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Mi verdad (5)

en Confesiones

Mi Verdad V

Después de coger intensamente con su madre Aurora por primera vez, Antonio recibe de su tía un tratamiento muy especial, pero en la mente de Lupe se despertaba una inquietud que iría a cambiar radicalmente la vida actual de los protagonistas.

Antonio por fin se había levantado de encima de mi, su pene se encontraba ya en estado de reposo, pero totalmente mojado por la mezcla de fluidos masculinos y femeninos que se mezclaron dentro de mi ardiente vagina, colgaban de su tronco espesas gotas de semen y fluidos femeninos, a los que Lupe prestó su atención inmediata, para el adorado miembro de mi hijo, tomándolo entre sus labios y metiéndose el mojado pene en su boca totalmente, mamando y chupando todos los restos húmedos de la suave piel, Antonio se encontraba aun arrodillado entre mis piernas abiertas, mientras mi vagina quedaba expuesta a la vista de mis dos amantes, yo sentía que de mi interior escurrían aun grandes rios del semen eyaculado por Antonio, me dediqué a observar a Lupe mientras limpiaba con su boca todo resto de líquidos sexuales de la gruesa verga de mi hijo, quien tenia cerrados los ojos y disfrutaba de la inesperada caricia que le proporcionaba quien en pocos momentos también se convertiría en su mujer, además de ser su tía y su nodriza.

Lupe estaba en cuatro y solo usaba su boca para realizar su deliciosa tarea al engullir golosamente los fluidos de las personas que mas amaba. Mi hermosa tía sintió en su boca cómo la gruesa barra de carne iba aumentando de tamaño y grosor mientras la mamaba con avidez, pues ya le había limpiado hasta el último resto del espeso néctar de amor, desde mi posición alcanzaba a ver perfectamente como iba creciendo el pene de Antonio y cada vez cabía menos en la pequeña y sensual boca de Lupe, quien trataba de meterla toda en ella, pero el grosor era mayor a la capacidad de la boca de mi tía, quien solo abarcaba un poco mas de la mitad de la verga entre sus carnosos labios, y para eso tenia que abrir al máximo las mandíbulas, entonces se concretó a mamar con efusividad la gruesa cabeza del glande que ya parecía que iba a reventar y de la cual manaban en su punta gruesas y viscosas perlas transparentes del lubricante masculino que le imprimían un delicioso sabor salado en la lengua de la amante.

Yo alcancé con mi mano la vagina y el ano de Lupe comprobando su humedad, la que quedó adherida a mis dedos, ella al sentir mis caricias se acomodó mejor para permitirme un fácil acceso a su feminidad, agradeciendo con un suave vaivén de sus caderas la dulce intromisión de mis dedos entre sus labios vaginales. Lupe siguió mamando por un rato más la ya muy endurecida verga que se levantaba orgullosa, sin dar muestras de cansancio, después de haberme cogido con tal ímpetu y fuerza arrancándome dos tremendos orgasmos y una eyaculación de mis entrañas. Tan maravillosa es la naturaleza a esa edad para el hombre que en solo pocos minutos vuelve a estar más que listo para coger con sus mujeres.

Lupe soltó el pene de Antonio y mirándolo amorosa a los ojos le pidió.

Mi amor, ya cogiste con tu madre de la forma normal, ahora quiero que me cojas a mí desde atrás, para que practiques otra posición. Mientras yo atiendo a Aurora y así gozamos los tres al mismo tiempo, ¿Te parece bien mi amor?

Si Lupita, eso precisamente les iba a pedir después. Claro que me encantaría.

 

Y a ti mi amor ¿Te gustaría en esa forma?

Desde luego que si Lupita, todo lo que tú haces me encanta mi amor, solo quiero que tú goces lo mismo que yo he gozado con nuestro hijo.

Entonces déjame un poco de espacio para acomodarme entre tu madre, y métemela despacio para disfrutarte mucho tiempo, quiero que sea la cogida mas larga de mi vida, por favor hazlo sin prisa, disfrútame, y siente cada centímetro de mis entrañas, que desde hoy solo son para ti.

Antonio dejó que Lupe se acomodara entre mis piernas para mamarme la vagina que aun se encontraba totalmente mojada y escurriendo, yo me preparé para recibir la acariciante boca en mi ardiente y aun dolorida vagina, pero sabía que esos labios y esa amada lengua serian un bálsamo para mis anhelantes sensaciones.

Ahora Antonio empieza a metérmela lento, hazme gozar mucho por favor.

Al sentir que Antonio se aproximaba a sus nalgas y las acariciaba con sus manos, deleitándose con su suavidad y dureza, la vagina de Lupe empezó a abrirse por si sola invitando al grueso pene a alojarse dentro de ella. Pero Antonio no pudo resistirse a besar tan hermoso culo, haciendo que Lupe exhalara un gemido largo de placer, mientras su boca buscaba ansiosa mi vagina, yo había colocado antes una gruesa almohada para levantar mis caderas y ofrecerme con mas facilidad a mi amante tía.

Antonio, por masculino instinto, besó, lamió, mordisqueó esas firmes y blanquísimas carnes de Lupe, después deslizó su lengua por entre la separación de las dos redondas nalgas desde su inicio en la cadera, hasta la húmeda vagina, deteniéndose un momento en el apretado ano, lengüeteándolo lentamente y tratando de introducir la lengua dentro de él, hasta que sintió que se relajaba permitiendo el acceso de una parte de la lengua de mi hijo, Lupe levantó un poco mas las nalgas invitando a Antonio a chupar la ya goteante vagina que lo esperaba con ansias, Antonio entendió la invitación y se aprestó a dar consuelo a la ardiente vulva, dando una gruesa lamida que hizo estremecer el perfecto cuerpo de Lupe, quien se acomodó mejor para recibir en pleno a la juvenil boca masculina, presintiendo que era el preámbulo para la mejor cogida de su vida.

Ella lo iría guiando, haciendo a un lado, el necio voto de silencio femenino que exige la adivinanza del hombre y a impedido a millones de mujeres el goce pleno de su sexualidad, al no orientar a sus hombres hacia los puntos donde ellas sienten el placer intenso, ni ella ni yo caeríamos mas en ese error, pues nos habíamos propuesto guiar a Antonio al camino del femenino placer, para así nosotras gozar intensamente de nuestra sexualidad sin limites.

Lupe, mientras recibía la atención de Antonio en su intima feminidad, me prodigaba todo su sabio arte en el amor, chupando y sorbiendo toda mi vulva que agradecida empezó a manar nuevamente mis dulces néctares que salían de mis entrañas mezclándose con el semen de Antonio que escurría copiosamente al exterior después de haber inundado mi útero con millones de espermas que se abrían ya, paso al interior de mis ovarios tratando, inútilmente de fecundarme pues estaba protegida por mi método anticonceptivo.

Encontró con facilidad mi gran clítoris y lo mamó suavemente, como a mi me gusta, enviando a mi interior intensas señales de placer lujurioso, que me hacían retorcer mi cuerpo por el dulce tormento que me prodigaba esa amada boca.

Ya mi amor métemelo, no me hagas esperar mas

Antonio obedeció la súplica de Lupe y se acomodó firmemente detrás de las perfectas nalgas de su tía, guiando con su mano la dura verga hacia la entrada de la todavía mas estrecha vagina de Lupe, colocó la punta del grueso glande en la mojada entrada, empujando lentamente mientras Lupe empujaba contra él para facilitar la penetración.

Mi madre, que gorda se siente mi amor, esta deliciosa, me va a llenar toda por dentro.

Métesela despacio mi amor, así sentirás y disfrutaras todo le que es para ti.

¿Así te gusta Lupita? Te siento muy apretada, voy a metértela muy despacito, si te lastima me dices.

No me vas a lastimar mi vida, pero déjame sentirte poco a poco.

Antonio siguió penetrando a Lupita haciéndola suspirar y gemir de placer mientras iba sintiendo cómo la enorme cabeza se abría paso en la cerrada vagina, proporcionándole oleadas de infinito placer, que le arrancaban gritos involuntarios que exhalaba en mi vagina, y me hacían excitarme aun mas.

Ay mis amores, me estás abriendo toda, nunca había sentido algo igual con ningún hombre. Tú me llenas por completo Antonio, sigue entrado en mí.

Antonio siguió lentamente introduciendo todo su pene en mi tía, hasta que por fin llegó al tope. Cuando Lupe sintió que ya había entrado por completo en ella exclamó.

Ahora espera, no te muevas, conóceme a mí como acabas de conocer a tu madre por dentro y déjame conocer a mi nuevo amo, en dueño de mis entrañas y de todo mi cuerpo.

Está bien Lupita, tu hazme saber cuando seguir.

Primero déjame sentirlo y acariciarlo con mi vagina, ¿Te gusta eso, lo sientes en tu verguita?

Mmmm, si, sigue haciéndolo es delicioso.

Mi tía le preguntaba a Antonio mientras con sus músculos interiores daba fuertes apretones al gordo pene de Antonio, a lo largo de todo su tronco, apretaba y aflojaba, provocando que el miembro de mi hijo creciera y se ensanchara al máximo, haciendo que la estrecha vagina se dilatara cada vez mas para alojar al amado invitado.

Lupe sin darse cuenta inició un movimiento de su cadera meneando dentro de ella el delicioso cilindro masculino, arrastrando con su meneo a Antonio que reconoció la señal de movimiento dando principio a una lenta y sabrosa cogida a su tía, que seria la primera de muchas más que repartiría entre ella y yo. Lupita no dejaba de mamarme la vagina y el clítoris mientras que ya me había metido dos delicados dedos en mi interior, masajeándome mi punto G, haciéndome llegar a un nuevo orgasmo, en lo que ellos cogían lentamente.

Lupita le pidió a Antonio que se colocara en cuclillas y sin sacarle la verga se levantara un poco mas, para que el pene entrara en otra dirección de arriba abajo, logrando con esto que el grueso miembro apoyara la cabeza del glande exactamente sobre el punto G de Lupita, haciéndola estremecer de lujuria al lograr lo que muy pocos humanos consiguen, y eso era que el pene hiciera firme contacto con el mas explosivo de los puntos femeninos, poco tiempo pasó para que mi tía estallara en un violento orgasmo acompañado de una copiosa eyaculación femenina haciéndola caer exhausta con su cara sobre mi vulva, impregnando con mis fluidos su sonrosada mejilla mientras ella dejaba caer sobre mi sexo un delgado hilo de saliva, provocado por la relajación posterior al intenso orgasmo vivido.

Mi hijo continuó cogiendo el desmadejado cuerpo de Lupe mientras yo sentía como se bamboleaban sus pesadas chiches que rebotaban en la cama tras cada vigorosa embestida de Antonio, quien cansado por la forzada posición volvió a hincarse detrás de Lupe sin sacar el miembro ni un segundo de la acogedora y caliente funda que lo apretaba con cada espasmo que le provocaban las involuntarias contracciones posteriores a la maravillosa venida que la había hecho sentir.

Lentamente Lupe fue recobrándose en fuerza y en lujuria, mientras Antonio hacia sus movimientos de mete-saca cada vez mas amplios hasta casi sacar de la vagina completamente la cabeza de su incansable pene, este entrar y salir del glande provocaban enloquecedoras sensaciones en la sensible zona de la entrada de la vagina de Lupita, quien lo iba guiando en el modo en que debía cogerla para hacerla disfrutar mas, y al mismo tiempo hacer ella que el muchacho gozara al máximo.

Así mi amor, así es como puedes hacer gozar a la mujer, ahora hazlo mas rápido, mas, mas por favor, rápido, así mi vida, ya me vengo otra vez mi rey, sigue, sigue maaasssss, ya, ya, ay yyyyaaaa.

Yo tampoco aguanto mas, me voy a venir yaaa.

Vente mi amor métemela toda y lléname de tu vida, mi chiquito.

Antonio se vino en un inesperado torrente casi igual al que me había depositado en mi vagina, cayendo sin fuerzas sobre la espalda de Lupita, quien liberó de sus labios mi mojadísima vagina después de tres intensos orgasmos que me hizo tener mientras era cogida por mi hijo, se desplazó sobre mi cuerpo quedando su cabeza a la altura de mis chiches y atrayendo con ella el debilitado cuerpo de Antonio, quien quedó encima de nosotras dos, pero el peso no me incomodó en absoluto, antes al contrario me invadió un sentimiento incontrolable de amor por esos dos maravillosos seres que se habían convertido en mis amantes mas amados.

No sé cuanto tempo estuvimos en esa posición, pero me di cuenta de que la verga de mi hijo permaneció dentro de Lupe durante todo ese tiempo en que empezaba a clarear el día, Antonio sacó su aun semi erecto pene de la estrecha vagina de Lupita de la que manaron todos los resto de semen que no habían podido ser alojados en el útero, al sentir que Antonio se bajaba de ella y se dejaba caer pesadamente a mi lado para caer en un profundo sueño, Lupita también se bajó de mi y se acostó al otro lado, dejándome los dos en el medio, Lupita también entró en ensueño reparador, en tanto yo me dediqué a la labor de limpieza que estaba aguardando ansiosa, apenas se acostó Lupita a mi lado, introduje mi cara entre sus piernas para limpiar y disfrutar del sabor de los dos néctares mas amados por mi, lamí y chupe toda su vagina ávidamente engullendo los fluidos que de ahí brotaban incontenibles hasta que ya no hubo mas que limpiar.

Después pasé al pene de Antonio que ya se encontraba casi flácido y comencé a mamarlo golosamente, chupando todos los restos de las huellas de amor que lo mojaban completamente, limpie hasta los vellos que adornan su miembro y la gran bolsa de gruesa piel que guarda a sus grandes testículos, no hubo una sola parte de su sexo que no fuera atendida por mis labios y lengua, cuando estuvo totalmente limpio, decidí dar una pequeña mamada a su poderosa verga, y sin utilizar mis manos me introduje en la boca el cansado pene para agradecerle con mis caricias, el enorme placer que me había otorgado, realmente no esperaba que el pene fuera a reaccionar de nuevo y menos tan rápido, pero sentí que en un instante recuperó su vigor aunque Antonio dormía profundamente, seguí mamando el hermoso e impresionante glande de mi hijo suavemente sin prisas para no despertarlo, la asombrosa verga ya estaba dura nuevamente, mientras yo continuaba mamado el glande como si se tratara de un gigantesco pezón del que tratara de succionar su calida leche, mientras mamaba la gran cabeza dejaba que mi lengua acariciara con suaves y anchas lamidas la zona del frenillo debajo del orificio del meato, pues desde antes había descubierto que ese tipo de lamidas le proporcionaban placenteras sensaciones a mi hijo y también a todos los hombres a los que alguna vez tuvieron la suerte de que les mamara sus vergas.

Mientras estaba explorando con mi boca todos los lugares del pene, sentí que la verga se hinchaba y empezaba a moverse sola, sabia que era el preludio del orgasmo y feliz me dispuse a recibirlo totalmente un mi boca para saborear por primera vez el semen puro de mi hijito, no tuve que esperar mucho para lograrlo después de una cuantas mamadas mas sentí que estallaba el pene en mi sedienta boca llenándola de una cantidad sorprendente de tibio semen que amenazaba con salir de mi boca pero con avidez tragué apuradamente la mayor cantidad que pude, dedicándome a recibir después los demás chorros que tardaron buen rato en dejar de salir, lo que me permitió llenarme del fuerte sabor de mi hijo que me pareció el mas delicioso manjar que jamás había tomado, Antonio eyaculó completamente dormido entre suspiros y gemidos pero sin lograr despertarse, ninguno de los dos se dió cuenta de mi acción, y así hubieran seguido a no ser que al medio día siguiente cuando nos levantamos les conté mi hazaña, recibiendo de los dos sendos besos de amor y manoseos en todo mi cuerpo.

Entonces como nos mamaste a traición mientras estábamos dormido nosotros te vamos a tener que mamar hasta dejarte seca, Antonio sácale las chiches a tu madre y vamos a mamarla sin piedad, como ella nos lo hizo.

Entre risas divertidas de los tres, Antonio obedeció a Lupita y presto me sacó las chiches de la bata y me llevó cargando al sillón de la sala, donde me sentó mientras se colocaba cada uno a mis lados acostando sus cabezas en mis piernas y tomando cada quien su chiche para mamar la leche que les pertenecía solo a ellos, mamaron y mamaron hasta dejar completamente secas las jugosas chiches, y al terminar Lupita pidió que mamáramos también su leche pues le comenzaban a doler un poco los senos pues desde la noche anterior no nos habíamos mamado completamente, así que ella y yo cambiamos posiciones mientras que a Antonio le tocaba la ración completa de leche materna, en tanto que Lupe y yo nos conformábamos por el momento con solo una chiche para cada una.

Pasaron los días rápidamente, en los que vivimos nuestra sexualidad con intensidad, mientras nos agobiaba el trabajo a Lupe y a mi, pues deberíamos presentar nuestra esperada colección de estación. Y Antonio se dedicaba de lleno a sus clases pues deseaba exentar todos sus exámenes para poder irnos de vacaciones a la Riviera Maya.

Esa mañana de domingo nos encontrábamos Lupe y yo solas en la casa pues Antonio había salido temprano con sus amigos, y volvería hasta la noche. Estábamos en el desayunador planeando el próximo viaje de unas merecidas vacaciones para los tres.

Te quiero confesar una inquietud que me ha nacido desde que cogemos con Antonio.

¿Qué es Lupe? Dime te escucho.

Lo que pasa es que te he visto desde siempre como madre y compañera, y eso me ha hecho sentir plena completa, sin que nada me faltara en la vida, tenemos todo, buena posición, dinero, fama, y un amante para las dos inigualable.

Pero ahora hay algo ¿Verdad?

Si Aurora como te digo es una inquietud que nació desde que Antonio me hizo también su mujer.

¿Pero que es mujer? Dímelo ¿O es algo grave? ¿Qué pasa me estás asustando?

No mi amor no es nada malo, pero si es algo muy importante para mi. Bueno ya sin rodeos te lo voy a decir. Quiero tener un hijo con Antonio.

La confesión de Lupita me dejó sin habla no esperaba que me confesara ese deseo, es mas ni siquiera me imaginaba a Lupe como madre de un bebé. Siempre la había visto tan independiente y tan segura, que jamás habíamos comentado la posibilidad de que ella fuera madre alguna vez.

No quiero que eso vaya a ser motivo de disgusto, si no es de tu parecer prefiero tu amor a mi maternidad.

No mi amor al contrario, me encanta la idea de ser la abuela de tu hijo o hija, por mi estaría feliz con un nuevo bebé tuyo en casa, seria maravilloso.

Si, así lo creo yo también y me emociona el pensar que pueda ser posible. Lo he pensado mucho todo este tiempo, después de estos meses en que hemos vivido plenamente nuestro amor los tres. Pero habrá mucho por planear. Y hacerlo de una manera que me mantenga cubierta y no levante sospechas de lo que vivimos aquí los tres.

Eso es verdad, ¿Y qué haz pensado al respecto?

Pues mira después de consultarlo contigo, opino que debo pedírselo a Antonio para saber su decisión, antes de dar otro paso.

Me parece correcto pues aunque nosotras proveeremos mientras el trabaja será una responsabilidad el saberse padre, solo te pido que le hagamos saber lo conveniente pero también los inconvenientes que la paternidad le causaría siendo todavía muy joven.

Si eso es justo, ¿Cuándo propones que hablemos con él Aurora?

Por mi esta misma noche, para empezar a planear los siguientes pasos.

Después de decidir nos fuimos al Jacuzzi para asearnos y amarnos tranquila y románticamente, disfrutando una sesión mas de sexo entre las dos, tal vez la euforia del deseo de Lupita nos hizo entregarnos con mas avidez una a la otra, prolongando nuestro encuentro hasta bastante después del medio día, no sé realmente cuantas veces nos poseímos en diferentes formas, pero después de bañarnos nuevamente y de comer algo sencillo, nos dormimos hasta que Antonio nos despertó con sus caricias y besos.

¿Cómo están flojas? Durmiendo desde temprano y sin esperarme.

Mi amor ya llegaste.

Vamos a hacerte algo de cenar mi cielo, debes traer mucha hambre.

No Lupita, al contrario, yo ya cené, pero si ustedes van a cenar las acompaño con un café.

Esta bien Lupita, yo si tengo algo de hambre, vamos a cenar. Y ahí hablamos.

Ya reunidos los tres en el ante comedor, preguntamos a Antonio sobre su día y él nos relató a grandes rasgos sus actividades con sus amigos y amigas. En el momento propicio le comenté a mi hijo nuestro deseo de hablar con él.

Queremos hablar contigo de una inquietud que tiene Lupita.

Díganme que es ¿Pasa algo malo?

No mi amor no es nada malo solo quiero consultarte algo.

Si Lupita, pídeme lo que quieras.

Mi amor es una cosa muy seria que ha nacido dentro de mí.

¿Estas embarazada, voy a ser papa?

Las dos nos quedamos atónitas ante la euforia con que Antonio tomó lo que el pensaba era la noticia de la que la íbamos a hablar.

No mi amor, no estoy embarazada, todavía no.

¿Todavía no? No entiendo.

Mira de lo que se trata es precisamente de embarazarme, pero quiero que tu seas quien me embarace.

Acepto sin pensarlo más.

Tómalo con calma hijo, hay muchas cosas en que pensar.

No mamá, Aurora, eso lo he venido soñando desde que empezamos a coger.

¿Tú estabas pensando eso hijo? ¿Pensabas embarazar a Lupita?

A Lupita y a ti también Aurora.

¿Quieres embarazarnos a mí y a tu madre, que te ha hecho pensar eso?

Que las amo más que a nadie, y nada me gustaría más que tener hijos con ustedes. Voy a estudiar ingeniería textil para entrar al negocio con ustedes y tratar de crear para ustedes tipos de telas novedosas y bonitas además de resistentes. De ese modo podré también hacerme cargo de mis hijos y seguir toda la vida con ustedes

Pero deberás casarte y formar una familia tarde o temprano y…

Mira mamá, ya lo he pensado bastante y aunque me llegue a casar siempre voy a estar a su lado, y tal vez a la que sea mi esposa no le desagrade amarnos a todos.

Antonio nos has sorprendido con tus ideas. Ni tu madre ni yo habíamos pensado en algo tan lejano aun.

¿Y a ti que te parece Aurora te gustaría tener otro hijo pero esta vez conmigo?

No sé que decir, yo les confieso que también lo había soñado despierta, pero me parecía que los iba a ofender con esas ideas.

 

¿Cómo te imaginas que nos ibas a ofender mamá?

Pues es que una cosa es coger con mi hijo y otra lo es embarazarme de mi hijo.

En eso tienes razón Aurora, todavía seria mas perdonable que yo tenga un hijo con Antonio a que lo tengas tu con él. Pero se me ocurre una solución.

¿Cual solución Lupita?

Que tu y yo consigamos unas parejas para que la gente nos vea con ellos, y después de que nos embarace Antonio los terminamos y hacemos creer a la gente que ellos fueron los que nos embarazaron.

¿Se van a acostar con otros?

Si mi amor es la solución que se me ocurre para que no nos afecte en nuestras vidas, y la gente siga creyendo en nosotras y en ti.

Pero otros se las van a coger, ¿Entonces como sabremos de quienes son los hijos?

Porque cuando cojamos con ellos vamos a usar condón, de otra forma no permitiremos que nos cojan y también evitaremos que nos contagien alguna enfermedad.

Cuando terminemos con esos hombres definitivamente, ellos pensaran que los hijos que esperamos serán seguramente de otros hombres a los que hayamos dejado cogernos sin condón, pero toda la gente va a creer que son de ellos. Y así nadie sospechará de ti Antonio.

Me parece convincente pero lo que no me gusta nada es que tengan que coger con otros.

Pero Antonio Lupita tiene razón, es un pequeño sacrificio que debemos hacer para tener a tus hijos.

¿Entonces aceptas tú también Aurora a tener un hijo conmigo?

Claro mi vida, nada me haría más feliz.

Bueno entonces regresando de Cancún nos conseguiremos unos novios para guardar las apariencias. Mientras tanto vayamos haciendo las maletas porque salimos pasado mañana.

Y ahí voy a cobrarles la otra parte de mi regalo, que todavía me falta.

¿Qué te falta mi amor? Si tu madre y yo te hemos dado todo nuestro amor en cada cogida que nos das.

Si pero aun no hemos hecho lo que ví en la película porno.

Entonces te prometemos que Lupita y yo seremos tus alumnas y nos enseñaras todo lo que sabes.

Salimos de la ciudad en el primer vuelo hacia Cancún, donde el clima estaba fabuloso y los paisajes eran hermosos con su mar de diferentes colores y tonos verdes y azules, llegamos al lujoso hotel. Y de inmediato fuimos a disfrutar de la playa y del mar, todo el día y gran parte de la noche la pasamos paseando y conociendo los mas importantes lugares turísticos, regresando exhaustos al hotel, para caer rendidos en un profundo sueño, que fue interrumpido por el teléfono del cuarto para indicarnos que ya era la hora que habíamos indicado que se nos despertara.

Al igual que el día anterior lo pasamos conociendo lugares para ir por la noche a bailar y tomar algunas bebidas. Estábamos eufóricos por nuestro futuro plan y nos pusimos a bailar una y otra con Antonio rechazando las invitaciones de otros hombres que intentaron acercarse a nosotras, y por último terminamos los tres abrazados y bailando ante las miradas curiosas de los demás presentes.

Cuando nos sentimos cansados volvimos al hotel y fue cuando Antonio hizo efectiva la otra parte de su regalo. Nada mas al entrar a la habitación Antonio nos abrazó a las dos por la cintura bajando sus manos por nuestras nalgas, levantando las suaves y delgadas telas de nuestros largos vestidos de noche, hasta descubrir que ninguna de las dos llevábamos pantaletas, ni tangas, tampoco brasieres pues los vestidos eran de escote generoso tanto por delante como por detrás, Antonio se sorprendió pero no dijo nada simplemente se dedicó a acariciar las suaves pieles que tenia en sus manos casi rozando como si tuviera timidez de acariciar con fuerza, pero el sabia lo que hacia, le habíamos enseñado que las caricias tiernas al principio eran muy importantes para ir encendiendo el animo lujurioso de cualquier mujer. Y Antonio había aprendido a tener paciencia y conocer los cambiantes estado de excitación de sus dos mujeres, nos pidió que nos quitáramos los vestidos para mostrarnos desnudas ante él, los desprendimos y los dejamos caer a nuestros pies y nos descalzamos para estar más cómodas.

Antonio no dejaba de acariciar nuestras nalgas y de repente deslizó uno de sus dedos por el canal de nuestros culos suavemente rozando la sensible piel emitiendo sensaciones excitantes a los anos y vaginas poniendo nuestras pieles erizadas por la delicada caricia, mientras sus dedos recorrían una y otra vez todo el canal de arriba a abajo los pezones se habían puesto duros y desafiantes y empezaban a parecer en ellos pequeñas perlas lácteas, clamando por una boca que vaciara sus contenidos. Las caricias de Antonio se hicieron más profundas y ahora ya acariciada directamente los anos e introducía una parte de sus dedos en ello y en nuestras vaginas que ya mostraban su aromática humedad llenando el ambiente con el delicioso olor del sexo femenino en celo. Nos llevó a una de las espaciosas camas, no tan grande como la nuestra pero del tamaño suficiente para caber los tres cómodamente.

Mi hijo se acostó de espaldas y nos pidió que le mamáramos sus pezoncitos pero que el mismo tiempo le brindáramos nuestras chiches para poder mamarnos al mismo tiempo a las dos, como pudimos le cumplimos la petición haciendo un círculo de lactancia, que no paró hasta que hubo terminado con muestras leches de una chiche a cada una.

Después me pidió que me motara sobre su cara viendo hacia sus pies, para que me comiera mi vagina mientras que Lupe debería ser penetrada por el delicioso y erecto pene, gustosa Lupita se aprestó a complacer a nuestro hombre y se montó con firmeza sobre el duro miembro introduciéndoselo lentamente, pues a pesar de estar perfectamente lubricada, la verga de mi hijo resultaba demasiado ancha para su estrecha vagina, por eso hacía lenta pero continua la penetración, yo veía extasiada como iba desapareciendo la verga de mi hijo dentro de mi amada Lupita quien tenia ese gesto de placer y lujuria que tanto me gustaba ver en su bello rostro, una vez que tuvo dentro todo el pene hasta su base, Antonio inicio una movimiento circular de su cadera llevando consigo a Lupita, quien por su parte también empezó a imprimir movimiento a su pelvis y seguramente que estaba usando sus músculos vaginales apretando y soltando repetidamente la gruesa verga como agradeciéndole su visita, Antonio me mamaba deliciosamente la vagina, y chupaba ávidamente mi erecto y grande clítoris poniéndome al punto del orgasmo, cuando separó por un instante su boca y nos pidió que nos besáramos y nos mamáramos las chiches que aun tenían leche.

Acercamos nuestros cuerpos y empezamos a besarnos tiernamente, yo le pedí a Lupita que levantara sus delgados brazos y me dejara deleitarme con la piel de sus perfumadas axilas, las cuales primero acaricié delicadamente con mis dedos, para después atraerla hacia mi boca y comencé a lamer, besar y chupar esa deliciosa zona que tanto placer nos daba al ser acariciadas con amor y lujuria, cambiaba de una axila a la otra repartiendo las caricias de mi boca entre las dos, notando que esas sensaciones iban directamente a estimular sus grandes pezones haciendo que se pusieran tan erectos, que se veían todavía mas grandes, y empezaba a escurrir de ellos gruesos hilos de le leche contenida en los hermosos senos de Lupita, ávidamente me dedique a mamar sus pezones mientras que Antonio nos cogía con pene y boca. Lupita me pidió cambiar y que le permitiera acariciarme en la misma forma, yo levanté mis brazos seductoramente y le ofrecí mis desnudas axilas para que hiciera uso de ellas, sin mas preámbulo se pegó con su boca a mi sensible piel haciéndome sentir un delicioso calambre que estimuló directamente mi pezón derecho, y lo mismo ocurrió con el izquierdo al mamarme la axila de ese lado, también de mis pezones escurrían ya pequeños pero gruesos rios de leche que mojaban mis areolas y senos, fue cuando Lupita, tomando mis pesadas chiches entre sus manitas unió una chiche con la otra para juntar los pezones, yo entendí la intención de mi amada y arqueé la espalda tratando de unir mis hombros para facilitar la maniobra de Lupita, quien al lograr su objetivo se prendió a mamarme con fuerza mis anhelantes pezones extrayendo de ellos grandes cantidades de leche que no alcanzaba a ser retenida por la pequeña boca y escurrían delgados hilos lácteos por las comisuras de sus labios para ir a parar de manera goteante en sus reposados senos que yo sostenía en mis manos y masajeaba sus gruesos pezones.

Pero conforme aumentaban las sensaciones en nuestras vaginas, los dulces besos se convirtieron en desesperadas caricias, que repartíamos entre nuestras bocas caras cuellos y pechos, tan intensa era esa nueva posición para nosotras que no tardamos en venirnos violentamente sintiendo como en nuestras entrañas iniciaba una poderosa explosión de placer que se extendió a todos nuestros cuerpos y fue a concentrarse en las ardientes vaginas que se sacudían con los espasmos y contracciones que acompañaban al tremendo orgasmo que nos había provocado Antonio.

Dejándonos sin fuerza y a su merced, mientras el seguía mamando y cogiendo con todo vigor, después de unos instantes empezamos a reaccionar nuevamente, y Antonio nos pidió que cambiáramos de lugar y me tocó meterme la gruesa verga de mi hijo que entró en mi con mas facilidad, en tanto Lupe colocaba su húmeda vagina frente a la glotona boca de Antonio, quien al ver a su alcance la bella vagina de inmediato comenzó a mamarla frenéticamente arrancando gritos y gemidos de Lupita ante la insoportable caricia de mi hijo. yo me dediqué a coger al compás de Antonio moviéndome a veces en círculos y a veces subiendo y bajando sobre el grueso tronco masculino, sin dejar de hacer uso de mis músculos internos, entonces sin aviso me voltee para quedar viendo hacia los pies de Antonio, dando la espalda a Lupita que de debatía entre lujuriosas sensaciones que habían robado su voluntad, me ensarte de nuevo firmemente en el duro pene hasta el fondo y descubrí que al inclinar mi cuero hacia delante el glande hacia contacto con mi escondido punto G, lo que me excitó a mas no poder, y pude acompañar la cogida con caricias de mis dedos en el clítoris, el cual pellizcaba y sobaba tiernamente,, hasta que me sobrevino un nuevo e intenso orgasmo acompañado de una profusa eyaculación de mis entrañas que salió bañando toda la pelvis de mi amante hijo, quien imprimió mas fuerza en sus embestidas dentro de mi vagina, mientras oía los gritos de placer de Lupita al haberle arrancado Antonio otro placentero orgasmo, que la hizo convulsionarse como a mi, que rebotaba con cada empujón de mi hombre, que hacia rebotar mis pesadas chiches de un lado a otro sin control, hasta que su movimiento se hizo frenético y me sujetó con fuerza por la cintura mientras empujaba una y otra vez contra mi desprotegida vagina, hasta que le oí exhalar un ronco rugido que fue acompañado por una poderosa eyaculación en lo mas profundo de mi mojada vagina, que se aprestó a recibir los grandes y cargados chorros de semen mientras que los embates fueron siendo mas lentos y con menos fuerza hasta que cesaron por completo, sintiendo solo en mi interior un leve cabeceo del glande debido a los espasmos cada vez mas espaciados que acompañan al orgasmo masculino. Nos fuimos bajando del cuerpo de mi hijo para recostarnos al lado de él abrazándolo amorosas, y besándolo suavemente agradecidas del placer proporcionado por su viva imaginación.

El resto de las vacaciones transcurrió en total alegría y experimentos de nuevas formas de coger llegando Antonio a rentar unas películas para imitar las posiciones de los actores, poniendo en divertida práctica las enseñanzas de las estrellas porno.

Cuando acabaron los quince días de sol, mar y sexo, regresamos agotados a casa para tomarnos Lupita y yo una semana más de descanso que nos sirvió para madurar nuestro plan de embarazarnos, y poder despistar a la sociedad de la verdad de nuestras vidas.

Pero eso es otra larga historia, si tienen interés en continuar conociendo la historia háganmelo saber con sus comentarios y calificaciones o bien directamente a mi correo. Posible edición del libro con toda la historia completa de la familia de los protagonistas. Si te interesa comunícamelo.

enrykarmand@yahoo.com.mx