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Placer culpable parte iv

en Lésbicos

PLACER CULPABLE PARTE lV

Lana y yo…existía un ¿Lana y Yo? No lo tenía tan seguro ni muy claro, bueno, realmente no lo tenía del nada. Al regreso a clases todos parecían retarse para ver quien tuvo las mejores vacaciones. Ryan y Juan me contaron todo lo ocurrido en las suyas, sin embargo, no pienso aburrirles con eso; para serles sincera, no puse mucha atención a sus historias, yo tenía la mía, y con todo y lo ocurrido; trataba de ser inteligente y sacar adelante ese sentimiento de culpa infinita.

Por mi parte, quiero que sepan que amo inglés; creo es una de las pocas materias en las que voy con excelencia, sin embargo dudaba poder concentrarme esta vez, ya que compartía clases con ella, con esa mujer que odiaba profundamente hasta el grado de amarla. Y este es el momento en que todas se preguntan ¿sin tanto la ama, porque huye de ella? Bueno, eso tiene una simple repuesta, se llama MIEDO. Miedo a lo desconocido, a lo nuevo, a aquello que jamás pensaste algún día llegar a sentir, a eso le tenia miedo, a enamorarme de una mujer.

Mi punto de reunión en la ubicación de las clases era por lo regular en un termino medio, ni muy atrás ni muy adelante, por eso de la idea tonta que se tenia en Berdamúdez, chicos adelante igual a nerds, chicos atrás igual a fracasados, chicos de en medio igual a mi. Sin embargo, y suponiendo que no pensase que Lana fuese una nerd, ella se sentaba adelante, así que desde mi ubicación, podía contemplarla perfectamente, que ¡maldición!

Mientras el profesor impartía su clase, yo trataba de vez en cuando de voltear a verla, y tan rápido como me daba cuenta que la estaba mirando me regañaba a mi misma en mi interior. De las muchas veces que le miré pensé que tal vez ella voltearía a mirarme a mí, al menos de reojo, jamás lo hizo. Solo el verla, su piel, sus manos, podía imaginar de nuevo sintiéndola rozando mi piel, pero eso quizá nunca volvería a suceder, debía olvidarme de ella, quería, pero no podía.

Con quien debía hablarlo, necesitaba respuesta, alguien con quien poder sacar todos esos sentimientos encontrados, alguien que no me juzgara…y creo que había una persona indicada, Ryan. En cuanto la clase termino, Lana fue la primera en salir. Yo no estaba muy segura si contárselo a Rya, conociéndolo podría hablar sin querer, pero me atormentaba tanto guardármelo. Así que pensé en dejarlo pasar unos días, y si seguía sintiéndome como hasta ahora, lo haría.

Todo fue una tortura, la semana más larga de toda mi vida. Para el sábado invité a Ryan a su favorito bar gay, el único lugar donde Juan no me reprocharía por no haberlo llevado. Ya había ido muchas veces antes con él, pero ir ahora… se sentía muy raro, pero necesitaba estar a solas con Ryan para hablar con él y contarle todo.

-¿Así que Juan no quiso venir? – me pregunto Ryan.

-Ya lo conoces, su orgullo no se mezcla con el orgullo gay.

-De acuerdo, y que es lo ¿qué me quieres decir? -Me interrogó mientras fruncía una ceja.

- ¿Por qué piensas que te quiero contar algo?

-Linda, te conozco desde que intercambiábamos vestidos, claramente durante toda la semana has estado como ida, ¿crees que no me doy cuenta cuando me ignoras mientras hablo? Eso y sin agregar que llevas usando toda la semana el mismo tono de pinta labios, es como si no tuvieses cabeza para pensar en otra cosa, así que, ¡Si! Me trajiste hasta este bar gay para poder platicar únicamente conmigo y no tener a Juan aquí; así que… ¿estas así por Juan?

-¡Qué! No, Juan no tiene nada que ver, solo que, quería hablar a solas contigo.

-¿Sobre?...

-¿recuerdas que fui yo la primera persona a la que le dijiste que te gustaba el vecino de enfrente de tu casa?

-¡Dios! ¡No me digas! ¿te enamoraste del Hippie que vive cruzando tu calle? Sabía que eras de buenos gustos ¿Cómo has caído tan bajo?

-¡No Ryan! Ese… ese no es el punto.

-¿entonces?

-Que cuando me dijiste eso, me convertí también en la primera persona que supo que eras gay.

-¡Espera! ¡Stop! Regreso… soy malo sacando conclusiones, pero, Romina Santiago De La Cross, ¿me estas diciendo que eres lesbiana? – me miro con un rostro que jamás le había visto antes.

-Aún no lo se… por eso es que quería hablar contigo, yo…

-¡Diablos! Debía saberlo, es por eso que no durabas más de un 15 días con tus novios, haaa… por eso que prefieres ver la pasarela en la tv de chicas que de chicos…

-¿Qué? No, me gusta verlo porque me da ideas para vestirme, y lo otro, quizá si tengas razón…

-Osea, ¿te das cuenta de cuantas veces utilizas la palabra quizás? ¡Mujer! ¡You are Lost, prendidísima! Ok, ¿me podrías decir porque QUIZA crees que eres lesbiana? Porque que te guste mirar chicas no te hace lesbiana, a mi también me gusta mirarlas y eso no me hace hetero, quizá se llame envidia, créeme yo lo siento todo el tiempo, y más con esa bitch de Lana, envidia he, envidia. – bajé la mirada y me toque la ceja izquierda.

-Oh ¡Dios! ¡God! ¿te gusta Lana Daril?

-Dalirii . – corregí.

-¡como sea! No, definitivamente es envidia, claro, vez algo de competencia, y te pierdes…

-No es envidia, envidia, es lo que siento por tu perfecta forma de combinar los colores dependiendo el clima, con Lana no pasa eso.

-Ok, ok entiendo.. ¿Qué te hace pensar que te gusta esa mujer? ¿Su forma de hablar? ¿Su pesado sarcasmo? ¿Sus ojos? ¿Su perfecto cabello? ¿Su bronceada piel? ¡He!

-No, bueno si, pero ha pasado algo más que eso…

-¿Qué fue?

-¿Recuerdas la fiesta de fin de año?

-¡Ha! Ya entiendo, fue por el beso de ese juego tonto, un beso es…

-No. – interrumpí. – esa noche, después del juego, fui al baño, la encontré y fue algo asi como un encuentro… la volví a besar, ella me beso, me excite y después estuve, estúveeee a punto de masturbarme pensando en ella.

-aahh…

-Después a mitad de vacaciones cuando me decidí por fin perder mi virginidad.

-¿tu virgen?

-¡Calla!, decidí ir a un bar cualquiera y tener sexo con el primer tío guapo que me encontrara, pero no, a quien me encontré fue a ella, me invito a su departamento y tuvimos sexo. Eso es todo, ha, y no dejo de tener sueños donde estoy con ellar. – Ryan se quedó como aproximadamente 1 minuto con la boca abierta y sin decir absolutamente nada.

-Si, definitivamente eres gay, ahh yo, no sé que decir, digo… no sé que me sorprende más, que me digas que te gusta Lana o que hasta antes de eso eras virgen, todo este tiempo… nos dijiste a Juan y mi que tu, con el tío de Roma…

-Lo siento, es que…ser virgen era para como, como ser lesbiana.

-Haber, Hermosa. – me tomó de las manos. – aquí el punto no es el sexo, podrías acostarte con mil mujeres y en lo personal eso no te hace lesbiana, así, que olvida que dije que eres gay. Aquí lo que importa, es si tú… ¿amas a Lana?

-Llevo meses sintiendo esto, pero justamente pensaba lo mismo que tú, que le tenía envidia. Además, la noche que tuvimos sexo, me dijo que la que se termino enamorando, fue ella.

- y entonces. ¿Cuál es el problema? ¿Qué lo impide?

-Lo que lo impide, es que la amo, pero tengo miedo. Yo sé, yo he vivido todo lo que te ha pasado y tengo tanto miedo de pasar por lo mismo, del rechazo, de que cuando hablen a mis espaldas no sepa si es por mi nuevo par de zapatos, si me veo bonita o porque… porque piensen que soy una…

-Lesbiana… Linda, se dice lesbiana. Mira, yo se por lo que estas pasando, pasé por lo mismo que tú, solo que yo tuve sexo mucho después.

-Ryan…

-Ok, amm el punto es, que vas a terminar siendo infeliz, va a ser triste, te sentirás vacía, incompleta, un engaño total y lo peor es que si te terminas casando con un tío, jamás conocerás el amor. Créeme, el peor error que hice fue fingir durante los siguientes 2 años después de que te fuiste a Francia, que yo estaba enamorado de ti, y por eso no salía con chicas, Juan dejó de hablarme por meses, pero, él no era el problema. El problema fue que entre más mentía, mas vacío me sentía. Y te quiero tanto, para decirte, que no hagas lo mismo. No vale la pena. – Ryan me sonrió profundamente y sus ojos se tornaron en un tono rojizo, las lágrimas comenzaron a brotar, y yo tampoco lo pude evitar. – Entonces, ¿que piensas hacer?

-Necesito tiempo, se superar el miedo, de saber si ella me va a perdonar.

-¿Qué? – se secó las lagrimas.

-Después de lo del departamento Salí huyendo de allí, y no le he hablado hasta la fecha, ella tampoco ha intentado llamarme, así, que supongo que…que me odia. Además, antes de hacer cualquier cosa, necesito decírselo a mi padre, él se merece que le diga la verdad.

Aquella charla me había cambiado, pero ahora el reto era mi padre. Si él lo sabía, eso, eso me daría más fuerzas.

Hablar con mi padre no fue tan malo como me lo había imaginado, claro, se pasmo y perdió la cordura por instantes, pero creo que estuvo bien. Al principio lo único que me dijo fue si tenía que ver con el hecho de no tener madre, a lo que yo negué profundamente. Platicamos durante horas, obviamente me pregunto si había alguna chica, le conté todo; ok no, solo le dije que estaba enamorado de una, incluir sexo no hubiese sido lo mejor en ese momento. Fue tan extraño, ya tenia bastante tiempo que no hablábamos como lo habíamos hecho ese día, creo que, desde que le pregunté porque no tenia mamá a los 5 años. Ahora o por lo menos me sentía tranquila. Ahora, ahora el turno de enfrentar mis miedos, el miedo a la sociedad, seguía hablar con Lana.

Como cada año, para darle la bienvenida a los chicos de nuevo ingreso, la sociedad de alumnos organizaba una pequeña que terminaba siendo una enorme reunión. Por lo regular siempre era temática, este año, era “mascaras” solo podías ingresar, usando una. No se como decirlo, pero ese era mi oportunidad para hablar con Lana.

Ryan y yo estuvimos buscando máscaras por todos lados, hasta que encontré una decente, era algo así como de la edad media, muy bonita, pero con ese toque antiguo. La ropa, bueno, busqué un atuendo acorde a la mascara, encontré uno, perfecto, utilizaba un gorro, y me recogí el pelo, unos pequeños pescadores de piel muy sexys y lista. Esa fiesta me estaba esperando.

Cuando entre a la reunión-fiesta fue asombroso, había mucha gente, muchísimas mascaras. Lo que hacía difícil encontrar a Lana, hasta que Ryan me ayudo y la localizo, pero, como no reconocer esos hermosos ojos detrás de la máscara.

-Me cuesta trabajo pensar que Lana sea lesbiana. –dijo Ryan dirigiéndose hacia mi.

-¿y yo no?

-tu eres, tú. Puedo superarlo.

-se ve hermosa. – como no verse hermosa, cabello suelo, vestido perfectamente ajustado, unas piernas de catalogo, era, simplemente perfecta.

-¿Quién es ese tío con el que se esta abrazando? Definitivamente no es el tío primo de la otra vez.

-lo conozco, es, el chico de ultimo año, el de los musculotes.

-así, esos brazos se me hacían familiares.

-bueno, supongo que ahora todo depende de mi.

-Así es linda, y mira, si no es ella…

-será ella, ¿ok?

-No te veo trabajando en ello.

Esto era difícil, no sabio exactamente que le iba a decir, no tenia nada preparado. Me acerque lo mas que pude y espere hasta que no hubiese nadie con quien estuviese platicando, eso incluía a Sr. Músculos. Justamente este desapareció y decidí acercarme.

-Lana ¿puedo hablar contigo? –me dirigí directamente.

-no lo sé ¿puedes?

-lo sé, tuve miedo, soy humana…

-Basta, ese cuentecito ya me lo sé, no tienes que esforzarte tanto.

No se porque en ese momento se me acabaron las palabras, no sabia que decir, con que defenderme. Entonces llegó el Sr. Músculos.

-Romina, nos permites, voy a bailar con mi pareja. – me recrimino Lana.

Allí fue cuando hice eso que casi no hago, reaccionar sin pensar. Subí a la parte donde estaba el un tío dando indicaciones y mandando comentarios a todo el mundo. Le cogí el micrófono bruscamente y regrese a la pista de baile.

-¡Hey Lana!- ella se giro sorprendida. – fui una estúpida, una idiota, cobarde y demás adjetivos ofensivo. Pero te voy a demostrar que puedo ser mejor persona, aquí, en frente de muchos conocidos y desconocidos te lo voy a decir.  ¡Lana Dalirii! Con doble i, ¡Te Amo!

El silencio culmino en toda la sala, la música dejo de sonar y todos guardaron silencio. Lana se haacerco y me dijo.

-¿Y eso que? Medio instituto esta enamorado de mí, incluyendo tu amigo Juan. –pude mirar la a Juan a lo lejos con mirada de estúpido.

Muchos no sabían que era yo hasta entonces. Aventé el micrófono para que lo cachara alguien más, me solté el pelo, y me quité la máscara. Todos hicieron un pequeño grito de sorpresa, supongo que no les había pasado por la cabeza. Miré por un pequeño instante alrededor y noté las miradas perdidas. Como si fuese un extraterrestre. Me acerqué aun más a ella y la miré directamente a los ojos.

-Pero yo no soy medio instituto, soy Romina Santiago. – tomé su rostro entre mis manos y la besé profundamente como hacia tanto tiempo deseaba hacerlo. Por un momento pensé remotamente en que me rechazará. Pero cuando me tomó por la cintura y me devolvió el beso, supe que no lo haría. La besé con tanta fuerza, la acerqué hacia mi… fue el momento más feliz de mi vida, tanto así que aunque escuché murmullos al fondo, no me importó, justo ahora, por fin me sentía completamente llena. Junto a ella.

Supongo que muchos piensan que este es el final más cursi y quizá hasta predecible, o simplemente el final feliz. Pero saben que, no lo es. Recuerdan que les había dicho que estoy en México, aun sigo acá. Y les he contado todo esto para llegar al punto. Para que sepan que pasó, como me enamoré de Lana y porque es tan importante para mí. Y para contarles, que sucedió para encontrarme yo acá y ella allá. Chicas, esta historia aun no termina.

Espero fuese de su agrado, creo que a veces soy mejor siendo romantica que otra cosa. Gracias por sus comentarios.

@Gladys_Di