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Relato 14- Mi tia Ruth y su hija Ely.

en Amor filial

Relato 14- Mi tía Ruth y su hija Ely. 

Como todas las familias gallegas, la nuestra no es una excepción y algunos de mis tíos emigraron, los hermanos de mi madre, eligieron América y los mayores de parte de mi padre, Europa fue su destino.

En los 70, mi tío Adolfo, se fue para Holanda, donde no tardó en embarcar en una gran compañía, famosa por dar asistencia a plataformas petrolíferas. Es un currante incansable y como todos mis tíos, muy responsables. Conocedor de las necesidades que vivieron de niños, se implicó mucho y se esforzó llegando a ser responsable de personal embarcado de la compañía, eso le reportó siempre buenos dividendos, pero por el contrario, con 40 años, se mantenía soltero, aunque mis padres sabían que frecuentaba una chica holandesa. Con 20 años, le visité en Ámsterdam, me enseño la ciudad, el barrio rojo, que me impresionó de verdad y casi la totalidad de los Países Bajos. Conocedor de mi afición por las motos, asistimos a una carrera en Assen, mítico circuito del mundial. Lo pasé genial en el viaje, cuando faltaban unos días para volver, nos fuimos a comer a un pueblo chiquito donde se cultivan tulipanes, en casa de Ruth, su novia, una mujer de 38 años, madre de una chica de 17, Ely, fruto de un amor de juventud que la abandonó, antes de nacer la niña.

Me encantó la belleza de las dos mujeres, pelo rubio liso, piel blanca, ojos claros y ambas muy atractivas, solo era diferente su cuerpo, la chica menuda y su madre una hembra exuberante, buen cuerpo, potente y cuando tienes 20 años, te pone a cien, me pajee ese mismo día en el baño de su casa.

Pasaron 2 años y mi tío decidió casarse y celebraron una boda civil en Galicia, eso trajo a muchos familiares holandeses de la esposa y tuve algún rollete con alguna de sus sobrinas, por cierto todas preciosas.

En las navidades siguientes, mi tío me pidió que fuese a Ámsterdam para recoger un coche que quería traer para matricular en España. Tomé un vuelo y me recogió en Schiphol y nos fuimos a su casa. Pasé el fin de semana allí y saldría el lunes para España en compañía de mi tía y su hija, el saldría 5 días después para pasar las Navidades. El sábado, quede solo con Ely en casa, mi tío y su mujer se fueron a Amberes a comer con unos amigos y hacer unas compras.

Estaba tranquilo en su casa, mi dormitorio estaba calentito y no tenía prisa por levantarme. Sobre las once, decidí darme una ducha, busque una toalla grande en el baño y no encontré. Fui a ver a Ely y le explique lo que necesitaba, no hablaba español y como pude le explique en ingles mi necesidad. Me entregó dos toallas y una enorme sonrisa. Estaba con un camisón rojo, muy bonito que transparentaba sus formas y los pezones de sus tetitas. Me puse a cien.

Me fui a duchar y no tardé en escuchar como andaba en la cocina con la cafetera, seguí a lo mío, estaba empalmado, la visión del cuerpo de Ely me puso malo. Sin más en pleno enjabone, se abre la puerta me pide perdón (Sorry), y con una naturalidad brutal se baja las bragas y se sienta en el wáter. Como soy como soy, me puse malito mientras escuchaba el ruido de su orina al caer y me imagine su coñito húmedo. Sin cortarme, puse el cuerpo de lado y empalmado como estaba, miré a su cara. La cortina estaba entreabierta y pude ver sus ojos como platos, que miraban mi polla empalmada. Fue un instante eterno, se levantó y se fue de nuevo sin decir ni palabra.

Después de vestirme, volví a la cocina y me puso un café, estaba colorada, se fue a duchar, se vistió con vaqueros y un jersey grueso. Cuando terminó me dijo que sus padres habían dejado dinero para que fuésemos a comer algo en una zona muy bonita cerca de la Plaza Dam. Ella me indicó como llegar y aparcamos cerca de un restaurante pequeño donde solía ir la familia. Le dije que ella se encargase de pedir dos o tres platos para probar y pidió lo típico allí: Erwtensoep, Bitterballen y Hutspot, luego pediríamos postre si nos apetecía, ella bebió cerveza y yo Coca-Cola. Comimos tranquilos y hablamos como pudimos de sus estudios y de la vida en España. Le gustaba mucho la cultura española, y pensaba estudiar un par de cursos aquí, si podía, Madrid y Salamanca eran las ciudades preferidas por lo que sus amigas le comentaron.

Al terminar la comida, pagó, no dejó que yo lo hiciese, se rió, y me dijo las holandesa somos independientes, jajaja. Nos reímos los dos.

Tomé el coche y volvimos a casa, hacia frio y lloviznaba un poco. Subimos al apartamento y la verdad que se estaba genial. Nos pusimos cómodos y me invitó a tomar un café, eran las 3.30 pm y sus padres no volverían hasta las ocho. Nos colocamos en el sofá y puso una manta sobre nosotros, la verdad que estaba muy cómodo. Pero de la película no entendía nada, pero me mantuve atento a las imágenes a ver si pillaba algo. Imposible.

Estábamos bajo la manta, calentitos, de repente ella dejó caer su cabeza sobre mi hombro, me sorprendió, pero mucho más, cuando noté su mano sobre mi paquete, lo frotaba muy despacio. Era mi oportunidad, subí la manta sobre nuestras cabezas y le di un morreo intenso. Esa era la ventaja de llevar cuatro años de clases con una hembra mayor que me lo había enseñado casi todo.

No tardamos en comernos a besos y mi polla se puso a cien, no había ni una sola palabra entre nosotros, solo caricias, besos, hasta que decidí sacar la manta, desnudarme  y también desnudar a ella. Estábamos calientes como dos brasas, volvimos a besarnos, eche la mano a su coño y estaba empapado, era pequeño, con los labios tersos y totalmente depilado.

No tardé en meterme entre sus piernas para darle una lamida de campeonato y calentarla más aún, no quería que se corriese, las chicas jóvenes, algunas una vez se corren se sienten culpables y no quieren seguir, me pasó. Por eso no deje que llegase al orgasmo y levantado su cadera, enfoque mi polla a su coño (sin condón, no los tenía) y empecé a empujar, joder como tardé en meter el capullo, entre sus quejas, pero no desistí hasta que entró, estaba reventando el coñito de Ely. Se quejaba, hasta que pasado un rato comenzó a gemir, solo tenía dentro como 8 cmt y me costaba meter, incluso me dolía, pero seguí empujando hasta que la mitad estaba dentro. Bombee, mientras ella movía su cadera y acompañaba mi ritmo, estuve un rato en esa postura, hasta que me levante, subiéndola conmigo y se colgó de mi cuello, así de pie, le saque su primera corrida, gemía:

-agggg, ahhhh, agggg, ahhhhh, ummmmm.

Pero en mi caso empezaba, la baje, tomé su mano, nos fuimos a mi dormitorio y la hice gozar de tres horas de sexo. Una experiencia nueva para aquella niña, que solo había tenido dos historias y creo que muy mal follada. Esa fue el primer polvo con Ely, pero no quedó ahí, durante las vacaciones de Navidad y cuando venía en verano, seguimos follando. Ahora está casada, pero sigue viniendo a ver a sus padres que pasaban en España casi seis meses al año, hasta el 2015 que falleció mí tío. Aun follamos este pasado verano. Es puro fuego y creo que no está atendida como merece. Eso sí, me lo dice, le encanta sentir mi polla y se masturba pensando en ella, le mande fotos y algún video follando con parejas o chicas. Hemos tenido sexo telefónico muchas veces.

Voy al tema central:

Mi tío me pidió que trajese el coche para dejar en España. Iba a tope, cargado de cuadros, ropas, etc. Le dije de poner cosas sobre los asientos y me dice:

-        Como voy a poner ahí las cosas, Ruth y la niña se van contigo.

-        No lo sabía, creí que viajabais juntos en avión. Comenté.

-        No de eso nada, es mejor que vayan contigo y así ya ordena la casa y pone calefacción y queda lista para dentro de unos días que me voy. Me recogéis en el aeropuerto. Y recuerda cuidado en la carretera, te haré un plano, aunque Ruth ya fue a España y sabe llegar. Dijo, cerrando el maletero.

-        Bueno, yo voy tranquilo, sin prisa. Contesté.

-        Si, además es mejor que hagas noche en la carretera, Ruth, conoce el motel donde solemos parar, no es muy lujoso, pero es cómodo y no están pendientes de uno, lo pagas a la entrada y listo.

-        Vale, tranquilo. Contesté, mientras me daba unos billetes de 50 euros.

-        Eso te llega para el viaje, de todas formas tu tía lleva dinero y tarjetas. Dijo.

-        Yo también tengo 350 euros porque no gasté nada y la tarjeta de débito. Dije.

-        Tranquilo vete despacio, no corras y ya sabes cuídalas mucho a las dos, haz lo que diga tu tía. ¿Vale? Preguntó.

-        Si, tranquilo. Contesté. Interrumpieron Ruth y Ely, que llegaban con los bolsos. Ruth hablo en holandés con el tío y el asintió. Nos despedimos y comenzamos el viaje a España.

Todo iba como la seda, el Jaguar es un cochazo, me enamore de esa marca a raíz de ese viaje. Todo iba perfecto, aprovechamos para parar en un par de áreas de servicio poner gasolina, ir al baño y comer algo. Llevábamos casi ocho horas de coche y Ruth, me dijo que en 100 km. Llegábamos al motel de carretera, cerca de Poitiers.  

-        Mira si no te importa compartimos habitación, la niña y yo dormimos en la cama grande y tú en la supletoria, tienen tres plazas las habitaciones, preferimos que estar juntos. ¿te importa? Preguntó Ruth.

-        Para nada, si no os importa a vosotras. Dije.

-        Vaya hombre, tranquilo, estoy acostumbrada. Contestó Ruth y nos reímos los tres.

Paramos delante del motel y bajó Ruth, a pedir la habitación y pagarla para no estar pendientes al levantarnos. Nos dieron la 35, conduje hacia ese número y aparque en la puerta, el coche quedaba debajo de un cobertizo y entramos al dormitorio, un tipo mini-apartamento. A la derecha el baño, a la izquierda una zona de muebles de cocina pequeña y un armario, al fondo una cama grande y otra debajo de la ventana más pequeña. Ruth, saco unos tapers con varias cosas preparadas y tacos de queso, cenamos algo y tocaba acostarnos.

Fui el primero al baño, volví me metí en cama y luego fueron ellas primero la peque y luego su madre, Ruth, traía puesto un camisón, corto, que dejaba ver sus piernas, su tanga y no ocultaba sus pechos, se veían perfectamente sus pezones y la redondez de sus tetas. Me puse a cien y me empalme como un toro, sobre todo cuando se dio la vuelta y vi el tremendo culazo que dejaba al aire la tanga minúscula.

Apagamos la luz, pero honestamente, era incapaz de dormir, estaba salidísimo, esperé como una hora y muy despacio me levante al baño, sin encender la luz, baje el bóxer, me senté y comencé a masajear la polla, estaba dura, dura y tiesa, no dejaba de pajearme. Estaba en plena faena y sin más se enciende la luz y veo a mi tía en la puerta, observándome, me había pillado con las manos en la paja, jajaja. Apago la luz y salió. Ya me cortó el rollo, esperé un rato y me sentía mal, un problema nuevo para justificarme al día siguiente. Cuando me coloqué para lavar las manos, no veía nada, abrí el grifo y de repente se volvió a abrir la puerta y alguien se colocó a mis espaldas y dijo:

-Suuuu, suuuu, silence, ok.

No había duda era la tía Ruth, comenzó a besarme la espalda, muy despacio, de repente, echo mano de mi bóxer, lo bajo y sacó el rabo, estaba morcillona, pero al contacto de la mano se puso duro de inmediato. Notaba los tetones de aquella hembra que se apretaba contra mi espalda. Sin más, comenzó a pajearme con maestría, trate de dar vuelta pero lo impidió, estuvo durante un buen rato apretando su cuerpo contra el mío, e incluso me rodeo con sus brazos, mientras continuaba masajeando mi polla, no tardé en correrme, jadee muy bajo y solté leche hacia el espejo, el lavamanos y azulejos, joder, menuda paja, termino escurriendo las ultimas gotas y me dio un beso en la mejilla, limpio las manos y se fue.

Me quedé satisfecho y me fui a cama, con la tranquilidad de no tener que justificarme al día siguiente. Descansé como un lirón.

A las 8.00 de la mañana, después de ducharnos, vestirnos y desayunar, salimos dirección a España, quedaba la mitad del viaje. Ruth se sentó a mi lado ocupando el sitio del copiloto, Ely detrás que no tardó mucho en acurrucarse con la manta y seguir durmiendo. Todo iba tranquilo sin alteraciones.

Cuando llevábamos unas tres horas de viaje, Ruth, decidió conducir, para que descansase, aparcamos en un área de descanso, bajé para hacer un pis y cuando volví al coche, ella estaba apoyada en la puerta, me dijo:

-        Venga descansa. Sin más me dio un pico y siguió hablando. Eres precioso, ummmm.

No dije ni palabra, me senté en mi nuevo sitio y así llegamos a la frontera, quedaban aun, 9 horas de viaje. Al mediodía, paramos a comer en un área de servicio y continuamos viaje, yo como conductor. No tardó en hacerse de noche, mientras conducía, reímos, contamos anécdotas, etc. Llegamos al destino a las 23,15 h. de la noche. No descargamos el coche, era tarde y durmieron en casa de mi madre, tenía una habitación preparada para ellas. Al día siguiente todo fue normal, ayudamos a la tía con sus cosas en su casa y pusimos la calefacción, para que estuviese todo calentito, a pesar de que mi madre insistió que esa noche volvían a dormir en casa.

Pasaron tres días sin novedades, solo me había llamado mi tío, para decirme que las llevase al centro comercial de Santiago, para hacer unas compras.  Como estaba previsto el sábado a las once, salimos y en este caso nos acompañaba mi prima Sandra, que precisamente, estudia allí en la universidad y aprovechaba para visitar a una amiga enfermera. Comimos en el centro comercial y Sandra le pidió a Ely que la acompañase a ver a su amiga. Las llevé en el coche y concreté que sobre las ocho de la noche las recogíamos.

Ya de vuelta, ayudé con unas bolsas a la tía, las metimos en el coche y me preguntó si me apetecía ir al cine, acepte. Compramos las entradas y nos sentamos en la parte derecha de la sala, que por cierto estaba casi vacía. Comenzó la peli “Destino Final”, estábamos muy atentos a la pantalla, cuando noto una mano sobre mi paquete, me quedé inmóvil y dejé que siguiese rozando mi polla que no tardó en responder. Quise tocar su pierna pero me sacó la mano. Siguió rozando, hasta que intentó soltar el botón del vaquero, imposible, pero en un segundo lo hice yo. Baje un poco el pantalón y deje mi polla saliendo del bóxer, estaba empinado de verdad. Siguió acariciando muy suave, hasta que la agarró fuerte y comenzó a pajearme. Miré que nadie se diese cuenta en la sala e intenté tocar de nuevo su pierna, lo prohibió.

Cuando me tenía a cien, levantó el apoyabrazos y se inclinó para acercar sus labios a mi tranca erecta, la lamió con suavidad, una y otra vez, mi polla rezumaba líquido seminal, entonces comenzó a rodear con sus labios mi capullo y a darme lengüetazos, joder, me encantaba como lamía, acaricie su precioso pelo rubio y dejé que ella hiciese. Estuvo como 15 minutos así, de repente, se incorporó de nuevo, levanto la falda tomó mi mano, y se la llevó al centro de sus piernas, encontré el coño rápido, gordo, húmedo y depilado, no tardé en frotarlo, meter y sacar dedos, mientras ella miraba la pantalla y yo inclinado sobre sus piernas. Menudo coño profundo tenia, empapado. Comenzó a respirar  fuerte, con cara de deseo, cuando creí que se iba a correr, me dijo:

-        Para, ven…y se levantó.

La seguí, cuando salimos, me tomó del brazo y nos fuimos al coche, salimos del parking y busque un lugar apartado y oscuro donde poder hacer gozar a mi tía. No tardé en aparcar al lado de unos setos de un edificio oficial, estaba genial el sitio, oscuro.

Pasamos al asiento de atrás y me comenzó a besar una y otra vez, cuando estaba bajando mi pantalón, me dijo:

-        Tienes un pene enorme, más grande que Adolfo, muy duro, es estupendo. A tu tío a veces le cuesta ponerse.

-        Bueno, será la edad. Dije.

-        O los paseos por el Barrio Rojo, jajajaj, una no es tonta. Respondió.

No  se habló más, empuje mi culo hacia el borde del asiento, ella levantó la falda, separó el tanga y se subió en mi polla, sin más. No tenía condones y se lo hice saber, me pidió que no me corriese dentro, solo eso.

Poco a poco fue metiendo el capullo, empujaba, el coño quería que lo llenase, vibraba, es una hembra muy caliente, lo sé de buena tinta, muchos polvos  echamos.

La agarré por las caderas, y fui empujando para clavar la polla en su cueva ardiente y deseosa de macho, empuje hasta que metí como la mitad, me quedé quieto y ella tomó la iniciativa, comenzó a subir y bajar poco a poco para ir acelerando el ritmo a medida que su coño se adaptaba a mi erecta polla. No dejé de buscar sus tetas para chupar sus pezones, enormes y duros, que no tarde en tener a mi disposición. Estuvo como veinte minutos galopando sobre mi polla, nos besábamos, comía y mordisqueaba sus pezones. Las tetas saltaban arriba y abajo, al ritmo de la clavada, estaba desenfrenada, veía como se iba a correr como una loba. Siguió subiendo y clavando hasta que dijo:

- Ik vind het leuk, ik heb een orgasme….agggg, ahhhhh, ahhhhh, aggggg, ahhhh. Ufffff, God, wat een plezier, ahhhh, agggg God, wat een plezier.

No entendí nada, pero deduje que era algo relativo al placer. Dejé que se relajase, me dio un morreo y me dijo:

-        Ahora para ti, gusto.

-        Tranquila, me cuesta. Dije.

-        Bueno si no es ahora, esta noche duermes en mi cama, Ely queda con Sandra en su casa, yo arreglo, ¿Quieres?

-        Si claro. Respondí.

Así comenzaba mi relación con la tía Ruth, que aun ahora viuda, esta de muy buen ver, a pesar de sus casi 60 años, es una mujer deseable y encantadora. Os contaré en otro relato la invitación que me hizo, en compañía de dos amigas, a pasar unos días en la Costa Brava, habían alquilado un apartamento y por supuesto el macho lo puso mi tía, lo pasé genial con las tres, unas máquinas, eso sí imposible hacérselo a las tres juntas. Mañana, tarde y noche, intercambiando turnos, pero jamás juntas.

Gracias por leerme. Besazos.  

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