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Olvidando 11

en Hetero: Infidelidad

La noticia de la aparición de Pepe preocupó sobremanera a Karen, que conocía lo peligroso que podía ser y me alertó de cualquier maniobra. Por otro lado algo que no me lo esperaba sucedió la mañana siguiente, una llamada me sorprendió ya que trajo a mi mente algo que no podía entenderlo.

Hola Felipe... soy yo... Paulina...

Hola Pauly... -dije yo con la certeza que ella no veía la cara de sorpresa que dibujaba mi rostro - ¿cómo...? ¿Cómo estás?

Pues creo que bien, aunque no estoy segura; han pasado cosas en mi vida que realmente no se si están bien, no sé cómo decírtelo, no sé si lo entenderías, pero creo que eres la única persona que me podría ayudar... o mejor dicho aconsejar...

Ok, dime... en que puedo ayudarte. - dije convencido que algo me contará de su aventura del día de ayer en su nuevo papel de puta, y en el que a pesar de que yo mismo lo había deseado e incluso pude haber impedido, no me sentía nada complacido -

Bueno... primero he de contarte que he venido haciendo muchas cosas locas... y bueno algunas han salido fantásticas pero otras no tanto... y creo que las cosas se me están yendo de las manos.

Siempre sucede, no todo es siempre flores, hay veces que te va bien y otras no.

Sí, yo sé... pero es que... bueno creo que las últimas cosas que he hecho han pasado muchos límites... y pues yo ya no se si está o no bien.

Pues si tienes dudas... ya sabes cuál es la respuesta, lo único que no quieres es aceptar que estás haciendo mal...

Y si ya no hay vuelta atrás...

Siempre hay la posibilidad de abandonar todo... Yo lo hice cuando me engañaste, abandoné todo para buscar un nuevo rumbo, por lo que estoy seguro que tú puedes hacer lo mismo...

Paulina por un momento se quedó callada, bajo su cascara de seguridad siempre estaba la niña que buscaba solamente ser feliz, lastimosamente no sería a mi lado eso lo supe desde que la vi con Gustavo, pero hasta ese momento creo que no lo había asimilado completamente.

Lo siento Felipe... nunca quise hacerte daño... Pero fue más fuerte que yo... Tal vez si hubieras sido... No se...  Tan amable y bueno conmigo...

Ya no importa... - me daba amargura hablar con ella, ya la rabia había pasado, ahora lo único que podía sentir era pena - Ahora será mejor que no juegues con fuego, ya que posiblemente te quemarás...

Lo que pasa es que yo... bueno... no es que quiera... pero Gustavo... es muy insistente y yo no sé cómo... no te preocupes, lo resolveré... mejor cuéntame de ti, ¿estás saliendo con alguien?

Si, bueno... - no estaba seguro de querer contarle lo de Karla y de mi parte tampoco sabía que había con ella, pero la lengua es más rápida que la razón - ahora tengo una chica y estamos… digamos que saliendo...

Mmmm... Qué bueno... - decía Paulina al tiempo que notaba el impacto que mis palabras tuvieron en si misma - me alegro mucho que puedas encontrar una buena mujer que te quiera y te cuide y que no te haya engañado.

Nadie ha dicho que es buena chica... Ni del resto tampoco...

Ósea... no entiendo...

Pues eso... que para que quiero mujeres buenas... solo me traen problemas, con las malas uno sabe a qué atenerse y de paso no tiene que andar preocupándose... Todo es más fácil...

Ejem... bueno, claro...no sé...

No te preocupes... todos ahora buscamos más emoción, tal como me dijiste alguna vez, la vida hay que vivirla y bueno estoy en eso estoy yo también.

Que bien... creo - me contestó sin ánimo de preguntar algo más, seguro que estaba sumamente intrigada, pero no podría hacerme hablar más - Y tu trabajo...

Todo mejorando, ahora tengo un negocio y unas socias y nos está va muy bien... Solo algún mequetrefe que se interpone, pero que ya le daré lo que se merece. Del resto pues nada, todo a pedir de boca...

Que bien, me alegro por ti... - continuaba Paulina aún más intrigada, ya que nunca creo habrá supuesto que ahora tenga un negocio si nunca antes lo había ni siquiera hablado - Que bien que progreses...

Bueno Pauli, ahora me tengo que ir, tengo algo muy importante que terminar, ya hablaremos algún otro momento. Chao.

Nos despedimos con un sabor algo agridulce en mi boca, por un lado le había dicho a Paulina que estoy mejor y que ahora ya tengo alguien a mi lado, cosa que pude percibir no le sentó del todo bien, pero por otro ella no había estado tan de acuerdo con lo del tema de Gustavo, por lo que él deberá estar presionándola o chantajeándola con algo, pero bueno al fin de cuentas ya no me debía importar mucho, desde ese momento decidí que debería terminar esto cuanto antes para enfocarme en lo que podía pasar con Pepe.

Un par de días más tarde arranqué la fase final de mi plan. Por una parte pedí a Lorena que llame a la tarde a Paulina y a Gustavo para reunirse en la oficina por un asunto urgente. Esperaba que todo salga a pedir de boca siempre que las cosas no se desmadren, claro que lo había meditado detenidamente y esperaba que no hubiera complicaciones.

Cuando llegó el momento, pude ver como llegaba Gustavo a reunirse con Lorena, pero le tenía preparada otra reunión, una que no iba a gustarle y que de seguro no esperaría. Había organizado a dos de mis secuaces para que se hagan pasar por mí y que le hagan una buena escena a nuestras dos víctimas, mientras yo lo iba a ver en vivo desde la otra habitación. Estaba seguro que si me encontraba ahí él terminaría en un saco de yute en cualquier basurero de la ciudad, por lo que preferí dejarlo a los dos tipos que no tenían con él más que un trabajo.

Tan pronto como Gustavo entraba en la habitación el Perro, que era un tipo alto y musculado aunque un completo tarado, empujó a Gustavo en la habitación y lo metió de un empujón, ahí dentro se encontraba Lorena con el Zambo, quien se haría pasar por el nuevo jefe de los proxenetas. Mientras tanto con cara de asombro Paulina también fue empujada por el Zambo una vez habían dominado completamente a Gustavo.

Lorena... ¿Es este es el idiota que ha estado queriéndonos quitar lo que es nuestro?

Sí, es él... se ha llevado algunas de las chicas y nos ha puesto a trabajar, el cobra el dinero para nuestra protección.

Nooo, nooo.... ellas... fueron ellas... Yo no…

Cállate maricón... - le dijo el Zambo, mientras sacaba una navaja de su bolsillo y la abría mostrando su filo - Ahora te vas a enterar que nadie se mete en nuestro territorio.

Nooo nooo por favor...

Déjennos por favor – gimoteaba Paulina mientras era empujada a un sillón-

Lorena, ¿quién es esta puta, no la conocía? – preguntó el Zambo mientras la agarraba del cabello y la zarandeaba un poco –

Su nombre es Paulina, aún no tiene nombre de guerra. La trajo este tipo, pero recién está empezando…

Que bien, pero ya nos entenderemos con ella más tarde... Mientras tanto Perro, ya puedes atar bien a este maricón…

Jefe... ¿le cortamos las bolas como al último? - preguntó el perro mientras agarraba a Gustavo y lo tiraba al suelo mientras le ponía unas esposas atadas a una mesa - ¿O ya de plano nos lo despachamos?

Creo que le cortamos los huevos... pero hazlo con cuidado, el otro no duró mucho y quedó desangrado en la mesa... y así no tiene gracia.

El Zambo era un experto en aplicar lo más malo de lo que había vivido, y lograr así infundir un miedo colosal en cualquiera de sus víctimas, ahora Gustavo no fue la excepción. Tirado en el centro de la habitación con una mirada de corderito en matadero, los ojos lacrimosos y el cuerpo totalmente tembloroso mientras veía su vida pasar. De mi parte estaba filmando como el aprendiz de rufián estaba viendo su vida pasar mientras unos mafiosos profesionales le daban su merecido, era algo para no olvidar.

No por Dios, no... Tengan piedad... - Gritaba Gustavo mientras veía como el Perro le bajaba los pantalones con la navaja en la mano- No sabía... no sabía... fueron ellas...

Nooooo… - gritaba Paulina, mientras que Lorena inútilmente trataba de taparle la boca – por amor a Dios, noooo…

No seas maricón, acusar a las chicas de pedirte que seas su chulo... eso no es de hombres. Pero no te preocupes, ya que como vas a quedar de niña dentro de unos minutos te podremos perdonar esto... Incluso si quieres después vienes y te pones a trabajar para nosotros... jajaja...

Noooo... no....

Miren pendejos - dijo al fin Lorena, mientras tomaba a Paulina de su cabello y se dirigía a Gustavo- será mejor que acepten su destino. De ahora en adelante todas las chicas trabajan para el Zambo y su jefe, así que Gus ya no tienes nada que hacer aquí... debes marcharte mañana mismo y no volver a la ciudad, te conocemos y sabremos si realmente estas por aquí y la próxima vez podría ser peor.

Si... si... lo que quieran pero no me capen...

No, te equivocas... eso ya es asunto zanjado, el Perro te va a cortar las bolas si o si... Yo lo que quiero es que salves la vida...

Noooooo .... Nooooo….

Y tu putita, pues ahora si a trabajar para hombres de verdad, desde mañana empiezas a trabajar a tiempo completo y si quieres no acabar también en el fondo de una fosa, pues te esfuerzas mucho.

Bueno ya basta de charla Perro, córtale los huevos.

Justo en ese preciso momento Gustavo comenzó a perder el control de sus esfínteres, ensuciando toda su ropa mientras comenzaba a llorar como una criatura. Estaba seguro que esos momentos se los recordaría durante toda su vida.

Justo en ese momento el Perro puso sus pies sobre los tobillos de Gustavo, forzándolo a abrir sus piernas, al tiempo que con una mano tomó su verga, que debido al miedo había disminuido su tamaño a menos de la cuarta parte. Lo tomó justo de la punta del prepucio, de manera que le permitió estirarlo cuan largo era mientras que con la otra mano sostenía el cuchillo, cortó firmemente y sin que su mano le tiemble. Un corte rápido y preciso, de un profesional que sabe su trabajo, la sangre comenzó a salir estrepitosamente por todos lados.

Aaaaaaaaah – sono fuertemente en la habitación, mientras atónito G

El perro, tomó a Gustavo que con cara de asombro veía como la sangre manaba de su verga, pero el dolor lo invadió rápidamente y no pudo ponerse de pie y se desmayó. Pronto entre los tres colocaron una venda en la herida de Gustavo para evitar manche todo, apenas y lo habían circuncidado, pero el reguero de sangre era tremendo y tras sentir un poco de calma Gustavo se desmayó.

Entre el Zambo y el Perro acomodaron rápidamente el cuerpo y lo llevaron en el auto para tirarlo en algún hospital, para que lo puedan atender mejor, la herida no era significativa, pero la sangre genera mucho temor. Seguramente no sabremos más de Gustavo, pensé yo, ya que después de este susto supuse que no le quedará más remedio que largarse de esta ciudad para siempre.

Que machito ha resultado Gustavo… - le dijo Lorena a Paulina, mientras ella no paraba de llorar por lo que había visto – En este mundo debes saber enfrentarte a un destino así y si has de morir, pues afróntalo con dignidad.

¿Me van a matar?

No nena… tú nos tienes que hacer ganar dinero, así que no te preocupes, que te mantendremos viva mucho tiempo. Ahora vámonos, que desde mañana tienes mucho trabajo.

Pasó una semana mientras Lorena había tranquilizado a Paulina, pero claro que la había hecho trabajar desde el día siguiente. Se había convertido en una puta con todas sus palabras, ahora venía la segunda parte de mi plan.

Una noche de sábado pedí a Lorena que preparara para un trabajo a Paulina, por lo que ya siendo cerca  de las 10 de la noche ella debía estar esperando la llegada del nuevo cliente, sin saber que a quien iba a atender era también a mí. La había citado en un hotel, pero para antes de llegar pasé recogiendo a Karen, que como siempre se presentaba tremendamente sensual en un traje de minifalda azul que le presentaba mucho sus torneadas piernas.

Te vez fantástica... - dije apenas al encontrarnos - ¿Estas segura que quieres participar, si quieres puedo llamar a otra chica?

Ni loca te dejo en esto solo, si has de pasar por esto, yo voy a estar junto a ti...

Karen recogió en un auto a Paulina y fueron para allá, mientras yo las esperaba en otra habitación, al inicio la idea era que Karen iba a ponerla en ambiente para cuando yo haga mi presencia. Seguramente la calentará y la pondrá en onda de lo que va a pasarle próximamente. Justo 20 minutos, un llamado de parte de Karen me indicó que debía entrar. Me encontré con un escenario completamente excitante, el ambiente era oscuro y algo íntimo, una música de ambiente daba el claro mensaje que a lo venimos aquí es a follar.

Al entrar, pude ver como Karen con un disfraz de granjera muy sexy y corto se encontraba de pie mientras sujetaba una correa que en su otro extremo estaba atada a una gargantilla que cerraba en el cuello de Paulina, que a cuatro patas con un antifaz de cerdita sexy una liga en su pierna derecha, unos guantes y medias de encaje negro y un plug clavado en su culo del cual salía un pequeño amague de cola de cerdo se encontraba expectante.

Ven cerdita... - dijo Karen a Paulina, mientras  comenzaba a dar vueltas por la habitación, haciendo que Paulina gatee moviendo su precioso trasero y haciendo notar con el bamboleo el rabo de cerdita que se encontraba clavado justo en su culo - Hoy es día de monta... Vamos a prepararte para que puedas recibir a tu macho...

De mi parte había ingresado con un antifaz de cerdo degenerado, y únicamente me encontraba con un albornoz que me facilitaría cubrir rápidamente a aquella cerdita. Esta clásica representación era apenas una fantasía y de esa forma habíamos hecho participar a una puta que en este caso era Paulina, ella no sospechaba quienes éramos en realidad.

Mueve ese culo de cerda... - decía Karen todo sonreída y risueña, mientras con un pequeño látigo aupaba a Paulina con un débil golpe de fusta en su trasero - Hoy día te van a montar y tu macho no va a esperar todo el día para hacerlo...

Si señora... - dijo Paulina, mientras era subida a un sillón para ponerla a la altura justa.

Calla cerda... Las cerdas no hablan... Cuando te llame con tu nombre de Puta, podrás hablar... Mientras tanto solo gruñe como una cerdita en celo...

Oing... Oing...

Ven cerdo macho... déjame alistarte para que puedas montar a esta cerdita puta...

Sin decir palabra me acerqué justo en frente al rostro de Paulina saqué mi verga que ya firme ante tal espectáculo se mostraba lista para el combate. Primero fue Karen quien con su mano tomó mi verga y la devoró intensamente, todo esto ante la atónita mirada de Paulina, que claramente comenzaba a calentarse enormemente con esa escena. De mi parte ver a Paulina como cualquier puta me parecía de lo más excitante, por lo que mi verga se encontraba a tope.

Ven cerda... Dale placer al macho que va a tomarte...

Paulina comenzó a lamer mi verga al inicio lentamente, pero más tarde con toda la pasión y furia. Se notaba claramente que estaba tremendamente caliente con la escena y como tal comenzaba a jugar con toda la pasión que siempre la caracterizó, se estaba entregando al juego y disfrutando como uno más. Mientras Paulina se dedicaba a chupar mi verga, Karen por detrás comenzó a succionar fuertemente la concha de la cerdita, haciéndola jadear y mover la cadera firmemente.

Momentos después, cambiamos de puesto y ahora era Karen quien disfrutaba del placer que Paulina le daba al chuparle la concha con total agrado, mientras que yo me dediqué a ensalivar toda su concha y la entrada de su culo, que se notaba claramente abierto por parte del plug, que de tamaño medio permitía saborear claramente el culo de mi ex.

Vamos Cerdo... móntala... monta a esta cerda putita... préñala para que nos dé más cerditas como ella...

Yo me ubiqué justo detrás de Paulina y abrí sus labios vaginales para que mi verga pueda deslizarse completamente dentro de ella. Con un condón puesto procedí a clavar mi verga directamente en el interior de Paulina, que debido a la fuerza que le imprimí se clavó en la concha de Karen, misma que la tenía directamente en frente.

Comencé a follarla fuertemente, con toda la rabia y saña que se merecía, pero en lugar de sentirlo como un castigo, la muy perra comenzó a jadear y gemir con cada embestida. Muy pronto los tres nos encontrábamos sincronizados en una secuencia de gemidos y gruñidos...

Dale por el culo... rómpele el culo mi amor...  ¿Te gusta cerda?

Oing... Oing... - gruñó Paulina al sentir como quitaba el plug de su culo y lo cambiaba por mi verga - Aaaaah.

Finalmente revente el culo de Paulina de un solo empujón, haciéndola rebotar más fuerte contra Karen. Su culo era una completa delicia, su calor y su textura, incluso su apretado aro me aprisionaba fuertemente; seguro que el muy hijo de puta de Gustavo la había desvirgado también por aquí, pero supongo no estaría muy usado ya que se notaba el dolor que le estaba produciendo.

Esos pensamientos me hicieron que tomara mayor fuerza y potencia en cada empuje que le hacía al culo de Paulina, que como toda una furcia lo único que hacía era ofrecerlo aún más. Para esto Karen se había ya retirado y se había colocado justo a mi lado para poder besarme directamente mientras masturbaba a Paulina con su mano más cercana.

Pronto sentimos el orgasmo que Paulina tenía mientras yo la sodomizaba y Karen la masturbaba, sus contracciones fueron apoteósicas y estuvieron acompañadas con mi propio orgasmo, que inundó el condón que llevaba puesto. Todo había acabado y ahora sería momento de la verdad.

Mientras Karen se ponía otro albornoz que se encontraba allí, yo me separaba del cuerpo inerte de Paulina, que tras el orgasmo quedaba tendido en la mesa. Nosotros nos preparábamos para salir de la habitación, no sin antes decirle lo que se merece.

Me ha encantado poder al fin romperte el culo Paulina... - le dije directamente a ella mientras me preparaba para salir - Creo que era una de las cosas pendientes que tenía contigo, pero lo bueno es que mientras trabajes de puta lo podré hacer más a menudo...

Vamos mi amor... - dijo Karen mientras me abrazaba y me besaba -  ya acabamos con esta puta... por ahora.

¿Felipe? - alcanzó a decir Paulina, mientras se retiraba su antifaz, yo el mío no me lo había quitado, no quería que viera mi nuevo rostro cubierto de esa profunda huella en mi ojo - ¿Eres tú? ¿En serio eres tú?

Claro boba... o es que no te diste cuenta... Seguro que de casados no me chupaste con tanto empeño como hoy, sino te hubieras dado cuenta.

Noooo noooo... -Paulina había recuperado la conciencia y me miraba con ojos de incredulidad- ¿Por qué?

Porque no... tu eres una puta y yo quería contratar una ya que "necesito emoción y aventura" - repetí sus mismas palabras para que así recuerde todo lo idiota que me hizo sentir - y pues aquí estamos todos, jugando nuestro papel, yo de contratista y tu de puta; ambos viviendo nuestra propia fantasía...

Lo siento... - dijo Paulina ya rompiendo en llanto, mientras se quedaba tirada sobre la mesa - Perdóname.

Ya no importa... - dije finalmente, pero sin sentirlo, incluso pensé que se me rompería la voz al pronunciar estas últimas palabras - ... si después de este día quieres más emociones o necesitas dinero llamame y seguro podemos hacer negocios... ahora vístete para que puedas largarte de aquí...

No me dejes así... - sollozaba Paulina, mientras veía como nos vestimos - Perdóname... lamento lo que sucedió... Perdóname…

Salimos del hotel entre los lamentos de Paulina, la dejamos en la habitación para que se rehaga, Karen que se veía pensativa y algo acongojada, al fin y al cabo había representado un papel que yo le había propuesto, a pesar que yo lo había disfrutado como una buena venganza, tampoco me sentía completamente lleno. Me había desquitado del mal que me habían hecho, pero no me sentía satisfecho, lo mejor era olvidar todo para que no me persiga, pero claro Karen tenía otra forma de verlo.

Pasamos los siguientes minutos subiéndonos al auto y saliendo, ya nos cambiaríamos en la casa. Durante el trayecto no hablamos, cada uno estaba inmerso en sus propios pensamientos, hasta que finalmente fue Karen quien definió lo que nos ocurría...

Yo te amo Felipe... y de veras no me importaría... - dijo finalmente sin mirarme a los ojos -  no me importaría si ella vuelve a tu vida... Solo no me abandones...

Que dices... ya ella es pasado. Debemos dejarlo atrás y seguir juntos.

Pero tú la amas... y lo peor es que ella también a ti... De no ser así no se hubiera roto como lo hizo, y tú no estarías tan preocupado como lo estas. Vi tu rostro y tus ojos mientras la mirabas, tú querías revancha y ya la tienes, pero no te sientes conforme, tú quieres otra cosa.

Y que se supone que quiero...

Que ella vuelva, por su propia decisión y bajo nuevas reglas, quieres que ella vuelva... Y a mí no me importa, pero no me dejes...

No lo haré... nunca voy a dejarte...

Justo en ese momento un auto enorme nos bloqueó el paso y se bajaron dos tipos de las puertas del costado, mientras que otro auto nos golpeaba por detrás. Era una emboscada, de refilón pude ver la cara de Pepe bajarse del auto de atrás. Tanto Karen como yo nos dimos cuenta tarde, pero al menos pude reaccionar y apretando el acelerador golpeé el auto de adelante entre las puertas, obligando a los tipos que bajaban a lanzarse al suelo.

Salgamos... -grité tras el choque-

Karen sacó un revólver que teníamos en la guantera mientras que yo sacaba el de debajo de mi asiento. El auto quedó inútil, pero dimos un susto a los ocupantes; pronto los disparos iban contra nuestro por lo que bajamos por el lado contrario al volante para protegernos. Disparamos también, logrando acertar al tipo que se había lanzado para donde bajamos, la intensidad del tiroteo aumentó, pero no nos amilanamos y seguimos disparando.

De repente oímos una sirena, para ventaja nuestra una patrulla de la policía estaba cerca y seguro escuchó los primeros disparos, por lo que las cosas arreciaron muy rápido; tenían que matarnos cuanto antes si no querían quedar atrapados entre dos fuegos.

Casi a ras de suelo tanto Karen como yo nos cubrimos, tratando de seguir disparando para evitar que se acerquen más, pero eran muchos y con muchas más municiones que nosotros; lo único que debíamos hacer era aguantar un poco más. Debíamos escapar, así que abrí el tanque de gasolina y puse un trozo de mi camisa en su ingreso, la explosión nos daría tiempo para huir.

Lo que no conté fue con la audacia de uno de ellos, que pese a nuestros disparos se colocó justo sobre nuestro capó, para mala suerte mía quedó justo encima de Karen, a quien pegó dos tiros a quemarropa, yo reaccioné y le pegué uno directo en la frente. Una ráfaga de furia me invadió, tomé su pistola y junto a la mía salí de mi escondite buscando disparar a cuanto bandido encuentre; ya no me importaba nada.

Disparé como loco y vacié los dos cargadores impactando en dos tipos en forma directa y un tercero en una pierna. Con el buen ángel que me cubre ninguno de sus disparos me impactó, por lo que al ver que no había llegado a Pepe y como la policía se notaba más cerca, tomé a Karen y me dispuse a huir de la escena no sin antes prender fuego al pedazo de camisa del tanque de gasolina.

Corrí por una media cuadra antes de escuchar la explosión, no podía huir con Karen, ella estaba muerta y yo debía acompañarla en este viaje, pero aún tenía alguien a quien despachar antes. La dejé en el suelo esperando que más tarde pueda darle un buen entierro, pero no sin antes no liquidar un asunto pendiente ahora con Pepe, este muy hijo de puta que muy pronto querrá haberme no haberse topado conmigo, porque este asunto yo nunca lo voy a olvidar.