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Amor Extranjero (Parte III)

en Lésbicos

Amor Extranjero

Parte III

Justo en ese momento Lena alejó su rostro del mío, me miró como hipnotiza y después me a acarició la mejilla de una manera tan tierna que me fue imposible no cerrar los ojos al tacto.

-Deberíamos irnos, si no lo hacemos te regresarán a México y eso sería tan malo para mí.

-Ok -le dije simplemente entre abriendo los ojos.

Ella se puso de pie y estiró su mano hacia mí para ayudar a levantarme. Después de eso caminamos directamente hacia donde se encontraría nuestro tren. Recuerdo que ese camino se volvió tan largo para mí, sentía claramente su mirada sobre mí y aquello me ponía tan nerviosa. Yo debes en cuando la miraba, y sentía algo dentro de mi estómago... Las famosas mariposas eran reales...eran reales en ese momento.

Ya encaminadas en el tren, el cual tenía apenas a lo mucho un par de pasajeros más, decidimos de sentarnos cerca de la puerta para bajar rápido y no perder tiempo. Yo no sabía con claridad qué estaba haciendo o qué era lo que pasaba por mi mente, pero estaba en Londres... En un país al cual quizá jamás regresaría. Alguna vez había pensado en eso de "Un amor de verano" como una idea burda, pero quizá este era el momento de convertirlo en una realidad... Solo que este sería mi "Amor de primavera".

Al pensar en aquello decidí olvidarme de todos esos prejuicios que acarreaba de México con respecto a la homosexualidad, aunque realmente no me sentía homosexual o algo así... Yo me sentía tan normal como siempre... No había cambiado nada. Mire a Lena y ella me miró, le sonreí y ella me sonrió, finalmente me acerqué y me metí entre sus brazos para que ella me abrazara. Ella puso su brazo derecho sobre mí y me jaló hacia ella, me acurruqué y dejé su calor me durmiera.

Como si  hubieran pasado apenas unos minutos, sentí los labios de Lena sobre mi mejilla y escuché un "Wake up" sobre mi oído. Abrí mis ojos y me di cuenta de que ya habíamos llegado a Londres. Me levanté y ella me tomó de la mano y la apretó muy fuerte. Justo ahora el simple hecho de tomarla de la mano hacía que mi mundo perdiese la poca cordura que tenía, ella simplemente estaba sacando ese lado de mí que jamás pensé llegar a conocer, que jamás había percibido en toda mi vida y sin duda me hacía dar cuenta que el elemento clave de todos estos sentimientos encontrados… eran ella.

Yo le sonreí y apreté su mano con toda mi fuerza, ella lo notó claramente y me devolvió la sonrisa. Al bajarnos del tren lo primero que hicimos fue buscar al que se había llevado la moto, pero no fue necesario esperar demasiado, pues prácticamente cuando bajamos ya estaba él esperándonos justo afuera de la estación. Lena me soltó y se acercó a él, hablaron por un par de segundos, le entregó las llaves de la moto y finalmente se marchó. Lena regresó hacia mí y levantó las llaves justo a la altura de mi rostro tambaleándolas y haciendo ruido con ellas.

-¿Segura que quieres regresar a casa?

-¿Me llevarías hasta México? –le respondí bromeando.

-Ok… Me refería a tu casa de huésped.

-La verdad es que no quiero… Pero tengo.

-Ya sé.

Se acercó hacia mí tomándome de la cintura, yo hice lo mismo y me sentí orgullosa de ser yo quien comenzaba la serie de besos. Sus suaves labios tocaron de nuevo los míos de una manera tan sensual. No sabía si la manera en la que me besaba (cada vez con más pasión) se debía a que ella tenía claro que yo también estaba jugando su atrevido juego, o que simplemente la pasión crecía con cada segundo que la tenía a mi lado. Algo que me estaba gustando de ella era que cuando iba a terminar de besarme lo hacía de una manera tan peculiar, pues al final me daba un beso mucho más profundo y largo.

-Sabes que me encantaría quedarme aquí toda la noche… Pero si no te voy a dejar las cosas se van a poner bastantes feas para las dos –me dijo mientras me acariciaba el pelo.

-De acuerdo, pero te advierto que mañana tan pronto como llegué al colegio no voy apartarme de ti –acerqué mi dedo índice a la comisura de su boca.

-No te preocupes, yo me encargó de facilitarte ese trabajo.

-¿Cómo?

-Mañana lo sabrás.

-¿En serio? ¿Qué harás? –le pregunté.

-Es una sorpresa, y por ser sorpresa tendrá que esperar hasta mañana.

-¿Hasta mañana?

-Sí, tiene que ser hasta mañana.

Yo solo le sonreí impaciente y ella me miró de una manera tan misteriosa y a la vez seductora. Las dos nos dirigimos hacia la mano y nos pusimos nuestros respectivos cascos. Cuando me senté de nuevo en el asiento trasero ya no estaba tan segura de cómo tener que agarrarme de Lena. Al principio decidí tomarme de la misma manera, pero una vez que la moto arrancó y el frío del viento comenzó a darme escalofríos me acerqué mucho más a ella, la abracé con más fuerzas y recargué mi cabeza sobre su espalda. Las luces nocturnas de Londres ya casi habían desaparecido del todo, la gente parecía haberlo hecho también y muchos de los establecimientos que habían estado cerrados ya comenzaban a abrir; todo esto significaba que la noche en Londres ya había terminado. En ese momento me llegó una tremenda melancolía, pues a pesar que me sentía tan feliz en ese momento el tiempo seguía corriendo y tan solo iban a ser quince días (de los cuales ya no tenía prácticamente tres) que iba a permanecer en Londres.

                                     

Cuando nos acercamos lo suficiente al vecindario tomamos la decisión de bajarnos al menos dos cuadras antes, con la única intención de no hacer algún ruido que me pudiera delatar. Cuando llegamos de nuevo a la casa donde me alojaba lo primero que hice fue ver si había movimiento a través de las ventanas, para mi buena suerte aún parecía estar todo tranquilo. Sin embargo, no dejaba de pedirle a Dios que Alessandra aún estuviese dormida, ya que era ella quien en verdad me preocupaba.

-Supongo que nos veremos en un par de horas –me preguntó Lena mientras yo seguía viendo las ventanas.

-¿Qué? Oh, claro…

-Lamento haberte desvelado.

-¿Lamentarte? ¡Para nada!, de hecho me alegra haberlo hecho contigo. De todas formas no tengo mucho sueño.

-Pues deberías al menos dormir una hora.

-Si hago eso me dará mucho más sueño, créeme.

Lena se acercó sonriente hacia mí y me abrazó. La forma en que lo hacía era tan sincera que hasta yo podía sentirlo. Le respondí el abrazo y después ella dejó su cabeza sobre mi cuello por unos segundos. Su cálida respiración inundó todo mi cuello; sin demorarse mucho sentí un suave y tierno beso sobre él, yo solo cerré los ojos y percibí claramente como mi cuerpo se paralizaba al instante. De pronto unas ganas de dejarme llevar y terminar allí mismo lo que no habíamos terminado en la playa vino de la nada y se esfumó ante la idea de que Alessandra mirara la ventana para cerciorarse del mal o buen clima.

Lena se despidió de mí recordándome que hoy habría una sorpresa, yo impaciente le volví a reclamar que me dijera de qué se trataba pero ella volvió a negarse. Cuando se fue mis suplicas de que todo saliera bien, junto con mi cara de preocupación regresaron. Comencé a subir agarrándome de un gran tubo que subía hasta el techo de la casa, cuando llegué a la altura de la ventana asomé lentamente la mirada y al darme cuenta que Alessandra estaba más dormida de lo común me apresuré a abrir la ventana y cruzar hacia el interior.

Toda mi ropa comenzó a salir de mi cuerpo a una velocidad impresionante, me puse como pude un pans y una playera, y sin perder tiempo me metí en la cama. De pronto toda la preocupación se volvió una simple calma, mi cuerpo se relajó y sentí que todo estaba bien, sí… Hasta que vi la mirada de Alessandra templarse en mí. Mis ojos se abrieron el doble de su tamaño cuando vi la mirada fija de Alessandra mirándome. Un malestar profundo se esparció por todo mi pecho al pensar que después de todo no me había salido con la mía.

Yo también miré fijamente a Alessandra esperando sus reclamos o sus típicos chantajes, pero fue tan curioso ver como simplemente cerró los ojos y se volvió a quedar dormida. Después de eso no sabía si relajarme o estresarme al doble, no sabía si Alessandra estaba consiente o medio drogada todavía, así que me di la vuela y comencé a crear una buena explicación (mentira) para cuando me preguntase dónde había pasado la noche.

Cuando sonó el despertador de mi celular me paré rápidamente y comencé a arreglarme, estaba tan impaciente por lo que fuese a pasar en el día. Cuando estuve lista decidí salir de la habitación para no tener que enfrentarme con Alessandra. Desayuné tan pronto Bill y Helen se levantaron para poder ir a esperar al autobús en la puerta, unos minutos después me alcanzó Alessandra y yo simplemente no le dirigí la palabra.

-¿Segura que no se dieron cuenta de nada? –me preguntó en voz baja y sin mirarme en un solo momento.

-No, nada –dije también sin mirarla.

Aquello de alguna manera me tranquilizó, creo que era la manera más clara de demostrarme que lo de anoche seguía estando solo entre Lena y yo.

Tan pronto llegó el autobús Alessandra y yo nos subimos, todos en el interior tenían una cara de aburrición fatal, yo solo sonreí al pensar en todo lo que se habían perdido. Cuando llegamos al colegio rápidamente vi a Lena haciéndome señales para que fuera con ella, yo me escabullí entre todos y logré escaparme.

-¿Tan temprano? Espero que se trate de mi sorpresa –le dije bromeando.

-Pues de hecho se trata de eso.

Traté de ser precavida por sí Lena intentaba besarme como la noche anterior, allí y con tantos estudiantes, pero ella era mucho más precavida que yo, por eso evitó hacerlo y se limitó a besarme en la mejilla.

-Toma –me entregó un papel.

-¿Qué es esto?

-Estoy haciendo una investigación cultural, es un trabajo de mi clase de socialismo.

-Sigo sin entender.

-Todos estamos haciendo investigaciones en internet y la biblioteca, pero creo que sería mucho más interesante si lo hiciera de una manera más tangible.

Moví la cabeza aún sin entender a qué se refería.

-Decidí cambiar mi país por México. Así que le pedí a mis padres que hicieran una carta pidiendo que nos dieran la oportunidad de pedir a tus maestros a uno de sus estudiantes para poder llevarlo a nuestra casa y poder entrevistarlo, para conocer de su cultura e ideologías.

-¡Espera! ¿Eso significa que voy a ir a tu casa?

-No, eso significa que tú tienes que ser la primera en ofrecerte cuando vayan a tu clase. Mis padres pidieron de preferencia una chica, ya sabes… Para evitarse problemas.

-¿Enserio tus padres hicieron eso?

-Sí, a mis padres los conoce el superior de este colegio, por eso fue que accedió. Además no tiene nada de malo, a tus profesores le pareció una excelente idea.

-Ok, no te preocupes… Seré la primera en ofrecerme.

-Pues eso espero, no quiero tener que pasar todo el día con otra persona que no seas tú. Además, mis padres van a salir a cenar con unos amigos en la noche… Y cuando regresen van a caer rendidos por tanto vino.

-¡Espera! ¿Me voy a poder quedar en tu casa?

-Esa es la idea, mis padres te nos traerán a primera hora mañana.

-Eso es… ¡Genial!

-Anda, ya vete, y recuerda ofrecerte.

-Ni de loca lo olvido.

Me despedí con un beso en la mejilla. Cuando a mitad de clases llegó uno de mis profesores, uno de los del colegio supe que tenía que estar alerta. Cuando logré entender que quién se ofrecía fui la primera en levantar la mano junto con otra chica, esta chica era mucho más matadita de que yo, pero yo no estaba dispuesta a que ella fuese la elegida. Así que utilicé un poco de mi poco psicología y le pregunté a la profesora si hoy saldríamos a pasear a Londres; ella me respondió que sí. Jugando con las preguntas también le pregunté si aceptar implicaría pasar todo el día en una casa, ella me respondió que por seguridad tendría que estar dentro de la casa todo el tiempo. Al instante que dije eso la chica se simplemente bajo la mano. Justo en ese momento supe que había ganado.

Tan rápido como terminaron las clases llegó Bill, a quien ya había llamado para pedirle algo de ropa y cosas que necesitaba. Bill me reiteró que si necesitaba algo no dudase en llamarle. Lo más gracioso de todo esto fue cuando una de las profesoras del colegio me presentó con Lena, ella obviamente se convirtió en una actriz de primera y me saludo tal y como lo hacían los británicos, sin contacto. También comenzó a hablarme totalmente en inglés y a presentarse tan y como si fuera la primera vez que la veía.

Lena, un profesor y yo esperamos afuera de las instalaciones hasta que llegó el padre de Lena, realmente querían estar seguros de que mi único camino era del colegio a casa de Lena y viceversa; y hacían bien, aunque eso de escaparme ya era noticia vieja. Así que el profesor permaneció todo el tiempo junto a nosotras hasta que nos vio subir al auto y hablo con el padre de Lena por unos segundos.

El padre de Lena parecía a simple vista una persona sumamente relajada, como esos padres modernos y que más que padres pareciesen ser amigos. Una sonrisa le enmarcaba el rostro, pero sin duda lo que me llamó la atención de él fue esa mirada tan peculiar en su rostro, pues era muy parecida a la de Lena aunque de cierto modo muy distinta.

-Bueno, mi nombre es Yulen, y perdóname si te hablo en español pero a pesar de que profesor de español no suelo hablar mucho con hablantes hispanos de nacimiento -me dijo el padre de Lena mientras miraba por el retrovisor.

-No sé preocupe, no me molesta en absoluto que me hablen en español.

-Mis padres te van a caer bien –me susurró Lena al oído.

Ambas hicimos esa mirada de complicidad y a la vez de desconocidas mientras su padre nos veía por el retrovisor. En mi mente la casa de Lena se me a figuraba un tanto moderna pero con ese toque clásico londinense, sin embargo no quería especular nada, pues Lena me sorprendía a cada instante. Una vez que llegamos a su casa mis especulaciones no solo resultaron reales, sino que estaban muy por debajo de lo que me había imaginado. La casa no solo era moderna y con toques londinenses, sino que también era enorme. A simple vista logré percibir al menos unos tres pisos, mientras que unas grandes bardas rodeaban todo el lugar.

Cuando el coche se acercó a un enorme garaje este se abrió de manera automática permitiéndonos entrar. Una vez dentro mi asombró creció al doble, la casa era realmente enorme y muy bien decorada, aunque si mi percepción no fallaba mucho podría decirse que ese toque no se trataba de otra cosa más que un toque femenino. Cuando llegamos más adentro un suave y delicioso aroma me irradió por completo. Lena y su padre me invitaron a pasar a lo que sería la cocina, allí estaba una señora de complexión delgada, rubia y varios centímetros más alta que yo.

La señora se acercó muy efusivamente, pero a diferencia del padre de Lena, esta hablaba solamente en inglés. Lo bueno fue que logré entender absolutamente todo lo que me dijo, ella era la madre de Lena y se llamaba Polina, cosa que me causo algo de gracia. La señora vestía de muy buen gusto a lo que relacioné rápidamente con la decoración del resto de la casa. Después de esa presentación los cuatro nos sentamos a comer una deliciosa comida de la cual había percibido el olor. Durante toda la comida el padre de Lena no dejaba de hacerme preguntas respecto a México o la pronunciación de algunas palabras que siempre le habían sacado de quicio.

Cuando terminamos de comer los padres de Lena se pararon rápidamente para recoger la mesa, yo pedí que les ayudara pero ellos se negaron todo el tiempo, en lugar de eso le pidieron a Lena que me llevara a conocer el resto de la casa. Yo con gusto acepté y me puse alegre de poder tener al fin un poco de tiempo con Lena. Una vez que las dos nos alejamos lo suficiente de la vista de sus padres, Lena me tomó de la mano y me empujó hacia una pared; empujó su cuerpo hacia el mío y me presionó con más fuerza contra la pared; me miró directo a los ojos y me plantó un beso donde sentí como me succionaba hasta el alma.

-Tenía tantas ganas de hacer eso desde la mañana –me dijo cuando terminó de besarme.

-Pues qué bueno que no lo hiciste o no estaría aquí en este momento.

-¡Hey vamos a mi habitación! Hay alguien a quien quiero que conozcas.

Quitó su cuerpo de mí y me jaló de la mano hacia la parte trasera de la casa. Al abrir una puerta corrediza se notaba un enorme patio con arboles y un impecable césped. Del otro lado había una especie de pequeña casa pero de un solo piso.

-¿En esa casa vive alguien? –le pregunté por curiosidad.

-Sí, yo.

-¿Allí está tu habitación?

-No, esa es mi habitación.

-¡De verdad! Eso es como tener tu propia casa.

-Lo sé, aunque la historia de esa pequeña casa no es tan alegre como imaginas.

-¿Por qué lo dices?

-Bueno, esa casita la hizo mi abuelo para cuando ella y mi abuela viniesen a visitarnos, como siempre se quedaban tanto tiempo y había tanto espacio…

-¿Qué pasó?

-Bueno, mi abuelo murió un año después que la terminaron de construir; apenas si la usaron un par de veces. Mi abuela se puso muy enferma por la ausencia de mi abuelo y poco después también murió. Cuando se leyó el testamento mi abuelo estipulaba que esta casita sería exclusiva para mí. La verdad es que era muy apegada a mi abuelo.

-Lo siento tanto.

-No importa, tarde o temprano su misma fábrica terminó matándolo.

 -¿Fábrica? ¿A qué se dedicaba?

-Al vino. Tenía cirrosis hepática.

-Qué mal…

-En fin, mi es ahora el encargado de la empresa; pero solo la ve debes en cuando, tiene sus ayudantes. Por eso hoy tienen una cena con unos nuevos inversionistas.

-Ósea que además de ser profesor de español se dedica a eso… Tú padre es genial.

-Lo sé… ¡Dimitri! –gritó de la nada.

De pronto de la nada apareció un enorme perro San Bernardo y se acercó jugueteando hacia las dos.

-No te preocupes, que su apariencia no te engañe… Es un ángel –me dijo invitándome a acariciarlo.

Después de juguetearlo un rato Lena y yo nos fuimos a sentar a una pequeña sobra debajo de un gran árbol. Ella comenzó a hacerme preguntas de su investigación, pues a pesar de que todo había estado planeado para poder estar con ella no dejaba de ser una investigación real. Una par de horas después aparecieron en la puerta corrediza los padres de Lena, llamando la atención del Dimitri que a su vez llamo la nuestra. Ellos se despidieron para irse a la dichosa cena de negocios, así que finalmente Lena y yo nos quedamos solas en la casa. Cuando sus padres abandonaron el lugar Lena me miró pícaramente.

-¿Quieres terminar lo que empezamos la noche en la playa? –preguntó directamente.

Yo me moría de las ganas de terminar aquello, pero admito que estaba muy nerviosa por la pura idea. Finalmente Lena terminó convenciéndome al tomarme de la mano y llevarme hasta el interior de su casa. El lugar ya por dentro se veía bastante amplio, tenía todo lo que se necesita para subsistir; desde una cocina hasta un muy bien equipado cuarto de estudio. Lena me siguió guiando hasta que al fin llegamos a su habitación, esta era fantástica… Acabados de madera, ventanas grandes, colores claros, un enorme televisor empotrado a la pared… Todo era perfecto.

-¿Esta era la habitación de tus abuelos?

-No, esta siempre estuvo vacía y llena de cosas que se iban desocupando. Así que decidí remodelarla con ayuda de mi madre.

-Pues hicieron un excelente trabajo, por cierto… ¿Tú madre tiene buenos gustos?

-Es diseñadora de interiores… El buen gusto es algo con lo que nació.

-¿Y tú?

-¿Yo qué? –me preguntó de una manera seria.

-¿Tienes buenos gustos?

-Supongo que tu pura presencia responde a esa pregunta.

Yo solo le sonría ante aquel alago indirecto, ella hizo lo mismo y me tomó de una mano para llevarme directo a su cama. De una manera inconsciente y sin pensarlo mucho simplemente me acosté en la cama, ella hizo lo mismo acostándose a mi lado. Comenzó a deslizarse lentamente hacia mí hasta que la tuve a milímetros de mí.

-¿Alguna vez has hecho esto con una chica? –me preguntó.

-No –dije musitando-. ¿Tú? –pregunté nerviosa.

-Sí, pero no han sido nada.

-¿Yo que soy? No voy a estar mucho tiempo aquí en Londres.

-No lo sé, pero sea lo que seas te deseo tanto con toda mi alma.

De pronto se paró sobre la cama y así como así se quitó la blusa, dejando su hermoso brasier rojo a la vista; aventó la blusa y se sentó sobre mí a la altura de mis caderas. Irguió su espalda hasta alcanzarme con sus labios y besarme, por instinto puse mis manos sobre su cintura acariciando su suave piel con la punta de mis dedos.

Ella tomaba mi pelo empuñándolo mientras que sus besos comenzaban a sentirse más pesados y atrevidos. La ligera curvatura que se formaba con mi espalda lentamente comenzó a desaparecer y todo el peso de su cuerpo comenzó a caer sobre mí. A pesar de sentir su peso sobre mí en ningún momento me molestó, ella no pesaba demasiado. Los besos no tardaron mucho en transportarse de mi boca a mi cuello, donde ella colocó su cabeza por unos segundos, antes de que comenzase a bajar más.

Sus manos comenzaron a buscar a tientas los botones de mi blusa, la cual logró desabrochar sin verla en absoluto. Cuando me quito la blusa sentí que ya no había manera de detenerla o detenerme, ya no había retroceso… Mi cuerpo pedía más y estaba dispuesta a hacer todo lo que pasase por mi mente. Así que dispuesta a todo yo misma comencé a quitarle la falta de su uniforme y posteriormente la mía, después los zapatos, los calcetines… quedándonos al final ambas en ropa interior.

Aquel día yo no tenía pensado que pasaría semejante cosa, no llevaba la ropa interior más sexy del mundo, pero me alegraba no haberme puesta infantil o demasiado pasado de moda. Su boca comenzó a recorrer todo mi abdomen de arriba abajo y de una manera tan provocativa que no dejaba en ningún momento mi cuerpo comenzase a bajar de temperatura. Su boca comenzó a llegar a la altura de mi vientre y ella comenzó a deslizar su cuerpo  hasta bajar casi todo su cuerpo de la cama. Estando allí en cuclillas estiró su manos y comenzó a deslizar mis bragas lentamente hacia abajo, cuando las sacó por completo ella se posó frente a mí e incitándome a verla comenzó a quitarse las suyas.

Su cuerpo era tan perfecto, era delgado pero no al grado de verse como un esqueleto… Simplemente era el cuerpo más de hermoso que jamás había deseado con toda mi alma. Cuando bajó por completo su bragas y vi su pubis completamente depilado me entró un poco de pena ya que el mío no lo estaba, aunque tampoco se podría decir que era abundante en vello; pero cuando ella se acercó y comenzó a besar la parte superior de mi vientre decidí olvidarme de cualquier cosa que me hiciese sentir mal a mí misma.

Toda esta experiencia era en completo nueva para mí, había algo que muy en el interior te decía lo que se tenía que hacer, pero después de tenerla completamente desnuda ante mí no supe que más hacer… Yo solo me paralice. Para mi buena suerte ella tenía experiencia y enseguida tomó el mando en el juego. Prosiguió besando mis piernas de manera intercalada y después simplemente abrió mis piernas de lado a lado. Yo me quedé inmovilizada a la espera de lo que pudiese suceder, pero incluso antes de que hiciera algo yo ya me estaba excitando.

Pasó su suave mano sobre mi pubis un par de veces y después comenzó a masajearme toda esa zona haciendo presión con el dedo pulgar y moviéndolo de manera circular. Simplemente con eso mi cuerpo comenzó a subir mucho más de temperatura, una sensación placentera comenzó a acumularse de toda mi cadera hacia abajo. Sin dejar atrás el resto de mi cuerpo opté por quitarme lo único que ahora llevaba puesto, mi brasier. Cuando lo hice Lena también comenzó a desabrocharse el suyo, sin embargo mi intención en ese momento era otra. Una vez el brasier fuera inicié tomando con ambas manos mis pechos y a acariciarlos al mismo tiempo que también los frotaba.  

Mis movimientos juntos con los que hacía Lena sobre mi pubis hacían de ese momento el momento perfecto y más excitante de mi vida. Lena comenzó a preparar mi pubis al siguiente paso, así después de frotar superficialmente comenzó a hacerlo metiendo un dedo en la parte donde se encuentra mi clítoris. Sus movimientos suaves y delicados con ese toque de atrevimientos comenzaron a ascender cada vez con más intensidad. Sin dar un solo grito solo comencé con hacer muecas de placer al abrir mi boca y tensar mi cabeza hacia atrás.

De pronto sentí como unas ligeras palmaditas chocaban contra mi pubis, después seguía frotando mi clítoris y nuevamente unas palmaditas. Aquello simplemente me derretía y hacía que mis músculos se tensasen de una manera sorprendente. Pasando esto ella simplemente acercó su cabeza a mi pubis y con ambas manos lo abrió jalándolo de ambos labios. Y deslizó suavemente la punta de su lengua, al instante mi cuerpo sintió esa viscosa y suave textura chocar mi sexo, haciendo que me pasmara al instante.

Siguió haciéndolo así hasta que al fin pasó toda su lengua entre mi sexo y comenzó a lamerme todo. Mis gemidos no tardaron en salir de boca con una fuerza descomunal, Lena prosiguió no solo lamiéndome mi sexo sino que también comenzó a succionarlo haciéndome sentir la sensación como si jalase mi clítoris y mis fluidos hacia ella. Mi cuerpo comenzaba a sentir cada vez más los estragos de todo aquel montón de sensaciones, pero cuando comencé a sentir pasar las puntas de sus dedos fue como si pasaran por mi cuerpo una serie de descargas eléctricas que se repetían de manera múltiple.

De un momento a otro dejo de hacer en absoluto lo que estaba haciendo y subió hasta donde estaba yo, comenzó a besarme y quito mis manos de mis pechos para ser ella quien los acaricaba. Yo hice lo mismo con una mano mientras que con la otra comenzaba a acariciar su perfecto trasero. Después una de sus manos bajo nuevamente y metió uno de sus dedos dentro de mi vagina. En ese momento mi espalda se curveó y ella comenzó a sacar y meter el dedo de manera continua. Luego no solo le bastó con meter uno, sino que introdujo un segundo dedo y siguió metiéndolo y sacándolo.

Por si fuera poco, mis gemidos comenzaron a volverse insoportables; ella solo sonreía mientras se comenzaba a volver una especie de movimientos rítmicos. Para no quedarse atrás y hacer que yo llegase al tope ella comenzó a gritar y a gemir al mismo tiempo que lo hacía yo, como sí me respondiera. Su boca se varó cerca de uno de mis pechos y comenzó mamar de él. Yo gemí de placer ante todo aquello y ella lo hacía también, figurando un sonido de placer con su boca.

Cuando mi cuerpo comenzó no solamente a tensarse, sino a tomar una fuerza que no sabía de dónde había salido supe que estaba por venir lo mejor, el orgasmo. Así mi cuerpo comenzó temblar y a dejar salir ese liquido viscoso nuevamente pero con más cantidad, mis gemidos explotaron mucho más fuerte, los de Lena también e incluso se mezclaron con los ladridos de Dimitri que estaba atento a los gritos que salían de la habitación. Finalmente ese placentero y delicioso placer llegó a mi cuerpo y lentamente hizo que mis músculos se destensaran para regresar a su estado normal, la absoluta calma y mi cuerpo totalmente flácido y relajado se hicieron llegar.

-¿Te gustó? –me preguntó al oído.

Yo solo jadeé y le respondí con el poco aire que me quedaba.  

-Sí…

-Pues esto es tan solo una probadita de lo que vamos a hacer toda la noche…

¡Lamento enormemente la tardanza! Pero como ya había comentado en twitter he tenido una semana pesadita y no había tenido tiempo para escribir. Bueno, como sea... Ya me tienen de vuelta y sirve que aprovecho este espacio para darles algunas noticias.

1. Primero que nada ya contamos con página nueva, chicas. La vez pasado saltó un problema con la página que no me permitía ingresar informacion. Así que ahora es esta http://writeandimagine.webnode.es/ dense una vuelta al menos para ver el nuevo diseño.

 

2. Por otra parte les aviso que la semana del 24 no voy a poder publicar, pues a donde voy de vacaciones no se me facilita tener acceso a internet.

3. ¡Simplemente gracias!

Nos estamos leyendo y hasta pronto.

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