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El Sexo es Rico Hasta por Telefóno

en Hetero: General

Hola a todos los que me leen y se toman el tiempo de escribir sus comentarios o enviarme sus apreciaciones a mi correo, sé, porque ustedes me lo han hecho saber, que esperan mis relatos, y que disfrutan de ellos, les estoy inmensamente agradecida siempre disculpándome por no escribir con frecuencia, pero pocas veces hallo tiempo para hacerlo.

En esta oportunidad, quiero contarles, ya que muchos me lo pidieron, algunos detalles de mis conversaciones calientes con Cami.

Cómo les conté en mi relato pasado,  Cami, mi amiguito Cibernético, se convirtió en mi Novio, estamos comenzando una relación enserio, aunque siempre he dicho que no creo en las relaciones a distancia, la soledad es más fuerte, y con él me siento acompañada y feliz; es así como mis días han transcurrido entre celos, y mucho sexo telefónico.

Camilo es un hombre muy ardiente, es un excelente amate (o por lo menos eso es lo que creo), además de que es un muy buen “amo”, si, él es mi complemento perfecto, yo soy una sumisa, no consagrada, pero si en ejercicio, y él es un consagrado y dedicado amo, y si que sabe hacerlo, puedo decir que era justo lo que buscaba en la cama, me trata exactamente de la manera que me gusta, me humilla, y sin tocarme, sin verlo, solo escuchándolo me hace venir como nadie lo ha logrado.

Lo deseo, y en algunas oportunidades cuando hablamos por teléfono, no puedo evitar mojarme al escuchar su voz firme; siempre procuro llamarlo cuando salgo de la universidad, así me voy todo el trayecto conversando con él, y no me siento tan sola a esas horas de lo noche, tipo 10:00 o 10:30 de las noche, en el trayecto le insinúo cosas, solo para prenderlo, y poder “jugar” con él cuando llegue a mi casa, pero él no es ningún tonto, sabe justo lo que quiero y a veces no me sigue el juego, solo para obligarme a rogarle, a suplicarle que me guie en mi masturbación, con Cami, las cosas se hacen como él quiere, a la hora que quiere, y cuando él quiere, y eso no me molesta, por el contrario me hace sentir más “arrecha”  como él mismo me dice.

En una oportunidad, un fin de semana, paso una de las cosas que más me calentaron y que más me han gustado.

Empezamos a hablar desde las 9:00 de la noche, de cualquier cosa, de cosas triviales, pero particularmente en esta oportunidad, yo estaba más deseosa que nunca, sentía que mis entrañas ardían de deseo, estaba con ganas, y no lo podía ocultar cada tanto le decía cosas subidas de tono, para que Camilo me siguiera el juego y me ayudara a calmar mi lujuria. Pero No, cómo ya lo dije, las cosas se hacen cuando él quiere, y simplemente se hacía el tonto o cambiaba de tema.

El tiempo pasaba, y mi calor aumentaba, pero él seguía tan frío como antes, así que ya no aguante más, y en medio de nuestra conversación trivial, y salida aparentemente de la nada le dije en tono casi suplicante:

-¡¡Cami, hazme el amor!!

Hubo un momento de silencio, y fingiendo que no se había enterado de mis insinuaciones durante toda la noche me contesto:

-“¿Y eso?, ¿De dónde salieron esas ganas tan repentinas?, Pensé que hoy no querías nada.

-Amor no te hagas el bobo, toda la noche te he insinuado cosas, y tú me cambias el tema, no me dejes así, quiero tocarme contigo… Dale ¿Si?

-Está bien PERRA, esta noche serás mía, y no creas que te voy a pagar, te cogeré duro, a mi antojo y las veces que yo quiera.

(Aquí ya comenzaba el juego, cuando me llama PERRA o PUTA, ya sé que debo comportarme como una “Trabajadora de calle”, obedecerle, acordar un “Precio”y humillarme ante él, y me encanta)

 -Sí Señor, (Debo llamarlo Señor o si no será castigada), hoy no le cobraré, pero por favor hágame suya, quiero sentirlo.

-Muy bien perrita, estas aprendiendo a tratar a tu Señor. Quiero  que me describas detalladamente como estas vestidas.

Yo ya estaba rebosante de deseo, me meneaba en la silla en la que estaba sentada, como las piernas abiertas, y muchas ganas de tocarme, pero no podía hacerlo hasta que mi “señor” lo dijera, mi respiración se agitaba, ahora tenía que responder:

-Señor, en este momento tengo puesta mi ropa de dormir, una pijama clara, de pantalón y camisa, debajo tengo un sostén blanco,  muy delgado, sin realces y con transparencia, para que usted disfrute mejor de mis pezones, y tengo una tanga blanca también, que hace juego con el sostén, y que ahora está muy mojada por usted.

-Que rico Perra, me pusiste muy duro, ¿Te gusta ponerme así? ¿Verdad PUTA?

-Sí Señor, me encanta

-Levanta la blusa y el brasier, y aprieta con fuerza esos pezones, imagina que son mis manos, agárralos con fuerza, quiero que te arda, que se te pongan rojos he hinchados. Hazlo PUTA.

Yo solo obedecía a mi señor, levanté la blusa de mi pijama, mi brasier, y apreté mis pezones, duro, con fuerza, me retorcía de dolor, y mis quejidos se escuchaban al otro lado del teléfono, complaciendo a mi Camilo, y haciendo que lubricara.

-Eso es Puta, que rico se escucha, sé que te duele, y me encanta, si estuviera allá te los mordería sin piedad.

-Sí señor, que rico. Le conteste en voz baja, agitada y entre gemidos de placer.

-Muy bien PUTA, quítate el pantalón, y mete tus pantis, entre tu “cuca”, hálalos duro hacía arriba, tortura tu clítoris, quiero que se enrojezca, obedece PERRA, quiero que te duela.

De nuevo obedecí y entre quejidos y gritos sofocados, le hacía saber que me dolía y que gustaba, que estaba muy caliente deseándolo como siempre.

-Sigue perra, hoy te estás portando muy bien con tu Señor, quizás te premie.

-Sí Señor, hoy solo quiero obedecerlo,  y complacerlo en todo, soy suya Señor.

-Que rico Perra, no pares, y repíteme eso que dijiste, di que eres mía, que solo yo te hago sentir así.    ¡Dilo PERAAA..!,  ¡¡Dilo fuerte…!!  –Sus últimas frases fueron casi gritando en mas tono de orden que nunca, el estaba tan caliente como Yo, y esas palabras que dije en medio del gusto lo pusieron aun más caliente.

Subí el tono de voz y le dije:

-SOY SUYA SEÑOR, SUYA Y NADIE MAS, LE PERTENEZCO, NADIE ME HACE SENTIR COMO USTED, USTED ES UN MACHOTE DELICIOSO, LE PERTENEZCO SEÑOR.

La respiración de Camilo era cada vez más agitada y su voz se entrecortaba, pero tomó aíre y con la misma imponencia de siempre replicó:

-Claro que soy un machote puta, que más podría ser, lástima que solo te use, eres una sucia, no vales nada, ya sabes que solo quiero descargarme y dejarte PERRA.

-Señor no importa, yo lo complazco en todo, pero por favor penétreme.

-NO, me das asco.

-Por favor Señor, ya no aguanto, tóqueme aunque sea un poco.

-Yo no toco a las PUTAS, me ensucio.

-Señor por favor lo deseo, tóqueme, hágame su mujer.

-Cállate PERRA, una sola palabra más, y te va a ir muy  mal, así que cállate, que aquí las ordenes las doy yo ¿Te Quedó Claro Puta?

-Sí Señor, perdón.

-Ok puta, por tu bien perra, espero que te hayas torturado bien ese gallo, lo quiero bien hinchado y rojo, ¿Lo hiciste Perra?, dime, y no me mientas.

 Mis Pantis, seguían dentro de mi rayita, y la presión que hice ya hacía que me ardiera el clítoris, así que le dije:

-Señor, ya me arde el clítoris, creo que lo tengo justo como lo quería.

-Muy bien, que obediente saliste Sucia, me gusta eso, tendrás tu premio. Quiero que imagines las manos de tu Señor apretando con fuerza y sin piedad ese gallito hinchado y dolorido.

Comencé a tocar mi clítoris, y poco a poco lo fue apretando de la forma en que el me decía:

-Tómalo entre tu dedo pulgar e índice y aprieta fuerte por unos segundo, luego suéltalo y repite la operación a mi ritmo.

Lo apreté fuerte, sentí mi clítoris grande, y sentía como palpitaba entre mis dedos, me dolía y me dolía mucho, pero no podía contener mis caderas que se meneaban con voluntad propia, y este movimiento hacía que la paja sobre mi clítoris fuera realmente deliciosa, esa mezcla de dolor y placer es de lo más seductora, me encanta.

-Aprieta duro, suelta. –Eso me decía mi señor,  y yo seguía su ritmo.

Así estuvimos por unos minutos, mi vagina chorreaba flujo, torrentes y torrentes de humedad vaginal, que iban a parar a la silla, en la que estaba sentada con las piernas abiertas, súbitamente mi Señor dijo:

-Metete cuatro dedos en la Cuca, pero ya perra.

Le obedecí en medio de ansiedad y desespero, porque eso era justo lo que quería hacer desde unos minutos atrás. Me metí cuatro dedos como pude, obligándome a abrir más las piernas, los dedos entraban gracias a mi lubricación y así comencé a embestirme con ellos, duro, sin piedad, nada me importaba, solo estábamos mi Señor y yo gozando, yo gemía como loca, y sus resoplidos se escuchaban por el teléfono, eso me encanta, y el no dejaba de repetir:

-Eres mía puta, eres mía. Aun no te vengas obedéceme, aun no te vengas.

Pero mis pensamientos ya no eran coherentes con lo que él me decía, quería venirme y haciendo caso omiso a lo que él me repetía una y otra vez, estalle en un convulsionado orgasmo que me dejo la mano empapada, chorreando, y que mojó toda la silla. No podía respirar bien había sido un orgasmo perfecto, de no ser por lo que vino después.

-¡QUE TE DIJE GRAN PUTAAA! ¿POR QUÉ NO ME OBEDECES?, YO NO ESTOY JUGANDO, ESTO ES ENSERIO. Me dijo mi Señor, algo colérico, y muy alterado.

-Señor perdóneme, no me pude aguantar, por favor perdóneme.

-NO, amor, enserio, cuando yo estoy en el roll de amo, me gusta que me obedezcan, y eso que acabas de hacer es algo que no soporto, ya se me quitaron las ganas, me hiciste perder el deseo con eso.

Por su voz, supe que ya no era mi “Señor”, ahora era mi Camilo, y eso significaba que de verdad había perdido las ganas. Me sentí muy mal, no supe que decir, pero yo no quería acabar así, aun tenía ganas, y no podía dejar las cosas así, él no se había venido, y eso es mucho más ofensivo, me encanta saber que el explotó en un chorro delicioso de leche caliente, que yo ayudé a “producir”.

Sabía que la única forma de volver al “Juego” era suplicar, y lo iba a hacer.

-Amor por favor perdóname, te juro que no vuelve a pasar, pero por favor sigamos, no podemos dejar así, quiero que te vengas conmigo, Cami, por favor.

-Ya te dije que no, tú no obedeciste y este es el precio, tienes que aprender  a hacer lo que se te dice.

-Amor por favor no me dejes así, yo sé que tu tampoco quieres quedarte con ganas, por favor sigamos.

-Ya te dije que no.

Y después de esto, comenzó a cambiarme el tema, evitaba mis insinuaciones y se molestaba si seguía con mis súplicas, así estuvimos un buen tiempo, creo que unos 20 minutos más o menos, hasta que comencé a molestarme y en un tono muy firme le dije:

-¿O sea Camilo, es enserio que me vas a dejar así?, te necesito, no vez como me tienes, estoy arrecha, portándome como una puta, ofreciéndome, suplicándote. TE NECESITO.

Cami soltó una carcajada y me dijo:

-Amor, usted si es tonta, de verdad cree que la voy a dejar así, solo quería castigarla por desobediente. Abre las piernas y tócate el clítoris, despacio, has círculos sobre él, suavecito amor, vamos a hacerlo despacio.

Yo ya me empezaba a calentar de nuevo, mi clítoris no había reducido su tamaño, estaba tan inflamado como al comienzo, me estaba masturbando despacito, guiada por la voz ronca y sexy de mi Camilo.

-Si amor, así me gusta, que rico. –Eran las únicas frases coherentes que atinaba a decir, porque de mi boca solo salían quedos gemidos de placer y gusto.

-Metete los dedos amor, los que quieras, quiero hacerte el amor, despacio, que me sientas bien adentro, te amo reina, te voy a tratar como una dama, como a una MUJER. (No tengo palabras para describir lo que esa última frase causó en mi, siempre he sabido que soy muy auditiva, que una palabra puede subirme la lívido, hacerme venir, o por el contrario puede mandar todo mi pasión al carajo, pero lo que mi cuerpo sintió al escuchar –“Te voy a tratar como a una dama, como a una mujer”,  fue algo indescriptible, mi cuerpo se estremeció por completo, cada célula de mi piel se crispo, y un delicado corrientazo me envolvió toda, aumente los movimientos de mis dedos dentro de concha, y mis gemidos se agudizaron). Solo atiné a decir:

-Amor, me voy a venir.

A lo que mi Macho respondió:

-Dale reina, tienes mi permiso, vente y lléname de jugos.

Con solo esta autorización no tuve que esperar nada más. Acelere mi masturbación y con firmes palmoteos estimulé mi clítoris, para venirme, derramando de nuevo  tanto o más jugo que antes, fue una venida brutal, cuando escuché los gemidos reprimidos de mi novio, que al escuchar mis gritos, se vino, derramando leche por todo lado.

Fue rico, ambos habíamos quedado agitados, el sudor me corría por la espalda mientras él me decía:

-Te amo reina, gracias.

Es rico hacerlo así, ahora lo hacemos por todas las redes sociales que podemos, Facebook, WhatsApp, Skype y demás; sin embargo me muero por estar con él, yo necesito piel, y él lo sabe, así que está haciendo todo lo que puede para adelantar sus vacaciones y venir a comerme, digo a verme jajaja.

Luego si quieren, les narro más de estas experiencias nuevas para mi, por ahora iré a masturbarme quedé con ganas después de escribir esto.

Así que haré uso de mi imaginación, y me saborearé una buena verga, grande, gruesa y venosa, como la de mi machote, ummm que rico.

Besos Clandestinos a Todos, siempre suya.

Ykitty