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Hotel (reserva2)

en Sadomaso

            Me dediqué a averiguar la manera más rápida de realizar la reserva para mi estancia en el Hotel "La Residencia", curiosamente antes de introducir las fechas de entrada y salida, apareció un cuestionario sobre mis inclinaciones sexuales y los límites, en su caso, a los correctivos que pudiese recibir.

            Las primeras preguntas tardé un poco en contestar, ya que trataban de ver si era Ama o Esclava, y qué me gustaría someter, o ante quién me sometería. Las siguientes las contesté bastante más rápidas ya que se trataba de marcar los límites sobre los abusos y vejaciones a las que me vería sometida. El cuestionario me reveló algo que los vídeos me hicieron sospechar, soy ESCLAVA y disfruto obedeciendo. Otra cosa, ésta ni la sospechaba, es que prefiero estar bajo el yugo de una hermosa mujer cruel, al establecer mis límites, los cuales desconocía, éstos brillaron por su ausencia. En la práctica, el Amo o la Ama, preferiría esta segunda opción, podría hacer con mi persona y mi cuerpo lo que le viniera en gana, incluso mutilarme. Con estas ideas mientras seguía visionado vídeos, empecé a desarrollar ideas para castigarme y torturarme.

            La que más me entusiasmó fue la de colocar dos tubos metálicos, muy finos, en el techo, en cuyo interior tendría sendos cables de la luz. Los tubos tenían ciertos huecos que mostraban los cables de su interior, los cuales se encontraban pelados, por último el eslabón de una cadena, uno por tubo, se unía a mis tetas por medio de finos cables metálicos. Pensé en otras formas de ser torturada mediante pequeñas descargas eléctricas, pero no se me ocurrió ninguna, aunque me hubiese idear alguna forma de inmovilizados para ser azotada y/o flagelada.

            No tardé en recibir un email dónde se me daba un número de cuenta en el cual debería ingresar el pago por mi estancia, además de pedirme fotos mías de cuerpo entero sin nada de ropa y mis medidas. Me dispuse a realizar lo que me habían pedido y les agregué algo más, las tallas que gasto en ropa íntima. En mi dormitorio tengo un espejo de cuerpo entero y decidí tomar varias y escoger aquellas en las que se me viera lo más posible.

            Después de hacer efectiva mi reserva, procuré hacerme con un pequeño surtido de elementos que permitiera a cualquier mujer dominante castigarme para su placer. Desde que descubrí que disfrutaba siendo sometida y castigada, inicié una búsqueda de nuevos vídeos e historias sobre cómo ser torturada y sometida. Me hice con un pequeño arsenal de fustas, palas, y otros enseres para golpear a una persona, los cuales, los guardé en una pequeña bolsa de viaje, aparte me compré varias prendas íntimas, las cuales las había visto en los vídeos.

            A partir de recibir la confirmación de la reserva, empecé a llevar una especie de diario, en el cual describía tanto mis sensaciones como de los castigos que me auto infrigía.

Sábado 10 de Junio

    Son las siete de la mañana. Me queda algo menos de un mes para ir a "La Residencia" y ya llevo algo más de una hora despierta, los retales que compré ayer los he transformado en pequeñas cuerdas para inmovilizarme. Acabo de poner el termo y me daré una ducha fría seguidamente me pondré la alcachofa entre las piernas y abriré el agua caliente y la tendré hasta que me queme el chichi.

   He abierto el agua y me da de lleno, al principio me daba placer pero en poco tiempo se puso muy caliente, tanto que quemaba. Durante más de media hora sentí la mezcla de dolor y placer, era una mezcla de sensaciones únicas, por un lado el agua me estimulaba el clítoris y por otro, la misma agua, me lo torturaba. Durante el tiempo que estuve castigándome obtuve varios orgasmos.

   Después de mi auto castigo he salido a dar un paseo. Mientras paseaba me puse a recordar la experiencia matutina, y me vino la sensación del agua hirviendo impactando con fuerza en mi centro lo que hizo que me excitase. Estaba por regresar a casa para poder desahogarme cuando escuché la discusión de una pareja, se decían de todo. Mientras escuchaba los insultos que se dirigían mi imaginación me hizo creer que yo era el objeto de los mismos.

   Cuando llegué a mi casa, mi cabeza era un hervidero de sensaciones y pensamientos contradictorios, al principio no pensé que fuese una sumisa, pero la excitación y sensaciones que he estado sintiendo me hace replantearme mis ideas así que decidí hacer la última comprobación de que me gusta ser una esclava sexual.

            Mientras en otra ciudad una mujer de negocios recibe una llamada muy especial.

Hotel:             "Madame, tengo una buena noticia para usted."

Madame:        "¡Habla!"

Hotel:             "Ahora mismo han hecho una reserva de un mes, justo en su período de estancia. Además desea ser sometida por una mujer y no ha puesto límites a lo que se le puede hacer..."

Madame:        "Lo quiero antes de que lo entreguéis a cualquier capullo..."

Hotel:             "Ya está hecho, la hemos puesto en sus aposentos. Pronto recibirá las fotografías de la nueva candidata..."

            La mujer colgó el teléfono, y se dispuso a preparar sus elementos de tortura mientras esperaba las fotografías de su nuevo aspirante a esclavo.

Madame:        "Parece que tendré una puta nueva para jugar."