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En el parque con mi Machito y el miron de turno

en Hetero: General

Hola de nuevo a todos los que se toman el tiempo de leerme, bueno con respecto al relato que publique ayer, he recibido muy buenos comentarios y los agradezco mucho; muchos han manifestado su inquietud sobre ¿Cómo termino la historia con mi “machito”?, pues bueno, les contare a continuación, todo lo que ocurrió después de ser “estrenada” por mi primer novio, y los pormenores de los acontecimientos. Agradezco infinitamente sus comentarios, son ellos los que hoy me invitan a seguir publicando, y bueno a los que aun no han leído el anterior relato pasen por mi página y lo encontrarán como: “Mi machito el primero que me hizo ver estrellas”, sin más preámbulos comencemos.

Después de nuestro primer encuentro las cosas entre mi novio y yo cambiaron, ya no nos veíamos con tanta frecuencia, y si lo hacíamos era tener nuevas relaciones sexuales; confieso que por momentos me sentía un poco usada, pero no me podía quejar, disfrutaba muchísimo cada encuentro, que con el paso de los días se iban volviendo más intensos. Ya nos preocupábamos por usar protección y jamás volvimos a hacerlo sin estar usando condón, por que los días siguientes a Nuestro Primer encuentro, fueron un tormento para mí, la posibilidad de haber quedado embarazada a tan temprana edad me aterrorizaba, pero por fortuna no fue así, mi regla llegó y con ella un descanso y una paz infinita jeje, bueno, el tema es que ahora nos cuidábamos y cuando teníamos oportunidad repetíamos nuestros arranques furtivos, acalorados y desbordantes de pasión, unas veces en su casa, y otras en la mía, claro que como casi nunca estaba sola, mi casa no fue un territorio muy explorado.

Una de las últimas veces que estuvimos juntos, fue de lo más excitantes para mí y donde descubrí lo mucho que me gusta que me miren mientras tengo relaciones sexuales, (si, soy un poco exhibicionista, sin contar que tengo algo masoquista también, pero mi gusto por ser “maltratada” en la cama, es un cuento que les narro luego).

Todo paso un viernes en la noche, una de mis compañeras de Colegio, celebraría su cumpleaños, y yo estaba cordialmente invitada a la fiesta, pedí permiso en mi casa, y mi mamá en principio se negó por que la fiesta terminaría tarde y no quería que anduviera sola a altas horas de la madrugada, después de mucho rogarle y de convencerla diciendo que no iría sola, que mi Novio me acompañaría, ella terminó por aceptar, por que confiaba plenamente en él y por que como lo mencioné anteriormente, él gozaba del aprecio de mi madre. Todo estaba preparado, me puse muy bella para la fiesta, recuerdo que llevaba un pantalón negro muy ceñido al cuerpo, y una blusita azul con un escote un poco profundo que me obligaba a mantenerme vigilante por si alguna de mis tetas se le ocurría asomarse más de lo debido jeje; mi novio paso a recogerme muy puntual, a eso de las 8:30 de la noche, estaba lista, tomamos un taxi y nos fuimos, en el trayecto del viaje mi “machito” no dejaba de mirar  mi escote, sabia que le gustaban mis pechos y me encantaba provocarlo, varias veces me dijo al oído que me veía muy “sexy” y que quería morderme y chuparme las tetas con la voracidad que lo hacía siempre, me sonrojé un poco cuando advertí que el conductor del taxi, nos miraba por el retrovisor, curioso, tratando de adivinar por mis gestos, las cosas que aquel calenturiento chico me estaba diciendo en susurros.

El viaje tardo aproximadamente 15 minutos, nos bajamos, ni novio como todo un caballero pago el taxi, y entramos, me encontré con mis compañeros  a todos les presente el novio del cual tanto hablaba, busque entre el tumulto de familiares, amigos y conocidos, a la homenajeada, le entré el presente que le llevaba, acompañado de un fuerte abrazo que nos despenó ambas y pues me dispuse a disfrutar de la fiesta, converse y me reí con mis compañeros, algunos bailaban y como soy negada para el baile y mi novio tampoco era el alma de la fiesta, pues me quede a su lado, el me abrazaba por la cintura y me pegaba mucho a su cuerpo, su calor, su olor y la sanción de seguridad que me daba, hacía que me mi cuerpo lo deseara con locura, mis demás compañeros nos miraban y seguro pensaban que éramos uno par de aburridos, pero al final no nos importaba, me encantaba estar pegada a su cuerpo, calentándome y haciendo que él también se pusiera a mil, cuando con mi cola, frotaba discretamente su pene, que respondía a los estímulos, irguiéndose desafiante.  La fiesta no fue lo que esperábamos, la comida no llegaba, el licor y las bebidas se estaban agotando y para rematar la desgracia de mi amiga, estaba lloviendo a cantaros y el resto de los invitados aun no llegaban, con música trataron de ambientar el negro panorama, mientras algunos propusieron que jugaran al karaoke, el resto nos aburríamos como ostras, vi la carita de aburrimiento de mi novio, y noté que estaba un poco mal humorado, me acerqué y le dije al oído: -Cuando ceda un poco la lluvia, nos vamos y armamos nuestra propia fiesta. El me miró algo asombrado por mi propuesta, pero sonrió complacido, sabía a que “fiesta” me refería y le encantaba la idea.

La lluvia se convirtió en cómplice de nuestros planes, pues cedió al poco tiempo de que yo hiciera la proposición, ambos nos miramos, y entendimos que era momento de huir y festejar en otro lado.

 Nos escapamos como dos ladronzuelos de plaza, saliendo con disimulo y sin despedirnos de nadie, una vez afuera de la casa, él me tomó de la mano y mientras caminábamos me dijo: -¿Bueno, y adonde vamos?, yo no tenía ni las más remota idea, aun era temprano, y no podíamos ir ni a su casa ni a la mía,   por que en ambas estaban nuestros padres y era imposible hacer algo con ellos allá, a falta de ideas y de un buen sitio donde “pasarla bien” el y yo, pues nos resignamos a que esa noche no pasaría nada, y que nos dormiríamos temprano, un taxi nos llevó de vuelta a mi casa.

Mi casa esta ubicada en una Unidad Residencial, es decir un lugar con un estilo campestre, donde sobran las zonas verdes, y en el cual la gente cierra puertas y ventanas después de las 9 de la noche, es un lugar muy grande, tanto que a muchos de mis vecinos ni los conozco, mi novio vivía a unas calles de ahí, no muy lejos. El taxi nos dejó en la entrada, el portero de turno nos saludo amablemente, respondimos con igual cordialidad, y nos dispusimos a despedirnos, vi en la mirada de mi novio, un dejo de frustración y calentura reprimida que me hicieron replantear las cosas, esa noche tendríamos sexo como siempre y el lugar sería lo de menos. Nos dimos un beso, y cuando él se iba a marchar le dije: -Espera, ¿Por qué no entras y te despides de mi mamá? Y guillándole el ojo, lo invite a que entrara conmigo, no entendió muy bien lo que estaba pasando por mí mente perversilla, pero me siguió el juego.

Atravesamos el parqueadero, y cuando estuvimos lo suficientemente alejados de los ojos del portero, nos besamos frenéticamente, el estrujaba mis tetas con fuerza tanto así, y gracias al escote de mi blusa, que ambas quedaron al descubierto, mi mano, acariciaba su pene por encima del pantalón, y mi boca besaba con locura la suya, estábamos descontrolados, las ganas nos estaban consumiendo, ya nada podía contener el mar de pasión que corría dentro de nuestros cuerpos. Agitada le dije que fuéramos al “Parquecito” de la Unidad, un lugar donde los niños se divierten en el día, pero que en la noche esta desierto y que allí estaríamos mas cómodos;  así lo hicimos, caminamos unos pocos metros y detrás de unos arbustos estaba el “parquecito”,  todos los juegos estaban mojados, al igual que mi tanga que para ese momento tenía una gran mancha de fluido caliente que brotaba de mis adentros. La oscuridad de la noche nos cubría, en este lugar había poca iluminación y como lo habíamos predicho no se veía ni un alma por ahí, nos pusimos justo detrás de los arbustos, recostada contra un árbol gigante de Mango, que ambientaba el escenario perfecto.

Los besos y las caricias reanudaron con más intensidad que antes, sus manos me apretaban contra el árbol, mientras con su boca besaba mis tetas con locura y entre jadeos me decía que le encantaban, que lo estaban volviendo loco, y él a mi me estaba llevando a la gloria con sus caricias; nuestros cuerpos temblaban no se bien si era por el frío que hacía, o la misma pasión nos obligaba a ello, nuestras manos heladas se encontraban y las suyas recorrían mi vientre buscando impacientes, cómo abrir el pantalón y llegar al tesoro de mi húmeda vulva. Abrí aun mas el escote de  mi blusa, y de un solo jalón de mi sostén, deje en libertad mis senos, que por el frío se sentía mas duros que de costumbre, se veían mis pezones erguidos, y apuntando imponentes, mi “machito” abrió su boca, y rodeando con ella todo mi pezón derecho, comenzó a succionarlo con la misma habilidad que siempre lo había hecho, su lengua bailaba suave, y cada movimiento de ella, estremecía todo mi ser, flexionaba un poco las rodillas tratando de complacer mi vagina que ya pedía a gritos ser atendida, con mi mano izquierda agarre mi seno libre, y mientras retorcía con fuerza mi pezón, con la otra mano comencé a frotar mi vagina, y haciendo presión trataba de calmar mis ganas, mi novio notó lo excitada que estaba, abrió mi pantalón y bajándolo hasta mis rodillas, comenzó a masturbarme por encima de la tanga blanca semitransparente que traía,  la hizo a un lado y sentí como sus dedos frío hacía círculos en mi clítoris, me estremecí y cerrando los ojos con fuerza dejé escapar un gemido que sonó algo así como el maullido de un gato, con el fin de que no hiciera ruido, apresó mi boca con la suya y mordiendo mis labios, metió varios de sus dedos dentro de mi, no se bien cuantos, pero con lo lubricada que estaba creo que hubiera podido meter el puño completo, mientras él jugaba  con sus dedos, moviéndolos dentro de mi y apagando mis quejidos con besos, gire la cabeza a mi derecha, y cuando abrí los ojos, vi dibujada en la penumbra, la silueta de un hombre que nos observaba, note que el sujeto tenía una buena vista de todo lo que estaba ocurriendo, y podía jurar que en ese preciso momento se estaba haciendo una paja en nuestro nombre, si, me asuste un poco, podía ser un vecino que me reconociera, y le contara todo a mi madre, pero lo vi tan complacido que descarte esa la idea que me delatara, bueno, parecía que era noche de dos por uno, y no se si me comporte como una putita, pero no le dije a mi novio que alguien nos observaba, saber eso me ponía aun mas cachonda, y esa noche complacería a dos tipos al tiempo.

Con sutileza le dije a mi novio que quería que me penetrara y que me hiciera gozar como loca, que no me importaba si los vecinos me oían gritar que me moría de ganas por ser suya de nuevo, en realidad lo que quería era que el “fulano” me oyera gemir y se excitara aun más, pues sabía que no apartaba la vista de nosotros, a mi novio, estas palabras lo calentaron mucho, sacó de su cartera un condón, abrió su Jean que calló hasta el suelo, hizo que mis tanguitas cayeran también y sacando su erguido, resbaloso y caliente pene, enfundó por completo el preservativo y mientras seguía agarrando su rico falo, lo puso entre mis piernas, como pude me libere por completo del pantalón y de las tangas que impedían que levantara la pierna, y abrazándome con fuerza a la espalda de mi novio, me acomodé para ser embestida por un macho en celo, caliente y vigoroso; su pene entro de un solo golpe, gemí, sentía como mis paredes vaginales se pegaban a su venoso aparato, comenzó a bombear cada vez mas fuerte, sentía como sus testículos me azotaban tras cada arremetida, las cuales estaban cargadas de fuerza y lujuria, me miraba fijamente para disfrutar de mis gestos de pasión, y mientras con una de sus manos agarraba su pene para darme una buena cogida, con la otra se apoyaba contra el tronco del árbol para empujarse y penetrarme sin compasión, yo cada tanto soltaba algún gemido sutil, y lanzaba una mirada para ver al “fulano” que seguro estaba disfrutando con la vista y mis gemidos camuflados, no se si era mi imaginación pero cada vez veía su silueta mas cerca, y notaba una impaciencia y un nerviosismo en él, lo que me calentaba aun mas la sangre, gemí varias veces más, de verdad estaba gozando, los embates de mi “machito” cada vez eran mas fuertes, tanto así que por instantes hacían que me levantara del suelo quedando suspendida en el aíre, sostenida fuertemente de su cuello, mi orgasmo llegó antes de lo que esperaba, la situación, el escenario y la inesperada compañía me habían llevado al límite; las paredes de mi concha se contraían y  por momentos sentía como succionaban y capturaban el pene de mi novio y apretando con fuerzas los dientes, pujé, en un intento desesperado por contener el grito que de mi garganta salía, quizás los vecinos del lugar pudieron oírnos eso no lo se, pero de lo que si estaba segura es que el “fulano mirón” se había enterado de mi orgasmo y muy seguramente se había corrido casi al mismo tiempo que yo, eso fue lo que pensé, por que la idea de esa situación y el hecho de imaginarme su mano llena de leche, hicieron que casi de inmediato otro orgasmo llegara para adueñarse de mi voluntad, y hacerme gritar de placer, mi novio un poco inquieto y sin parar de bombear, me tapo con suavidad la boca, para poder continuar con su rítmico vaivén, minutos después entre mugidos y resoplidos, mi “machito” acabo estallando con ímpetu, un torrente de su rico y abundante semen fue a inundar el látex del condón para que en mis entrañas ni una sola gota   fuera vertida.

A pesar del clima frío que hacía, nuestros cuerpos estaban sudorosos y exaltados, nuestros pechos se levantaban estremecidos, y nuestras piernas temblaban por el cansancio.

Mi novio se deshizo del condón y limpiándose un poco con la mano, guardo su pene, ya flácido, mientras yo acomodaba mi ropa en su lugar, me abrazó y me beso como de costumbre, dirigí mi mirada para ver donde estaba el “fulano”, pero su silueta había desaparecido de la misma forma como llegó, no supe de quien se trataba, creo que era el Portero de turno, al que pocas veces veía, y que ya fue trasladado a otro lugar, lo que si se, es que nunca dijo nada y que esa noche gozó tanto como nosotros.

Después de esa mágica noche que terminó con mi madre muy complacida por que mi “noviecito” había llevado temprano y había cuidado muy bien a su “niña”, la relación se enfrió a un más, y al cabo de un mes y medio, decidí acabar con todo, él había comenzado sus estudios en la universidad, ya no nos veíamos casi nunca y al  parecer ya no disfrutaba tanto de mi compañía, ahora estaba rodeado de otro tipo de gente y creo que las “niñerías” ya no eran lo suyo. Tiempo después me entere que mientras estaba conmigo, también salía con una compañera de la universidad, muy guapa y por lo que me dijerón mucho más "madura" que yo, y pues fue mejor así.

Jamás me arrepentí de haber estado por primera vez con él, y creo que todo se debe a la forma tan cruda con que veo la vida, fue bueno mientras duró, y nunca le he dado importancia a las “primeras veces”, pues para mí, solo son el comienzo de muchas otras.

 Espero les guste este relato, siento que no esta tan bien narrado, pero como siempre me encantaría que me dejen sus comentarios, y preguntas, ya saben que pueden enviar todo lo que se les ocurra a mi e-mail, que ahí esta visible, y siempre les responderé.

En mi próximo relato y para seguir con el tema de las “Primeras veces”, les contaré como fue mi primera incursión en el Sexo Oral.

Besos clandestinos a todos.

Ykitty.