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Engaños e Intercambios 2

en Intercambios

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Pese a que se perfectamente que el hombre que me ha hecho sentir viva nuevamente, no comparte su lecho únicamente conmigo, realmente no me importa, se que me da lo que tiene. No hay engaños ni mentiras, mis amigas saben perfectamente que llevo ya algunos años acostandome con este hombre y que no pienso dejar de hacerlo, digan lo que digan. Incluso creo que se sienten felices por mí y de la dicha que siento ahora ...

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Eran las 5 de la mañana cuando nuevamente el sueño me abandono, pese a las malas noches y al cansancio, ya no podía dormir... No iba a sobrevivir así, tenía que dejarla ir... o volver con ella. Tomé mi celular y comencé a escribir un mensaje corto "Tenemos que hablar, sin peleas y siendo completamente sinceros... Estás de acuerdo?. El solo enviar el mensaje me llenó de tranquilidad, ya no iba a dejar pasar las cosas sin hacer nada, iba a actuar.

Esperaba que me respondiera hasta el siguiente día, lo único que quería era pasar ese último momento de la madrugada tranquilo, pero no pasaron más de 2 minutos cuando una respuesta al mensaje me indicó que Carla tampoco estaba dormida y que compartíamos al mismo tiempo el insomnio. "Claro mi amor, cuando tú quieras, solo no te alejes y dame la oportunidad de explicarte todo". Había algo que explicar, pues no lo sé, los hechos estaban ahí y las cosas ya nunca volverían a ser como antes.

Quedamos en encontrarnos al día siguiente en el mismo café que la había visto con su amante, supongo que debió sentirse incomoda, pero de igual forma me aceptó la cita. Yo justamente había pensado en ese lugar para que sin dejar dudas de lo que yo sé me quiera tratar de inventar cualquier cosa. Llegue algunos minutos antes, los suficientes para ocupar la misma mesa y la misma silla que su amante utilizaba el día en que los vi. Esperaba con un café tinto, sin azúcar o crema, quería sentir el amargo en mi boca, aunque no supuse que otros tragos serían más amargos.

Carla llegó con minutos de sobra, pero la veía apurada y ansiosa; al bajar del taxi pude ver su bonita figura, tan arreglada como siempre, tan bella como nunca... Vestía un traje de sastre con una cartera pequeña y zapatos de tacón medio, siempre supo vestirse y proyectar su presencia a todos los lugares que iba, siempre lograba ser el centro de atención.

Trató de saludarme de beso, pero mi mano extendida la detuvo en seco, sentía la turbación pero no se rendía a la evidencia, se mostraba alegre, aunque ya de cerca pude notar el exceso de maquillaje en parpados y de igual forma sus uñas pintadas por una mano con cierto apuro o tal vez una mano que temblaba mucho. Pese al maquillaje y el rímel, en el fondo de sus ojos vi esperanza e inmediatamente comprendí lo que ella vio en los míos... Rabia.

Carla: Hola mi amor... Muchas gracias por dejar que te explique lo sucedido...

Yo: No me agradezcas nada, porque realmente lo que quiero es que me digas un par de cosas únicamente, de lo pasado pues ya está y no va a cambiar por nada que digamos aquí... Primeramente quiero pedirte que al menos en este momento seas lo más sincera que puedas contigo misma y conmigo, además deja de llamarme así, tú sabes mi nombre y no me llames de esa forma...

No Quería que piense en que las cosas podían arreglarse porque para mi entender no había ya nada que arreglar; quería salir de ahí inmediatamente y me alegraba poder verla nuevamente, era un grupo de sentimientos y sensaciones contradictorias en ese momento, ni yo mismo entendía que iba a pasar, pero lo seguro era que no había arreglo. Carla había tomado estos dos desaires realizados en forma estoica, no quería generar chispas que podían encender una hoguera que no podría apagarse si llegábamos a pelear.

Carla: Lo siento... No ha sido nada premeditado ni calculado; ha sido únicamente...

Yo: Vamos Carla, no me vengas con que solo fue una vez... o me quieras ver la cara de que no pasó nada y todo fue una confusión; no me quieras insultar de esta forma. Tampoco me vengas con que el culpable he sido yo y que por poco te he lanzado a los brazos de otro, porque hasta este día no creo haber tenido quejas tuyas y menos aún te he dejado sentimentalmente abandonada porque al menos yo creía tras tantos años habíamos llegado a un estado de compenetración y comunicación muy buena como pareja.

Carla: NO, NO... No he venido a dar excusas ni a justificarme... pero bueno esto último tal vez sí, pero no hay mas culpables que yo misma. Pero como tal solo quiero que me escuches por favor...

Yo: Te escucho...

Carla: ... Había pensado en estos días que era lo que iba a decirte e incluso como hacerlo... pero es mucho más difícil hacerlo que imaginárselo. Se llama Santiago, él era el antiguo novio con el cual conviví durante 6 meses, mucho antes de conocerte, no lo había visto desde cuando nos separamos y cada quien había tomado su camino...

No iba a interrumpirla, si solamente quería que la escuche, eso era lo que iba a hacer. Después cuando termine le diría que de igual forma nos separaríamos y que mi abogado iba a visitarla... Nada me podría hacer cambiar de opinión... al menos eso creía yo.

Carla: Nos encontramos nuevamente debido a que es el contralor externo del proyecto que estamos ejecutando en la empresa... Al principio todo había resultado en temas profesionales, pero un día salimos al almuerzo solos debido a que nos habíamos quedado retrasados del grupo, en ese almuerzo conversamos de lo que habíamos vivido juntos y como eran nuestras vidas actualmente...

Carla: ... nunca le oculté que estaba casada y que era feliz con mi matrimonio, él también me indicó que estaba casado pero vivía fuera del país, aunque constantemente regresaba por unos días o pocas semanas... Seguimos conversando nimiedades, hasta que ya cuando nos levantábamos de la mesa, se acercó a mí y me besó fugazmente en los labios...

Carla: ... yo me quedé pasmada, ya que no había previsto esa maniobra... el se disculpó aduciendo que era un reflejo y me dijo que no volvería a pasar, pero creo que ni él ni yo lo creímos, ya que desde ahí hasta el momento de subirnos en el coche no dijimos nada, incluso cuando ya estábamos sentados una al lado del otro nadie dijo nada, pero en ese justo instante nos besamos nuevamente con pasión...

Carla: ... No sé que me pasó, no pude detenerme cuando empezamos a besarnos, era más fuerte que yo... Esa misma tarde ya no volvimos a la oficina... terminamos en un motel de la zona. El que Santiago me follara, resultó muchísimo más excitante de lo que recordaba y tremendamente más variado de lo que en nuestra vida juntos habíamos vivido, ambos habíamos aprendido mucho y lo pusimos en práctica esa tarde... Sinceramente nunca antes había sentido nada así; tantos orgasmos y tal pasión, inclusive contigo nunca había sido así... Siento decirte esto, pero si me pides la verdad es algo que tenía que decir, porque es principalmente debido a esto que no había podido dejar de verlo...

No podía mirarla a la cara mientras me contaba esto, una mezcla de sorpresa y pesadez me invadió al escuchar sus palabras. Me estaba contando como en un momento dado había caído presa de los recuerdos de una vida que suponía pasada, pero que supongo no había quedado del todo zanjado su finalización. Estaba claro esa relación había vuelto a renacer a pesar de todas las trabas y el tiempo... Seguramente Carla nunca había dejado de amar a ese hombre, que como me contaba había resultado ser un amante muchísimo más hábil que yo...

Miraba a Carla por el rabo del ojo, y pude notar que ella no me perdía de vista en ningún momento, estaba abriéndose completamente y creo quería mostrar la seguridad de alguien que no mentía... Ella me miró y vio como mi alma se había quebrado tras la última confesión que me había realizado, me estaba golpeando directamente en el orgullo que cualquier hombre tiene, ella lo sabía, pero supongo debía decirme aquello.

Carla: ... No quiero decir que contigo no hemos vivido momentos apasionantes ni mucho menos; pero esa vez que Santiago me folló, me transportó a otro mundo, uno que no sabía que existía... Pero te recalco, cuando me folló, porque a pesar de eso, no había amor... no había ese sentimiento que es el que hace que cuando nosotros estamos juntos hagamos el amor y no solo follemos...

Carla: ... Cuando salimos del hotel, en el momento que encendía el auto para volver a casa, se me vino el mundo encima; en ese instante reaccioné sobre lo que había sucedido, y me di cuenta que te había engañado... Un enorme miedo me asaltó el momento que revisaba que todo esté en su lugar, ya que suponía que ni bien cruzara la puerta de nuestra casa, ibas a notar lo que había hecho... Apenas y entré apenas y te saludé y me fue a cambiar de ropa, ya que quería deshacerme de todas las cosas que me hubiesen acompañado esa tarde...

Carla: ... No me dijiste nada, no habías notado nada raro, seguías tan cariñoso y amable como siempre, pero eso en lugar de alegrarme me hundía más en mis remordimientos y temores... Cada vez que me llamabas por el nombre, sentía un enorme agujero en mi estómago pensando que descubriste algo...

Carla: ... Los días pasaron y me hice la firme promesa de olvidar todo y dejarlo pasar, me prometí firmemente no volver a realizar una locura como aquella y estaba segura de cumplirla... Pero las cosas no siempre son como uno quisiera y me volví a enredar...

Que sacaba de todo eso, estaba confundido y perdido en un mar de emociones; por una parte quería estampar en su rostro una cachetada tan fuerte como hubiese podido por haberme engañado pero por otro lado no sé porque el que me diga que solo fue sexo. Y peor aún, que debía pensar de que encima de que Santiago fue su primer hombre y vivieron juntos casi un año, ahora resultaba un amante formidable e incomparable, quedando a mis adentros como un amante inútil y falto de ese toque que hacía que las chicas recuerden sus polvos como algo sensacional.

Carla: ... Una noche en la que me encontraba en la sala de copiado en horas de estar ya cerrando la oficina, debido a que precisaba entregar muchas cosas a Santiago el día siguiente, él me buscó en la salita y tras entrar y asegurar la puerta se abalanzó sobre mí como una fiera en celo... Confieso que al inicio me resistí, pensé en ti y en lo que estaba sucediendo, pero más pudo el fuerte lazo sexual que tenemos y me entregué nuevamente. Me tomó esta vez sin apenas quitarnos la ropa, un polvo rápido y lleno de excitación, que de igual forma me llevó a tener un fuerte orgasmo justo antes de que él terminara...

Carla: ... esta vez no hubo caricias ni palabras amables, follamos como animales y como tales cuando terminamos nos vestimos y continuamos con lo nuestro... De igual forma que antes, cuando pude reaccionar, el sentimiento de culpabilidad fue terrible, incluso no podía ni mirarte a la cara... A partir de ese día traté de no lucir provocativa ni siquiera trataba de gustar un poco el momento de vestir, pensando que tal vez así Santiago ya no me vea atractiva y no vuelva a tentarme, pero me equivoque porque ahí comenzó mi infierno...

Carla: ... Tras esa segunda vez, Santiago me buscaba mas asiduamente y frecuentemente, incluso comenzó a llamarme al celular a cualquier hora, a lo que inventaba que eran las chicas quienes llamaban, intentaba centrarme y dejar todo, pero él seguía persiguiéndome, incitándome y... calentándome...

Carla: ... Durante al menos los 15 últimos días antes de nos encontraras... follamos al menos unas seis veces mas... cada vez me sentía peor pero al menos sabía que él se iría nuevamente al extranjero y tendría la paz que tanto ansiaba... Ese día que nos viste fue digamos la despedida, ya que el retornaba con su esposa y yo contigo... El resto ya tú lo sabes...

Y ahora qué? me preguntaba internamente mientras veía como de esa mirada segura era inundada por lagrimas que apenas querían salir eran atrapadas por un pañuelo que su dueña mantenía en su mano, un pañuelo que seguramente había secado muchas más. Que podía sacar de esto, Carla me fue infiel con su ex, diciéndome que solo fue sexo, pero no creo que sea así, ya que es muy difícil no sentir algo por alguien de quien estuviste enamorado.

Yo: Y que quieres ahora de mi? Entiendo que como tu amante se marchó con su esposa, no quieras quedarte sola, si ya no me amas esto no debería ser así y es mejor separarnos y cada quien por su lado. No pretendamos pegar dos mundos con cinta de embalar.

Carla: Yo te amo... nunca he dejado de hacerlo, a pesar de todo lo que sucedió yo nunca te he dejado de amar...

Yo: Carla, por favor... no me amas, si es que alguna vez lo hiciste, porque sinceramente creo que nunca dejaste de amar a tu ex; ahora solo estas algo dolida porque se fue y no quieres quedarte sola... Eso lo comprendo y creo que hasta te entiendo, pero no es justo para mí... ya que a pesar de que te amo con todo mi corazón no puedo compartir la vida con alguien a quien realmente no le intereso y que si vuelve a tener la oportunidad se iría con su verdadero amor.

Carla: Noooo!! no es así, yo estoy segura de que te amo... Tan solo déjame probártelo, dame solo una oportunidad para poder demostrarte cuan enamorada estoy de ti. Por favor, no me dejes.... haré lo que quieras, no tendrás una queja de mí... Si quieres puedes llamarme a cualquier hora y en cualquier lugar, nunca dejaré de contestarte, sabrás de mi cuando tú quieras... incluso si gustas utilizaré esos dispositivos de rastreo para que sepas donde estoy en cualquier momento, no volverás a tener ninguna queja de mí, haré lo que tú me pidas pero no me dejes...

Yo: De verdad crees que te tendría que dar una oportunidad? Crees que te mereces mi confianza solo porque tenga que controlarte y seguirte más que tu sombra? Crees que sea justo tener que soportar la humillación de ponerme cara a cara con tus amigas, mi hermana y demás personas que saben de esto y que seguramente me mirarán y verán únicamente al estúpido cornudo que se aguantó que su esposa se acueste con otro hombre y la perdonó porque es un tarado y encima mal follador?

Yo: Debería yo perdonar a la mujer que más daño me ha causado y que de seguro no podré soportarlo si lo hace de nuevo? Podría perdonarte si cada vez que te haga el amor recuerde que tu seguramente temblaste y gemiste mucho mas con las caricias de otro hombre que con las mías? Perdonarías tú a quien consideras que realmente está enamorada de otro y que lo único que busca es no perder al imbécil con el que tuvo que conformarse porque no pudo quedarse con quien realmente amaba? Dime, tu lo harías si fuese al contrario?

Todo esto lo hacía con mis manos en la taza de café, mi voz estaba en calma y sin exaltarme, pese a todos los sentimientos encontrados que tenía en mi interior. Había dado todas mis razones para poder echarla de mi vida, deshacerme de la mujer que tanto me había herido y poder seguir adelante. Carla lo vio así, cuando la miré a los ojos, vi quebrarse su esperanza y vi su dolor, sabía cuál era realmente la única decisión que podría tomar y vi en sus ojos que la aceptaba ya que por sus propias manos había echado todo a perder, pero que moriría diciendo la verdad... Y eso era lo que yo esperaba de ella, que se de cuenta de la verdad.

Carla: No, no... no amo a Santiago y no eres mi última opción, eres la única que realmente tengo, porque estoy enamorada de tí únicamente... Quisiera decir que sí, que confíes en mí, pero te conozco y se lo celoso que puedes ser, e incluso cuanto te ha afectado todo esto; por lo que supongo tu respuesta... quieres a dejarme. Pero no dejaré que suceda, ya que sé que puedo reconquistarte, solo te pido una oportunidad y te demostraré que puedes confiar en mí nuevamente y que todo lo que dijiste no es verdad.

Yo: No eres más que una puta, a quien debería dejar en el olvido de mi memoria y seguir adelante con mi vida... pero como me conoces tan bien, sabrás que este estúpido que tienes como marido... aún te ama, que no concibe la vida sin ti, pero que este momento ya no sabe vivir contigo...

Mis ojos se llenaron de lagrimas y antes de romperme, tomé su mano y mientras me levantaba la sostuve con fuerza hasta que nuestros dedos fue lo único que se tuvo contacto. Quede de espaldas a ella y sin querer mostrarle las lagrimas salían de mis ojos fui de allí sin apenas mirarla.

Me marché sin regresar a verla, sin esperar que me alcance, sin dejar de pensar en todo lo que dejaba atrás, una brisa fría recorría las calles, pero apenas la notaba por el ensimismamiento que tenía. Durante las dos semanas siguientes no tuve ningún mensaje, ninguna llamada; Carla me había dado todo el tiempo que necesitaba para recomponerme, para pensar en lo que nos sucedió y principalmente para mirar el futuro con ojos distintos.

Nuevamente conversé con mi hermana, ella me llamó para saber cómo seguía y si ya estaba más calmado; me dijo que Carla estaba todavía hecha polvo y que no levantaba cabeza, que pasaba los días únicamente trabajando y regresando a la casa; que siempre que se hablaban preguntaba por mí y si sabía que estaba haciendo o si al menos tenía alguna noticia nueva.

Yo de mi parte seguía trabajando y sobreviviendo en aquel hotel, tratando de pasar el menor tiempo posible sin nada que hacer, no quería pensar, pero realmente ya tenía que decidir entre las opciones planteadas: Por un lado tenía la opción de terminar nuestro matrimonio y pedir inmediatamente el divorcio; al no plantear nada del tema de de dinero, creía poder zafarme de aquello rápidamente. Por otro lado tenía la opción de volver a intentar estar juntos, olvidar el pasado o al menos tratar de hacerlo y continuar con mi esposa a quien a pesar de todo seguía amando y ahora también extrañando.

Noche tras noche, divagaba una y otra vez en la resolución que debía tomar; para ese momento el enojo inicial que me había causado el enterarme del engaño de Carla se iba disipando de a poco, pero por supuesto las heridas seguían vivas. Por otro lado el extrañar a mi esposa y estar a su lado de igual forma contribuyó a ir pensando seriamente el volver con ella. El problema radicaba en saber si realmente iba a poder verla nuevamente con los mismos ojos que antes, eso me causaba mucho miedo e incertidumbre.

Traté de salir un poco a distraerme, unas veces solo y otras acompañado de amigos, pero realmente eso no me causaba ninguna distracción de mi principal preocupación. Así hasta cerca de un mes después, un sábado me desperté tras haber dormido realmente bien, con la cabeza un clara y una decisión tomada, llamé a Carla y quedamos al almuerzo. Nos vimos en terreno neutral, ella se veía muy bien arreglada, esplendida como siempre, era una mujer que salía a conseguir el mundo, se la veía caminar con paso firme y decidido, todo hasta que miré sus ojos sin sus lentes de sol, ahí estaba su soledad...

Yo: Hola, Carla como has estado...

Carla: Hola mi... Perdón, como te ha ido...

Yo: Bueno, he tenido mejores días... Pero creo que ya encontrando la luz al final del túnel... Y a ti como te ha ido.

Carla: Mal, la he pasado bastante mal desde... bueno, lo que pasa es que la casa sin ti no es habitable, se la siente demasiado grande y me produce demasiado estrés estar ahí, incluso he pensado que debería ir donde alguna amiga o algo, porque no creo pueda pasar mucho más tiempo.

Yo: Bueno, tampoco por aquí las cosas son diferentes, pero un poco de espacio era lo que necesitábamos para aclarar las cosas y tomar las decisiones correctas que nos permitan salir adelante y dejar todo atrás.

Noté como su voz se quebraba, podía sentir su respiración más agitada, pese a que ella se mantenía serena y calmada, podía sentir la tensión en su rostro y sus ojos. Pero se mantenía digna, esperaba una resolución final o al menos algo a qué atenerse...

Carla: Y... que has decidido?... No, no, espera... espera, antes de que digas cualquier cosa, quiero decirte que te amo, no me había dado cuenta realmente pero ahora si lo sé... y hagas lo que hagas no vas a poder cambiarlo; también quiero que sepas que lucharé con todas mis fuerzas para que estemos juntos nuevamente.

No quería aparecer que quería verla sufrir al no responder rápidamente, pero trataba de ver si realmente lo que iba a decir era lo correcto, hasta el último momento era importante saber si realmente a ella le importaba en algo nuestro matrimonio y si realmente me amaba.

Yo: Bueno, creo que es difícil para mí tener que decir esto, pero...

Carla me miraba a los ojos, tomaba su vaso con ambas manos pareciendo como si se sujetase a él para no caer, sabía lo que se avecinaba, las siguientes palabras definirían nuestro futuro, para bien o mal.

Yo: He pensado como decir esto, pero no sé cómo hacerlo ya sentada frente a mí... Todo esto ha sido muy duro, complicado e hiriente; volver a vivir contigo tal vez pueda resultar en el peor de los fracasos y acabemos matándonos uno al otro; pero vivir sin ti tampoco es una vida que valga la pena vivirla. Y si realmente he de caer muerto por esto, prefiero hacerlo en tus manos que bajo las mías.

Miré a mi esposa, recuperar el aire, recuperar la vista, me miró nuevamente con esperanza, con amor. Vi en sus ojos algo que nunca más quería dejar de ver, me admiraba... Tal vez fue solo mi idea, pero creo que ella comprendió lo difícil que resultaba para mí afrontar que no podía vivir sin ella y a más de su amor, ahora tenía su admiración.

Yo: Pero te aseguro que las cosas no serán igual de aquí en adelante...