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Adoptando a una lobita 3

en Fantasías Eróticas

Dormía en mi forma peluda a los pies de la cama de Ike. Jane e Ike habían tenido un buena noche, dejándome a mí al margen. Al amanecer, llegó una despampanante mujer buscando a Ike. Esta vestía una túnica negra, era pelinegra y sus ojos eran marrones. Aproveché esa forma peluda para mirar debajo de su túnica. Ella con diversión me dejó oler. No llevaba nada.

–Ike, necesito que vengas conmigo, hay un...asunto que nos ocupa.

–¿Qué ocurre?

–Te lo contaré por el...ahh–gimió pues le lamí su sexo–Que lobita más traviesa. Te lo contaré por el camino. Tu hija y lobita no pueden venir–él nos miró a las dos

–Vete, se cuidarnos a las dos–dijo Jane abrazando a su padre

Yo aullé, y me dio acaricias. Ike y la despampanante mujer se fueron de casa, dejándonos a las dos allí. Yo regresé a mi forma humana, y esperé a que Jane dijera algo.

–Podemos buscar a Kath, y tener sexo.

–Ella se ha ido. Además, no me termina de gustar, es demasiado dominante. Quiero alguien que busque darme placer, y no sentirse algo que no es.

–¿Entonces qué hacemos?

–No es la primera vez que se va, puede tardar una semana, o un mes. Incluso un año, una vez se vio obligado a involucrarse en una guerra y tardó en volver ese tiempo. Te sugiero que busques un par de frutas, desayunemos y esperemos a quién envié para cuidarnos (o vigilarnos)

Asentí, y me dirigí a la puerta, pero recibí un grito de Jane:

–Llévate esto, que el desayuno es para las dos–me dió algo en lo que llevar algo más de fruta

Ella ya se había acostumbrado a mi desnudez. A mí no me resultaba un problema, es algo normal para mí. A la salida me esperaba osito, le di un poco de mi cariño.

–Necesitamos algo para traerle de desayunar a Jane, ¿sabes dónde hay?

Empezó a caminar en una dirección, y yo le seguí. Hemos cogido confianza ambos en el mes que ha pasado. Hemos cazado juntos, comido juntos e incluso dormido juntos. Somos amigos interespecie, y me siento protegida cuando duermo con él. Él es más grande y fuerte que yo y eso me gusta. Parece reconocerme cuando soy humana, será por mi olor. Llegué a lo que Kath llamaba manzano. Recogí las que estaban en mejor estado. Él me miró, y si pudiera hablar me hubiera exigido comida. Le entregué una.

–Yo creo que con esto basta. Ha dicho fruta para desayunar, volvamos.

Le entregué otra manzana, tendrá hambre. Luego iremos a cazar. Al ir de camino, vi en la puerta de la casa, a otra mujer. Esta era rubia, y vestía otra túnica.

–Oh, vaya. Nunca me imaginaba que sería recibida por semejantes vistas. Jane, soy yo, Miriana.

–¿Fruta?–teníamos manzanas suficientes

–Gracias. ¿Quién es tu amigo?

–Osito

–¿Por qué no le pones nombre?

–No se

–Mir, no sabía que vendrías. Veo que ya os conocéis Alana y tú.

–Es la licántropa más... increíble que he visto–sonreí con inocencia cuando me miró de nuevo

–Kath se la folla, mi padre también. Si la dejamos socializar, seguro que se folla a medio reino.

–¿Y por qué no la dejáis?

–Me gusta más la naturaleza–respondí detrás suya

–¿Entramos?

Las tres entramos en casa, osito se despidió de mí. Luego cazaremos juntos. Yo me transformé en mi forma animal. Mir y Jane hablaban de cosas que a mí no me interesaban. Yo tuve curiosidad por oler su entrepierna, así que hice el mismo procedimiento que con la mujer anterior. Grande fue mi sorpresa al verle una polla como la de Ike. Gruñí con desconfianza, y sobre todo me alejé de ella.

–¿Qué le pasa?–dijo envolviéndose la túnica entre las piernas

–Ella hasta ahora tiene la concepción de que una mujer tiene coño y pechos y de que un hombre tiene pene. Lo que no le he explicado es que existen las hermafroditas.

–Pues no deberías sentirte confundida, no es nada raro ser hermafrodita.

–En poco tiempo cambiará de opinión, más exactamente cuando ella te pruebe.

–¿Probarme?

–Ella no tiene complejos con el sexo. Le pones un coño o una polla y se come las dos cosas.

–Es lo que tiene ser una criatura salvaje, que envidia me da.

–A ella le da igual todo

–Jane, necesito darme un buen baño. ¿Sabéis dónde está el río más cercano?

–Alana te llevará, ya voy yo luego.

Le ladre, y empecé a andar. La mujer me siguió.

–Ike es un buen hombre, un buen sacerdote mejor dicho. Un sacerdote del sol, y un hechicero, realmente te debe dar igual y no creo que sepas lo que significa eso. Ahora después podríamos ir al pueblo, yo te llevaría algunos lugares interesantes. No obstante, está lo de tus colmillos, y Jane apesta a perro mojado. No te ofendas.–dijo rápidamente la sacerdotisa–Conozco a esa chica desde pequeña, y la he visto crecer. Siempre quiso ser una loba, y vivir en la naturaleza. Eso le cerrará puertas, hay sitios en los que están mal vistos los licántropos. Hay hechizos para tapar esas cosas, pero es mucho esfuerzo.

Volví a mi forma de dos patas al saber que el río estaba cerca. Ella siguió hablando, pero yo seguí andando, y la ignoré.

–No me extraña que quienes te conocen quieran hacerlo contigo, eres despampanante. Tienes un culo de infarto. Yo me lo comería a besos–la miré con desdén–Si tu quieres claro

–Mir, cállate.

–V-vale

–Río, tú te desnudas y te metes.

Ella se quitó la túnica, la dobló, y la dejó lejos del agua. Le puso una piedra encima para que el viento no se la llevase. El miembro de Mir era más grande de lo que me esperaba, no mucho pero lo suficiente para llenarme entera. Si el miembro de Ike es de tamaño normal, el de Mir son cuatro dedos más grande. Me daba curiosidad por saber cómo era su tacto.

–Mir, levanta–ella dudó por unos segundos, pero me obedeció

Agarré su miembro, este se puso duro con tan solo tocarlo con mi mano. Mir estaba colorada, y me miraba fijamente.

–Y-yo nací r-rara, n-no t-tenia vagina, soy hermafrodita pero sin vagina. En su lugar mi miembro creció más de lo debido, y me volvió más insaciable. Siempre tenía una amante que me saciaba, pero se hartó de mi. La próxima vez debería tener cuatro amantes diferentes que sirvieran para saciarme.

Me cansaba de oírla hablar, así que lamí su miembro. A ella se le escapó un sonoro gemido. Su cara era todo un poema.

–Por favor, hazlo. Lo necesito

–Si tu penetrarme tu lamerlo–asintió–Lo aprendí de Kath.

–Todo lo que tú quieras, haré todo lo que tu quieras

Me puse a cuatro patas. Ella rápidamente reaccionó, pero no me penetró mi parte trasera. Introdujo su miembro en mi coño. Ella empezó un vaivén lento que me sacaba un terrible placer.  Notaba como no introducía todo lo que ella tenía. La dejé hacer.

Era un espectáculo precioso, ambas gemíamos fuerte a la vez. Pero se detuvo, me cogió la mano y me sacó del agua. Ella me acostó en la tierra. Se puso encima de mi, y me penetró de nuevo. Nos besamos. Aparté sus labios durante un momento y entre gemidos la volví a besar. Me abracé a ella mientras tenía su ariete penetrando mi vagina. Siguio penetrandome hasta que sentí como Mir eyaculaba dentro de mi. Se detuvo y sonrió. Su corrida era abundante.

–Ha sido espectacular

No obstante seguía teniendo su miembro dentro. Descansé sobre su cuerpo. Jane en su forma de loba nos miraba.

–¿Cuánto tiempo llevas ahí?–preguntó Mir, yo también la miré

Se sentó enfrente nuestra. Tal como le había dicho a Mir, ella se dispuso a lamer mi miembro. Mientras gemía miré a Jane, la cual se había puesto más cerca.

–Todo debería estar limpio, ¿nos metemos en el agua de nuevo?

–Métete tú–Jane parecía querer algo

Cuando Mir se metió al agua, Jane me pidió que la acariciase. Yo le di el cariño que pedía. Entonces volvió a su forma de dos patas.

–Todavía me cuesta volver a mí humanidad. Me voy acostumbrando a esto de ser como tú.

–Ahora somos dos lobitas

–Lobitas–besé a Jane

–¿Te lo has pasado bien, Alana?

–El sexo con Mir es genial.

–¿Sabes que yo también me acuesto con ella?

–Pues como con Ike

Volví al agua. Jane también se metió. Observé a Mir, ella evitaba mirarme pues su miembro volvía a estar duro sin necesidad de excitación previa. Normalmente las pollas se quedan flácidas, o eso creía. Pero la suya ha crecido con facilidad.

–Estamos solas las tres, y sin mi padre

–Sexo–dije–Sexo día y noche

–A Alana le gusta mucho el sexo, es su respuesta para todo momento. Se aburre pues sexo, no puede dormir pues…

–Sexo

–Creo que nos vamos a llevar bien

Mir se acercó nadando hacia mi. La detuve y señalé mi entrepierna. Ella ha dicho que me comería el coño, pues eso tiene que hacer. Me abrí de piernas y dejé que su lengua hiciera su trabajo.

–No suelo lamer lo mismo en lo que me corro, pero esta vez es...–empujé la cabeza de Mir hacia mi entrepierna para que se callase y me siguiera dando placer.

–Jane si quieres yo...ahh–salió del agua y puso su coño en mi boca.

Fue un espectáculo sexual precioso. Mientras yo ya había llegado al orgasmo, Jane tardó más en hacerlo. Sentí sus fluidos en mi boca. Si así iba a ser con ella, lo pasaremos bien. Tras aquello volvimos a la casa, Jane y yo volvimos corriendo en nuestra forma animal. Mir tardó más en llegar. Usó sus poderes para encender la chimenea.

–Voy a ir a por leña quedaos ahí, ¿vale? Lo último que necesito es que dos lobas se den un paseo por la ciudad.

Seguimos a Mir y la observamos cortando leña.

–Hace tiempo que no regreso a la vida rural, ¿sabéis? Sienta bien regresar a mis orígenes y para mejorarlo que te reciban con tan buenas vistas. Ahora entiendo lo que Ike tiene contigo, cualquiera quisiera tenerte. Por lo menos te trata bien, conozco a gente bastante mala. Ojalá hubiera nacido como una mujer normal, o mejor, como un hombre. Ser hermafrodita es cargante. Si follas lo necesario está bien, pero imaginad lo que es sentir una fuerte excitación casi todo el día. Entre mi gente se aprovechan de eso para esclavizarnos, y tenernos a sus pies.–se calló y nos miró fijamente–Siento estar dándoos este tostón, a veces me pongo a hablar y no paro. Volvamos a casa, que ya me está pidiendo mi polla tener sexo. Me transformé en humana de nuevo, y entré a la casa. Mir avivó el fuego con la nueva madera. A Jane le costó regresar a humano, pero lo consiguió. Sentí la mirada de Mir observando todo mi cuerpo. Ella deseaba tomarlo de nuevo, deseaba tomarnos a las dos. Somos dos para una sola polla.

–¿Lo hacemos, Jane?

–¿Aquí? Vale

–¿De qué habláis?–preguntó Mir

–Teniendo en cuenta que lo tienes que pasar mal con tanta excitación, lo mejor sería hacerte un regalo que te va a gustar.

Le levantamos la túnica y la tiré al fuego. Ambas nos arrodillamos frente a su polla. Nos turnamos la polla. Ella le daba varias lamidas y luego me la daba a mi. Le hicimos una mamada entre las dos hasta que se corrió. Su sabor era exquisito. Ella y yo nos besamos y nos limpiamos el semen de cada una.

–Jane, ponte a cuatro patas. Alana, puedes irte.

Salí así tal cual estaba afuera. Di un silbido y osito tardó poco en venir. Abracé a osito, feliz de volver a verle. Seguimos nuestro camino.

–He conocido a una...chica, si chica. Tiene pene, y me gusta mucho su miembro. Me hace sentir muy bien y quiero que me tome siempre. Ves osito–ya estaba húmeda de nuevo–Esto lo hace esa tontita que no se calla. ¿Sabes que? Mejor vayamos al río.

Pasamos el resto del día cazando y descansando. Por unas horas me olvidé de mi vida humana.  Cuando ya me sentía cansada seguí a osito hasta una cueva, y dormí con él en mi forma humana. Al despertarme estaba sola en la cueva, así que me levanté y fui a investigar. Había un hombre grande y desnudo en el río. Él era muy peludo.

–Tu olor me es familiar–dije

Me acerqué más a él, le olisqueé y descubrí que era osito, así que él no es el único con mis habilidades. Cuando se dió la vuelta descubrí su gran polla, por la cual me sentí hipnotizada nada más verla. Masturbé su pene hasta que lo sentí duro, entonces me puse de rodillas para satisfacer de otra forma a osito. Empecé a lamerlo, y me aseguré de mirarle mientras lo hacía. Entonces me puse a hacerle una mamada, que osito disfrutaba mucho. Intenté meterla toda en la boca, y su pene ya entraba en mi garganta. Osito me agarró la cabeza en un acto descuidado y empezó a follarme la boca. Cuando se corría la metió toda, dejándome sin respiración.

–Osito, eso no se hace. Se avisa primero. Por hoy volveré a casa, la próxima vez si vas a ser de nuevo un hombre grande no quiero que hagas eso.

Al menos no me había ensuciado toda con semen, por todo el cuerpo. Cuando ya llegaba no sé porqué me empecé a sentir mal, y poco después vomité cerca de casa. Jane salió a investigar, y su rostro palideció.

–¿Alana, te ha bajado el sangrado mensual?–negué, ni siquiera sabía que era

–Creo que me va a tocar avisar a mi padre, espero una hermana

Entré en casa preocupada. Allí ella me sentó en una silla, y ella se vistió como buenamente pudo. Mir se vistió con pieles. Me ofreció un poco de leche.

–Bebe, tenemos que hablar–dijo Jane preocupada–Llamaré a Kath, pero es de seguro que te has quedado embarazada. No te ha bajado de momento el sangrado mensual, y acabas de vomitar. Esos son signos claros de embarazo.

–Su boca huele a polla

–No es la primera vez que se mete una polla en la boca, no es por eso.

–¿Embarazo?

–Si, Alana. Estás embarazada. Mir ha venido demasiado pronto como para esperar un hijo suyo, el mejor candidato es Ike.

–¿Entonces esperas un hermano? Pero si no se que es quedarse embarazada.

–Llamaré a Kath, y ella lo confirmará. Mir cuida de Alana, y no os pongáis follar ahora. Lo que me faltaba a mi

Jane vestida como podía fue en busca de Kath. Mir se sentó a mi lado, y me dio un beso en la mejilla.

–He visto a mujeres embarazadas, me voy a poner gorda. De momento no estoy gorda–Mir se rió

–Si, te vas a poner gorda y tus pechos se van a llenar de leche. Cuidaremos de ti, te lo prometo.

Se oían ruidos de caballos, eran Jane y Kath.

–¿Estás segura de que es un embarazo, Jane?

–Hace ya una luna más o menos que Alana vive con nosotras. Ike tiene sexo regularmente con nosotras, y con Alana acostumbraba a no usar protección mágica. Es tiempo suficiente para que Alana haya quedado fecundada.

–Mir quítate de ahí, tienes suerte de que pueda usar mi magia para esas cosas.

Kath se sentó enfrente de mí, y puso su mano en mi vientre y fue bajándola. Yo no sentía nada, pero Kath debía saber que hacía. Me miró durante unos segundos y asintió.

–Es pronto para saber qué es, pero Alana está encinta