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Kattia y su hermano

en Amor filial

Tendida en la cama, con un brazo suyo bajo mi cuello y su cabeza junto a la mía, su cuerpo de lado apoyado en mí chafándome un pecho y con su verga apoyada en mi muslo me encontraba en la gloria y rememoraba cada instante de esa prodigiosa noche desde que llegue hasta el momento en que se durmió entre mis brazos.

Se movió un poco apoyando su mano libre en mi otro pecho y alargue la mano para depositarla junto a su verga sin intentar despertarlo, aunque poco después se movió otra vez y entonces sí, abrió los ojos y la verme junto a si farfullo.

 — ¿Qué haces aquí? ¿Qué ha pasado? ¿Qué hemos hecho?

Con calma y sin soltarlo le dije para tranquilizarlo.

  — Si me lo permites te lo contaré todo pero no te enfades porque no ha sido culpa de nadie y te aseguro que ha sido maravilloso.

Se quedó perplejo y abatido y sin darle tiempo a reaccionar le conté.

 —  Desde que comenzaste a enseñarme a bailar cuando tenía apenas doce años sentí algo muy especial por ti y no me avergüenzo de ello, ayer fui al cine con Andrea y como nuestros papás marcharon a ese crucero por su  aniversario me extrañó que hubieran luces encendidas en casa, al entrar llamé y al no contestarme revisé toda la casa y te encontré aquí a medio desnudar.

Paco, con la mirada perdida seguía con mucha atención lo que escuchaba, y ella retuvo su mano para que siguiera apoyada en su pecho.

 — Me pareció que estabas muy bebido y terminé de sacarte la ropa; al ver esa maravilla que guardas para tus amigas me dieron ganas de tocarla y poder compararla con las que lucen algunos de mis compañeros de instituto con las que juego algunas veces; tenerla en mis manos me hizo pensar que aquello con lo que tantas veces he fantaseado podía hacerse realidad y lo intenté.

 — Me desnudé y me coloque junto a ti, al buscar tus labios para besarlos me rodeaste con tus brazos y comenzaste a comerme la boca con desesperación como nadie lo había hecho antes y dudo que lo hagan jamás, te acariciaba la verga como podía ya que no la puedo abarcar completamente con la mano, aunque fue suficiente para que después de dejarme sin aliento en varias ocasiones pensara que ya era hora de avanzar.

El hombre pareció tomar conciencia de la situación pero calló a la espera que Kattia relatara totalmente lo sucedido según ella.

 — Después y a oscuras fuiste muy cariñoso, recuerdo como me apartaste el cabello del rostro y fuiste besando primero los ojos y después el resto de la cara hasta llegar al cuello, temí que me dejaras una marca pero decidí que en lugar de apartarte para evitarlo, me pondría un fular para ocultarla si la hacías, bajaste hasta los pechos, esos pechos que tantas veces me he pellizcado en la soledad de mi habitación pensando que eran tus manos las que lo hacían y antes de que los abandonaras comenzaron los calambres, dulces calambres que dieron paso a una serie de espasmos que me sacudieron; la sensación fue soberbia y pensé que eso era solo el principio.

En ese momento, Paco supo que había acertado en su decisión al dejarse hacer por su hermana pequeña, ella se sentía única responsable y eso lo beneficiaba en todo, la tendría para si de una vez y comprendía que la espera había dado sus frutos.

 — Seguiste bajando y llegaste a la vulva después de haber insistido mucho en el ombligo, con los dedos acariciabas la vagina pero cuando comenzaste a emplear la lengua temí desmayarme y es que comencé a botar en medio de un tremendo orgasmo que no terminaba; nunca imagine que algo así pudiera existir y que lo que se lee en internet son una serie de patrañas pero lo estaba viviendo en mis carnes y estaba encantada.

Sin que Kattia se percatara una sonrisa adornó momentáneamente el rostro de Paco pero cambió de expresión mostrando seriedad para seguir escuchando ese relato tan detallado y que tanta satisfacción le estaba proporcionando; distraídamente comenzó a acariciar el pezón que quedaba a su alcance ante la sorpresa agradecida de su hermanita que continuó.

 — Lo alargaste cuanto quisiste y en varias ocasiones pensé que eras un canalla pero al fin me dejaste gozar de ese orgasmo hasta el final y cuando los últimos calambres dejaron de sacudirme, me cubriste con tu cuerpo y lentamente me penetraste hasta llegar al fondo de mí ser con ese maravilloso vástago, notando como si mis entrañas se desgarraran; te quedaste quieto y sentí como mi cuerpo se adaptaba a tenerte dentro y antes de moverte me besaste otra vez como si no hubiera un mañana.

 — Tu lengua jugando con la mía me hizo sentir importante, no se trataba simplemente de follar como dicen mis amigas, me ibas a hacer el amor aunque estoy segura que imaginabas estar con otra, pero la única verdad es que era yo la que estaba entre tus brazos y con tu verga alojada en mi cuerpo; comenzaste a mover ese cilindro que parecía un cuchillo caliente entrando en la mantequilla y los caderazos eran firmes y largos; nada que ver con lo que se ve en las películas porno que he mirado junto a mi amiga en que parece que lo único importante es la velocidad.

Paco, es muy consciente de lo importante que es controlar las metidas para que cada una surta el efecto deseado y que hacerlo de forma alocada solo por mostrar una innecesaria potencia sexual de poco sirve si la mujer no se funde entre tus brazos de puro placer.

 — Cada movimiento estaba dedicado a hacerme sentir especial y al deslizar tu verga frotándola con el clítoris hacia que enloqueciera y me hiciera llegar con facilidad repetidamente al clímax y deseara con todas mis fuerzas que repitieras ese ritual una y otra vez hasta dejarme exhausta ya de madrugada.

Paco estaba agotado cuando decidió parar y hacerse el dormido para que Kattia lo dejara reposar y dormir de verdad, ya estaba a su entera disposición y solo faltaba el acto final; ¡Hacerse el sorprendido al despertar junto a ella por la mañana!

 —  Cuando dejaste tu semilla en mí supe que serias mío para siempre y ahora solo espero que sepas que lo he hecho por amor; comprendo que hemos de simular normalidad; tenemos que tener otras parejas para que nadie sospeche lo nuestro, pero quiero oírte decir que también tú quieres hacerme el amor muchas veces y que esto no es un error.

Paco pensó que era el momento de ayudarla y abrazándola le dijo.

 —  Desde hace tiempo te tengo ganas pero como soy el mayor no podía hacer nada que pudiera asustarte, ayer regresé temprano para esperar que llegaras y estaba en la terraza cuando apareciste por la esquina, me desnudé deprisa pero entraste antes de que terminara, cuando continuaste tu apenas pude aguantarme las ganas de saltar sobre ti y comenzar a besarte, pero me lo pusiste muy fácil.

En el rostro de Kattia apareció una media sonrisa y agarró el falo de Paco con ambas manos y exigió.                         

 — ¡Continua por favor!

Paco continuó en voz baja, casi en un susurro.

 —  Al notar tus labios sobre los míos supe que no tendría problemas, lo demás fue muy fácil, besar tu cuerpo era una asignatura pendiente y hacerte sexo oral la mejor forma que conozco de eliminar todo tipo de posibles barreras para tener a una mujer entregada como así fue; lo demás ya lo sabes y ahora soy yo quien tiene un par de dudas.

 — ¿Tomas alguna precaución para no quedar embarazada, o tendré que ir a por la “píldora del día después”? ¿Qué más cosas les haces a tus amigos del instituto?

Encarada a su hermano, Kattia respondió.

 —  Hace meses, después de cumplir los 16 fui a un centro de planificación familiar; de hecho fuimos las cuatro amigas que solemos ir juntas a todas partes y me recomendaron las píldoras que debía tomar, además de anticonceptivas también las necesito para estabilizar la regla que me venía de forma muy irregular pero no me he acostado con ningún hombre hasta ayer contigo.

 — Nos desvirgamos hace meses las cuatro en casa de Paola con el consolador de su mamá, no queríamos que algún desconsiderado nos hiciera daño al hacerlo de forma brutal, ni darle la satisfacción a ninguno de esos niñatos que son capaces de ir contándolo a sus compañeros; en cuanto a la segunda parte de tu pregunta te puedo decir que preferiría que me besaras y después te haría una demostración de que y como se lo hacía al afortunado de turno, pues no he tenido ninguna pareja fija porque te estaba esperando.

Paco, besó con gran pasión a esa criatura que en horas había pasado a ser toda una mujer; la hizo sentir la persona más afortunada del universo y ella, ella cuando pudo soltarse del abrazo de su amante lo premió con el mejor de los homenajes, bajó lamiendo su cuerpo hasta llegar a su miembro que comenzó a lamer con ansia, retirando el prepucio con los labios para poder besar el glande y después pasar la punta de la lengua por el reborde inferior del capullo, y eso sí que hizo que Paco se tensara y la retirase momentáneamente diciéndole.

 —  No seas cruel, permíteme gozar un poco más antes de hacerme terminar.

Kattia retomó su tarea; lamió a conciencia pero atendiendo al cambio de respiración de su amado así como a los momentos en que se tensaba, aflojaba un poco para continuar un poco después hasta que decidió que ya era momento de obtener su recompensa; lo que más le gustaba antes de conocer la sensación de plenitud al estar ensartada por la verga de Paco, era el poder que ejercía sobre los chicos cuando les sorbía su semilla y la degustaba para sorpresa de unos, espanto de otros y curiosidad de todos.

Kattia había conseguido lo que perseguía desde hacía tiempo; Paco también logro tener a su hermana desde ese momento y ambos se emparejaron cuando encontraron con quien para alegría de sus papás, lo que ninguno logro saber nunca ni les importaba demasiado fue saber quién había propiciado esa situación; ambos se comportaron de forma extraña aquella noche pero como alcanzaron sus objetivos poco importaba de quien fuera el mérito.

©PobreCain

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