miprimita.com

Placer Culpable Parte VI (Final)

en Lésbicos

PLACER CULPABLE PARTE V (FINAL)

-¿Disculpa? ¡Papá para! ¿Irnos?

-Si, eso he dicho.

-Papá…No podemos irnos, yo no puedo irme, tengo una vida aquí. –Le miré directo a los ojos.

-¿y sabes que yo no puedo dejarte? Eres lo único que tengo, eres todo lo que tengo.

Después de la muerte de mi madre, mi padre y yo éramos todo lo que teníamos, sólo el y yo. Él cuidaba de mi y yo de él. Mi padre había tratado de hacer funcionar algunas relaciones con mujeres pero mi madre lo había dejado muy marcado, además mi padre había tenido un serio problema de depresión por la muerte de mi madre, yo había sido durante años su única medicina.

-Mira. –se dirigió mi padre hacia mi. –mira, son solamente seis meses, además si logró cerrar el negocio allá en México tan solo serán un par. Yo no te puedo dejar mi amor, no podría tenerte tan lejos.

Mi padre ero lo más preciado que tenía, lo quería tanto, pero ahora, ahora me ponía entre la espada y la pared. Aquel día no le dije a mi padre ni si, ni no. Salí de la casa y me dirigí al parque, me senté en una pequeña banca y le envié un mensaje a Lana “Tengo que hablar contigo” poco después ella llegó con una mirada de preocupación. Le conté absolutamente cada una de las palabras que me había dicho mi padre y aquí comenzó la discusión.

-¿y que has decidido?

-no lo sé, yo…estoy sacada de juicio, no sé que hacer…

-Espera Romina… ¡Explícate! ¿Cómo que no sabes que hacer?

-Así como lo he dicho y lo has escuchado, no sé que hacer.

-Romina, escucha, he tratado de ser paciente contigo y tus mil indecisiones, y admiro haberme elegido antes que tu popularidad, pero, con esto no se juega.

-Lana, esto no es fácil…no puedo simplemente dejar a mi padre irse solo, ya te he dicho el problema que tiene, además sólo serían un par de meses si todo sale bien. – Lana se paró de pronto y comenzó a tocarse la frente mientras fruncía toda la frente.

-Basta Romina, ya no tienes que hablar ni decir nada más, obviamente ya has elegido.

-Lana…

-Romina ¡ya! Vete con tu papi, pero te digo algo, yo no tengo nada aquí en España más que tú; así que si te vas no pienses que me voy a quedar aquí. –puso sus manos en sus cadera.

-Escuchas… ¿estas escuchando lo que estas diciendo?-me puse también de pie.-sólo te pido pienses bien lo que me estas diciendo Lana, aún no te he dicho que ya me voy.

-¡Pero es obvio que lo harás! -Subió gravemente el tono de la voz. –Oh mírame y dime lo contrario.

-Lana…-me quedé en silencio.

-Es todo lo que necesitaba oír.-tomó sus cosas y comenzó a caminar hacia la calle.

-¡Lana!

-Y Sabes que, no te preocupes por despedirte de mí, hoy mismo tomo un vuelo a Italia. –se subió a su coche y se marchó.

De alguna manera no puede decirle nada más, sólo la vi irse mientras mis ojos se comenzaban a llenar de lágrimas. Sin embargo, lo que más me destrozó el corazón fue cuando supe que lo que decía lo cumpliría. Esa misma noche que fui a su departamento y no abrió. Me senté en su puerta y espere por horas hasta que saliera. Entonces llegó el conserje y al preguntarle si la había visto él me respondió “Nombre si esa yo creo que ya se mudo, llevaba maletas” la llame al celular múltiples veces y manejé directamente hacia la el aeropuerto, sin embargo, jamás la encontré. Ella se había ido. Lloré y lloré hasta quedarme dormida en un de las sillas en la sala de espera, después de eso, fue como vivir sin vivir.

Por ahora en ciclo escolar se encontraba a punto de finalizar, ya habíamos acabado exámenes, por eso estábamos festejando ese día. El ciclo estaba terminando y con eso la luz que me había caracterizado durante los últimos meses, ni siquiera las buenas calificaciones me hacían sentir feliz. Y no sólo yo lo notaba, todos se daban cuenta de ello, Ryan y Juan trataban de hacerme sentir mejor pero no lo hacían tan bien como para lograrlo. Durante todos esos días no había mucho que recordar, sólo otra más de las muchas tristes despedidas, dejando a los muchos o pocos amigos que había hecho, dejaba en España más que a Ryan y Juan, dejaba tantos recuerdos, tantas historias cerradas y otras que seguían abiertas. No solo veía por la ventana del avión todo lo que dejaba, también veía como dejaba su esencia, todo lo que significaba para mi Lana.

Tan rápido como nos instalamos mi padre me inscribió en lo que se supone que es una de las mejores escuelas de esa zona. Era un lugar bonito pero nada parecido a mi España, obviamente la cultura y todo era una cosa completamente diferente, sobre todo la forma en que miran los hombres y sus múltiples comentarios irrespectuosos.

El primer día fue como otro simple inicio de clases: Me presentaba, hablaba un poco de lo que era España, que me había gustado de México y blah blah blah. Podría decirse que esto ya me hartaba, y de alguna manera se me hacia bastante superfluo mas aun cuando en lugar de ponerte atención se la pasaban diciendo cosas acerca de mi acento, mi forma de vestir y mi persona en sí. Por lo que tan rápido como pude conseguir el uniforme no dude en ponérmelo, sólo quería pasar desapercibida… ya no tenía ganas de ser alguien en esa escuela. Por primera vez deseaba sentirme como cualquier alumno.

Obviamente desde el primer día me puse en contacto con Ryan y Juan, los extrañaba mucho; y como siempre Lana no contestaba el teléfono, ni Skype y tampoco me respondía los correos, realmente quería olvidarse de mi. Por otra parte ahora no me interesaba estar con alguien, mucho menos con hombres, algo que estos mexicanos no entendían, si no llegaban piropeándome, me enviaban cartas, me proponían cosas, me acosaban todo el tiempo, y pensé claramente en decirles obviamente que era lesbiana, pero Juan me había dicho que en México la intolerancia era pan de cada día, por lo que me aconsejaba no decir nada, porque incluso era peligroso, así que mientras no supieran nada sobre mi, mucho mejor; por lo que me mantuve al marguen todo el tiempo rechazando y poniéndome algo sangrona para que pensaran que no me mezclaba con cualquier hombrecito. A pesar de eso también logré conocer gente agradable pero me seguía sintiendo sin amigos. Así ahora pase a ser la española para cuando se referían a mí.

Todas las noches antes de dormir lograba imaginar a Lana, lograba sentir sus labios recorriendo cada parte de mi cuerpo, sus manos tibias tocando mis pechos, toda su piel rozando la mía de arriba a bajo, sus ojos sedientos mirando a los míos, pero era triste pensar que era algo que ya nunca tendría, la resignación era mi mejor opción, aceptar que ella se había ido para no tener que cargar con la idea de que yo la había dejado a ella, pero me sentía impotente, sentía como si jamás fuese a encontrar a alguien como ella, y es que en realidad jamás encontraría a alguien como ella.

Por parte de mi padre todo se vino abajo cuando al segundo mes no logró cerrar el negocio del que tanto dependía, así los seis meses ahora se hacían obligatorios. Incluso pensé que si de todas formas Lana me hubiese esperado con todo esto apuesto que de todas formas me hubiese dejado. Así paso navidad, año nuevo y aquel día, aquel día que todo cambió.

El 14 de febrero parecía más que nada ser un día destinado a tener una completa soledad, pero ese día pasó algo diferente. El día anterior nos habían avisado que las clases serian de solamente los primeros tres módulos y después nos podríamos ir a festejar allí mismo en las instalaciones, para ese día mi plan era comprar una botella de vino y embriagarme hasta vomitar. La última clase para salir era la de inglés con una de mis maestras favoritas, ya para ese entonces tenia amarrados a mi silla tres globos, catorce paletitas, siente cartas de “amor”, dos rosas. Pero saben… si alguna vez les ha pasado sabrás mas que nadie que no sirve de nada tener tanto cuando no es de la persona que te gustaría, incluso hasta lo hace más doloroso.

La clase se volvía algo tediosa, más aun cuando todos lo que  querían era salir. Faltaban aproximadamente unos veinte minutos y todos se encontraban inquietos, excepto yo. Entonces alguien tocó a la puerta, la maestra o miss como se les decía en ese colegio abrió la puerta, todos se quedaron callados cuando un individuo vestido muy así al estilo Chaplin se encontraba en la puerta, tenía toda la finta a un personaje antiguo, de traje, sombrero y hasta el bigote. La Miss le pregunto que se le ofrecía pero el individuo no dijo absolutamente nada, tan solo sacó unos recuadros de papel. Separó las tarjetas y sacó una que le mostró diciendo.

 

“Is Here Romina?” (¿Se encuentra aquí Romina?)

Ella le respondió que si, y señaló hacia mi lugar, aquello me parecía tan extraño, yo solo mire apenada.

“Can I give her a message?” (¿Puedo darle un mensaje?)

Ella suponiendo que aquello era algo tan romántico obviamente e incluso emocionada le dijo que si, este se paro en frente de la clase y siguió sacando las tarjetas.

“I so sorry” (Lo Siento Tanto)

“I was a stupid” (Fuí un estúpido)

“A coward” (un cobarde)

“…and selfish (…y egoísta)

Mi emoción se enfocó tanto en todo eso, miré sus ojos, eran unos ojos que jamás olvidaría por nada del mundo, sacó de dentro de su saco una rosa y una tarjeta más…

“Can you excuse me?”, Italy is nothing if i don’t have you”  (¿puedes perdonarme, Italia no es nada si no te tengo)

 

No necesitaba haber leiado la palabra Italia para no haberme dado cuenta de que aquella persona con aquellos ojos tan hermosos era quien desde hacia meses deseaba tener tanto en mis brazos. Todo el salón se encontraba en shock, de pronto todos los “hoooo” de expresión de ternura llenaron todo el lugar, me puse tan rápido de pie y me dirigí hacia ella, tomé su rostro entre mis manos y le respondí el “si” con un beso, un beso que fue tan profundo, tan pasional, ella me besó de la misma manera y me tomó por la cintura, el salón cayó en silencio y entonces dejé de besarla y le miré directo a los ojos mientras acariciaba su rostro.

-Claro que si, si tu me personas a mi. .-le susurré.

-dejémoslo en empate.- me sonrió.

-te ves sexy con bigote, pero te prefiero sin él.-tomé la punta de obviamente el bigote artificial para quitárselo y ella me tomó de la mano.

-No quiero causarte problemas, Juan me dijo… -moví la cabeza de lado a lado en señal de negación. Jalé rápidamente el bigote con la mano izquierda mientras con la derecha le quitaba el sombrero, su cabello rubio y largo cayo sobre sus hombros, tan suave y brillante como siempre, en ese momento el salón que se encontraba en shock terminó por infartarse en cuanto se dieron cuenta de que aquel romántico caballero no era más que nada una hermosa mujer. La maestra se encontraba con una mirada de asombro y no decía absolutamente ni una palabra, entonces el timbre comenzó a sonar, corrí directo a mi asiento y jale todas mis cosas, regresé y la tome de la mano.

-hoy me voy a escapar contigo. Le dije. Justo al bajar las escaleras se encontraban Ryan y Juan. Y lo único que dijeron fue: “¿pensabas que te íbamos a dejar solo para ella?”

Yo sonreí y los abracé fuertemente mientras Ryan le daba a Lana una bolsa,

-¿Dónde están los baños? - Me preguntó.

-Justo enfrente. Anda, te acompaño. –Mientras ella se cambiaba no dude en preguntarle acerca de su singular atuendo.

-Se lo robé a mi coprotagonista en la obra de teatro de mi colegio, lo arruine fatal, justamente en la escena del beso esté tipo se aprovechó y pensando que no iba a hacer nada  para no alterar la presentación me metió la lengua hasta el fondo, sólo puedo decirte que no va a tener sexo ni dientes durante un buen tiempo. Además se me hizo un bonito detalle, Ryan me ayudo a organizar todo, me dio tu horario de clases, investigo cual era tu salón y sobre todo, que día era el indicado.

Entonces abrió la puerta, se había puesto un vestido tan lindo, tan sexy, tan irresistible, tan… como ella solo hacia ver a un vestido, se acercó hacia mi y me tomó de las manos.

-Realmente quiero que me perdones. Estos meses solo he querido saber de ti, pero admito que a veces…casi siempre suelo ser muy orgullosa y eso me impide ver los errores que suelo cometer a menudo, porque creo y suelo pensar que soy perfecta y nunca me equivoco, que siempre tengo la razón. Fue sólo que el pensar que me abandonabas por preferir estar con tu papá me hizo sentir que siempre iba a estar él antes que yo, pero quizá por la razón que mis padres estén divorciados no me hace ver que lo que hay entre tu padre y tú es algo incluso incomprensible para mi, simplemente porque jamás lo he tenido.

-Lana…olvídalo.-la abracé fuertemente durante un largo tiempo y después deje de hacerlo solo para besarla. Entonces entraron en el baño un par de mocosas de primer grado solamente para decir “que asco” y salir corriendo.

-Anda, dijiste que nos íbamos a escapar, cúmpleme. –me recordó.

Dejamos a Ryan y Juan  lugar concurrido con la excusa de que querían conocer alguna mexicana sexy como Juan decía o algún morenazo como decía Ryan, claramente lo hacían para dejarnos solas. Llevé a Lana a casa, mi padre gracias a Dios no se encontraba. Destapamos la botella de Vino y comenzamos a disfrutar el tiempo perdido.

Lana me tiró sobre el sillón diciéndome con una mirada lujuriosa mientras sostenía el vaso de vino “que asquerosa eres Romi, pobres niñas las has traumado”. Dejó el vaso en la mesita de junto y se sentó con las piernas abiertas sobre mi, tocó mis labios con la punta de sus dedos y abrió mi boca, tomó un limón con sal que había preparado y lo exprimió alrededor de mis labios, lo botó y acercó lentamente su boca frente a la mía. Estaba tan cerca que incluso podía oler el olor a vino que emanaba de su boca. Lentamente comenzó a pasar su lengua quitando cada parte del limón. Me quitó la blusa de la escuela y después el sostén, volvió a tomar el limón poniendo zumo desde en medio de mis pechos hasta debajo de mi obligo. De pronto su legua cálida comenzaba a deslizarse lentamente, ella se iba recorriendo hacia abajo conforme chupaba todo el limón. Después volvió a subir para seguir besándome mientras apretaba muy fuerte mis ambos pechos y ligeramente mis pezones. Después me desabrochó la falda y al quitármela fue bajando mis bragas. Luego se puso de pie y me incito a quitarle el vestido, me puse pie y me puse su espalda, recogí su pelo y lo puse de lado, jale todo el cierre y el vestido cayó fácilmente al suelo, no llevaba sontén, únicamente unas sexys bragas rojas, besé su cuello y comencé a besar toda su espalda, me puse de rodillas y pude notar algo que no tenia, una mariposa azul a la altura de su espalda baja, ella se dio cuenta de que lo estaba observando y entonces lo besé y le pasé mi lengua contorneándolo todo. Le quité las bragas. Ella se volteo y dejó su sexo frente a mi, lo besé suavemente una y otra vez, me tomó con sus brazos y me obligó a acostarme allí en el suelo, ella se incoó y puso abriéndose de piernas mientras quedaba sobre enfrente de mi todo su sexo, con ambas manos me agarré de sus piernas a la vez que tocaba sus muslos y ella los tensaba, acercó su sexo a mi cara y rápidamente saqué y estiré mi lengua para alcanzarla, ella bajo más hacia mi y comencé a pasar mi lengua haciendo movimientos circulares alrededor de su clítoris que comenzaba a sentirse cada vez más tenso, su vagina comenzó a humedecerse rápidamente, abrí mi boca lo mas que pude dejando entrar un poco de sus delicioso fluido, luego metí prácticamente toda mi boca mientras presionaba su cuerpo hacia mi cara, apreté más fuerte aun y metí toda mi lengua hasta donde alcanzaba, la sacaba y metía rápidamente mientras succionaba y la lamia toda por dentro. Ella comenzaba a mover todo su cuerpo bruscamente de adelante hacia atrás mientras con una de mis manos comenzaba a buscar su ano, una vez que lo encontré y sin dejar de lamer, comencé a jugar con mi dedo anular hasta poder meterlo, ella grito podía notar que agarraba sus pechos presionándolos y agitando todo su cuerpo, empecé a ejercer más fuerza sobre mi mano haciendo que el dedo entrará más adentró hasta que topo con el final de mi dedo, rápidamente como hice esto, con la otra mano le metí el otro dedo índice dentro de su vagina, esta vez comenzó a gritar más fuerte de lo que yo recordaba, pude sentir como su ano se tensaba apretando mi dedo, comencé a moverlo de arriba hacia abajo al mismo tiempo que el que tenia en su vagina, gritó aún más fuerte y su cuerpo comenzó a temblar, pude notar como sus piernas comenzaban a temblar, que si hubieran estado de pie se hubiesen doblado. Su cuerpo comenzó a subir drásticamente de temperatura y comenzó a sentirse sudoroso, un olor singular salía de su cuerpo, su esencia, un olor, un aroma tan delicioso que me hacia excitarme fuertemente. Comenzó a temblar toda pero ahora en todo el cuerpo mientras sus gritos aumentaban de tono, justo en ese momento pudo sentir como se oprimía su vagina y dejaba salir aun mas cantidad de fluido, ella se derrumbó por completo cayendo hacia abajo y poniendo sus brazos sobre el suelo para evitar caer sobre mi, levanto su pierna izquierda mientras la acariciaba, y se tumbó a mi lado. Su cara se encontraba tan roja y sus labios se veían tan blancos, como si le hubiese succionado todo el color, se acercó a mi lado, me dio un beso y se acurrucó, subió su pierna sobre mí y me abrazo. Y se puso a la altura de mi oreja.

-Prométeme que no me vas a dejar tomar ningún avión que se dirija al sentido contrario de ti, y prométeme que vamos hacer funcionar esto, no sé como, pero lo vamos a hacer. –volteé el rostro y la miré enfocadamente a sus hermosos ojos grises azulados.

-sabes que te voy a responder que si, además... ¿Cómo he de vivir sin ti?

Supongo que este es el final feliz, claro que siempre habrá momentos quebrantables pero que seguramente se lograran arreglar. Gracias por haberme acompañado a lo largo de este relato. Y si, quizá ya se acabó esta historia, pero habrá más, algunas más cortas u otras mas largas, ya lo iremos viendo. Tan pronto tenga la siguiente por aquí la verán. Gracias por sus comentarios y saludos desde México.

 

PD. No pierdan la esperanza, recuerden que cuanto mas oscuro se ve, es por que va a amanecer.

@Gladys_Di