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Una apuesta perdida 02

en Hetero: Infidelidad

Esta apuesta ya la habíamos hecho algunas veces antes y consistía en que el ganador era el amo y el perdedor el esclavo fiel que acataba todas sus órdenes. La diferencia era el tiempo ya que siempre lo habíamos hecho durante solo una noche y no todo un fin de semana, pero nada de que temer ya que siempre que lo hacíamos era súper excitante, tanto para el amo como para el esclavo, ya que siempre tratamos de realizar actividades que a más de molestarnos, nos lleve al borde de la excitación sexual.

Generalmente el amo terminaba corriéndose como loco durante toda la noche, dejando al esclavo en ascuas hasta el final, pero siempre terminaba con un tremendo polvo en el que limábamos todas las asperezas generadas y generalmente era el período de desquite del esclavo ya que disfrutaba como condenado, con eso quedábamos muy satisfechos ambos y por supuesto con todas las diferencias zanjadas.

Con esta apuesta que esperaba ganar fácilmente, quería pasármela súper bien junto a mi esposa, incluso ya tenía pensado el traje de mucama francesa que compraría para la ocasión y que la obligaría a ponerse durante todo el fin de semana. Pero como las cosas no son como las que uno espera, los siguientes dos partidos perdimos estrepitosamente, notando la falta de nuestra estrella en el campo.

Por otro lado el equipo de los Millonarios de mi esposa, habían ganado sus dos partidos y se encontraban ya apenas a 2 puntos de nosotros y para rematar el último partido sería con ellos. Pero cuando la suerte se va, todas las desgracias vienen juntas, así que me encontré con que uno de los compañeros de nuestro festejo del último partido ganado, decidió en medio de una nueva borrachera que recordar nuestras andanzas era lo mejor para levantarnos el ánimo y comenzó a enviarnos por mensaje de whatsapp todas las fotos que tenía en su celular de esa aventura y para rematar, dejé olvidado mi celular en casa durante el lunes siguiente, por lo que al necesitar un dato del teléfono y pedir a mi esposa su ayuda, estalló el desastre.

Clara me esperaba esa noche con cara de pocos amigos, había visto todo y seguramente sacado sus propias conclusiones, cuando llegué no me esperaba nada de lo que me venía, por lo que todo fue realmente muy fuerte y se me vino abajo de una forma monumental.

¿Me puedes explicar qué diablos es esto? -preguntaba mi esposa con una cara de furia como nunca antes la había visto, de mi parte no entendía nada hasta que me pasó el celular - eres un cerdo mentiroso... un degenerado... hijo de puta ...

Ahí estábamos los fiesteros, en medio de la pista bailando cada uno con una furcia de último nivel, yo de igual forma aparecía agarrando las tetas de una rubia artificial que solo de verla da ganas de salir huyendo de lo fea que estaba, pero tal borrachera era la mía que no me importaba nada. Otra foto, la misma furcia estaba sentada en mis piernas mientras se veía que mis manos se dirigían directamente a su entrepierna al tiempo que el resto de mis compañeros estaban en las mismas circunstancias con otras fulanas del local. Finalmente una foto en la barra donde no aparezco directamente en escena, pero claramente se puede ver que la furcia que me acompañaba se encontraba a horcajadas follandose a alguien en los sillones del fondo, a simple vista tenía que ser yo, aunque sabía perfectamente que ese momento ya estaba con otros compañeros fuera del local esperando que salga el resto.

No sé qué decir... - me excusaba de la forma más ridícula que podía - Lo siento mi amor... estábamos muy tomados... pero te juro que no pasó nada con esas chicas...

Siiiii, Siiii como no... -me dijo furibunda mi esposa, ya que con toda razón se nos había pasado los festejos y claro ella no podía saber realmente lo que no pasó en esa fiesta - y yo me chupo el dedo ¿No?

Salió de la casa dando un portazo tan fuerte como la cachetada final que me pegó tras mis suplicas de perdón. No sabía que podía hacer, ya que todo estaba en mi contra; primeramente no le había contado lo del prostíbulo, menos de las chicas y por si fuera poco, la última foto mostraba que la furcia que me había seguido toda la noche estuvo follandose a algún otro tipo que no fui yo, pero claro frente a Clara era la foto en contra mi palabra de mentiroso.

Mi esposa se quedó donde una amiga esa noche y volvió al siguiente día, duchándose y partiendo al trabajo sin apenas regresarme a ver, mientras yo permanecía como cachorrito castigado a sus espaldas siguiéndola por doquier. Sin dirigirme la palabra, salió nuevamente y cuando iba a cerrar la puerta, me dijo que hablaríamos a las 7 de la noche que no tardara.

Ese día lo pase fatal en el trabajo, ya que no me calentaba ni el sol. Pero suponía que las cosas iban a estar muy malas esa noche, en el mejor de los casos me castigaría durante un año al menos y si las cosas eran realmente malas mi esposa me pediría el divorcio, que para mi era el acabose, ya que realmente amaba a mi esposa. Llegué a casa pronto y a la hora acordada llegó mi esposa vestida en forma común o sea muy guapa.

Danny, no puedo creer lo idiota que has sido - inició mi esposa, tras sentarnos con un vaso de ginebra en mano - primeramente me mentiste infamemente, a más de irte de fiesta con esas furcias de quinta, te cogiste a una fulana y sabrá Dios si lo hiciste o no con protección. No puedo creer que nos hayas puesto en tremendo peligro a los dos.

Pero si ya te digo que no... -alegué nuevamente en forma infructuosa...-

Cállate Danny, no me creas tán estúpida... - me calló nuevamente, realmente no sabía cómo argumentar nada - Déjalo ya...

Mira, lo he pensado seriamente durante toda la noche - continuó mi esposa con la mirada más seria que había visto - Al principio quise matarte, ya que no entendía cómo es que te fuiste con esas fulanas, teniéndome a mí... a mí... yo soy mejor que cualquiera de ellas en cualquier aspecto, por lo que conociéndote supuse que solo fueron los tragos y que solo te dejaste llevar por tus amigotes...

Después pensé que el divorcio era la única opción - continuó mi esposa con igual cabreo - pero ya viéndolo así, creo que solo fue un calentón que lo puede tener cualquiera y considerando que no fue realmente una relación amorosa con otra mujer en la que te has metido pienso que lo nuestro puede tener solución...

Gracias amor - se me vino el alma al cuerpo al oir sus palabras, al menos tendría una oportunidad - te juro que yo...

Espera un momento Danny, - continuó igual de seria mi esposa - te digo que tenemos una oportunidad de seguir adelante, pero habrá condiciones para poder dar vuelta a la página. Yo te amo con todo mi corazón Danny, pero lo que me has hecho no tiene explicación...

Claro amor... dime que quieres que haga... No te preocupes que lo haré sin miramientos... Lo que sea…

Primero quiero que oigas todo y después decide... - comenzó a dar sus condiciones mi esposa - para iniciar, mañana mismo iremos juntos a realizarnos pruebas de enfermedades venéreas, si por desgracia tuya la furcia con la que estuviste nos ha contagiado de cualquier cosa, nuestro matrimonio no va más... Así que ruega por que hayas tomado precauciones adecuadas...

De eso estaba tranquilo, ya que no había pasado nada con la furcia aquella. Lo que me preocupaban eran las siguientes condiciones, ya que mi esposa era muy intensa, posesiva y podía llegar a ser muy vengativa si se lo proponía... Era muy parecida a mí.

La segunda es que la apuesta que llevábamos para el partido de la final, la das por perdida... - esa condición considerando que salvaba mi matrimonio no me importaba en absoluto, ya que al fin de cuentas muchas veces lo había hecho antes - pero no te alegres antes de hora, el día del partido seré tu ama y tú me servirás en todo... como mi fiel esclavo, desde el sábado a las 6 de la tarde hasta el día domingo a las 8 de la mañana, sin protestas o reclamos posteriores... Si no puedes cumplir con esta segunda condición, igual nuestro matrimonio se acaba aquí mismo.

No hay problema... no te preocupes...

Ten en cuenta algo Danny... - dijo igual de seria mi esposa, con un semblante que hasta me produjo algo de miedo - Lo que hagamos esa noche no será en nada similar a lo que hayamos hecho otras veces y aunque me servirá para dar vuelta a la página, para ti no será nada agradable de principio a fin... ¿Aun así estás de acuerdo?

Si, estoy de acuerdo, seré tu fiel esclavo - dije sin pensarlo ni un segundo, ya que de lo único que estaba seguro es que amaba a mi esposa y estaba dispuesto a cualquier sacrificio por ella, aunque al fin de cuentas nunca me imaginé que sería tanto.

Pues no digas nada hasta oír la última de las condiciones... - me dijo mi esposa tomando de un solo trago lo que quedaba de licor - El día del partido tendremos una nueva apuesta, una muy diferente, primeramente no apostaremos tú y yo, habrá otra persona más esa noche en nuestra casa y veremos juntos el partido, el resto de tu castigo se decidirá en base a la apuesta que tendremos nuestro invitado y yo...

Mi esposa me había dejado con el corazón frio con esa última condición. No sabía que tenía en mente y eso era lo que en ese momento más temía, ya que ella a más de decidida era muy enérgica en sus resoluciones para bien o para mal siempre cumplía sus promesas. Otra preocupación ahora era la otra persona que vendría el día del partido que de lo entendido era un hombre.

La nueva apuesta será entre nuestro invitado y yo, el es un hincha de los Millonarios igual que yo, de manera que la apuesta será al resultado del partido y lo que jugaremos será tu castigo. La apuesta es simple y para que veas mi lealtad, voy a apostar contra mi equipo así que, si las Águilas ganan el torneo yo le brindaré a nuestro invitado una mamada que nunca olvidará y tú la verás en vivo y en directo.

En caso tenemos un empate - continúo explicándome mi esposa, mirándome directamente a los ojos y observando la cara de asombro que tenía. - O sea las Águilas quedan campeones por la cantidad de goles, nuestro visitante a más de la mamada que voy a darle, tendrá el placer de follarme durante una hora esa misma noche... pero si por desgracia para ti los Millonarios ganan, pues a más de la mamada nuestro visitante va a follarme toda la noche hasta las 8 de la mañana del domingo y eso sí, tú no pondrás ninguna objeción a lo que suceda.

Esta será la nueva apuesta, si tu accedes pues mañana me lo dirás... acordé una cita para los análisis mañana mismo y espero que nos entreguen los resultados hasta el día viernes, caso contrario aplazaríamos tu castigo ya que de cualquier forma el resultado marcará lo que nos deparará nuestro futuro... Solo quedo en espera de tu decisión, o aceptas la apuesta o nos divorciamos ya mismo.

Mi estómago me había comenzado a doler terriblemente, esta apuesta como la llamaba mi esposa me había dejado completamente descompuesto, aunque me permitía volver con mi esposa en nuestro matrimonio la angustia que apenas y me estaba iniciando era considerable.

Y a las 8 de la mañana del domingo -pregunté casi aceptando lo que iba a pasar- ¿Cómo quedamos nosotros? ¿Vamos a estar bien?

Si... volvemos a estar bien... - contestó mi esposa - Si cumples con todo hasta ese momento, el domingo volvemos a como siempre hemos sido... una pareja feliz, sin remordimientos ni culpas.

No creas que a mí no me duele todo esto Danny - continuó mi esposa tras una larga pausa, en la cual nuestros ojos se fundieron en una mirada que me hizo entender que ella me amaba, que luchaba de igual forma por arreglar todo, pero guardando algo de su propio orgullo - pero no puedo dejar las cosas así... Durante este tiempo he querido realmente matarte, cortarte los huevos y sacarte el corazón...

Me has herido profundamente Danny... - me dijo rompiendo en llanto - pero te amo... con todo mi corazón y mi fuerza... y no quiero dejarte...

Pero quiero que me entiendas, lo he pensado y si no logro aliviar mi resentimiento voy a estallar... - dijo cruzando sus ojos con su mano y limpiando sus nacientes lágrimas - no podré perdonarte... tú me conoces y sabes cuánto me disgusta ser defraudada... Y tú esa noche me defraudaste... No puedo explicarte más, pero creo es la única forma de que podamos rehacernos... Si no me veo satisfecha con mí... no digamos venganza sino... ajuste de cuentas, no dejaré de herirte hasta que los dos nos cansemos y mandemos todo a la mierda y para ese entonces ya será demasiado tarde.

Se fue nuevamente, dejándome en la casa, solo con unos pensamientos de incertidumbre y miedo. Toda la noche pasé pensando en los eventos y consecuencias que podría tener esta apuesta, así como las consecuencias de terminar con mi matrimonio. Ya en la madrugada había tomado una decisión, pagaría mi pena y seguiría adelante con mi matrimonio; los motivos eran claros, yo amaba a mi esposa inmensamente y no concebía la vida sin ella y considerando que apenas sería una noche en la que otro pasaría con ella, creía que podía soportarlo por más fuerte que esto resultara. Creía que podía ser lo suficientemente maduro como para no volverme loco.

Si veía en perspectiva, si ganan las Águilas mi esposa apenas y le pegará una buena mamada a nuestro invitado, que por más que me duela es algo que ya a otros tantos había realizado antes de casarnos, por lo que no habría mayor sorpresa.

Por otra parte y era algo que me volvía loco, era el hecho de que Clara no me había dicho quién será nuestro invitado, lo que inicialmente no me había puesto en cuidado, ahora era algo que me preocupaba en exceso. Si las Águilas empataban o perdían, yo deberé estar de acuerdo en que el afortunado pasará por la piedra a mi adorada esposa, con mi total conocimiento y consentimiento, pero al igual que las mamadas, ya un par de hombres antes que yo se habían beneficiado de las artes amatorias de mi esposa, por lo que no habría hecho algo nuevo tampoco. Estaba decidido... continuaría con la apuesta y alentaría con toda mi fuerza a las Águilas.