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Mi Castigo (2)

en Hetero: Infidelidad

A la mañana siguiente estaba conduciendo por la autopista, escuchando como en el asiento posterior mi flamante esposa chupaba la verga de Xavier quien daba grandes muestras de estar disfrutando con la felación que estaba recibiendo, pronto se correría en la boca de mi flamante esposa y al menos por el momento suponía que tendría que descansar tanto él en los gemidos que mi esposa le provocaba como yo de oírlos.

¿Como pude llegar a estar en esta situación? - me preguntaba en silencio mientras aceleraba el coche a mas de 150 - ¿La amaba realmente tanto como para permitir que me haga todo esto? ¿Me amaba ella? No sabía que sentía ya y menos aún que sentía ella. Me imaginaba su rostro cuando me besaba y de inmediato me la imaginaba comiéndole la verga a Xavier, recordaba cuando caminábamos tomados de las manos y a mi volaban los recuerdos de cuando ella fue desvirgada. No se como podré seguir con ella, lograr borrar todo y comenzar una nueva vida ya no parece tan fácil lograr como lo supuse al inicio.

Pero algo realmente me carcomía internamente, ¿Como pude excitarme sufriendo toda esa humillación? Estaba en uso de mi razón cuando todo ocurrió, cuando mi cuerpo sentía tal grado de excitación viendo como mi esposa se entregaba a otro hombre. ¿Y si ella es quien no quiere volver conmigo, si lo prefiere a él? ¿Si nos quiere a los dos por igual? Solo imaginarlo me volteaba el estómago.

¿Y si ella queda embarazada? Pensarlo, casi nubla mi vista mientras un enorme vacío se va abriendo paso en mi estómago. Dejarla, abandonarla no me quedaría otro remedio en otras circunstancias. No creo que pueda vivir con el recuerdo perenne de todo esto. En ese caso no habría borrón y cuenta nueva, nada podría ser olvidado. Mas yo consentí esto, acepté esto conociendo todos los riesgos, no debía echarme para atrás. ¿Que debía hacer?

Te Amo, esto se terminará y será una nueva vida, no lo dudes - me decía una voz conocida que aunque cercana a mi oído, no sabía si aún cercana a mi corazón.

No contesté, al menos eso podría ser mío este viaje, mis sentimientos. Traté de pensar en algo distinto, mi familia, mis amigos, mi carrera de médico aún por concluir. Nada lograba concentrarme lo suficiente para despejar mi mente.

Mas pronto de lo que esperamos llegamos al hotel donde nos hospedaríamos. Pensé que Paulina y Xavier se registrarían como pareja pero Xavier se registro solo, mientras Paulina me esperó para registrarnos, pero ya se habían hecho las reservaciones para que nuestras habitaciones tengan conexión, al igual como sucedió en "nuestra noche de bodas". Con esta petición supuse, y no me equivoqué, que cosas muy extrañas iban a suceder y de las que yo seguramente sería testigo, y por un instante, tan solo uno muy pequeño, temí por la integridad de todos; física de ellos y mental la mía. Tan pronto como subimos a las habitaciones, para mi sorpresa con Paulina nos instalamos como pareja en la nuestra, mientras Xavier se retiraba a la suya.

La luna de miel es nuestra - me dijo Paulina, el momento que comenzamos a arreglar nuestras cosas que llevamos para nuestra estadía en la playa - y aunque Xavi es quien me va a poseer en las noches, nosotros podremos pasear durante el día y disfrutar de todo el lugar durante el día, pero claro si Xavi me lo pide también durante el día, me tendré que entregar a él.

No respondí, que tengo que decir, mi esposa me permite al menos pasar unas horas del día con ella, tal si de un favor se tratase. ¿Que mas puedo pedir?

Estoy enamorada de ti - retomó al ver que no le contesté - Tú sabes porque estamos en esta situación y así la aceptaste, no te pongas así y dime algo.

Que iba a decir estaba conciente de cada minuto del tiempo que había pasado desde el momento que acepté.

Está bien - dije escuetamente, al tiempo que mi esposa me abrazaba dándome un beso tierno.

Justo en ese momento sonó la puerta de la habitación adyacente y al instante el recuerdo de que con la boca que me estaba besando mi esposa le realizó una enorme mamada al tipo que estaba golpeando la puerta, me volvió a mi triste realidad. ¿Como rayos va a terminar todo esto? ¿Lo podré soportar o me volveré loco?

¿No interrumpo? - dijo Xavier abriendo por si solo la puerta que nos dividía y entrando a la habitación sin esperar una aprobación nuestra- Lamento molestarlos, Pauli puedes venir un momento por favor.

Espérame un minuto y voy - Le contestó mientras Xavier regresaba a su habitación y Paulina volvía a darme un enorme beso que pasó de tierno a lujurioso en un segundo.- Te Amo y nada de lo que pasa con Xavier puede cambiar eso. No te preocupes, nunca te cambiaría por él.

Eso lo dices ahora - le contesté - pero después de este viaje, crees que podrás decir lo mismo.

Claro que si, - me contestó separándose apenas de mi, pero manteniendo esos hermosos ojos mirándome enamorados- nuestro amor es muy grande y yo se que tu lo entenderás. Imagina como yo me sentí cuando me enteré lo de tu ex novia, nos habíamos jurado esperar para cruzar el umbral del sexo juntos, yo esperé y aunque seguí algunos juegos con Xavier nunca me entregué a él antes, pero tú seguramente apenas se te presentó la oportunidad ni siquiera lo dudaste ¿verdad?

¿A eso le llamas algunos juegos? -dije algo iracundo aunque sabía que refutar no me serviría de mucho, que argumentos tenía para demostrarle que no era así, pese a ser una promesa de chiquillos ella tenía razón, yo la incumplí.

Ahora casi estamos en las mismas condiciones - continúo tras mi silencio - ya me he entregado a Xavier y para ser sincera aunque fue muy excitante y placentero creo que cuando tú y yo hagamos el amor será muchísimo mejor, porque entre los dos a mas del sexo va ha haber amor. Ahora no dudes mas de lo nuestro ten confianza que todo pasará y seremos felices, mientras tanto por favor arregla el resto de cosas mientras yo voy a ver que pasa con Xavier.

Se despidió dándome un pequeño besito y mientras observa el hermoso cuerpo de mi esposa caminar hacia el cuarto de Xavier pensaba en si realmente podríamos llegar a ser felices y en mis adentros me auto convencía que podría olvidar.

Diez minutos después de que Paulina fue a la habitación de Xavier yo ya tenía todo arreglado, mas no sabía donde poner algunas cosas de Paulina, así que mejor opté por preguntarle. Cuando estaba entrando, pues la puerta no estaba cerrada, comencé a escuchar los jadeos propios de una relación sexual y aunque no quería verlos nuevamente mis piernas continuaron su lento viaje al interior de la habitación.

Estaban de espaldas a mí, Paulina apoyaba sus manos en la ventana de la habitación, con su ligero vestido de hilo levantado y la parte inferior de su traje de baño tirado cerca de sus pies. Apoyada con sus manos en el cristal miraba hacia el inmenso mar, con su cola en punta y sus piernas ligeramente abiertas, mientras Xavier colocado a su detrás desnudo la tomaba de la cintura con una mano y de un seno de la otra mientras la penetraba fuerte aunque pausadamente al tiempo que le susurraba palabras al oído, palabras que no podía escuchar, palabras que eran las que mas celos me provocaban.

Se la estaba cogiendo de nuevo, y ella estaba disfrutando nuevamente de aquella cogida, sus gemidos, sus jadeos y los movimientos de su cadera al buscar una mejor penetración me lo confirmaban, y lo peor sus palabras, malditas palabras, rogándole y pidiéndole que no se detenga, que le de mas duro, que la haga su mujer, me daban la pauta para saber cuando le estaba gustando esa cogida.

¿Conmigo se comportará igual? Me preguntaba, mientras los seguía observando en aquella posición. Cuando de pronto oigo unos jadeos mucho mas fuertes, primero de ella que seguramente se estaba corriendo con la verga de su macho bien clavada en su conchita y después él que inundando con su semen el coñito de mi esposa, se la clavaba mucho mas fuerte en cada embestida, me confirmaba que estaban terminando, otra de las muchas cogidas que seguramente iba a ver supuse.

En ese momento no lo pensé, pero estaba solo a unos metros de ellos y si volteaban como ocurrió podían verme. Primero Xavier, que al querer regresar a la cama a sentarse dio cuenta de mi presencia.

Que haces ahí chico, pasa - dijo Xavier con un tono algo extraño, mientras mi esposa que tratando de acomodarse la ropa regresaba a ver - no seas tímido, que al fin de cuentas es tu esposa ¿no?

Mi silencio se hacía algo habitual en todas nuestras conversaciones, por lo que no dude en usarlo nuevamente. Al tanto pensaba en el extraño modo que me habló, en otras circunstancias me habría parecido hasta enojado, pero que se yo, casi no conocía a ese tipo.

¿Desde cuando estas ahí? -preguntó mi esposa, que ya casi compuesta en su vestimenta me miraba algo divertida- espero que no hayas estado esperándome mucho tiempo.

No - contesté al fin, ya recordando la razón de mi visita - quería también preguntarte algo, pero veo que estás ocupada.

Estaba, ahora ya estoy libre solo para ti, vamos. - Nos marchamos los dos, dejando a Xavier desnudo y solo en la habitación.-

Paseamos por la playa y la ciudad costera, disfrutaba tanto estar con Paulina, cada minuto me parecía una fantasía, era muy divertida e inteligente, nos comprendíamos casi al instante en todos nuestros deseos. Al llegar el atardecer caminando por la playa viendo el atardecer el celular de Paulina trajo noticias, fatales para mí claro, de Xavier. Decía que nos esperaba en una discoteca de la ciudad.

Cambiados y listos para el ambiente de discoteca nos encontramos con Xavier, que sentado en una mesa nos esperaba. Entramos tomados de la mano como una pareja, yo en la gloria haciéndole saber a ese tipo que quien ella realmente prefería era a mí.

Estas preciosa - dijo a mi esposa, que vestida con una falda corta casi transparente y un top entallado que permitía ver su hermoso ombligo, se veía divina, siendo al menos por un momento el centro de las miradas del público presente-.

Muchas Gracias - le contestó mientras nos sentábamos en la mesa.-

Pedimos unos tragos y antes de que Xavier quiera sacarla a bailar aproveche haciéndolo yo, y dejando a Xavier nuevamente sentado y solo, aunque no desnudo. Al regresar Xavier intentó sacar a la pista a Paulina, pero ella se negó diciendo que estaba conmigo y que no quería dejarme solo, lo que al parecer no le gustó mucho, pero no dijo nada mas.

En la pista había mucha gente, con muchas parejas bailando y tocándose mutuamente por lo que el ambiente comenzó a calentarse mucho, y no era únicamente el calor. Con Paulina seguíamos bailando algunos turnos mientras Xavier había conseguido una pareja y hacía su parte. Al final nos sentamos todos en la mesa y Xavier nos presentó como esposos, Luisa la muchacha era lugareña de unos 25 años a lo mucho, de aspecto bastante atractivo con curvas no tan pronunciadas pero de muy buen ver, comentó que su novio era el dueño de la disco y que mientras él cerraba ella aprovechaba para divertirse un rato.

Congeniamos rápidamente con Luisa, bailamos un rato y tomamos un par de copas más e incluso el novio de Luisa, Andrés un hombre de unos treinta y tantos de aspecto algo duro pero muy amable, se nos unió en la mesa con lo cual hacíamos un grupo muy ameno. El lugar se fue vaciando de a poco, cuando apenas quedábamos unas pocas parejas dieron la orden de cierre, los empleados poco a poco fueron saliendo quedándonos únicamente los cinco, y mientras las chicas se dirigieron al baño antes de nosotros también marcharnos, observé que Xavier y Andrés conversaban cerca de la barra y seguramente estaban hablando de mi, pues sus miradas un instante se dirigieron hacia donde me encontraba.

Al fin nos reunimos pero Xavier propuso una última ronda de tragos, a lo cual todos aceptamos pues no estábamos realmente muy mareados, y mientras Andrés con Luisa iban por los tragos Xavier los acompaño para poner algo de música suave quedándonos mi esposa y yo solos un momento, lo cual aprovechamos para besarnos apasionadamente pues producto del licor y el calor nos encontrábamos muy calientes, al regresar se veía a los tres muy amenos y divertidos con lo que la noche aún prometía un poco mas de diversión.

Entre la charla y los tragos el ambiente se tornó en una muy tórrida escena al momento que Luisa y Andrés se besaban y tocaban con una mayor insistencia increíblemente frente a nuestros ojos. Ante esto todos nosotros también nos comenzamos a excitar sobremanera, expectantes a como iba a terminar todo.

Vengan muchachos - comentó Andrés refiriéndose a Paulina y Yo, mientras comenzaba a tocar y desnudar lentamente a Luisa - porque no nos ponemos más cómodos o el calor no ha sido suficiente como para levantar esos ánimos. Y a ti Xavi, creo que vas a tener una show privado, o ¿quien sabe?

Yo miraba cauteloso a paulina quien no separaba la vista de la pareja que ya se había desprendido de algunas de las prendas que ocultaban mas su anatomía y Luisa al ver nuestra pasividad, que yo diría sorpresa, insistió en la invitación a unirnos a la corriente en marcha, al tiempo que sacaba su verga, ya en esos momentos completamente erecta y dura que al momento Luisa comenzó a chupar delicadamente mientras nos observaba.

Yo estaba a mil por hora, al ver como ellos tenían sexo en nuestras narices, así que comencé un suave acercamiento a mi esposa, primero tocando sus piernas y besando su cuello.

Ven acá mi amor, - dijo ante mi sobresalto Xavier a mi esposa, al tiempo que Luisa y Andrés se detenían para observarnos - tengo la verga a reventar y necesito realmente cogerte ahora mismo.

Lo siento cariño, tu sabes el trato, él es mi macho y no puedo hacer nada - me decía Paulina, para después levantarse del sillón donde estábamos para ir a sentarse en las piernas de Xavier, que ansioso esperaba a mi esposa.

Creí que eran esposos - preguntó Luisa entre confundida y divertida - ¿o no lo son?

Si, somos marido y mujer - contestó Paulina, mientras una mano de Xavier ingresaba por debajo de su falda dirigiéndose directamente a la jugosa entrepierna de mi esposa - pero solo es mi marido, Xavier en cambio es mi macho y hemos acordado que durante los días que permanezcamos aquí, Xavier sea el único que pueda cogerme. ¿Verdad amor? -me preguntó mientras comenzaba a abrir la cremallera del Pantalón de Xavier.

Asentí a Luisa con la cabeza, mientras veía como Luisa masturbaba lentamente la verga de Andrés, al tiempo que miraba a mi esposa arrodillarse frente a la verga de Xavier y comenzar a chuparla de igual forma que ella.

Que interesante, - comentaba Luisa a Andrés, mientras pasaba su lengua muy cerca del borde de la cabeza de su verga, haciendo que Andrés suelte un suspiro profundo - nosotros deberíamos practicarlo alguna vez, ¿no crees?

Si claro, ¿que mas quisieras tú? - contestaba irónico Andrés - Pero sabrás chiquita que tu macho soy yo y nadie más va a venir a clavarte la verga y peor aún en mi nariz.

Ambas parejas rieron fuertemente, mientras yo resignado a la situación de mero espectador regresaba mi atención a Xavier que sin desperdiciar el tiempo ya tenía a Paulina de rodillas frente a su verga y pude ver como mirándome a los ojos abría su boquita para comenzar a tragar la verga del macho que la desvirgó.

Mi situación no me la esperaba ni en mis mas locas fantasías, estaba ahí sentado en un sillón teniendo frente a mi a dos parejas listas para satisfacer sus instintos mas básicos, con un aliciente adicional, una de las participantes era la mujer que yo amaba, ni en mis mas bizarros sueños imaginé estar en la situación en la que me encontraba. Tomé el resto de la botella existente y me dirigí a la barra, para, a lo lejos, seguir contemplando como mi esposa era nuevamente poseída por su macho.

Los cambios de posición de ambas parejas se fueron sucediendo uno tras otro así como la poca ropa existente en los cuerpos de todos los participantes iba confundiéndose en el suelo, dejando libre la piel de los cuatro participantes. Mientras yo no perdía detalle de lo que estaba sucediendo; el coño de Luisa siendo atendido por Andrés mientras ella se encontraba recostada en la mesilla de centro de la pequeña sala, mi esposa mamando la verga de Xavier mientras él hacía lo suyo con su conchita que apenas hace unas horas había sido desvirgada formando un 69 perfecto, los gemidos de Luisa y Paulina cuando arrodilladas en el mismo sillón grande con sus manos apoyadas en el espaldar y el rostro hacia donde yo me encontraba eran penetradas desde atrás por sus dos machos, la cara de placer que tenía mi esposa el momento que Xavier descargaba su lujuria y su simiente dentro de la hasta hace no mucho virginal conchita de mi esposa.

Luisa y Andrés, que habiendo ya terminado tras un enorme aullido de parte de la Luisa el instante en que la verga de su novio se hundía salvajemente en su culo, el cual parecía recibir gustoso arremetida primero y la descarga de una buena ración de semen después, veían expectantes el momento en que mi esposa, ensartada por si misma en la enorme verga de Xavier, se corría escandalosamente moviendo sus caderas velozmente estando sentada a horcajadas encima de su macho. Al mismo tiempo yo mismo sentía correr mi semen dentro de mi pantalón, sin que haya mediado ninguna acción de mi parte, cosa que al parecer no pasó desapercibida por la atenta mirada de Andrés.

Venga muchacho - me decía Andrés- de verdad que te gusta ver como se cogen a tu esposa, ¿no?

Si le gusta mucho - contestaba Xavier, mientras aún movía su verga dentro la conchita de mi esposa, mientras ella exhausta descansaba en su pecho - le encanta ver cuando me la estoy cogiendo, incluso le encantó ver cuando la desvirgaba en su noche de bodas, ¿no es verdad?

Mi silencio, mi eterno silencio ante las verdades que aunque dolorosas no dejan de perder su condición, confirmó lo que ya todos sabíamos. Cada vez me excitaba más cuando mi esposa era ensartada por Xavier, me excitaba saber que era tan solo un juguete en las manos de ese hombre, incluso me excitaba saber que ella, mi bella y amada esposa, disfrutaba tremendamente cuando Xavier se la cogía en forma salvaje, terminando siempre en una tremenda corrida dentro de ella.

¿En realidad la desvirgaste? - preguntó Luisa a Xavier, al parecer incrédula - ¿Realmente fue tu mujer antes que la toque su esposo? No puedo creer que haya dejado cogerse por ti y por otro lado casarse con otro.

Es verdad - contestó Paulina, ya algo recuperada pero aún abrazada a Xavier - Él fue mi primer hombre, Xavi me hizo mujer por primera vez y aunque estoy enamorada de mi esposo, ha sido fantástico ser su mujer, su hembra.

Paulina es una hembra exquisita - continuaba Xavier mientras acariciaba las largas y firmes piernas de mi esposa, mientras ella como gatita se acurrucaba en su pecho.- Cogerla ha sido muy gratificante, pero saber que iba a ser su primer hombre me ha hecho sentir en la gloria.

Oírlos era excitante y deprimente a la vez, verla con ese tipo me producía la misma sensación de desconsuelo impensables, pero verla ensartada por esa verga, mientras gime y suplica por que le den más verga, me excita tanto que ni siquiera lo he podido ocultar a ese par de desconocidos que han presenciado el show de mi esposa cogiendo con otro hombre, el show de ver mis cuernos creciendo rápidamente, el show de mi castigo.

 

 

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