estaba muy buena, como de unos 42 años, buen cuerpo y muy atractiva, con su pelo recogido en una cola. El uniforme, no dejaba ver todo lo buena que estaba, pero si se veía macizorra.

-Juan, esta es la habitación para estos días, tiene toallas y todo cuanto necesita, y si algo falta me lo pide, se lo traigo de inmediato, este es el llamador.  Me miraba a los ojos, mientras me hablaba, note cierto nerviosismo en ella.

-Muchas gracias, Doña Josefa, gracias por todo. Respondí.

-No tiene que darme las gracias, estoy para atenderle en todo, el jefe me dijo que estuviese como en casa y ese es mi deber. Dijo.

-Pues muchas gracias, le agradeceré a D. Pedro, que haya sido tan amable y sobre todo que Ud. Sea tan atenta conmigo. Respondí.

-Para eso estoy. Dijo mientras salía.

Me di una ducha, me vestí más elegante, con chaqueta sin corbata, bien peinado y afeitado. Eran las 9.00 pm. la cena estaba programada para las 9.30.

Volví a la terraza y ya estaban más invitados para la cena, las presentaciones de rigor y los agradecimientos a mi labor, por parte de miembros de la familia.

En total estábamos 19 personas, era el único sin pareja, el impar. Con quien mantuve mas charla fue con Roberto y su esposa Lidia, un bellezón. La verdad es que todas las mujeres, entre los 30 y 50 años, estaban divinas, muy cuidadas y elegantes. Los señores, un poco más fondones, las comidas y los gin-tonic sin gimnasio, hacen ese efecto.

La cena fue estupenda, estaba al lado del patrón y de Roberto, sus respectivas señoras estaban a su lado, el señor ocupaba la cabecera y yo su flanco derecho. Esto me permitía mirar discretamente a todos los asistentes. Terminada la cena, brindaron por el éxito del encargo y me agradecieron mucho como lo había resuelto, nunca se lo habían imaginado pero confiaban mucho en mi profesor, porque como profesional es de lo mejor, aún jubilado.

Todo transcurrió con normalidad y si es verdad que me gustaban muchas de aquellas hembras, sabía que era coto privado y no sería donde saldría de caza.

Nos despedimos y cada cual se fue a su dormitorio, el mío estaba cerca de una terraza que daba a la cocina. Eran las 2 de la madrugada y no podía dormir. Salí a la terraza y vi a Dª Josefa fumando un cigarrillo sentada en una esquina. Saludé y pedí permiso para sentarme.

-¿Cómo no descansa? Preguntó.

-No soy capaz de dormir, pero por favor puede tutearme. Dije.

-Gracias, pero es la costumbre. ¿si le apetece algo, se lo sirvo? Preguntó.

-No gracias, solo estar al fresco y charlar es suficiente. Dije.

-Pues muchas gracias. Respondió.

Hablamos como una hora más o menos, me explicó su situación familiar, estaba divorciada de un ex-vigilante de la finca, despedido hacia tres años, pero ella se quedó y aunque es natural de un pueblo de Ciudad Real, allí estaba todo el año, disfrutaba de la casa y tenía una persona de apoyo cuando venía la familia. Imaginé que era la otra muchacha que ayudó a recoger la mesa. La situación era muy agradable, en un momento mi vista se fue hacia sus tobillos y pantorrillas, fuertes de su actividad.

-¿Qué edad tienes?  Me preguntó.

- Tengo 29 años, los cumplí hace dos meses, no voy a preguntarte la tuya Josefa, no es prudente, para un hombre esa pregunta, jajaja.

-Te contesto sin preguntar tengo 10 más, 39 años y cumplo los cuarenta en Diciembre. Contestó.

-Eres muy joven aún. Jajaja. Y por cierto muy atractiva. Contesté.

-Jajajaj, eres un adulador, por cierto muy guapo, me fije como te miraban todas las mujeres en la cena, tus ojos son increíbles, de hecho me dijo la señora:

-Es guapísimo este chico, verdad Sefi. Jajajaja

-Mi respuesta fue inmediata, guapo, no guapísimo, jajaja, esta para mojar, señora, perdone que se lo diga así, jajaja. Dijo.

-De verdad que sí, es guapísimo, este sería un actor de éxito, jajaja, pero te aseguro que es un buen profesional y nos lo recomendó un amigo de Roberto y acertó. Le dijo la señora.

-Vaya, eso está genial. Dijo Sefi.

Esa fue la conversación entre las mujeres. La cuestión es que Sefí fue a por café a la cocina, mientras yo fui al baño, al volver estaba sentada justo al lado de la silla que ocupaba yo. Pensé en sentarme más lejos pero decidí seguir en el mismo sitio. La conversación fluía, incluso hablamos de cosas intimas y de la vida en la finca, que para ella, estaba bien, pero siempre sola y pendiente de que viniesen los señores o su familia. Me dijo que faltaba la hija del señor, que vendría mañana por la tarde desde Madrid, estaba en Londres habitualmente.

En un momento mi pierna rozó la suya, no se inmutó, mantuve la pierna y miré a sus ojos, se hizo el silencio y no se fruto de qué, acercamos nuestras caras y nos besamos. Nos volvimos a mirar y me dijo:

-Esto no está bien. Bajó la vista.

-Por favor perdona, no sé qué ocurrió, pero me encantó besarte. Dije.

-Y a mí, pero no debe ser. Dijo.

-Pero porque, si estás divorciada, no haces daño a nadie. Respondí.

-Ya pero no es el sitio, puede levantarse alguien y es un lio. Dijo.

Mi mente fue rápido, y le dije:

-Porque no damos un paseo y hablamos más tranquilos. Dije, mientras me levantaba y tomaba su mano. Al principio lo pensó, pero se levantó.

Salimos andando hacia las cocheras, tomé la cintura con mi brazo izquierdo y cuando estábamos en la zona oscura la bese intensamente. Respondió a cada beso, a cada caricia. La apoyé contra un pequeño muro y no deje de comerle la boca y acariciar su cuello. Al rato, ella también estaba aprovechando la situación. Me apartó y me dijo:

-Ven aquí no es buen sitio, tenemos una zona donde esta la lavadora y la secadora, y hay no vendrá nadie. Mientras me llevaba de la mano.

Entramos en un alpendre muy ordenado y pasamos por una puerta a la derecha y estaba la zona de lavado.

No hablamos más, nos besamos como adolescentes, comi, su boca, su lengua, su cuello, no dejaba un solo segundo de ponerla a cien. De repente, noté su mano en mi pantalón, buscaba el paquete, sin dejar de besarla, solté el cinturón, baje pantalón y slip y solté la polla, estaba enorme, con sus 22/23 cmts. y 6 de diámetro, cuando esta empalmada es una pasada, es más larga que un vaso de tubo y del mismo grosor.

La agarró con las dos manos, mientras yo levantaba la bata de su uniforme y metía la mano entre sus piernas, rápido, encontré el pelo de su coño, busque la entraba y rocé con mis yemas la entrada, dio un suspiro. Estábamos tan pegados, que ella tocaba pero no había visto la polla, me separé un poco y dejé que contemplase el rabo tieso, la luz, que entraba por la ventana era tenue pero permitía ver perfectamente.

No dejé que soltase las manos, mis lametazos en el cuello ya la hacían gemir, y le pregunté:

-Sefi, ¿te gusta? ¿Te gusta mi polla?

-Es enorme, no vi nunca nada así, uuufff, es inmensa, debe doler. Dijo.

-Para nada te hará gozar como nunca. ¿Cuanto hace que no echas un buen polvo? Pregunté.

-Ufff, ya me olvidé, fue todo muy complicado en mi matrimonio, menos mal que nuestra hija esta con los abuelos, ese cabrón era un negrero y un animal. Dijo.

-Pues vas a gozar de un buen polvazo, jajajaja. Mientras intentaba quitarle la bata, cuando lo logré, vi su cuerpo: con curvas, buen pecho, un poco de tripilla, y unas buenas piernas.

No dejé de morrear y meter mano una y otra vez, su coño, estaba empapado, pensé en metérsela, sin dejar que ella tomase la iniciativa. La llevé al rincón, levanté su pierna izquierda mientras la besaba y con la otra mano, separé su braga, enfoque el capullo y empujé. Entró, se puso rígida, mientras gemía y jadeaba, apretaba su cuerpo contra el mío, di un segundo empujón, volví a parar, estaba ya un trozo dentro y decidí parar. En ese momento vimos pasar una silueta por el exterior, nos mantuvimos quietos, sin movernos. Al rato volvió la misma persona de vuelta a la casa. Sefi me dijo:

-Si no me equivoco es la señora o su hermana, no la vi bien y son tan parecidas. Dijo.

Pensé la que vino, sabe que no estoy en la habitación seguro y que Sefi no fue a dormir, seguro que se da cuenta del tema.

-Tranquila, ya se fue, por lo tanto si quieres sigo. Dije mientras empujaba.

-Siiii, sigue, me encanta….Dijo.

Mi polla taladraba el coño peludo de Sefi y sus tetas dentro del sostén saltaban a cada envestida, su piel era clara, muy blanca, las tetas algo caídas por lo grandes, una talla 110 (supe luego). Como siempre saque los tetones del sostén sin quitar este, tenía unos pezones enormes, oscuros, con una aureolas enormes. No dejé de apretarlos y lamerlos una y otra vez, mientras mi cadera bombeaba la polla dentro del coño de Sefi. La posición no me permitía disfrutar del todo de la clavada. Pensé en cambiar de posición.

-Ven, vas a sentirla mejor. Dije mientras me salía.

La coloque de espaldas, abrí sus piernas, empuje su cuerpo sobre la mesa en la que había ropa doblada y con la mano, apunte mi polla dura, venosa y de un empujón metí la mitad.

-Dios, despacio que me rompes, Dios que polla tienes cabrón, follame, me encanta.

- Si te voy a follar para que te corras bien, que te acuerdes de mí, toda la vida. Dije mientas ella jadeaba y gemía, con mi mano derecha, trataba de que sus chillidos no se amplificasen, tapando su boca un poco. Mis envestidas aumentaron y no tardó en tener su primera corrida, entonces me dí cuenta: Coño, estoy follando sin condón, joder, bueno que le voy hacer…pensé. Mientras escuchaba los gemidos y sentía las contracciones del cuerpo de Sefi.

-Agggg, ahhhh, ahhhh, ahhhh, ahhhh, sigue, me gustaaaa, ahhhh, agggg, asiii agggg. Se corria intensamente, su respiración era fuerte así como los jadeos.

Dejé que se relajase y cambie de postura, quería correrme y al dia siguiente lo planificaba mejor para follarla bien.

-Ven, sube, aquí. Sacando mi polla e indicando que se sentase sobre la mesa, que justo quedaba a la altura de mi polla.

Se sentó, acerque mi polla, tire de su culo adelante y le metí el capullo, el coño hervía, estaba caliente y húmedo. No tardé en clavar casí 17 cmt de rabo en el coño de Sefi y seguí bombeando, me separé un poco, para que ella viese como la polla llenaba su coño entre los pelos rizados y negros, bastante grandes.

Agarré bien las caderas, mientras con mi lengua chupaba las tetas y le comia la boca de vez en cuando, empujaba como un animal, mi polla iba a soltar la leche de un momento a otro, pero deseaba otra corrida de esa hembra caliente y sin atender bien. Empuje, bajando mi cadera, para entrar hasta el fondo, quería clavarla hasta los huevos, pero no entraba toda, seguí acelerando el ritmo, no tardaría el soltar los chorros de leche, tendría que salirme.

Logré aguantar hasta que ella, empezó a frotar el clítoris y no tardó en acelerar la respiración y soltar un bufido, iba acorrerse. Seguí, ella explotó:

-Aggggg, ahhhh, agggg, aggg, assiiiiii, asiii, me encanta, que gustoooo, ahhh, aggg, agggg.

Paré porque de seguir soltaria la leche dentro de su coño, dejé que se relajase y le dije:

-Quiero correrme, ¿te apetece en las tetas o en la boca?

-Por todo, donde quieras, suelta la leche mi niño, me encanta tu polla. Dijo.

La bajé de la mesa, se puso en cuclillas, y acerque el capullo a su boca, ella saco la lengua y rozaba la polla, no tarde en soltar leche a borbotones, el meneo fuerte de mi mano derecha hizo explotar los huevos y salió leche, por su boca, cara y tetas, estaba chorreando de semén, mirases por donde mirases.

Cuando se relajo, me dio un beso y me dijo:

-Mañana, si podemos lo hacemos otra vez, ahora te vistes y te vas solo hasta la casa, entra muy despacio.

-Prefecto, gracias por este buen rato. Le di un beso y me fui.

Traté de no hacer ruido, cuando llegué a la terraza, la cuñada del señor, estaba fumando un cigarrillo y con una copa.

-Hola Juan, buenas noches, ¿qué vienes de dar un paseo? Preguntó.

-Si, no era capaz de dormir y salí a dar un paseo en plan tranquilo. Contesté.

-Ya, ya, jajajaj, si no tuviese 45 años, me lo creería, jajaja. ¿Y Sefi? Preguntó.

Me quedé rígido, no sabía que contestar, me preguntaba si había estado espiándonos, ni idea de lo que conocía.

-Bueno, no sé que decir, agradecería que esto no generase un problema para ella, qué más puedo decirle, además miento muy mal. Estaba como un flan, más por Sefi que por mí.

-Tranquilo, soy una tumba, tómate algo y esperamos a Sefi. Dijo.

-No me apetece nada, gracias. Respondí.

-Hola Sefi, ¿Qué tal?  Preguntó la señora sin mirarme.

-Bien señora y ¿ud? Dijo Sefi sin saber dónde meterse.

Con una tranquilidad pasmosa, sin inmutarte, nos dijo:

-¿Disfrutasteis chicos? Eso es lo que importa y tranquilos ni una palabra se sabrá de todo esto, de todo, ¿vale?. Dijo mirando a Sefi.

-Si señora, se lo agradezco, es una situación delicada, disculpe. Dijo muy nerviosa le temblaba la voz.

-Tranquila hija, no me extraña, el chico lo merece, ¿verdad? Pregunto.

-Desde luego, respondió Sefi, mi situación era incomoda, estaba en shock, vuelvo a repetir por la situación en la que quedaba Sefi.

-Bueno, pues ahora vete a descansar, Juan se queda a tomar algo conmigo, así nadie sabrá lo que pasó, son las tres y media y todos soban, o sea vete a descansar mañana madrugas. Ordenó la señora.

Me senté a su lado, su perfume era embriagador, estaba muy cerca, la falda de tubo negra, su blusa beige, su melena rubia lisa, y sus zapatos de tacón eran la vestimenta de la cuarentona pija, que me había pillado follando a la chacha.

Hablamos un rato y cuando ella consideró me dijo:

-¿Te atreverías a dar un paseo conmigo? Preguntó mirándome.

-Por supuesto, un paseo no se le niega a nadie, por favor. Dije levantándome.

-Ven, vamos -Me tomó de la mano- ¿tienes condones? Preguntó.

Me quedé de piedra, iba a provechar que me había pillado y quería caña, pero el riesgo era mayor, su marido estaba en ñla habitación y su hermana era la esposa de mi cliente. Ufff, que lio.

-Pero no podemos hacerlo, Ud, es casada, no quiero perjudicarla. Dije.

-Contesta ¿tienes condones? Volvió a preguntar.

-Si, en el coche, `pero esto no está bien. La verdad, no sé que hacer. Dije.

-Calla, vamos al coche y ven conmigo. Ordenó.

No se habló más, la seguí, miraba sus caderas contoneándose, aunque la luz era poca, se veía perfectamente su cuerpo.

Llegamos al coche, abrí el maletero y en el lateral, pille una caja de condones, cuando los vio dijo;

-Vaya condones XXL , vaya, ¿pedazo polla debes tener?

La caja era de Magnún XXL, para 220 m/m de largo y de 55 a 65 m/m de diámetro, la verdad que me quedan justos y perfectos, son como una segunda piel.

-Son mi talla, Respondí, mientras esperaba.

-Ven por aquí. Vamos al mismo sitio, donde estabas con Sefi. Dijo.

La seguí sin decir ni palabra, cuando entramos en la zona de lavada, se dio la vuelta y me besó, apretando mi cabeza hacia su cara con las dos manos.

Respondí al beso y empezamos a acariciarnos, una y otra vez, hasta que ella echo mano a mi polla, estaba morcillona, estaba un poco inquieto y pendiente de no hacer ruido.

Ella buscaba soltar el cinturón y le ayudé, al rato mi polla estaba fuera, morcillona, pero ya preparada para ponerse en pie de guerra, esa hembra quería follar y si la follaba bien, salvaría la situación incómoda en la que había dejado a Sefi.

Nada más agarrar la polla con la mano, me empujó un pelí a tras y me dijo:

-Déjame bajar que quiero la polla en mi boca. Ya estaba con la lengua rozándola.

Se metió el capullo aun flácido y se puso a mamar como si me estuviese ordeñando, como chupaba la pija, joder con la señora, estaba deseosa de polla y una vez empiezo se que se la iba a dar pero además bien.

Seguia mamando como si se le fuese la vida en ello, mientras que la otra mano, la metía entre sus piernas, la perra, estaba frotando el coño, vaya salida, pensé, a esta le gusta más la polla que un chupa a un crio.

No dejaba de lamer el capullo, salía, comía los huevos mientras me pajeaba, no tardó la polla en recobrar la tensión y mis cavernas se llenaron de sangre, poniendo aquello tieso, duro y marcando venas. Ella llevaba la iniciativa, pero pensé en qe no debía ser por mucho tiempo.

Me separé, le dije:

-Ven. Mientras la levantaba, subí su falda y  senté sobre la misma mesa que usamos Sefi y yo para follar.

-Despacio, se quejó. Al subir con fuerza su falda.

Una vez sentada, miré sus medias de liga negras, aparte su tanga y vi un coño, depiladito, cuidado y mojado por el exterior. Fijo que esta se estuvo tocando mientras miraba como le clavaba el coño a la chacha.

Metí mi cabeza en medio de sus patas, levanté un poco sus pies hacia arriba y su coño quedó a placer, ahora era ella la que apartaba el tanga. Metí la lengua y le dí una comida de coño en toda regla, no le deje respirar, ella gemía y apretaba mi cabeza en su entrepierna y mi lengua buscaba el clítoris una y otra vez para darle unos lametazos bien dados. Estaba la tia tan salida que no aguantó:

-Me corrroooo, siiigue, sigue,,,me corrooo, ahhh, aggg, ahhh, me corroooo, siii, siii, asiii, aggg, agggg. Gemia, jadeaba y se convulsionaba.

Dejé que se relajase, abri su blusa y sus operadas tetas estaban puntiagudas dentro del sostén, las masajeé y noté la calidad de sus implantes, interesantes, toque algunas sobre todo en Latino America, pero como estas ninguna.

Lamí sus pezones, mientras puse el condón e intenté meter la polla en el coño, no entraba ni a tiros. Dejé de comerle las tetas y agarré las caderas, tirando de ella hacia mí. Quería ensartar el coño de la pija, no le iba a perdonar el polvo, quería reventarle el coño con una buena follada. En ese momento me vino a la mente el marido, un tío presumido, prepotente y bastante altivo, pero creo que mucho pico y poca polla, eso deduje.

Eso me excito, al día siguiente miraría al cornudo de otro modo, pensando en que me había follado su mujer y que esta se había corrido como una perra respondiendo a mis clavadas, que no serían suaves. La polla no entraba, busque empujar una y otra vez pero imposible, entonces le dije:

-Baja, ponte de espaldas. Obedeció.

-Por favor despacio que me revientas. Dios que polla tienes. Dijo.

-Tranquila, te voy a follar bien, vas a correrte como una perra, veras. Respondí.

Aplicaba el capullo a la entrada del coño, estaba apretado, muy apretado, froté una y otra vez la entrada y cuando vi que la cosa estaba a punto, di una envestida para meterle el capullo.

-Dios,,, me duele, uffff. Se quejó.

No hice caso, sujete su cintura rodeándola y le dí otra envestida, reventaba el coño, esra un agujero pequeño, estaba mojada, pero entraba a presión. Bombeé la mitad de la polla una y otra vez, entre ss gemidos y quejas por el dolor, hasta que logré que se dilatase bien el coño, le daba cachetas y empujaba una y otra vez.

-Me encanta, me gusta, agggg, ahhh. Gemía, jadeaba la cabrona.

-Te gusta, verdad, te gusta, ehhh, así no te folla tu marido, ¿verdad que te gusta más mi polla? Ehhh, perra, te gusta como te follo, a Sefi le encantó se corrió como una perra y mañana os follo a las dos juntas, veras. Os voy a follar hasta reventar, busca una excusa y prepáralo, porque quiero follaros juntas, sois dos perras y me apetece clavaros a las dos. No me reconocía, estaba desbocado, jajajaja, trataba a la pija de puta con todos los cojones, mientras la follaba.

-Siii, me gusta, me hgusta tu polla, ahhh, aggg, es enorme, mañana follamos, siiiiiiiii, me follas otra vez, quiero más...Dijo.

No dejé de empujar hasta que logré que la mitad de mi polla recorriese una y otra vez el coño de la pija, sus labios vaginales entraban y salían a cada empujón, enganchadas a mi capullo, estaba gozando del follar aquel coño estrecho, seguí agarrando las tetas y la cintura de la pija, hasta que decidí bajar mi mano derecha buscando su clítoris, quería una corrida a todo meter.

Agarrada, follándola, jadeaba, respiraba entrecortada, estaba dándole envestidas potentes, movía todo su cuerpo a cada empujón, la estaba reventando a pollazos, me encantaba tenerla bien metida en su cueva.

No tardó en acelerar s respiración, le hablaba mientras le clavaba polla y frotaba clítoris, ella gemía, jadeaba y no tardó en reventar en una explosión brutal.

-Aggg, ahhhh, ahhhh, agggg, ahhh, me corrooooo, ame coooorrrooo, ahhh, dios, me meo, me meooooo, siiii que gustazo, cabrón no pares, no pares…seguía con su corrida como si no lo hubiese hecho nunca.

Mientras soltaba chorretones por su squirt, mi polla no dejaba de entrar y salir, bajé un poco la cadera y le dí unos empujones en el útero, volvió a gritar y repitió:

-Ahhhh, agggg, ahhh, no paro de correrme, me gustaaa, siii, agggg, agggg, ahhh.

No dejé de empujar hasta que logró otro nuevo espasmo, había logrado tres corridas seguidas del coño de la pija, estaba casi exhausta, desfallecida, mi polla estallaba y descargue como un toro, apretando las tetas y metiéndole un dedo en la boca para que chupase, no aguanté:

-Aggggg, ahhhh, agggg, ahhhh, ahhh, si perra, me gusta follarte, que coño mas guapo tienes voy a follartelo mañana de nuevo, ahhh, agggg.

Cuando dejé de soltar leche, aguanté rato dentro del coño de la pija y cuando aflojo la polla, muy despacio salí, saque el condón y le dije:

-Chúpame la polla, déjamela limpia, si quieres que te folle mañana…Venga.

-Si, ven, ummmm, esta rica. Dijo mientras lamia la leche que había quedado en la polla después de sacarla del condón.

-Me gusta tu coño, mañana os follo a las dos, o sea que prepara un plan, ¿vale?

-Siii, siii, lo haré… Dijo mientras seguía lamiendo.

Fue un fin de semana especial, y os diré que de esa reunión salieron cuatro empresas como clientes y desde luego las señoras puedieron disfrutar de mi polla, porque por lo visto se contaban todo, es la clase, chicos, se pueden permitir lo que les apetezca, la pasta te hace libre.

Al dia siguiente, montaron la coartada y a las cinco de la tarde estábamos follando los tres, los demás estaban de compras o de cacería.

Espero que os haya gustado y que podáis disfrutar de esta experiencia, fui a esa finca muchísimas veces, invitado por los señores y también por Sefi, sobre todo días de invierno frio que nadie iba a molestar.

Gracias a tod@s por leerme, me apetece que comentéis, y si hay algún gazapo, perdonarlo porque escribo a toda pastilla.

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Relato 16-Tres coños, dos culos, una noche.

Relato 15- Adela y Edu, son una pareja especial

Relato 14- Mi tia Ruth y su hija Ely.

Relato 13- Pamela, Davíd y yo, trío perfecto.

Relato 12- Trabajando para una multinacional

Relato 11 Sodomizando a mi suegra.

Relato 10 - Cuando los astros se alinean.

Relato 9 - Trío con Sara y Felipe

Relato 8- Viernes con Encarni en Córdoba.

Relato 7- Noche de hotel con Encarni y Antonio

Relato 6- El domingo 19 fue memorable

Relato 4- Noche en el club de intercambio (Parte 1

Relato 5 Noche en el club de intercambio (parte 2)

Relato 3- Nuria la doctora cuarentona

Relato 2- Tarde de playa nudista

Mis primeras experiencias en el sexo.