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La Hija Del General Parte II

en Lésbicos

 

 LA HIJA DEL GENERAL PARTE ll

29 Marzo 2012, Base Militar Brindis XVII. Washington.

¿Hey Cuánto tiempo ha pasado? Tenía bastante desde que no escribía en esta bitácora, esta nueva experiencia me ha consumido todo el tiempo… ¿Qué fue lo ultimó que escribí? Así, lo de mi primera noche en la academia… será mejor que les cuente el resto.

…Me puse de pie tan rápido como me fue posible, arrojé el objeto plastificado entre la maleta abierta de ropa limpia (estúpida), me puse la ropa en un abrir y cerrar de ojos y me dirigí para abrir la puerta. Justo en frente se encontraba una de las encargadas de pasillo.

-¡Buenas noches! ¿En que puedo ayudarla? – dije mientras intentaba normalizar mi respiración.

-Realmente en nada. –dijo a secas. – ¿te encuentras bien? …estas algo agitada.

-¿Qué? Ah no, es solo que estaba haciendo algo de ejercicio, es todo. -Justo cuando me hizo gesto de pocos amigos se movió de lado.

-Esta es Akemi, tu nueva compañera de cuarto. – voltee para mirarla, era una chica japonesa con rasgos no tan marcados, quizá con padre o madre estadounidense.

-Pero mi padre…pensé que había hablado respecto a los compañeros de cuarto…

-Así es, pero no prometí nada, además esta es sobrina de la secretaria de defensa, así que tú padre es nada contra su palabra. – se dio media vuelta y se marchó rápidamente. Akemi paso adentro y volteo hacia mi.

-Hagamos esto… yo no te molesto, tú no me molestas y hacemos como si yo no estuviera aquí. Así puedes sentirte como si estuvieras sola para poder hacer tus “ejercicios” con tranquilidad. –me miro con indiferencias mientras miraba fijamente hacia donde estaba mi cama, voltee para ver de que se trataba, sentí un vergüenza total cuando note que el estúpido vibrador del consolador se había activado y vibraba entre la ropa, era casi inaudible pero ella lo había notado. Corrí hacia la maleta para apagarlo, mientras ella me decía. “Aunque dudo que yo me pueda sentir sola con alguien tan descuidada como tú”.

A Pesar de la simple compañía Akemi y yo creamos algo así como compañerismo necesario y obligatorio pero de alguna manera positivo, ella hacia sus cosas y yo las mías sin molestarnos la una a la otra.

                                                                                                                                                           

Una de las mañanas libres, que son muy pocas, salí temprano a correr un poco. Cada vez lograba tener mejor condición así que obviamente cada vez llegaba más lejos, esta vez llegue hasta el área deportiva donde asistían hombres y mujeres. Tan rápido como pude descansar llegué a un árbol y me senté para tomar un poco de aire, me quedé allí unos minutos mientras observaba a los chicos jugando con un balón. De pronto me asustó cuando una voz me retumbó al lado.

-Así que eso hacen las chicas soldado en sus tiempos libres… ¿observar chicos? Eso más bien me parece acción de cualquier mujer, ¿no puedes hacer algo más interesante? Como ratas con un rifle.

-¿Qué demonios estas haciendo tú aquí? –Le dije a Ania mientras me ponía de pie.

-Mi padre que aún tiene dos piernas trabaja aquí… ¿lo has olvidado?

-¿no tienes algo más importante que hacer que ofender a las personas? No sé, quizá como… pintarte las uñas o mirar alguna pasarela por televisión.

-No sé por que te enojas tanto, si quizá muy pronto seamos, cuñadas.

-¿disculpa?

-ayer vi a tu hermano hablando con mi padre, después lo invitamos a cenar y digamos que pienso que es un buen partido.

-Pues yo no creo que mi hermano quiera una princesa de papel cuando ha tenido novias de verdad. – se me acercó a unos 15 cm.

-Yo soy más real de lo que te puedas imaginar. Además apuesto que le intereso mucho a tu hermano, sino, pregúntale este fin de semana ya que si no más recuerdo, lo van a tener libre. Aunque si fuera tú aprovecharía este fin de semana para irme a divertir un poco, estar encerrada debe de tenerte muy estresada. –se dio comenzó a alejar de mi – Por cierto, me saludas a tu compañera de cuarto, no había tenido tiempo para decirte que te la envié yo, era para que no estuvieras solita, chao, cuídate.

Esa maldita perra, hacía que me hirviera la sangre, gracias a Dios era buena controlándome.

Relativamente en la semana no paso nada interesante, además de una visita de mi padre para decirme que él y mi hermano iban a estar fuera del estado en fin de semana, y que si quería ir a casa me dejaba las llaves. ¿Irme a casa para quedarme sola? Como sea aquí en la academia quizá se quedarían algunas con las que podríamos planear algo. Para mi mala suerte Akemi y todas las chicas de mi pasillo decidieron irse, me quede muy sola.

El mal clima también se hizo llegar, desde la mañana del sábado comenzó a llover sin parar, me preparé un café y decidí leer alguno de mis libros incompletos, así hasta que se hizo de noche y me quede dormido. No era muy tarde cuando uno de los trueno logró despertarme, quise volver a dormir pero hubo algo que llamo mi atención rápidamente, era el ruido de un coche atorado en alguna zanja de lodo. Me levanté y asomé por la ventana para darme cuenta de que un coche negro aceleraba continua e inútilmente para lograr salir de un enorme charco de lodo que se encontraba en el paso principal de la academia. Me puse rápidamente las botas y un impermeable para salir. La lluvia arreciaba junto con el fuerte viento, me dirigí a tropezones para ver si podía ser de alguna ayuda al conductor.

Sin hacerlo bajar del auto le hice unas señales para que se diese cuente que pensaba ayudarlo, como pude tomé un montón de rocas y comencé a tirarlas detrás de las llantas traseras, al principio parecía inútil, pero de un momento a otro la llanta agarró una roca, dio un arranqué y salió del agujero de lodo. El coche aceleró llenándome todo el impermeable de lodo, como pudo logró llegar a la zona privada donde se estacionan los coches de las personas con cargos importantes. Le seguí para poder quitarme el impermeable, ya que allí caía agua. Cuando llegué cerca del coche, este se abrió; lo primero que vi fue una zapatillas roja para seguir con una muy bonita pierna. No sé que me dio más coraje, darme cuenta de que estaba tenia toda la cara cubierta de lodo ó… que la pierna fuera de Ania.

-Si hubiese sabido que eras tú, no hubiera gastado mis fuerzas ni ensuciado mis botas e impermeable.

-Sorry, lo hecho…hecho esta. Además no pedí tu ayuda, con algún soldado guapo y musculoso me hubiera conformado.

-¡Caray!, Perdón por ser yo…además ¿Qué demonios haces a estas horas aquí?

-ese no es tu asunto.

-¿sabes que? No me importa. –caminé hacia la esquina del edificio dejándola sola, no quería escuchar su voz irritante. Me quite el impermeable y comencé a lavarme la cara con un pequeño chorro que caía de una canaleta. Sin embargo, su voz me siguió hasta cerca de mí.

-vine por unos papeles que olvidé en la oficina de mi papá.

-y yo te dije que no me importa. –le dije mientras le daba la espalda.

-Ahora me vas a decir que no te alegra verme. –murmulle.

-Tienes todo el pants mojado. –Por un momento que entumecí pero después la ignoré y seguí limpiándome.

Ella se acercó sin decir nada, tan cerca que podía sentir su calor detrás de mí, después se acercó aun mas hasta que sentí su cuerpo junto al mi, puso sus brazos alrededor mio, tomó agua de la canaleta y comenzó a limpiarme los brazos. No dije nada en ese momento, no supe como reaccionar, luego volvió a tomar un poco de agua; me levantó un poco la camisa por atrás y comenzó a limpiar mi espalda baja con su mano , lo que me hizo dar un pequeño espasmo por lo frio de su mano. Pude sentir su mano entera pasar por mi piel, sus dedos presionaban fuerte pero con la suavidad que caracteriza la sutileza de una mano femenina. Cerré lo ojos de alguna manera comencé a disfrutar ese momento, comencé a sentir el agua entrar dentro del pants, y de repente metió toda la mano. Abrí rápidamente los ojos, tomé su mano y la saqué. Me di la vuelta y a pesar de que quería dejar salir un ¿Qué estas haciendo? Pero no lo hice. Sólo estaba allí, frente a mi, yo tomándola de la mano y ella mirándome de una manera espectral. Se acercó nuevamente hacía mi, con su cuerpo aventó el mio hasta que tope con la pared, la tenía a unos cuantos centímetros frente a mi rostro.

Con la otra mano comenzó a tocar mis labios, metió el dedo índice entre ellos obligándome a abrirlos, empezó a acercarse mucho más hasta que el vapor que salía de nuestras bocas comenzó a entrar de una boca a otra. Nuestros labios se tocaron levemente cuando escuchamos un camión que se acercaba. Las luces se acercaban, la jalé y nos escondimos del otro lado de la esquina para que no nos vieran, justo allí caía el agua, comenzamos a mojarnos.

-quiero ir a un lugar donde no este mojado – me exigió. La tomé del brazo y comenzamos a correr debajo de la lluvia hasta que llegamos a los pasillos de las habitaciones, la dirigí directamente hacia mi habitación. En cuanto llegamos empujó contra la mesa, me senté sobre ella y deslizo sus manos sobre mi cuello, tomó mi cara con ambas manos y la jaló hacia ella, me tomó por el cabello y metió su lengua directo en mi boca, movía  su lengua por toda mi boca, nuestras lenguas comenzaron a bailar enredadas. Luego la sacó y me quitó la camisa tirándola al aire. Tomó mis pechos con ambas manos y los observó por unos cuentos segundos, me miró directamente a los ojos, bajo lentamente sus manos hasta mi cintura y comenzó a besar mi abdomen. Yo agarraba con la mano izquierda su cabello mientras me sostenía con la derecha, después se volvió a poner a mi altura, me tomó de la mano y me llevó hasta la cama, me tumbé y ella permaneció parada, se sentó a mi lado y se recogió el pelo enseñándome el cierre del vestido, me senté y comencé a correrlo hacia abajo, primero su espalda quedo descubierta pase mi mano, me hinqué arriba de la cama y besé su cuello mientras acariciaba su espalda.

Ella misma termino quitándose todo el vestido, se subió a la cama y desabrochó mi brasier, después hice lo mismo, todo su cuerpo tenia pequeñas manchitas marrones casi invisibles que sólo se lograban ver a la distancia que yo la tenía, sus pezones se veían duros, así que no dudé en tocarlos, y si, estaban muy duros. Volvió a acercarse para besarme una vez más, comencé a deslizar hacia abajo sus bragas, ella se sentó para que pudiera jalarlas completamente así que me puse de pie, y allí mismo me baje las mías. Ahora me encontraba desnuda frente a ella y ella desnuda sobre mi cama. Me miró con tanta lujuria y así sin más abrió las piernas, como pidiéndome que lo hiciera, pero yo no sabía como. En ese momento no me importo no saber, el instinto me llevo directamente a poner mi cabeza en medio de sus piernas, me acariciaba mientras yo intentaba iniciar aquel acto desconocido. Ambas nos asustamos cuando una llave entró en la puerta y la perilla giro abriendo la puerta. Ambas volteamos mirando desconcertadas. Cuando vi quien era me alegre de que no fuese un sargento o algo así, quien se encontraba perpleja en la puerta era Akemi. Como no asombrarse, dos chicas desnudas y una de ellas con las piernas abiertas…cerró la puerta con seguro y volteo nuevamente a vernos, se quedó allí por un par de segundos mirándonos, se dirigió hacia nosotras  y me aparto, se acercó directamente hacia el sexo de Ania, la tomó de las piernas y comenzó a lamerla. Me asombré tanto de lo que estaba viendo, más o igual que Ania. Ania se acostó por completo y empezó a tocarse los pechos desenfrenadamente, verlas a las dos comenzó a excitarme tanto que de pronto me sentí toda mojada. Camine hacia Akemi y esta seguía metiéndole toda la lengua en el sexo, así que poco a poco y como pude empecé a quitarle toda la ropa a Akemi, primero desabroche los jeans y los jale al mismo tiempo que le quitaba los zapatas…así hasta dejarla completamente desnuda. Ania se encontraba sobre la cama y Akemi incada sobre el suelo, lo cual me permitió comenzar a acariciar sus muslos, sin embargo, me moría de ganas de hacer lo que ella le hacia a Ania.

Akemi se puso de pie y se dirigió hacia su armario, Ania se puso de pie y me tiró allí mismo en suelo, puso mis piernas sobre sus hombres y metió su cabeza entre mis piernas, cuando sentí su lengua en me sexo fue la experiencia más rica que jamás había sentido, empezó lentamente a jugar con su lengua, era cálida y suave. Mi piel se enchino sentía como si me hiciera del baño, era tanta la excitación que gemí levemente conteniendo mis gritos. Akemi regresó, traía puesto una especie de cinturón con un…pene de plástico, algo así como un calzoncillo incorporando con un pene, movió a Ania sentándola en el piso, como si ella nos dijera en que posición teníamos que estar, me levanto y puso mi cabeza sobre el pubis de Ania, así que tan rápido como pude no dude en pasar mi lengua para saber como era el sabor de su vagina, pasé primero levemente mi lengua y sentí un sabor salado pero tan delicioso que rápidamente volví a hacerlo pero ahora más profundo, cuando lo hice Ania movió su pelvis hacia mi y gemía, lo cual me excito muchísimo y me hizo seguir avanzando. Akemi comenzó a tocar mis glúteos acariciándolos, cuando de pronto sentí un dedo dentro de mi ano y ¡Ahh! Me hizo gritar, era un dolor tan rico que no quería que parara. Siguió metiendo el dedo cada vez más profundo y esto me hacia apretar las piernas de Ania más fuertes, lamía cada vez más y a mayor responsabilidad y Akemi le daba vuelta al dedo provocando que comenzara a sentir como corría un flujo por mi vagina. Así mismo metí uno de mis dedos en la vagina de Ania y sincronice el ritmo de los movimientos que hacia Akemi hacia mí con los de mi dedo en Ania. Pero lo que terminó haciendo trizas fue cunado Akemi metió el pene en mi vagina,

-¡Joder! –dije. ¡Ahh! Sentí tan rico, empezó a sacarlo y meterlo una y otra vez. Me empujaba rítmicamente y mis gritos comenzaron a subir de volumen, Ania se dio vuelta y empezó a besarme para callarme. Akemi subió cada vez más aún el ritmo haciendo que me viniera un orgasmo intensó mi cuerpo se tensó todo, de arriba hasta abajo, comenzó a temblar y finalmente sentí como se me vino abajo todo, me moje tanto, grité tanto y finalmente me remató con el golpe final, me lo metió hasta bien el fondo. Cuando me lo sacó sentí que me temblaba todo el cuerpo, me quede acostada. Akemi se acercó a Ania y la besó, después la abrió de piernas y le metió el pene, yo ya no tenía fuerzas, solo veía a Ania siendo penetrada por otra mujer, algo que jamás me hubiese imaginado en mi vida. Akemi movía rápidamente su pelvis mientras Ania gemía y gemía, diciendo una y otra vez ¡rico! Me acerque y volví a tocar sus pezones de Ania, esta vez casi como rocas, le besé y esta me jalo para besarme con una intensidad y fuerza. Metía su lengua con tanta fuerza…tocaba sus pechos…ella gemía…Akemi se movía prácticamente como un perro…de pronto el sueño comenzó a llegar, hasta que me quede dormida.

-¡Gia! ¡Abre la puerta, soy yo tu padre!  – fue lo primero que escuché que me hizo despertar, me paré rápidamente, era mi padre…y alrededor tenía a Akemi y Ania desnudas.

Mil disculpas por la tardanza… tuve algunos inconvenientes. Como sea, aquí lo tienen. Gracias por sus comentarios y aunque lo vuelvo a repetir quiero que sepan que son de mucha ayuda. Tan pronto pueda subo la continuación…porque esto se va a poner interesante, ya lo verán.

 

Por cierto quiero darles a conocer mi nuevo twitter @WriteAndImagine que es exclusivo para para darles a conocer cuando publico, acerca de, comentarios y todas esas cosas. El pasado también sirve pero este es mejor. Cuídense y que tengan un buen inicio de semana. XOXO

@WriteAndImagine