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HOTEL PARA ESCLAVAS -nueva vida-

en Sadomaso

Perra

            Después de mi castigo y degradación, al ser montada, no follada, por un perro delante de tanta gente, Amos en su totalidad. Pasó algo para mi imposible, y es que esos mismos amos estaban pujando por comprarme, mientras una sumisa se dedicó a curar las heridas de los latigazos recibidos, se personó Mi Madame, traía el gesto serio.

Madame:        “¿Has terminado?”, le dijo mirando a la sumisa, supongo que le haría el gesto afirmativo por lo que le dijo después. “¡LÁRGATE!”, durante varios minutos el silencio, aparte de nuestras respiraciones, fue lo único que se oía en la habitación. “Sé que eres una novata, pero tengo que decirte una cosa. Ahora mismo casi todos los Amos están pujando para comprarte, pero la única que puede decidir tu futuro eres tú. Si no deseas seguir conmigo me harás ganar mucho dinero, la mayoría de las chicas que han pisado mis zapatos es lo que han hecho, pero si deseas seguir conmigo nunca sabrás lo que puedo hacerte…

Perra.             “Sólo me interesa saber una cosa, y es que ¿sería tratada de la misma manera humillante y denigrante que lo estoy siendo ahora mismo?

Madame:        “Esto es un juego de niños para lo que puedo hacerte…”, se fue dejándome con mis reflexiones. No me di cuenta que entró una nueva chica.

Chica:             “Me envía Madame y me ha encargado de recordarte que dispones de hasta esta noche para decidirte…

Perra:             “¡ESPERA!”, le dije cuando vi que se dirigía hacia la puerta. “Dígale a Madame que esta perra desea estar a sus pies.

Madame

            La esclava lleva más de dos meses conmigo, la tengo, permanentemente, castigada, y lo más increíble los disfruta como una cerda. Ahora mismo la tengo suspendida, su cuerpo está aguantando varios Kg, más de los que una persona con su constitución puede soportar, y le toca látigo.

Madame:        “¡TOMA!

Perra:             “Un. Merçy beaucoup Madame.”, la he obligado a que me lo diga en francés de forma correcta, para que su sufrimiento y mi placer sea mayor

Madame:        “¡TOMA!

Perra:             “Deux. Merçy beacoup, Madame.

            Así fue hasta que superamos los diez primeros, a partir del cual el esfuerzo, llevaba ya algunas horas suspendida soportando los Kg, y los latigazos no le permitían hablar tan fluido como debiera, en ese momento me dedico, después de hacerla bajar suavemente, a curarle las heridas del látigo. Esta noche le toca servirme como felpudo y urinario, situación que durará hasta que mañana regrese a mis obligaciones empresariales mientras que ella se dedicará en cuerpo y alma a dejar la casa limpia y a atender sexualmente a sus congéneres caninos.