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La esclava imperial I

en Dominación

¿Saben que era lo bueno de ser una princesa? Tenía a mi alcance todos los privilegios que quisiera. Todo empezó cuando mi padre me ordenó que debía quedarme virgen hasta el matrimonio, había visto a mis soldados tener sexo con prostitutas,  vi a escondidas a mis padres follar como animales. Quería saber que era el sexo, así que le pedí a uno de mis guardias reales que tuviera sexo conmigo. Su cara era todo un poema, por una parte ya tenía edad suficiente para el sexo pero era la hija del emperador, podías acabar lleno de oro y gloria o arruinado y encarcelado por él. Le insistí, le convencí de que me enseñara a como tener sexo, que quería saber como se hacía. En aquellos tiempos tendría unos diecisiete años, teniendo en cuenta que muchas chicas se casan a los catorce, la mía era una buena edad para empezar a practicar. Para ser mi primera vez, dolió un poco pero valió la pena, se notaba que era un buen putero, supo como tratarme. Sin embargo quería mas, con otro guardia imperial empecé a tener mas sexo y de diferentes formas. Les hice a mis guardias alguna mamada que otra, eso si, teniendo el máximo cuidado de que mi padre no se enterase. Si hubiera sabido en ese momento la puta que le había nacido en el castillo, me habría mandado con las sacerdotisas, bien lejos del imperio. Si me hubiera mandado con las sacerdotisas por una parte, ellas me enseñarían sus artes sexuales pero por otra ya no sería una noble, sería una esclava de la diosa Freya. Lo peor de todo es que nuestra familia era abundante, el emperador tenía como seis hermanos, y esos seis tenían cada uno, entre dos y seis hijos por lo que yo acabaría siendo la esposa de algún inútil, y nadie me recordaría. Lo bueno es que la guardia real me era mas leal, por mis servicios nocturnos. Recuerdo el día que mi padre se dio cuenta de la puta que llevaba dentro.

Habían pasado dos meses desde la primera vez que tuve sexo, sentía una adicción extraña, tenía sexo con alguien, y necesitaba mas. Cada vez de formas mas depravadas, y morbosas. Se me ocurrió la genial idea de hacerme pasar por puta del prostíbulo que solía frecuentar la guardia imperial. La idea era buena, pero mal pensada, al creer que mi padre era fiel a su esposa. La dueña del prostíbulo sabía quien era, se negó en rotundo, pero tenía mis formas de persuadir. No permitiría que una jefa de putas me dijera que no.

-Eres la hija del emperador, no puedo dejar que satisfagas tus fantasías aquí-me señaló la salida

-Por favor, déjame solo una noche-supliqué

-Si tu padre se entera de que te dejé trabajar como puta me quedo sin cabeza

-Soy una puta, necesito hacerlo, Niuva. Mis guardias adoran follarme, pero me tratan con cuidado, tienen miedo de mi posición-Niuva no parecía ceder,  me puse de rodillas

-¿Que haces? Un no, es un no

-Se tu secreto, eres una eclipse, una hermafrodita-desabroché su pantalón dejando al aire un miembro considerablemente mas grande y grueso que el de cualquiera de mis guardias-Seguro que hay algún que otro guardia homosexual que paga para estar contigo también-agarré su miembro entre mis manos, y empecé a hacerle una paja-Dime, ¿a que te sabe el semen olyvirio?. Adoras comerte otro pene, y montar a otros hombres, ¿verdad? Deja que cumpla mi fantasía, y seré toda tuya-le dí un lametón a su miembro, lo que la hizo gemir

-Por favor, aquí no. Te verán...-algún que otro cliente, y alguna esclava que otra me veían darle la mamada a Niuva

Dejé por un momento mi mamada.

-Así verán la calidad de puta que soy-Niuva agarró mi cabeza, y me folló la boca con violencia

-¿Quieres ser una prostituta?-nunca me habían tratado con tanta violencia, reconozco que me gustó. Por fin me trataban como una mas-Pues te dejaré serlo, pero todo lo que ganes hoy será para mi. Estoy segura que pagarán por ti bastante, si haces esas...-sacó su miembro de mi boca, y su semen cayó por toda mi cara-Mamadas. Anri limpiala, y preparala para trabajar-se lo ordenó a una esclava, la reconocí por su collar, ellas eran las putas personales de Niuva. 

Seguí a la esclava. Aquí solo tenía esclavas, y Niuva no dejaba que nadie las tocará. Es muy posesiva con sus esclavas, no le gustan que toquen su propiedad. Tiene sentido, la prostitutas son mujeres libres o no tan libres que deciden dedicarse a esto para ganarse un dinero follando. Las esclavas no ganan nada, solo son carne. También es verdad que Niuva es así. No la conozco mucho pero si lo suficiente para saber que no es de las que disfrutan maltratando a sus chicas. Suerte para mi, que no era tan despiadada...

Me llevó a una habitación en la que había otras prostitutas y  esclavas bañándose. Ella me guió a una bañera en la que había dos esclavas más. Anri las hizo irse.

–Desnudate–me ordenó, yo obedecí sin rechistar–Meteté en el agua

Normalmente la habría golpeado, y ordenado ejecutar. Si fuera mi esclava , pero eran propiedad de la mediomujer más protegida del Imperio. Además teniendo en cuenta donde estaba, supongo que eran ellas las que mandaban. Cuando metí una pierna quise salir, el agua estaba ardiendo, pero la muy zorra de Anri con toda su fuerza me obligó a meterme toda en esa agua ardiente.

–Serás una de las tantas hijas del emperador, pero desde luego eres la más tonta. ¿Que te trae al prostíbulo de los imperiales?

–Ser noble no es tan divertido como crees, sobre todo si eres mujer. O te rebelas como mi tía Olyvia y creas tu propia nación, o tu única finalidad es quedarte virgen hasta el matrimonio. Criando los hijos de algún idiota que se beneficia casándose conmigo.

–Luego os creeréis que sois libres. Nosotras las esclavas de Niuva somos más libres que vosotros los nobles.

–Te ven como un jarro de porcelana, eso cuando aún no eres esposa. Si se te ocurre tener amantes te van a tratar con delicadeza extrema por miedo a la ira del emperador. Cuando me case a nadie le importará que me case con algún maltratador, por que ohh si se que candidatos tiene para mi. Uno es homosexual sádico, y otro es un noble muy rico que mató a su anterior esposa.

–Podrias elegir al homosexual y hacer cualquier cosa. No creo que le importase–me hizo salir de la bañera

–No soy la primera princesa o noble que no acepta el destino que sus padres tienen para ella. Si estuvieras en mi situación lo entenderías–otra esclava me dio otra toalla y me guiaron a otra sala, esta era privada

–Creo que la entiendo bastante. Eres una esclava, una moneda de cambio. Solo serás la esposa de alguien que se beneficia casándose contigo. Has descubierto en el sexo tu libertad–no me esperaba que una esclava como ella me entendiera

–¿Cómo es que me entiendes tanto?–pregunté, y ella empezó a prepararme para parecerles una buena zorra

–Yo fui como tú. Una noble, este caso una la hija de un duque. Era igualita que tu, exactamente. Una zorrita con ganas de sexo que no aceptaba su destino de futura esposa. Cuando tu querido Imperio invadió las tierras de mi padre tuve dos opciones, casarme con un rey vecino obeso y con tendencia que decapitar a sus esposas o esta vida. Me convertí en su prostituta pero me acabó degrandando, digo...ascendiendo a esclava. Ahora soy toda suya, como las demás esclavas. Ahora tienes un aspecto de puta más que aceptable, ¿sabes las normas verdad?

–¿Normas? No, nunca he estado en un sitio como este.

–Todo se cobra. Enseñar y tocar las tetas son dos digars de plata. Una mamada son diez digars de plata, con corrida en la boca quince digars, y con tetas veinte. Si te quiere comer el coño son unos cinco.  Si te folla el coño unos treinta de plata, y dos de oro. El anal es el doble. Un trío es el doble del anal y el vaginal juntos. Que no te extrañen los precios, aquí se paga por calidad. Se me olvidaba, si quieren tema tiene que ser privado. Nunca aceptes irte con el cliente a su casa a seguir con el tema en otra parte, hay habitaciones para eso aquí. Ya ha habido problemas a causa de putas que se iban tan felices a ganar propina extra a casa del cliente y nunca se las encontró.

–Me dices todas esas normas como si fuera a volver–sonrió

–Vas a volver. Como yo, tu sitio no está en la nobleza. Mañana volverás y así hasta que tu padre se canse de tener una hija prostituta, y te des cuenta de que esta es tu vida. No somos Tinuviel u Olyvia, así que vas a entrar con esos olyvirios y conseguir el máximo número de clientes posible.

–Espero que el maquillaje que me has puesto funcione para disimular de donde soy.

La sala estaba llena de soldados coqueteando con alguna prostitutas. Muchas de estas prostitutas me recuerdan a las nobles de palacio, seguro que son igual de zorras que las mujeres de aquí. Solo que a mi se me ocurriría pasar por puta para follar. Uno de mis guardias reales me llamó, a saber si me ha reconocido.

–Sientate–me senté a su lado, muy cerca de él y él me besó

Aprovechó para tocarme una teta, pero recordé de inmediato lo que me dijo Anri. Todo se cobra, excepto besar, supongo.

–Quiero el parcial–me mostró una bolsita llena de monedas de plata

–¿Parcial?–los típicos errores de novata

–Para una mamada, y para follarte el coño–asentí, no debió reconocerme. Si me reconociera no me hablaría así.–Y para  las putas tetas

–¿Quieres que nos vayamos a un sitio más privado?–él negó

Hacerlo allí mismo sirvió para que vieran la calidad del producto. Después de hacer lo que él me pidió, otro me solicitó. Una esclava me cogió las monedas que él me había dado. Lo mismo hizo otra con el próximo cliente. El cual solo quería una mamada. Este me hizo irme a un lugar más privado. Yo estaba ahí haciendo el trabajo cuando oí una voz muy familiar. La voz de mi padre, borracho. Recé a todos los dioses que existieran que no me descubriera. No había hecho malabares en palacio para pasar desapercibida para que me descubriera aquí. Tardé todo lo posible en terminar la mamada, pero finalmente se corrió en mi boca.  Se abrió la puerta de golpe, era él. Me cogió del pelo y me llevó a una habitación reservada para él. En aquel momento pensé que me había descubierto, e iba a darme la paliza del siglo.  Se ve que así trata a las putas. Me puso a cuatro, sin andarse con rodeos metió su miembro en mi ano sin dilatar. No diré que me gustó, por que mentiría. Me di cuenta de lo que la cage al ir a ese sitio. Mi lujuria me había llevado demasiado lejos. Me comporté como una niñata hambrienta de sexo. Sin embargo era demasiado tarde para arrepentirse. Yo quería mis privilegios, el poder que tenía. Se me olvidó que solo hay una forma de hacerse respetar en Olyviria. Yo me inicié en el camino de las putas, y no podría volver a hacerme respetar. Tras que me rompiera el culo sin hacerme sentir ningún tipo de placer se corrió dentro de mi. Pensaba que ahí acababa todo, pero el jodido tenía para rato. Gemí como una puta, mi padre me estaba montando, esta vez con más delicadeza. Se había calmado. Así durante horas, hasta que ya no podía más.  Su miembro por fin estaba flácido. Eso sí, el culo me lo había dejado roto.

–Mañana por la noche espérame desnuda en tu habitación–me tenía pillada, me tiraba a toda mi guardia. Tarde o temprano tenía que pasar, lo gracioso es que fuera por lujuria desmesurada. Por querer ser una puta–Al principio me ha costado reconocerte, pero reconocí tu pelo.

Que me reconociera por mi pelo me hacía mucha gracia. Estaba beodo y me reconocía por el pelo. Me quedé acostada sobre la cama, hasta que me dormí sobre esa cama llena de fluidos corporales.

Al día siguiente me desperté en mi alcoba. Anri, la esclava de Niuva me miraba fijamente. Sonrió al verme despierta.

–¿Que haces aquí?–pregunté

–Niuva me ha dicho que me quede contigo.

–No se para que–me levanté, y me quité mi camisón y busqué mi ropa

Me puse nerviosa cuando no encontré la ropa donde solía estar. No había nada. Busqué por toda la habitación, habían vaciado mi habitación de ropa.

–Kralos ordenó que se te dejaste sin ropa.  Se ve que en vez de usarte como su putilla personal, se le ha ocurrido un idea genial–aquello me estaba asustando, cuando se trataba de castigar Kralos era todo un experto

–Ha decretado que si alguien quiere follarte puede hacerlo. Mientras estés en palacio, no tienes poder sobre tu propio cuerpo. Ha sido una sorpresa lo rápido que ha tardado en despacharte.

–No puede ser. No, no no. No puede hacerlo. Cómo se atreve a dejarme sin ropa, y abandonarme así. ¿Que voy a hacer yo ahora?–palidecí, ella me miró. Ser una prostituta de verdad

Anri sacó un collar que me entregó. Era un collar de esclava como el que ella llevaba. A mi padre se le había ido la cabeza. En aquel momento no me podía creer lo que me hizo, estaba aterrada por perder mis privilegios y mi estatus. Sin embargo agradecí que me expulsara de palacio, no sólo por el mundo que me hizo descubrir. Sino por que ese no era más que el principio de su locura, y el genocidio que empezaría. Di gracias a la Creadora por que me expulsara. Del palacio tuve que salir desnuda con ese collar, era gracioso, ese collar me hizo invisible a ojos de los demás. Nadie me miraba, a pesar de lo que yo era. Nadie me tocó, eso me extrañó más, pero el collar llevaba el nombre de Niuva. Eso tenia más sentido, puede que las esclavas sean un trozo de carne, pero las esclavas de Niuva son intocables. Este collar era solo temporal. Para protegerme de todos los que me hubieran violado brutalmente. Después de lo que me hizo mi padre tenía mucho más miedo.

Anri me llevó directamente con su ama. Así tal como estaba, menos por el collar de esclava que me quitó.  Me dejó sola con ella.

–Tengo que disculparme contigo. Sabía desde el principio que Kralos te haría lo que te ha hecho. Desde que a Olyvia casi la quema viva, y a su otra hermana mató tras dejar que la violaran bestias, me espero de todo.

–Tambien es verdad que no eres virgen. No le sirves a tu padre. Ha ordenado que no se hable más de ti, si alguien ve tu cuerpo, puede hacer lo que le apetezca. Yo puedo ayudarte. Si te conviertes en mi prostituta, estarás segura. Si no, harán una caza para tenerte como esclava

–Por otra parte, se me pone dura solo de pensar en tener  hijos con la hija del emperador. Con las mamadas que haces me servirías bien, pero más ganaría.

Así me tuvo, durante largo tiempo divagando. Básicamente se debatía entre usarme para ganar más oro, o para su satisfacción personal. Lo más sorprendente es que yo no dijera nada. ¿Que me pasaba para que callara ante tales palabras? Era justo lo que andaba evitando. Más tarde supe que hay chicas que nacen con el alma de una sacerdotisa medialuna, que nacen con esa promiscuidad, solo que es necesario liberarla. Las eclipse ejercían una influencia impresionante sobre las medialuna. Todo eso lo descubrí años después, que estaba obligada a entregarme a las medialuna. Pero es algo que contaré más adelante.

Volviendo la historia que estoy contando, allí me tenía desnuda frente a ella. Mientras se le veía una erección entre sus pantalones.  Sentía unas ganas brutales de que me follara con ese miembro. En aquel momento me daba igual lo que decidiera, solo quería follarmela. Era evidente por mi sexo cada vez más húmedo, pero ella hacía como si no se diera cuenta. 

–¿Tú qué prefieres?

–Sea lo que sea, es una humillación y una degradación para alguien de mi posición. Si fuera una esclava mis ocupaciones irían más allá del sexo. De todas maneras, si acepto quedarme conmigo dependería de ti. Así que, una esclava sexual a la que vas a usar como prostituta.

–Tendrán que ponerte un collar de esclava de verdad, y marcarte–no me gustaba como sonaba eso, pero aún así acepté. Tras aceptar, o más bien claudicar, me lancé a su boca, y la besé.

Ella se bajó los pantalones y me folló sobre su mesa. La verdad es que ella sabe follar mejor que cualquiera de mis guardas reales. Me arrancó varios orgasmos. Por supuesto, se corrió dentro de mí. Cómo dije antes me daba igual en ese momento. Tras follarme llamó a una esclava. Una elfa hizuna, de cabellos rubios.

–Llevalá a que le pongan el collar y la marquen.

No hizo preguntas. Solo asintió y me hizo una señal para que la siguiera. Era muy silenciosa, no hablaba mucho. Su rostro tampoco mostraba emociones. Son muy raras y exóticas las esclavas hizunas. Son muy del sur, una zona que no está afectada por la guerra.

–¿Cómo has llegado hasta aquí? Una elfa hizuna, no suele ser una esclava y menos en Olyviria–no me respondió, solo volteó la mirada para mirarme con desdén

–Puta estúpida–muy habladora no era precisamente

–¿Por qué me hablas así? No te he faltado al respeto

Salimos del burdel, y me llevó a la parte trasera del establecimiento. Una especie de herrería, donde tenían a una esclava en un cepo.

–¿Otra esclava especial de Niuva?–el herrero a pesar de ser olyvirio parecía no reconocerme, tal vez no le importara la nobleza. La señorita habladora asintió, y me dejó con él–Quedate dónde estás

La herrería no estaba cubierta, por lo que todo el mundo me miraba. Unos con curiosidad, y otros para reírse. A la esclava la marcó con una marca de una espada. Cuando la liberó me ordenó ponerme en el cepo. Yo le obedecí.

–El collar que te voy a poner, será de por vida.  Las prostitutas que trabajan aquí, tienen una libertad más o menos decente. Pueden salir del establecimiento, pueden pasar el día fuera. ¿Que posición te ha otorgado la ama?

–Decidio que trabajaría como prostituta, pero siendo una esclava

–La peor posición de todas. Serás inferior incluso a una mascota, o a un animal de granja. Niuva cuida muy bien de sus esclavas personales, las que la satisfacen. No diría lo mismo de las demás–no podía verle, pero si podía oír como estaba forjando mi collar–Puede hacer contigo lo que le apetezca

–Soy consciente de lo que he hecho. Soy consecuente con mis acciones

–Acero olyvirio recién forjado–me lo colocó en el cuello, y con algún tipo de magia se cerró automáticamente, comprobó que de verdad estuviera acoplado. Alguien entró en la herrería, su atención se vio dirigida a mi–¿Que deseas?

–Quisiera un mandoble de puro acero olyvirio

–Eso va a tardar un tiempo, y va a tener un coste considerable. Sobre todo si quieres acero puro

–Tengo dinero de sobra–le entregó una bolsa de oro–¿Esto te vale para empezar?

–No va a ser barato precisamente–sin ningún problema le entregó más oro. El herrero dirigió la mirada hacia mi, al ver el interés que tenía el individuo en mí–No está en venta, ni siquiera me pertenece. Es de Niuva

–Puedo darte muchísimo más oro por ella. Nadie se enterará–al herrero le costaba poco ocultar su codicia ante tanto oro. Pero sabía que Niuva puede hundirlo. Solo con una carta al emperador su vida hubiera estado arruinada su vida. De no ser por eso, de seguro me habría vendido a aquel desconocido. Mientras se iba no podía dejar de mirarme.

–¿Cuanto de lo que ganas por tu herrería te quedas?

–Una parte va a los tributos del imperio, otra gran parte se la doy a Niuva. Yo me quedo una pequeña parte, teniendo en cuenta que gozo y duermo en su establecimiento–lo decía como orgulloso, pero él era otro esclavo más de Niuva

Ganaba con lo que él producía y a cambio podía de gozar sin pagar.

Llegó la parte de marcarme, esa si dolió. Me marcó con un hierro candente. No pude evitar llorar del dolor, no estaba acostumbrada a él. Me mantuvo varias horas en el cepo. Alguno que otro le pagó al herrero para poder follarme. Fuera por la boca, o por cualquier otra parte. A eso si estaba dispuesto, tampoco lo hice, era una esclava, no tenía derechos. Niuva tampoco parecía echarme en falta. Por lo que en aquel momento supuse que Niuva y el herrero tenían una relación de confianza más estrecha. ¡Y tanto que la tenían! La de veces que los vi tener sexo. La posición más normal era él cabalgándola. Mientras sus tetas de mediomujer botaban con la penetración, y se corrían al compás. Algunas veces era al revés, o se hacían mamadas mutuamente. Pero entre esos dos, Niuva parecía ser igual de puta que nosotras. En la próxima contaré en profundidad como era aquello. Se puede suponer que durante esos días, era eso. Follar. Y sin ganar nada.