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Un Pajazo muy Español (juego en mi caliente mente)

en Fantasías Eróticas

Comenzaré mi relato contando algo muy íntimo que nadie sabe de mí, siento vergüenza cuando me masturbo pensando el algún chico que me agrade, si me preguntan porque, ha de ser porque siento que si es apersona se enterara no se sentiría muy cómodo con el asunto, ya sé que es algo que está en mi mente y que a menos de que yo le cuente, esa persona nunca sabrá que he fantaseado con su cuerpo, mientras me masturbo acaloradamente en mi cama.

Que me sienta avergonzada no significa que no lo hago, si lo hago, y es precisamente de una de mis fantasías de las que hablaré, esperemos lo disfruten, más que mi relato anterior.

Hace muchos años conocí por internet el trabajo de un Investigador Español, un hombre que ha dedicado su vida a investigaciones Arqueológicas sobre civilizaciones perdidas, yo tenía 17 años cuando por cosas de las vidas me topé con el blog de este hombre que me triplica la edad, pero que es bastante atractivo, y desde que lo conocí me gustó, primero hablamos solo a través del blog, luego por e-mail y ahora por Facebook.  No lo conozco personalmente pero he hablado con él por vídeo llamada, es un caballero, un hombre perfecto, con una voz profunda y sensual, inteligente, que sabe hacerte sentir como una princesa, mi relación con él ha sido solo de amistad, y así quiero que siga, pero lo que pase por mi mente, es solo mío, así que narraré mi más reciente fantasía con él, al cual llamaremos George.

Estamos en su casa, George decide invitarme a pasar una temporada en su casa en Madrid (España), me aloja en la habitación de huéspedes y me hace sentir la dueña y señora de ese reino que solo él habita. Llega la noche, me siento incómoda en mi cama un fuerte calor me recorre, tengo a ese hombre guapo y maduro a escasos metros y quiero que me posea, me muevo de nuevo en la cama, ya siento como mi tanga se moja, mi clítoris palpita, lo deseo, quiero tener sexo con él, que me haga suya la noche entera.

Me levanto y busco entre mi maleta algo que había llevado por si acaso, es un Baby Doll negro con cintas rosadas, cambio mi tanga que esta mojada y busco una pequeña tanga rosada, que solo cubra mi “rayita”, no usaré sostén pues mis tetas quedan enmarcadas por el baby doll y así podrán salir más fácil ante cualquier caricia, uso un maquillaje atrevido y me calzo los tacones más altos que llevé.

Camino despacio hasta el despacho de mi querido amigo George, y por la puerta entreabierta se escapa una tenue luz muestra clara que este hombre está trabajando, la abro procurando no hacer mucho ruido y me quedo parada, esperando que sus ojos me recorran de arriba abajo y para que la luz marque mi silueta casi desnuda: -Interrumpo –digo, con una voz sensual y continuo hablando mientras me acerco despacio a su mesa de trabajo: -Me sentía solita y aburrida, así que vine a buscar compañía. Lo miro directo a sus ojos azules, su rostro se ve desconcertado, pero se nota la lujuria en su mirada, me siento con suavidad en el borde de la mesa y cruzo uno pierna para darle mejor una vista mucho mejor, no puede dejar de mirarme de arriba abajo, tímidamente levanta su mano y acaricia mi muslo, una caricia suave, delicada casi imperceptible que hace que se me ponga la piel de gallina; no dejamos de mirarnos, juego con mi cabello, muerdo mis labios, y deslizo mis dedos por mi cuello y mi pecho, dibujando mis senos, mis pezones poco a poco se van poniendo duros. George se levanta despacito de su silla, descruzo la pierna y ahora las separo para permitir que él se acomode; acerca su boca a mi oreja, siento como su barba me hace cosquillas y me gusta sentirlo, mientras me excito a un mas, oigo su voz que dice: -Te deseo mi niña, no sabes cuánto; yo también lo deseo, no puedo esperar más, quiero que me haga suya, acomodo las cosas que están en el escritorio y me siento bien, con las piernas muy abiertas, el besa mi boca, succiona y muerde mi labio inferior, sigue su recorrido de besos por mi cuello hasta llegar a mis tetas, las agarra fuerte con sus manos, las estruja, las junta y sin sacarlas aun, las muerde para después meter despacito su lengua en medio de ellas. Ya mi respiración es agitada, me siento húmeda y ardo en deseos: ­-Hazme tuya George, quiero sentirte, -le digo entre jadeos.

George regresa a su asiento y sin olvidar sus modales me extiende la mano para ayudarme a bajar de la mesa, no entiendo nada, pero pronto tendré una respuesta: -Estas hermosa baila para mi, mueve tus caderas, báilame pequeña.

Sonrió, y haciéndome a un lado suyo, comienzo a menearme, sin música, solo sintiendo el calor de mi cuerpo y el ritmo de mis latidos, gira la silla en la que está sentado y sus ojos brillan, fijos en mi pelvis, separo un poco las piernas y meneo mis caderas hacia abajo, no despega su mirada ni un solo segundo, se nota el deseo y el morbo por poseerme, mientras sigo con mis movimientos, doy media vuelta y le enseño mis nalgas, me agacho echando mi tronco hacia delante y las dejo expuestas ante sus ojos, sé que sus ojos siguen el compas de mis movimientos circulares y mientras estoy en esa posición, noto como desliza su asiento para acercarse a mí, con sus dos manos agarra con fuerza mis glúteos, los aprieta y comienza a besarme, pronto siento como su lengua húmeda y tibia se desliza por mi culo, describiendo mi raya y siguiendo mi tanga, su lengua baja con habilidad hasta casi llegar a mi vagina, mojada, dilatada y caliente, gimo de placer mientras muevo mi culo en su cara. Siento como sus manos buscan bajar mi tanga, así que le ayudo a hacerlo, y regreso a mi posición anterior, ahora con mi culo bien expuesto, el vuelve a besarlo y su lengua se clava en mi ano, lo rodea y lo dibuja empapándolo en saliva, un hormigueo recorre mi cuerpo, no quiero que pare, estiro mi mano y juego con sus rubio cabello pintado por algunas canas, quiero más, me aparto de él y me siento de nuevo en su escritorio, separo las piernas y le ofrezco mi concha chorreante, su reacción no se hace esperar y clava su boca en mi vulva, lame de arriba abajo, mete su lengua y juega con ella dentro, sus labios aprietan mi clítoris y me hace gritar mearme de pasión, siento como entran y salen hábil mente sus dedos, pero mis gemidos aumentan cuando comienza a mover sus dedos dentro de mí, los agita como si estuviera llamando a alguien, no puedo contenerme, los movimientos de mis caderas se hacen más fuertes e incontrolables, exploto en un delicioso orgasmo, veo como corren por su mano mis jugos vaginales.

Me incorporo, y hago que el regrese a su silla, quiero liberar su miembro que debe estar pidiendo a gritos que lo saque, me pongo de rodillas ante él, abro su pantalón y saco del interior de su slip, su caliente verga, rosada y muy hinchada, comienzo a lamerla despacito, a pasar la punta de mi lengua por toda la extensión de su hermoso falo, su cara es de placer, disfruta al verme comer su tronco, abro mis labios y pongo su cabecita en ellos, la succiono y la acaricio suavemente con mi boca, luego abro mas  y teniendo cuidado con los dientes, comienzo a engullirla por completo, siento como su verga palpita en mi boca, la humedezco en saliva y empiezo a meterla y sacarla, apretando con firmeza mis labios, George cierra sus ojos con fuerza, y deja escapar pequeños gemidos de gusto mientras me dice agónicamente: -¡Joder!, que gusto me estáis dando pequeña.

Sus palabras hacen que apresure mis movimientos, hago que su polla entre y saga cada vez más rápido de mi boca.

Me pide que pare, y con su blanca cara enrojecida, me pide que me ponga de pie, lo hago, pero ya no aguanto más, necesito que me lo meta, duro y hasta el fondo, abro las piernas y me siento sobre él, quedó un poco levantada y el aprovecha para rosar su verga en mi cuevita, luego, agarrándose de mis caderas me empuja hacia abajo y me la clava de golpe, siento la presión dentro de mí, siento el calor de su pollón, y sosteniéndome de sus hombros comienzo a cabalgar sobre él, el libera mis tetas, muerde mis pezones y los retuerce con sus dedos, me está haciendo gozar, grito como una perra, clavo su verga entera en mí, es delicioso sentirlo entrar y salir al ritmo de mis movimientos, mi cuerpo suda  y el sigue amasando mis tetas con fuerza, sus manos no las abarcan por completo, pero aun así las presión que hace las pone un poco rojas, le grito diciéndole que me encanta, agarra mis caderas y detiene mis movimientos, ambos nos quedamos quietos, mientras sus manos juegan en mis pezones.

Me ayuda a subir de vuelta al escritorio y poniéndose de píe, me clava de nuevo, esta vez a su ritmo, despacio pero con fuerza, haciéndome brincar, me besa, y mientras me toma del cabello aumenta su ritmo, grito, y acarició con fuerza mi gallito para explotar de nuevo en un orgasmo que me deja temblando, el espera unos minutos, y sigue con su bombeo pero ya falta poco, siento que me aprisiona contra su cuerpo y los espasmos de su vientre me anuncian que torrentes de leche deliciosa y espesa, están inundando mis entrañas.

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Esa es una de las cosas que me imagino con ese hombre, no puedo pensar en otra cosa que no sea coger con él, me atrae su físico su forma de ser y la forma de expresarse, es culto y en cierto modo eso me excita bastante, ahora quiero que me ustedes amigos lectores, me imaginen a mí, acostada en mi cama, soy alta, trigueña de cabello ondulado negro, soy de contextura gruesa pero con curvas, tengo caderas anchas y mi mejor arma de seducción son mis senos, tengo una tetas grandes y firmes, adornadas con pezones grandes de color marrón claro, parecen galletas, mis tetas son muy sensibles, incluso he tenido orgasmos mientras me las chupan. Así que quiero que me imaginen, acostada en mi cama o en la suya si prefieren, estoy desnuda y muy caliente, quiero coger, quiero que me den verga hasta gritar ya no más, deseo que me posean sin piedad, que me claven duro, me halen del cabello y me griten que soy su perra. Voy a masturbarme para calmar mis ganas de macho, primero acaricio despacito mis tetas, con los dedos agarro mis pezones y los halo fuerte, me gusta ese dolor, es muy placentero, luego los roso con las palmas de mis manos haciendo que se pongan más y más duros, ahora deslizo mis manos por mi vientre, juego con mi ombligo, y acaricio mi pubis, ahora separo mis piernas y comienzo a describir mi rayita surcada por algunos vellitos muy cortos, mi dedo se va mojando y yo comienzo a estremecerme, separo mis labios y deslizo uno de mis dedos, lo meto y lo saco y cuando estoy lo suficientemente mojada introduzco otro dedo y luego otro, comienzo a pajearme, a gemir muy quedo, muevo mis dedos dentro de mí, siento como estimulo las paredes de mi concha, los jugos salen y chorrean por mis dedos, no puedo parar, con la otra mano busco mi clítoris, hago una leve presión sobre él, y doy espacio para acariciarlo fuerte, mi cuerpo se levanta, se contrae, convulsiona, me encanta lo que siento, aprieto mis dientes, muerdos mis labios, y cada tanto saco la lengua en señal de disfrute.

Ya no aguanto…. Me voy a venir.

(Amigos lectores dejen que su imaginación haga conmigo lo que mejor le parezca)

Si quieren escribirme, pueden hacerlo a mi correo, cuéntenme que les pareció este relato y los otros que he publicado, también pueden contarme como imaginaron mi “paja”, y si me autorizan, publicare sus “comentarios” junto con  una buena dosis de mi Imaginación, ya ven que me sobra. Traten de ser sucios, y cochinos en los e-mails que me envíen, así me harán pajear…

Besos clandestinos a todos, espero sus sucios comentarios, me iré a masturbar un buen rato. Bye

KittyMoon.