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Fármaco milagroso ii - abusando de mi suegra

en No Consentido

Al otro día, mi mujer se quejó de dolor de culo todo el día,  no sabía por qué le dolía tanto,  ignorando por completo que la noche anterior con el culo levantado, le había dado con todo, y me había desquitado por todas esas veces que no había querido entregármelo.

Ya estaba demostrado que el fármaco funcionaba espectacularmente y mi nuevo objetivo ya estaba definido, solo tenía que encontrar el momento preciso para llevarlo a cabo, que era lo más difícil.

Mi suegra siempre fue un morboso deseo oculto que mantuve por años. Desde que la conocí me imagine perderme en sus pechos,  chuparle sus maravillosas tetas, que hermosas y divinas tetas tenía mi suegra, grandes, deliciosas. Cuantas veces fantasee con ella, cuantas veces me masturbe pensando en ella, viéndoselas cada vez que podía, en generosos escotes que me calentaban de sobre manera. Claro que eso fue hace 20 años, ahora ya mi suegra no tiene el mismo cuerpo de antes, esta vieja, se le cayó el culo y las tetas, pero de todas formas me calientan, un sueño no cumplido y si esta era mi oportunidad, no la dejaría pasar.

Encontrar el momento indicado fue una difícil tarea, a pesar que íbamos casi a diario a su casa, ya que ella vive sola, vive muy cerca de mi casa y mi mujer es muy apegada a su madre,  era muy difícil llevar a cabo mi plan, por la constante presencia de mi mujer.  Pero estas contantes visitas, despertaban aun más y más el deseo por esa mujer. Ese deseo que se había aplacado por el paso del tiempo , volvía con mayor intensidad aun.  

Mi suegra ya estaba por los 60 años, había engordado y sus carnes se habían soltado, ya no se arreglaba como antaño, siempre vistiendo en su casa ropa casual y un sostén que no le apretaba mucho, por lo cual sus grandes tetas colgaban hacia abajo, pero mientras conversaba con ella, me imaginaba tenerla desnuda, comiéndole el coño, chupándole las tetas. A veces iba al baño y trajinaba su ropa intima, disfrutando de los olores que de estas emanaban incluso pasándoles la lengua imaginándome que me comía el coño de mi suegra. En una ocasión al hacerlo,  siento dos pelos en mi boca y cuando los saco, me doy cuenta que había uno negro y el otro cano, cosa que mas me calentó imaginándome como sería el coño con algunas canas . ,mmm debía poner más énfasis a realizar mi plan.

Hasta que llegó el esperado día. Era miércoles y como todos, esa noche yo con mis compañeros de trabajo, arrendábamos un gimnasio y practicábamos baby football , algo para hacer algún deporte , por lo que ya tenía asegurada la salida de mi casa sin levantar ninguna sospecha.  Por lo general nos juntábamos de 9 a 11 o 12  de la noche, pero ya me había excusado con ellos que tenía otros planes.

Compré una botella de vino muy fina y llegue a buscar a mi mujer a la casa de mi suegra, con la botella bajo el brazo. A ella les pareció extraño, pero les dije que un cliente me la había regalado y que había estado todo el día antojado de probarlo, que me habían dicho era muy bueno, ofreciéndole a ambas una copa. Entré a la cocina y salí con dos copas, para mi mujer y para mi suegra, ya con el fármaco en la copa de mi suegra.  Ella se lo bebió lentamente, encontrándolo muy bueno. Ya a los 10 minutos, empecé a apurar a mi mujer para que nos fuéramos, ya que tenía partido esa noche. Ella se despidió de su madre y nos fuimos a la casa. En todo esto, había dejado estratégicamente mi teléfono en la cocina, con la excusa de pasar a buscarlo, antes de irme a jugar.

Llegue a la casa, me puse mi ropa deportiva como siempre, haciendo la hora para que el fármaco hiciera su trabajo. Ya a la media hora, empecé a preguntar por mi teléfono a mi mujer, hasta que supuestamente “recordé”, que lo había dejado en la cocina de su madre.   Le pedí las llaves a mi mujer, para no molestar a mi suegra que seguramente ya se había acostado, todo esto bajo una perfecta actuación. Ya con las llaves en mano,  salí y conduje lentamente hasta la casa de mi suegra, como para asegurarme que el fármaco hiciera su efecto. 

Llegue, estaba muy nerviosos por lo que podía pasar. Miré que no hubiesen vecinos afuera, toqué el timbre y nadie salió a abrirme, una muy buena señal.  Abrí con mi llave, y llamé a mi suegra, la que no me contesto. Me dirigí al cuarto y la veo con los ojos cerrados, tendida en la cama, aun vestida. Me acerque a ella, la moví y apenas reacciono, mirándome con una mirada extraña, perdida. Comencé hablar con ella diciéndole que venía a buscar el teléfono,  que se había quedado dormida sobre la cama, y mi suegra no respondía nada, estaba completamente ida, como un zombi, me miraba y no decía nada.

Le hice levantarse y le dije que se sacara la ropa y se acostara. Mi suegra, sin decirme nada,  lentamente, mirando hacia la pared, me hizo caso, comenzó a sacarse la ropa, lentamente, mientras yo de pié, con la mirada fija en ell , observando cómo se iba sacando una a una sus prendas sin poner reparo a mi presencia en la habitación.

Lo primero que se sacó, fue su blusa, de inmediato aparecieron sus fabulosas tetas, bajo un delgado brasier algo desgastado, color carne, que de inmediato hizo que mi verga reaccionara viendo esas hermosas masas de carne que tanto deseaba tener,  luego de este, su falda. Quedó en ropa interior, en un conjunto para nada bonito, pero para mí era espectacular. Unos grandes calzones de abuela, los mismo que había saboreado días antes en el baño, cubriéndole el coño, mostrando unas gruesas y carnosas piernas y su culo grande y blanco, que ahora encontraba muy apetecible.

La miré de arriba abajo, deseándola mientras ella buscaba su camisa de dormir bajo la almohada, la saca y la coloca sobre la cama. Luego se lleva las manos atrás, como si yo no estuviera en el cuarto,   desabrocha su sostén, el momento que por años había esperado alfí había llegado . Sus grandes pechos al fin estaban ahí para mi en todo su esplendor. De inmediatos sus pechos cayeron , hermosos , divinos, mis ojos no podían dar crédito a la visión que tenía en ese momento.

Mi suegra con el torso desnudo, con sus enormes tetas colgando ante mis ojos. Era un sueño hecho realidad, ya con solo ver esas tetas que tantas veces me hicieron fantasear, ahora ahí, delante mío.  Bien había valido cada peso que pague por el famoso medicamento.  

Pero mi suegra se disponía a ponerse su camisa, cuando me acerco a ella y se la retiro. Me dice con voz algo traposa que dormía con eso, le digo que no esa noche, que  hoy dormiría desnuda. Se queda pensando en mi respuesta  y se queda como pegada con la mirada fija en la pared y solo reacciona, cuando me acerco a ella y con una mano le acaricio suavemente una de sus tetas y con la otra mano le agarro el culo descaradamente.  Ahí reacciono un poco y llevo su mano hacia la mía que sostenía su pecho mirándome, pero sin decir nada. Yo le seguí acariciando sus partes y ella solo me miraba sin reaccionar.

-          Mmmmm … estas muy rica Teresa …. Lo vamos a pasar muy bien

-          ¿Que vas hacer?

-          Todo .. esta noche vamos a follar .. ¿quieres que te folle verdad?

-          No … “tu” casado

-          No importa .. eso no importa…tu quieres acostarte conmigo…. Eso me dijiste

-          ¿yo no recuerdo?

-          Si .. tu me invitaste , me dijiste que  querías follar conmigo y aquí estoy

-          ¿No? … tu casado … hija mía

-          No , no hay problema , si ella lo sabe , está de acuerdo ..

-          ¿Qué me vas hacer? …

-          Todo… lo primero es chuparte estas ricas tetas… ¿quieres que te chupe las tetas?

-          No se ..

-          Si , lo quieres ,,, déjame chupártelas

-          Bueno …

-          Mmm eso .. ven acuéstate acá … mmm mira que tremendas tetas tienes .. te las voy a chupar muy rico …

-          Bueno

Mi suegra se acuesta en la cama y me abalanzo sobre ella, agarrándole las tetas y metiéndomelas enteras a la boca.  Era un sueño estar chupándole las tetas a mi suegra y ella haciendo caso a todo lo que le decía.  Comencé a desnudarme, sin dejar de tocarla, luego ya completamente desnudo, me monté sobre ella y se las chupe con todas mi ganas, fuertemente. Que tetas mas fabulosa tenía, que deliciosas masas de carne, ricas, exquisitas , que chupe como si el mundo se me fuera acabar. Luego le ordené que se sacara los calzones y levantando un poco su culo se los sacó, quedando completamente desnuda.  Continué comiéndole las tetas , pero ahora con mi mano entre sus piernas acariciándole la concha.

            Luego me coloque arrodillado entre sus piernas recogidas. Se las abrí y su concha quedo ante mis ojos en todo su esplendor, grande, con labios gruesos y carnosos, y tal como me lo suponía, sus pelos eran largos, negros, con bastantes pelos blancos entre ellos. Se la abrí con mis dedos, se la acaricie suavemente, le separé los labios, se la inspeccioné por completo con mis dedos entrando y saliendo  y mi mirada fija en esa parte de mi suegra

-          Mmm teresa … que rica concha tienes … me encanta

-          Si

-          ¿Te gusta que te toque acá?

-          Si, me gusta

-          Y que te acaricie acá

-          Si

-          ¿ Mmm quieres que te la coma?

-          No entiendo

-          Que te meta la lengua acá .. y acá … por acá también

-          No, esta cochina

-          Mmm no importa suegrita … mas rica es asi …

-          Bueno

-          Abre las piernas … mas .. mmm tócatela …

-          Bueno

-          Mas … que rico .. muéstrame como te masturbas

-          Bueno … así

-          Mm que rico .. mira yo así me masturbo …

-          Bonito

-          Mmm te gusta mi verga

-          Si me gusta

-          Primero te chupo yo y luego tu a mi

-          Si .. bueno

Me metí entre sus gordas piernas y desesperado  me comencé a comer el coño de mi suegra. Se lo chupé entero, succionándole los labios, tirándoselos hacia atrás y metiéndole la lengua bien dentro, luego de lado a lado, sintiendo sus pelos sobre mi nariz y el perfume de su sexo exquisito.

Mi suegra en un principio no reaccionaba, pero luego se empezó a mover, comenzando a disfrutar, ya al rato se notaba por sus gemidos que lo estaba disfrutando igual que yo. Cuando le preguntaba si le gustaba me decía que “si mucho”

Luego fue mi turno, me coloque arrodillado a la altura de su cabeza y le pasé mi verga para que me la chupara. Me miraba como sin saber que hacer, hasta que bajo mis instrucciones, comenzó a chuparla muy suavemente. Era completamente morboso ver a mi la madre de mi mujer con mi tranca en la boca, saboreándola, degustándola lentamente. Se lo restregué por toda la cara, le hice que me chupara las bolas,  y ella sin poner ninguna objeción a cada una de mis peticiones.

Pero ya estaba bueno de sexo oral, me la quería follar de una buena vez.  Me coloque nuevamente entre sus piernas, admirando el cuerpo desnudo de mi suegra, con sus piernas abiertas, sus enormes tetas hacia los lados, su concha peluda  y montándome sobre ella, se la fui metiendo lentamente, sintiendo como sus carnes se abrían poco a poco a medida que se lo metía. Sus ojos cerrados sintiendo como su cuerpo era invadido por ese pedazo de carne que al poco rato ya estaba metido hasta el fondo. Mis manos aferradas fuertemente a sus carnosas nalgas , con un suave movimiento que fue acrecentando, cada vez más rápido, haciéndola gemir suavemente.

Al fin me estaba follando a mi suegra, al fin esa mujer que tantos años me calentó estaba ahí con sus piernas abiertas, recibiendo la calentura de años acumulados.  La verdad ella no se movía para nada, estaba solo echada en la cama con sus piernas abiertas y sus tetas colgando hacia los lados, dejando inconscientemente que su yerno se desahogara con su maduro cuerpo, sin poner ninguna objeción.

Luego la coloqué de lado, con sus anchas caderas hacia mí,  así mientras se la metía lentamente, mis manos le podían agarrar las tetas. Era un sueño estar follándome a esta mujer.  Le agarraba sus nalgas y se las separaba metiéndosela lentamente alargando ese momento de placer.  Ella se quejaba suavemente y se dejaba tocar, quizás hace cuantos años que no tenía una verga metida dentro.

Le dije que cambiáramos posición, le hice que se sentara sobre mi, sintiendo el peso de su cuerpo sobre mi  y en esa posición seguí follándomela un buen rato, mientras su grandes tetas chocaban contra mi cara y mis manos no dejaban de agárrale el culo. Recién ahí como que mi suegra comenzó a gozar un poco más, viendo su rostro arrugado, con sus ojos cerrados, moviéndose más de adelante hacia atrás,  enterrándose toda mi verga , jadeando, moviéndose más fuerte . Luego comenzó a quejarse mas y mas, en un fuerte y extraño quejido que salía de adentro de su cuerpo, hasta que abrió la boca y lanzo unos fuertes alaridos en señal que estaba alcanzando el orgasmo. Yo a pesar de estar excitado, me pude contener, quería aprovechar al máximo a la vieja y me qwue de ahí chupándole las tetas por un buen rato.

Mi suegra cayó rendida sobre mi cuerpo, sentía el gran peso de su cuerpo sobre el mío, mientras yo continuaba  amasándole las nalgas. La corrí hacia el lado, la deje boca abajo y me dedique a chuparle y morderle el culo, ese blanco culo carnoso, fue un deleite para mi boca por un buen rato , separándoselo y metiéndole la lengua.  Había pensado metérselo también pro ahí, pero me dio pena , pero de todas, con mi suegra de boca y sus piernas abiertas,  formas me arrodille entre ellas y me comencé a masturbar con sus carnosas nalgas blancas, hasta que comencé a acabar en la entrada de su culo , viendo como mi leche le inundaba esa parte de su cuerpo, dejándoselo completamente embetunado.

Me levanté, mi suegra dormía con sus piernas abiertas y su culo blanco empapado en semen. Fui al baño y con una toalla le limpié el culo. Con gran esfuerzo conseguí ponerle el pijama a mi suegra,  que yacía como muerta sobre la cama y que en nada cooperó. Dejándola acostada, apague las luces y me marché, percatándome que ningún vecino me fuese ver saliendo de la casa.

Al otro día mi mujer fue a la casa de mi suegra como de costumbre, yo preferí no ir, de todas formas estaba nervioso de lo que fuera a pasar, pero cuando volvió mi mujer , no hizo ningún comentario sobre su madre, por lo que pude quedarme algo más tranquilo , con mi fantasía cumplida aunque con ganas de volver a repetirlo alguna otra vez … 

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