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PLACER CULPABLE PARTE ll

en Lésbicos

PLACER CULPABLE PARTE II

Quiero agradecer sus buenos comentarios, los cuales me han impulsado a continuar con esta historia. Trataré de hacerlo lo más continuamente, tanto me sea posible. Y si, sé muy bien porque la mayoría ha decidido leer esta segunda parte, porque quieren saber que paso en ese puto baño, y a pesar de que esto suele ser algo muy personal…lo voy a hacer…

Lana: No espera! Entra, no pasa nada, solo me estoy maquillando.

Yo: si, pude haber dicho no, pero algo en mi interior me obligo y quiso que yo entrara a ese baño…

Al entrar, que simplemente no supe en ese momento por cual motivo desquiciado lo hice, simplemente me  quede parada muy cerca de la puerta, no se, supuse que quizá necesitaría salir rápido. Lana por su parte seguía frente al espejo con un labial rosa pastel sobre sus labios, yo, allí tan solo en silencio, admiraba su rostro sobre el reflejo del espejo, tan tranquila… miraba sus ojos y noté claramente cuando los dirigió sobre mi reflejo, tan rápido como paso eso, desvié la vista en sentido contrario, ella se hecho un pequeña risa interior, le puso la tapa a su labial y se dio vuelta hacía mi.

Lana: Te pasa algo? Parece que te hubiera comido la lengua el ratón, y créeme, yo no lo hice.

Yo: (tragué saliva) ahh no es solo… vas a tardar mucho?

Lana: No, justo he terminado. Sabes? Te ves algo pálida, segura que te encuentras bien?

Yo: Claro, quizá solo estoy algo deshidratada.

Lana: quizá, o quizá tus labios necesitan algo de color, creo que este tono te caería bien – dijo mientras volvía a destapar el labial rosado.

Yo: No creo que vaya muy al tono de mi piel, a ti se te ve bien, pero no creo…

Lana: vaya, además de mala besando también no te va eso de la tonalidad. Si solo es para que te avive el semblante, no para que vayas a recibir tu premio al Óscar.

Yo: Disculpa? Dijiste mala… b e  s ando? – A mi me podían decir cualquier cosa, zorra, maldita perra, envidiosa, engreída, presumida, pero… mala besando, bueno… quizá…Dios…quizá tenia razón ¿tenía razón? Ella se acercó directamente a mí, mientras yo me recorría hasta quedar a tope con la pared.

Lana: Si, eso dije. Al menos que me quieras dar la revancha y hacerme ver como una mentirosa.

Yo: ahh… - en ese momento no supe que contestar, me refiero a, ¿Qué debía contestar? “¡claro si ¿porque no?!” claro que no, estaba aterrada, pero indispuesta a pararla. Me tomo de la barbilla y levanto mi rostro a la altura que ella necesitaba para tener mis labios frente a su rostro, lentamente acerco el labial a mis labios, y justo cuando estuvo a punto de bordear ese suave rosa contra mí, paró.

Lana: mmmm ¿sabes que? Que quizá tengas razón, este color no va muy bien con tu tono, me soltó y se dio media vuelta de regreso al lavabo, donde abrió una pequeña bolsa y saco un nuevo labial, regreso frente a mi y lo destapo, girándolo y haciendo ascender un color rojo tan parecido al de una rosa roja. - ¿Qué tal este? ¿Te gusta más que el anterior?

Yo: va con mi tono…

Lana: De acuerdo, rojo será, rojo obtendrás… - En este momento sin tan siquiera predecirlo se puso el labial rojo sobre sus labios y me dijo directamente mientras me miraba a los ojos “¿Por qué no lo hacemos algo mas interesante?” sin comprender muy bien en ese momento a que se refería, me tumbó contra la pared y simplemente me besó, puso su mano derecha sobre mi nunca y me empujo hacia ella, invitándome a seguirle el juego. - ¿Demuéstrame que no eres tan mala besando Romina? – Dijo en los pocos segundos que tenia para tomar aire, yo… le obedecí y puse amabas manos sobre su cuello haciendo presión hacia mi, en cada besó ella intentaba introducir su lengua en mis boca, yo no la dejaba, y como si supiese eso, con su mano izquierda puso su palma sobre mi… glúteo, trasero, como quieran llamarlo, pero puso su mano allí, y… lo apretó, porque como recordaran, llevaba traje de baño. En ese momento sentí un fuerte escalofrió que me recorrió de cabeza a pies y de pies a… allí… con ese temblor que me llego por todo el cuerpo, dejé de forzar tanto los labios y ella por fin metió su lengua sobre mi boca. Ella sonreía como si hubiese ganado, que fue lo que hizo, comencé bajando mi mano derecha lentamente sobre esternón, pasando entre medio de sus perfectos pecho, recorrí con la mano todo su vientre hasta llegar a la altura de su vagina, ella bajo rápidamente su brazo izquierdo, me tomó la mano y la raboto directo a la altura de mi cabeza, dejó de besarme y me volvió a sonreír.

Lana: De acuerdo, tus ganas, admito que me equivoqué, y que no besas tan mal – En ese momento me encontraba en un estado de transición entre el paraíso y la realidad, sacaba pequeños bolos de aire a la vez que tragaba mucha saliva.

Yo: Sueles besar a muchas chicas?

Lana: algunas, tu no?

Yo: no

Lana: Pues te pierdes de mucho – me soltó, recogió el labial que había terminado en el suelo y se dirigió hacia el lavabo donde metió todo en la pequeña bolsa, camino a la puerta y la abrió. Ammm Romina?

Yo: si?

Lana: Tenias razón, ese tono se te mucho mejor.

Salió del baño y me dejo, tan deslazada, mi piel, mi cuerpo!!! Estaba tan caliente y tembloroso, me puse frente al espejo y noté mi rostro todo enrojecido. Todo eso que creía que había pasado, tan solo habían sido unos minutos, respire hondo y me mire a los ojos, y me pregunté ¿Quién era esa mujer? No lo sabía, me desconocida totalmente, ¿ que había hecho? Había besado a una chica, y me había gustado tanto, había besado a Lana Dalirii y lo había hecho, lo había logrado, me había excitado estando con ella. A diferencia del beso en el juego de la botella, en este, yo, yo la había besado a ella con la más sublime intención de hacerlo. Respiré, cerré lo ojos, y me toqué la frente con ambas manos. En ese momento no podía describir a ciencia cierta como me sentía, pero lo que si sabia, era que me sentía atemorizada, y muy culpable. Salí del baño y me dirigí rápidamente a buscar a Ryan o Juan, cualquiera que me pudiese llevar a casa, a pesar de todo, no deseaba encontrarme con Lana; para mi suerte encontré a Juan, quien decepcionado por no haber tenido sexo aun me ofreció llevar a casa.

Al llegar a casa se encontraba mi papá en su oficina, yo con algo ya puesto le avisé que había llegado, me pregunto que como me había ido, a lo que yo le dije que, normal, como suele ser cada fin de año.

Aquella noche no me paraba de dar vueltas la cabeza, repitiendo una y otra vez como una cinta, aquella escena, al pensarlo me excitaba tanto, lentamente comencé a frotar mi mano sobre mi short, arriba de mi vagina, se sentía tan bien, tocar y recordar. Metí mi mano debajo de mi ropa interior mientras dejaba salir un ligero gemido y abría la boca dejando salir todo mi aliento, comencé a calentarme tan rápido, me sentía tan mojada… basta! Saqué la mano, me detuve y me senté rápidamente, espera!!! Me dije interiormente, porque?…¿Me estaba masturbando y excitando mientras pensaba en una chica? Yo no hacia eso… tan rápido me paso por la mente eso, me puse de pie, me quite todo la ropa y corrí directo al baño, abrí la regadera y me deje mojar por todo esa agua helada que caía a chorros. Debía olvidar eso, dejarlo atrás, no tomarle importancia, quizá en el mes que tenia para regreso a clases todo simplemente pasaría, y lo olvidaría, si! E eeeso pasaría, estaba segura.

A la mañana siguiente traté de replantarme cual seria el plan, yo no era lesbiana, pero también era, que pena decirlo y aceptarlo, era virgen. Si, aunque suene sacado de un cuento de la zorra virgen. Esa era yo. Si había estado con varios, alguna cantidad considerable de hombres, pero jamás había llegado hasta aquel punto. Al principio supuse que era miedo, miedo a el dolor, a lo que sea que se siente cuando un hombre te penetra, pero… termine, por querer tener una excusa clara, de que para tener sexo yo, necesitaba estar enamorada, si, suena absurdo; se supone que solo es sexo y ya, pero eso de esperar a la persona indicada, no se me hacia tan bizarro. O quizá… si era lesbiana… No! como me podía pasar por la cabeza semejante cosa. Todos en el colegio pensaban que yo era una mujer experimentada, en incluso muchas chicas me llamaban zorra, pero todo eran chismes, chismes que deje sobrevivir, como un virus, como una plaga. Los besos que había tenido con aquellos chicos, jamás me habían parecido especiales, incluso me llegaron a incomodar, la primera vez que un chico me beso, no sentía nada, supuse que era porque, como el si sabia besar yo quedaría como una tonta, la segunda vez simplemente trataba de escapar y así… con el tiempo me fui acostumbrado, jamás había sentido esa corriente cuando se besa a alguien… no hasta que había besado a Lana ¿Por qué? Ahhh la cabeza me daba vueltas, esa idea recurrente me dejaba sin más ni poder. Este seria el plan, perdería mi virginidad en estas vacaciones, con un hombre… quizá y solo así, llegaría a poner las cosas en claro. No había otra manera. Pero incluso el hecho de pensar en eso, me hacia recordarla.

Aquellas vacaciones me había quedado sola, con eso me refería a sin Juan y sin Ryan. Juan con un viaje a casa de sus primas y Ryan a una reunión familiar extensiva. Así que no habría nadie que me detuviera o me mantuviera alejada de mis planes, y si, lo que iba a hacer durante ese mes me ponía los pelos de punta, me aterraba. Pero en ese verano, en ese verano si seria mi primera vez, pero no como me lo tenía planeado, ese verano, tendría incluida la palabra Lana.

Espero sus comentarios, sus puntos de vista, replantéense mi situación y sin más que decir, no leeremos por aquí muy pronto. Besos.