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Relato 36- Mi vecina tetona y preciosa.

en Hetero: Infidelidad

La jubilación de mi colega Luis.

Me incorpore como colaborador a un despacho muy importante del sector de mi actividad, siempre fui freelance, pero compartí muchas experiencias con grandes profesionales de la actividad y sobre todo muy experimentados.

En 2011, la jubilación de uno de los compañeros de profesión, me permitió quedarme con su antigua oficina y sus clientes. La compra del entresuelo, era condición para quedarme su clientela y no lo dude. Me dio facilidades que garantice con aval y así me hice con otras oficinas en un área de Madrid Norte que no era muy frecuentada para mí.

Los 186 m2  están perfectamente amueblados y cuentan con una zona privada de 36 m2, compuesta de una pequeña habitación, baño completo y un saloncito muy cómodo para poder quedarse cuando apetezca, era lógico que Luis hiciese ese añadido a sus oficinas porque así podía pasar algunas noches y no depender de hotel.

Cuando me hice cargo del inmueble, además de estar perfectamente en condiciones, conocí la terraza exterior que daba a la parte de atrás de otro edificio, lindando las terrazas de ambos. El desnivel, permite a los vecinos ver nuestra terraza perfectamente.

Por razones de trabajo, decidí ocupar las oficinas en Septiembre y además quedarme muchas noches en el pequeño apartamento, con lo cual eso me permitía trabajar hasta más tarde y madrugar sin tener que pillar todo el tráfico de entrada a Madrid.

Por las mañanas solía hacer ejercicio en la terraza, con un culote y una camiseta de tiras, porque no quería tener mucha ropa allí.

Una de las mañana, observé que una mujer estaba fumando un cigarrillo en su balcón precisamente sobre la terraza lindera con la mía. En principio no presté atención, pero pude comprobar que coincidíamos todas las mañanas cada uno en sus menesteres. No había tenido oportunidad de observar bien su figura, puesto que solía salir con un batín y aunque si se podía precisar que tendría entre 35 y 40 años, no se observaba bien su figura.

Poco a poco, la rutina nos hizo coincidir muchos días cada mañana, hasta que a mitad de Septiembre, la vi diferente y en compañía de un hombre un poco mayor que ella.

Estaba impresionante, leggins, negros y una camiseta ajustadísima verde fosforito que dejaba ver su enorme pecho, impresionante, grandes, redondas y bien colocadas. Se notaba con un poco de sobrepeso, pero muy bien distribuido.

No volví a ver al paisano en los días siguientes, pero ella seguía con su rutina y cada mañana salía a fumar el cigarrillo. Pasaron, varios días, hasta que me fije, que ella no dejaba de observarme mientras hacia los estiramientos. Desde ese momento, no oculte mi paquete, a veces lo hago, y deje que se pusiese morcillona antes de salir a la terraza.

Para mí aquello se convirtió en una rutina y no deje de observarla cada mañana, incluso me ponía la situación y no ocultaba mi empalme mañanero.

Pasaron un par de semanas y uno de los sábados que me quedé aproveché para ir a comprar productos para higiene al centro comercial y antes de entrar al super, pasé a tomar un café.

Y allí a pocos metros de mí, ¿Quién estaba? Mi vecina…

No sabía si saludar o nó, pero como ser educado no cuesta nada, decidí sonreír hacia ella y decirle.

Buenos días.

Respondió: Buenos días, con una bonita sonrisa.

Guapa, pelo rubio con mechas con melena rizada sobre los hombros, un cuerpo muy bonito y sobre todo, me fije que era alta, superaba los 175 cmts. Vestía vaqueros, una blusa blanca y zapatos de medio tacón, estaba realmente deseable. Pensaba, mientras el camarero me preguntó que me apetecía:

-Un descafeinado con leche, templado, por favor.  Pedí.

Tomé mi café, al salir saludé y me despedí de la vecina.

Cuando estaba por la zona de droguería, pude observarla paseando con un carro de la compra  por el pasillo, hacia la zona del papel higiénico. Era ahora o nunca.

Hola, mi nombre es Juan, creo que somos vecinos? Es un placer conocerla. Comenté mientras alargaba mi mano.

Hola Juan, si vivo en el edificio detrás de tu terraza, te veo hacer gimnasia por las mañanas. Dijo mientras estrechaba la mía.

-Ahh, perdón soy Puri. Me dijo.

-Encantado Puri, es un placer conocerte y me alegro de haber coincidido y poder saludarte. Dije.

-El placer también es para mí. Respondió.

Mantuvimos una conversación intrascendente y nos despedimos con dos besos, que mientras me acercaba a su cara, aproveche  para acercar bien mi pecho a los enormes tetones que tiene.

A partir de ese momento se convirtió en un objetivo para mí, desconocía su situación familiar y laboral pero seguimos fieles a la rutina mañanera, incluso algún día pude ver su cuerpo perfectamente al colgar la ropa en el tendal.

Tardé cono un mes en volver a encontrarme con ella, era mediodía y coincidimos en el bar que queda frente al parque, nos saludamos y le dije:

-Voy a comer que no tengo nada en casa.

-Vaya, pues me pasa igual, voy a comer algo aquí y por la tarde voy al super. Contesto.

Pensé en este es el momento.

-Te invito a comer, así nos hacemos compañía que llevo unos días de trabajo estresante y me apetece charlar de otras banalidades. Dije.

-Me siento contigo pero cada uno paga lo suyo, si es así no hay problema. Sentenció.

-Vaya, pues no me queda otra, acepto la propuesta. Respondí.

Pasamos al comedor, estaba petado, solo quedaba una mesa muy pequeña en la esquina debajo de la tele, a pesar de todo decidimos sentarnos allí.

Mis piernas son largas y las suyas no se quedan atrás, nos rozábamos las rodillas pero ninguno hizo por separarlas.

A lo largo de la comida, me preguntó si estaba soltero, tenía novia, etc. Ella me explicó que está casada con un hijo, que está en un colegio de Suiza, su marido es ejecutivo de una entidad bancaria importante y está siempre de viaje, por lo que ella una vez que termina su trabajo por las mañanas queda libre. Es profesora en un colegio privado cerca de donde vive.

Nos despedimos después del intercambio de teléfonos, y no desaproveche aquella noche para llamarla y agradecerle su amistad. Desde ese día no dejamos de hablar cada noche y a veces se alargaba mucho tiempo la charla.

Una noche, me comentó que no se encontraba un poco mal, que sus reglas son dolorosas y que a veces sufre bastante, pero me confeso que una vez pasado ese plazo, se sube por las paredes de las ganas que tiene de sexo.

Llegamos a tener un amistad telefónica intensa y desde esa distancia que estable el móvil fuimos hablando de nuestras interioridades, hasta que llegamos a la parte del sexo.

Esa noche, le pregunté que llevaba puesto y comenzamos un juego maravilloso, yo estaba desnudo, me reto a que no le mandaba una foto como dios me trajo al mundo y como sabéis uno no puede acobardarse ante una petición de este tipo y me puse de pie frente al espejo y me hice una foto con la polla morcillona.

-Eres un descarado, creí que no lo harías, jajaja, pero bueno tu no sabes que soy una mujer casada, jajaja. Decia.

-Bueno pues te pido perdón y la borras, jajajaja. Respondí.

Seguimos de coña hasta que la rete a que no me envía una foto similar de ella aunque no se viese su cara, y por supuesto se negó. Pero en todo momento le dije que estaba en desventaja.

Pasamos muchos días de llamadas, risas, etc. Hasta que una noche, cuando llamo me pregunta:

-¿Estas solo en la oficina?

-Por supuesto, estos días estoy solo y además como te comenté me quedo a dormir aquí, es magnífico tener este pequeño retiro para quedarme. Respondí.

-¿Vaya, no invitas a un café? Preguntó.

Mi mente pensó, vamos a tomar un café al bar cercano y veremos.

-Si claro, me visto y bajo. Contesté. Pero después me mandas la foto, ¿vale?

-Noooo, fotos no. Mira no hablaba de tomar el café en el bar, pensaba pasar a verte en tu tugurio pecaminoso. Respondió.

-Ya estar tardando, preparo café, ¿tu como lo quieres?  Pregunté.

-Solo, fuerte y cargado que hoy tengo la noche. Respondió.

Me puse un vaquero, una camiseta y me quede descalzo, esto es muy masculino y las pone a tono. Aun así quería calentarla un poco y saque una botella de licor café de la nevera y dos vasos de chupito medios. Aunque no bebo forzaría un buen rato con Puri.

No tardó más de cinco minutos en sonar el timbre, abrí y a los 30 segundos abria la puerta al caños de mi vecina.

Os la describo: Mide 178, pecho de 160 (dicho por ella), caderas potentes de 110 y unas piernas potentes. Vestía vaqueros pitillo con zapatos de tacón y una cazadora de cuero negra, sobre una camiseta blanca de Prada, que por el poder de su pecho trasparentaba su sostén y su canalillo.

Mi mente no daba crédito, mi vecina en mi oficina a las 10,30 de la noche, manda huevos, no me lo podía imaginar ni en el mejor de mis sueños.

Los dos besos de rigor y pasamos a la pequeña sala de estar después de mirar las oficinas, le dije que la habitación estaba un poco desordenada y que no se la enseñaba. Se partido de risa y me suelta:

-Quería ver ese espejo en el que te hiciste la foto, jajaja. Bueno, bueno, bueno. Dijo.

-Tranquila que te lo enseño de todos modos, no vas a asustarte. Comenté.

En ese momento sonó su móvil, lo miró, me hizo un gesto de silencio con el dedo sobre sus labios y contestó.

-Dime Domingo?  El comenzó a dar una parrafada que ella escuchaba y de repente le pregunta:

-¿Entonces cuando vienes?

-¿Vienes el próximo lunes entonces? Volvió a preguntar.

-Bueno perfecto, yo voy a tomar un café y a leer un poco antes de acostarme, mañana no tengo clase de mañana, solo tengo de 4 a 6 por la tarde. Respondió.

El siguió hablando y pasado un par de minutos se despidieron.

-Libre hasta lunes, que bueno, me hacía falta estar tranquila un fin de semana y tomarlo para mí, porque vamos siempre a casa de mis padres o de mis suegros y a veces una se aburre de escuchar siempre lo mismo. Comentó.

-Pues genial, puedes disfrutar de estos días, hoy aun es miércoles. Dije.

-Pues genial, tengo clases mañana por la tarde y pasado por la mañana, me apetece hacer algo especial, a ver que se me ocurre. Dijo.

Continuamos con la charla, tomamos un café tranquilos y hablamos de todo, salió el tema que por lo que noté nos interesaba a ambos.

-De verdad me impresionó tu pollón, es enorme. Dijo.

-No consiste en el tamaño solamente, consiste en cuanto aguanta erecta, porque si no no sirve para nada. Respondi

-Vaya ¿y tú sabes usarla? Jajaja. Preguntó.

-¿Quieres probar? Dije y me lance a por sus labios.

Respondió como esperaba y nos fundimos en un morreo estupendo, lenguas entrelazadas y caricias a sus tetones, por cierto, brutales pero llenos y duros como rocas.

La tomé de la mano y la llevé para el sofá, quería hacerle un trabajo perfecto, para repetir mil veces con lo buena que estaba.

Saque mi polla del vaquero y se la coloque en su cara, no tardo en ir a por ella, lamió el capullo, con lo cual enseguida alcanzo su estado de plenitud.

Ella seguía chupando y yo metiendo mano cómo podía a sus tetas y coño sobre el pantalón, decidí sacar la polla y le dije:

-Voy a desnudarte y a follarte como deseas desde hace tiempo, te voy a follar duro.

-Ufff, como me apetece un polvazo y muchas corridas, soy multiorgásmica pero mi marido termina y a dormir. Dijo.

-Pues esta noche te voy a follar cada minuto, veras….comenté mientras le sacaba el pantalón, ya se había retirado la camiseta y dos enormes tetones dentro del sostén estaban a punto de reventarlo, los pezones marcados y como pitones.

Desnudo, la empuje sobre el sofá y me decidí a meterle una comida de coño de campeonato. Me encontré un coño pequeño, depilado, estrecho y rosadito, una maravilla, no tarde en poner mi lengua sobre su clítoris mientras mis manos apretaban los tetones que seguían en el sostén.

No tardó en comenzar a jadear, estaba salida como una loba en celo, solo gemia, se retorcia y apretaba mis manos contra sus tetones,, aproveche para sacar los pezones de las cozoletas del sostén y pellizcarlos, enormes, oscuros y con una aureola grande, los mire sin dejar de comer aquel coño exquisito.

Bajé mi mano derecha y coloque un dedo a la entrada del coño, estaba mojadísimo, entro apretado y comencé mi ritual de llamada sobre su punto G sin dejar de comerle el coño, no tardo más que cinco minutos en arquearse con más violencia, gemir más fuerte y ya cuando no pudo más, grito:

-No pares, me corrrooooooo, ahhhhh, agggg, me corro, que bueno, diossss, me corro, sigue….ahhhh,aggggg.

Fue un orgasmo intenso largo, para aquella hembra mal follada que tenía un cuerpo de escándalo, pero a los maridos hasta el ibérico les aburre.

Sin dejar que se recuperase, la coloque de rodillas en el sofá, son su cara hacia la pared, le dije:

-Te la voy a meter todita, para que goces. Mientras colocaba el condón.

-Ufff, despacio que me revientas. Dijo. Mientras ya sentía el capullo entrando en su coño estrecho, la verdad que me estaba costando meterla con lo húmedo que estaba.

Ella se quejaba a mis envestidas pero ni caso, quería profanar el coño de esta milf con tantas ganas de polla y corridas que estaba loco por clavarle la polla sin más. Joder como costaba que el capullo taladrara la cueva, estrecha, estrecha.

Después de un rato de intentos conseguí mas dilatación y entro el capullo el efecto del sonido como si una botella de champan soltase el corcho.  Chillo y dijo:

-Para, para, me revienta. Mientras su mano se apoyaba en mi estómago.

-Tranquila, voy despacio.  Dije.

No tarde en dar otro empujón y se lubricó mucho más, aun apretada entraba la mitad, sujete sus tetones por debajo y me puse a empujar, tenía la mitad de la polla en el coño de Puri y comencé a hablarle guarradas, sabía que le encantaba por las conversaciones telefónicas.

-Vas a ser mi putita, quiero que el cornudo de Domingo encuentre abierto el coño, cuando te folle, que vea que ya estas lista para una polla grande…Le decía.

-Agggg, me gusta, ufff, me gusta la polla, ahhh, me gusta, eran sus palabras entremezcladas con gemidos.

Cuando logré ensartar bien a Puri, me decidí a clavarla bien e intensamente, para hacer que se corriese varias veces a cuatro patas, porque era la postura que mas la ponía, pero su marido, nada más meterla por detrás, se corría. No me extraña, es espectacular su culo y su cintura, si a eso añades como sus tetones salen por los lados de su estrecho cuerpo, la corrida viene sola. Estaba gozando de un espectacular cuerpo y sabía que a ella le encantaba.

No tardó en correrse la primera vez, con jadeos, fuertes contracciones y gemidos..aggg, ahhhh, agggg.

No deje de clavar su coño porque cada vez me estaba dando más placer, los labios interiores venían hacia atrás cuando retiraba mi polla, estaba apretado, apretado y me gustaba.

Conseguí que se corriese tres veces con mis envestidas hasta que me dijo:

-Dios me destrozas, joder que corridas, ufff, nunca me corri así tres veces con la polla dentro sin salir.

-Te gusto? Pregunté.

-Me encanta pero quiero más, quiero sacarte una corrida, me encanta la leche. Dijo.

-Si quiero soltarte toda la leche y que la comas, quiero una cubana en medio de esos tetones que me tienen loco. Dije, mientras le sacaba el sostén.

Mi polla era un ariete, duro, con el capullo colorado y el rabo venoso, un espectáculo.

No tardé en colocarme de rodillas en el sofá, mientras ella estirada, cogió sus tetas con ambas manos y rodeo mi polla.

Era precioso como me miraba, me decía:

-Quiero toda tu leche, que me llene, las tetas, la cara y la boca, la quiero toda para mí.

-Te la voy a dar todita, estoy a punto de reventar y habrá leche para hacer queso. Dije.

Estaba bombeando las tetas de Puri, preciosas, me estaba poniendo a cien y sabía que no iba a aguantar mucho, así fue, unos minutos después le dije:

-Voy a correrme, te voy a llenar de leche, mete la polla en la boca. Ordené.

La polla entro en su boca y la humedad de su lengua fue el detonante final para no aguantar más.

-Me corroooooo, agggg, así, me corrooooo…Comentaba mientras daba empujones en su boca y mi leche, salía a mares. No aguantó toda la corrida, una arcada la invadió y se llenó de leche su cara, sus tetas, leche por todas partes mientras salían los últimos chorros de mi polla, ufff recuerdo lo buena que fue esa corrida y lo deseada.

Relajados, nos besamos y fuimos a darnos una ducha, ya volvimos a follar debajo del chorro de agua, era otra de las cosas que le gustaba.

Aquello fue el comienzo de una noche follando de todas las posturas, logré que su coño se abriese para poder clavar bien mi polla. Y recuerdo que Puri me hizo una comida de huevos mientras me pajeaba sobre su cara, que todavía recuerdo.

Os contaré más cosas, porque ahora salgo con mucha frecuencia con su hermana Mari Luz y conozco a su familia al completo, como buenos vecinos y amigos, hemos compartido alguna barbacoa en mi terraza.

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