miprimita.com

Engaños e Intercambios 9

en Intercambios

********************

Y sé que él me ama, siempre entre nosotros el sexo, pasión e incluso química fue lo que nos unió, pero ahora estoy segura que hay más... sé que él me ama. También ama a su esposa y no la dejará por mí, pero me ama y para mí eso es suficiente.

********************

Yo: Bueno tortolitos, esto ha sido increíble, pero creo que es momento de dejarlos solos... Esta bella dama y yo tenemos un asunto pendiente que resolver...

Sofía: Pero... porque nos vamos... quedémonos un momento más...

Me levanté del sillón y tomando a Sofía de la mano la conduje hacia su habitación; dejábamos atrás al par de amantes que nos habían demostrado todo su arte, dejaba nuevamente en brazos de aquel hombre a mi amada esposa. En ese instante vi una cierta decepción en el rostro del amante de mi esposa, seguramente había querido ver como se comportaba Sofía en el lecho, incluso tal vez hubiera pretendido aprovechar para algo más, pero no di tiempo para nada; me despedí de mi esposa con una sola mirada, dejándola sola en el salón y sabiendo perfectamente que iba a suceder entre su amiga y yo. Pero no lo vería, al menos no por ahora...

Cuando entramos a la habitación de Sofía, ella ya dejó todo atisbo de resistencia y se lanzó a besarme con toda su pasión. Sus manos recorrían mi cuerpo y las mías el suyo, todo fluía trepidantemente al son de la pasión que estábamos sintiendo; besos, caricias, arañazos y mordidas se sucedían cada segundo, nos lanzamos directo al lecho que albergaría nuestra pasión, pero habíamos perdido completamente el sentido de la orientación y casi caímos del borde de la misma ese mismo momento. Pero lejos de detenernos solo nos apresuró más, haciendo que nuestros cuerpos lleguen a posiciones algo incomodas pero que nos permitieron estar completamente compenetrados inmediatamente.

Sentirme dentro del cuerpo de Sofía resultó ser incomparablemente delicioso, su cadencia, su fuerza y calor hacían que perdiera la razón. Su aroma su sabor y su delicadeza me incitaban a devorar su cuerpo cual animal salvaje. El empuje contrapuesto de nuestras caderas hacían que el sonido del choque sea seco y fuerte cada vez que coincidíamos en los envites; las piernas y brazos de Sofía se enroscaban en mi cuerpo aprisionándolo y tratando de evitar que me salga de ella, al tiempo que yo intentaba ganar fuerza y contundencia cada vez que arremetía con mi verga dentro del preciosa y cálida concha de Sofía. Estábamos excitados, hambrientos y desesperados y como tal nos comíamos el uno al otro.

El crujir de la cama y el chasqueo de nuestros cuerpos se volvía imposible de sostener; la cadencia indicaba claramente el fin de nuestro tan ansiado orgasmo; primero Sofía en un mar de espasmos y contracciones me indicaba perfectamente como llegaba a un fuerte orgasmo que tensaba tanto su cuerpo que casi se me volvía difícil el poder penetrarla, pero esta misma escena me permitió correrme fuertemente pero al contrario sin emitir un solo grito, sintiendo como apretaba con sus piernas mi cadera, con sus brazos mi cuello y con su concha mi verga que ansiosa llegaba al final sintiendo toda la fuerza con la que el orgasmo había invadido a la ahora si, mi amante. Mi descarga fue acompañada con un bufido profundo y sonoro, cual animal el momento de su muerte, mi cuerpo se tensó al máximo y sostuvo la penetración hasta que cada gota de mi semilla se depositaba profundamente en el receptivo vientre de mi compañera.

Los instantes posteriores fueron transformando nuestras posiciones, que ahora ya fríamente se veían imposibles e incomodas, pero que hace un momento nos invitaban al placer. Un beso, final y solitario, con nuestros cuerpos fuera de juego pero con la mente completamente tranquila fue el sello a tan increíble orgasmo, pero también fue más; fue el preludio de una caricia, de un toqueteo y una mordida adicional, pero no cualquier cosa, sino un muestra de complicidad que no hubiera pensado sentir con Sofía.

Los minutos transcurrían y nuestros cuerpos ya recuperados del primer impacto se relajaban en un mismo tiempo, la mente más tranquila me permitía disfrutar más pausadamente del bello cuerpo de Sofía; radiante y aún algo agitada, mostraba impúdicamente su cuerpo ocultando partes antes vistas y ahora ya anheladas. Era una oda a la belleza, la sensualidad y la naturalidad, pues a pesar de lo preciosa mantenía ese aire fresco y descomplicado que hace apreciar más fácilmente a la persona que se encuentra bajo tanta belleza.

Sofía: Creo que me has roto algo...

Yo: Pues no escuché crujir nada... aún... jajaja. Pero si te duele mucho, puedo sobarte hasta que sanes...

Sofía: Claro, y seguramente acabarás nuevamente rompiéndome algo... jejeje.

Charlamos de todo y de nada durante unos minutos, en voz baja como susurrando, tal vez esperando poder escuchar lo que tras esa puerta sucedía u ocultando nuestras propias palabras de nosotros mismos, ya que como suponíamos el escándalo que habíamos armado no debía haber pasado desapercibido por nuestros compañeros de rumba. Pero no escuchábamos nada, como si nadie más que nosotros se encontrara en el departamento, solamente el frio silencio flotaba en el ambiente.

Sofía: Tal vez decidieron marcharse a algún otro lado...

Yo: Lo dudo mucho, ya es tarde... lo más posible es que el amante de Carla no quiera perder la oportunidad de verte con poca o ninguna ropa, estaba babeando por ti, así que creo aún mantiene la esperanza de que salgamos...

Sofía: Bueeeeno...como casi todos los hombres que conozco, jejejeje... Muchos solo son unos babosos... jejejeje

Yo: Pues los que faltan serán solo unos pocos ciegos y los gays... No creo que haya hombre que no pueda caer rendido a tus pies...

Sofía: Pues como sabrás sucede siempre, aquellos que son los mas atractivos para mí, no me hacen el mínimo caso... jejeje.

Yo: Casi siempre sucede así, siempre se anhela lo que no es nuestro, pero es parte del encanto de algún día tenerlo...

En ese instante ambos regresamos a ver la puerta de entrada de la habitación, ya que un sonido similar a un crujido dio por terminada nuestra pequeña conversación. Aparentemente ninguno de nuestros compañeros de aventura habían abandonado el barco, lo que hacía que la travesía pudiese resultar aún más interesante el resto de la madrugada...

Unos cuchicheos se escucharon al otro lado de la puerta, y de pronto una risa sofocada de nuestros vecinos de juerga dio paso a nuestra propia risa. Sofía me prestó una bata que algún novio suyo había dejado olvidada, ella mientras tanto se colocó una minúscula bata que no hacía sino exasperar aún más el deseo de verla desnuda; permitiendo ver sus piernas claramente y aparte sugiriendo que al más breve descuido su escote se reduciría a un amplio canal que mostraría toda su belleza. Así ataviados nos dirigimos a la sala nuevamente, con un sentimiento de calma, tal vez de regocijo y satisfacción tras el deber cumplido.

Encontramos nuevamente a la Carla y su amante sentados en el salón, el apenas usando su bóxer y Carla con una bata que había tomado prestada de Sofía. Habían preparado algunas cosas de comer y como siempre algo de alcohol; aparentemente nos estaban esperando ya que habían puesto algunas viandas para todos. La primera mirada la dediqué a Carla, un poco aprovechando el completo desconcierto que había causado Sofía en el amante de mi esposa, que como un chiquillo en juguetería, miraba extasiado su más ansiado juguete.

Mi esposa de igual forma se dedicó principalmente a mí, dirigiendo sus preciosos ojos directo a los míos; pero pude denotar algo de enojo o ira, pero principalmente se la veía ansiosa y con la incertidumbre que genera el no saber que sucedió aunque sabes perfectamente lo ocurrido. Con su actitud me hacía intuir que ella no sabía lo que iba a suceder o al menos no lo podía intuir hasta antes de que vengamos, por lo que no sabía si acusarla o no de la encerrona que había tenido y principalmente de si ella planificó dejarme verla con su amante en vivo y en directo.

Carla: Pues realmente se han calentado ustedes dos... Menudo ajetreo que han armado...

Sofía: Con todo lo que nos mostraron, mi novio se ha puesto muy loco... Casi casi me ha violado en el filo de la cama...

Santiago: Pero hombre... qué necesidad tenías de huir... la hubieses violado aquí mismo... jajaja.

Yo: Pues eso mismo, necesitaba violarla y quería evitar que alguien pudiese ayudarla... jajaja.

El ambiente, pese a todo lo sucedido y lo dicho hasta el momento en son de broma, se notaba bastante violento y tenso. Carla se encontraba bastante confundida y al parecer algo molesta, pero ya no le di mucha importancia. El juego no siempre se lo iba a llevar con sus reglas, yo también podía jugar también si es lo que se requiere.

Entre picadas y unas copas mas de vodka las cosas fueron tomando un matiz más relajado, ahora los cuatro nos encontrábamos mucho mas ebrios de lo que habíamos entrado y aunque yo intentaba escaparme en algunos turnos y pese a que sabía controlarme bastante bien, el alcohol y el cansancio de la noche ya iba haciendo mella en mi organismo. A las chicas se las notaba completamente agotadas y Santiago de igual forma estaba a sucumbiendo al sueño y el licor, pero aún nos manteníamos algo animados.

Finalmente y tras una hora de conversación y risas y jugueteos con nuestras respectivas parejas, fue Santiago quien no pudo más y cayó rendido ante el alcohol, dando por finalizado nuestro encuentro, la mañana siguiente sería otro día y las cosas se las vería con otro matiz. Llevamos entre los tres el cuerpo bastante maltrecho de Santiago al cuarto de huéspedes que tenía Sofía, lo dejamos tal y como había caído ya inconsciente sobre la cama. En ese momento volvimos a recuperar cada uno nuestro papel por unos minutos, por lo que Carla me quedó viendo con un rostro de total duda de cómo iba a terminar la noche, pero ese desconcierto era algo que yo no dejé pasar.

Sofía y Yo comenzamos a salir del cuarto de invitados, mientras que con cara de incertidumbre y nerviosismo Carla se había quedado de pié en la cama donde dormía Santiago. Ella había decidido quedarse con su amante, así lo había esperado, pero yo aún tenía un asunto que arreglar con mi esposa, por lo que regresé y tomándola de la mano la saqué del cuarto, sin que ella me ofreciera ninguna oposición y sin mediar ni una palabra.

Salimos al pasillo sin decir ninguna palabra, una vez fuera y antes de que Carla me diga una sola palabra la volteé en redondo dejándola de espaldas a mí, abracé con mis manos su cintura para poder abrir el nudo que la bata llevaba y ante los incrédulos ojos de Sofía incliné el cuerpo de mi esposa mientras la sujetaba del cabello; de mi parte había abierto mi bata, mostrando la erección que me había provocado la situación y la malvada idea que cruzaba mi mente. Carla de su parte tras la sorpresa inicial había intuido el movimiento y procedió a separar sus piernas y así los dos juntos sin mediar palabra nos preparamos para lo que ocurriría. Cuando la punta de mi verga comenzó a penetrar su cuerpo lentamente y sin encontrar ninguna resistencia escuché dos gemidos casi al unísono, uno de mi esposa tras sentir la embestida y el otro de Sofía tras pegar su cuerpo al mío y sentir el impulso de mi cadera. Tras un par de embistes liberé el cabello de mi esposa, para tomar a Sofía de la solapa de su bata y atraerla hacia mí para clavar un enorme beso directo en sus labios y poder meter mano en su entrepierna que nuevamente se mostraba invitándome a poseerla.

Tanto el licor como el cansancio no me hubiera permitido prolongar demasiado aquella escena y mucho menos llevarme a las dos a la cama, pero al menos por unos minutos dejé bien claro a aquellas damas quien era el hombre con el que estaban jugando. De repente pude sentir como Carla se corría con euforia y mucho ruido, de mi parte con tantísima dificultad disminuí el ritmo hasta poder sentir como mi esposa llegaba a su orgasmo, al tiempo que dejaba a Sofía de igual forma al borde del éxtasis tras mis caricias en su concha. En ese momento me detuve completamente, di la vuelta a mi esposa y me despedí de ella con apenas un susurro en su oído.

Yo: Hasta mañana mi amor... ve y duerme con tu amante, que hoy aún tengo algunos asuntos por terminar, mañana habrá tiempo para hablar...

La dejé de pié en la entrada del cuarto mientras que abrazando a Sofía la llevé a su propio cuarto para poder terminar lo que empecé con mi mano en su entrepierna. Al cerrar nuestra puerta ella tan solo se inclinó sobre el borde de la cama, en clara muestra que ella aún mantenía su excitación a flor de piel y necesitaba algo con que calmarla rápidamente, de mi parte apenas y acomodé mi cuerpo para poder poseerla nuevamente, unos pocos minutos de fuertes embestidas fueron el fin de ese día, nuestro orgasmo fue casi simultáneo por lo que casi inmediatamente caímos rendidos en la cama hasta el siguiente día.

Casi al medio día me desperté abrazando el bello cuerpo de Sofía, que presa aún del cansancio dormía cómodamente. Cuan agradable era permanecer cerca de ella, su aroma y su tersa piel incitaban a besarla, como un hombre podía rechazar a tremenda mujer; lo realmente extraño era como una mujer como ella aún permanecía soltera, incluso su último novio conocido hacía de algunos meses atrás. Pero bueno, yo al menos me dejé llevar por esa sensación tan placentera de tenerla al alcance de la mano y comencé a acariciarla suavemente, apenas y con las puntas de los dedos, por un lado quería despertarla y por otro quería que permanezca dormida para que ese momento no terminara jamás.

Me cuestionaba si se encontraba o no despierta, pero no hizo la menor intención de mostrármelo; permanecía desnuda e inmóvil a mi lado. De repente, como un sonido sordo pude escuchar el crujir de una cama y el posteriormente el clásico sonido de estar bamboleándose cuando dos personas se encuentran follando sobre ella; Carla y su Santiago habían decidido iniciar bien el día; de mi parte pensé que tampoco iba a desperdiciar el tiempo con mi bella compañía, por lo que igualmente aprovechando que nos encontrábamos desnudos, comencé a apegarme mucho mas al hermoso culo de Sofía, apegando y restregando mi verga entre sus carnosas nalgas, mi mano pasó directamente a estrujar su pecho, lo que hizo que ahora si recobre completamente el sentido y se despierte por completo.

Al mismo tiempo desde el cuarto vecino comenzaron a escucharse los gemidos provenientes de mi esposa, haciendo público que en ese momento su amante la estaba tomando nuevamente. De nuestra parte, Sofía se dio la vuelta quedando cara a cara y con pasión pero con calma comenzó a besar y acariciar mi rostro y mi cabello. Era un momento de tranquilidad y calma; pese a oir el fuerte sonido que nuestros vecinos generaban, y que a mi parecer se esmeraban para que nosotros podamos escucharlos.

Entre esos besos y esa pasión, hubo algo que se quebró dentro de mi; estaba siendo testigo de todas las cosas que en los últimos tiempos me habían sucedido, pero no conseguía potabilizarlas lo suficiente para darme cuenta de lo complejo que todo aquello se estaba tornando. Escuchar a mi esposa mientras miraba a los ojos a Sofía me dio la pauta de que algo no estaba siendo sincronizado y que muy pronto iba a hacer que las cosas se rompan por cualquier lugar. Un grito mucho mayor que los anteriores nos hizo recordar que no estábamos solos, pero tan pronto el mismo fue sofocado, nos permitió volver a concentrarnos en nosotros mismos.

Comenzamos a hacer el amor; porque si, lo que estábamos haciendo en ese momento no se sentía como un simple revolcón similar los de la noche anterior, se sentía mucho mas intimo y personal; lo percibía de esa forma y estoy seguro que ella también. Nos encontramos en un momento dado compenetrados y acoplados en un ritmo que era casi imperceptible, casi sin mover nuestros cuerpos, pero sintiéndonos intensamente; digamos que casi paralizados en un eterno beso, fusionando nuestras bocas al unísono que nuestros sexos. Lo sentía espiritual en contraste con el sonido de los fuertes envites que se escuchaban en la habitación aledaña, signo que se libraba una batalla de pronto desenlace.

Pero cada pequeño movimiento y cada delicada caricia, pronto nos llevaron al éxtasis; donde de igual forma como habíamos estado, un orgasmo conjunto nos permitió disfrutar de las sensaciones de la inmovilidad, mientras que el cuerpo te pide que únicamente sientas y no pienses; apenas y solo puedes temblar. Y temblando quedamos juntos compenetrados y completamente extasiados, sin fuerza para seguir y sin ánimo de parar. Las piernas de Sofía habían quedado anudadas a mi espalda, mientras que una fuerte presión aprisionaba mi verga en su interior; tratando de cortarla, cercenarla, engullirla y masticarla, todo esto a un mismo tiempo y en contraposición a lo que mi sexo intentaba; penetrarla, abrirla, llenarla e inundarla completamente con mi cimiente.

No nos habíamos percatado que los sonidos a nuestro lado habían cesado y que ahora solamente sonaban pasos que dándose vuelta en una habitación, daban clara sensación de personas que pronto se marcharán; y eso es lo que al salir tras unos minutos más, encontramos. Un departamento solamente para los dos, libres de cualquier mirada de sospecha o reproche. Tomé mi celular y verifique que en un mensaje Carla me había escrito "Hola mi amor, estoy saliendo de casa de Sofía. Pronto estaré en casa, no te preocupes... Te Amo!".

Sofía: Se fueron juntos?

Yo: Creo que no, al parecer Carla volvió a nuestra casa. Seguramente continuará con el papel de esposa infiel ante Santiago.

Sofía: No se si agradecerle o no; puesto que no me siento bien ahora y no hubiese querido verla en este momento, pero será necesario conversar tranquilamente de todo esto... No sé, se me hace raro habernos acostado y ahora hablar con Carla como si nada...

Yo: Pues me siento igual... Prefería no verlos juntos hoy en la mañana... Pero bueno, a Carla la veré más tarde...

Sofía: Tienes que hablar con ella... No dejes que las cosas se enturbien o se enfríen. Lo que vivimos anoche deben asimilarlo y seguir adelante...

Yo: Ustedes acordaron hacer todo esto... verdad?

Fuimos a la cocina y pese a que nos encontramos semidesnudos, no me sentía cohibido o incomodo con ella, pero la sola mención de que juntas habían planificado esto había generado que Sofía se incomode y sienta realmente como si estuviese interrogándola, que al menos por ahora era la idea, tratar de sonsacar lo que realmente sucedió ayer.

Yo: No me malinterpretes, creo que ha sido una noche excitante y realmente fuera de toda lógica... Pero ha sido maquinado por la mente de ustedes dos y estoy seguro que he caído en una encerrona de la me fue imposible escapar a salvo...

La preciosa Sofía se quedó mirándome directamente a los ojos, con una mirada inquisidora y tierna; mezcla que me hacía suponer que o estaba midiendo las palabras a decir o simplemente estaba por inventar alguna patraña para tapar la acción que en este cuento tenía ella o mi esposa.

Sofía: ... si y no... Bueno lo conversamos pero inicialmente con Santiago y yo, ya que él quería tener una noche loca con tu esposa y me sugirió poder salir los tres pero al final le dije que tenía novio y que si quería salir y vivir alguna aventura yo iría con él por lo que acordamos ir a la reunión de anoche. Carla no sabía nada...

Yo: Ósea lo que me quieres decir es que la escena entre mi esposa y su amante se dio así porque si... Carla estaba muy consciente de lo que hacía, no habíamos tomado tanto hasta ese momento.

Sofía: Bueno yo no diría eso... ya que tras verme en el salón, las dos fuimos al baño y le conté el plan de salir juntos, pero realmente nunca pensé que terminaría la noche así...

Yo: Y claro que la inocente de mi esposa no puso objeción y se lanzó al ruedo...

Sofía: No creo que lo haya tomado tan bien... al inicio casi le dio un infarto el saber que tú estabas por ahí, solo se calmó con un par de copas de whisky que tomó como si fuese agua... Pensaba que ibas a armar pelea con Santiago y que la noche acabaría mal...

Yo: Tal vez eso debí hacer... así al menos ya esta incertidumbre se habría acabado... Ya que realmente no sé cómo van a acabar las cosas con Carla y su amante y nuestra relación...

Sofía: Y porque? Tras lo de anoche yo pensé que tenías una mente mucho más abierta y que en último caso al menos la impresión de lo vivido te había sido muy buena...

Yo: No lo sé... creo que tiene de todo... anoche pasaron cosas muy contradictorias, por lo que no podría juzgarla en general o por una de ellas... Por lo que mejor voy a dejar pasar un poco de agua bajo el puente para poder sacar algo en limpio.

Sofía: No juzgues las cosas ni te llenes de prejuicios; la vida algunas veces nos quita cosas para que quede espacio para cosas mayores.

Yo: Pues justamente ese es el problema, como no llenarme de prejuicios si mi esposa se encuentra acostándose con otro hombre mientras yo mismo lo hago con otras mujeres. Eso de por si ya representa un sinnúmero de prejuicios que me están llenando la cabeza; y para dar una nueva vuelta de tuerca, verla anoche me produjo una sensación completamente incomprensible; me excité verla con otro hombre y saber a la perfección como tiene sexo con él, pero también me sentí como un estúpido sentado en tu sala mientras veía a otro hombre beneficiándose de mi esposa y con la clara intención de poder ver como follas tu también y creo que hasta de ser posible participar en ello.

Sofía: Espero no estés celoso por mi...

La preciosa boca de Sofía se apetecía cual cereza al pronunciar estas palabras, sus ojos me miraban de lo más intrigantes y cautivadores; me estaba seduciendo, hipnotizando, hechizando o tal vez....

Yo: ... pues no... no... no tengo ningún derecho, tú eres libre de hacer lo que quieras y de no ser así, yo no soy quien para reclamártelo...

Sofía: jajajaja... pues dejémoslo así... creo que me has respondido perfectamente... jajajaja.

No comprendí en ese momento que me quiso decir, pero sus palabras no estaban tiradas al viento, esta mujer hábilmente había querido sonsacar la información que quiso obtener y en ese momento no supe que más esperaba de mi. Tras un par de horas de charla y bromas, me despedí de ella, dejándola en su departamento; no sin antes terminar ese impensado fin de semana con un intenso y apasionado beso y por supuesto las ofertas de muchas noches más.

En el trayecto a mi departamento las imágenes del día anterior se sobreponían en mi mente a una velocidad increíble; no sabía si estar furioso o feliz por las cosas que experimentamos, pero lo que si asumí era que a partir de ahora todo sería diferente para bien o para mal, pero completamente diferente.

Tras girar la llave en puerta de nuestro departamento, pude escuchar que Carla había encendido la radio y escuchaba música muy alegre, estaba de buen humor y eso hizo que parte de mi apesadumbrado estado de ánimo se revitalice. Lo que nos depare el destino puede ser llevadero si ella está feliz y eso es lo único que yo he buscado desde que la conocí. La duda es si ella realmente tiene la misma convicción que yo y busca por su parte mi felicidad.

Con un solo pie dentro del departamento y me vi asaltado por una brava amazona que se abalanzaba hacia mi; saltó enredando sus piernas en mi cadera y sus brazos al cuello, quedando completamente colgada cual chiquilla a su padre. Un enorme e intenso beso fueron sus primeras palabras, nos besamos y acariciamos fogosamente pero nuestra libido se encontraba satisfecha y únicamente nos dimos muestras de cariño sin llegar a nada más.

Carla: ... ha sido completamente de locos, nunca hubiera supuesto que tener sexo mientras me mirabas pudiera ser tan alucinante; creo que se me ha ido de las manos pero más a podido la excitación que la cordura...

Nos habíamos deslizado casi sin saber cómo hasta el sofá, en el cual Carla se había puesto a horcajadas sobre mis piernas y mientras acariciaba mi cabello me susurraba al oído todo cuanto pensaba. Se la veía eufórica y totalmente abierta a hablar todo cuanto había sucedido. No podía dejar de pensar lo que realmente pasaba por su cabeza e incluso llegué a pensar que había sido un plan elaborado para hacerme ver como un imbécil frente a su amiga, pero al menos ahí no pude sacar esa conclusión, para Carla todo era excitante y nuevo.

Carla: ... también ha resultado mejor no verte, al menos no esta vez... creo que no hubiera podido quedarme tranquila mientras tenias sexo con Sofía; creo que incluso se me hubiesen notado los celos por verlos juntos, pero bueno todo resultó bien...

Carla: ... También lo de la mañana ha sido algo que no esperaba... Santiago me tomó desprevenida y prácticamente abusó de mí... jejejeje...

Yo: Ustedes dos prepararon todo verdad? Sofía y tú me tendieron una trampa...

De pronto Carla entendió la gravedad del asunto que yo llevaba en mente, tal vez no se percató antes debido a lo eufórica que se encontraba, pero de repente su rostro cambió y supongo estuvo a punto de salir corriendo aunque respondió tras un segundo del primer impacto.

Carla: ... No no mi amor, no preparamos nada con anticipación... yo no sabía que íbamos para allá, Santiago me llevó a su casa y me pidió cambiarme para que pueda usar un vestido que me había comprado, a partir de ahí ya no supe que sucedería, solo sabía que había una fiesta...

Carla: ... cuando vía a Sofía ahí, mi primer pensamiento fue buscarte... quería salir corriendo, pero no tenía motivo con Santiago así que apenas logré un espacio fui con Sofía a los baños a conversar... Ahí me su plan para pasar la velada pero solo en plan de dar celos al otro, nunca me dijo que pensaba terminar la fiesta en su depar...

De mi parte no me la tragaba completamente, pero al menos sonaba bastante segura y confiada en lo que me decía, por lo que aflojé un poco la cuerda y con un tono mas conciliador comencé a buscar un poco de verdad entre todos estos engaños.

Yo: ... Pero tú lo disimulaste muy bien...

Carla:... Si, no... Bueno yo solo quería seguir en el juego... Sofía me dijo que tú estabas de acuerdo con esto y querías seguir adelante con la embuste; haciéndole creer a Santiago que eras el novio de Sofía y tú suponiendo que yo era la pareja de Santiago... Cuando Sofía me lo propuso en el baño, apenas y lo creí, pero al ver que no sucedía nada raro y como tampoco ustedes se marcharon, supuse que estabas igualmente interesado en continuar.

Yo: Bueno, para ser sincero, si tenía un poco de curiosidad; al inicio y en ciertos tramos me sentí bastante incomodo; pero creo que como un trago amargo, había que empujarlo a fondo una sola vez... No niego que me agradó mucho el poder verlos, pero por otro lado si Sofía no hubiera estado conteniéndome, creo que habría explotado...

Carla: Tranquilo mi amor... tú sabes que el único hombre que amo eres tú y que sin ti, todo esto no tendría ningún significado y menos aún lo hubiera podido vivir...

Mi esposa había recuperado la compostura, al notar que realmente mi enfado se direccionaba a querer saber si era a mí a quien habían engañado o si realmente había sido todo una obra de teatro que interpretamos a Santiago. Pero claro, ninguno era actor y lo que realmente nos jugábamos era nuestro matrimonio. Me habían engañado, Sofía claro que sí al no contarme todas sus cartas, Carla quien sabe si me había contado todo o no; lo que si entendí fue que realmente disfruté mucho aquel encuentro y por más que rechace la idea en mi mente... seguro querría hacerlo nuevamente...