Entreabrí la puerta de tu habitación y ahí estabas tapada casi del todo, solo se distinguía tu cabello; me acerque despacio y oí tu respiración acompasada; conecté y puse en marcha el calefactor que traje conmigo y unos minutos después sacaste los brazos de la cama; tenías calor y era el momento.
Me desnudé dejando la ropa de forma ordenada sobre una silla; abrí un poco la cama y me deslicé junto a ti; apoye mi erección en tus nalgas y rodee tu cuerpo con mi brazo hasta cubrí uno de tus pechos con mi mano apretándolo suavemente para oírte ronronear, entonces comencé a murmurar en tu oído.
• soy yo tu fantasía • y eso mientras iba cambiando de pecho aumentando cada vez más la intensidad y mi verga se alojaba entre tus piernas.
De súbito te alteraste, supe que te habías despertado y temí que gritaras pero me arriesgue y no quise asustarte más de lo que ya estabas tapándote la boca, te giraste para encararte conmigo y te sonreí sabiendo que eso te tranquilizaría; no traté de hablar, acerque mis labios a los tuyos y nos besamos; tu boca es tan dulce como siempre imaginé y construimos el más bello y sensual de los besos. Destapé la cama y con ansia te despojaste del pijama; alargaste la mano hasta mi sexo y abriste mucho los ojos al palparlo en su máximo esplendor.
Lo demás ya lo sabes...
©PobreCain
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