miprimita.com

Final sin Retorno 13

en Hetero: Infidelidad

Habían pasado cinco meses desde que llegamos al acuerdo de separarnos, cuando por fin regresé definitivamente a mi país. Tres días antes, en otro aeropuerto, me despedí cariñosamente de Lixue, que viajaba junto a su novio Enlai, a quien también había ayudado a obtener una visa para quedarse en el país y de esa forma ellos podrían empezar una nueva vida lejos de un país que no les brindaba futuro alguno. A mí en cambio nadie me esperaba en el aeropuerto, la terminal me mostraba la tristeza de llegar después de tantos meses para no encontrar a alguien que te espere, pero no me preocupé ya que yo mismo así lo quise al no contar a nadie mi retorno e incluso ni yo mismo sabía si sería ese día.

Mi viaje tuvo una parada en un país del caribe con el fin de buscar algo que me ayude a seguir con mi futuro, ahora que el cambio en mi vida estaba por venir.

Cuando llegué a mi ciudad, tenía previsto ir al departamento donde había vivido con mi esposa, hasta que pudiera resolver todo lo que tenía pendiente; ahora se encontraba desocupado ya que ella vivía junto a su novio en un edificio muy lujoso lejos de donde yo estaría. Susana me había propuesto regresar allí tan pronto retornara, a pesar de que ella pensaba que yo podría no querer hacerlo ya que los recuerdos me podrían afectar, pero para mí, en ese momento, ya todo me daba igual, era como cualquier otro lugar, allí no había nada que ahora me pudiera afectar o eso pensaba, al menos lo usaría temporalmente mientras llegaba el día en que esta separación se concretase, se hiciera definitiva. Al entrar eran sentimientos encontrados puesto que al mismo tiempo y, aunque me resistía a ello, sentía una profunda tristeza, una angustia difícil de contener, los recuerdos se agolpaban, en algunos momentos incluso pude sentir como unas lágrimas pugnaban por brotar.

Tan pronto llegué, me encontré con un departamento completamente limpio y ordenado, pese a que desde hace tres meses Cristina ya no vivía allí. Hice algunas compras y comencé a rehacer mi vida... o mejor, digamos que a arreglar todo lo que tenía pendiente allí. Primero en mi lista estaba realizar una visita, así que fui a ver a nuestra vecina Susana.

_Te ves muuuy bien Esteban, me alegro mucho que estés por fin aquí... - me dijo tras un efusivo y afectuoso abrazo – Noto que todo el ejercicio ha hecho mucho efecto en ti, estás más delgado y luces mucho más fuerte…

_Muchas gracias por tus palabras, mi trabajo me ha costado ponerme en forma... no creo que me encontrara tan bien desde mi época de colegio o incluso ni ahí.

_Te noto algo bronceado, ¿acaso estuviste en la playa?

_Si justamente estuve unos días en el caribe, necesitaba hacer unos trámites por allá.

_Qué bueno tenerte aquí... En serio que te he extrañado mucho, pese a nuestras conversaciones y diferencias, lo mejor era poder tenerte aquí entre nosotros... Pero te has demorado más de lo esperado, yo pensaba que el proyecto en tu empresa tomaría menos tiempo, pero al fin de cuentas te has retrasado mucho más, ya casi son los seis meses que... perdón, bueno ya ha pasado mucho tiempo.

_El proyecto fue un éxito, tanto es así que adelantaron otros dos para evitarse costos extras, lo que implicó que permanezcamos mucho más tiempo allá. Pero no hay plazo que no se cumpla y bueno aquí estoy... Quería preguntarte sobre Cristina, ¿has tenido alguna otra noticia de ella?

_Pues no podría contarte nada más que lo que ya sabes, te he dicho lo principal en las conversaciones que hemos tenido antes de que vengas; ahora ya solamente queda esperar la próxima reunión que tengamos para dentro de un mes.

_En realidad tampoco esperaba algo diferente... Lo bueno es que me deja tiempo para hacer algunas cosas que tenía pendiente por estar lejos tanto tiempo.

_Me alegra mucho eso... me alegra verte Esteban y espero con ansias que nos podamos reunir... hay mucho por hablar y confío en que las cosas ahora puedan salir mucho mejor.

Me despedí pronto de Susana tras esa pequeña charla, tenía cosas que hacer y quería empezar cuanto antes. La semana se pasó volando mientras hacía mis gestiones. A primera hora fui a presentar mi renuncia a la empresa en la que había trabajado en los últimos años, tras este proyecto recibí una jugosa bonificación y eso junto a la liquidación de muchos otros haberes me dejaban un buen capital que utilizaría más adelante. Ellos ya lo sabían y habían adelantado algunos trámites, ahora solo faltaba mi firma y la entrega de todo lo que llevaba pendiente.

Lo segundo fue ir a visitar a algunos amigos y familiares que se alegraron nuevamente de verme y claro me hicieron las consabidas preguntas sobre mi separación. Seguí el plan ya acordado con Cristina y Susana previamente, de manera que no caí en ninguna contradicción de lo que todos ya sabían, que nos separamos por este proyecto ya que ella no estaba de acuerdo con mi viaje, yo tampoco quise echarme para atrás y al final nos divorciamos de mutuo acuerdo pero que seguíamos siendo amigos.

Esa misma semana y tras mucha insistencia me convencieron para asistir a la fiesta de cumpleaños de una amiga en común, de forma que aprovecharían también para darme la bienvenida ya después de más de seis meses sin verme, acepté de buen agrado ya que mis amigos me aconsejaban que debía recomenzar retomar mi vida, y que ya era tiempo de seguir adelante o, al menos, podría distraerme un poco durante esos días e incluso si las condiciones se prestan podría ligar también con alguien.

Llegó el día de la fiesta y entre copa y copa me encontré con muchos amigos que conocía de mucho tiempo antes y algunos nuevos que me presentaron, entre ellos una preciosa rubia con un cuerpo de infarto, claro que era mucho más joven que yo, pero para lo que yo la quería no necesitábamos contar primaveras. El Esteban que hace unos meses había dejado este país jamás se hubiera atrevido a intentar ligarse a la chica guapa del baile sin haberla conocido antes pero las cosas habían cambiado, tan pronto pude fui a hablarle, pese a la insistencia de algunos otros muchachos en hacerse notar.

_... y cómo es vivir en oriente, debe ser una experiencia fascinante. - me consultó al enterarse de mi travesía, cosa que yo aproveché para ensalzar mi experiencia y obviamente asombrarla con algún dato emocionante, real o inventado.

_Una experiencia de vida, te enseña que el mundo es una caja de pandora que debes descubrir y abrir en cada viaje... ansío la oportunidad de ir nuevamente.

_Pues seguro que tu empresa te enviará a otro proyecto pronto.

_No lo creo, acabo de renunciar a ellos, debo buscar algo mucho más a fin a mis nuevas metas y ellos no están incluidos en ellas.

_No puedo creerte... ¿En serio renunciaste después de tan tremenda experiencia...?

_Si, se lo tomaron algo mal al inicio ya que esperaban que siguiera aportando cosas nuevas con ellos, pero ha pasado mi tiempo y pienso buscar nuevos retos, tengo nuevos objetivos en mi vida.

_¿Y ahora a que te vas a dedicar?

_No lo sé aún con certeza, tengo muchos planes y proyectos propios... tal vez...

Justo en el momento en el que la conversación con la preciosa rubia, cuyo nombre era Vanessa, estaba en los más interesante, llegaron a la fiesta nuevas personas; obviamente esto no me hubiera interesado de no ser porque, ante mi cara de sorpresa, era Cristina y Julio, su nuevo novio, los que llegaron. Pronto el ambiente se tornó muy tenso entre algunas personas que nos conocían a ambos, todos sabían de nuestra separación y muchos me reconocían como una persona tremendamente celosa para con mi esposa y seguro que esperaban alguna escena que pusiera más sazón a las comidillas de las que seguro ya formábamos parte.

Pero ante el asombro de todos y, pidiendo disculpas a Vanessa por dejarla un momento, fui directo a saludar a mi “ex mujer”, lo más amable y tranquilo, ante el desconcierto de todos. Noté como las cosas se tensaron por un momento ya que seguro que ella tampoco esperaba esta reacción por mi parte, luego todo estuvo mucho más calmado.

_Hola Cristina... que gusto verte... - le dije a la que había sido mi esposa que no dejaba de mirarme con un rostro completamente asombrado – Hola… Julio ¿verdad?

_Hola... Esteban... ¿cómo estás? -contestó casi en forma automática Cristina-

_Hola... - saludó el novio de mi esposa, que sintiéndome como una amenaza, tomó a Cristina de la cintura, queriendo afianzar, seguramente, su estado de nuevo novio, aunque ella seguía absorta mirándome-

_No sabía que estarías aquí... me enteré de que habías vuelto. -dijo mi esposa ahora ya más repuesta de la sorpresa, pero igualmente asombrada – Pero jamás me hubiera imaginado encontrarte así... Te veo muy bien... Qué bueno que las tierras lejanas no te hayan afectado.

Se la veía igual de bella que siempre, había perdido algún que otro kilo pero nada que afectara el cuerpo escultural que siempre había tenido. Su pareja era un cromo sacado de alguna revista, mucho más acorde con ella, hacían una pareja de revista, no había comparación con la que nosotros formábamos. Internamente podía felicitarla por haber rehecho su vida con alguien que quizá le podría aportar muchas más cosas que yo pero al mismo tiempo los maldije, me entristeció saber que nunca más volvería a abrazarla, aunque lo comprendía e incluso lo aceptaba.

_Nooo que va... las costumbres y algunas vivencias por esos lugares casi me matan... pero bueno me alegro mucho de verlos de nuevo y ya podremos charlar en algún otro momento... - aproveché para desligarme de ellos y volver con la rubia, que seguro que no entendía nada de lo que sucedía.

_Claro... Esteban... nos vemos pronto... - se despidió mi esposa aún asombrada, confundida y creo que incluso podría decir que incrédula ante mi reacción-

Me alejé de ellos tras los respectivos besos de despedida, en donde, después de tanto tiempo pude apreciar el dulce aroma que emanaba del cuello de mi esposa, y que a pesar de todo era lo que más me cautivaba. Nuevamente me acerque a mi compañera de charla y pude ver como algunos de nuestros amigos mostraban cara de no poder creer lo que había sucedido y obviamente hablaban a mis espaldas, lo que causó confusión en Vanessa.

_¿Por qué tanto escándalo por un saludo? ¿Acaso ella es tu antigua novia?

_No... Fue mi esposa -o mujer o ex, no sé cómo llamarla a estas alturas pues lo fue y aún hoy lo es para mí, pensaba sin decirlo-, nos separamos hace unos meses y hoy la he vuelto a ver con su nueva pareja.

_Upa… Pues lo tomas muy bien... Yo creo que si yo en tu situación, estaría armando un escándalo aquí mismo…

_No hay por qué hacerlo... La vida es muy corta como para desperdiciarla en sufrimiento inútil, ya las cosas fueron y ahora tenemos que seguir adelante, estamos obligados a rehacer nuestras vidas.

Con Vanessa estuve charlando, bailando y bebiendo el resto de la noche y, aunque estaba claro que lo único que conseguiría con ella sería una nueva cita para otro día, ya que esa noche estaba claro que ella no quería ligarse a nadie, no me importó, por lo que me la pasé charlando de todo y de nada.

Durante el resto de la velada pude ver a Cristina tres veces más, una en la pista de baile donde dio muestras de cuanto le encantaba bailar y como con su nuevo novio hacían un espectáculo digno de algún concurso, recordaba como yo nunca fui buen bailarín y claro eso lo tuvo que sufrir mi temporal pareja ya que tuvo que conformarse con apenas unos cuantos pasos algo patosos durante nuestra estancia en la pista.

La segunda ocasión estaba en el bar y la vi de espaldas a mí, junto a su novio; ellos estaban tomando unos tragos con algunos amigos donde supongo que Julio, al observarme, tuvo la cortesía de abrazarla con fuerza y darle un beso en el cuello que yo tantas veces había besado, como cualquier animal territorial seguramente quería marcar su espacio y su posesión. Pero no me preocupé demasiado y fui directo donde Vanessa me esperaba con nuestras copas.

Justo cuando me disponía a retirarme y, durante apenas un segundo, la mano de Julio se posó directamente en el culo de ella, cosa que a Cristina le molestó e hizo que la retirase de inmediato, pero claro aquel gesto le hizo sospechar algo, por lo que regresó a mirar a su espalda, coincidiendo nuestras miradas por un segundo antes de que yo me apartase para regresar con mi compañera, mientras observaba la mirada de pánico que Cristina tenía en ese momento.

Finalmente pude ver casi al final de la noche, como Cristina se había pasado algo de copas, algo que ya era evidente mientras bailaba en la pista; Vanessa había ido al baño dejándome esperando junto a la barra, cuando pude observar a Julio y a mi esposa besándose en la pista. No sé por qué, desconozco el motivo, pero realmente eso no me sentó bien por lo que decidí salir de allí, para evitar que los amigos en común nos hagan comentarios extraños.

Salí al callejón a fumar un cigarro y hacer algo de tiempo hasta que Vanessa vuelva de aquella interminable fila que se forma en los baños cuando pude ver como también salía Cristina notablemente mareada y su novio, que la llevaba casi a rastras ya que ella quería seguir en el lugar donde estaba la fiesta.

Por alguna razón los seguí hasta el aparcamiento, creo que con la intención de intervenir si las cosas se volvían complicadas –al menos me auto convencí de ello- ya que aquella no era una forma muy decente de salir de allí, pero realmente no debía haberlo hecho. Tan pronto como me asomé, pude ver que ambos se acercaban a un auto grande y elegante. Mientras, iban discutiendo y peleando por algo que no sabía qué, no podía oírlo con nitidez; justo cuando estaba por acercarme e intervenir Cristina le dio una cachetada a su novio que, casi sin inmutarse, la agarró y la empujó contra el coche mientras la besaba con lujuria. De pronto vi como Cristina se recostó en el capo, dandole la espalda y dejando su grupa a merced de las lujuriosas y vengativas intenciones que tenía él. Mi esposa por si sola subió la corta minifalda que llevaba, dejando al descubierto unas pequeñas bragas que apenas ocultaban lo que la luz disimulaba, mientas él desabrochaba rápidamente su pantalón y sacaba su polla para poder hundirla profundamente entre sus glúteos que se notaban firmes y deseables reflejados apenas por la poca luz que había.

Estaba claro lo que iba a suceder, pero nada de ello me espantaba, no habrá sido la primera y seguramente no será la última vez que ellos habían realizado aquella maniobra. Tan pronto como Julio penetró a mi esposa, procedió a arremeter con toda su fuerza entre las piernas de ella, mientras la sujetaba con una mano de su larga cabellera y con la otra la presionaba contra el capo del auto. No sabía si estaban follando con la intención de que yo lo viera, o simplemente era mi alocada imaginación la que lo creaba pero aun así sentía la imperiosa necesidad de estar cerca de ella aunque al mismo tiempo me ahogase la imagen que me mostraba una realidad oculta tras las sombras de la noche, mi lectura de esa otra realidad era la de que Julio quería mostrarme, como era él quien ahora la podía disfrutar sin que yo pueda reclamar nada. Al final de aquel largo minuto calé el resto de mi cigarrillo y los dejé que terminen en la oscuridad de la noche, ya nada había que hacer allí.

Tras entrar nuevamente me despedí de los amigos que estaban cerca y acompañé a Vanessa a su auto ya que me había dicho que tenía trabajo al día siguiente y no quería llegar muy tarde a su casa. Tras un pequeño beso en los labios se despidió de mí prometiéndome una nueva cita si la llamaba la próxima semana, algo que esperaba hacer. Estaba claro que por ningún motivo desperdiciaría la oportunidad de salir nuevamente con aquella chica, al menos no tenía razón para no hacerlo.

Al siguiente día por la tarde, Susana vino a visitarme. Nuestra vecina llegó con una cara algo preocupada, suponía que mi comportamiento del día anterior ya le había sido comunicado con anticipación, por lo que suponía vendría a escuchar mi versión. Estuvimos charlando de todo lo sucedido y como me había comportado, supuse que mi historia no distaba mucho de lo que Cristina le había contado, por lo que la vi realmente incrédula.

_... al fin de cuentas te has comportado de una forma muy madura y controlada, Cristina también me dijo asombrada que jamás te había visto con tanta soltura y determinación, estaba realmente sorprendida.

_Pues he de decirte que de algo sirvió todo lo que he hecho durante estos meses... He trabajado muy duro en todo y estoy seguro de ser una nueva persona.

_No debería preguntarlo... pero bueno quiero saber sobre que terreno piso... ¿Pasó algo con la chica rubia?

_Nada, aunque espero poder tener una nueva cita con ella... Tal vez el próximo fin de semana... no lo sé... ¿A qué se debe la pregunta?

_Solo quiero saber, si sólo estás pasando el tiempo hasta nuestra conversación con Cristina o si querías dar celos a tu esposa... Estamos a unas pocas semanas de que termine el plazo que nos dimos y viendo como están las cosas, el momento en que regreses con Cristina podría dejar a la chica desilusionada y pensando que hubiera podido tener algo contigo... Por lo que me contaron, tanto Cristina como tú, veo que el tema de tus celos y de tu ira lo has dejado atrás y ahora sin que exista ni trampas ni falsas ilusiones, eso me da a pensar que incluso podemos adelantar la reunión, pero claro aún tienen un tiempo para reflexionar.

_No te entiendo... ¿das por sentado que vamos a volver a estar juntos?

_¿Tienes alguna duda de ello? - me preguntó Susana con una cara de alarma terrible - ¿Acaso no quieres volver con ella?

_Claro que tengo mis dudas... Vi como Cristina estaba con su novio, se la veía muy contenta y animada, hacen una pareja de revista y todos los admiran mucho; además por lo poco que me has contado Julio es un soltero codiciado con dinero, fama y mucha admiración en el medio donde trabaja, aparte es muy buen amante según me contaste y de seguro la tiene más que satisfecha. Creo que por todo esto yo debería tener más que dudas de que ella quiera regresar conmigo, yo soy de lejos muy diferente a él y claro que no tengo ni la mitad de su dinero y fama, con respecto a lo otro, pues eso es otra cosa...

_No seas tan memo... ¿en realidad estás pensando eso?... Esteban, yo no creo que pienses que tu esposa de lejos piense en seguir con él.

_¿Por qué no? Vamos Susana, en este tiempo he podido darme cuenta de que él no es mejor que yo, que a pesar de que tiene algunas ventajas yo tengo otras que lo compensan, si se tratara de conquistar a cualquier chica, por ejemplo a Vanessa, la rubia de anoche, pues seguro que le podría dar una buena batalla. Pero con Cristina la cosa es distinta, ella me conoce y sabe quién soy, además estaba cansada de mi forma de comportarme, de mis celos y de mis miedos, nuestro matrimonio tuvo que llegar a esto para darnos cuenta de lo mal que estábamos, estoy seguro que me costaría un gran trabajo el poder convencerla de volver a ser mi esposa, en el caso de que me diera una nueva oportunidad, pero haciendo memoria de cómo me porté con ella durante tanto tiempo ni siquiera yo mismo me la daría; así que si me preguntas, pues sí, tengo mis dudas de si podemos volver a ser pareja.

_¿No será que tú ya no quieres volver con ella? ¿Sigues enamorado de tu esposa?

_Claro que estoy enamorado de ella, incluso estoy más que dispuesto a ganarme nuevamente su corazón, lo que no sé es si ella querrá ahora estar conmigo, volver a intentarlo... después de todo lo que ha pasado, tal vez para Cristina lo mejor sea quedarse con él.

Lo dije de corazón, ya que yo no soy el hombre con el que ella había convivido o creo que incluso soy muy diferente de aquel del que ella se había enamorado, en ese momento era consciente de que si queríamos arreglar las cosas, el proceso podría tener muchos episodios hirientes y dañinos para ambos, por ello, yo tenía muy claro que lo más aconsejable y hasta justo era que entre Cristina y yo todo hubiera terminado y nos alejemos el uno del otro en paz.

_No sabes lo que dices... no debes ni necesitas compararte con él ni con nadie, ustedes dos son personas totalmente diferentes y las cosas que los hace diferentes es precisamente el motivo por el que tu esposa aún te ama.

_Lo sé... somos como el día y la noche... pero ahora es Cristina quien deberá escoger al mejor para poder acompañarla.

_Y estoy segura de que Cristina lo hará... Pero ahora veo que el problema es que tú no lo ves así y me preocupa mucho más tu comportamiento que las decisiones que ella pudiera tomar. Me da la impresión de que has alzado tus manos, te das por vencido y no quieres luchar por ella y por tu matrimonio, estoy tentada a pensar que ya la has dejado ir y quieres convencerme de que si eso sucede será por las razones que exponga Cristina y no por decisión tuya.

_Claro que la dejé ir, ya sé que desde hace algunos meses las cosas son completamente diferentes entre nosotros y tal vez nuestros caminos ya no se crucen nunca más, pero eso no significa que yo haya dejado de amarla, ni mucho menos, pero me he dado cuenta de que yo ya no soy el hombre que ella busca y necesita en su vida…

_¿Y tú has pensado que tal vez justamente sea eso lo que ella necesite para ser feliz, que ahora sí seas el hombre que pueda acompañarla y amarla por el resto de su vida, que seas el hombre que ella puede amar sin límites ni miedos y que puedan de una buena vez por todas ser felices?

_Tal vez si… pero pienso que no…

La charla con Susana duro unos minutos más, pero ya no hubo nada que realmente fuera trascendente o diferente a lo dicho. Con esta visita no tuve más noticias ni de Cristina ni de Susana durante toda la semana, cosa que no me extrañó ya que seguro que ambas estarían confundidas con lo que había sucedido, sin embargo a mí ni me extrañaba ni me hacía perder el sueño.

Con Vanessa me encontraría el fin de semana nuevamente y después de una cena muy ligera y muchas piezas de baile en las que ella me enseñó algunos movimientos nuevos, terminamos en su casa tomando la última copa.

_... ¿Y cuántos años estuvieron casados...? -preguntó Vanessa con una clara muestra de interés acerca de mi pasado.

_Fueron cuatro años... muy felices pero al final no supe darme cuenta del valor de lo que tenía a su lado y terminé por perderlo todo.

_Seguro que le fuiste infiel, todos los hombres son unos perros... Pero cómo habrá sido la chica con la que te fuiste, porque tu mujer es muy guapa y elegante, una mujer con mucha clase, al menos en apariencia ella es un encanto de mujer.

_No... fue algo peor creo yo... la asfixié con mis celos... Me portaba como un loco con ella, no soportaba que alguien pudiera ni tan siquiera mirarla, incluso estuvimos en tratamiento con un sicólogo para poder arreglarlo, pero fue inútil, igual lo eche a perder.

_¿Y ella se cansó y te dejó mientras estabas en el exterior?

_Justamente, incluso estando allá las cosas no funcionaron, al final nos separamos un tiempo pero ya la viste con su novio, se la veía muy guapa, feliz y tranquila de poder mostrarse así, eso no lo hubiera podido hacer jamás conmigo, estoy seguro que todo terminó, lo más seguro es que no volvamos jamás. Además creo que ya lo he aceptado y me parece lo mejor para ella, para que así pueda al fin ser feliz, sólo estoy aquí para cumplir una última charla a la que di mi palabra de asistir, pero ahora ya sin convicción ni esperanza alguna.

_Yo dudo que te sea tan sencillo terminar con todo y te puedo asegurar que no la vi feliz. - contestó ante mi asombro - Yo la vi mirándonos mientras charlábamos y te aseguro que ella aún siente algo por ti, no sé qué puede ser, ni el alcance de esa mirada, pero sí que te puedo asegurar que no había indiferencia ni desprecio sino todo lo contrario, no le eres indiferente.

_Tal vez sólo es confusión o apego a algo que ya no existe. Pronto se dará cuenta de que sólo es alguna ilusión y se enfrentará a la realidad de que ni ella ni yo podremos seguir.

_Así que entre ustedes todo ha acabado.

_Yo estoy seguro de que sí.

_Pues si todo ha acabado... creo que no hay motivo para que nosotros no podamos divertirnos un poco... ¿no crees?

Dijo todo esto mientras se acercaba más a mí hasta que empezó a besarme tiernamente. Creo que la historia que le conté había tocado su lado romántico y eso en unión con unos cuantos tequilas que nos habíamos tomado la volvieron mucho más cariñosa y desinhibida.

Mis manos pronto se enfilaron hacia sus piernas, su piel tersa y bastante más joven me hacía recordar tiempos pasados. Pronto nuestros cuerpos estuvieron recostados y fundidos en uno, besándonos sobre el sillón; mis manos se habían dirigido directamente a ese precioso culo que según la posición adoptaba se me presentaba completamente irresistible. Vanessa comenzó a sacarme la camisa, al tiempo que yo luchaba con su blusa. En un abrir y cerrar de ojos estuve con mi torso desnudo mientras ella aún tenía un sexi sujetador, donde se mostraba apenas coqueto un tatuaje de signos chinos que a pesar de mi estancia jamás creo que reconocería.

_Que bello tatuaje... - le dije mientras besaba el borde de uno de sus pechos, mientras una rosa se mostraba pintada sobre su piel- Te ves muy sexi con él.

_Pues el tuyo no se queda atrás... pero te debió haber dolido mucho - me dijo mientras acariciaba mi hombro derecho donde desde hacía tres meses una garra de dragón estaba tatuada con tinta y fuego sobre mi piel - ¿Con que te hiciste estos simbolos? Y ¿qué dicen?

_Mi maestra uso plantillas de hierro, me lo pusieron al rojo vivo... - dije mientras liberaba sus pechos del sujetador, dejándola completamente desnuda de su torso.- es el nombre de una mujer…

_Yo lloré cuando me hicieron este... tú debiste haber estado gritando como loco...

_No moví ni una pestaña... - mentí descaradamente mostrándome como un hombre de acero, aunque si hacía memoria no recuerdo haber emitido ni siquiera una queja, pero el dolor si lo recordaba.-

_Mientras Vanessa estaba fascinada con mi tatuaje, yo me encargaba de desnudarla por completo, pronto estuvimos libres de toda la ropa y recostados en el sillón besándonos muy tórridamente.

_Aquí tengo algo casi igual de caliente... listo para ti - dije mostrándole como mi polla se encontraba ya completamente erguida y lista para una contienda que apuntaba a ser apoteósica.

Dicho eso, la preciosa rubia se abalanzó a mi entrepierna para devorarme. Sentir sus labios y su cuerpo era delicioso. Pese a su juventud Vanessa era una maestra en el arte de chupar una polla, por unos momentos aplicó toda su pasión en un intento por conseguir que me corriese, pero eso estaba muy lejos de suceder, aunque ella no lo sabía.

_Ven... ahora me toca a mí... - le dije mientras ganaba posición entre sus fuertes muslos. -

Chupe con lentitud y dedicación, mis dedos recorrían su conchita delicadamente, presionando en puntos estratégicos de su vulva, lamiendo sus labios y mordiendo su clítoris, todo muy lentamente y en una secuencia que había aprendido en los últimos meses. Pronto pude sentir como el cuerpo de Vanessa no podía soportar el placer y se convulsionaba entre espasmos.

_Me cooooorrroooo.... - gritaba cuando presionaba con mi dedo la entrada de su culo mientras mi boca succionaba uno de sus labios internos.

No abandoné mi labor pese a este primer orgasmo, quería hacerle ver las estrellas, lo que en el lejano oriente aprendí a descubrir en una mujer. El segundo orgasmo llegó en la mitad del tiempo que el primero, y dejó a Vanessa completamente agotada mientras su respiración entrecortada se iba recuperando poco a poco. Por mi parte esto apenas si había comenzado.

Me incorporé de entre sus firmes muslos y forzando su cuerpo para que quedara soportado por su cadera mientras disponía la mía para poder penetrarla. En esa posición su pierna quedaba de costado, en un ángulo justo para potenciar sus sensaciones mientras que su torso se mostraba accesible a mis manos y a mis labios. Firmemente sujeté sus pezones entre mis dedos, al tiempo que penetraba por primera vez su joven cuerpo, ella me miró con ojos de incredulidad, sabía lo que estaba sintiendo y no lo podía creer.

_Vas a matarme de gusto...

_Y morirás sonriendo...

Mis palabras se mezclaron con el vaivén que mi cadera y mis manos daban a su cuerpo, no sería un mete y saca furioso como el que seguramente ella estaba acostumbrada con sus jóvenes amantes, esto sería mucho más lento, pausado... brutal.

Yo sabía que en esa posición y con un correcto movimiento de mis caderas, ella recibiría un masaje directo a zonas erógenas que ni ella conocía que tenía, el placer sería continuo pero no podría llegar al orgasmo, siempre estaría a punto pero jamás lo haría si yo no movía mi pelvis más rápido, y estaba claro que yo no lo haría hasta que ella suplicara... y por supuesto que diez minutos después lo hizo.

_Por favor... por favor... no me tengas así... dame más... dame maaas - me decía ya una desecha Vanessa que trataba de mover su pelvis en dirección contraria a donde debería, mientras yo la miraba completamente extasiado con el sufrimiento sexual que su joven cuerpo estaba experimentando.

_¿Quieres correrte?

_Siii, Siii por favor... por favooor...

_¿Si te hago correr me dejarías probar tu culito?

_Lo que quieras... pero... no me tengas así... -dijo mientras sentía como mi pelvis se balanceaba un poco más frecuentemente, lo suficiente para aumentar su delirio y no hacerla correr-

_Entonces es un trato mi amor...

_Si... si... lo que quieras...

Incluso con aquella rendición no incrementé más mi movimiento, debía mantenerlo lento y pausado pero había hecho un trato y debía cumplirlo por lo que pellizqué con mi mano derecha uno de sus tensos pezones al tiempo que introducía un dedo completamente húmedo con mi saliva en su culito. Eso hizo que su cuerpo reaccionase y alcance un orgasmo terriblemente fuerte, incluso llegó a mojar todo el sillón con los fluidos de su coño.

Vanessa ya no podía ni gritar, únicamente contrajo su cuerpo sin poder dejar de tensar todos sus músculos, su rostro reflejaba el dolor y el placer de tener un orgasmo de tal magnitud, tal vez sea el único tan fuerte que haya tenido hasta hoy, por lo que seguramente me guardará en su mente, en su recuerdo por siempre. Estaba seguro de que ella jamás había experimentado algo así y tal vez nunca más lo hiciese.

Mientras la pobre chica se recuperaba de aquel orgasmo, aproveché para enfilar mi polla directamente a su culito, que aún permanecía perforado por mi dedo índice. Lubriqué aún más mi polla con un poco de saliva que la misma Vanessa me entregó gustosa al sentir mi dedo justo en la comisura de sus labios. Pronto la punta de mi verga estuvo completamente lista y firme para penetrarla cuando, un poco recuperada, vi sus ojos que suplicantes me pedían piedad.

_No me lo hagas muy fuerte... - avanzó a rogar Vanessa mientras sentía como deslizaba mi polla por su cerrado culito -

Seguramente lo había entregado en muchas otras ocasiones, pero a pesar de ello pude sentir la estrechez del mismo, que me aprisionaba fuertemente. Ahora había puesto sus piernas sobre mis hombros mientras con las mías levantaba su cadera hasta el punto de contacto más profundo que podía.

Mis manos libres se deslizaban por todo su cuerpo, pero pronto encontrarían el perfecto punto para hacerla explotar por última vez en la noche. Con una mano sujeté las suyas, sosteniéndola cada vez que la penetraba, al tiempo que mi otra mano afianzaba su muslo justo unos centímetros arriba de su entrepierna que debido a la corrida anterior se mostraba completamente húmeda.

El vaivén de mi cuerpo se fundió con el suyo y pronto llevábamos el mismo ritmo, lento y compasado, capaz de llevarla nuevamente al punto de paroxismo, de placer y ansiedad que esta posición le causaba. Aunque algo forzado para mí, resultaba completamente placentera para Vanessa, que pronto estuvo gritando del placer que recibía nuevamente. Otros treinta minutos estuvimos cambiando nuestras posiciones con algunos otros malabares que yo había aprendido en mi viaje a China, en los cuales tampoco dejaba que Vanessa alcance el orgasmo, pese a su insistencia.

Al final ya tras cerca de una hora más, decidí hacerla llegar nuevamente al orgasmo, pero esta vez yo mismo terminaría esta noche con una intensa corrida en el culo de mi amante. Sin aumentar apenas la velocidad de mis penetraciones, nuevamente pellizque sus pezones al tiempo que mordía su oreja, cosa que con seguridad hizo que estallara finalmente en el sumun de los orgasmos, la situación placentera jamás vivida, la que dejaría a esta tierna niña totalmente desecha por esta noche.

Sus gemidos eran ansiosos y completamente guturales, pero el final hizo que todo su cuerpo nuevamente se contraiga de forma completa, sus muslos, sus brazos, su rostro y principalmente su culo se tensaron haciéndome saber que la chica había alcanzado el clímax total, momento en el que apuré mis movimientos para finalmente terminar muy dentro del culo de esta preciosa chica. Unos minutos más tardó en recuperar la consciencia, cuando finalmente me pudo mirar con claridad, pude ver lo satisfecha que estaba, haciendo que por mi parte quede también contento con mi obra.

_Me has dejado muerta... no puedo más...

_Esa ha sido siempre la idea... que lo disfrutes.

_Dónde has aprendido a hacer eso... ha sido fantástico... Si yo hubiera sido tu esposa, jamás te hubiera dejado libre.

_Cuando tenía esposa nunca había hecho algo así ni tan siquiera parecido.

Al final el cansancio y el placer nos hicieron dormir hasta el siguiente día en que pese a que hubiera seguido follándome a aquella preciosa niña, ella dejo por sentado que ya no podía más. De todas formas la misma noche del sábado repetimos nuestra sesión de sexo tántrico que tan bien había ensayado durante los últimos meses y que como todo un buen alumno había aprendido y llevado a la práctica de forma exitosa.

La tercera semana, desde que había regresado, empezaba; y aquel domingo me despedí de la chica para regresar a mi departamento cuando en la puerta de la casa me encontré con Susana que al verme claramente se dio cuenta de que no había pasado el fin de semana en casa. Creo que su intención al inicio fue la de retarme como a un niño que se comporta mal, pero al final creo que lo entendió, si era libre había que serlo con todas sus consecuencias.

La semana pasó de igual forma sin pena ni gloria, con Vanessa había charlado un par de veces por teléfono y nada más. De Por mi parte terminé de entregar todas las cosas que tenía pendientes en mi empresa y me despedí de todas las personas con las que había trabajado ya tantos años. Regularicé mis cuentas y vendí todo lo que realmente tenía a mano, había llegado el momento de salir del departamento donde había estado viviendo hasta ese momento, ya no resultaba conveniente y podía llegar a causar más problemas que otra cosa.

Me mudé a un hotel cerca de donde vivía, tan solo sería por una semana, lo que al final no me preocupaba tanto. Justo cuando había procedido a instalarme en el hotel recibí nuevamente una llamada de Susana, yo no había querido comentarle nada antes de dejar de vivir en el departamento ya que no quería darle opción a que pudiera intentar nada extraño, por lo que apagué mi teléfono durante los días que hice el cambio y no contesté a nadie.

_Hola Esteban… ¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado contigo? ¿Por qué no contestas mis llamadas?

_Hola Susana, salí del departamento, ahora estoy viviendo en un hotel a dos cuadras del edificio y he estado muy ocupado con el traslado. Cuéntame, ¿qué ha pasado? ¿Cuál es la emergencia?

_Pero… bueno conozco el hotel… voy para allá, necesitamos hablar urgentemente.

Nos encontramos en el lobby del hotel que, al no ser demasiado grande, tampoco permitía un lugar tranquilo para charlar por lo que al final salimos en busca de un café.

_Por Dios Esteban, ¿por qué no me has contestado estos días? he estado muy preocupada por ti, he querido conversar contigo y ahora me encuentro con que has dejado el departamento y además me entero que has renunciado a tu trabajo. ¿Qué está pasando contigo?

_Pues no ha sucedido nada imprevisto, ya lo tenía pensado todo esto. Mira Susana, mi salida del departamento tan solo es una contingencia, si las cosas no se arreglan con Cristina pues yo me quedo aquí en el hotel hasta ver que hago, no quisiera tener que salir después de hablarlo con ella. De lo referente a mi trabajo, pues creo que puedo tener otras oportunidades en otro sitio y bueno ya era tiempo de un cambio.

_Hablé con Cristina hace unas horas y ella también está muy preocupada por ti, me ha suplicado que contacte contigo y que averigüe todo lo que sucede... Esteban, todo lo que me dices no tiene sentido a menos que quieras abandonarlo todo, estás por arreglar las cosas con Cristina pero al mismo tiempo dejas tu trabajo de tantos años y donde eres muy respetado y querido, también has dejado el departamento donde vives con ella para irte a un hotel, sin pensar que lo más probable es que ella venga nuevamente a vivir contigo... ¿Qué quieres que piense?

_Te entiendo pero también quiero que consideres mis razones, ya no quiero sorpresas ni pruebas, realmente si las cosas no funcionan y mi relación con Cristina no prospera, yo no me quiero quedar como un idiota sentado en una vereda llorando porque el amor de mi vida se fue con otro. También he hecho algunos arreglos para reinventarme y seguir adelante, si alguna vez me dijiste que sea valiente y enfrente los cambios con positivismo, ahora a eso le agrego que sea realista y que piense, que tenga claro que la vida seguirá con o sin Cristina.

_Yo he pensado mucho en esto Esteban y considero que lo que te sucede es que lo estás organizando todo para huir, lo tienes todo preparado para escapar de todo y de todos y tal vez volver a China. ¿Te has planteado siquiera la posibilidad de que para poder seguir con Cristina aún tengas que luchar por ella? Yo creo que no, que tú has venido directamente a dejarlo todo atrás y marcharte cuanto antes, que no piensas ni tienes una mínima motivación para seguir con Cristina, pero tampoco tienes el valor para dejarla y lo que quieres es que yo haga de juez y así no responsabilizarte de las cosas que estás haciendo.

_¿Y para ti qué crees que signifique luchar por alguien? ¿Acaso deberé suplicarle e implorarle que me acepte nuevamente en su vida? Pues no, no voy a hacerlo. Si por el contrario piensas que debo pedirle perdón por tantos malos ratos y escenas que le arme, en eso si te doy la razón y estoy más que listo a pedírselo pero no me pidas que no piense en la opción de que ella decida quedarse con su famoso fotógrafo, no me creas tan ingenuo para pensar que ella ya no querrá vivir conmigo y prefiera a su novio, la vi en la fiesta y estuvo claro que ella estaba feliz… sin mi… ¿Para qué quieres cambiar eso?

_Basta Esteban, no creo que puedas ser tan... tan... mmmm.... mejor déjalo así y ten fe en ti mismo, seguro que tu esposa cree más en ti que tú... Pero hasta nuestra reunión no puedo decir más… había algo más que quería pedirte, conversé con Cristina y aunque le pedí que podamos ya terminar todo este mismo fin de semana, me ha pedido que por favor espere hacerlo hasta dentro de dos semanas, me pidió que ni esta ni la siguiente semana es un buen momento por lo que te ruego que dejes de pensar en estupideces y esperes dos semanas más, estoy segura que en este tiempo todo quedará claro y se podrá solucionar todo.

_¿Te dijo el motivo de la espera...? No me parece lógico… - pensé que hacerlo me supone un problema para mis planes de futuro aunque en el fondo no me importa esperar un poquito más.

_No me lo dijo claramente, pero me indicó que tenía algunas preguntas que debía responder antes de nuestra reunión… Esteban por favor no quiero que pienses en cosas que no son, seguro que está algo inquieta por tu comportamiento o tal vez está tratando de arreglar su situación con Julio, pero ten por seguro que ella tiene muchas expectativas en la reunión que vamos a tener y me ha suplicado que te diga que no vayas a creer algo que no es o que pienses que no está ya interesada en arreglar las cosas entre ustedes, por lo que me sumo a esto y te pido que ya dejes de pensar cosas que no son y te concentres en mejorar tu matrimonio que estoy segura que saldrá más fortalecido tras todo esto.

_Esto daña algunas cosas que tenía previstas... - dije pensando en el boleto de avión que tenía ya listo para la semana próxima - pero si crees que eso puede ayudar, yo estoy dispuesto a esperarla. Aunque creo saber el motivo de su espera...

_¿Y cuáles crees tú que es?

_Tú los sabes también Susana... Ella está dudando si quedarse con el fotógrafo o volver conmigo... Pero está bien, la comprendo aunque seguramente la decisión sólo es por los buenos tiempos que hemos vivido...

_Tal vez me equivoque - dije mostrándome muy serio- pero qué más podría ser... No intenten nuevamente jugar conmigo Susana... ya no estoy dispuesto a pasar ni una más, se los advierto.

El tiempo que esperaría a Cristina, dañaba muchos mis planes, pero creo que internamente me entusiasmé al tener estas semanas más, supuse que Cristina habría tenido ese lapso de duda, internamente creo que me alegré ya que al menos estaba pensando seriamente que regresar conmigo era una opción y que tal vez sí tenía una oportunidad de volver a vivir con ella. Aunque claro aún tenía que contarle a ella todo lo que había vivido en China y escuchar lo que ella tendrá que decirme, por lo que seguramente las cosas no serán tan fáciles.

_¡Esteeeeban... qué poco crees en Cristina! Entiendo por lo que me dijo que hubiera querido hacer esa reunión hoy mismo, pero que necesitaba ese tiempo para poder cerrar un asunto del que estaba pendiente, no quiso decirme qué era pero estoy segura que de lo que se trata es algo relacionado con el trabajo que viene haciendo como modelo junto a Julio y no a que ella piense quedarse con él.

_Está bien Susana, no hay problema... yo esperaré todo lo que haga falta.

Ese tiempo adicional que no esperaba tener me permitió seguir mis rutinas y visitar amigos y familia que no había visto hacía tiempo. Por lo que inmediatamente me puse en contacto con alguno de ellos para encontrarnos y salir a tomar algo. También pensé en Vanessa y las posibilidades que me daba el no tener que responder a nada durante estas semanas.

La semana pasó sin contratiempos a excepción de una llamada de Vanessa que se disculpaba conmigo pero que había arreglado sus cosas con un novio y que intentaría ponerse seria con él, lo que si supo expresarme es que si las cosas no salían como ella pensaba estaba más que segura que me buscaría incluso en el rincón más escondido del mundo para que me la vuelva a follar y algo más si yo quería. No tenía sentido seguir con ella ya que seguro que con su novio las cosas le irán a mejor, por lo que le desee suerte y mucha felicidad.

Durante la semana tuve la oportunidad de viajar unos días para ver a Lixue y a su novio que se habían establecido en una ciudad costera, allí compartimos momentos de ocio y pude ver lo enamorados que estaban, incluso ya pensaban tener hijos en los meses siguientes. Así las dos semanas pasaron volando aunque en mi interior me estaba comenzando a preocupar tanta espera, hasta que por fin Susana me llamó para acordar la reunión con Cristina, algo que me llenó de una desaforada ilusión, de una desmedida esperanza y tristeza a la vez.

La noche del sábado en el departamento de Susana nos encontramos como hacía tiempo lo habíamos hecho siendo un matrimonio. Cristina aún no había llegado ya que yo me anticipé con 15 minutos a la puerta de Susana, la ansiedad, esa angustia por el miedo a ser la última vez que la vería me estaba matando.

_... pasa Esteban estás en tu casa... - Susana me recibió con mucha amabilidad, aunque noté rápidamente un aire de una profunda preocupación en su rostro. - Que bueno que hayas llegado tan pronto, he hablado con Cristina y ella ya subirá en unos minutos... Está aquí en vuestro departamento, esperando a que sea la hora de la reunión.

Me alegré tremendamente de escuchar aquello, ya que mi primera preocupación se disipaba, ella sí vendría a la reunión y no la había cancelado para quedarse con su actual pareja. Seguramente la noche sería muy larga y necesaria para contar todo lo que nos sucedió en el lapso de tiempo que estuvimos separados, enfrentaremos nuestros demonios y veremos si los podremos vencer. Ahora tras tantos meses estábamos nuevamente dispuestos a arreglar todo o mandarlo al demonio. Otra cosa que me sorprendió fue que ella estuviera viviendo ya en nuestro departamento y que ya no se encontraba en casa de su novio, por un instante me supuse que ellos habían terminado y que ella al fin volvía, pero tal vez solo era algo momentáneo, tan solo a la espera de que terminara nuestro encuentro por lo que supuse que volvería con él a la mañana siguiente.

Cuando entró Cristina me dejó completamente impactado, estaba preciosa, irradiaba frescura, transmitía ilusión, aunque modestamente vestida, nada glamuroso como en la fiesta, su rostro lucía maravillosamente esculpido para deleite de dioses mientras su cuerpo era perfecto. Me desprecié a mí mismo por el haber llegado a lo que habíamos vivido cuando no tuvimos más remedio que separamos. Cómo había podido ser tan idiota de perder a esta mujer que encima de todo me había amado con locura un día.

_Estás fantástica... - dije sin ni siquiera pensarlo - ... perdón.

_Gracias... tú también te ves muy bien...

_Entren vamos a sentarnos... que esta noche es muy larga para charlar... -dijo Susana mientras nos extendía una libreta para apuntes y un café - No saben cómo he deseado y temido este momento desde hace tanto tiempo... y ahora que los veo aquí, aún guardo la esperanza de que puedan salir adelante. Ahora quiero que para esta charla tengan la siguiente consideración, vamos a dividir esto en dos momentos fundamentales.

_En el primero, quiero que se cuenten todo lo que han vivido mientras han estado separados, quiero que el uno cuente mientras el otro escucha, sin interrupciones ni reproches y después cambien, tengan en cuenta que no deben guardarse nada, ni situaciones o vivencias y mucho menos sentimientos; quiero que tengan en cuenta algo fundamental, quiero que no se guarden nada con relación al sexo con otras personas, eso ha de ser necesario si realmente queremos que esto quede atrás y puedan avanzar como pareja. Mientras el uno habla el otro podrá anotar todo lo que se dice, sin decir nada, al final podrá hacer las preguntas y aclaraciones que crea conveniente para dejar claro todo lo que aquí haya sucedido, pero mientras se esté contando solamente deberá escucharse. ¿Están de acuerdo? Sortearemos quien empieza.

_Si... de acuerdo

_Claro.

La segunda será una conclusión que cada uno escribirá por separado, donde expondrá al otro sus sentimientos frente a lo que ha escuchado y si realmente piensa que pueden seguir estando juntos. Esto lo leeremos para poder saber si realmente ambos quieren lo mismo antes de que decidan qué hacer, después de ello ustedes serán libres de seguir o no conversando en esta reunión, ya que las cosas podrán caer por su propio peso, ¿están de acuerdo con ello?

_Si... estoy de acuerdo - dije-

_... si... yo también.