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Nuevo Novio se había convertido en mi Nuevo AMO 2

en Dominación

Continuación

[…]Se tumbó a mi lado, ambos sudábamos como caballos, nuestros pechos se movían agitados, giramos las caras para que nuestras  miradas se encontraran, su rostro había vuelto a ser el mismo, me miraba con ternura, y arreglando un poco mi cabello me dijo: -¿Te lastimé mucho?, sonreí complacida y después de darle un tierno beso y de acariciar su mejilla le respondí: -Si, me dolieron los azotes con tu cinturón, pero me encanto, quiero que se repita, y termine la frase guiñando el ojo y con una sonrisita pícara. Nos quedamos un buen rato ahí, recostados, sin hablar, sin moveros, solo Dios sabe que cosas pasan por nuestras acaloradas mentes.

Después de la acalorada faena, ambos nos quedamos dormidos, no sé, pensé que eso había sido todo, estaba satisfecha, complacida y por eso no imagine que pudiera pasar nada más, creo que habían transcurrido un par de horas desde nuestro arrebatado encuentro donde por primera vez, mi “Nuevo Novio se había convertido en mi Nuevo AMO”, sentí como algo se abrazaba a mi muñeca, no me lastimaba, pero el roce hizo que abriera los ojos, y lo vi, ahí estaba mi nuevo Amo, de pie al lado de la cama atando un trozo de tela a mi muñeca, lo  miré fijamente, estaba medio vestido, llevaba puesto aun un jean, sus ojos se clavaron en los míos, y apoyando  su índice  en  los labios, hizo un gesto que indico que debía guardar silencio, solo eso fue suficiente, no dije una sola palabra de hecho me limité solo a respirar.

En silencio y mirado atentamente, tratando de adivinar las ideas de mi novio, vi como ató fuertemente mi muñeca a la baranda de la cama y lo mismo hizo con la otra mano, por más que hubiera querido, no habría conseguido soltarme, levantó con delicadeza mi cabeza y vendó mis ojos, ni un rayo de luz la atravesaba, estaba vulnerable y expuesta a su voluntad, mi cuerpo extrañamente comenzó a temblar, no sabía que iba a pasar, agudicé mis sentidos y me dispuse a esperar. Sentí como sus pasos se dirigían a la puerta y salían de la habitación, esperé un poco más, y seguí oyendo ruidos esta vez en la cocina, creo que andaba buscando algo desesperadamente, oí el refrigerador abrirse, y de nuevo sus pasos entrar en la habitación donde me tenia atada.

Estaba nerviosa, y mi cuerpo seguía temblando con más fuerza que antes,  era una mezcla entre excitación e incertidumbre al no saber qué pasaría, apreté con fuerza los puños, y me dispuse a esperar con el corazón acelerado.

Sentí su aliento tibio en mi rostro, me besó en la mejilla, un gesto casi tierno, él podía comprender el temor que estaba sintiendo, sentía y veía como todo mi cuerpo temblaba  y buscaba tranquilizarme, y lo estaba consiguiendo, noté como sus labios se deslizaban suavemente hasta mi oreja, para chupar con suavidad y sensualidad el lóbulo y juguetear con mi arete, su lengua inquieta entraba y se movía rápido, con la habilidad que siempre demostraba, con sus labios siguió abriéndose camino, bajó por mi cuello, describió con suavidad mis senos, succionaba mis pezones como queriendo amamantarse, y bajó con suavidad por todo mi vientre hasta llegar a mi pubis,  me estaba volviendo loca de gusto, ya no temblaba tanto como al comienzo, ahora mi respiración estaba un poco alterada y mi piel estremecida, en ese momento solo podía imaginar su cara y la evidente excitación que tendría para entonces, de mi vagina ya corrían grandes cantidades de jugo, me sentía muy mojada y excitada.

Con suavidad separó mis piernas y percibí como derramaba en toda mi concha  una sustancia pegajosa que calló fría en mí, haciendo que me agitara un poco, sostuvo con fuerza mis piernas y sin dudarlo se fue de bruces sobre mi muy lubricada y ahora pegajosa vagina, no sabía qué era lo que había derramado en mí, pero lo estaba recogiendo todo con su lengua,  saboreándolo como si se tratara del más apetitoso manjar,  comenzó a devorarme por completo, como solo él sabe, (confieso que hasta ahora nadie se ha comido mi coño como él lo hacía), intercalaba movimientos frenéticos de su boca, con la suavidad y firmeza de los más dulces roce de su lengua, se abría paso entre  mis labios y jugueteaba vorazmente con ellos, y por último, justo cuando entre gritos se lo pedí, se ocupó de atender mi clítoris, chupándolo delicadamente, apresándolo con su boca,  lamiéndolo y dando cada tanto una ligera mordidita, que mas que dolerme me excitaba mas y así consiguió que estallaran mis entrañas en un convulsionado orgasmos,  que me dejó  acalorada y bastante agitada.

Se aproximo a mi boca, y me besó apasionadamente, metiendo su lengua casi hasta la campanilla, sus besos tenían un gusto dulzón como a miel, sin descartar claro, el sabor inconfundible de mis jugos, que siempre he probado tras cada masturbación que me doy, fue un beso largo, placentero, que me encendió nuevamente,  él no pronunciaba una sola palabra, dejaba solo que estuviera a la expectativa de lo que seguía,  oí como deslizaba la cremallera de su jean, liberando por fin su rico miembro, que debía estar bastante incómodo por lo erecto que se encontraba, se quito por completo la prenda y noté que la arrojó a un costado de la habitación, luego acerco su pene a mi cara, y sentí su inconfundible olor, me seducía, despertaba mi morbo, pero no abrí mi boca, quería esperar que me lo pidiera, o que me obligara, como lo había hecho horas antes, sin embargo siguió sin decir nada, y empezó a frotar su cabecita en mis labios cerrados, como si me aplicara pintalabios, no puede evitar relamerme como un gato ante un buen plato de leche, sentir como me refregaba su líquido preseminal en la boca me puso a mil, ya no me haría la difícil, se lo mamaría sin reparo.

Separe los labios, y apreté con suavidad su capullito, y levantando como podía la cabeza, me estiré para comenzar a tragarme su verga completa, era una posición nada cómoda para mi, el esfuerzo me hacía doler el cuello, pero sentir como se agitaba la respiración de mi hombre, y uno que otro gemido, me ponía cada vez mas cachonda, él para facilitarme un poco la labor, apoyo su pie sobre  la cama, y se acerco mas a mí, ahora era él, quien estaba literalmente “Follando mi Boca” y yo solo me limitaba a mantenerla abierta, igual movía mi lengua y apretaba los labios para que el gozara, después de un rato ya deseaba que me bañara con el precioso y delicioso torrente de sus adentros, quería sentirme cubierta por su leche, y así fue, sin previo aviso sacó su caliente miembro y agitándolo con vigor, derramó todo su semen en mi cara, lamí el que pude atrapar con mi lengua, mientras sentía como el resto se escurría mi rostro. Me sentía feliz y deseosa de ser penetrada, ya quería que me tocara, como deseaba masturbarme en ese momento, pero nada ocurría, el había salido de nuevo de la habitación en busca de algo nuevamente.

Aun sin decir una sola palabra, llegó, y  tras amasar mis tetas para prender una vez más mi calentura, abrió algo, no sé, sonó como cuando abren un ungüento o algo que guardan en una “cajita” de metal, y no me equivoqué, percibí un olor a Mentol, en mi país conocemos la marca como  “Vick Vaporub” y abriendo de nuevo mis piernas puso una gran cantidad de esta pomada en mi coño, (les cuento que cuando tenía como 14 años, masturbándome una tarde sola en  mi casa, había puesto un poco Vaporub en la entrada de mi concha y me había gustado mucho, porque el efecto refrescante hace que la penetración se sienta más, ya que pone la vagina aun más sensible y receptiva) , comencé a sentir un poco de ardor, la sensación en un comienzo no me agradó, era como si me quemara, si bien alguna vez había usado el mentol para dicho fin, nunca puse tanta cantidad, me retorcí en la cama, cerré mis piernas y grite con fuerza, le pedía que me limpiara que no quería sentirlo más, pero él no lo hizo, sin embargo abrió mis piernas con fuerza y de nuevo frente a mi comenzó a soplar mi vulva, la cual imaginé que estaba enrojecida, y quemada (jeje jeje Obvio nada de eso pasó, mi conchita estaba normal),  el aire frió que salía de su boca, me refresco, y me hacía sentir un hormigueo muy placentero, tanto que pronto me olvide del ardor, y comencé a disfrutar.

Al pasar sus dedos por mi rayita, los sentí muy calientes, era por el efecto del mentol, que aumentaba la sensibilidad, luego algo muy frio rozó mis labios vaginales, era hielo sin duda, introdujo un par de cubos en mi cuevita, esperando que el calor los derritiera, pero debido al mentol no lo soporte por mucho tiempo y contrayendo las paredes de mi vulva, los expulse, el volvió a introducirlos y después de unos segundos los volví a expulsar, así unas cuantas veces más, hasta que mi Novio se impaciento, y lanzándome una bofetada, me dijo en tono amenazante: -“Acá se hace lo que yo quiero, así que si los vuelves a sacar te va a ir muy mal “. La verdad es que estaba dolorida, mis manos estaban frías y maltratadas por las amarras, y no tenía fuerza para que me golpeara más, así que aguante, esta vez introdujo cuatro cubos, que sentían quemantes en mi interior, cerré las piernas y comencé a menear mis caderas, haciendo círculos, bajando y subiendo la pelvis, al paso de unos cuantos minutos, la sensación quemante había desaparecido y solo quedaba un gusto tremendo, de nuevo separo mis piernas, y me dijo que me siguiera menando, así lo hice, pude imaginar sus ojos clavados en mi panochita, gozando del vaivén de  mis movimientos, ya no expulse mas el hielo, y este se estaba derritiendo cada vez más rápido, me corría agua tibia por montones, que se desplazaba hasta llegar a mi ano, era una morbosa mezcla entre jugos y agua, que hubieran calmado la sed de más de una garganta. Cuando los hielos se derritieron por completo, mi nuevo amo, introdujo un par de dedos, para comprobar el frio en mi interior, empezó a moverlos dentro, no en el acostumbrado “mete saca” sino de un lado a otro, como cuando llamas a alguien para que venga, la sensación era rica y pronto aumentó la velocidad hasta que me corrí de nuevo, gemí, los espasmos en mi vientre fueron más intensos que nunca y un par de lágrimas de placer mojaron mis ojos.

Aun no me recuperaba de este agitado orgasmo, cuando sentí que me embestía como un animal, me clavo de un solo golpe su vergota hinchada y caliente, y cada arremetida a mi panochita era mas y mas fuerte, sacaba su aparato hasta la cabecita y lo volvía a clavar sin compasión; el calor se apoderó de mi, todo mi cuerpo ardía y se estremecía de gusto, estaba tan excitada   que pronto tendría otro orgasmo. Sus movimientos se intensificaron, la cama se sacudía y golpeaba contra la paren, sentía un ardor en las muñecas, estaban aun mas laceradas por los movimientos incontrolables de mi cuerpo, no paraba de gemir, y pedir entre suplicas: -“NO PARES”, estábamos absolutamente locos, poseídos por el deseo y el gozo infinito que sentíamos, el bufaba como un animal, fuerte casi gritando y oírlo aceleraba aun mas mis movimientos, nunca he deseado tanto a alguien como lo deseo a  él, (Digo “Deseo”, en presente, porque aun hoy después de que han pasado varios años desde que rompimos, aun lo sigo anhelando). La faena continuo, parecía un macho incansable, yo ya estaba rendida y sin poder contenerme, tuve un tercer orgasmo no tan fuerte como los dos anteriores, pero que me dejo complacida,  agotada, y casi sin aliento, mi cuerpo estaba bañado en sudor, y sin voz por tantos gritos que había lanzado, el se detuvo, y entre temblores y sacudidas, llego al final, con una potente descarga de semen, como hubiera deseado que regara mis entrañas, pero no, el preservativo estaba impidiendo que este delicioso elixir me reviera.

Su cuerpo tan sudoroso como el mío, se recostó sobre mí, y terminando con un cálido beso, levantó la venda que cubría mis ojos, su cara estaba aun enrojecida y cubierta por el sudor, en sus ojos un brillo romántico, y sus labios tan provocativos como siempre. Sonreímos cómplices, en ese momento las palabras sobran, le pedí que me desatara las manos, y así lo hizo, con un poco de dificultad, por que los nudos se había apretado. Una vez libre fui al baño, lavé mi cara que estaba llena por el semen que minutos antes había derramado, (el semen una vez seco ya no es tan divertido jajaja), y regresé junto a él, nos fundimos en un abrazo sin hablar mucho, y dormimos hasta el día siguiente, yo no hubiera soportado una corrida más, me dolía cada musculo jejeje.

Y bueno así concluye esta noche de pasión con mi Nuevo Novio, para finalizar les cuento que con él tuve un noviazgo que duró casi un año, resulta que él comenzó a dar clases de matemáticas los fines de semana en una localidad que estaba a 2 horas de donde vivíamos, ya no nos veíamos, y las cosas se enfriaron, ahora por lo que se, esta con una de las chicas a las que les dictaba clase, una nena 3 años menor, que según el mismo me dijo, no ha querido regalarse su virginidad, cuanto lo siento por él jejeje (me lo contó hace poco, nos encontramos en una reunión que organizó un amigo, y pues me pidió que me acostara con él, y me negué, aun me arrepiento de no haber aceptado jaja)

 

Gracias amigos lectores por los comentarios que envían a mi correo, lo pueden seguir haciendo, siempre siempre contesto. La primera parte de este relato al igual que los demás que he escrito los  encuentran en mi perfil.

Besos clandestinos a todos.

Ykitty.