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Harry Potter One-Shot: Enemigos irreconciliables

en Parodias

[ADVERTENCIA: Escribo este relato tras varias peticiones por parte de lectores de mis anteriores parodias de Star Wars de hacer algo con la saga de Harry Potter. No obstante, aclaro que (no estoy orgulloso) desconozco completamente las novelas, y por tanto el estilo literario de J.K. Rowling (que hubiera sido apropiado intentar emular). Mis conocimientos al respecto se limitan a las películas, y no de manera muy extensa. Perdonad, en consecuencia, los posibles errores, y hacédmelos saber junto con nuevas sugerencias y peticiones. Gracias]

 

***

 

Se hacían llamar “soldados del Ejército de Dumbledore”, los herederos de la Orden del Fénix, pero lo cierto es que eran más parecidos a un grupo de muchachos asustados, sobrepasados por las circunstancias. Tras la inyección de adrenalina y euforia que había supuesto el vuelo cabalgando thestrals desde Hogwarts, sobrevolando todo Londres hasta el Ministerio de Magia, internarse en el lúgubre y tenebroso Departamento de Misterios, adentrándose cada vez más en la oscuridad, les desnudó de cualquier autoconfianza. Avanzaban lentamente, con sus varitas en ristre, temblorosas las puntas iluminadas. El miedo les helaba los huesos incluso antes de que una docena de mortífagos les emboscara por sorpresa.

 

Gracias al entrenamiento seguido durante las semanas anteriores con Harry, sin embargo, salieron mucho mejor parados de lo que cabría esperar. De algún modo las advertencias de Harry habían hecho efecto y, si de normal sin duda hubieran perecido sin lucha ante sus atacantes, paralizados por el terror sin siquiera defenderse, la preparación les dió el aplomo suficiente para tensarse, gritar con fuerza una maldición -”¡¡Reducto!!” bramaron- contra los altísimos estantes repletos de bolas de cristal, y correr entre el caos causado por las ingentes cantidades de profecías cayendo y estrellándose contra el suelo.

 

A partir de ahí cundió el pánico, y apenas se concentraron en sobrevivir. Salieron corriendo para salvar su vida, perseguidos por magos asesinos: Más poderosos, más violentos, más despiadados, más adultos. Aún así los jóvenes conservaron el aplomo para lanzar a sus espaldas en su huída varios desmaius contra sus perseguidores. Poco a poco en su carrera se fueron dispersando por las oscuras salas del Departamento.

 

Mientras corría todo lo que podía, a lo lejos, Neville vió como un mortífago lanzaba un hechizo sobre Luna en plena carrera. Fue corriendo hacia ellos, pero ya era tarde, la joven bruja volaba, aturdida, hasta darse de bruces contra un escritorio. Rápidamente, Longbottom giró en su carrera huyendo del atacante, maldiciéndose por no haber podido llegar a tiempo para ayudar. Corrió queriendo dejar todo atrás. Corrió hasta que le dolieron las piernas y sus pulmones parecían respirar fuego.

 

La estancia era enorme. Neville no sabía cuánto tiempo había estado huyendo, pero en su distorsionada percepción del tiempo, hacía un buen rato que no oía pasos apresurados tras de él, o el estruendo de las estanterías y las bolas de cristal estallando contra el suelo en mil pedazos. Por fin, paró. Se dio la vuelta y prestó atención. Estaba completamente solo, y el silencio más absoluto reinaba. La penumbra también. Su encantamiento lumos apenas iluminaba un poco más allá de una absoluta negrura. Lo único que podía oír era su propio corazón palpitando rápida y potentemente, acompañado de su respiración jadeante. ¿Lo había conseguido?

 

  • ¡¡Jiiiajajajaaa!! ¡¡Te pillé!!

 

Horrorizado, Neville notó ante su impotencia cómo dos pálidas, frías y huesudas manos le agarraban desde atrás mientras oía una voz chillona y desquiciada. Para cuando reaccionó como para intentar revolverse, la punta de una varita le apretaba la yugular. Se quedó paralizado por el miedo y la certeza de que moriría.

 

  • Sssss… pero qué tenemosss aquí… si es el mocoso de los Longbottom… Después de la bella Alice y el apuesto Frank, ahora podré matar al último del rebaño..

 

Neville no creyó, antes de reconocer aquella siseante voz, poder sentir más terror. Había sido atrapado por Bellatrix Lestrange. La asesina que había torturado brutalmente a sus padres hasta matarlos. Y ahora le estaba retorciendo la punta de la varita en el cuello a él. Sintió cómo la sangre se helaba en sus venas, mientras Bellatrix pegaba su cuerpo a su espalda. Notó su aliento y sus carnosos labios rojo sangre susurrando con voz siseante en su oído:

 

  • Mmmm, pimpollito… ¿Por qué no te ahorras una cantidad inimaginable de dolor, y me dices dónde está la Profecía?¿Cuál de tus amiguitos la tiene?

 

Neville tuvo que obligarse a tragar la saliva que no tenía mientras las lágrimas empezaban a agolparse en sus ojos y su barbilla temblaba, antes de hacer acopio de todo su valor y responder.

 

  • ¡Vete al infierno!

 

Bellatrix se sorprendió ante la entereza del joven. Contrariamente a lo esperable, aquella respuesta pareció incluso complacerla. Hasta entonces daba la impresión de haberle podido matarle como a una cucaracha, con desprecio absoluto. Sin embargo, sonrío, amenazadora.

 

  • ¿Vaya, qué te parece? -mientras apretaba su varita con la mano derecha en el cuello de Neville, Bellatrix pasó su mano izquierda por todo el torso de Neville, que se estremeció- Parece que el pimpollito tiene algo de sangre en las venas, después de todo… más que sus papis, por lo menos. Vamos, bebé Longbottom, no me hagas destrozarte, sería una pena desperdiciar todo ese precioso odio que acumulas dentro de ti...

  • ¡Maldita canalla, mataste a mis padres! -escupió Longbottom con su último gesto de valor- ¡¡No te voy a decir nada, púdrete!!

 

De nuevo, Bellatrix sonrió terroríficamente ante la respuesta de Neville. El recuerdo de su crimen, unido al odio visceral proveniente de un muchacho a todas luces inocente en todo lo demás, que la mandaba a pudrirse pese a estar a punto de ser asesinado, removió algo en su interior.

 

  • Mmmm, Longbottom… definitivamente sería un desperdicio ejecutarte sin más ahora mismo… ¿Por qué no te lo replanteas? Estoy segura de que podemos llegar a un acuerdo…

 

Inesperadamente la mano izquierda de Bellatrix bajó esta vez del torso de Neville a su entrepierna, y le agarró con fuerza el miembro sobre sus pantalones, mientras seguía susurrando en su oído, aunque ahora también jugaba con su viperina lengua en el lóbulo de su oreja.

 

  • Vamos, Longbottom… me vas a decir dónde está la profecía… y tal vez deje que te cobres una pequeña venganza ¿Qué me dices? Dale ese gusto a tu rabia… Hay que dar de comer al odio de vez en cuando.

 

Un escalofrío recorrió la espalda de Neville al notar la mano de Bellatrix agarrar su paquete. Era la primera vez que una mujer le agarraba así. Incluso en ésa situación, no pudo evitar reparar en algunos detalles que se le habían pasado hasta entonces. Los carnosos labios de la criminal en su oído, sus grandes pechos aplastados en su espalda en aquel extraño y terrorífico abrazo, incluso su histérica voz chillona de psicópata tenía un deje de demente lujuria… no pudo evitar que una erección empezase a hacer aparición. Cerró los ojos y agitó la cabeza, resistiéndose.

 

  • ¡Nn… No! ¡Déjame! ¡No te diré nada! ¡Déjame! ¡Déjame o mátame!

 

Bellatrix sonrió como una serpiente reconociendo el efecto que estaba empezando a tener. Sabía que su presa estaba cada vez más indefensa. Con un brusco movimiento de su retorcida varita con forma de garra, derribó a Neville, que cayó al suelo bocaarriba, pesadamente, con un gruñido. Después hizo un complicado y rápido gesto con ella en el aire siseando un conjuro, y el joven notó sus tobillos y muñecas asidos por ligaduras invisibles. Otro movimiento de varita, y el pantalón y los calzoncillos de Neville se desabrocharon y bajaron, dejando su miembro semierecto al aire libre. Él cerró los ojos, apretando la mandíbula, conflictuado hasta desear salir de allí por cualquier medio posible.

 

Ella, satisfecha al verle inmóvil e indefenso, se relamió como una predadora que juega con su comida antes de devorarla y, plantada en pie delante de Neville, tiró, juguetona, de un cordoncito a la altura de su escote, dejando caer su negra toga de bruja. Bajo ella, un recargado corpiño de cuero negro dejaba a la vista sus dos grandes tetas, muy levemente caídas. Un seductor tanga del mismo material y color, unas medias de rejilla ancha, y dos botas de tacón alto que le llegaban casi hasta los muslos le daban el aspecto gótico e hipersexual de una dominátrix victoriana.

 

Se quedó allí plantada, disfrutando del conflicto de Neville, que no sabía si mirarla o no, y dónde. Paladeó su lucha interna, cómo sus ojos se sentían atraídos, y cómo, al final, la miró fijamente con cara de odio, para después no poder evitar fijar la vista en sus tetas, sus muslos, y su culo.

 

  • Así me gusta… ¿Vas a apartar la vista por respeto a mí ahora, Neville? No… me odias. Me odias y sabes que soy una puta asesina, ¿Verdad? Pues mira mis tetas sin remilgos, eso es… No merezco tu respeto, mírame las tetas todo lo que quieras…. Ahora estás empezando a fijarte.

 

Alzó una de sus botas de tacón de aguja y acarició suavemente con ella la polla de Neville, remarcando así a ambos que ésta crecía y se endurecía a ojos vista ante aquel espectáculo. Lasciva, se puso a horcajadas sobre el joven Longbottom y siguió hablando, impostando voz de siniestra niña psicótica, mientras contoneaba sus caderas sensualmente, frotando su entrepierna cubierta de cuero negro con la verga del chaval, cabalgándolo, con sus tetas a un palmo escaso de la cara de él.

 

  • Mmm, no parece que estés sufriendo mucho, ¿No, pimpollito?

  • ¡No! ¡Déjame! ¡Libérame, asquerosa! ¡No me toques! -se revolvía él, sin éxito-

  • ¿No?¿Seguro? -sonrió malévola Bellatrix, cogiendo la polla de Longbottom y comenzando a pajearla- me parece que no te importa demasiado que te toque…

 

Neville no pudo contener un gemido al notar la fría y femenina mano de Bellatrix agarrar el tronco de su pene y empezar a pajearlo.

 

  • ¡Aaahh!

  • Mmmm, vaya… estás muy duro para no estar disfrutándolo -ronroneó, viciosa, Bellatrix- dentro de poco estarás suplicándome que no pare…

  • ¡No! ¡Déjame! ¡He dicho que me dejeeeEE..AAHH!!

 

Bellatrix había bajado, lamiendo todo el torso de Neville, hasta su polla, y la había engullido de un solo golpe, hasta el fondo. Sus labios dejaban ahora la marca de su carmín rojo en los huevos de Neville, mientras toda la polla estaba alojada en la boca y la garganta de ella. Comenzó a mamarla, succionándola intensamente mientras fijaba su penetrante mirada en los ojos del chaval.

 

  • ¡¡Oooohhh!! ¡¡Ooohhh!! ¡¡Diosss!! -Neville gemía descontroladamente, sintiendo cotas de placer que desconocía completamente-

 

Bellatrix se regodeó en el placer causado en su presa. Sentía la polla palpitar en su paladar, el sabor del cada vez más abundante líquido preseminal desde su lengua a su garganta, mientras Longbottom gemía y perdía poco a poco el control. Durante mucho tiempo, en Azkaban, se había masturbado en su celda, segura de que jamás podría volver a llevar a cabo sus fantasías sexuales. Ahora, libre de nuevo, estaba decidida a recuperar el tiempo perdido. Estaba libre. Desenfrenada. Desatada. Disfrutaba de cada nueva experiencia sexual como nunca antes. Y ahora estaba empezando a calentarse bastante.

 

Sacó la polla de Longbottom de su boca, y la puso entre sus enormes pechos, luego se pellizcó los pezones y los retorció mientras apretaba sus tetas contra la verga del muchacho. Habló, cada vez más cachonda, mientras le hacía una tremenda cubana.

 

  • Sssiiiii… ¿Te gusta, verdad, Neville?

  • ¡No, déjame! -gritó Neville entre gemidos de manera poco convincente- ¡Tú mataste a mis padres!

  • Si, lo hice… Y jamás te habías sentido tan bien que haciéndotelo con mi boca y mis tetas, ¿No es así?

  • No… Ahhh.. por.. Por favor… -gimió Neville de placer, entre lágrimas-

  • Ssshhh -siseó Bellatrix- calla pequeño… ¿Qué más te da? Nadie te está viendo. Mañana podrás seguir siendo el pequeño santurrón de siempre. Pero ahora… ahora puedes disfrutar.

 

Poniéndose de nuevo en pie ante Neville como una diosa sexual a la que adorar, Bellatrix se apartó ceremoniosamente el tanga, y volvió a ponerse a horcajadas sobre él… clavándose esta vez en su durísima verga. La erecta polla del muchacho le entró fluidamente hasta las entrañas, debido a lo mojada que estaba. Neville dejó escapar un desangelado gemido, al notar su lanza penetrar por primera vez un coño. Estaba ardiente y húmedo. Caliente y suave. La propia Bellatrix no pudo evitar poner los ojos en blanco mientras se dejaba caer, empalándose. Inmediatamente comenzó de nuevo a mover sus caderas, fóllandose al estudiante.

 

  • ¡¡¡Aaaahhh!!! ¡¡Diosss!!¡¡Oooh Dios miooo!! -Neville gemía sin remedio ante la espectacular follada que Bellatrix, usando toda su experiencia, le estaba proporcionando-

  • ¡¡Oooohhh, siii!! ¡Mmmm, eso es, pimpollo! ¡¡Joder, tienes una polla perfecta, Longbottom!! ¿Esto es lo que quieres, verdad, mocoso? ¡Cómeme las tetas, joder! -dijo Bellatrix poniéndole los pezones a Neville en los labios, a lo que el se resistió un poco- ¡¡Cómeme las tetas o te follaré mientras te maldigo con una Cruciatus, criajo!!

 

Bellatrix notó en su coño cómo la polla de Neville se endurecía al oír aquello, mientras se lanzaba a comerle desmañadamente los pezones. El muchacho chupaba sus empitonados pezones mientras amasaba sus enormes y seductoras tetas maduras con los labios. No pudo evitar gemir viciosa jadeando. Neville parecía necesitar cada vez menos justificaciones para participar activamente. Sonrió. Le estaba llevando a su terreno como una maligna súcubo. Cada vez podía pensar menos en cualquier otra cosa que no fuera correrse. Decidió llevar las cosas un poco más allá.

 

  • ¡¡Aaahhh!! ¡¡Aassíi, vamos, cómemelas!! ¿¡Te gustan mis tetas, verdad, pimpollo!?

  • ¡¡...Sí!! Joder, dame tus tetas, mmm!!

  • ¿Te gustan más que las de… tu mami, verdad? ¡Seguro que prefieres comerme mis tetonas mientras me follas que las de la tonta de tu madre cuando te amamantaba!

 

Neville la miró, asqueado, pero tan lascivo que no podía pensar con claridad.. Sólo quería clavarse más en Bellatrix, chupar más las tetas de Bellatrix, agarrarse más al tremendo culazo de Bellatrix…

 

  • Yo…

  • ¿Te gusta follarme, verdad? ¿Te gusta ver mis tetonas mientras te exprimo los huevos con mi coño, eh, niñato? -gritó Bellatrix en éxtasis, moviendo diabólicamente las caderas en la polla de Neville mientras ponía a su disposición sus dos exhuberantes melones- ¡¡Vamos, pídeme que te viole!!

  • ¡¡Joder, sigue, no pares, viólame, no pareees!!!

  • Seguro que ahora te alegras de que matara a los idiotas de tus padres, para poder follarme agusto, ¿verdad? ¡La puta de tu madre no te hubiera follado así!

  • Yo.. -dudó Neville, pero Bellatrix subió aún más el ritmo de sus caderas, incluso sudando para proporcionar al muchacho todo el placer del que fuera humana o mágicamente capaz- ¡¡Aaaahhh!!

  • ¡Dilo!

  • ¡¡Sí!! ¡¡Fóllame puta asesina, fóllameee!!

  • ¿¡Quieres correrte!?

  • ¡¡Joder, sí!! ¡¡Por favooor!!

  • ¿Dónde está la Profecía?¡Dime quién la tiene!

  • ¡No, eso no! ¡Por favor!

  • ¡Dilo! ¡Dímelo y te soltaré!

  • ¡Harry! ¡Harry Potter la tiene! ¡Se ha ido a la Cámara de la Muerte! -gritó furioso Neville al límite de sus cualidades mentales, entre lujuria y lágrimas-

 

Bellatrix sonrió, triunfante, y con un gesto de su varita liberó a Neville de sus ligaduras mágicas. Antes de que pudiera hacer nada más, un tremendo bofetón del muchacho le cruzó la cara, haciendo que viera las estrellas durante unos instantes. Sin darle tiempo a reaccionar -o tal vez porque ella no quisiera- la agarró con fuerza de las muñecas, se puso encima de ella y siguió follándola sin contemplaciones. Con el ardor del golpe en la mejilla, y relamiéndose la ensangrentada comisura de sus labios, sonrió. Neville la cogía con fuerza casi haciéndole daño y ahora la violaba, taladrándola sin compasión. Por fin, pensó ella. Ahora llegaba lo que había estado buscando.

 

  • ¡¡Aaaahhh!! ¡¡Te voy a joder, puta!! -lo impropio de las palabras en boca de Neville añadían más morbo a la situación- ¡¡Voy a reventarte a pollazos hasta que me corra, zorra asesina de mierda!!

 

Bellatrix aspiró aire con fuerza. Estaba siendo infinitamente mejor de lo que había previsto. Neville la follaba con tanta furia como para devastar su coño, era el mejor polvo que le habían echado en años. Se permitió relajarse y disfrutar, abandonándose a la brutal follada. Neville la cogía con fuerza del cuello mientras la penetraba bestialmente y sin miramientos. Le dió otra bofetada, del otro lado, que la hizo volver la cara. Luego, un par más de bofetones más en sus tetas. Ella no aguantó más. Se corrió salvajemente. Puso los ojos en blanco y abrió la mandíbula hasta casi desencajarla mientras el orgasmo atravesó su cuerpo como una corriente eléctrica, haciéndole temblar las piernas.

 

  • ¡¡¡AAAAAHHHH!!! ¡¡¡Joder, niñato, sigue, no pares, véngate, cabronazo, viólameee!!! ¡¡AAAAAHHHH me corroooooooOOHHH!! -Gritó desquiciada, en una voz que hubiera bastado para helar la sangre a cualquiera-

  • ¡¡No me lo digas dos veces, puta!!

 

Neville la cogió de los muslos, y le dió la vuelta. No pudo evitar pararse un instante a admirar el tremendo culazo de Bellatrix, realzado por el tanga de cuero negro metido entre sus enormes y redondos cachetes, cuadriculados por los hilos negros de las medias de amplia rejilla. Echó un poco al lado la tirita del tanga, abrió sus nalgas, y escupió en el cerradito ano que había descubierto. Dos segundos antes de apoyar su cipote a la entrada del mismo, y clavársela, con lascivia y odio, de un solo empellón.

La durísima polla de Neville clavándosele sin piedad hasta el fondo, hasta que los huevos golpearon sus nalgas, provocó otro orgasmo en Bellatrix, uno largo y agotador, que la dejó al delicioso merced de las embestidas del chaval mientras la enculaba.

 

  • ¡¡AAAAaaahhh!! ¡¡Jódete zorra!! ¡¡Te voy a reventar, puta!!

  • ¡¡¡Aaahhh, siii!!! ¡¡Vamos, sodomízame, mocoso de mierda!! ¡¡Pétame el culo hasta que te corraaas!! -gritó sádica Bellatrix, que no recordaba haber estado tan sedienta de semen como lo estaba ahora-

  • ¡¡Si, joder, me coorrooo!! ¡¡Me corro entero, joder, putaa!! ¡¡Me corrooo!!

 

Bellatrix notó la ingente cantidad de semen rellenarla por dentro hasta que pensó que la reventaría, no se imaginaba hasta qué punto había excitado a Neville, que se corrió salvajemente y sin medida inyectando chorro tras chorro de lefa en su recto, rellenándola hasta los intestinos. Se masturbó para alcanzar el tercer y fenomenal orgasmo mientras sentía cómo la relleban de esperma espeso y caliente, creyó que alcanzaba el nirvana mientras se corría babeando con los ojos en blanco. La habitación entera tembló con las disrupciones mágicas causadas por el orgasmo de la poderosa bruja.

 

Cuando terminó, Neville quedó prácticamente sin sentido. Cayó exhausto hacia atrás, tumbado en el suelo. Había alcanzado el delirio mientras se corría, y ahora sentía que se le había ido la vida entera vaciándose en el culo de Bellatrix. Para cuando intentó reaccionar, sin fuerzas, ya era tarde, la bruja volvía a ponerle su afilada varita en la yugular, mientras se chupaba dos deditos que previamente había introducido en su culo, recogiendo un poco del semen del muchacho. Ambos se miraron a los ojos. Estuvieron unos segundos mirándose. Ella escudriñaba la expresión del chaval. No era simplemente un cobarde, después de todo. Sólo un joven bisoño e inexperto, que aún no había encontrado el camino que iba a recorrer. Al menos merecía la oportunidad de intentar hacerlo. La miraba. Neville no se había fijado hasta ahora, pero en realidad ella era muy hermosa. Bajo su ondulado pelo azabache, sus enormes ojos negros, sus carnosos labios rojos…

 

Ella le besó. Sintió sus labios acariciando los suyos en un húmedo beso, y luego su apasionada lengua nadar en su boca y acariciar la suya propia. Él le correspondió.

 

Cuando se separaron, un hilillo de saliva aún unía sus respectivos labios.

 

  • Pimpollo -dijo ella mirándole a los ojos con una sonrisa indescifrable, que no expresaba si le mataría o le besaría de nuevo-

 

Se levantó dejándole allí y corrió hacia la Cámara de la Muerte, haciendo por el camino un gesto de su varita que hizo que su vestido volviera a abrocharse, en carrera, en torno a ella. Neville vio cómo desaparecía en la penumbra.

 

  • Bellatrix -susurró-