miprimita.com

La confesión

en Hetero: General

Ave maría purísima.

Sin pecado concebida.

Respondió con voz cansada el viejo párroco que desde hacía dos horas escuchaba las aburridas confesiones de las feligresas que todos los días acudían para repetir las mismas miserias.

Se acodo en el marco de la celosía que separaba los minúsculos cubículos y apoyando la cabeza en la mano se dispuso a dormitar como solía hacer cuando oía que la “pecadora” decía.

Hace mucho que no me confieso pero no puedo más y hoy pienso decirlo todo. ¡Espero que pueda perdonarme!

Si hija mía sí; yo no puedo perdonar pero el altísimo sabe reconocer un alma arrepentida y perdonarla; te dejaré continuar hasta que termines para evitar que mis interrupciones corten el hilo de tus pensamientos.

Esas palabras fueron las últimas que pronunció y solo alcanzó a oír la primera frase

No sé cómo empezar; supongo que lo mejor es hacerlo por el principio: jamás he sido una santa y he estado con algunos chicos; incluso tuve un novio durante seis meses con el que me acosté varias veces pero lo dejamos porque era muy infantil. Me aleje de los hombres para dedicarme a otras cosas; un día apareció en un grupo de Facebook un hombre que me fascinó al que llamaré Iván; siempre se comportó de forma correcta y supongo que eso fue lo que me gustó pues jamás me tiraba pullas como los otros ni decía inconveniencias; después de unos días envió un mensaje por privado y me pareció muy simpática su forma de alagarme.

Recuerdo ese primer mensaje como si lo estuviera viendo.

• Eres una mujer muy guapa; lástima que siempre vayas tan vestida y no me des la oportunidad de contemplar ese maravilloso cuerpo que solo puedo imaginar.

Le respondí agradeciéndole el alago y su réplica me sorprendió.

                    • Cuídate de los que saben escribir, pues tienen el poder de enamorarte sin siquiera tocarte.

Ese fue el principio de un dialogo al final del cual me retó.

• ¿Por qué no te muestras tal como eres? Estoy seguro que lo estás deseando incluso más que yo pues te sabes bella aunque quienes te rodean no te lo dicen lo suficiente.

Me quedé en ropa interior y por primera vez me hice una foto de ese tipo; la envié y antes de leer su respuesta terminé de desnudarme y saque otras cuatro o cinco imágenes con el móvil que envié sin pensar; ese hombre me había subido la autoestima y quería complacerlo. Solo entonces leí sus comentarios.

• Eres preciosa y muy generosa; tienes un cuerpo digno de ser admirado y es una lástima que no estemos más cerca porque todo esto me gustaría demostrártelo. ¡Sé que no me crees aunque es cierto!

Por la forma de decirlo me hizo dudar y cuando le dije que era la primera vez que hacía algo así, como única respuesta envió una carita risueña y poco después cortó la comunicación de improviso; quedé un poco decepcionada, me vestí y durante horas miré una y otra vez la conversación y las fotos llegando a pensar que quizás tenía razón.

Ese día se me hizo largo pero al no aparecer al siguiente me entristeció; constantemente miraba el monitor confiando en verlo aparecer pero no fue hasta el tercer día que llegó su primera frase que me hizo olvidar la amarga y larga espera y los oscuros pensamientos que tanto me habían agobiado.

• Buenos días Bella Dama. ¿Cómo estás? Yo he pasado unos días muy ajetreados en casa de un cliente y no he tenido ocasión de comunicarme aunque te he añorado.

En ese momento comprendí que de algún modo me debía a él y sin pensar pregunté.

— ¿Qué es lo que pensaste de mi cuando lo dejamos el otro día?

Esperaba casi cualquier cosa pero su respuesta me descolocó.

• Pensé que eras una criatura maravillosa que necesita mucho y buen sexo aunque dudo que seas consciente de lo mucho que puedes ofrecer y recibir a cambio; supongo que eres una romántica que a pesar de haber tenido alguna experiencia piensa que “eso” es un acto de amor y que “el sexo sin amor” no es para ti.

Que equivocada estas; al ver ese cuerpo y saber que es la primera vez que lo mostrabas me di cuenta del fuego que albergas en tu interior y una mujer ardiente como tu necesita y merece gozar.

Tienes “la obligación” de localizar a un tipo que sea capaz de aplacar ese ardor y te aseguro que en cuanto comiences a “follar” porque no se trata en tu caso de “hacer el amor” te darás cuenta que con uno solo no alcanza. Te aseguro que en cuanto comiences a jugar con estas reglas tu vida tomará sentido; en el grupo te muestras como una mujer decepcionada de la vida y a tu edad esa postura no es lógica. ¿Qué edad tienes 24~26 años?

Le respondí que tengo 25 y que me pensaría lo de buscar a alguien pero que de ningún modo me liaría con dos porque consideraba que no estaba bien y en esta ocasión me volvió a sorprender porque parecía que leyera mi mente y supiera todo de mí.

• Estoy seguro que en poco tiempo tendrás más de un amante y “se” que tienes un consolador. ¡Muéstramelo!

Me quedé mirando el monitor tratando de entender sus palabras; tenía razón en cuanto al consolador; semanas después de cortar con “mi novio” había comprado uno: había días que se me hacían eternos y como no tenía suficiente con mis deditos compre uno con el que me daba largos homenajes en la soledad de mi habitación.

Fui a por el consolador y después de acariciarme con los deditos hasta ponerme cachonda comencé a metérmelo y jugar con él mientras tomaba película con el móvil; fueron unos 15 ~ 20 segundos y al cortar dejé de jugar pero continuaría más tarde porque estaba muy caliente; lo envié acompañado con esta pregunta.

            — ¿Te gusta lo que ves? ¿Me imaginabas tan golfa? Ahora soy yo quien te ha sorprendido.

Su respuesta una vez más me fascinó.

• ¿Ves cómo eres una puta? No lo tomes como un insulto porque estoy muy orgulloso de ti; puedes continuar lo que has empezado pero muéstramelo en directo; me pondré los auriculares para oírte jadear cuando te corras como la perra en celo que eres.

En lugar de hacerlo con el móvil; activé la cámara del ordenador y después de desnudarme totalmente me incliné para quedar enfocada y comencé a acariciarme los pezones porque eso me pone a mil y al lograrlo me arrellane en la butaca y comencé a manosear el clítoris con mis deditos y cuando estaba chorreando metí el consolador en la vagina y me fui follado sin dejar de tocarme el clítoris hasta que llegue al orgasmo que fue mucho más fuerte de cuantos había conseguido hasta el momento; supongo que fue al saberme observada por ese hombre que en tan poco tiempo me había seducido solo con leer sus palabras en el monitor.

Había cerrado los ojos mientras lo imaginaba “follándome” como el mismo decía y al terminar, con la mirada todavía turbia por el reciente calentón traté de leer lo que había escrito.

• Eres fabulosa; una verdadera fiera que necesita-merece como digo mucho y buen sexo. He de salir pero mañana nos leemos.

Eso me descolocó un poco y al recordar como desapareció aquel primer día en que me mostré a él para satisfacción de ambos supe que esa sería una constante pero no me importó. Había sido mucho lo que me había ayudado sin pedir apenas nada a cambio; tan solo aquel día al insinuar que bajo la ropa había un bello cuerpo.

Me conectaba todos los días sin desesperar hasta que apareció sorprendiéndome con su habitual saludo.

                    • Buenos días Bella Dama. ¿Cómo estás?

Le respondí que muy bien y nuevamente superó todas mis expectativas.

• Quiero que imagines que atravieso el monitor y aparezco en tu habitación; me coloco a tu espalda sin que te des cuenta y me apoyo en ella mientras susurro junto a tu oído con todo detalle la forma en que voy a hacerte gozar como una perra; agarro tus pechos que estrujo al tiempo que llevas tus manos atrás para acariciarme la verga que pugna por entrar en ti; te doblas apoyándote en la cama y comienzo a jugar con mi capullo paseándolo por la entrada a tu vagina hasta que exiges que te penetre; de una sola estocada lo hago arrancándote un profundo jadeo; tratas de acallar los siguientes pues tu mamá aun duerme y no quieres que nos sorprenda pero al alcanzar el primer orgasmo no puedes evitar aullar como una loba; tapo tu boca con la mano para ayudarte y aunque aflojo un poco no dejo de manchar y poco después lo enlazas con un segundo orgasmo y un tercero; enloqueces de gusto y culeas como si no tuvieras suficiente; oímos la voz de tu mamá. < ¿Estás bien mi niña?> respondes tratando de sonar lo más normal posible que tenías una pesadilla; se hace el silencio solo turbado por el chapoteo del semen que sale a borbotones: nos derrumbamos sobre tu cama aún sin salir de ti; beso tu columna y rodamos quedando a tu espalda apapuchados hasta que te duermes; al despertar piensas que ha sido un bello sueño pero además de notarte extremadamente cansada y algo dolorida encuentras los restos de mi semen dentro y alrededor de la vagina.

Al terminar de leer eso conecté la cámara y le mostré mi vagina inflamada; me masturbe en silencio sin que me interrumpiera y cuando al terminar abrí los ojos vi que cortaba la comunicación dejando un simple pero entrañable.

                    • Descansa cielo.

A partir de ese día nos comunicamos con frecuencia y en todas las ocasiones me ponía cachonda como una perra y me masturbaba para él; uno de eso días le hable de Lolo: un chico que había conocido y después de un dialogo aparentemente inocente preguntó.

• ¿Sueles hacer sexo oral? Imagino que sí porque tienes cara de mamona y como todo cuanto digo no lo tomes como insulto. ¿Alguna vez te han dicho guarradas mientras tenías sexo?

Le confesé que así era, me gustaba y añadí que no se lo había pedido por si lo consideraba una aberración. Me respondió que así lo haría cuando fuera el momento y a continuación insistió en lo del sexo oral y al responderle que no lo había echo jamás me dio una serie de razones para incluirlo en el repertorio de una “puta mamona” como yo.

• A pesar de lo que puedas imaginar o hayas oído; el sexo oral es la mejor de las prácticas sexuales por su efectividad. La lengua puede ser áspera o delicada; puedes mordisquear sin lastimar; es posible con la práctica engullir una polla hasta el fondo de la garganta para placer de ambos; tu compañero de cama en el momento que cae en tus fauces es incapaz de reaccionar y controlar absolutamente nada.

Te aseguro que si tienes la mente abierta; en cuanto te acostumbres al sabor del semen disfrutaras al saber que controlas cuanto sucede a tu alrededor y los hombres serán verdaderos peleles dispuestos a todo por disfrutar de tan gratificante recompensa.

Estaba claro que debía intentarlo y la ocasión se presentó pronto; ese sábado coincidí en una discoteca con Lolo, aquel chico que mencioné a Iván que es algo más joven y fui muy directa; después de un par de piezas lo sorprendí al preguntarle si tenía condones: me respondió con la voz temblorosa que llevaba dos en la cartera y nos fuimos a su coche. Después de correrse muy deprisa se disculpó diciéndome que eso no solía pasarle pero que aún estaba nervioso por la forma en que había dado todo; en silencio hice que se recostara en el asiento y le saque el condón para a continuación limpiarle un poco “la polla” como la llama Iván con un kleenex y me dedique a darle ligeros lametones; resoplaba como una locomotora de vapor y cuando sospechaba que podía correrse paraba y dejaba que se relajara lo suficiente para continuar.

Por fin le dejé terminar sobre un pañuelo de cuello que lavé en casa; me prometió que la próxima vez me haría disfrutar y quedamos para el día siguiente: después de misa tome un autobús para encontrarnos en la puerta de la discoteca donde nos conocimos al otro extremo de la ciudad y me llevó a la casa de un primo que estaba fuera.

Lolo estaba más centrado que la noche anterior y resultó ser un semental; sin dejar de manosearme me desnudó sin prisa y aprovechó para besar cada pedazo de piel a medida que aparecía y después de bajarme la falda me hizo sentar en la cama y mientras mordisqueaba los pechos desnudos me empujó hasta quedar acostada con las piernas colgando: apartó el tanga y comenzó a hacerme sexo oral; es un diablo que me hizo llegar en dos ocasiones antes de preguntarme si estaba bien.

Se desnudó en un santiamén y comenzó a follarme con desespero aunque en esta ocasión y para mi sorpresa tardó una eternidad en correrse haciéndome llegar en otras tres ocasiones antes de hacerlo él. Cuando estábamos descansando me abrazó y a media voz preguntó si le haría una mamada como la del día anterior. Sin responderle me enrosque hasta llegar al falo y en esta ocasión me dejé llevar por el instinto y después de lamerlo y chuparlo lo engullí hasta que su capullo me tocó en la campanilla; reculé un poco para que no me dieran náuseas y estuve jugando con él hasta que comenzó a escupir lechita caliente; estaba salada y un poco áspera pero no me resultó asquerosa.

Estuvimos un rato más en la cama y después me acompañó hasta cerca de mi casa con su coche; no conocía la zona y le costó un poco encontrar mi barrio.

Después de comer me fui a mi habitación deseando que el tiempo pasara deprisa; quería que Iván apareciera en la pantalla para contarle con todo detalle lo sucedido y eso podía ser esa noche muy tarde o por la mañana temprano ya que al llegar a casa la pasada noche le había dejado un mensaje hablándole de mi encuentro.

Ese día apareció temprano saludándome de forma cordial.

                    • Buenos días putón. ¿Qué tal con tu amante? ¿Lograste hacerle una buena mamada? Espero que sí.

Le relaté todo con detalle y después de unos segundos me preguntó.

                    • Respecto al sexo anal. ¿Qué piensas? ¿Has tenido alguna experiencia?

Le respondí que no; en realidad sí que había tenido una experiencia pero fue tan desagradable que no quise comentarla; uno de aquellos hombres con los que me acosté algunas veces; fue la última porque no quise volver a verlo, trató de encularme y casi lo consigue pero de forma salvaje: después de follar y cuando pensaba que estábamos bien me dio la vuelta y se puso como loco arrancándome la poca ropa que me quedaba; separó mis nalgas y trató de violarme a pesar de mis protestas. Culeé y comencé a gritar, me dio un par de golpes y de súbito paró; me pidió perdón diciendo. y trató de quedar para otro día; le dije que avisaría a la policía si volvía a llamarme o se acercaba a mí de alguna forma; me recompuse la ropa como pude y traté de olvidar ese lamentable episodio.

Leí lo que Iván había escrito.

• Cuando un hombre te ha cumplido sobradamente puedes obsequiarle con una muestra de entrega y sumisión; del mismo modo que la mamada es el sumun del placer para ambos: con el sexo anal la mujer le otorga al hombre “el poder” al quedar del todo indefensa y entregada; generalmente eso se hace de mutuo acuerdo y siempre contando con que el hombre responda a “la generosidad” de la mujer con un toque de delicadeza a pesar de que es un acto de poder-sumisión.

Sé que lo disfrutaras porque en contra de lo que opinan algunos y muchas es mucho el placer que se obtiene-proporciona; una pareja avenida puede gozar tanto o más que con el coito vaginal.

Me dejó sin palabras pero como en todo lo demás le confesé que intentaría probarlo convencida que tenía razón y tratando de imaginar lo que habría pasado si antes de intentarlo aquel salvaje lo hubiera pedido. Esa conversación me había puesto cachonda y como en tantas otras ocasiones le ofrecí una conexión y le hice un estriptis seguido de una demostración de lo que él llama. “La puta perra en celo”

Quedamos para vernos el siguiente jueves y fuimos a la misma casa porque “milagrosamente” su primo estaba fuera. Después de varias semanas supe que la tenían alquilada entre cuatro amigos para ir con sus respectivas parejas y a él se la prestaban gratis porque no tenía trabajo. Hice lo que me indicó Iván y cuando estábamos satisfechos le dije que me apetecía que me enculara pero solo si era delicado.

Comenzó muy bien y mientras manchaba lentamente me estuvo martirizando el clítoris y cuando estaba cerca del orgasmo comenzó a acelerar sus embestidas haciéndome llegar al tiempo que se vaciaba llenándome las entrañas de lefa; pasé unos minutos deliciosos hasta que se extinguieron los espasmos y en ese instante comenzó el suplicio; me vinieron muchas ganas de ir al baño y estaba sufriendo pensando en la enorme vergüenza si se me escapaba delante de mi amante; por suerte pude controlarme y logre ir al baño sin problemas.

Unos días después apareció Iván y le conté mi experiencia con todo detalle; me felicitó y como siempre propuso “algo más”

• Ahora has de encontrar a un segundo amante y tratar de satisfacerlos a ambos.

Sé que en este momento estás pensando que tu “no sirves” para eso pero te aseguro que esa buena chica que has sido hasta hace poco porque nadie te había echo ver que eres una mujer excepcional ardiente y capaz de gozar de tantas y tantas cosas que hace poco ni sospechabas ha dejado de existir y ahora; en ese cuerpo divino habita esa fiera sensual lujuriosa apasionada y sexual a la que defino como “loba” porque es como te veo.

Le respondí que lo tenía que asimilar y pensé que cada vez que nos conectáramos insistiría en el tema pero ni una sola vez lo hizo; unas semanas después conocí a un chico algo mayor que yo y que vive en una ciudad a unos treinta kilómetros de la mía; no estaba segura que llegáramos a nada pero me resultaba muy simpático.

Nos encontramos varias veces y tonteamos un poco hasta que un sábado por la tarde que vino a verme con el coche que le dejó un amigo lo llevé a mi casa aprovechando que mi mamá estaba ese fin de semana en casa de su hermana en la capital; nos encamamos al poco de llegar y salimos de madrugada cuando comenzaba a clarear; pasamos el domingo juntos y me llevó de regreso a casa poco antes de que llegara mamá.

Román que así se llama resultó ser un amante excepcional y con él pude practicar todo lo aprendido recientemente; no se sorprendió ni preguntó dónde o con quien había aprendido y eso me gustó. Con mamá ya en casa dejé un mensaje a Iván para que se conectara cuanto antes y a pesar de que estaba reventada; después de cenar y que ambas nos retirásemos a descansar me quede despierta convencida que se conectaría: temprano para él tarde para mí; poco después de las dos de la madrugada llegó su habitual saludo.

                    • Buenos días Bella Dama. ¿Cómo estás? Parece que ansiosa por contarme algo importante.

También en esta ocasión le conté mi aventura con todo detalle y le agradecí que no me hubiera agobiado mencionando constantemente el tema; esperaba su respuesta que nuevamente me sorprendió.

• Bueno; ahora se trata de manejar el asunto y tratar de quedar con ellos por separado intentando que no sospechen la existencia del otro pero dejando poco margen entre los encuentros, por ejemplo: quedando con uno el miércoles y con el otro el jueves. Intenta que ninguno de los dos te deje marcas de ningún tipo pues no solo has de evitar que las vea tu madre; ellos tampoco y si alguno de los dos “te marca” apáñatelas para que el otro no las descubra.

En ese momento desee que atravesara el monitor y que fuera él quien me poseyera porque estaba segura que alguien así debía ser un amante excepcional.

Durante varios días no pude apartar de mi mente una idea descabellada; sin haberlo visto jamás estaba dispuesta a algo que no me había planteado ni para llenar un plato de comida si fuera necesario; prostituirme para obtener el dinero necesario, viajar a España y así poder gozar junto a él; incluso un día le pregunté que pasaría si aparecía en su ciudad y su respuesta me hizo renunciar a tan ridícula idea.

• He de serte sincero; se rompería la magia y dejarías de ser mi diosa para pasar a ser “una más” de las que comparten mi cama y aunque no dudo que sería una grata experiencia para ambos prefiero conservar lo que tenemos.

Me comporté como otras veces porque saberlo al otro del monitor me excita de una forma sobrenatural y sin tocarme noto mis pezones duros y mi sexo mojado como si alguien lo acariciara diestramente. Después de un rato en que apenas hablamos cortó la comunicación y pasmada frente al ordenador traté de asimilar lo dicho y reaccione al oír que mamá me llamaba para desayunar; había estado toda la noche pensando cómo manejar a esos dos hombres como me había sugerido Iván y es que sus sugerencias se convertían en ordenes aunque jamás intentó que lo parecieran.

Esa semana y la siguiente fue de locos; me cité con Lolo el viernes y el sábado con Román; el domingo traté de recopilar todos los detalles y el lunes rendí cuentas a Iván que se mostraba satisfecho; la tercera semana llegaron “esos días” y a pesar de que andaba “caliente como una perra” no me vi con ningún de los dos y tan solo me comunique con Iván que me ayudó con sus palabras a calentarme aún más y a pesar de que no le mostraba mi sexo y después tenía que lavarme lo pasaba muy bien bajo su dirección.

Continuamos así varias semanas alternando con uno y otro y aparentemente todo funcionaba bien hasta que un día Lolo me preguntó con quien había aprendido a ser tan puta; al principio lo tomé como broma ya que él solía llamarme de todo mientras estábamos follando pero al insistir vi que iba en serio y le contesté que no era asunto suyo y que si había algo en mi comportamiento que no le gustaba lo dijera y trataríamos de solucionarlo; entonces me confesó que se estaba enamorando. Le dije que se vistiera y que ya lo llamaría; salí de la casa de “su primo” y unos días después lo cité cerca de donde nos conocimos y le dije que lo nuestro fuera lo que fuera se había terminado.

Quiso que continuásemos como amantes pero le hice ver que eso es imposible cuando solo uno de los dos está ilusionado y que por el momento no estaba dispuesta a cambiar de idea; se enfadó y comenzó a insultarme mostrando su carácter infantil; traté de calmarlo y cuando se dio cuenta de que realmente se había terminado me juró que se alejaría de mí para no sufrir; resulta fácil si se quiere porque a pesar de vivir en la misma ciudad cada uno está en un extremo y de la misma forma que estoy segura que algún día nos encontraremos: también sé que será para echar un polvo memorable porque ese diablillo sabe cómo hacerme berrear como una perra y no me importará aunque sea dentro de diez años, este casada y tenga media docena de hijos.

Solo después de haberlo solucionado se lo conté a Iván que me felicitó por la forma en que lo había manejado.

• Estoy satisfecho; empiezas a comportarte como una verdadera “femme fatale” y eso me encanta. Ahora estas en condiciones de elegir a otro amante o dedicarte a este; no necesitas probarte nada porque has conseguido lo que te plantee y sé que lo harás cada vez que quieras.

Ese día me sentí otra mujer. Dueña de mi misma y capaz de capear cualquier situación por rara que fuera; pensé que había cumplido todas sus expectativas y le pregunté cuál era el siguiente reto convencida de que su respuesta seria un surtido de halagos y sonriente al principio comencé a leer.

• Quedan algunos temas por afrontar y estoy seguro que podrás cumplir con ellos sin dificultad pero es imperativo que no descuides tu formación porque no está completa; cada uno de ellos tiene su dificultad y por tanto recompensa al superarlo pero no hay que precipitarse; te haré una lista si lo prefieres pero creo que es mejor atajarlos por separado aunque uno es concreto requiere atención inmediata pues afecta a más personas; has de encontrar a una mujer dispuesta a acostarse con “tu hombre” dejándole claro a ambos que será solo sexo.

No estaba preparada para eso y le pregunté cuál era la finalidad de esa prueba.

• ¿No lo imaginas? Eres una loba que tendrá tantos amantes como desee; no puedes permitirte albergar celos y por tanto has de aprender a compartir y la mejor forma es que seas tú quien decida. ¡Con quien y cuando! Se acuesta la gente que te rodea; has de mantener el control de todo cuanto te atañe pero sin que eso te cree ningún tipo de estrés. ¿Lo comprendes ahora?

Le pedí que aceptara cámara y antes incluso de comprobar si estaba en línea comencé el estriptis que había pensado obsequiarle como “fin de fiesta”. Estaba segura que habíamos terminado lo que Iván llamó instrucción en alguna ocasión pero estaba claro que continuaríamos con ella. Me balanceaba al ritmo de la música y le respondí que pensaría como cumplir esa tares pues ninguna de mis amigas era tan “puta” como yo. Se quedó en silencio y pensé que estaría disfrutando igual que yo del baile; estaba desnuda y ensalivando el consolador con el que pensaba penetrarme y oí su profunda voz.

• Tienes que pedirle que te haga fotos eróticas primero y “muy guarras” más adelante; no queremos asustarlo pero sí que vaya entrando en la dinámica del “vicio” que le propondrás cuando tengas localizada a esa mujer dispuesta a acostarse con él y quizá contigo; aunque de eso ya hablaremos en otro momento.

Me quede helada tratando de entender el sentido de esas palabras y me sacó del trance al oírle decir.

                    • ¡Como digo, de eso ya hablaremos!

En ese momento se oyó un golpe y a continuación una exclamación nada piadosa.

¿Le pasa algo padre? ¡He oído un ruido!

No hija no.

Por la forma en que articuló las siguientes frases; balbuceando quedó claro que el cura se había dormido y no había oído absolutamente nada pero la mujer se quedó tranquila pues en realidad ¡Se había confesado!

Puedes ir en paz y cómo has mostrado arrepentimiento no voy a ponerte ninguna penitencia aunque has de tratar de pasar más tiempo con tu madre y no tardar tanto en volver a confesarte.

La mujer salió de la iglesia convencida de que no había nada malo en lo que había sucedido desde que conoció a Iván; faltaban muchas cosas por descubrir pero estaba dispuesta a seguir avanzando hasta alcanzar la perfección en todos los retos que le sugiera o simplemente insinue Iván.

©PobreCain