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Historias de la Granja - La Fiesta

en Dominación

Mónica

            Me llamo Mónica, tengo 24 años acabo de terminar mis estudios universitarios, ahora viene lo peor encontrar trabajo, gracias a mi profesor de cálculo Mercantil que me dio una recomendación para trabajar en la delegación de una empresa en la que un familiar suya era un cargo de confianza del Gerente de la misma. Sé que si alguna de las zorras y cabrones que tenía por compañeros se hubiesen enterado de esto ya habrían puesto su máquina de rumorología falsa en marcha.

            En mi piso de estudiante comencé a investigar sobre la empresa, sobre la misma había mucha información pero lo que más me impactó fue la imagen de la propietaria y Presidenta de la misma, ya que no había muchos datos sobre ella, además de que podría haber sido una de los top models más destacadas del planeta, lo único destacable era que como jefa estaba considerada como la más dura, sirva como ejemplo que despidió a uno de sus asesores porque sugirió que comprase acciones de una empresa en auge, pero ella se negó y a los pocos días la susodicha empresa anunció un concurso de acreedores, algo que nadie sabía y sin embargo, ella tenía como un sexto sentido que le permitía anticipar algunos hechos. Al ver que su comportamiento con sus más estrechos colaboradores era humillante había recibido varias denuncias por acoso y maltrato psicológico, aunque nunca se pudo probar nada. Mi imaginación fue rápida y me veía a mi misma siendo humillada por esa Diosa así que me puse a preparar mi Currículum.

            Pero antes me puse a mirar en mis páginas favoritas ocultas, sí me gusta el BDSM, y soy una sumisa. El que sea una nerd no significa que no tenga fantasías sexuales, así que pasé casi toda la tarde leyendo historias de sumisas y esclavas, justo antes de hacer mi currículum. Junto con mi currículum adjunté una copia de la recomendación, y lo envié a la dirección que venía en la recomendación, pero después vi una página que había saltado y yo no la había visto en ella se hablaba de una fiesta de temática BDSM en una ciudad cercana a mi Facultad, allí yo no conocía a nadie y podría asistir como sumisa. Rellené el formulario de participación, como yo no tenía ningún Amo dejé mi móvil, el normal no, otro que nadie sabe que lo tengo.

Carmela

            Me llamo Carmen, aunque en el mundo de los negocios soy conocida como “La Carmela de Hierro”, ya que no admito ningún error en mi gente, por lo que me han puesto varias denuncias, entre otras lindezas, por acoso, trato denigrante, etc. tengo 31 años recientemente cumplidos. Desde siempre he sabido que tengo un cuerpo de infarto, y en más de una ocasión me he valido de él para lograr algún objetivo que me permita disfrutar de la vida. En lo que respecta a mi vida sexual me gusta disfrutar del mismo, sobre todo en el mundo del BDSM en la cual soy considerada como una de las dóminas más duras, lo que unido a mi leyenda en el mundo de los negocios. Nadie que se considere sumiso o sumisa haya pedido que me convierta en su adiestradora. Ahora me encuentro hablando con Marisa, la cual ha traído a su nueva esclava, la cual acepta cualquier castigo que quiera infringirle sin que proteste.

Carmela:         “¿Cómo lo has hecho?

Marisa:           “Fácil, hay un nuevo lugar conocido como “La Granja”, el cual está situado en un castillo abandonado. A los pies del mismo hay un pueblo turístico para que la gente que no pertenece a nuestro mundo pueda pasar unas vacaciones normales, para todo el mundo, salvo nosotros, el castillo sirve como almacén para guardar víveres. En el pueblo hay gente que vive todo el año, algunos son agricultores, otros ganaderos pero todos viven para que el pueblo prospere, y en el castillo está centralizado todos los servicios, pero debajo de los almacenes está lo verdaderamente hermoso del lugar. Unos amplios pabellones en donde, a petición de los Amos y Amas, van moldeando a los esclavos, por ejemplo a mi esclava Laura no le gustaba el recibir azotes, aunque se los mereciera y ahora no puede pasar sin recibir su ración diaria de azotes en sus tetas, su culo y su coño.

Carmela:         “Vale ya sé de qué me estás hablando, pero porqué te has traído esta hoja de aquí y me estás casi ahogando para que la rellene.

Marisa:           “Muy fácil, “La Granja” es también famosa por sus fiestas BDSM, a dónde suelen asistir muchas sumisas sin Amo o Ama, y dentro de dos meses va a haber una, si te apuntas podrías encontrar una sumisa que se adapte o que la adaptes para tus gustos…

Carmela:         “Lo rellenaré… pero sólo para darte un gusto. Seguro que, si no es pasando por esos pabellones, a nadie le gustaría tener una Ama como yo.

            Cuando se fue empecé a rellenar el formulario, lo curioso es que yo podría escoger a mi esclava, ya que los sumisos saben que serán observados por Amos, lo normal es que el sumiso o la sumisa vayan acompañados por sus dueños, pero los que no lo tienen deben estar expuestos en una especie de subasta pública, si algún sumiso no consigue que dos Amos se interese en él o ella queda automáticamente rechazado. A los Amos como yo, se les pasa la información de todos los sumisos que están sin dueño, nombre, dirección, teléfono, y trabajo, si lo tiene.

Mónica

            Envié las dos solicitudes, la del trabajo y la de “la fiesta”. Ésta última me avisó severamente, que si en el plazo que había desde mi solicitud de participación hasta el día de “la fiesta” hubiese algún cambio en mi situación debería comunicarla a la mayor brevedad posible ya que si detectaban y yo no lo había comunicado sería expulsada sin posibilidad alguna de participar en las mismas durante, al menos diez años en el mejor de los casos.

            Llevo ya una semana enviando currículums a varias empresas, lo malo va a ser que nadie va a querer que la nerd de la facultad trabaje con ellos. Me tendré que joder y regresar con mis padres. Mi única esperanza es que alguna empresa en la que he dejado mi currículum me avise para una entrevista de trabajo, eso me permitirá estar un poco más de tiempo fuera del pueblo. He salido a dar una vuelta para despejarme, porque la cabeza me iba a estallar pensando en cada situación que se me podía presentar, estaba en una cafetería tomando un cappuccino cuando me llegó una llamada.

Teléfono:        “¿La Srta Mónica Ruidera?

Mónica:          “Sí soy yo, ¿quién es?

Teléfono:        “Me llamo Javier, y le llamo de parte los laboratorios Sanfer. Es por su solicitud de trabajar con nosotros, y nos gustaría que el próximo lunes a la diez de la mañana se persone por nuestras oficinas sitas en la calle Libertadores s/n, para realizarle una entrevista de trabajo.

            Me despedí cordialmente del tal Javier, estaba en una entrevista de trabajo nunca creí que pudiera tener tal suerte y más en una empresa, cuya propietaria era, aparte de ser el terror de los sindicatos, conocida por dirigir la misma con mano de hierro, antes de darme cuenta ya estaba fantaseando con que esa Diosa me azotaba por fallarle en alguna cosa estúpida y tenía mis bragas chorreando. Me terminé el café y fui corriendo hacia el piso para informar a mis padres de la noticia. Mientras hablaba por el teléfono recordé el aviso de “la fiesta”, así que envíe un correo a la dirección en la cual me había apuntado a “la fiesta” notificando la nueva situación en la que había entrado, por si, cuando fuese “la fiesta”, yo no supiese mi nueva situación de estar parada a estar trabajando.

Carmela

            Ya han pasado casi un mes desde que me apunté a la jodida fiesta y cada día estoy más arrepentida de haberlo hecho pero le hice una promesa a Marisa que iría a esa fiesta y lo haré, pero sé que no encontraré lo que me gustaría tener ahora mismo a mis pies, una hermosa chica que me lama los pies mientras se me ocurren mil y una forma de degradarla y humillarla. Hoy he tenido que dar el visto bueno a las veinte personas, entre chicos y chicas, que van a pasar la entrevista para cubrir un puesto de Administrativos para la nueva delegación, si veo que cualquiera de ellas fuese buena para mí, lo mismo la traslado a mi lado.

Mónica

            Estoy eufórica, cuando me presenté en la delegación fue para pasar una prueba escrita, fui la única que no cometí ningún error por lo que las entrevistas se harían en sentido inverso, primero las que pasaron con mayor número de errores hasta que llegara a mí, que sería la última. Teníamos que estar a las ocho en punto dentro del edificio, yo ya me encontraba allí, la mayoría estaba mosqueada por tener que estar tan temprano ya que ellos deberían esperar a que le hicieran la entrevista a los últimos de la lista. Los primeros en abandonar la entrevista salieron llorando, las chicas, y los chicos, menos, y cabreados, los más, solo disponían de cinco o seis plazas por cubrir. Ya eran cerca de las dos de la tarde cuando fui llamada para la entrevista, los que habían salido contentos se podían contar con los dedos de una manos y sobraban dedos, así que yo me esperaba que la entrevista fuese muy negativa para mí.

Psicóloga:       “Buenas tardes, me llamo Maite, trabajo como psicóloga en la empresa, y soy tu entrevistadora.

Mónica:          “Mu… mucho gusto soy Mónica…

Maite:             “¡Ah! Tú eres la tonta que ha recomendado el bueno de Joaquín…

            Ante ese comentario, sólo pude agachar la cabeza, conteniendo las ganas de llorar.

Maite:             “Supongo que en tu tiempo libre te dedicarás a estudiar porque en tu Curriculum no pones nada de aficiones o actividades que te guste realizar… pero como eres una nerd…

            Conforme me iba hablando y denigrando, mi cuerpo reaccionó de una forma que no me creía posible, la excitación sexual iba creciendo en mí, de una forma alarmante e increíble, si me pidiese que me arrodillase y le lamiese los pies creo que se lo haría sin importarme lo más mínimo.

Maite:             “Venga nerd de mierda, si resuelves este acertijo tendrás el puesto.

            Me entregó un papel con un galimatías que tenía que resolver en un plazo muy corto de tiempo, aunque no tenía nada que ver con lo que tendría que desarrollar, me puse a resolverlo, cosa que logré con cierta facilidad.

Mónica:          “Aquí lo tiene resuelto, aunque me gustaría saber ¿qué coño tiene que ver este “problemilla” con las tareas que normalmente tendré que desarrollar en el trabajo?

Maite:             “Felicidades uno de los puestos es tuyo. Lo primero que quiero hacer es disculparme si he estado grosera contigo, y no se trata de que esté de mal humor es que algunos de vosotros tendréis que ir a las oficinas centrales y allí lidiareis con “la Jefa” que os dedicará algunos más gordos, que los epítetos que yo os he dedicado. Sé que la mayoría me verá como una perra, en fin gajes del oficio, y en relación con el acertijo te diré que es una exigencia de ella que quien quiera trabajar aquí debe resolver situaciones complicadas, aunque no tenga nada que ver con su tarea rutinaria. La esperamos aquí el próximo lunes a las siete y media de la mañana, dónde le explicaremos sus funciones, horarios y demás cosas normales que se hacen en el primer día de trabajo.

            No me lo podía creer, había logrado ser aceptada a pesar de que nadie había apostado por mí ni un céntimo. Me propuse celebrarlo en la casa, antes me pasé por un McDonald’s y me compré no sé cuantas hamburguesas, junto con sus correspondientes patatas fritas, kétchup, helado y refrescos, además una caja de cervezas para acompañar la comilona. Cuando estaba preparando la mesa y vi mi ordenador me acordé de que debía avisar si mi situación cambiaba, y antes de que se me olvidase me conecté y modifiqué el formulario indicando que me acababan de contratar en la empresa Sanfer, lo volví a enviar y me mandaron un mensaje en el cual me comunicaban que se alegraban por mi suerte y esperaba que el día de “la fiesta” tuviese la misma suerte y pueda disponer de un Amo o Ama para su capricho. Luego lo cual me puse a dar buena cuenta de las cervezas, las hamburgueses, las patatas fritas y todo lo que traía de la hamburguesería.

            A mi madre no le hizo gracia, ya que pensaba que estaría mejor en su casa con ella, y realmente yo no quería que empezara a atosigarme con los novios. Ya llevaba tres días en la empresa, y no había habido ningún problema, la mayoría de las situaciones eran de lo más simple, para mí. Mi trabajo consistía en mantener reuniones con los clientes, hacer un seguimiento de la actividad de nuestros comerciales, llevar un control de los ingresos y los gastos del almacén y el stock del mismo. Ese día, a primera hora de la mañana, recibí un aviso en mi móvil de que había recibido un mensaje en el otro. Al abrirlo me encontré con una lista de elementos que debía llevar, para que unos días antes, me personase en una dirección que me enviaron y completaran mi ficha con fotografías algo reveladoras, el resto del día fue, para mí, un verdadero martirio ya que parecía que todos los astros se conjuraron en mi contra para que no pudiera comprar lo que me habían ordenado. Para más INRI me dijeron que si para quince días antes de la Fiesta no había realizado las fotografías pertinentes me podría despedir de asistir a la misma.

            Aquella noche compré casi todo, salvo la cuerda que me exigían, en un sex-shop on line, la mayoría de mis juguetes eróticos los compré allí y normalmente tardaban entre quince y treinta días, pero ahora los necesitaba para como mucho en veinticuatro horas con lo que prácticamente me podía haber comprado algo más con lo que me pedían por tenerlo en veinticuatro horas.

            En cuanto recibí el pedido en mi casa, al siguiente finde me personé en el lugar y allí me hicieron las fotografías correspondientes. En una me tomaron una foto con mi collar de perra puesto y el resto de inmovilizantes, tobilleras y muñequeras, sin nada de ropa por supuesto se me tenían que ver las tetas bien vistas, otra me ató con cierta saña, ya que en algunas partes de mi cuerpo se me clavó la cuerda, a pesar de llevar puesto un traje de ejecutiva con una falda. Aunque el fotógrafo hizo varias estando desnuda e inmovilizada pero no me entregó ninguna. Después de que me hicieran las fotos, no volví a recibir ninguna comunicación por el tema de “la Fiesta”. Entretanto mi vida seguía por los cauces normales, trabajo-casa, casa-trabajo. Solamente en el finde era cuando había alguna alteración, ya que varios compañeros solían irse de cervezas al salir al mediodía, alguna que otra vez me había ido con ellos, pero mi fama de empollona me perseguía y no me querían junto a ellos, pronto sería el día del patrón de la ciudad y encima un puente muy largo así que me armé de valor y fui a hablar con la jefa.

Mónica:          “Buenos días Srta. Miriam.

Miriam:          “Dime qué deseas.”, me dijo cortante.

Mónica:          “Pues la verdad, como el viernes es puente, me gustaría poder tomarme ese día de asuntos propios.

Miriam:          “No hay problema, ya que eres la única de toda la empresa, que tiene todos sus objetivos del mes ampliamente superados por lo que si te puedes ir de puente, pero en cuanto regreses quiero más resultados.”, contestó con una sonrisa.

Mónica:          “No se preocupe Srta. Miriam, ya sabe que puede contar conmigo para lo que sea.

            Abandoné el despacho de la Jefa ampliamente contenta ya que me había permitido irme de puente, cosa que no había hecho con el resto del personal de la empresa, así que, supongo, cuando se enteren se dedicarán a ponerme verde. Pues que se jodan, nunca han querido estar conmigo ahora no les voy a apoyar si me lo pidiesen. Después de un día con muchos sinsabores, ya que la mayoría de los compañeros se enteraron de que me habían dado el día de asuntos propios y a nadie más se le había concedido tal privilegio y se pusieron a murmurar en mi contra. A alguno que otro le oí decir que ojalá me lleven con “la Ogra”.

            Cuando llegué a mi casa prendo mi ordenador y veo con emoción que la organización de la fiesta me ha convocado para dentro de unos días, solo tendría que llevar una pequeña muda de ropa interior, y los complementos que me indicaron. Desde la mañana siguiente hasta el día del viaje todo fueron nervios y humillaciones y menosprecios de mis compañeros de trabajo. Cuando regresé por la noche a mi piso cogí mi camiseta de tirantes, sin sujetador claro ya que me tenía que exhibir, unos shorts vaqueros raídos y unas zapatillas de deporte, en la mochila llevaba un par de bragas, las muñequeras y tobilleras junto con el collar del cuello y los piercings de mis pezones, al no usar gafas y no llevar cola de caballo mi apariencia cambió radicalmente, tanto que uno de los gilipollas oficiales de la empresa, y para colmo el compañero que más se ha dedicado a joderme desde que entré en la empresa, me pidió el teléfono, y yo le mostré mi dedo corazón.

            Durante el trayecto estaba muy nerviosa para que ningún familiar me descubriese con estas pintas, ya que mis padres son muy puritanos aunque eso no le impidiese, a mi padre con el consentimiento de mi madre, irse al burdel de la carretera para follar con alguna de las putas que allí trabajan, nada más llegar cogí un taxi y le di la dirección a la que debía ir. Estaba muy metida en esos pensamientos cuando el taxista me avisó de que ya estaba en el lugar que me indicaron, había varias personas sueltas no queriendo charlar con nadie.

Carmela

            Hoy me iba a ausentar, por una vez en mi vida, del trabajo. Todo para asistir a la estúpida fiesta que se encabezonó Marisa, supongo que será un fiasco. Nunca fui buena para esto. Cogí mi Audi r8 Black y me dirigí hacia un pueblo abandonado. Una vez allí pregunté a un aldeano y me dirigió hacia el ayuntamiento, en donde un funcionario me indicó que debía continuar hasta el castillo y para completar la información me entregó un sobre grande con mi nombre escrito. Me volví a subir al coche y siguiendo las indicaciones que me había dado el funcionario municipal, cogí la ruta del castillo, pero antes de llegar al mismo me detuve un poco en un mirador, y abrí el sobre. Lo que contenía eran las fichas de las sumisas que iban a ser subastadas, y me puse a leer sus datos. Cuando en la primera que me puse vi que era empleada de mi empresa, así que no tendría que subastar por ella. Solamente hablaría con alguien de la organización del evento para retirarla y ya me encargaría yo de hacerla mi esclava.

Teléfono:        “Empresa Sanfer ¿en qué puedo servirle?

Carmela:         “Póngame con Mati, dígale que le llama la Presidenta.

Teléfono:        “Disculpe Srta no la había reconocido, ahora mismo le paso.

            Durante algunos segundos escucho la música de que se está pasando la llamada.

Carmela:         “¿Clara?

Clara:              “Dígame Srta. Carmen.

Carmela:         “Necesito que envíes a mi correo el expediente personal de Mónica Ruidera, y le digas a mi asistente que se puede ir a la nueva delegación de la empresa como administrativa, aunque su sueldo seguirá igual los pagos por objetivos serán los de su nueva categoría. Dentro de dos días tiene que estar en la delegación a las órdenes de Miriam.

Clara:              “Enseguida lo hago Srta. Carmen. ¿Algo más?

Carmela:         “Sí comunique los cambios hoy mismo a la Delegación, que preparen sus cosas para el lunes a primera hora, y envíale una tarjeta de acceso, junto con un billete del AVE. Debe estar en mi despacho el lunes a las ocho y media de la noche como muy tarde.

Clara:              “Así lo haré. Buenos días Srta. Carmen

            Bueno ahora me toca intentar convertirla en mi sumisa. Me dirigí hacia el castillo, cuando llegué me indicaron cual era mi aparcamiento, allí había una chica esperándome que cargó con mis maletas y me llevó hasta mi habitación era una suite de lujo, dentro del dormitorio tenía un jacuzzi, una cama de hierro forjado, y, al menos una pantalla de led bastante grande, tenía otra pequeña dentro del servicio.

Carmela:         “Espera… toma esto para ti, ahora necesito que venga alguien de la organización tengo que tratar un tema que me ha surgido a última hora.

Chica 1:                      “Veré quien puede venir para atenderla Milady.

            Estuve esperando, mientras acomodaba mi ropa en los armarios, cuando terminé aún no venía nadie y me empezaba a impacientar. Cuando llegó la chica le fulminé con la mirada, pero detrás venía otra que venía algo más altanera.

Chica 2:          “Perdone la demora, pero algunos invitados de la fiesta no estaban conformes con las suites que les habíamos acondicionado, y tuve que llevarlos hasta el despacho de la Ama. Y durante varios minutos, algunos aún siguen hablando con ella, se estuvo intentando organizar la situación, pero dígame en qué puedo servirla Milady.

Carmela:         “Quiero que a esta chica la saquen de la subasta.

Chica 2:          “¿Porqué? Si me lo puede decir.

Carmela:         “Ningún problema, resulta que la acabo de contratar como mi asistente personal, y ahora me encuentro que ella es sumisa sin Ama y como es mi asistente…

Chica 2:          “Ella no sabe de su rol en nuestro mundo.

Carmela:         “No, no lo sabe. Es más le agradecería que no se lo dijesen ustedes, prefiero decírselo a ella personalmente durante la fiesta…

Chica 2:          “Me temo que eso no es posible, ya que los sumisos sin Amo y los Amos sin sumisos sólo están en contacto durante la Subasta. ¿Qué hago?

Carmela:         “Bueno en la empresa lo hablaré con ella, pero sigo insistiendo en que sea retirada de la Subasta.

Chica 2:          “Así lo haremos, y no se preocupe solamente indicaremos ciertas incompatibilidades con su trabajo y las labores propias de las esclavas.

            Se fueron las dos chicas y pedí que me preparasen el jacuzzi, en esto llegaron dos chicas desnudas y se pusieron a mi disposición. Durante todo el día estuve pendiente de cómo hacer para encontrarme con mi nueva asistente, pero se ve que no quisieron facilitarme las cosas. Fui invitada a participar en la Subasta, pero yo no estaba dispuesta a pagar para tener una sumisa a mis pies.

Mónica

            Cuando vi que allí la mayoría de la gente intentaba pasar desapercibida, me fui hacia el parque cercano, y de la mochila saqué unos zapatos negros de tacón de aguja, junto con “los adornos que tuve que comprar para decorar mi cuerpo”, no hice más que terminar que ceñirme el collar del cuello cuando siento que me están llamando. Me acerqué lo más rápido que pude a los hombres que estaban nombrando a los asistentes a la fiesta.

Mónica:          “Soy yo, ¿qué desean?

Hombre 1:      “¡DESNÚDATE! Y pasa al furgón.

            Enseguida me quedé como me habían ordenado, guardé mi camiseta y mis shorts en la mochila y me dirigí hacia el interior del furgón. Cuando entré en el mismo una chica enganchó algo en las argollas de mis tobilleras que las mantenía unidas, mientras que me insertaban en mi boca un pequeño aparato que me impedía cerrarla y por último colocaron mis brazos hacia atrás por un cepo. Cuando de golpe sentí como mis tobillos se iban elevando, pensé que me iba a caer cuando dos fornidos chicos me sujetaron impidiendo que cayese al suelo para que, la misma chica de antes, uniese mis muñequeras con las tobilleras, dejándome completamente suspendida en el aire. Durante casi dos horas me mantuve en la misma posición a todos los que, como yo, buscaban un Amo o Ama a quien servir, terminado lo cual nos cubrieron la cabeza con una capucha. Y sentimos como el vehículo se puso en marcha, durante los primeros momentos estuvimos todos en silencio.

Voz Hombre 2:           “Mira como está esta puta…”, dijo alguien mientras que unas manos me tocaban las tetas y el coño.

Voz Chica:      “Lo que nos vamos a divertir con todos estos perros, mientras le damos caña. Esta puta de aquí tiene unas tetas que es un pecado no azotarlas…

            Todos rieron las ocurrencias, oía algunos gemidos por detrás de mí. Alguien se estaba poniendo cachondo o cachonda con nuestra situación. Me pellizcaron varias veces mis pezones al igual que mi clítoris, estaba como una perra salida solo quería que me follasen duro. Estábamos en sus manos, nos llevaban hasta el límite que podíamos aguantar y de golpe nos cortaban la posibilidad de tener un orgasmo, al tener la boca impedida solo podíamos gemir e intentar suplicar mientras se reían de nosotros. Mis babas mojaban todo mi cuerpo, ya que se dedicaban a cazarlas y embadurnarme el cuerpo con ellas, con cierta preferencia de mis zonas más sensibles. No sé cuánto tiempo estuve suspendida, cuando me desataron y me dejaron suelta me caí, estaba tan agotada por la postura y la placentera tortura a la que nos vimos sometidos, cuando una dura voz me sacó de mis cavilaciones.

Voz Mujer:     “Llevad a todos a las jaulas, menos esta perra de aquí que se tiene que quedar en la cuadra.”, hubo unos instantes de silencio, ya que aún la capucha y no podíamos ver. “Ha sido reclamada, y no puede entrar en la subasta.

Voz Hombre 1:           “¿Podremos divertirnos con ella?

Voz Mujer:     “No puede ser montada, y, si os divertís, no puede tener ninguna marca que diga lo que habéis hecho, además sabéis que las cuadras están atiborradas de cámaras de vigilancia, así que espero que por vuestro bien no hagáis quedar mal al Ama.

            Alguien me había reclamado, que yo supiese no tenía ningún Amo o Ama, aunque mis preferencias iban por tener un Ama. Así que ahora alguien me había reclamado como suya. Lo mejor de todo que iba a tener un Amo o una Ama pero me mataba el no saber quién era, muchas preguntas se me apelotonaban en la cabeza pero la más importante era si quien me había reclamado me llevaría con ella.

Voz Mujer:     “No te hagas ilusiones de que la verás aquí. La reclamante y la reclamada no podrán tener ningún contacto, ya que esa situación es exterior al motivo de esta fiesta. Nos ha dado unos límites, y el Ama lo ha creído conveniente que sean respetados. No podrás participar en ningún evento de la misma, mientras que tu reclamante podrá usar a discreción a cualquier esclavo, salvo los de la subasta. Que no podrán ser utilizados hasta el momento de la subasta.

            Tras escuchar esas palabras, algunas lágrimas comenzaron a salir. Me llevaron lejos de todos, era una apestada. Nadie me hablaría, estaría sola hasta que la persona que me había reclamado quisiese explicarme el motivo, antes de que me llevasen a mi nuevo destino, una dulce voz les indicó que me soltasen.

Voz Dulce:      “Déjenla aquí. Desde ahora yo me haré cargo de ella, y por cierto el Ama ha exigido que ninguno, de ustedes se acerquen a ella, podrán jugar con los otros. Ella está a cargo del Ama y no quiere tonterías.

            La chica me quitó la capucha y me permitió que me vistiese. Durante el trayecto intentó animarme, pero me sentía tan torpe, que no servía ni siquiera para ser sumisa. Cuando llegamos al establo me acomodó y ella me dijo que se encargaría de que mi estancia fuese lo más agradable posible, dadas las circunstancias. Intentó, sin éxito, convencerme de que la situación no era culpa mía. Durante los días que estuve allí, lo único que hacía era llorar y pensar que había hecho mal para que me expulsaran de “la fiesta”, tan mal estaba que llegó el Ama a bajar en persona para intentar calmarme, le agradecí el esfuerzo pero me sentía una inútil. Mientras todo el mundo se divertía, según su rol, yo estaba sola en un establo maldiciendo mi suerte.

            Un día antes de que terminase “la fiesta”, fui requerida por el Ama. Pensé que quizás la persona que me había reclamado, se había arrepentido y podría disfrutar de la misma, pero nuevamente estaba equivocada, solamente se trataba de devolverme el dinero que había empleado para ser invitada a “la fiesta”. Seguidamente “me invitó” a que regresase a mi domicilio. Se despidió con que la persona que me había reclamado me tomase como su sumisa, yo se lo agradecí de palabra, pues yo no creía que nadie me fuese a tomar como sumisa. Si el viaje de ida fue un suplicio, por las torturas placenteras a las que me vi sometida, el de vuelta fue exactamente igual pero por el motivo opuesto. Un silencio sepulcral y veía que mi vida iba cada vez a peor. A media tarde me encontraba nuevamente en mi piso, y con la sensación de haber perdido un tren que no volverá a pasar por mi estación.

            Cuando me dejé caer en el sofá empecé a sollozar nuevamente por no haber podido ser partícipe de la subasta, y la imposibilidad de sentirme sojuzgada por alguien que tiene todos los derechos sobre mí. Cuando ya estaba bien entrada la madrugada y mis lágrimas ya no salían, comprobé que mi contestador tenía un mensaje. Así que me dispuse a escucharlo.

Contestador: “Mónica soy Miriam, disculpa que te llame tan tarde, pero es que acabo de recibir un aviso urgente de la central. Necesitan que te presentes inmediatamente a las 20:30 horas de la noche de este lunes. Ya que has sido trasladada a las oficinas centrales, a la planta noble. Creo, según me han informado, que puede ser que tengas que ser la nueva Asistente Personal de la Presidenta y Propietaria de la Empresa. El lunes vente preparada para salir ipso facto a Madrid.

            El mensaje estuve escuchándolo varias veces, por un lado me alegraba ya que podría poner tierra por medio entre el ansia de mi madre, porque me echase novio y me casase para darle nietos, y mi propia realización como persona. Hasta que no dieron las diez de la noche no hablé con mis padres comunicando la buena nueva, pero a mis padres no les hizo la mínima gracia de tener a su hija tan lejos.

            Estaba en shock ya que desde que regresé a la empresa, lo primero que me encuentro es que la Srta. Miriam tenía todas mis cosas ya empaquetadas y un sobre para salir a escape para Madrid, tenía algo más de doce horas para presentarme ante la Presidenta de la compañía. La mayoría se habían enterado de la noticia y se reían en mi cara, diciendo que volvería muerta, ya que es muy exigente, pero no les hice caso. Por lo que la Srta. Miriam me había comunicado que la chica que se iba a encargar de mi tarea era la asistente personal de la Presidenta y Propietaria de la Compañía, y había remarcado que quería que fuese yo la que se personase ante ella, ya que para mi suerte, no sé si buena o mala, ella le había enviado una foto de mi rostro, así que nadie podía ir en mi lugar.

            Salí como alma que lleva el diablo, ante la sonrisa de mis compañeros, aún no me perdonaban que yo hubiera tenido un día de descanso y ellos no. Preparé un pequeño macuto con algo de ropa y me llevé algunos de mis juguetes eróticos, junto con mis tarjetas de crédito, seguramente las necesitaría tanto para comer en la Capital del Reino como para dar alguna fianza cuando me alquilase algún pequeño apartamento. Mientras estuve en “la Fiesta”, para que mi familia no sospechase nada les dije que me habían enviado a otra ciudad para resolver unos problemas con unos clientes que, según mi propia mentira, había solucionado a la perfección. Me presenté en la estación del AVE y me dijeron los empleados que mi AVE era el de las dos y media. Así que me dediqué a dar un paseo por la ciudad, cuando llegó la hora de embarcar me dirigí hacia la entrada y un empleado me indicó mi sitio. Después del viaje mientras esperaba la hora de mi entrevista, me extrañó que fuese tan tarde pero no le di la mayor importancia.

            Faltaban poco más de quince minutos para la hora de mi entrevista con mi nueva jefa, esperaba con toda mi alma que le cayese bien, porque si es como los compañeros que tuve hasta antes de “la fiesta” iba a estar bastante jodida. Nada más entrar le enseño al guardia de seguridad la tarjeta plastificada que me habían enviado, y al comprobar que tenía una reunión con la Presidenta de la Compañía llama a un compañero para que me lleve hasta el despacho sito en la planta noble.

Carmela

            Después del desastre de fiesta, ya que no pude ponerme en contacto con la sumisa aunque había decidido usar mi cargo para que se pusiese a mis pies. Pero la mañana había empezado de la peor manera cuando se presentó Marisa queriendo saber de lo ocurrido en “la granja”.

Marisa:           “Pero no me dejes con la incógnita, ¿follaste o no follaste?

Carmela:         “No, no he follado. Sin embargo he encontrado a mi pequeña esclava que me lamerá los pies mientras imagino alguna ocurrencia de las mías.

Marisa:           “Me ha dicho mi hermana, que a tu asistente la has trasladado y degradado en categoría…

Carmela:         “Resulta que mi nueva asistente es también sumisa, y fue a “la fiesta” de marras, sin Amo, y yo, tan lista, la saqué de la subasta. Así que esta noche vendrá aquí y tendremos una larga y amena charla.

Marisa:           “Pues suerte con tu nueva asistenta/sumisa.

            Colgó y me puse a preparar la documentación que la haría mi esclava, aparte le pedí a Recursos Humanos que me entregaran la nueva documentación para su nuevo contrato de trabajo. El resto del día lo pasé entre enfados por la incompetencia de algunos de mis colaboradores más próximos e informes sobre la situación del mercado y su posible evolución. Estaba agotada cuando eran las ocho de la noche, por lo que me quité los zapatos y empecé a dar paseos por la mullida alfombra que cubría el 100 % de mi despacho esperando que llegase mi oscuro objeto de deseo.

Mónica

            Seguí al securata por la planta de abajo hasta que llegamos a un ascensor abrió la puerta y me entregó una llave y un papelito, cuando me quedé dentro del mismo me extrañó que solo hubiese una cerradura, así que inserté la llave y la giré y se encendió un panel, con la leyenda “INSERT YOUR PASSWORD” tecleé los números que tenía en el papel y enseguida subió. Una deliciosa melodía inundaba el amplio habitáculo junto con un aroma a cítricos realmente delicioso, cuando llegué a mi destino se abrieron las puertas y me vi en un salón lujoso, siguiendo las indicaciones que me había dado el securata llegué hasta unas puertas labradas y tras tocar me dieron el permiso para introducirme en el interior de la estancia. Allí me encontré con una diosa, era la mujer más hermosa que había visto en mi vida, y yo me sentía menos que nada, no me atrevía ni siquiera a levantar la mirada, cuando una severa voz me sacó de mis cavilaciones.

Carmela:         “¿Qué tal estuvo “la fiesta”?

Mónica:          “No estuvo mal…”, respondí sin saber a qué atenerme.

Carmela:         “No me mientas, porque sé que estuviste bien jodida. Ya que fui yo quien te sacó de la subasta…

            No me lo podía creer, mi jefa me había sacado de la subasta, pegué un pequeño chillido. Pero ella hizo como que no lo había escuchado.

Carmela:         “…ya que ahora eres mi asistente y, si quieres, también serás mi esclava…

Mónica:          “¿Qué debo hacer Ama?”, me había sacado de la subasta para hacerme suya, ser su esclava.

Carmela:         “Lo primero, me llamarás siempre Srta. Carmen y ahora ¡MUÉSTRAME ESO QUE ES MÍO!

            Me desnudé completamente ante ella y me arrodillé, con un gesto me indicó que la siguiera, cosa que hice, pero de rodillas. Cuando llegó al sofá, que había en su despacho, se dejó caer sobre el mismo y me puso un pie en mi rostro, que empecé a lamer con ansia y dejé que el otro jugase con mi coño. Mis caderas se movían a lo largo de su delicioso pie, anhelaba ser follada por ese pie, iba a correrme cuando de repente retiró sus pies de mi alcance.

Carmela:         “¡FIRMA!

Carmela

            Cuando le ordené que fuese a firmar los papeles, tanto de su esclavitud como de su nuevo trabajo, se fue como una perra a cuatro patas. Antes de que me diera cuenta me había quitado mi cinturón y lo había enrollado en mi mano y lo usaba contra ella como si fuese un látigo. Me encantó cuando se giró y me ofreció sus pechos, al poco tenía los pechos de un color rojo sangre, merced a los múltiples impactos que había recibido.

Mónica:          “Gracias Srta. Carmen, soy su perra y podrá disponer de mi como le plazca.

            Después nos vestimos, bueno yo me subí la falda que se me había caído al quitarme el cinturón. Y la llevé a mi casa y subimos luego a la que sería “su hogar” ya que ella tendría que estar todos los días en mi casa para atenderme en todo lo que necesitase. A partir del día siguiente se hizo habitual llegar las dos juntas, a ella le acondicioné un pequeño despacho situado junto al mío, pero mientras estuvo en el mío, lo que me permitía darle algún que otro azote.

            Me sorprendió cuando en apenas setenta y dos horas, llevaba a la perfección mi agenda, siempre me recordaba todo lo pendiente para el día y se aprendió todas mis costumbres, como me gusta el café, que diarios leo de forma habitual y esporádica y cuando, y sobre todo cómo me gusta que vaya vestida, lo más habitual es con un traje de chaqueta, pero con falda. Tiene prohibido usar pantalones, ni siquiera los shorts tan sexy que tiene. Esos solo los puede usar cuando está a mis pies lamiéndolos ya que me encanta, y a ella, que le azote ese culo tan apetitoso que tiene.

Mónica

            Llevo ya seis meses como esclava personal de la Srta. Carmen, de cara a la gente soy su asistente personal pero siento que entre nosotras hay algo más. Desde que firmé esos benditos papeles mi vida ha cambiado mucho. El primer fin de semana fui a un lugar que hacían tatuajes y me tatué una cola de zorra en mi cuello, con mi nombre en su interior, en forma de C y arriba que se podía ver Propiedad del Ama Carmen, esa primera semana fui usada a conciencia. En el trabajo me llamaba para tener alguna “reunión de trabajo” o “de coordinación de nuestras agendas”, y allí mientras le lamía sus deliciosos pies era azotada hasta lograrme un espectacular orgasmo.

            Esta noche me ha pedido que me fuese con ella a una cena íntima, no sé qué querrá decirme. Me arreglé lo mejor que pude y supe, pero cuando la vi estaba espectacular, era la Diosa que aparecía en las revistas y que me ponía como una perra en celo. Fuimos en su coche, esta vez, para variar, conducía ella. Me llevó a un restaurante bastante prestigioso. Allí fuimos hasta un saloncito para eventos pequeños como el que estábamos disfrutando, todo lo tenía atado y bien atado.