miprimita.com

Mi Nuevo Novio se convitió en mi Nuevo AMO.

en Dominación

De nuevo yo, ya me hacía falta escribir algo y recibir sus mensajes, si, los extrañé jeje, agradezco infinitamente todo lo que me envían a mi e-mail personal y me encanta estar mas cerca de los que me leen, en esta oportunidad y para seguir con el camino que llevo, narrando una a una mis experiencias, pues les contaré lo que pasó después de esa noche de “juegos” con mi “amiguito”, para los que aun no lo leen, pueden encontrar mi último relato como: Incursionando en el Sexo Oral con mi Amiguito, también podrán leer mis otros escritos. Ahora sí estamos listos, empecemos.

Después de esa mágica noche con mi amiguito, donde entre otras cosas di con mucha devoción mi primera “mamada”, las cosas entre los dos cambiarían y para bien, tomamos la decisión iniciar un noviazgo, ambos estábamos solos, y pues no había nada que perder, ya sabíamos lo bien que nos entendíamos en la cama, y la química que había entre nosotros cada vez era mas fuerte. Él no es el hombre mas cariñoso del mundo, pero me tenía enamorada, era un hombre inteligente, ocurrente y que me hacía reír con sus tonterías, su mirada dulce y sus ojos me tenía derretida, la verdad estaba mas enamorada que la primera vez, y me encantaba lo que estaba sintiendo, además ya tomaba las cosas con mayor madurez. En fin, todo marchaban muy bien entre nosotros, ni hablar de los arranques de sexo que teníamos, cada encuentro era más apasionado que el otro, ya había notado que mi Nuevo Noviecito, le encantaba “dominar” en la cama, y en principio, y como les conté anteriormente, solo se limitaba a tomarme con fuerza del cabello y a llamarme “Perra” o “Putita”, y cada una de estas acciones me calentaban de una forma inimaginable, tenía mi lado de Sumisa, y con él lo estaba descubriendo. No podemos decir que copulábamos como conejos, por que no era así, y no por falta de ganas, sino de dinero y de un buen lugar, en la casa de mi Nuevo Novio, siempre estaban su madre y su hermana, y pues mi casa nunca estaba sola tampoco, así que para tener sexo y ante la falta de dinero para pagar la habitación de un Motel, pues a veces recurríamos a la ayuda de nuestros amigos que nos permitían usar sus habitaciones para nuestros fines, y si no eran ellos, pues solo nos quedaba esperar a que ocurriera un milagro y sus padres nos dejarán la casa libre aunque fuera por un par de horas.

La verdad es que disfruto mucho de sexo, y con él cada acto sexual era algo nuevo, siempre estaba proponiendo cosas y sorprendiéndome, y ver que nuestros encuentros eran limitados por las circunstancias pues me frustraba un poco, a él lo deseaba como a nadie, solo sentir su piel me excitaba, sus besos abrían en mi la llave, y mis jugos vaginales se escurrían sin poder contenerlos, muchas veces nos acariciábamos y tocábamos en las calles, o recostado contra las paredes, a mi no me importaba que nos vieran, por el contrarío lo disfruto, ya les mencioné que tengo alma de exhibicionista también jejeje, pero para él si era incómodo y me pedía que paráramos, quedando ambos con unas ganas insoportables, era una verdadera tortura esa situación, pero lo quería y no quedaba mas que morderse y aguantar.

Un día cualquiera sonó el teléfono y era él, algo inesperado iba a suceder, me contó que sus padres estaban planeando un paseo para ese fin de semana, era una excursión romántica, y con el fin de “una segunda luna de miel” se iban a ir todo el fin de semana, me dijo que su hermana si sería un problema, pero que algo nos inventariamos para deshacernos de ella. La idea me puso como loca, al escuchar lo que me contaba, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro y una extraña sensación en mi estómago me dejó saber que estaba un poco nerviosa, no entendía porque, si no era la primera vez que estaríamos juntos, pero así con una mezcla de nervios, alegría y muchas ganas, acepte gustosa claro que le dejé claro que teníamos que encargarnos de que su hermana no nos molestara.

Todo estaba planeado y su hermana no fue ningún problema, porque cuando se enteró que sus padres estarían fuera, organizó un paseo con su novio, me imagino que para hacer lo mismo que nosotros estábamos planeando, era increíble pero cierto, la casa estaría sola para nosotros dos, y lo que era mejor por todo un fin de semana, el morbo se apoderó de nuestros cuerpos, él me llamaba por teléfono en las noches, contando los días que faltaban para vernos y devorarnos como animalitos, su voz agitada y la narración detallada de como quería cogerme, hacía que nos masturbáramos, alcanzábamos deliciosos orgasmos, escuchando nuestras voces entrecortadas por el placer y fantaseando con todo lo que haríamos.

El viernes llegó, pero  como yo había tenido clases hasta tarde en la universidad, ese día no pudimos empezar nuestro idilio, cuando le conté que esa noche no podríamos vernos, él se molestó un poco, y era comprensible, pero con palabras tiernas de mi parte y con la promesa que lo “recompensaría” muy bien, termino por darse a la pena, y aceptar, antes de que termináramos de hablar y con voz muy seria me dijo: -Esta espera la vas a pagar y no te imaginas de que manera, su sentencia me dejó sin aliento, un escalofrío recorrió mi espalda y los vellos de mis brazos  se erizaron, no supe que responder, solté una risita nerviosa y me despedí.

Sus palabras retumbaban en mis oídos, no sabía de qué forma se las iba a cobrar, pero sabía que por su cabecita loca, se maquinaban ideas siniestras, la intriga no me dejó dormir bien, ya quería estar en sus brazos y disfrutar de sus ocurrencias que siempre resultaban placenteras para ambos, el día sábado transcurrió con total tranquilidad, hice algunos deberes que tenía atrasados, y cuando comenzaba a caer la tarde, le hable a su casa anunciando que ya iba a salir para allá, en mi casa tuve que pedir permiso como siempre, y mentí diciendo que estaría estudiando todo el fin de semana en casa de una compañera, porque el trabajo era demasiado extenso, tuve que decir eso para que no hubiera ningún tipo de lío, ya que a mi mamá mi nuevo novio no le caía nada bien, decía que no me convenía y todas esas cosas que siempre dicen, claro que ninguno de los dos le dábamos importancia a sus comentarios, aunque para ser sincera yo tampoco le caía muy bien a mi suegra, pero ese no es el tema, lo realmente importante es que tome lo que necesitaba, y salí rumbo a casa de mi “noviecito”, lo acepto estaba nerviosa y con muchas ganas de saber lo que me esperaba, llegué a eso de las 6:30 de la tarde, comenzaba a oscurecer y como lo habíamos planeado, la casa esta sola para nosotros, nos saludamos con un beso largo y profundo que me fue calentando como siempre, hablamos de cualquier cosa, y como teníamos hambre, preparamos algo de cenar, nuestras miradas se encontraban, cómplices, sabía muy bien a lo que habíamos ido, sabíamos lo que queríamos, y después de comer todo comenzaría.

Sentados en el sofá de la sala, sus manos juguetonas no pudieron contenerse más y mientras me besaba apasionadamente, se deslizaron por debajo de mi blusa para agarrar con delicadeza mis tetas, el prefería que fueran mas pequeñas para poder abarcarlas por completo con sus manos, pero de igual manera disfrutaba de ellas, y a mi me enloquecía con cada una de sus caricias, suaves y firmes que terminaba al aprisionar con sus dedos mis pezones paraditos, mi respiración se aceleraba, y con mis labios entre abiertos le dejaba saber que sus caricias me encantaban.

 Súbitamente sus caricias cesaron, su rostro se cubrió de una seriedad que no había visto antes, sus ojos se clavaron fijamente en mi y con una voz un poco fría acoplándose a la seriedad de su cara me dijo: -Te dije que me ibas a pagar la espera, ha llegado el momento, ¡¡PARATE!!, su tono de orden me dejó helada, no supe que hacer, al parecer no estaba charlando, solo obedecí, despacio me levanta del sofá, y me incorporé sin apartar ni por un instante mi vista fija en su cara.

Me rodeo un par de veces como quien observa una “mercancía” que va a comprar, se puso en frente mío y manteniendo su voz de mando y el mismo tono de orden, me dijo: -¡QUÍTATE TODO LO QUE TRAES PUESTO, MENOS TU ROPA INTERIOR!, con una sonrisa pícara en mi rostro, obedecí de nuevo, y despacio me despojé de mi blusa negra, mi jean gris, y mis zapatos, quedando frente a él cubierta por un coqueto conjunto morado, de encaje, que a él particularmente le encantaba por que era bastante transparente, nuevamente me inspeccionó de arriba a bajo y ubicándose tras de mi, agarro mi cabello, ese día lo llevaba suelto y muy natural, así que le facilitó el trabajo, y halando de el con fuerza hizo que mi cabeza se  echara para atrás, posándose casi en su hombro, mientras con su mano libre, me agarraba por el estómago, presionándome contra su cuerpo, me dolía un poco la cabeza porqué de verdad estaba halando con fuerza el cabello, pero me gustaba que me sometiera, además sentía que lo merecía, por haber prolongado tanto este encuentro.

La mano con la que estaba presionando mi estómago se deslizó hasta mi vagina, y rozándola con sus dedos me dijo al oído: -Veo que te gusta Perrita, estas bien mojadita, intenté responder pero me calló,  y halando mas fuerte de mi cabello dijo: -SILENCIO, no he dicho que puedes hablar, me intimidé un poco y guarde silencio tal y como me lo había dicho. Con la mano que había puesto en mi vagina, agarró mis tangas, pensé que me pediría que me las quitara, pero no fue así, de un tirón, hizo que las tangas se metieran entre los labios de mi vagina, la presión lastimaba un poco mi clítoris y rozaban mi ano haciendo que sintiera un poco ardor, gemí muy suavemente, pensé que me lo reprocharía pero no fue así, en su lugar comenzó a mover de un lado a otro el trozo de tela que tenía en sus manos logrando estimular mi clítoris, el dolorcito era soportable y me encantaba, me puso mas cachonda, apretaba y aflojaba la presión de la tanga que para ese momento estaba completamente impregnada de mis jugos que escurrían por montones; el paró esta deliciosa masturbación, soltó mi cabello y de nuevo frente a mi me dijo, en un tono mas sereno: -Arrodíllate.

Hasta ese momento le había obedecido en todo, quería saber que sucedería si desobedecía sus ordenes, lo mire con altivez, y sonriendo le dije fuerte: -NO, ¿Que harás ahora? Me miró no se si sorprendido o con un poco de molestia, me tomó de nuevo del cabello, no tan fuerte como antes, solo lo suficiente para obligarme a caminar a su lado, y mientras me halaba hasta su habitación, me decía tan recio como antes: -¡¡TE VOY A ENSEÑAR A OBEDECER!!, Yo estaba atónita, no lo podía creer, mi nuevo novio, que se veía tan manso, me estaba “Domando”, y yo lo estaba disfrutando muchísimo.

A empujones me metió en  su habitación, estaba oscura, encendió la luz y agarrando un Cinturón negro, de cuero que estaba colgado en un  perchero me dijo: -VAS A VER LO QUE LE PASA A LAS DESOBEDIENTES.

Yo estaba congelada, mi respiración se cortaba, me mantuve inmóvil de piel en el centro de la habitación, él enrolló su cinturón en la mano y dejando un trozó libre, comenzó a darme pequeños golpecitos en las tetas y en los pezones, mis senos brincaban con cada azote, que no era muy fuerte pero me producía un dolorcito tolerable que me excita mucho, poco a poco y por la repetición de golpes mis tetas se fueron poniendo muy rojas, las sentía calientes, y me ardían, lo mire con ojos de súplica, tratando de que parara de golpearlas, y acercándose a mi oído dijo: -Eso te pasa por retarme, ahora te aguantas que apenas estoy comenzando. Seguí ahí inmóvil, con mis manos en la espalda, y la tanga aun dentro de mi vagina, ya comenzaba a molestarme, no podía gemir ni quejarme por que sabía que si lo hacía los golpes serían más fuertes. Una vez tuve los senos muy enrojecidos, paró y repitiendo de nuevo la orden dijo: -ARRODILLATE, ya no me quedaban ganas de desobedecerlo, me arrodillé, y levante mi cabeza para mirar su rostro, tomando mi cabello, hizo que mi cabeza bajara y mi mirada se mantuviera fija en el suelo: -Mientras estas en el suelo NO puedes mirar a tu Amo... PUTA, dijo, y mientras caminaba en círculos a mi alrededor hablaba: -Te iba a premiar por tu obediencia, iba permitir que chuparas mi Pene, pero te revelaste, ahora sabrás de que soy capaz. PONTE EN CUATRO COMO LA PERRA QUE ERES, y dándome un golpe en las piernas con su cinturón, me empujó hacia delante, puse las manos en suelo para evitar caerme, y quede, efectivamente, en cuatro patas, ofreciéndole mi culito, cubierto aun por la tanga, que entre otras cosas seguía haciendo presión  dentro de los labios de mi vagina. En ese momento, sentí con comenzaba su “castigo”, con el cinturón esta vez doblado, comenzó a darme fuertes azotes en la cola, cada vez lo hacia con mas ganas, sentí como mis nalguitas ardían y se ponían calientes, me dolía, pero me gustaba, sentía como me humillaba y sometía a sus deseos, le pertenecía, jamás me sentí tan complacida como en ese momento. Intenté gemir, pero mientras seguía con los azotes, me repetía una y otra vez: -NI SE TE OCURRA GRITAR O HACER ALGÚN RUIDO PERRA, TE JURO QUE TE IRÁ PEOR, guardé silencio apretando y mordiendo mis labios para no gritar, así estuvimos por varios minutos, mi cuerpo sudaba, y sentía mi culito en fiebre por los golpes, por mis muslos escurrían mis jugos vaginales, que no se hicieron esperar y corrieron desmedidos por el placer que los golpes me estaban provocando. Después de estos azotes, me podía imaginar su rostro sudoroso, y su pene apretando el pantalón, pidiendo a gritos ser liberado y complacido, no me atrevía a mirarlo, pero imaginar su cara de complacencia me gustaba, me calentaba, vi sus pies pararse frente a mi, levanto mi cabeza y me preguntó: -¿Ahora si serás obediente?, en un tono casi tierno, asentí con la cabeza y respondiendo dijo: -Por tu bien, eso espero, ahora si te voy a premiar.

Abriendo su pantalón, sacó su hinchado y enrojecido pene, lo puso sobre mis labios, y frotándolo en ellos, me ordeno: -Abre grande la boca Puta que te lo vas a comer completito. Abrí lo mas que pude mis labios y comencé a chuparlo lo metí hasta donde pude, pero estaba enorme y no me cabía por completo, reprochandome dijo que me lo tenía que comer completo, y cuando lo introduje de nuevo lo mas que podía, empujo mi cabeza hacia adentro, su enorme aparato toco mi campanilla, hice arcadas para vomitar, pero el seguía empujando, esta vez lo metía y lo sacaba, con mas violencia, mientras lo hacía me preguntó: -¿Te gusta Perra?, quizás por el calor del momento, o tal vez por que esta preocuparme por no ahogarme, me olvidé de responder, fue entonces cuando saco su pene de mi boca, y dándome un par de bofetadas (no muy fuertes), me dijo:- Aprende que cuando tu Amo te haga preguntas tu debes responder, moví mi cabeza de arriba a bajo para decir que Si, y volví a abrir mi boca para seguir con lo que estaba, de mi boca escurría una saliva espesa, casi como espuma, y su pene estaba lleno de ella también, trate de limpiarme un poco y continuamos, esta vez ya no me obligaba a tragarme su verga completa, ahora permitía que fuera yo la que hiciera el trabajo como lo hacía siempre, comencé a chuparlo despacito, lo apretaba fuerte con mis labios y jugaba con mi lengua en el, si, quería que se viniera pero no lo iba a hacer, paró de golpe la felación, y dejándome ahí en el suelo se sentó en su cama, justo en frente mio; -¿Te mueres por que te penetre verdad puta?, me preguntó, tímidamente respondí  que SI.  -Pues bien, suplícame, ruégame, para que te lo meta hasta el fondo.

No alce mi cabeza para mirar sus gestos, pero sguía imaginansu su cara de satisfacción, me tenía a sus píes y pronto comenzaría a suplicarle, era humillante, YO tendría que rogar por sexo, como si él no lo quisiera también, no sabía bien porque, pero yo estaba disfrutando sentirme humillada y sometida, en ese momento no pensaba con claridad, no se me ocurría como podía “convencerlo” de  que me metiera su enorme y delicioso pene, pero algo se me tenía que ocurrir. En voz baja, un poco tímida y sin nada mejor que decir, hablé: -Métemelo por favor. Al escuchar lo que dije, soltó una carcajada y respondió: -Crees que con eso es suficiente, Esfuérzate más Zorra, sé que puedes hacerlo mejor. No se porque era tan difícil para mí, hacer que un macho me ensartara, las palabras nunca habían sido un obstáculo ni un limitante para mí, así que aclare mis ideas, hice un breve pausa y le dije, un poco mas fuerte que antes y en un tono de súplica que hasta a mi me sorprendió, di un “mini” discurso que fue algo como: -“Amo, necesito que me penetre con la furia que solo un macho como usted puede hacerlo, mire cómo chorrea mi vagina esperando ansiosa que su bendito miembro entre en ella y la haga gozar como solo usted sabe, Mi Señor”. Seguía tendida en el suelo, sin apartar la mirada del suelo, hubo un largo silencio, imaginé los gestos, estoy segura que no se esperaba oír esas palabras, se levantó, despacio se acercó a mi y me tomo del brazo, haciendo un poco de presión, y obligandome a ponerme de píe, aun sosteniendo su agarre en mi brazo, me lanzo a la cama y mientras yo lo miraba fijamente con unas inmensas ganas, me dijo: -Abre bien esas piernas de Puta que tienes, te voy a dar lo que quieres.

Abrí las piernas lo mas que pude y sosteniéndolas en el aire, le ofrecí mi brillante y dilatada vulva, mi vagina se había acostumbrado a la presión de la tanga que seguía dentro, había olvidado que la tenía aun puesta; sus ojos se posaron en ella, una sonrisa de complacencia dibujada en sus labios y el deseo evidente en su erecto pene. Se acercó hizo a un lado mi tanga, que bien hubiera podido escurrirse de lo mojada que estaba y de golpe dejo ir todo su miembro en mi, estaba tan húmeda y dilatada que sentí una placentera sensación de estar “llena” por completo, mi rostro fue invadido por una holeada de calor que me quemaba, gemí, y mientras el empezaba a bombear con embestidas brutales, me gritaba: -AHORA VAS A GEMIR FUERTE PUTA…… QUIERO OIRTE GRITAR, así lo hice, gemía y gritaba casi hasta quedarme sin aíre, me estaba clavando sin compasión, solo escuchaba sus testículos golpeando en mis nalgas, y los sonidos que hacían mis jugos empapando por completo su verga, con las paredes de mi vagina lo apretaba fuerte, sus manos amasaban, literalmente, mis pechos, los apretaba hasta que me dolía, yo ya no aguantaba estaba por reventar, arañé sus brazos y estalle en un orgasmo largo y muy intenso, largue un grito de placer que estoy segura los vecinos pudieron oír, las lágrimas salían de mis ojos, convulsioné sin medir movimientos, me agité y retorcí descontrolada, dejando que cada célula de mi cuerpo fuera invadida por esta placentera sensación, mi nuevo amo, rodeó mi cuello con una de sus manos y haciendo presión, cortó por un breve instante el aire, me estaba ahogando, pero la sensación de ahogo y la falta de aire, hicieron que disfrutara a un mas y que el estallido de emociones fuera mas prolongado,  sin temor a equivocarme debo decir que fue uno de los orgasmos mas excitantes y deliciosos que he tenido en mi vida, él aguardó un momento al que mi éxtasis llegara a su fin, y cuando finalizó, siguió con agitados movimientos, su pene dentro de mi, y con movimientos que estimulaban mis entrañas, con espasmos de su vientre y la forma como se agarraba de mi cuerpo, sentí que estaba a punto de venirse y llenarme de su leche, gire como pude mis caderas y ayudando a estimular su pene, logramos que  terminara, por el mismo calor de la situación pensé que no nos habíamos protegido, lo que no sabía es que mientras yo le rogaba que me penetrara el alistaba un preservativo para poder arremeter contra mi vagina sin piedad ni remordimiento.

Se tumbó a mi lado, ambos sudábamos como caballos, nuestros pechos se movían agitados, giramos las caras para que nuestras  miradas se encontraran, su rostro había vuelto a ser el mismo, me miraba con ternura, y arreglando un poco mi cabello me dijo: -¿Te lastimé mucho?, sonreí complacida y después de darle un tierno beso y de acariciar su mejilla le respondí: -Si, me dolieron los azotes con tu cinturón, pero me encanto, quiero que se repita, y termine la frase guiñando el ojo y con una sonrisita pícara. Nos quedamos un buen rato ahí, recostados, sin hablar, sin moveros, solo Dios sabe que cosas pasan por nuestras acaloradas mentes.

Bueno se los dejó ahí, no me gusta incluir muchos diálogos en mis relatos, por lo general no son exactos, trate de recordar cada palabra dicha en cada momento, igual pude exagerar en un par de líneas, pido disculpas por eso, pero siento que esta vez se hacían indispensable para narrar mejor la historia.

Ojalá lo disfruten y mi e-mail sigue disponible para recibir sus comentarios, sugerencias y críticas.

Besos Clandestinos a todos

Ykitty.