Aunque todos los findes, iba a esa discoteca, siempre deseaba poder entrar en la zona VIP, pero para poder entrar tenía que pagar una fuerte suma de dinero. Su situación no era precaria pero gastarse casi cuatro mil euros mensuales por un capricho. Pero la suerte o el destino jugó sus cartas y Alicia, escuchó de forma involuntaria una conversación dentro del servicio de señoras.

Chica:             “Mira Adela, ya no puedo más. Esto se te está yendo de las manos y yo ya no disfruto como antes, lo siento debemos dejar esto para no hacerte más daño…”

Adela:             “¿Ya no disfrutas?, o es que tu madre te está metiendo a ese engreído de Arturo para que les salve el negocio. Por si no lo sabes, el padre de Arturo concertó con tu padre tu boda, con la condición de que debería ingresar tres millones de euros en su empresa. Eso es lo que ha pagado Arturo para quedarse con una esclava, disfrazada de esposa…”

Chica:             “Yo…lo siento Adela pero no puedo seguir. Toma mi tarjeta por si encuentras a otra que pueda y quiera cumplir tus designios…”

            La chica se fue dando un portazo. Como no oía ya nada se aventuró a salir del cubículo, cuando la mujer estaba llorando sola había cerrado la puerta.

Adela:             “¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?”, amenazando con golpearla de forma salvaje.

Alicia:             “Perdón Señora, yo no… ¿me podría dar ese pase?”

Adela:             “Si yo te doy el pase, ¿qué me das a cambio?”

Alicia:             “Podrá usarme como se le antoje…”, dijo sin pensárselo.

Adela:             “Te tomo la palabra, como oiga una sola queja, súplica o un gemido tuyo pierdes la tarjeta…”

Alicia:             “Señora me llamo Alicia…”

Adela:             “No me gusta ese trato, me dirás abiertamente Ama. Esté donde esté cada vez que te llame me dirás Ama, y para ti ese nombre no pega. A una furcia como tú se le llama puta con todas las letras, así que tú serás la puta maravilla…”

Alicia:             “Sí… mi Ama.”

Adela:             “Aprendes rápido, ¡ven conmigo!”

            Adela salió del baño de señoras seguida por Alicia, durante toda la conversación la puerta estaba con el seguro puesto por lo que cuando salieron había una marabunta de mujeres esperando poder entrar en los servicios. Alicia iba detrás de Adela, mirando al suelo pero sin perderla de vista. Alicia pudo comprobar que se dirigían hacia la zona VIP, la parte que le encantaría poder entrar.

Adela:             “Puta, dame tu NIF y espera aquí.”

Alicia:             “Sí mi Ama.”

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He tenido que volver a enviar la historia porque cuando agregué la segunda parte me borró la primera y me bloquearon la cuenta sin poder enviar nuevas historias. Un saludo