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No Me Borres (Parte VII)

en Lésbicos

No Me Borres (Parte VII)

 

-Kim, espera… -medité un par de segundos-. No puedo hacerlo…

-¿Y ahora que pasa Eva? ¿Ya no te acuerdas como se hace?

Subí mi mirada hacia ella y me puse de pie.

-No es eso, simplemente no puedo hacerlo –le respondí en un tono a secas.

-¿Cómo que no puedes hacerlo? No me vayas a decir que resulta que ahora y no te gustan las chicas –se burló.

-Me gusten o no, es mi problema.

-Supongo, entonces…. Creo que no tienes nada que hacer aquí –me miró mientras se subía los pantalones.

-No, ya tuve suficiente por hoy –le hice cara mientras la veía como se subía los pantalones.

-¡Qué demonios Eva! ¡Deja de juzgarme!

-¡¿Qué deje de juzgarte?! Yo solo vine para que me ayudases a resolver dudas con mis recuerdos, no para que a las primeras de me salieras con esto.

-¡¿Ahora resulta que te molesta?! ¡¿Ahora resulta que eres correcta?! ¡No te hagas Eva! Si tú tienes un historial mucho bastante más negro que el mío.

-Será mejor que me vaya –me acerqué hacia la puerta.

-¡Claro!... ¡Anda! Vete y revuélcate con queridísima primita ¡Ups! No me digas que eso tampoco lo recuerdas…

Me detuve justo antes de tomar la perilla de la puerta.

-¿Qué dijiste?

-Vale… ¿Qué no fue por ella que me cambiaste? ¿Crees que no me di cuenta? Te alejas de mí y luego resulta que te vuelves la mejor y la súper prima del año… Te vi Eva… te vi como la mirabas y sobre todo como ella te miraba a ti, esas miradas que intercambiaban… Justo la misma mirada de culpabilidad que teníamos las dos cada vez que nos veíamos en los pasillos de la escuela…

-Tú no sabes nada… -tomé y giré la perilla.

-Y el dicho chisme ese… ¿Qué? ¿Simplemente fue un chisme y ya? A ella si la besabas en la escuela y a mí me evitabas lo más que podías, y si me dices que solo fue un invento de la gente… Créeme, no tienes porque negármelo… No tienes…

Abrí la puerta, me giré hacia ella y la miré a los ojos.

-Lo nuestro y lo de Mia… fueron dos cosas totalmente diferentes.

Se cruzó los brazos e hizo una sonrisa sarcástica.

-Eso me queda claro, si yo me sentía culpable por acostarme con la bonita del salón; no quiero ni pensar lo que tú sentías por acostarte con tu prima.

Me volteé bruscamente y salí al pasillo.

-Yo ya me olvidé de ti… También olvídate tú de mí –le dije siendo lo más directa que podía.

-Eso no es problema, ya hice eso desde antes que te quedaras postrada en una cama.

-Pues siéndote sincera, no lo parece…

-No confundas las cosas… Es solo sexo –se defendió.

-¿Solo sexo? Era lo mismo que pensaba yo, y mírame ahora… -le cerré la puerta.

-Eres una puta Eva, no lo olvides… Eso ya no se te va a quitar…–se escuchó fuertemente tras la puerta.

Con los puños cerrados y con ganas de regresar para darle una que jamás olvidaría, simplemente caminé hacia el elevador y me metí buscando con la mano temblorosa el botón de planta baja. Todas esas fuerzas y ganas de explotar terminaron al final convirtiéndose en un llanto de lágrimas, y aunque intenté controlarme, simplemente no pude con ello.

A mitad del camino, el elevador se abrió para incorporarse una persona más. Al principio no le puse atención y trate disimuladamente de borrar las lágrimas de mis ojos, pero cuando esta me habló fue imposible no voltear a mirarle. Se trataba de una chica rubia, alta, cabello lacio y recogido por una dona, ojos azules con un tono muy cercano al gris.

-¿Te encuentras bien? –me preguntó.

-Sí, estoy bien –le dije al mismo tiempo que me secaba los ojos con las manos y desviaba mi mirada hacia la puerta del ascensor.

Definitivamente era una chica muy atractiva, era más alta que yo e incluso hasta podía decir que también lo era de edad. Llevaba un par de lentes trasparentes que le hacían ver muy intelectual e incluso su atuendo le hacía ver como una persona sería.

-¿Segura? Si puedo hacer algo… -insistió.

-No, segura que estoy bien –le respondí a secas sabiendo en mi interior que todo estaba mal.

-Yo también he tenido días malos, unos más que otros… Pero… Sabes… Siempre hay motivos para seguir adelante –intentó hacerme platica.

-Eso intento pensar –le respondí nuevamente a secas intentando terminar lo que se suponía que era una conversación.

-Kira… Mucho gusto –acercó su mano hacia mí.

-Eva –tomé su mano y le salude.

-¿Vives por aquí? No te había visto antes.

-No, solo vine a ver a una vieja amiga… ¿Y Tú? ¿Vives aquí?

-No, para nada… Mi mejor amigo vive aquí, como trabajamos justos… Pues le traje algunos trabajos que necesitamos terminar.

-No quiero ser metiche pero… ¿En qué trabajas?

-¿Metiche? Aquí creo que la metiche sería yo –sonrió-. Trabajo en una revista, acabo de terminar mis estudios; así que soy la nueva, supongo que estás en la universidad… ¿No?

-Estuviese en la universidad, pero perdí un semestre y justo ahora solo estoy de oyente.

-¿De verdad?

Se abrió la puerta del elevador, dándonos cuenta de que ya habíamos llegado a la planta baja.

-Sí, pero es una larga historia.

-Me gustaría escucharla -sonrió-. Mi departamento queda cerca de aquí, si gustas...

-Lo siento pero... pero se supone que no debo estar aquí, tengo que regresar a casa.

-Claro, no hay problema -metió la mano dentro de su bolso y sacó un pequeño rectángulo de papel-. Se supone que esto se lo doy a los interesados en la revista, pero veo que llevas prisa; aquí viene la dirección de mi trabajo y mi número de celular, por sí algún día quieres hablar.

Tomé el papel dándome cuenta de que se trataba de una tarjeta de presentación.

-Claro, no suena mala idea.

-Entonces nos vemos luego -estiró el brazo hacia mí y estreché su mano.

-Hasta luego y gusto en conocerte -me despedí.

-El gusto fue mío Eva y trata de verle el lado positivo a las cosas, al menos a mí me ha funcionado.

-Lo pondré en práctica.

La tal Kira se alejó y tomó uno de los pasillos a diferencia a mí que salí por la puerta principal, “quizá irá al estacionamiento o algo así –pensé”. Guardé la tarjeta en uno de mis bolsillos sin mostrar un mínimo de importancia, realmente no pensaba ocuparlo algún día. Tan rápido como pude tomé el primer taxi y le exigí que me llevase lo más rápido posible a la dirección indicada.

Cuando llegué a casa, traté de ser lo más cuidadosa posible, a primera vista no había absolutamente nadie a la visa; por lo tanto, la calma me invadió al instante. Lo primero en que pensé, fue en dirigirme directamente a mi habitación y fingir quedar dormida; pero la idea se vio bastante confusa en mi mente al pensar en la posibilidad de que Mia estuviese en la habitación.

Cuando abrí la puerta, lo hice lentamente y después asomé la cara, para mi suerte… no había nadie. Rápidamente entre y cerré la puerta, caminé hacia los cajones y me puse la primer bata que encontré, me metí en la cama y me tranquilicé por unos instantes. Cuando la puerta se abrió cerré los ojos y fingí estar dormida, pues aunque no era buena actriz debía intentarlo. Se trataba de Mia, lo supe porque ella me lo hizo saber al instante.

-A nadie vas a engañar mintiendo que estar dormida –se dirigió hacia mí.

En ese momento quise mantenerme callada para que realmente creyera que estaba dormida pero ella insistió.

-Ya Eva, yo regresé desde temprano y no has estado en todo el día.

-Ok, tú ganas… ¡Por favor! Por favor no… -uní mis manos implorándole.

-No les voy a decir nada si… si me dices a donde fuiste.

Puse cara de desquicio al instante.

-Y no intentes mentirme, no te funcionará –me advirtió.

-¿Realmente quieres saber? –la regresé la advertencia.

Ella se volteó hacia mí y me miró seriamente.

-Vamos Eva… Ya no me mientas más y no te mientas a ti misma.

-¿Qué dices?

-Ya sé que andas así de rara porque recuerdas todo.

-Se más específica.

-¡Eva! Si no lo dices tú, lo haré yo. Así que será mejor que empieces a decirme todo y todo… Es todo.

-De acuerdo…. Realmente no sé por donde empezar…

Me miró exigiendo respuestas.

-Hace un par de meses comencé a recordar cosas… Algunas insignificante y otras no tanto, recordé lo que pasó… pasó en el campamento. Al principio pensé que era una especie de sueño y así, pero terminé sintiendo todo eso más que un sueño.

-El día de la piscina, cuando me contaste el sueño ese… ¿Pensabas que era un sueño? –me preguntó.

-Al principio te juro que sí, cuando salí a despejarme un poco y te encontré al lado de la piscina me puse muy nerviosa y por eso dije todo aquello.

Se tomó un par de segundos antes de comenzar a decir algo.

-¿Realmente pensabas que era asqueroso? –se cruzó de brazos.

-Sí, me parecía repugnante.

-¿Y ahora?

-Ya no… No desde que comencé a entender todo y los recuerdos comenzaron a entrelazarse con otros.

-Y entonces… ¿Qué recuerdas del día que llegaste borracha?

Mis ojos se expandieron al recordar lo que me había contado Santiago respectó a aquella noche, así que decidí mentirle; realmente aquello no tenía nada que ver con ella y no quería fastidiarla.

-Nada, solo que desperté desnuda, y solo eso –aguardé unos segundos-. ¿Pasó algo más que yo no sepa? –le pregunté y puse la mirada fría.

Su mirada se desvió de la mía, en ese momento supuse que se había dado cuenta de que le estaba mintiendo o quizá de alguna manera vaga se había enterado de… de aquello.

-Eva… -me miró sin decir nada y después prosiguió-, pasó algo muy importante.

-¿Qué pasó? –le exigí responder.

-Hicimos el amor –bajó el rostro y se agarró la cabeza con ambas manos.

Noté claramente su mirada antes de que esta se escondiera debajo de su pelo, también noté claramente las palabras que uso para describir lo que había pasado entre nosotras; le había llamado hacer el amor y no simplemente tener sexo.

-¡Maldita sea Eva! Tú lo iniciaste y… ¿Cómo no lo recuerdas? –se puso de pie.

-Perdón pero no, no lo recuerdo y lo lamento con todo mi alma pero… No recuerdo nada de esa noche.

-Y tampoco recuerdas haber dicho Kim mientras dormías –afirmó.

-No, pero…

-¿Pero qué?

-Tú me preguntaste a dónde fui hoy todo el día.

-Y aún no lo sé –me reclamó.

-Fui a verla… A saber quién era…. Es…

-¿Y? supongo que es una historia muy interesante.

Me puse de pie e intenté sentarla pero ella insistió en quedarse parada.

-Ella fue… Ante que tú existieras como tal en mi vida… Ella…

Me miró con la mirada quebrantada y confundida.

-Tú me dijiste que eras la primera mujer con la que habías hecho el amor –objetó.

-Y así fue Mia, lo que pasó con Kim no tiene importancia, fue como un forma de conocer mi sexualidad… Curiosidad… Como quieras llamarlo.

-El punto es que no fuiste sincera –me empujó hacia atrás levemente.

-Tienes toda la razón, estuvo mal y lo lamentó.

-¿Y ahora qué? ¿Ahora que ya recuerdas todo? ¿Qué va a pasar?

-Nada.

-¡Nada! ¡¿Te estás escuchando?! ¡Nada!

-Sí Mia, no va a pasar nada y lo que pasó aquella noche entre las dos no fue nada, ¿de acuerdo?

-¡Qué demonios! ¿Qué estas diciendo? Ya me recuerdas… Podemos recuperar lo nuestro.

-Podríamos… Pero hay que ser sinceras… Esto no va a funcionar… Esto no tiene sentido… Tú puedes empezar de nuevo, ambas podemos…

Se acercó hacia mí y me tomó de las manos.

-No lo entiendes Eva, te amo y…

-… y yo fui tu primera vez, por eso es especial.

-Podemos empezar de nuevo…

-No Mia, no… yo también te amo.

-¿Entonces…? –me interrumpió.

-No te voy arrastrar conmigo, tienes que seguir… Sin mí –acaricié su mejilla izquierda-. Si algún día encuentras a alguien o…

-¡Mierda Eva! ¿Cómo quieres que olvide esto? Si por todo esto mis padres están muertos.

Quitó mi mano de su mejilla y me empujó bruscamente.

-¡Intenta recordar Eva! Estábamos discutiendo por lo mismo y para que no me terminaras te bese… te bese justo en el momento que nos veía mi padre… Estaba furioso, te tomó de un brazo y te empujo contra la pared, había gritos por todos lados; llegó mi mamá y ambos decidieron ir con tus padres para contarles todo.

En mi mente las escenas comenzaron a tomar vida, ella tenía razón… Yo había intentado terminar lo nuestro y entonces…. Llegaron sus padres, así que nos subieron al coche y este comenzó a andar con dirección a casa de mis padres… Después empezaron las discusiones dentro del coche y… Un tráiler frente, un descuido, un volantazo y…

-Lo estas recordando… ¿Verdad? –tomó mi rostro para fijarlo con el suyo.

-Lo lamento –me rompí en llantos-. Yo no quería eso y lamento todo pero… Eso no va a cambiar mi decisión.

Ella comenzó a llorar y medio temblar.

-Todo abra sido en vano… La muerte de mis padres… Meses esperando al lado de tu cama para que despertaras… Todo eso a la basura.

-No lo hagas más difícil Mia, esto se acabó.

Me alejé de ella, comencé a cambiarme de ropa, saqué una mochila y comencé a meter algunas de mis cosas.

-¿Qué haces?

-¿Tú qué crees? Todo esto en un solo día… Simplemente no lo puedo asimilar, necesito escapar…

-¿Tú escapas? ¿Y yo que hago? ¿Me quedó a llorar toda la puta noche aquí sola?

-Haz lo que quieras Mia, pero no podemos estar las dos juntas; mucho menos en la misma habitación –busque entre mis cosas y comencé a escribir una nota.

-¿Es para mis tíos? ¿Qué les vas a decir? Me voy antes de que me corran por saber que soy lesbiana, que me acosté y enamoré de mi prima… ¡Ya no tenemos nada que perder Eva!

-Basta… No se trata de perder o no, se trata de que esto no va funcionar… Ambas tenemos que madurar.

En la carta simplemente especifiqué que necesitaba tiempo para reflexionar, que había cosas que comencé a recordar y que… que no podía asimilarlas tan simple.

Tomé mis cosas y avancé hacia la puerta de salida, ya allí voltee y la miré, ella me miró un par de segundos y después se volteó dándome la espalda. Llegué a la sala y dejé la nota en la mesita de descanso, abrí la puerta y salí de la casa. No sabía exactamente hacía donde ir, llevaba un poco de dinero como para pasarla en un hotel o algo así, pero en ese preciso momento ni siquiera sabía la dirección de un hotel cercano.

Sin nada más que problemas en la cabeza comencé a andar sin sentido, caminar y caminar, simplemente eso… Una media hora mi celular comenzó a sonar así que lo apagué y continúe. Después de un buen rato y justo cuando el frío comenzó a llegarme hasta los huesos fue cuando empecé a preocuparme. Pensé en un caso muy extremo ir a pedir asilo a casa de Kim, pero rechacé la idea al instante.

Mientras revoloteaba entre mis cosas, me di cuanta de un pequeño papel blanco (era la tarjeta de Kira) la leí y vi claramente el número telefónico, así que encendí mi celular y sin pensármelo dos veces le llamé. Al principio simplemente le dije que no tenía donde quedarme a dormir, que había discutido en casa y me habían echado, finalmente funcionó y media hora después un coche negro muy bonito llegó a mi rescate.

Durante el camino a su departamento, ella intentó persuadir un poco el tema que me había llevado hasta allí; así que se decidió por simplemente hablar de cosas que no iban mucho al caso. Cuando llegamos necesitamos subir nuevamente por elevador, ya que este edificio era igual o mucho más alto que el de Kim, hasta podría decirse que más elegante. Sin embargo me sorprendí más al llegar a su departamento, realmente era precioso.

-¿Qué tal el lugar? ¿Te agrada? –me preguntó.

-Es hermoso… Mucho más que el otro donde me encontraste.

-Bueno, no quiero ser presumida ni nada, pero este lugar es para gente respetable, gente bien… Tú sabes… Nada de drogadictos o prostitutas y eso.

-Sí, supongo que el otro a pesar de ser bonito… Admite a cualquiera.

-Eso mismo le he dicho a Gerardo, mi amigo.

-Amm –dije al mismo tiempo que intentaba buscar algún lugar para dormir.

-Lo siento, no tenía planeado que vinieses y como no tiene mucho que me cambié… Aún no tengo muebles.

-Supongo que tendrás alguna colcha para quedarme en el suelo.

-Sí, pero no creo que sea buena idea… Esta frío… Ya pasé por eso antes de que me trajeran la cama… ¿Café? –me preguntó.

-No gracias, la verdad no tengo mucha hambre ahora.

-Bueno, pero tienes que comer algo.

-Preferiría dormir –sugerí.

-Anda… La cama es demasiado grade.

-¿No te molesta?

-¿Me debería molestar? Solo si pataleas en la noche.

-No, caigo como piedra –reí.

-Bueno, entonces será mejor que descansemos las dos…

Ya en su habitación, que era extremadamente grade, me dio algo de ropa para cambiarme a pesar de que llevaba algo de la mía; justo allí no supe como decirle que me diera espacio o me dijera donde estaba el baño para cambiarme, pero ella naturalmente comenzó a quitarse la ropa allí en frente; rápidamente quedó en ropa interior, luego se hurgó entre unos cajones y comenzó a sacar ropa para ella.

Viendo esa escena, recordé lo que Kim me dijo que le pregunté cuando me vio desnuda frente a ella… “¿Te gusta mi cuerpo?” en ese momento me quedé embobada mirando el cuerpo de Kira, era tan perfecto… Justo cuando se volteó hacia mí giré la mirada evitando que se cruzara con la suya, pero mientras ella se ponía una playera de frente a mí, logré ver que justo a un lado y un poco abajo del obligo tenía una pequeña flor rosa muy bonita. En ese momento, aquel tatuaje le hacía ver tan perfecta y si hubiese estado de ganas para algo más o en otra situación, hubiese dejado de observarle únicamente.

-¿No te molesta que duerma así? En las noches me derrito con el calor.

-No, esta bien… Es tu casa –le dije.

Para nada me molestaba, lo que me molestaba era que en esta situación, donde ella me ayudaba… No había escena para aprovecharme de su amabilidad… Además, si se ofendía... Era seguro que me echaría de allí.

Yo simplemente me puse un short y una ligera playera que llevaban todo su aroma… Ya en la cama y después de un “Buenas noches” pensé que lograría conciliar el sueño, pero de alguna forma todo se venía de nuevo a mí mente. Estos pensamientos se vieron interrumpidos cuando el cuerpo de Kira que estaba de frente hacia afuera de la cama se volteó, una de sus piernas rozó con las mías y rápidamente jalé mis piernas hacia mí.

No sé porque hice eso, quizá un reflejo o algo así, pero lo hice. Ya estando mi mente hacia lo que había sucedido, sentí claramente como el cuerpo de Kira se acercó hacia mí; me puse temblorosa ante la idea pero luego sentí su cuerpo medio levantarse, su cabeza se acercó hacia la mía y me susurró.

-¿Todavía no te duermes?

-No.

-Hazlo, y deja de pensar en las cosas malas, recuerda lo que te dije… Trata de verle el lado positivo a las cosas.

Después se alejó un poco, pero no demasiado y se medio acorrucó a mi lado.

-Hoy hace frío –dijo vagamente.

Sí, reamente hoy estaba el clima algo frío aunque a diferencia de caminar por las calles, esto era mil veces mejor.

-Algo –le respondí.

-Pues que bueno que te tengo aquí, la calefacción se descompuso y tú estas calientita –se rio y se acercó un poco más.

Yo simplemente le seguí la idea con una risa y no me moví en absoluto, ella se quedó simplemente detrás de mi espalda y acercó nuevamente sus pies medios fríos hacia los míos, que se encontraban un poco más calientes; pero esta vez no los alejé de ella, simplemente cerré los ojos y me quedé dormida.

Bueno, aquí me tienen nuevamente... A esta parte traté de darle un toque menos erotico, pero les prometó que el siguiente si tendrá. Gracias por la pasciencia y no matarme por publicar tarde. Gracias infinitamente por sus comentarios que siempre leo, trató de responder las preguntas cuando más rápido puedo.

Respecto al problema de la redirección a "MundoChicas" en los móviles... Aquí les dejo el lik directo a mi perfil para evitar pasar por esa página:

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Cuidense, buen inicio de semana, nos estamos leyendo y hasta pronto.

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