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Mi tía y mis primas vienen a vivir a casa

en Amor filial

Esa mañana cuando me levanté y me preparé para ir a la universidad no tenia ni idea de lo que iba a cambiar mi vida en unas horas, bueno mi vida y la de mi madre y aunque lo hubiese sabido, no creo poder cambiar el destino a mi antojo, estaba escrito y así debería de ser.

Mi familia la componíamos solamente mi madre María Pilar, Maripi para familia y amigos y yo Luis Miguel, Luismi, como me llama todo el mundo desde que tengo uso de razón. Mi madre es una exuberante mujer de 50 años y 1.70 de altura, abogada, muy seria y responsable. Se separó de mi padre antes de nacer yo por motivos que nadie me ha querido contar y gracias a mi abuelo vivimos en el pedazo chalet que ocupamos ahora mismo. De mí que queréis que os cuente, tengo 20 años estudio ingeniería matemática y soy de lo mas normalito. Mido 1.80 voy al gimnasio dos veces por semana y soy bastante resultón, pero sin ser un moja bragas, mi éxito con las tías es de leve a moderado ya que soy algo tímido y poco lanzado.

Mi vida como tal es muy cómoda y agradable, para mi madre soy un hijo modelo y sé que soy su consentido. Nos tenemos mucha confianza y nos contamos muchas confidencias, pero nada que no se pudiese contar. Nunca, nunca le he conocido a otro hombre, su vida íntima es hermética y solo vive por y para su trabajo y su familia. La historia comienza cuando estaba en la universidad, el día transcurría plácidamente y al ser viernes me quedaba nada y menos para irme de fin de semana a mi casa, pero algo rompió esa placidez.

Mi teléfono móvil sonaba insistentemente, estaba en la cafetería de la uni hablando con una compañera y me extrañó que a esas horas alguien me llamase, pero según miré la pantalla y vi "MAMA" me asusté, no era normal en ella llamarme cuando estaba en la universidad, a no ser que fuese muy grave y me temí lo peor, que a mi madre le hubiese pasado algo malo.

—Hola mamá, ¿Estas bien? Respondí asustado.

—Hola cariño, si estoy bien, tranquilo. Solo quiero que cuando salgas de tus clases te vengas a casa y no te entretengas, quiero hablar contigo.

—Mamá me estas asustando. ¿Qué te pasa? Decía atemorizado.

—Mejor cuando vengas a casa te lo cuento, no quiero contártelo por aquí, pero estate tranquilo que a mi no me pasa nada malo.

Diciendo esto ultimo terminó la llamada, pero a mi me dejó muy preocupado, si mi madre se había tomado la molestia de llamarme para decirme eso, es que era algo muy, muy importante. Pensé que algo había pasado en el buffet de abogados de la que ella era socia y se habría quedado sin trabajo o algo peor, al ser abogada criminalista muchas veces había recibido amenazas de muerte, amenazas que ella no daba importancia pero que a mí me preocupaban.

El resto de la mañana pasó muy lentamente para mí, en mi cabeza se agolpaban las preguntas que solo mi madre podría responder y según terminó la última clase salí escopetado hacia mi coche para al poco aparcar frente al chalet donde vivíamos mi madre y yo y entrar en tromba en casa preguntando por ella.

—¡¡MAMÁ, MAMÁ!! La llamé asustado.

—Estoy en el salón hijo. Dijo su voz de fondo.

Entré corriendo y la vi con la ropa de estar por casa y recostada en el sillón y con una copa de wiski en la mano, eso me asustó mas aun, ella no solía beber, me acerqué a donde estaba y me arrodillé a su lado pasando mis manos por su cara brazos cuerpo y piernas, asegurándome que todo estaba en su sitio.

—¡¡NIÑOOO!! Deja de sóbrame que soy tu madre. Dijo algo enfadada.

—Solo…solo quería saber si estas bien, todo esto es muy raro y verte aquí tumbada a estas horas y con una copa en la mano…mira, dirás lo que quieras, pero no es normal.

—No cariño, no es normal, pero la llamada de esta mañana de tu tía Paula me ha dejado en tal estado que me he venido a casa y hoy no creo que haga mucho más.

—¿La tía Paulita? ¿Qué ha pasado?

—Tu tío la ha echado de casa, a ella y a tus primas.

—¿Co…cómo? ¿Qué? Joder, eso es imposible ¿Así sin más? Pero si es una de las familias más unidas que conozco.

—Por supuesto, pero hay descubrimientos que hacen que tu vida se vaya a la mierda y lo que hoy era perfecto mañana se torna en pesadilla.

—¿Y que es lo que ha ocurrido para que el tío las eche de casa?

—Algo tan sencillo como descubrir que su mujer, el amor de su vida le ha sido infiel y que las que creía hijas suyas, no lo son, incluso ni son hijas del mismo padre.

—Dios…no me lo puedo creer, dije sorprendido. ¿Y ahora que les va a pasar? ¿Alguien se puede deshacer de su familia así como así?

—Tu tío no era tan lerdo como creíamos y mi hermanita no era tan lista como ella pensaba. Cuando se casaron firmó, no sé si conscientemente o no, un documento que exoneraba a su marido de cualquier carga familiar, indemnización o soporte económico si se demostraba una infidelidad y creo que tus primas son una clara prueba de ello. De todas formas me tengo que poner en contacto con su marido o con su abogado y ver si realmente puede hacer lo que ha hecho impunemente.

Me quedé callado por unos momentos intentando digerir lo que me había dicho mi madre. No me podía creer que el matrimonio de mis tíos hubiese acabado así, de golpe y sin anestesia. Se, por que me lo contó mi madre, que mi tía cuando era joven era una autentica belleza, pero vaga como ella sola «Tu tía siempre confió en su belleza, terminó a duras penas la E.S.O. y se dedicó a no hacer nada con el consiguiente enfado de tus abuelos. Con 22 años conoció a tu tío y supo enseguida que el sería su salvación quien la mantendría de por vida. Era un "NERD" inteligente hasta decir basta, pero falto de experiencia y tímido, el típico chico al que ninguna mujer mira pero con una familia rica no, lo siguiente. Tu tía no perdió el tiempo y se abrió de piernas para el y ya sabes lo que dicen las malas lenguas, hombre tonto, mujer lista…matrimonio. A los dos años se casaban aunque la familia de el no estuvo de acuerdo con esa boda»

Mi madre miraba su vaso con los ojos muy abiertos, como recordando cosas de su niñez o su juventud. Aunque mi madre nunca me lo ha confesado directamente, sé que siempre ha habido una rivalidad disfrazada de cariño entre mi tía y ella. Mientras mi madre fue muy trabajadora y se "curró" su carrera de derecho y su futuro, mi tía fue por el camino fácil, vivía a todo lujo y no dudaba en restregárselo por la cara a mi madre todos los veranos cuando nos invitaban a su chalet de la costa brava.

—Mamá, y el tío…¿Cómo se ha enterado de la infidelidad de la tía?

—De la manera más tonta. El tío decidió hacerse una vasectomía, aunque antes quiso dejar en un banco de esperma unas cuantas muestras por si decidía tener más descendencia con tu tía…o con otra mujer quien sabe. El caso es que con la primera prueba hicieron un recuento espermático y constataron que tu tío tenía azoospermia…

—¿Azoospermia? Pregunté extrañado.

—Ausencia total de espermatozoides en el semen hijo. Le hicieron una segunda prueba, continuo mi madre, para asegurarse ya que tío dijo que era imposible ya que tenia dos hijas, pero el resultado fue el mismo y el director del banco de esperma le sugirió que fuese al médico y le comentase esto. Se puso en manos de un especialista y el resultado fue devastador, debido a una malformacion congénita tu tío nació estéril. Era de todo punto imposible que tuviese descendencia.

—Dios, no me puedo ni imaginar como se debió de sentir el tío al enterarse de esto, tuvo que ser muy duro para él.

—Puedes imaginarlo, engañado, hundido, traicionado, burlado…El amor de su vida, esa persona en la que el confiaba ciegamente, le había puesto los cuernos y seguramente no solo una vez ni dos, sino infinidad de veces. Aun así, tuvo la sangre fría de recoger muestras de cabello y saliva de su mujer y de sus hijas y hacer un análisis de ADN que le confirmó lo que ya sabía, tus primas no eran hijas suyas, pero lo más sangrante fue enterarse que ni eran hijas del mismo padre.

Según iba contándome la historia mi madre, todo me parecía irreal. Reconozco que mi tía estaba de muerte, muchas de mis pajas fueron a su salud, verla en bikini era un espectáculo y no dudaba en exhibirse, incluso ahora que era una MILF me la follaria a muerte.

—Cuando tu tío tuvo todas la pruebas, reunió a la que fue su familia y se lo comunicó. No dudó en repudiarlas y echarlas de casa con lo puesto ya que dijo que absolutamente todo lo material que tenían era de su propiedad y no les pertenecía. Mi hermana lloró, suplicó, hasta se humilló ante él, pero no sirvió de nada ni siquiera los ruegos y las lágrimas de las que pensó, eran sus hijas le hicieron cambiar de opinión.

—Joder que cabrón, puedo entender que este muy dolido, pero por dios han sido muchos años de matrimonio, asistió al parto de las niñas y las ha criado como si fuesen suyas, no las puede dejar tiradas no es humano.

—Pues lo ha hecho y no le ha temblado el pulso cuando las ha dejado en la calle, eso ha ocurrido esta mañana, tu tía me ha llamado llorando y me lo ha contado todo, no sabia a quien acudir ni lo que hacer, están sin dinero y en la calle así que…así que…

Mi madre me miró muy seria y creo que lo que me iba a decir no me iba a gustar nada. Esa cara que ponía era la de "esta decidido y no hay vuelta atrás"

—Mamá ¿hay algo mas que quieras decirme? Pregunte con miedo.

—Tu tía y tus primas vienen a vivir a casa. Entiende que no las puedo dejar tiradas, las pagué un billete en el AVE y llegan dentro de una hora.

—No…no…¡¡NOOOOOO!! Joder mamá dios, va a ser un desastre.

—Lo siento cariño, pero va a ser así y solo espero que me ayudes y seas cariñoso con tu tía y tus primas, lo están pasando muy mal y lo que menos necesitan en estos momentos son malas caras. Y ahora me voy a vestir y vamos a la estación a recogerlas.

El infierno se me venía encima y no era falta de espacio había sitio de sobra para los cinco. Era por todo lo demás, mi tía Paula aparte de estar buena hasta decir basta era una mujer de 43 años voluble, caprichosa y provocativa que no sabía hacer nada salvo estar en salones de belleza y en gimnasios y sobre todo en tiendas gastando dinero a manos llenas. Su trato conmigo era excelente y se que me quería mucho. Siempre que nos juntábamos estaba pendiente de mí, sus abrazos y besos continuos me ponían en un estado de excitación difícil de ocultar.

Y por otra parte estaban mis primitas Noelia y Alba. Noelia era una preciosidad de 19 años, con una carita y un cuerpo para pecar y hacer lo más pecaminoso que se te pasase por la cabeza. Era casi una copia de su madre y como ella, no sabia hacer nada solo gastar dinero e ir con sus amigas, pero era arrogante y vanidosa y junto con el dinero del que disponía hasta entonces la convertía en un ser despreciable.

Alba era el polo opuesto a Noelia. Ahora entiendo que fuesen hijas de diferentes padres, la genética se tenia que hacer notar. Noelia era una gordibuena de 18 años, pero guapísima o más que su hermana, con el pequeño detalle que era muy inteligente y trabajadora. El único problema que tenia era su falta de confianza en sí misma y el sentirse condicionada por su madre y su hermana, intentando ser lo que no es.

Todos los veranos cuando nos invitaban a pasar quince días con ellos, veía como esa niña se doblegaba a los caprichos de madre y hermana y la trataban cual cenicienta, mandándola a hacer tareas mientras ellas estaban tumbadas al sol. Eso me ponía enfermo y siempre solía enfadarme con ella intentando hacerla ver que ella era increíble y que su madre y hermana solo sentían envidia de ella, que las mandase a la mierda, pero ella sumisa obedecía sin dudar. Insistía tanto, se lo repetía tantas veces que al final siempre terminaba llorando y eso me hacía sentir fatal.

Y luego…joder, y luego estaba su forma de vestir, de andar por casa, con lo mas provocativo que os podáis imaginar. Mi tía Paula y mi prima Noelia no se cortaban en enseñar sus encantos delante de mí sin pudor, si hasta mi madre les llamaba la atención y hasta mi prima Alba con sus lorzas y sus muslos gordos me ponían la polla con venas como "tronchos" de lechuga y claro, pasaba lo que tenia que pasar, mis idas y venidas al servicio eran constantes con el consiguiente cachondeo.

Quizás ahora entendáis cuando dije que el infierno se me venía encima. Tenía las hormonas más revolucionadas que un motor tuneado e iba a tener en mi casa a cuatro mujeres, incluyo a mi madre, que eran una pasada, aunque por lógica, la situación distaba mucho de nuestros relajados encuentros en verano.

A la media hora nos encontrábamos en la estación esperando que llegase el tren que traía a mi tía y mis primas. Mi cabeza no dejaba de pensar como debía de recibirlas imaginando su estado de ánimo, aparte de pensar que mi prima Noelia vendría muy enfadada con su madre por haberla despojado de su modo de vida cómodo y relajado. Al poco entraba el tren en la estación y pasados los minutos vimos bajar a las tres, serias, llorosas y con cara de circunstancias, pero solo verlas ya me la puso mas dura que el mástil de una bandera.

Las tres venían vestidas con unos leggins que marcaban su anatomía perfectamente, unas camisetas muy ajustadas ofrecían el espectáculo de sus tetas, apetecibles, espectaculares con un canalillo muy sugerente aunque sus caras no hacían juego con el espectáculo de sus cuerpos. Según nos vieron vinieron corriendo hacia nosotros y solamente cuando mis primas se abrazaron a mi llorando, me di cuanta del alcance de su desgracia. Mi tía se abrazó a mi madre y las dos lloraban en un fuerte abrazo.

—Tranquila cariño, decía mi madre, veras como todo se arregla.

Mis primas seguían abrazadas fuertemente a mi llorando y me sentía como un ser despreciable ya que tenía una erección difícil de ocultar. Las separé ligeramente de mí y cariñosamente levante sus caritas y besé sus frentes.

—Vamos chicas, no lloréis que al final termino llorando yo también. Tranquilas que ya estáis con nosotros y a partir de ahora todo va a ir a mejor.

Mi tía deshizo el abrazo con mi madre y me miró con cariño, mis primas se fueron a abrazar a mi madre mientras mi tía me abrazaba, me daba un pico en los labios y me dejaba sentir su cuerpo pegado al mío. Fue brutal sentir sus tetas pegadas a mi pecho mientras ella notaba mi erección y frotaba disimuladamente su pubis contra mi polla. Mis manos la abrazaron contra mi y deseé agarrar ese culo que me volvía loco, pero me contuve. Me miró con ternura mientras acariciaba mi cara.

—Cada vez que nos vemos, te veo mas guapo. Siento que te hayas tenido que enterar de esta historia.

—Tranquila tía, entre todos intentaremos solucionar esto, todo va a salir bien.

—Eso espero cariño, eso espero.

Después de ese momento en la estación, nos fuimos a casa, paramos antes en una casa de comidas y compramos algo para comer, empezaba el fin de semana y tocaba organizarnos. Esa tarde después de comer nos fuimos a comprar ropa para mi tía y mis primas y aunque me fastidie reconocerlo, fui de "sujeta-bolsas" pero no todo va a ser malo, por suerte tanto por parte de mi tía como de mis primas me dejaron ver algo de "chicha", esa noche de seguro me haría una buena paja pensando en esos cuerpos increíbles.

Cuando llegamos y mientras mi tía y mis primas colocaban su ropa en su habitación me fui a duchar, había quedado con mis amigos en salir esa noche y me apetecía desconectar un poco. Al poco de estar bajo el agua se abrió la puerta y apareció Noelia llevando algunas cosas de higiene femenina.

—¡¡JODER NOELIA!! Exclamé alterado, llama antes de entrar y si hay alguien en el baño córtate y no entres.

—Venga ya Luismi, no te pongas así, la de veces que nos hemos visto desnudos. Además vete acostumbrando, vas a vivir con cuatro mujeres.

—Noelia, la última vez que nos vimos desnudos teníamos seis años, creo que desde entonces todos hemos cambiado mucho.

En ese momento la cabeza de Noelia apareció entre las cortinas del baño y me miró de arriba abajo, para seguidamente desparecer mientras riéndose la oía comentar:

—¡¡¡UFFF!!! Primito si que has cambiado, sí. Vaya pollón.

Oí como salía del cuarto de baño mientras miraba mi miembro flácido. Me gustaría decir que ya me había tirado a un montón de tías, pero no, mi experiencia sexual se limitaba a solo una mamada en unos servicios de una discoteca y a un polvo de película con una compañera que me invitó a estudiar en su casa. Tanto la una como la otra alabaron el pollón que tenía y de hecho me sentía orgulloso de el cuándo se ponía en pie de guerra, era grueso, cabezón y largo.

Cuando terminé, me puse mi albornoz y me fui a mi cuarto a vestirme, estaba desnudo cuando mi prima Alba entró sin llamar y cuando me vio fue de lo mas natural, como si fuese lo más habitual.

—¡¡PERO COÑOOO!! Exclamé enfadado intentando taparme mis vergüenzas, ¿pero por qué no llamáis a la puerta antes de entrar?

Mi prima me miró extrañada, salió cerrando la puerta, llamó y antes de decirle que esperase entro nuevamente sentándose en la cama.

—Primo, necesito hablar contigo, que me digas que instituto publico hay cerca de aquí y ver si me puedes acompañar a ver si puedo retomar el curso…por cierto tienes un culo precioso.

—Vale Alba, te ayudaré pero ahora sal de mi habitación y déjame vestirme tranquilo y por favor te digo lo mismo que a tu hermana antes de entrar llamad y pedir permiso, solo os pido eso dije molesto.

Vi que mi prima se puso de pie y me fijé que había adelgazado y empezaba a tener un cuerpo muy apetecible. Seguía teniendo unos muslazos grandes y un culo también grande pero muy rico. Su vientre era plano y las tetas que tenia creo que serían una talla 100 y daban ganas de devorarlas, joder mi polla empezó a levantarse y eso me daba un corte bestial delante de ella.

—De acuerdo, dijo Alba, no te enfades conmigo, me voy para que te vistas tranquilo.

No pude dejar de mirar ese culazo que tenia y que hizo que mi polla se irguiese descarada. Me fui a la puerta y eché el seguro para que nadie me molestase y me hice una soberana paja en honor a mis primitas y mi tía que me supo a gloria.

Esa noche cuando estuve con mis amigos no me las pude quitar de mi cabeza. Hasta los colegas me preguntaban que me pasaba ya que no era propio en mi dejar escapar a los pivonazos que se me acercaban. Sabia que tenia la tentación metida en mi propia casa y eso que solo hacia una pocas horas que habían llegado, ni me imagino el calvario que pasaría en mi día a día con ellas.

Cuando llegué a mi casa serian mas de las tres de la madrugada, entré sigiloso, pero enseguida vi que había luz en el salón y me encontré a mi tía dormida en el sillón con la televisión puesta. Imagino que llevaría la ropa de dormir ya que la parte superior era una blusa blanca muy liviana que dejaba traslucir sus pezones, pero lo peor es que debido a la postura y que varios botones de esa blusa estaban despasados una teta yacía fuera de su refugio, era grande, erguida y pedía ser devorada.

Me arrodillé ante esa diosa, su cara reflejaba tensión pese a estar dormida, podría haberme inclinado sobre ese soberbio pecho y haber devorado ese pezón pequeñito que se mostraba desafiante ante mí, pero decidí que no era moralmente correcto debido a la situación. Miré con gula y pena esa teta, sabía que mi tía se había operado las tetas hacia algo mas de un año y ver ahora el resultado sin nada que la tapase era una pasada. Con amargura y mucho cuidado puse la tela tapando esa maravilla e intenté cubrirla lo mejor posible. En eso estaba cuando vi su mano posarse sobre la mía con cariño. Miré asustado a mi tía que me observaba agradecida.

—Tía solo intentaba taparte, la explicaba azorado, un pecho tuyo estaba fuera y no quería...

—Shhhh, cariño mío, dijo mi tía acariciando mi cara, lo se y agradezco tu gesto.

Vi como su mentón temblaba y sus ojos se inundaban, para seguidamente echarse a llorar con desesperación abrazándose a mí. Yo me senté y la abracé atrayéndola hacia mí. Dejé que se acurrucase contra mi cuerpo y eso hizo que la manta que la cubría dejase su perfecto cuerpo al descubierto, solo llevaba esa blusa para dormir y una braguitas muy sexys con lacitos rosas. Ella agarró la manta para cubrirse nuevamente y volvió a abrazarse a mí.

—Tía no llores, tranquilízate, es duro, ni me imagino lo que tienes que estar pasando, pero en mi tienes todo el apoyo que necesites.

Mi tía me miro con los ojos rojos y me dio un piquito en los labios. Ese gesto lo hacia muchas veces, al igual que mi madre y no le daba ninguna importancia, pero me ponía como una moto, para que negarlo.

—Mi niño lindo, dijo mi tía con arrobo, me encanta como has crecido y en lo que te has convertido, eres todo un hombre y mi sobrino favorito.

—Bueno tía, dije acariciando su cara cual enamorado, cierto es que soy tu único sobrino, por parte de madre, claro.

Mi tía me miro risueña. En ese momento teníamos una conexión brutal los dos, nos lo decíamos todo con la mirada y las yemas de nuestros dedos. Su mirada tornó triste de nuevo y su mentón volvía a temblar.

—¿Tú también piensas que soy una puta?

Esa pregunta fue como un torpedo a la línea de flotación de ese momento mágico que se había creado entre los dos. Para mi fue una pregunta trampa y debía de ser muy cuidadoso con mi respuesta.

—Yo no soy quien para juzgarte, ni soy quien para encasillarte en una definición de persona. Imagino que tus motivos tendrías para hacer lo que hiciste.

—Esta noche tu prima Noelia me ha avergonzado delante de tu madre y Alba. Me ha llamado puta, y no una vez ni dos, sino muchas veces, y me culpa de mi ligereza moral y de que su vida se ha hecho añicos por mi culpa…y no la culpo. Decía echándose a llorar nuevamente.

La abracé nuevamente, mientras ella se aferraba a mi con toda su fuerza desatando el mar de lágrimas que llevaba dentro. Mi prima Noelia, ¡¡cómo no!! Me limité a acariciar su cabecita y besar su cara para que se serenase. La deje que se desahogase y se tranquilizara y volvió a mirarme y darme un pico, pero este se alargó mucho más, notando sus labios y la humedad de estos.

—No te haces una idea de lo que te puedo querer sobrino, eres un cielo.

—Yo también te quiero mucho tía, mas de lo que imaginas.

—Te quiero contar algo que nadie sabe, solo yo y bueno, si me dejas quiero compartirlo contigo, me quema por dentro, llevo con ello 19 años y quiero que tú también lo sepas.

—¿Yo tía? ¿Por qué?

—Porque eres mi sobrino, el hombre en quien más confío ahora mismo y el que se que nunca me hará daño. Veras, yo no he sido muy lista, algunas personas incluso piensan que soy boba y facilona, pero eso es solo fachada, una fachada que me ha ayudado. Antes de conocer a tu tío estuve con dos novios más, novios con los cuales intimé, de echo uno de ellos, el primero se llevó mi virginidad a los 16 años.

Mi tía se calló mirando a la nada y recordando, esos recuerdos deberían de ser agradables puesto que sonreía.

—A esas edades eres un tanto alocada y sabia lo que provocaba en los hombres, ¡¡AY SOBRINO!! Si me hubieses conocido con 18 añitos, era un dulce, una niña que volvía locos a los hombres. Mi primer novio se volvió muy posesivo y celoso y corté con él, pero al mes ya tenia a un mocetón diez años mayor que yo que me volvió loca.

Si supiese esa mujer lo que provocaba en mí no hablaría en pasado, para mi seguía siendo una diosa que me volvía loco y me provocaba continuamente sin ella saberlo.

—Todo eso pasó, fue mi adolescencia y parte de mi juventud y entonces conocí a tu tío. Me impresionó desde el primer momento por lo atractivo, solo y asustado que se le veía, la gente se burlaba de él, pero a mí me atrajo su sensibilidad y su inteligencia y te juro por lo que mas quiero que en esos momentos ni sabia quien era, ni por supuesto que era millonario eso lo supe mucho después, después de haberme acostado con el varias veces y que nos enamorásemos perdidamente.

Un movimiento atrajo mi atención y vi una sombra al final de la escalera que llevaba a los dormitorios. Supe enseguida que era Noelia aunque no hice nada por que supiese que la había visto. Iba desnuda, con unas tetas preciosas y solo unas braguitas tapaban el tesoro que tendría entre las piernas, estaba follable la mirases por donde la mirases. Aun así mantuve mi postura y solo mis ojos se desviaban para mirarla disimuladamente, mi polla estaba estallándome dentro de los pantalones y me dolía a rabiar, pero no hice nada por "acomodarme".

—Esto que te voy a contar es un tanto violento, pero es parte de la historia. Continuo mi tía. Cuando tu tío eyaculó por primera vez no le quise dar importancia, pero fue muy poca cantidad en comparación con mis dos amantes que se corrían como animales dejándome embarrada. Además su semen era muy aguado mientras que el semen de mis amantes y bueno dijo poniéndose colorada, y de algún otro al que masturbé, era denso, blanco y su olor era intenso.

Mi tía estaba colorada como un tomate. Parece mentira que una mujer tan…tan exuberante y provocativa, tuviese esa vergüenza escondida.

—Supe que tu tío tenía algún problema, fueron muchas las veces que se corrió sobre mi y dentro de mí y mis sospechas se confirmaron al intentar quedarme embarazada. Estuvimos un año entero follando a todas horas y no había manera, fui al ginecólogo y supe que yo no tenía problemas era fértil y por descarte tu tío era el culpable, pero el decírselo, el que supiese que tenia alguna enfermedad que no le permitía tener hijos le dejaría su frágil autoestima por los suelos y eso no lo iba a consentir. Bastante me había costado que creyese en mi y en mi amor por él.

Yo permanecía callado, mirando a mi tía y mirando a mi prima que hacia esfuerzos infructuosos por escuchar lo que hablábamos, exponiéndose más aun y dejándome ver su escultural cuerpo. Además la manta que tapaba a mi tía se había bajado dejando su culo y sus muslos a la vista y era de lo mas morboso, aparte de notar sus tetas aplastadas contra mí, notando su dureza.

—Opté por la peor de las decisiones, una inseminación costaba mucho dinero y mi marido no era tonto, lo descubriría enseguida, así que buscaría un donante que me gustase y follaria con él. El primer candidato fue ese ultimo novio que me volvía loca, sabia donde trabajaba y su horario, así que un día fui y me hice la encontradiza con él. Ya sabes lo típico, que alegría verte, estas estupenda, tomamos un café y a la hora estaba dentro de mi dejándome su simiente. Esos encuentros se alargaron por un par de meses hasta que un test de embarazo y un análisis me confirmó que estaba embarazada.

—¿Y que dijo tu amante, cuando se lo contaste?

—Luismi, no era mi amante, no quiero que utilices esa palabra, prefiero que utilices la de "donante" Pero eso me vino muy bien para terminar la relación con mi donante, cuando le dije que estaba embarazada, salió despavorido y no le he vuelto a ver. Cuando se lo dije a tu tío se puso loco de contento y me trató como a una reina. Reconozco que me sentí fatal conmigo misma por la traición a tu tío, pero todo se olvidó cuando nació Noelia.

—Tía, ¿Te puedo preguntar algo?

—Claro cariño, dime.

—¿Disfrutaste de esos encuentros hasta que te quedaste embarazada?

Mi tía me miro muy seria, pero enseguida su rostro mostró esa picardía de la que hacía gala y sonrió provocadoramente.

—Ummm, a mi sobrino le gustan los detales morbosos, afirmó mi tía. Si cariño, disfrute de todos y cada uno de los encuentros y me encantaba sentir su polla dentro de mi follandome y notando como se corría una y otra vez, me hacia alcanzar unos orgasmos increíbles, además de que me trataba como a una puta y probó todos mis agujeritos.

Jooo…deeer, estaba a nada y menos de correrme imaginado a mi tía en cuatro siendo follada por ese semental, casi veía su culo en pompa y la polla de ese tío entrando y saliendo de ella mientras gritaba sus orgasmos. Un sopapo en mi cara me devolvió a la realidad y vi la mirada seria de mi tía.

—Luismi, céntrate, dijo mi tía algo enfadada. Si disfrute o no es cosa mía, solo nos centraremos en mi objetivo de quedarme embarazada, los detalles escabrosos nos los saltamos, no te estoy contando una película porno

—Lo…lo siento tía, no quería ofenderte.

—Cariño, me estoy sincerando contigo, quiero que entiendas mis razones y el porque lo hice. Y no me ofendes al contrario, me halaga saber que todavía soy capaz de excitar a un jovencito muy guapo, no creas que no siento algo muy duro clavado en mi espalda.

Tierra trágame, mi cara ardía por la vergüenza de sentirme descubierto, mis manos dejaron de abrazarla intentando separarla de mí y de mi permanente erección, aunque ese sopapo y lo que me dijo hizo que mi polla se relajase ligeramente. Mis ojos se fueron hacia la parte alta de la escalera intentando ver a Noelia, pero ya no estaba.

—No seas bobo y no dejes de abrazarme, dijo agarrando mis brazos y haciendo que rodease su cuerpo. No te haces una idea de lo bien que me siento al hablar por fin esto con alguien.

—No quiero que te sientas incomoda, pero entiende que tenerte tan cerca, abrazada y encima contándome esto, pues…pues hace que me excite.

Mi tía me miro con amor, mientras acariciaba mi cara donde momentos antes me había dado un ligero tortazo, se acomodó mejor sentándose encima de mi polla, notaba su culo presionando mi cipote, mientras su cabeza se acomodaba en mi hombro.

—A los dos años de nacer Noelia, tu tío y yo hablamos de tener un segundo bebé, nos pusimos manos a la obra aunque yo sabia que él no me dejaría embarazada. Necesitaba buscar a otra persona que me inseminase y esa fue un monitor de pilates que tenía. Era atractivo, tenía tres hijos y alguna vez le había pillado mirándome de forma descarada mis tetas o mi culo. No me fue difícil quedarme un día a solas con el y seducirle y con este fue más rápido te lo aseguro, un disparo y me dejó embarazada.

—¿Fueron las dos únicas veces que le fuiste infiel? Pregunte con algo de miedo.

—Solo esas dos veces y fue por un fin justificado, quería ser madre y por otra parte no podía dejar que mi marido se viniese abajo, lo conozco y el saber que es estéril lo hubiese matado. Se la imagen que doy, la de zorrón, la de ninfómana, buscona o puta, pero gracias a esta actitud tu tío subió como la espuma en su trabajo y la gente empezó a respetarle. Fueron muchos los hombres tanto jefes como amigos que me dijeron abiertamente que querían follar conmigo, pero por no airear delante de todos sus pretensiones y arruinarles su cómoda y placentera vida, accedieron a mis exigencias, siempre en favor de tu tío.

—Detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer, ¿verdad tía?

Ella solo sonrió amargamente y sus ojos volvieron a inundarse, la abracé contra mi fuertemente y besé infinidad de veces su mejilla mientras susurraba en su oído que se tranquilizase.

—Tía tu no eres ninguna puta, puede ser discutible lo que hiciste en su momento, hay mas alternativas, pero lo hecho, hecho esta, no le des más vueltas. Hiciste lo que creías que era mejor para ti y tu marido en esos momentos, no te martirices.

Nos quedamos abrazados un buen rato mientras mis manos acariciaban el cuerpo de mi tía. Deseaba bajar mi mano y tocar ese culo que me tenia embrujado, meter mi mano entre sus piernas y descubrir el coño de mi tía que de seguro estaría lampiño y jugoso. Mi tía me miró y me besó varias veces en los labios, solo faltaba dejar a nuestras lenguas actuar, pero eso no ocurrió, mi tía se incorporó y se puso en pie dejándome ver su espléndido cuerpo mientras doblaba la manta que la cubría, joder que buena estaba.

—Vámonos a dormir cariño, es tardísimo. Dijo mi tía agarrando mi mano y tirando de mí.

Apagó la luz del salón y encendió la pequeña luz de las escaleras que llevaban a los dormitorios. Subía detrás de ella y veía como su culo, ese culo perfecto se movía provocador a escasos centímetros de mi cara, mi polla volvió a tomar vida y se irguió en el interior de mis pantalones pidiendo libertad y que alguien se ocupase de ella, era de todo punto imposible ocultar la carpa que formaba en mi bragueta.

Mi tía me dejó en la puerta de mi habitación, volvió a abrazarme y besarme los labios con cariño, mientras notaba su pubis pegado a mi erección. Se separó de mi con una gran sonrisa mientras acariciaba mi cara.

—Mi amor me ha encantado hablar contigo de veras, esta noche voy a dormir muy bien y creo, dijo mirando mi paquete con picardía, que deberías de aliviarte para que tú también duermas más relajado. Dijo con una risita seductora.

—Ufffff, que vergüenza tía de verdad perdóname no puedo evitarlo.

—Cariño no te disculpes, esto, dijo señalando el bulto de mi bragueta, es uno de los cumplidos más grandes que puede recibir una mujer, eso me demuestra que te atraigo y que no soy tan vieja.

Al terminar de decir esto volvió a acercarse a mí, agarró mi mano y la llevó a una teta suya mientras me miraba seductoramente y mi mano amasaba con dulzura ese pecho duro, turgente y con un pezón que empezaba a ponerse duro como el diamante. Oí gemir a mi tía suavemente mientras veía una se sus manos meterse entre sus piernas, sus ojos cerrados y mordiéndose su labio inferior en una mueca de placer, me habría quedado toda la noche así pero ella dio por terminado ese pequeño "desliz"

—Seguro que esto te ayudará a aliviarte. Hasta mañana amor, que descanses y de nuevo gracias por escucharme.

La vi desaparecer por el pasillo meneando ese culito que tenia hasta que cerró su puerta. Sobra decir que cuando yo cerré la mía baje mis pantalones y mi ropa interior y me sorprendió ver mi polla como nunca la había visto, mas grande, congestionada y llena de venas, la agarré y un escalofrió recorrió mi espalda, solo un par de movimientos y empezó a escupir semen como una fuente poniendo el suelo perdido. Mi orgasmo fue largo y me dejo temblando con la imagen de mi tía y mi prima, joder ni 24 horas que hacía que estaban en casa y ya estaba así, esto iba a ser muy duro.

Esa noche no dormí muy bien. Mi tía aparecía en mi cabeza continuamente y recordaba nuestra conversación. Tenia que tener control sobre esto por que si no me iba a volver loco. Aunque me había acostado tarde me desperté muy pronto y no me apetecía dormir. Me puse mi ropa de deporte y me fui a correr, eso me ayudaría a poner orden en mi cabeza y evitar de alguna manera el encontrarme con mi tía, estaba tan avergonzado por lo ocurrido que no sabría mirarla a la cara.

Cuando llegué a casa seria las once de la mañana. Al entrar me encontré con mi madre, Alba y mi tía vestidas para salir, mi tía me miro con cariño y eso de alguna manera me alivio, Alba me dio un beso de buenos días.

—Aggg…Luismi estas sudado, vete a la ducha.

—Alba, es lo que ocurre cuando vienes de correr, dije divertido mientras me acercaba a ella para achucharla y ella se escabullía entre risas.

Mi tía subió a su habitación a por algo que se le había olvidado y mi madre, aunque estaba sudado me abrazó.

—Mamá, que estoy empapado, protesté.

—¿Y qué? Es solo agua, además es el sudor de mi niño, de mi hombre, dijo con orgullo.

La miré extrañado, ¿a qué venia eso ahora?

—Tu tía me ha contado lo que pasó ayer por la noche cuando llegaste. Como la trataste, como la escuchaste y como le diste cariño y comprensión. Ayer cuando me fui a dormir deje a una mujer rota y esta mañana tenia a la Paula de siempre, alegre y divertida. Solo puedo decirte gracias mi amor, gracias por ser como eres.

¡Ay! Mamá, si tu supieses realmente mis intenciones de ayer por la noche, de seguro que me cruzarías la cara por degenerado. Pensé mirándola a los ojos.

—No me des las gracias mamá, creo que hice lo que tenia que hacer y lo que me pediste, he ayudado y he sido cariñoso con ella, lo necesitaba.

—Claro que si cariño, me dijo con amor. Anda ve arriba a ducharte, nos vemos a la hora de la comida.

Antes de entrar en mi habitación mi tía que salía de la suya me llamó. Iba guapísima con una camisa entallada mostrando unas tetas increíbles y un canalillo seductor, unos vaqueros ajustadísimos que la hacían una figura envidiable y unos zapatos de tacón que realzaban sus piernas y ese culito impresionante, me enamoré de ella.

—Buenos días cariño, ¿Has dormido bien? ¿Te aliviaste pensando en mí?

Me quedé bloqueado sin saber lo que decir, notaba su mirada excitada, su perfume y entonces se acercó a mi oído y me lo susurró.

—Yo me tumbé en mi cama, me quité mis braguitas y me abrí bien de piernas metiendo tres dedos en mi interior mientras pensaba en ti…me corrí como una burra.

—Ti…tiaaa, dije excitado con un hilo de voz, ¿Por qué me haces esto? Pregunté inocentemente.

—Por esto mi amor, dijo señalando a mi erección descontrolada, me encanta provocarte. Por cierto, dijo alejándose con una sonrisa malvada en su cara, tu prima Noelia se queda en casa, ten cuidado con ella.

Cerré la puerta me desnudé y volví a masturbarme pensando en mi tía y en lo que me había dicho. Me corrí como un animal mientras en mi cabeza aparecía mi tía abierta de piernas y corriéndose, será cabrona, pensé, me tiene en sus manos.

Me fui a la ducha enfadado conmigo mismo, por idiota, inocente, parguelas, huele bragas y mas adjetivos que no se me ocurren en este momento pero describirían lo estúpido que puede ser un hombre a manos de una hermosa mujer.

Mi cabreo contra mi tía subía en enteros por momentos, si hay algo que odiaba es sentirme manipulado y a merced de una persona caprichosa y mi tía sabia como controlarme, estoy seguro de que sabía mi atracción por ella desde que era un adolescente y ahora en mi casa y con toda esta historia seguro que me tendría como a un perrito faldero y no lo iba a consentir.

Cuando terminé, me vestí y bajé a la cocina a tomar algo, una cerveza me vendría bien.

—Buenos días Luismi.

La voz de Noelia sonaba dulce detrás de mí. Cuando me di la vuelta ella estaba de pie y puse cara de «esto no puede ser» allí frente a mi se encontraba mi prima con una camiseta ajustadísima y sin sujetador debajo, sus tetas se dibujaban perfectamente así como sus pezones que iban a romper la tela. Unos leggins que eran como una segunda piel se ajustaban a su anatomía perfectamente, no llevaba ropa interior los labios de su coñito se dibujaban nítidamente sobre la tela, se dio la vuelta y abrió una puerta del armario para buscar algo poniéndose de puntillas y mostrando un culito redondo, respingón con forma de manzana. Esa tela dibujaba su contorno, parecía que iba desnuda y me confirmó que no llevaba ropa interior, no había marcas de costuras ni nada parecido.

Ella vino hacía donde estaba, mirándome desafiante a los ojos, abrió la puerta de la nevera y se sirvió un zumo de naranja para retornar nuevamente frente a mi apoyándose en la encimera de la cocina y mirándome fijamente.

—Ayer por la noche te vi hablando con mi madre. ¿De qué hablasteis?

—De todo y de nada. Dije con indiferencia.

—Te contó que tuvimos bronca ayer en la cena.

—Me contó que su hija mayor la había avergonzado delante de su familia y la había llamado puta no una ni dos veces, sino infinidad de ellas.

—Esa zorra me ha arruinado la vida, explotó Noelia enfurecida, por su puta culpa mira como me veo ahora mismo, viviendo de vuestra caridad, sin un puto euro y con mi futuro muy incierto y todo por que en su momento no supo mantener las piernas cerradas la muy puta.

Mire a mi prima Noelia desencantado, como siempre egoísta, soberbia, superficial y mal hablada, eso la afeaba enormemente.

—¿Te has oído Noelia? Solo he escuchado yo, yo, yo y mas yo eres la niña más egoísta que he conocido y creo que antes de juzgar a tu madre deberías de conocer el porque hizo lo que hizo. Ten en cuenta que no solo estas tú en una posición difícil, también lo esta tu hermana pequeña que está demostrando más madurez y entereza que tú y tu madre que tiene un cargo de conciencia brutal por haberos metido en esta historia. Y por favor, no llames puta a tu madre, ¿Te has visto como vas vestida? Tu si que pareces una puta, además de las más vulgares y baratas, ve a cambiarte antes de que vengan todos y por favor ten un respeto a tu madre.

Noelia estaba llorando en silencio. Toda su altanería estaba cayendo en forma de lagrimas por sus mejillas, pero no sentí ninguna empatía hacia ella se fue hacia la puerta pero antes me miró desconcertada.

—¿Sabes? Me has defraudado Luismi, pensé que tú me entenderías, pero veo que también estas contra mí.

—Me alegro de haberte defraudado y primita tu sola pones a la gente en contra tuya según ven tu forma de ser y como eres.

Mi prima salió de esa cocina llorando y se encerró en su habitación. Noelia pensó que presentándose vestida de semejante manera babearía por ella para ganarme y ponerme contra su madre y así formar frente común para joderle la vida, pero eso era otra forma de manipulación y me negaba a entrar en ese juego.

Me fui a mi habitación y me puse a estudiar y a continuar un trabajo que tenia que presentar. Mi di cuenta que aun viendo a mi prima de la forma que iba vestida ni me inmuté. Lo normal es que hubiese tenido una erección bestial, pero me mantuve tranquilo todo el rato que estuvimos charlando. Me puse algo de música y me concentré en lo que estaba haciendo, por una horas de mi mente desparecieron mi tía y mi prima.

Al poco las voces de mi madre y mi tía, anunciaron que habían llegado a casa, esperé a que entrase mi madre como siempre hacia a saludarme y cuando me vio supo que algo había pasado. Le conté lo que había ocurrido con Noelia, incluso le dije como iba vestida y aprobó mi actitud y lo que le contesté.

—Cariño, se que esto va a ser duro para todos, dijo mi madre, pero veras como en unas semanas todo cambia.

—Eso espero mamá, eso espero.

—Además, tu tía ha encontrado trabajo en una tienda muy conocida de lencería. Íbamos por el centro comercial y al pasar por el escaparate había un cartel de "se necesita dependienta" no lo ha dudado, ha entrado y ha hablado con la dueña. El lunes empieza por la tarde.

—Pues mira, eso le va a ayudar a pasar mejor este mal momento.

—¡Ah! Y otra cosa, Alba me ha comentado lo del instituto, déjalo en mis manos, conozco al director del Joaquín Rodrigo y nos podrá echar una mano, seguro.

El instituto Joaquín Rodrigo estaba a escasos trecientos metros de mi casa y si Alba conseguía entrar allí seria estupendo por la cercanía. Mi tía intento hablar conmigo en mi habitación, pero amablemente le dije que me esperase abajo que en esos momentos no podía atenderla. Necesitaba que hubiese gente para que mi tía no me excitase hasta volverme loco, no iba a dejar que me manipulase a su antojo. Se que le molestó ese detalle, pero agradeció el que hubiese hablado con Noelia.

Ese día la comida fue algo tensa, todos comimos en silencio, Noelia tenia los ojos rojos de llorar y prácticamente no probó bocado. Nadie le dijo nada, pero conocía a mi madre y no soportaba esa actitud, de seguro que a la noche de cenar tendría el mismo plato.

Esa noche volví a salir con los amigos e intente olvidarme un poco del lio que tenia en casa, aunque no lo conseguí. Sobre las cuatro de la mañana llegue a casa y vi de nuevo luz en el salón, jure en arameo pensando que podría ser de nuevo mi tía, pero cuando entré me encontré con Noelia dormida en el sillón y con la televisión apagada. Estaba preciosa, mentiría si dijese lo contrario, solo me limité a ponerle una manta por encima e irme a dormir, estaba muy cansado.

El domingo por la mañana me levanté tarde. Mi madre y mi tía estaban en la cocina charlando y viendo la televisión estaban mis primas. Saludé a mis primas con cariño y las di un beso a cada una de buenos días, ese detalle sé que Noelia lo agradeció. Cuando entré en la cocina las dos me miraron con cariño.

—Buenos días "bello durmiente" dijo mi tía con una gran sonrisa.

—Niño, me increpó mi madre, cada fin de semana te levantas más tarde.

—¡Ay! Maripi, protestó mi tía, tiene 20 años por dios, está en la edad de hacer locuras y si no acuérdate de tus 20 años estando en la facultad, yo todavía me acuerdo y eso que tenía 13 años de lo tarde que llegabas a casa.

Las dos se echaron a reír y recordaban las broncas que armaba a mi madre mi abuelo según llegaba casi amaneciendo.

—Además, dijo mi tía, seguro que ha habido "temita" rio divertida.

—Eso, eso, ¿ha habido "temita"? Pregunto mi madre inquisidora

Las dos apoyaron sus mentones en las palmas de sus manos mientras me miraban con sorna. A ver, entenderme, domingo por la mañana, con algo de resaca y recién levantado. No estaba para mucho cachondeo y encima no hubo "temita" con lo que callar sus ataques de "marujeo" intentando averiguar mi actividad con el sexo opuesto, podía haber mentido, inventarme algo, pero estaba espeso y me limité a mirarlas dejándolas por imposible.

—No ha habido "temita" mentes morbosas, solo estuve con los amigos de marcha, y ahora no me deis la lata, voy a desayunar e irme a mi cuarto a llorar mi poco éxito con el sexo opuesto. Dije teatralmente.

Las dos rompieron a reír y algo cuchichearon, las risas se oían en toda la casa. Vaya estaba un poco molesto, así que desayuné lo más rápidamente que pude mientras mi madre y mi tía no sé si se reían de mí, o conmigo. Aunque me dijeron que me quedara con ellas a charlar un rato, opté por desparecer e irme a mi cuarto a estudiar y a seguir preparando mi trabajo.

Cerca de la hora de la comida unos nudillos golpearon mi puerta y antes de que dijese nada, mi tía entraba dentro de mi habitación cerrando la puerta tras de sí. Se quedó apoyada en la puerta con sus manos detrás de su cuerpo mientras me miraba con cariño. Estaba algo asustado a la vez que excitado, su manera de vestir era provocadora y ahora la tenia frente a mi con un jersey de lana de angorina y un escote en forma de pico y una faldita corta. Se notaba que no llevaba sujetador, sus pezones se marcaban nítidamente sobre la lana y sus piernas lucían sin medias.

—Hola tía, ¿Qué quieres? Dije tímidamente.

—Nada mi amor, solo venia a verte y a decirte que bajes, dentro de nada vamos a comer.

Mi tía vino hacia donde estaba, me abrazó apoyando sus tetas en mis hombros y sus labios besaban mi mejilla. Sus manos empezaron a acariciar mi torso bajando peligrosamente hacia mi vientre y acercándose a mi ya incipiente erección. Joder, esta mujer tenia un poder sobre mi total y no sabia como actuar, era mi tía, pero me volvía loco de deseo.

—Ufff…tía, paraaa…

—¿Quieres que pare? Me decía ronroneando.

—Eres…eres mi tía…esto no…no está bien…ufffff…no es correcto.

Su mano ya había rozado la punta de mi polla varias veces, mientras sus labios se paseaban por mi cuello. Giró mi cabeza y me besó, pero esta vez nuestras lenguas se conocieron y se enredaron entre ellas.

—Mi vida, dijo mirándome a los ojos, yo solo veo a un hombre joven y a una mujer que se siente deseada desde hace mucho.

Nos volvimos a besar y esta vez su mano se metió por dentro de mis pantalones del pijama y agarró mi polla pajeándola suavemente. Esa sensación por poco hace que me corra.

—Paulaaaa que gustooo. Gemí excitado.

—Ummmm mi niño, como has crecido, eres todo un hombre.

Sacó su mano de dentro de mis pantalones, pensé que todo se acababa en esos momentos, pero giro mi silla y se situó frente a mí, nos mirábamos a los ojos y veía su carita de cariño, mientras acariciaba mi cara y nuestros labios volvían a juntarse. Se arrodilló y agarrado mis pantalones tiró de ellos.

—Levanta el culete cariño, esto te va a gustar aún más.

Cuando bajó mis pantalones mi polla salto erguida, amoratada, pegada a mi vientre. Vi como mi tía abría mucho sus ojos y me miraba sonriente.

—¡¡CARIÑOOO!! Exclamó mi tía sorprendida, si que has crecido, sí.

Volvió a agarrarla mientras la miraba como hipnotizada, sabia lo que iba a ocurrir y me preparaba, no quería quedar mal delante de la mujer de mis sueños, pero iba a ser inevitable, según notase el calor de su boca, la suavidad de sus labios me iba a correr como un adolescente salido.

Y ocurrió, besó la punta mientras me miraba a los ojos y vi como abría su boquita y hacia desparecer mas de la mitad de mi polla en su interior para seguidamente sacarla lentamente, chupando, absorbiendo, haciendo que su lengua envolviese mi glande.

—Paulaaaa…joder…jodeeeer…

Me iba a correr, era inevitable, pero es que mi tía me estaba haciendo una de las mejores mamadas de mi corta vida. Eché mi cabeza hacia atrás y cerré mis ojos pensando en lo mas desagradable que se me pasase por la cabeza, pero era de todo punto imposible. Note sus labios su lengua jugando con mi glande para seguidamente notar el calor abrasador de su boca en toda mi polla. Cuando miré vi que su nariz había tocado mi pubis y mi verga estaba metida hasta los huevos en su boquita, eso fue devastador para mí. Noté las pulsaciones en mi perineo, y ese cosquilleo placentero previo a la eyaculación y la avisé.

—Paulaaaa…me voy a correr, no aguanto más…

Mi tía sacó mi polla se su garganta llena de babas me miró traviesa mientras me pajeaba y se la volvió a meter hasta la garganta mientras me miraba con vicio, y exploté en su boquita. Fue inevitable y ella lo sabía, cuando notó mi eyaculación empezó a tragar como si en ello le fuese la vida mientras se aferraba a mi balano, acariciaba mis huevos y absorbía sacando mi polla de su boca intentando sacarme el cerebro si hacía falta. Fue un orgasmo larguísimo y muy placentero que me dejó con ganas de ella, de sentir piel con piel, de devolverla el placer que me había dado.

—¿Mejor mi amor? ¿Te ha gustado? Pregunto mi tía.

—Joder tía, ha sido fantástico…no…no lo puedo expresar.

Me puse en pie y la abracé besándola con amor. Mis manos bajaron hasta su culo, su deseado culo y mis manos aferraron esos dos globos perfectos de carne atrayéndola hacia mi y dejando mi polla entre nuestro cuerpos. La besé con desesperación, pero mi tía me paró en seco y me miró con pena.

—Se lo que deseas mi vida, dijo mi tía, pero ahora no es el momento, hemos hecho una locura que nos podía haber costado cara. Te deseo mi amor, te deseo como no te haces una idea, pero debemos de ser cautos, esto no acaba aquí.

Agarró una mano mía y la llevó entre sus piernas, fue increíblemente morboso notar sus braguitas empapadas, mis dedos apartaron la tela y mi dedo jugó con su ya encharcada vagina, pero su manó la sacó inmediatamente de allí mostrándomela frente a mis ojos.

—Chupa tus dedos cariño, dijo mi tía en un susurro.

Metí los dedos en mi boca, probando su sabor, su excitación, su deseo y mi polla volvió a erguirse buscándola nuevamente. Mi tía miró complacida y me besó con gula notando nuestros propios sabores.

—Y ahora mi rey, vamos a comer. Estoy deseando tenerte dentro de mí.

Cuando se iba hacia la puerta subió su falda mostrándome su perfecto culo, solo cubierto por la fina tirita de su tanga. Miró por encima del hombro traviesa y me lanzó un besito al aire. Cuando se cerró la puerta tras de si me dejé caer en mi silla sin creer lo que había pasado, pero esto solo era el principio.

—Luismiiii…Paulaaaa a comeeeer. Oí exclamar a mi madre.

Al poco estábamos todos sentados en la mesa comiendo, yo todavía no me creía lo que había pasado, intentaba entrar en la conversación, pero en mi cabeza solo veía a esa increíble mujer que tenia a mi lado haciéndome una mamada increíble. Ella sabia que la miraba, pero estaba hablando no se que de unos pantalones para el trabajo. Noté como su pie desnudo acariciaba mi pantorrilla como diciéndome «estoy contigo, a tu lado» Me limité a sonreír a los comentarios que hacían todos, como si estuviese atento a lo que decían.

—Luismi, Luismiiii, oí la voz de mi madre llamándome. Hijo parece que estas en babia, ¿Te ocurre algo?

—No mamá, es que tengo un problema con el trabajo que tengo que entregar y no me lo puedo quitar de la cabeza.

—Este chico no sabe desconectar de su carrera, ni cuando esta dormido. Dijo mi madre a modo de reproche cariñoso. Te preguntaba que si quieres postre.

—No mamá gracias solo tomaré un café solo.

—Pues entonces ayuda a recoger la mesa mientras preparo los cafés, me dijo mi madre.

Eso hice, recogimos la mesa en un santiamén, mi madre, mi tía y Alba se fueron hacia el salón con una bandeja y el café y en la cocina solo quedamos mi prima Noelia y yo terminando de meter todo en el lavavajillas. Cuando íbamos a salir mi prima me agarro del brazo.

—Luismi, ¿podemos hablar un momento?

—Claro Noelia, dime.

—Solo quería pedirte perdón por mi actitud de ayer. Se que fui egoísta y mal educada, pero entiéndeme que mi vida, perdón, nuestra vida a dado un giro de 180º y estoy todavía algo aturdida sin creer que nos esté pasando esto.

—Noelia, yo no te tengo que perdonar nada, es a tu madre a quien has ofendido. ¿Has hablado con ella?

—Si, y me ha explicado lo que creo que también te contó a ti, no apruebo lo que hizo, pero entiendo porque lo hizo y sus motivos, eso me hizo ver a mi madre de diferente manera de como la veía.

—¿Y cómo la veías?

—Mejor no quieras saberlo.

Imagine que la veía como una zorra ninfómana come hombres que todos los días se follaba a cuatro o cinco tíos y luego llegaba a su casa a esperar a su marido con mirada enamorada pero llena de leche por todos sus agujeritos. Creo que yo la miraba así antes de hablar con ella, Miré a Noelia con cariño, la atraje hacia mi y la di un abrazo. Me encantó sentir su cuerpecito pegado al mío y eso hizo que mi polla muy sensible desde antes de comer se volviese a erguir. Aunque intente que no lo notara fue muy evidente y ella se abrazó aún más a mi juntando su pubis a mi erección.

—Entonces Luismi…¿No estas enfadado conmigo?

—No cielo, si acaso algo molesto.

—¿Molesto? ¿Por qué?

—Por tu atuendo de ayer, cuando entraste a la cocina estabas para comerte con ropa y todo.

—¿Y porque no lo hiciste? Me pregunto traviesa.

—Es obvio Noelia, me habrías utilizado haciendo frente común ante tu madre.

Su mirada era entre divertida, traviesa y viciosa. Seguía abrazada a mi y se frotaba suavemente con mi polla, me estaba poniendo a mil la jodia niña, pero me miraba esperando algo más.

—Espera, dije confundido, me esta diciendo que si yo…ósea que si te hubiese, como decirlo…a ver… si me hubiese insinuado…tu y yo…

—¿Hubiésemos terminado liados? Aclaró mi prima seductoramente. Pues posiblemente Luismi, posiblemente, aunque eso ya no lo sabremos, ¿No crees?

Me dio un pico en los labios y salió por la puerta meneando su culito provocadoramente, yo me quedé en la cocina para tranquilizarme. Esto era mucho para mí, primero mi tía, estaba claro que iba a follar con ella si o si, ¿pero con mi prima Noelia? Es que ni se me pasaba por la cabeza aunque también lo desease y lo de hace un momento me indicó que todo podría ser posible.

Cuando entre en el salón todos estaban sentados charlando y tomando su café. Mi tía me miró y me indicó que me sentase a su lado en el sofá. Me sirvió un café y nos pusimos a ver una anodina película romanticona pero que enganchaba al televidente a la trama y posterior desenlace ya conocido por todos y todas. Deseaba abrazarla y que ella me abrazase a mí. Deseaba sentir sus labios de nuevo y quería tenerla desnuda para mí, pero la película transcurrió entre caritas de "que bonitoooo" o "que romántico, yo quiero algo así" Mi tía aprovechaba cuanto podía para agarrarse a mi brazo y dejarme notar su teta de la manera mas inocente pero sabedora lo que me ponía que hiciese eso.

Mis primas no perdían detalle de la película y mi madre, muy suya como siempre sin prestar atención a la película pero leyendo las noticias en su Tablet. Cuando terminó la película todos comentamos lo bonita que había sido y en esos momentos mi madre dijo algo que me puso los pelos de punta.

—¿Os apetece que vayamos al cine?

Mis primas saltaron de alegría con un sonoro siiiii, mi tía solo me echó una mirada que me dijo todo.

—A mi me apetecería, dije con tristeza fingida, pero tengo que estudiar mucho.

—A mi me gustaría, pero prefiero quedarme y preparar la ropa de mañana, quiero causar buena impresión en mi primer día de trabajo.

—Que aburridos sois, dijo mi madre. Venga chicas arreglaros que nos vamos al cine y lo vamos a pasar de película.

Las tres subieron a arreglarse. El corazón se me iba a salir por la boca, latía a mil pulsaciones y mi polla empezaba a llenarse de sangre sabedora de que iba a pasar. Mi tía miró hacia las habitaciones asegurándose que no había nadie y agarro mi mano con fuerza mientras me miraba y sonreía.

—Si metieses tu mano entre mis piernas, sabrías como estoy por ti. Llevo deseando esto hace mucho tiempo.

—¿El estar conmigo? Pregunté estúpidamente.

—Mi amor, el follar contigo. No podía ignorar tus miradas en la piscina y las veces que ibas al baño. Me parecías tan tierno, tan deseable que si no hubiese estado con mi marido te hubiese follado cuando tenías quince años.

—Tía me hubiese encantado que lo hubieses hecho, eres mi diosa, la mujer de mis sueños, algo inalcanzable para mí.

Recobramos la compostura cuando escuchamos la algarabía de mis primas y mi madre bajando por las escaleras. Cuando llegaron a nuestra altura se despidieron.

—Bueno muermos, vosotros os lo perdéis, dijo mi madre, llegaremos tarde así que si queréis cenar tenéis la nevera, serviros vosotros mismos.

Vimos como salían y según se cerró la puerta, nos fundimos en un beso lleno de pasión, aunque mi tía lo cortó rápidamente.

—Cariño se lo que deseamos los dos, pero toda precaución es poca. Yo me voy a la ducha, dejemos pasar un rato por si acaso.

Estaba muy excitado, mi polla me dolía a rabiar por la erección que tenía, necesitaba hacer algo, incluso pensé en hacerme una paja para luego poder aguantar más, pero quería correrme con mi tía. Me hubiese encantado meterme con ella en la ducha y empezar el juego, es algo que deseaba hacer desde hace mucho tiempo desde que vi alguna peli porno en la que los actores follaban bajo el agua de una ducha.

Pensé juiciosamente que ya había pasado tiempo suficiente. Ni mi madre ni mis primas iban a volver. Me desnudé me fui al baño que ocupaba mi tía y me metí debajo del agua con ella. Cuando me vio se mordió el labio inferior y enseguida se abrazó a mí, por fin notaba su cuerpo desnudo pegado al mío y esa sensación nunca la olvidaré.

—Mi amor, pensé que no te atreverías a entrar, me gusta que no me hayas obedecido

—No aguantaba más tía, necesito sentirte.

—Cariño, quiero que me llames Paula, me vuelve loca cuando lo escucho de tu boca.

—De acuerdo Paula.

Nos fundimos en un beso largo, lleno de vicio y deseo, nuestras manos no estaban quietas y acariciaban nuestros cuerpos. La piel de mi tía era como la seda, suave y cálida, mis labios se fueron hacia su cuello y empecé a besar lamer y mordisquear esa zona tan sensible. Los gemidos de mi tía se hicieron más profundos, mis dedos jugaban con su anito y su clítoris y mi boca llegó a sus tetas, enormes, generosas con un pezón marcadísimo que era casi como una judía y una areola marrón y pequeña. Desde luego el cirujano que la operó hizo un trabajo increíble porque eran totalmente simétricas y perfectas. Mis dedos seguían jugando entre sus piernas y mi boca devoraba esas tetas divinas, chupando y mordiendo esos pezones esplendidos mientras que la mano que me quedaba libre las amasaba y maltrataba.

—Mi amor me tienes a punto, quiero sentir tu boca en mi coño.

Mi tía apoyo la espalda en la pared y puso un pie en una de las repisas de obra de la ducha y poniendo sus manos en mis hombros me indicó el camino para que mi boca se apoderase de su coñito. Había visto muy pocos coños en mi vida, con el de mi tía era el tercero, pero me enamoré de él. Cerradito, pequeño, con unos labios mayores suaves y mullidos y unos labios menores pequeños cubriendo mínimamente el clítoris que se veía rojo y fuera de su capuchón. Mi boca no tardó en apoderarse de él, de lamerlo y mimarlo. Mi lengua jugaba con su coñito y la penetraba hasta que ya no podía más, la postura era algo incomoda así que me limité a su clítoris, y metí dos dedos dentro de su coñito para poder follarla con ellos.

—Me corro cielo, anunció mi tía con la respiración acelerada, no pares mi amor…así…asiiiii…aahhh.

Sus manos se aferraron a mi cabeza para que no dejase de chupar, su cuerpo temblaba y sus muslos aprisionaban mi cara. Noté su corrida cayendo por mi mano y mi brazo, inundando mi boca y mojando mi barbilla y cuello. Eso me volvió loco, su sabor era como la adrenalina, todavía estaba recuperándose de su orgasmo pero yo no aguantaba más, me puse en pie, y con algo de violencia la di la vuelta y ella sabiendo lo que iba a hacer apoyó sus manos y su cara en los azulejos y sacó su culito provocativamente.

—Te voy a follar Paula, te voy a follar hasta que te arda el coño y te rebosen mis corridas.

—Ahhhh…mi vida si, follame, vamos hazloooo.

Mi polla buscó la entrada de su coñito y se la clavé hasta los huevos despacio pero sin pausa.

—¡AHHHHHHH! Que gustooooo por diooooos…follameeeee.

Por fin mi deseo se hacía realidad y la sensación de estar follandome a mi tía era increíblemente mejor de lo que me imaginaba. Su coño era estrechito o mi polla demasiado grande, no lo sé, el caso es que su vagina aprisionaba mi balano deliciosamente, notaba la suavidad de su interior, como mi glande la abría sin problemas mientras ella gemía pidiendo más y el calor abrasador que emanaba de esa cueva del placer. Mi orgasmo estaba ya en puertas, muchos años deseando esto y ahora mis cinco sentidos se estaban inundando de ella. Me agarré a sus tetas mientras bombeaba furiosamente su coño y mi tía literalmente se moría de gusto.

—Paulaaa, me corrooo, no aguanto maaaas.

—Dentro mi amor, hazlo dentrooo…diooos me corro… me corrooooo…si…si…siiiiiiiiiiiii.

Noté como su vagina exprimía mi polla, como se aferraba a ella y la estrangulaba para sacar toda la leche de mis huevos. Clavé mi polla en lo más hondo de su ser hasta rozar su matriz, mi tía arqueó su espalda y echó su cabeza hacia atrás herida de placer. Creo que en mi vida me he corrido de esa manera tan brutal, mi rabo no paraba de soltar leche que golpeaba en el útero de mi tía haciéndola gemir de deseo.

—Mi amor para, paraaa por lo que mas quieras. Decía intentando recuperar la respiración.

—Te quiero Paula, le decía besando su espalda.

Mi polla seguía en su interior, dura como el diamante, sentía las pulsaciones de su orgasmo todavía sobre mi verga eso me mantenía encendido. Eso y el saber que estaba follándome a la mujer de mis sueños. Mis caderas tomaron la iniciativa y empecé un bombeo lento en el coño de mi tía.

—Mi amoooor que me haceees…ummmmm…sigueeeee.

Quise cambiar de posición, necesitaba ver su cara, besar sus labios. Me Sali de su interior y la di la vuelta estaba preciosa, con su carita arrebolada y sus ojitos brillantes de deseo. Nos abrazamos, levanté una pierna suya pasando mi brazo por la corva de su rodilla y la volví a penetrar de nuevo.

—Diooooos que ricoooo, gimió mi tía.

Empecé a bombear de nuevo sabiendo que esta vez iba a durar mucho más. No pasó mucho tiempo cuando vi como mi tía hacia su respiración mas profunda y me besaba con pasión, mi otra mano estaba aferrada a una nalga suya, notando su dureza y su suavidad, amasándola, atrayéndola hacia mi para hacer la penetración mas profunda. Sus caderas empezaron a moverse sin control y pego un grito que se tuvo que escuchar en toda la manzana.

—Me corroooooo…me corroooooo.

La abracé contra mi y busqué su boca para acallar sus gritos. Ella se aferró a mi cuello y noté como sus caderas se movían sin control, su cuerpo temblaba y bufaba presa del placer que estaba sintiendo. Yo no dejaba de bombear ese coñito divino, con una cadencia constante, aunque de vez en cuando la follaba salvajemente, creo que no había terminado su orgasmo cuando le sobrevino otro y al poco otro más, yo no aguantaba, mi orgasmo crecía imparable y con un bufido descargué mi corrida dentro del coño de mi tía. Nos costó tranquilizarnos, recuperar nuestras respiraciones, por suerte seguíamos bajo la ducha, si no creo que estaríamos empapados en sudor, Seguíamos muy abrazados, mi tía con un movimiento de cadera suave sacó mi miembro de su interior, dejé que se apoyase con sus dos pies aunque no deshicimos el abrazo, seguíamos besándonos pasionalmente.

—Mi vida ha sido impresionante, me encanta lo que me has hecho sentir, dijo mi tía con mimo, mientras apoyaba su cabeza en mi hombro.

—Paula, eres mi sueño hecho realidad. Te quiero.

—Yo también te quiero mi amor. Anda, vamos a lavarnos y a secarnos y vamos a la cama.

Eso fue música celestial para mis oídos, mi tía y yo nos enjabonamos mutuamente poniendo especial atención en nuestros sexos y fue inevitable que mi polla se volviese a erguir altiva y desafiante, preparada para un nuevo asalto. Mi tía la miró hipnotizada y la dio un par de mamadas.

—Bendita juventud, me vas a dejar el coño hecho unos zorros.

Cuando llegamos a la cama de mi tía, ella entro en cuatro provocativamente, mostrando su coño enrojecido de la follada y su anito, precioso algo dilatado. Parecía un cráter en miniatura y pedía ser lamido, chupado y poseído. Su culo era como una obra de arte esculpido a base de gimnasio, era redondito y respingón. Agarré esos dos globos perfectos de carne y los separé para hundir mi boca y mi lengua en ese esfínter, lubricarlo bien y follármelo, creo que mi tía entendió mis intenciones y me hizo parar.

—No mi amor, por ahí todavía no lo he hecho y además hace falta limpiarlo muy bien. Si no, sería muy asqueroso.

Mi tía vio mi cara de decepción. Follarme ese culazo era para mi ya el sumun del placer con esa diosa.

—Pero eso no significa que no desee que me folles el culito. Solo dame algo de tiempo y déjame prepararlo bien para mi hombre. Y ahora mi amor regálame otro orgasmo.

Mi tía apoyó su cara en el colchón ofreciéndome su coño. Estaba abierto y brillante de los juguitos que salían de su sexo. Apunté mi polla y la dejé ir dentro de golpe hasta que mis huevos rebotaron en su clítoris.

—Diooooos siiiiiii… revienta a tu zorra con tu polla. Aulló mi tía.

Empecé a follarla brutalmente, mi pelvis chocaba con su culo llenando la habitación de ruidos parecidos a azotes, mis huevos golpeaban su clítoris haciéndola dar unos grititos muy sensuales. Su anito boqueaba para mí, llamándome, provocándome. Chupé mi dedo pulgar y empecé a acariciar su esfínter, sé que le gustó por el gemido de placer que dio pero me llamó la atención.

—No cariño, decía con voz entrecortada, por ahí no.

Un azote en ese perfecto culo hizo que diese un grito y me mirase sumisa.

—Calla y disfruta zorra.

Metí mi dedo en su culito y ella suspiro de placer mientras mi polla la perforaba y mi dedo dilataba algo su esfínter. Sus caderas empezaron a moverse de nuevo preludio del orgasmo que iba creciendo en su interior. Era terriblemente excitante ver como su coño se comía mi polla , como su redondo culo se movía al ritmo de mis embestidas y como gemía, era algo que siempre había querido, hacer gemir de placer a mi tía mientras la follaba.

—Mi amor, mi amor…me corrooooo…ahhhhhh…diooooos.

Mi tía arqueo su espalda y levanto su cabeza intentando coger aire, su orgasmo exprimía de nuevo mi polla y mi dedo metido en su culo notaba como también lo estrangulaba presa del orgasmo que atravesaba su cuerpo.

—Cariñooo, haz que esto no termine, decía con voz entrecortada, te quierooo.

—Paulaaaa me corrooo…aggggg…tomaaaaa…tomaaaaaa.

Clavé de nuevo mi polla hasta los huevos mientras me vaciaba en su interior, para los dos fue un orgasmo muy largo que nos dejó agotados. Mi tía se dejó caer en la cama y yo caí encima de ella con mi polla bien clavada en su interior. Sabia que esto llegaba a su fin, no sabia que hora seria pero de seguro que nos tendríamos que vestir.

—Me encanta sentirte en mi interior, como me llenas, como me haces alcanzar unos orgasmos increíbles.

Mis labios la llenaban de besos, y susurraba en su oído lo que la quería y lo que la deseaba. Mi tía ronroneaba mimosa sintiéndose querida. En esos momentos una alarma sonó insistentemente, los dos nos sobresaltamos mi tía me hizo salirme de ella y alargó su mano apagando un despertador.

—Debemos vestirnos mi amor, creo que la película ya habrá terminado y tu madre y las niñas estarán aquí dentro de un rato. Dijo mi tía con pena.

—Paula, me encantaría pasar la noche contigo.

—Lo se cielo mío, yo también lo deseo, pero tenemos que ser muy cuidadosos. Anda ve a vestirte.

Nos dimos un beso y nos costó separarnos, dios, había sido una tarde increíble, todavía no me lo creía, yo un chaval de 20 años me había follado a una mujer de bandera, a mi amor platónico. Al poco ya estaba vestido y había cambiado un poco el aspecto de mi escritorio. Conocía a mi madre y sabia que se fijaba mucho en las cosas y como me dijo mi tía, todo cuidado era poco.

Me acerqué a su habitación y ya había hecho la cama, tenia algo de ropa cuidadosamente colocada sobre la cama, pero ella solo tenia unas braguitas muy sensuales puestas, eso hizo que mi polla nuevamente se pusiese dura, mientras me acercaba a ella y la abrazaba pegando mi dureza a su culo.

—Luismi para ya, dijo mi tía con voz seria. Sabes que me encantaría seguir pero debemos de parar. Bájate y espérame en la cocina, anda, dijo secamente.

Mi tía no había bajado aun cuando oí la puerta de la calle abrirse entrando mi madre y mis primas, me dieron un beso las tres y mi madre subió a cambiarse, mientras mis primas se quedaban conmigo hablando de la película que habían visto. Al poco bajaron mi madre y mi tía y se fueron a la cocina y a la hora estábamos cenando para irnos a dormir. Empezaba una nueva semana.

Durante toda la cena no hubo muestras de cariño por parte de mi tía como era su costumbre. Y cuando me fui a mi habitación solo un seco «buenas noches» salió de su boca sin ni siquiera mirarme a la cara. Estaba terminando un ejercicio sobre el trabajo que estaba realizando cuando unos nudillos golpearon mi puerta. Mi corazón se aceleró pensando que seria mi tía y al poco entraba mi madre a darme un beso e irse a dormir, tuve que hacer verdaderos esfuerzos por ocultar mi decepción, como comente mi madre se fijaba mucho en los detalles.

—No tardes en acostarte cariño, si no mañana no hay quien te levante. Dijo mi madre dándome un maternal beso en la frente.

—No mamá, termino esto y me voy a dormir.

—¿Te ha pasado algo esta tarde con tu tía? Parecía enfadada contigo.

Mentir no se me daba bien, pero puse mi mejor cara de «pero que me estas contando»

—No, dije con indiferencia, cada uno hemos estado a lo nuestro. Quizás esté nerviosa por que mañana empieza su nuevo trabajo…no sé.

—Si, dijo mi madre pensativa, quizás sea eso. Bueno cariño anda, no tardes en acostarte, hasta mañana.

Ahora si que estaba enfadado con mi tía, joder, después de lo bien que lo habíamos pasado, ahora la iba a cagar con alguna neura suya y es que encima no tenia ni idea de lo que le pasaba por la cabeza y no podía ir a preguntarla que es lo que ocurría.

No pase buena noche, me desperté infinidad de veces, con mi tía en la cabeza e intentando averiguar por qué estaría molesta. Como dije al principio iba a pasar por un infierno, aunque un infierno dulce, a las 48 horas de haber llegado a mi casa ya me había follado a mi tía y esto solo era el principio. Cuando bajé a desayunar al día siguiente pensé que estaría en la cocina esperándome en ropa interior y deseándome los buenos días con un revolcón de película…pero no, mi madre había salido ya y mi tía y mis primas ni se habían levantado, ni me apetecía desayunar, salí de casa , me monté en mi coche y me fui a la universidad.

Esa noche cuando llegó mi tía a casa después de su primer día, estaba agotada. Nos contó por encima como había sido su día, cenó algo ligero, se duchó y se fue a dormir. No pude ni cruzar dos palabras con ella, me ignoraba como si no existiese, como si lo que pasó entre los dos el domingo por la tarde solo hubiese sido un juego para ella y ya alcanzado el reto, dejarme tirado y pasar al siguiente nivel o quizás tomó consciencia de lo que habíamos hecho y sintió pánico al sentirse vulnerable y quiso poner tierra de por medio.

Fuera lo que fuese no me quise comer mas la cabeza con este asunto, me centré en mi mismo y en mi carrera y opte por mantenerme al margen. Esa misma noche cené pronto y me fui a mi habitación a continuar con mi trabajo y mis estudios. Esa semana dio para poco más. Lo único reseñable es que mi madre habló con el director del Joaquín Rodrigo y mi prima Alba empezaba el lunes siguiente en el instituto y lo único que me pidió es que la acompañase a conocer el centro y eso dio pie a que saludase a algunos antiguos profesores que se alegraron de verme y de saber que mi prima cursaría su último año de instituto allí.

Fue el viernes antes de irme de juerga con mis amigos que mi madre quiso hablar conmigo. Se que durante la semana me desentendí mucho de todo lo que pasaba en casa y mi madre tuvo que apechugar con todo y se que eso la estaba agobiando. Estaba en mi cuarto preparándome cuando unos nudillos golpearon mi puerta, entrando mi madre al poco de haber llamado. Después de las preguntas maternales de rigor afrontó lo que había venido a decirme.

—Luismi, necesito que me eches una mano con tu tía.

—¿Qué es lo que le pasa ahora mamá? Pregunte con resignación.

—Tu tía está muy triste otra vez y no consigo que hable conmigo y como se que tú tienes buena química con ella necesitaría que, no sé, la invites a cenar, que salga y se distraiga que se vuelva a abrir a ti y te cuente lo que pasa por su cabeza.

Eso, que se abra a mí, que me deje su coño bien abierto y la folle hasta desfallecer, pensé para mis adentros de forma satírica y libidinosa.

—Bueno mamá intentaré hablar con ella, pero desde que se puso a trabajar no hemos cruzado nada mas que los saludos de rigor. ¿Y llevarla a cenar? Mamá que con lo que me das no me llega ni para fin de mes.

—Bueno eso no es problema, te he hecho una transferencia a tu cuenta para estos imprevistos, dijo mi madre poniéndose en pie. Otra cosa cielo, mañana salgo temprano tengo un juicio en otra ciudad y necesito hablar con mi cliente y preparar el caso, vendré el domingo por la noche.

Eso para mi era una señal de que mi madre se iba a encontrar con algún amante secreto que tenía. Nunca habíamos hablado de ello, pero mi madre a pesar de tener 50 años era una preciosidad de mujer al igual que mi tía iba en la genética de la familia. Mi madre una o dos veces al mes pasaba el fin de semana fuera alegando trabajo pero seguro que no pararía de follar, solo había que ver la cara de felicidad que tenía cuando entraba el domingo por la noche por la puerta de casa.

Bien al paso que íbamos se presentaba un fin de semana un tanto atípico. La verdad y bien mirado me apetecía hacer algo diferente y cuando salí de mi habitación vi a mi prima Noelia sentada en el sofá, con una cara de aburrimiento muy grande me dije ¿Por qué no?

—¡¡Eyyy!! Prima ¿Qué haces?

—Aburrirme Luismi, llevo una semana encerrada en esta casa y salvo la salida al cine poco mas he hecho. ¿Y tú, te vas de juerga?

—Bueno si, he quedado pero más tarde.

Nos quedamos callados los dos mirando a la televisión. Como siempre mi prima estaba para echarla un polvo detrás de otro y desde el otro día cuando se disculpó en la cocina me dejó con la duda de si no hubiésemos llegado a mas cuando me quiso liar. Subí a la habitación de Alba y ella estaba en su mundo, preparando sus clases y con un ordenador viejo que le había prestado, buscando algo sobre física.

—¿Alba puedo pasar?

—Claro primo dime, ¿Qué se te ofrece?

—¿Te apetecería salir a dar una vuelta, irnos tu hermana tu y yo y hacer algo?

Sabia que Alba era muy "casera" no era de salir de juerga y sabia que su respuesta seria negativa y no me equivoqué.

—Ehhh…te lo agradezco Luismi, pero tengo cosas que hacer y sabes que no soy de salir por ahí. La verdad es que no me apetece nada. Díselo a Noelia, a ella seguro que si le apetece salir.

La dejé en su cuarto y fui directo a por Noelia, es lo que quería irnos los dos solos, vi que seguía en el sofá con la misma cara de aburrida.

—Noelia, ¿Te apetece que nos vayamos de juerga?

Mi prima me miró con los ojos muy abiertos y se puso en pie enseguida, joder con esas mallas y esa camiseta ajustada a su cuerpo estaba para comérsela con ropa y todo.

—Primo tardo nada en ducharme y arreglarme, dame unos minutos dijo alegre.

Pensé que tardaría una eternidad pero me equivoqué, cuando la oí bajar por las escaleras me levanté y tuve que tragar saliba. Estaba radiante y vestía de forma sensual con un vestido que dejaba ver su espléndida figura dejando unas largas piernas bien formadas a la vista. Cuando llegó a mi altura, giró sobre si y me miró coqueta.

—¿Te gusta como voy? Preguntó seductora.

—Noelia…estas preciosa ¿Nos vamos?

Me sonrió de manera sugerente y salimos por la puerta, la noche era joven y con esa preciosidad de seguro que no estaría aburrido. De acuerdo que era mi prima hermana, pero antes de eso era una mujer y una mujer que destilaba sensualidad por su piel y en cada movimiento que hacía.

Esa noche fue increíble, cenamos en un italiano a la luz de una vela y mi primita se mostró dulce, encantadora y muy habladora. Estaba encantado con ella , de tal forma que la sobremesa fue larga y hubo mucha complicidad. Pero me acorde de que había quedado con mis colegas y no quise quedar mal con ellos.

—Noelia, había quedado con mis amigos ¿Te apetece que vayamos con ellos?

Pensé que sería una manera de que empezase a conocer a otra gente y se lo pasase bien, pero creo que los planes de mi prima eran otros.

—No Luismi, prefiero que nos vayamos tu y yo a tomar algo y a bailar ¿No te apetece?

—Claro, como no, dije encantado, espera que llamo a mi gente y le digo que no me espere.

Como era de esperar ninguno de mis amigos me atendió el teléfono, o estaban en otros menesteres o en un sitio con la música tan alta que ni escuchabas tu propia voz. Aun así mandé un wasap al grupo que teníamos para que supiesen que no aparecería.

Sabia que cerca de allí había un disco bar muy bueno aunque dejamos de ir por que estaba siempre lleno de parejitas y era imposible ligar. Pagué la cena y salimos de ese restaurante, según estuvimos en la calle Noelia agarró mi mano y entrelazó sus dedos con los míos, me miró y me guiñó un ojo.

—¿Dónde me llevas Luismi?

—A tomar algo y bailar, es lo que me has pedido y esta noche eres mi consentida.

—Ummm, me encanta que me trates así, dijo mimosa.

Se abrazó a mi brazo y me dejo sentir una teta suya mientras me daba un beso en el hombro, tenia que controlarme, sabia como era mi prima y de seguro que me iba a calentar hasta la ebullición. Íbamos por la calle como dos enamorados y tardamos poco en llegar al sitio que había escogido. Según entramos me fijé en su reacción, miró todo con los ojos muy abiertos y me miró con una gran sonrisa en su boca.

—¡¡Es ideal Luismi!! Me encanta.

Nos sentamos y pedimos algo de beber, ella me siguió contando cosas de su vida, era algo increíble pero se estaba sincerando conmigo. hubo algo que me dejo perplejo y que desconocía, mi prima Noelia había terminado bachiller y había hecho la selectividad habiendo sacado muy buena nota, pero no quiso elegir carrera.

—Sinceramente Luismi, vivía muy bien, a todo lujo, no me faltaba de nada y pensé equivocadamente que mi vida seria así, siempre así, para que esforzarme, hasta que este golpe me ha abierto los ojos. ¿Sabes que muchas veces he hecho suplencias en el gimnasio donde iba, como monitora de spinning y fitness? Esta situación me ha hecho reflexionar y lo he decidido pienso hacer la carrera de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Eres la primera persona que sabe lo que quiero hacer con mi vida.

—Pues Noelia, me encanta lo que me estas contando y quiero que sepas que en esto estoy contigo y te pienso ayudar en lo que me pidas.

Su cara se iluminó y me dio un pico en los labios, creo que esto le hacia falta, sentirse bien consigo misma y no ser una pedorra egoísta y que alguien viese su lado bueno, no el de niña consentida y materialista.

Justo en ese momento empezaron a poner musica lenta y poniéndose en pie Noelia me agarró de las manos y me llevó hacia la pista de baile vacía hasta ese momento. Agarré una mano suya y la hice girar sobre si para quedar frente a mi y agarrarla por su cinturita arrimándola a mi cuerpo. Ella me sonrió seductora y se abrazó sin pudor dejándome sentir todo su cuerpo mientras una pierna suya se colaba entre las mías rozando suavemente mi entrepierna. Creo que nunca había bailado así con nadie de esa manera tan intima, mi polla no se pudo mantener quieta dentro de mis pantalones y empezó a crecer de forma descontrolada.

Se que mi prima tuvo que notarlo, mi polla presionó sobre su vientre y ella lejos de molestarse se pegó aún más si cabe a mi frotándose suavemente, incluso creí oír un suave gemido suyo mientras sus labios empezaban a besar mi cuello. Aunque la pista de baile ya estaba llena de parejas ni me percaté de ello, mi mano bajo de su cintura a su perfecto culo y amasó una nalga suya, perfecta, dura apetecible. Recorrió la raja de su culo por encima del vestido, notando la tirita del tanga meterse entre los cachetes de ese perfecto culo.

—Ummmm…Luismiiii. Gimió mi prima.

Sus labios dejaron mi cuello y me miro enfebrecida. Me besó notando como su lengua pugnaba por entrar en mi boca y no me negué, juntamos nuestras lenguas en un beso caliente y húmedo preludio de lo que podría ocurrir mas adelante. Mentiría si no reconociese que había perdido la noción del tiempo, no tenia ni idea de que hora era ni cuanto llevábamos bailando, estaba excitado, muy excitado y necesitaba follarme a esta niña que me estaba poniendo a mil.

—Tengo que ir al servicio, me dijo susurrando en mi oído. Cuando vuelva nos vamos ¿vale? Vete pagando.

Cuando salimos de ese sitio Noelia se abrazó a mi y yo pase mi brazo sobre sus hombros atrayéndola hacia mi y besando su cabecita. Íbamos hacia el coche y de repente mi prima tiró de mí y me metió en una especie de aparcamiento. Fue decidida hacia dos furgonetas aparcadas en batería y nos metimos entre ellas y en ese momento se desató la locura entre los dos. Nos besamos como animales y nuestras manos buscaron las partes mas sensibles de nuestro cuerpo. Subí la faldita de su vestido y agarré ese culito increíble, lo maltraté, amasé, abrí y mis dedos empezaron a jugar con sus agujeritos empapados en ese momento.

—Desde que te vi desnudo en la ducha te deseo primito, decía excitada mi prima. No ha habido noche que mis dedos no hayan jugado con mi coñito imaginando que me follabas.

Se agachó delante de mi y con pericia desabrochó mis pantalones bajándomelos con mi ropa interior incluida. Mi polla salto hacia su cara y la golpeo en la mejilla de forma descarada.

—Como me imaginaba…vaya tranca que tienes primito.

Besó la punta y lamió el glande para seguidamente meterse mas de la mitad de mi polla en su boca. Aunque estaba oscuro, vi sus ojos clavados en los míos para seguidamente sacarse mi verga de su boquita, escupirla y empezar una mamada brutal. Su madre, mi tía hacia unas mamadas de escándalo, pero su retoño le superaba de manera brutal.

—Dios Noelia…joder…nunca me la han chupado así, como sigas me corro en nada.

Ella me miro a los ojos y aumento la intensidad de la mamada. Parecía que le iba la vida en ello cuando se metía mi polla hasta la garganta y sacaba su lengua para lamer mi escroto, para seguidamente sacarla llena de babas, coger aire y volvérsela a meter hasta que su cara quedaba pegada a mi vientre. Su boca, su lengua y su pasión hicieron que mi orgasmo estallase en su boca, aunque la avisé ella siguió a lo suyo hasta que noto como explotaba.

—Noelia no aguantooo…Noelia…Noeliaaaaa… me corrooooo.

Mi prima se tragó mi corrida sin desperdiciar ni una gota, y cuando saco mi polla de su boca la chupó, lamió y mimó hasta dejarla limpita y reluciente.

Se puso en pie y me ayudó a subirme los pantalones, me besó dejándome notar mi propio sabor, pero eso hizo que me excitase de nuevo. Agarró una mano mía y la llevó entre sus piernas notando sus braguitas empapadas. Pasé mi dedo a lo largo de su rajita y ella gimió bajito abrazándose a mí.

—Me encantaría que me comieses el coño ahora, decía con voz excitada y susurrando, pero soy muy escandalosa cuando me corro y aquí llamaríamos la atención…vámonos a tu coche.

Me agarró de la mano y casi me llevó a la carrera hasta donde tenia el coche aparcado. Nos montamos y según nos pusimos en marcha se quito el tanga, se abrió de piernas y empezó a masturbarse.

—Tienes claro a donde vamos, porque necesito tener tu polla dentro de mí ya mismo.

Mi mano se fue hacia su coño, estaba empapado en fluidos y mis dedos chapoteaban haciendo gemir a mi prima. Eran las dos de la mañana no podíamos ir a un hotel, mi presupuesto era limitado y seria para pasar toda la noche hasta el día siguiente y eso tampoco podía ser. Me fui hacia el "picadero" que utilizaba normalmente, un sitio tranquilo, acogedor y resguardado.

Cuando llegamos corrimos los asientos delanteros hacia el salpicadero y abatimos los respaldos hacia alante para dejar espacio en el asiento trasero, nos desnudamos con prisas y por fin pude ver el increíble cuerpo de mi prima sin ropa, se que no se puede comparar pero era como su madre pero con veintitantos años menos.

—Vamos primito, enséñame que sabes hacer con ese pollón, dijo abriéndose de piernas y mostrándome su coñito.

Abrí aún más sus piernas y hundí mi cara en ese tesoro. Según probé su sabor, me hice adicto a ella, su sabor era exquisito y mi lengua y mis labios no tardaron en adueñarse de el con los consiguientes gemidos de mi prima que al poco se convirtieron en gritos. Note sus caderas moviéndose descaradas buscando su placer mientras sus manos apretaban mi cabeza contra su coño para que ni se me ocurriese separarme.

—Así cielo asiiiii, joder que bien me comes el coño… me voy a correr…me corrooooo…me corrooo.

Noelia estallo en mi boca y me bebi su corrida, cuando separé mi boca de ese tesoro aparecía rojo, brillante y se abría y cerraba en los últimos estertores de su orgasmo. Mi polla a esas alturas estaba dura como una piedra y necesitaba follarse ese coñito pequeño y lampiño. Me puse entre sus piernas y mis manos se apoderaron de sus perfectas tetas, las amasé y mis dedos maltrataron sus pezones, mi polla rozaba su coñito y ella me besó con gula.

—Ven mi amor, siéntate, dijo mi prima con mimo.

Ella se incorporó y se hizo a un lado para que me sentase en la mitad. Ella se puso a horcajadas sobre mi y mi polla encontró el camino sola metiéndose en su interior hasta que mis huevos quedaron aplastados por su perfecto culo.

—Diooooos que ricoooo, gimió mi prima, vaya pollón que tienes Luismi.

Mi prima empezó a botar sobre mi polla, mientras mis manos se aferraron a su perfecto culo y mi boca comía sus tetas con desesperación. Era como un sueño hecho realidad, la de pajas que me hice pensando en ella, cuando se mostraba insinuante en bikini y ahora mi polla le abría el coño buscando nuestros orgasmos. Mi dedo índice acarició su anito y oí como sus gemidos subían de tono, estaba empapado de su corrida con lo que no me costó meterlo dentro, dio un gritito muy sensual y agarro mi cara besándome con pasión.

—Eso es mi vida, follame el culito con tu dedo, no pares…sigueeee…sigueeeee.

Metí un segundo dedo y ella gritó de placer mientras no dejaba de follarme, lo hacia con furia, con unos sentones que hacia que mi glande golpease su matriz, sus ojos me miraban fijamente, y de vez en cuando me morreaba con ganas, sus mejillas estaban arreboladas, de su boca salían grititos incontrolados hasta que note su cuerpecito temblar.

—Mi amor me corro, me corrooooo, sigueeeeee…asiiiii…asiiiiii…diooooos siiiiiiiiii.

Me besó gritando su orgasmo en mi boca mientras se abrazaba con fuerza a mí. Me encantaba la pasión que imprimía en lo que estaba haciendo, se entregaba totalmente y todo su cuerpo era un receptor de sensaciones. Su orgasmo fue largo y la dejo muy relajada, estuvimos un buen rato besándonos, amándonos con mi polla aun clavada en su interior. Notaba como los músculos de su vagina palpitaban acariciando mi polla, era una sensación increíble.

—Joder Luismi, te aseguro que el tamaño si importa. Creo que es la polla mas grande que me he metido y te aseguro que ya han sido una cuantas.

Vaya, vaya, a mi primita le gustaba, le encantaba follar. Lo sabía, sabia que su manera de ser y de comportarse así lo indicaba, pero ahora lo había escuchado de su boca.

—Y para tu información, estaba deseando hacérlo contigo, por eso me vestí tan provocativa cuando me echaste la bronca en la cocina. Esto responde a tu pregunta, SI, me hubiese encantado que follásemos.

—Espero que a partir de ahora, me provoques mas a menudo, me encantan esos juegos. Le dije excitado.

—No te has corrido primo, ¿quieres que te la chupe otra vez?

—Me gustaría follarme este culito que me esta volviendo loco y llenártelo de leche.

—Que guarro eres…me encanta.

Mi prima sacó la polla de su coño empapada en su corrida y baño mis huevos también. Su cara de vicio por poco hace que me corra de gusto.

—¿Sabes? Dijo mi prima apuntando mi capullo a su anito y abriendo mucho sus piernas. A muy pocos hombres les dejo que me follen el culito, eso solo queda reservado a los tíos que me hagan perder la cabeza, que me lleven al paraíso de los orgasmos y tu eres uno de ellos, siempre que me lo pidas follaré contigo y dejaré que me llenes con tus corridas.

Al terminar de decir esto se dejo caer poco a poco. Era mi primera enculada y no me quise perder detalle, ella estaba con los ojos cerrados su cara tenia una mueca de dolor y mucho placer. Noté cuando mi glande venció la resistencia de su esfínter su boca se abrió en un gesto de gustazo y sentí como poco a poco su culo engulló toda mi polla.

—Jo…der cariño, es que es una pasada la polla que tienes, la noto en el estómago.

Subió un poco hasta casi sacarla y metió sus dedos en mi boca.

—Chúpalos muy bien mi amor, llénalos de saliba.

Eso hice, al poco los saco y embadurnó bien mi polla con mi saliba dejándose caer de nuevo y emitiendo un gemido gutural. Me miró herida de placer y empezó a cabalgarme de nuevo, mi mano fue en busca de su coñito y mis dedos encontraron su clítoris. La volví loca, aullaba como una perra mientras botaba sobre mi polla, noté como mi orgasmo crecía dentro de mí, ya no se podía parar había aguantado mucho y el solo hecho de saber que me estaba follando ese culito era lo más morboso que había sentido.

—No…Noelia… no aguanto mucho más…ufffff…me…me voy a correr.

—Dámelo mi amor, córrete y regálame otro orgasmo gimió Noelia.

Vi como sus muslos temblaban y exploté en sus intestinos llenándolos de leche.

—Noeliaaaaa…me corroooooo…

—Siiiiiii mi vidaaa…damelooooo lléname de lecheeeeee

Mi prima tuvo un orgasmo brutal que no terminaba. Literalmente estaba estrangulando mi polla con su esfínter pero el placer era enorme, creo que nunca me había corrido de esa manera, mi polla parecía una manguera que no dejaba de llenar su culito con mi corrida, de su coño salían fluidos que empaparon mi tripa y mis huevos y mancharon la tapicería, pero me dio exactamente igual.

Nos quedamos abrazados durante un buen rato, mimándonos, besándonos mientras recuperábamos nuestra respiración. Noelia me miraba con un brillo especial en sus ojos, mientras hacia que la abrazase para darle calor, estaba muy a gusto con ella y creo que ella conmigo también, pero presentía que nos tendríamos que ir, vi como miraba mi teléfono móvil y hacia un mohín de fastidio.

—Cielo, nos tenemos que ir, son cerca de las cuatro de la mañana y tienes tres llamadas perdidas de casa que imagino serán de mi madre.

Me dio un morreo que me dejo temblando y sin aire. Mi polla estaba otra vez pétrea, mi prima la agarró y la pajeó amorosamente. Nos vestimos en silencio y limpié los cristales empañados de nuestra transpiración. Cuando iniciamos la marcha hacia casa, Noelia apoyo su cabeza amorosamente en mi hombro mientras besaba mi mejilla.

—Vaya tela, pensé, hace una semana que están aquí y ya me he follado a mi tía y a mi prima Noelia ¿y ahora que va a pasar? ¿También me follaré a mi primita Alba?.

La idea no me desagrado en absoluto, mi prima Alba cada día me parecía mas guapa y más apetecible, además su manera de ser, cariñosa, dulce y algo infantil me ponía a cien.

—Luismi, dijo mi prima, no quiero enamoramientos ni exclusividades. Quiero que esto quede claro, hemos follado y ha sido fantástico, no me arrepiento en absoluto y te aseguro que habrá muchas mas veces. Así que no te enamores de mi y no lo fastidies…¿vale?

—Lo tengo claro Noelia, no entra en mis planes enamorarme de mi prima, pero eso también va por ti…no te enamores de mí.

—Jajajajaja, rió mi prima, cariño, soy muy golfa y me encanta follar, utilizo a los hombres para lo que quiero y luego los dejo tirados.

Noelia volvió a apoyar su cabeza en mi hombro y lo besó acariciando mi brazo. Sus palabras no se correspondían con sus actos, aunque lo que me ha dicho ya lo adivinaba en su forma de ser, fría, sin corazón, manipuladora y egoísta. Bueno, mientras quiera follarme la dejaré, que tontería, a quien le amarga un dulce.

Antes de llegar a casa me hizo parar el coche y nos dimos un morreo largo que nos dejó excitados otra vez. Sabia lo que me había dicho mi prima pero su mirada sus gestos, parecían que decían todo lo contrario.

—Me gustaría pasar la noche contigo, dijo mi prima, pero se que eso es imposible, así que me quería despedir de ti como te mereces y darte un beso de buenas noches.

Acarició mi polla por encima de la ropa mientras gemía en mi boca. Mi mano se coló entre sus piernas y alcance su ya inundado coñito, aparté la braguita y metí un dedo en su vagina.

—Para Luismi, para, no sigas…ufffffff…te follaba otra vez.

Noelia sacó mi mano de entre sus piernas y adecentó su vestimenta, arranqué de nuevo y al poco entrabamos en casa. Todo estaba en silencio, subimos a nuestras habitaciones y cuando entre en la mía tuve que masturbarme, mi prima me había dejado al rojo vivo. Cuando terminé me fui al cuarto de baño a lavarme los dientes y a asearme la polla, todavía tenia restos de heces, de cuando follé el culo de mi primita, solo el hecho de recordarlo de nuevo hizo que me volviese a empalmar como un animal, era mi primera enculada a una mujer y no la olvidaría en mi vida.

No se muy bien a que hora me dormí, pero algo me despertó. Algo agradable que hacia que mi polla se irguiese dura, desafiante. Cuando abrí los ojos y enfoqué lo que veía casi me corro, un coño imberbe, rosadito y abierto lo tenia frente a mis ojos, un culo perfecto con un anito que llamaba a ser lamido se abría y se cerraba ante mis ojos y sobre todo esa sensación de calidez cuando te hacen una buena mamada. Sabia que era Noelia, mi tía trabajaba y Alba no creo que se lanzase de esa manera, además el esfínter de mi tía lo conocía y no era ese.

Hundí mi cara en ese paraíso y me dedique a lamer y chupar desde su clítoris hasta su anito, me agarraba a los cachetes de su culo, para abrirlos y meter mi lengua por todos sus recovecos. Olía a gel de baño, a recién duchada y eso me excitó aún más.

—Noelia…Noelia…paraaa, esto es una locura y tu hermana nos puede descubrir.

—No mi amor, tu madre ha salido temprano, Alba se ha ido con mi madre al centro comercial y nos llamará para ir a buscarla…estamos solos cielo, vamos a follar como dios manda.

Me abandoné a ella, hundí mi cara entre sus piernas hasta que oí como gritaba su orgasmo. Creo que ella juiciosamente me mantuvo al límite porque quería mi polla en su interior y así fue. Cuando se recuperó de su orgasmo se puso a horcadas sobre mi polla y la apuntó a su coñito dejándose caer con cara de placer.

—Diooooos mi amor, como necesitaba sentirte otra vez, gemía Noelia. Esta noche no he podido dormir bien pensando en ti y en tu preciosa polla.

Mi prima subía y bajaba sobre mi balano, dándose y dándome placer. Ponía sus tetas al alcancé de mi boca y no dude en apoderarme de ellas y lamer y chupar sus pezones hasta ponerlos duros como diamantes. Mis manos se fueron a su prefecto culo, lo amasé y profané su anito con mis dedos mientras la atraía hacia mi haciendo más profunda la penetración.

—Ahhhhhhhh…cariño me encanta como me follas. Vamos dame fuerte revienta a la zorra de tu primita.

Empecé a mover mis caderas follandola con fuerza. Me encantaba ver la cara de placer de mi prima cuando le clavaba mi verga hasta el fondo, notaba como mi polla abría ese coñito sin problemas y sentía su lubricación escurriéndose por mis huevos. Note cuando empezó a correrse, como apretaban los músculos de su vagina sobre mi polla, dios, era delicioso sentir ese coñito apretado intentando aferrarse a mí para no dejarme escapar y mi orgasmo estalló empezando a lanzar latigazos de semen en su interior.

Noelia cayó sobre mi agotada, sus temblores cesaron poco a poco, mientras la mimaba, besaba y acariciaba para que se relajase. Cuando me quise dar cuenta vi como se había dormido sobre mi con mi polla aún metida en su interior. Estaba a gusto así con ella, eché el edredón por encima nuestra y la abracé, quedándonos dormidos de semejante manera.

No sé si habían pasado cuatro minutos o cuarenta, unos labios me besaban delicadamente y su lengua volaba sobre los míos. Sus manos me acariciaban y al abrir los ojos vi la preciosa cara de mi prima mirándome risueña.

—Nunca me había pasado esto, quedarme dormida encima de mi amante después del orgasmo, pero es que contigo estoy tan a gusto.

Mi polla seguía en su interior, seguía dura como el mejor acero y las caderas de mi prima se movían lentamente. La piel de su vagina era puro fuego y su lubricación y mi corrida seguía cayendo por mis huevos. Miré a mi prima con cariño, tenia su cara colorada y una sonrisilla traviesa, pero unos de mis sueños con ella era ponerla a cuatro y follarme sus dos agujeritos. La levanté saliéndome de ella y puso cara de disgusto pero que cabio enseguida.

—Ponte en cuatro mi vida te voy a reventar el coño y ese culo que me vuelve loco.

—Mi cuerpo es tuyo, decía mi prima excitada, follatelo.

Noelia hundió sus riñones y pego su pecho y su cara al colchón, esto dejo su coñito y su anito expuestos para mí, la visión era de lo mas morbosa y mi polla se metió de tirón en el coño de mi prima hasta que hizo tope en algún lugar de su matriz, ella alzo la cabeza gimiendo me miro boqueando como un pez, agarré su melena y tiré fuertemente de ella y gimió aún más fuerte arqueando su cuerpo de manera sensual.

—Follame fuerte mi amor…eso es…fóllate a tu zorra, a tu puta…diooooos…amo tu polla, más fuerte maaaas.

Mi prima estaba fuera de sí. Solté su melena y me agarré a sus nalgas, mis dedos se hundían en su carne aferrándome a ella para que mis embestidas fueran mas profundas, era excitante ver como mi verga desparecía en su interior hasta que mis huevos golpeaban su clítoris. Su esfínter se abría y se cerraba reclamando mi atención, ensalivé mi dedo gordo y se lo clavé hasta el final, mi prima gimoteaba, gritaba, parecía una fiera herida. Sabia que su orgasmo se acercaba así que lo alargué un poco más, o eso creí por que a continuación saqué mi polla de su coñito y se la metí por el culo sin preguntarle y sin parar hasta que mis huevos golpearon su perineo.

—Cabrooon…que dolor más ricoooo…sigueeee…sigueeeeeeeeee.

Yo estaba ya al límite de aguante, pensé que después de la corrida aguantaría mucho más, pero ver como mi polla desparecía en el perfecto culo de mi prima era morboso y excitante y hacía que mi orgasmo creciese imparable y más aún cuando noté como la mano de mi prima se metía entre sus piernas para acariciar su clítoris y mis huevos. Miré al techo intentando acordarme de fórmulas matemáticas y así aguantar más, pero eran tantas las sensaciones que llegaban por mis sentidos que era imposible.

—Mi amor…me corroooooooooo…me corrooooooo, gritó mi prima. Te quierooo…no me dejes nuncaaaaa.

Mi polla empezó a llenar sus intestinos de leche hirviente, que mi prima acogió con otro grito de placer. Sus caderas se movían a una velocidad endiablada haciendo que mi polla entrase y saliese de ella provocándonos un orgasmo largo y brutal que nos dejo agotados y sudorosos. Mi prima cayó boca abajo haciendo que saliese mi polla de su interior y yo me tumbe a su lado boca arriba. Ella me miró agradecida y se puso encima de mi comiéndome a besos, la abrace y busqué su boca dándonos un beso largo, húmedo y lleno de deseo.

—¿Me quieres? Pregunté extrañado.

Noelia se echo a reír y me miró con esos ojazos color miel que me embrujaban.

—Te quiero, afirmó, claro que te quiero. ¿Y tú a mí?

—Mucho mi vida, mas de lo que puedas imaginar. Pero…tu dijiste que nada de enamoramientos.

—A ver mi amor, dijo mi prima con cariño, yo te quiero, pero no te amo, no estoy enamorada de ti, eso es algo que debes de diferenciar…aunque…a la mierda con lo que dije, lo que tenga que ocurrir, ocurrirá.

Esto ultimo lo dijo abrazándose a mi y apoyando su cabecita entre mi hombro y mi cuello. Nos estuvimos acariciando durante interminables minutos y según lo veía desde mi punto de vista es esos gestos había mucho amor. Pensé en mi tía, en mi verdadero amor. A ella si que la amaba, estaba perdidamente enamorado de ella aun sabiendo que era un imposible, seria más fácil que Noelia y yo terminásemos juntos, antes de que mi tía y yo pudiésemos compartir nuestra vida.

Los dos estábamos muy a gusto sintiéndonos, y de seguro que nos gustaría quedarnos así toda la mañana pero había que ponerse en marcha, mire la hora y eran las 11.30, de seguro mi tía llamaría de un momento a otro.

—Me tengo que duchar Noelia, huelo a tigre y tu madre llamará en el momento menos pensado.

Oí como mi prima aspiraba mi aroma abrazándose a mi y frotando su cuerpo con el mío lascivamente.

—Mi vida hueles muy bien, hueles a hombre y eso me pone cachonda, ¿me puedo duchar contigo?

Yo solo sonreí, me levanté y la cargué en brazos llevándola hacia la ducha.

—Como me sigas tratando así, va a ser inevitable que me enamore de ti, dijo riéndose.

Duchándonos nos volvió a entrar el calentón y follamos de nuevo, llenado su coñito de la poca leche que ya salía de mis huevos, pero que nos hizo tener un orgasmo muy placentero. Al poco rato ya vestidos estábamos en la cocina desayunado entre miradas de cariño cuando sonó el teléfono. Era mi tía para pedirnos si podíamos ir a por mi prima Alba, ya había terminado lo que tenia que hacer. Su voz sonaba seca, fría, cortante y eso me puso de mal humor. De la misma manera fría, seca y cortante, la respondí y la colgué el teléfono sin dejarla decir nada más. Era imperativo, que hablase con mi tía y aclarase lo que estaba ocurriendo. Esa tarde iría a por ella al trabajo y hablaríamos…o eso esperaba.

Hasta cuando fuimos a recoger a Alba, mi prima nos comentó que no sabia lo que le pasaba a su madre que estaba muy rara. Sin salir del centro comercial, invité a mis primas a un Burger y así comeríamos, no nos apetecía ponernos a hacer comidas y cuando llegásemos a casa yo por lo menos podría descansar, estaba algo cansado.

Esa tarde dejé en casa a mis primas y me fui a buscar a mi tía al trabajo. Salía a las nueve de la noche, y dependiendo como fuese la cosa la llevaría a cenar, aunque no las tenia todas conmigo. Entre en la tienda cuando estaban a punto de cerrar y una preciosa morena de ojos verdes y un cuerpo de infarto se acercó a mi con cara de pocos amigos imaginando que era un cliente intentando comprar un regalo de última hora.

—Buenas noches señor, ¿en que puedo ayudarle? Dijo solícita la morena.

—Hola, no en nada, solo vengo a buscar a mi tía Paula, soy su sobrino.

—¡¡¿Eres Luismi?!! Exclamó la morena con una gran sonrisa. Yo soy Olga, tu tía habla mucho de ti. ¡¡PAULAAAA!! Voceo la morena, MIRA QUIEN HA VENIDO A BUSCARTE.

Mi tía apareció por una especie de pasillito donde estaban los probadores. Cuando me vio se sorprendió mucho, pero esbozó una sonrisa de compromiso y vino a saludarme dándome un beso en la mejilla.

—¿A que se debe esta sorpresa? Preguntó mi tía algo nerviosa.

—Pues mira, estaba en casa y me dije que por que no venia a buscarte y si te apetece invitarte a cenar. Necesitas distraerte y creo que esta es una noche perfecta. ¿Te apetece?

—¡¡AYYY!! Pero que cielo por dios, dijo Olga con una mano en su pecho, es un amor de niño, ojala mi novio tuviese estos detalles.

—Ya te he dicho que dejes a ese patán mujeriego y te enamores de alguien que merezca la pena y te corresponda como te mereces, eres muy buena chica. Le comentó mi tía.

Olga era una joven de metro sesenta, pero con un cuerpo muy cuidado. Tenia buenas tetas y un culo que pedía ser follado cientos de veces, era imposible no fijarse en semejante mujer.

—Es complicado Paula dijo Olga con algo de tristeza, además mira, hablando del rey de Roma, ahí esta mi novio esperándome. ¿De verdad no te importa quedarte y cerrar tu? Preguntó a mi tía.

—En absoluto cariño, anda ve y diviértete.

Olga cogió sus cosas y se despidió de nosotros con un beso. Mentiría si dijese que no me gustó, esa mujer me encantó pero estaba ahí por mi tía, mi amor platónico. Fue hacia un cuadro de interruptores y accionó unos cuantos apagando las luces de la tienda. Luego pulsó un interruptor y bajó el cierre exterior, dejando la tienda cerrada cara al público.

—Te agradezco que hayas venido a buscarme, pero prometí a Olga que yo daría entrada al pedido que ha venido hoy. Lo siento pero todavía no puedo salir.

—Bueno Paula, estoy aquí y puedo ayudarte, si me dices lo que hacer lo hare encantado.

Vi como me miraba mi tía y como sus ojos se iban humedeciendo, su mentón temblaba sin control y sus ojos no pudieron retener la avalancha de lagrimas que se desató a continuación mientras de su boca salían reproches sin sentido y entre hipidos me decía que había jugado con ella.

—No entiendo por que te has portado así conmigo, decía con congoja, yo te quiero y tu en cambio me has tratado con frialdad, como si no existiese. Conseguiste follarte a tu tía y ahora ya no tiene sentido quererla ¿no?

Aunque estaba molesto con sus reproches y sus acusaciones me estaba rompiendo el alma verla así de triste. Me limité a abrazarla y llenar su cara de besos. Ella se abrazó a mi y continuó llorando en mi pecho hasta que levantó su cabeza y me miró a los ojos. Nuestros labios se fueron acercando y nos fundimos en un beso lleno de amor y de cariño, nuestras lenguas se enredaron entre ellas y hasta que no nos faltó el aire no nos separamos.

—¿Estas mas tranquila mi amor? Pregunté con cariño.

Ella asintió con la cabeza mientras yo limpiaba sus lágrimas y besaba sus parpados.

—Paula, yo no he jugado contigo y si me he portado fríamente es porque tu después de lo del domingo pasado te mostraste fría y distante. Quizás no te darías cuenta pero es que ni me mirabas a la cara.

—Lo hacia para que nadie se diese cuenta de que estaba loca por ti, deseaba en todo momento abrazarte y besarte.

—Pues lo hiciste fatal, porque mi madre se dio cuenta enseguida y me preguntó si habíamos discutido. Sabía que teníamos que hablar, así que después de tu frialdad esta mañana al teléfono decidí venir hoy a buscarte y aclarar todo esto.

Volvimos a besarnos, su pasión y su cariño me tenían en una nube, pero mi polla iba por libre y no entendía que ese momento era especial. Aunque Noelia me había dejado seco por la mañana, mi verga se pego al pubis de mi tía que lo noto y emitió un gemidito muy sensual.

—Entonces ¿La he fastidiado con mi actitud? Dijo susurrando.

—Paula, tu siempre desde que tengo uso de razón has sido muy cariñosa y muy cercana conmigo. Siempre dándome cariño, besos, abrazándome. Eso es a lo que nos tienes acostumbrados a todos los que nos rodean y lo ven como algo normal. Lo raro, lo anormal ha sido tu actitud de esta semana.

—Bueno me tendré que acostumbrar, espero que no se me note que estoy coladita por mi sobrino. Anda vamos a dar entrada a el pedido que luego quiero enseñarte algo.

No me costó nada el entender lo que tenia que hacer. Mientras mi tía abría cajas y sacaba su contenido, me iba diciendo el código de la prenda y la talla y yo lo metía en la base de datos. Tardamos poco menos de una hora y entre los dos doblamos las cajas de cartón y lo fui a llevar al reciclado. Cuando llegue mi tía no estaba en el despacho donde habíamos estado trabajando y la llamé.

—Estoy en al baño, me dijo, ahora salgo.

Me senté en el sillón que había en el despacho y ojeé una revista de lencería que me volvió a poner palote al ver las modelos con unas prendas de ensueño. Tangas, culotts, ligueros, medias, corpiños, sujetadores, todos preciosos y sobre cuerpos que eran una pasada, vi cómo se abría la puerta y un ángel apareció ante ella. Mi tía aparecía solo con un conjunto de lencería blanco que era increíble, el sujetador realzaba sus ya de por si grandes tetas, un tanga de encaje cubría mínimamente su sexo y el conjunto lo remataba un liguero, medias blancas y unos zapatos de tacón blancos que estilizaban sus piernas y le hacían un culito precioso. Su pelo lo llevaba suelto cayendo por su espalda sensualmente, giró sobre si misma y vino hacia mí con cara traviesa.

—Esto lo tenia reservado para ti, me hubiese gustado enseñártelo en otro sitio mas confortable, pero dado lo mal que lo tenemos para poder tener intimidad, creo que este es un buen momento.

Estaba alucinado de tener a semejante mujer frente a mí, mi polla ya dolía dentro de mis pantalones y esto solo era el principio. Mi tía me puso en pie y me beso con deseo mientras desabrochaba mis pantalones y metía su mano dentro de mi ropa interior apoderándose de mi polla.

—Ahhhhh mi amor, no te imaginas lo que deseaba sentirla de nuevo otra vez, tocar su dureza.

 Mis manos recorrían su cuerpo y se apoderaban de su culo atrayéndola hacia mí. Nos besábamos como desesperados y me agaché para poder quitarle su tanga. Su olor me inundaba, era el olor del deseo, cuando tuve su coñito desnudo pase mi lengua a lo largo arrancando un gemido de mi tía.

—Cariño desnúdate, rogó mi tía, no podemos estar aquí pero necesito que me folles, necesito sentirte de nuevo dentro de mí.

Follamos como animales, mi tía sacaba lo mejor de mí, y era gelatina entre sus brazos. Se tumbó sobre la moqueta de ese despacho y se abrió de piernas para mi dejándome ver ese coño perfecto que tenía, brillante, lleno de jugos que salían de su interior. Follamos a lo misionero, y según penetré a mi tía se aferró a mi con brazos y piernas hasta que los dos estallamos en un orgasmo largo que nos dejó con ganas de más. No dejamos de besarnos y darnos cariño, pero estar allí ya empezaba a ser peligroso y nos teníamos que ir.

—Odio decirte esto mi amor, pero nos tenemos que vestir ya. Empiezo a estar algo asustada de que pueda venir alguien, se supone que cuando ponga la alarma mi jefa recibe un aviso en su móvil y es ya muy tarde, debía de haber terminado hace tiempo.

Nos vestimos rápidamente y al poco veía a mi tía suspirar de alivio al activar la alarma del local. Estaba guapísima, me miro sugerente y se acercó a mi seductoramente con una gran sonrisa en su cara.

—Y bien caballero ¿Qué te apetecería hacer ahora?

—Irnos a un hotel y no dormir en toda la noche. Me quiero aprender tu cuerpo de memoria. La dije enfebrecido.

Mi tía me miró con amor mientras se mordía su labio inferior en un gesto de deseo.

—Algún día Luismi, algún día lo podremos hacer te lo prometo.

Solo la sonreí y sin importarme si nos veía alguien o no, agarre su mano y nos fuimos al parking a por mi coche. Esa noche la invité a cenar a un restaurante que conocía muy romántico y luego la llevé a tomar una copa. Poco antes de la una de la mañana me dijo que estaba cansada y que nos fuésemos a casa, lo entendía, llevaba desde las diez de la mañana sin parar y sabiendo que al día siguiente era domingo dormiría a pierna suelta hasta tarde.

Pero me equivoqué, nos montamos en el coche y ella amorosamente se apoyó en mi hombro mientras su mano subía por mi pierna peligrosamente hasta posarse en mi ya crecida polla.

—Paula, como sigas así, paro en el primer sitio y te violo. Dije jadeando de excitación.

—Bueno, dijo seductora, si coopero, no será una violación…¿verdad?

No se si iba mas pendiente de la carretera o de la mano de mi tía sobándome a conciencia la polla. Algo distrajo su atención sobre mi anatomía y con un claro «¡¡METETE POR AQUÍ!!» hizo que girase y me metiese en una calle mínimamente iluminada, me hizo parar el coche en el punto donde ella me dijo y mirando hacia todos los lados quitó las llaves del contacto y se lanzó a besarme con desesperación. Con premura me bajó los pantalones y mi ropa interior, mientras me besaba y acariciaba mi polla con gula, remangó su falda a la cintura y vi que ni llevaba ropa interior.

—Me encanta, dije vicioso, vas sin bragas.

—Desde que hemos salido de la tienda te necesitaba dentro de mi otra vez, dijo echándose a reír. A mis 43 años y follando en un coche como cuando era adolescente, me encanta.

Mi tía echo su asiento todo lo que pudo hacia la parte trasera y abatió su respaldo. Me pidió que me sentase en su asiento. Fue un momento muy divertido por lo estrecho del habitáculo, y mis pantalones impidiéndome moverme con libertad. Ella intentaba hacerme sitio pero éramos dos personas adultas y el coche no daba mas de sí. Fui practico, además estaba ansioso por dejar que esa mujer increíble hiciese de mi lo que gustase. Me bajé del coche, lo rodeé y abriendo la puerta del copiloto me fui a sentar pero antes me despojé de mi pantalón y mi ropa interior.

Antes de sentarme mi tía agarro mi polla y me dio un par de profundas mamadas que casi hacen que me corriese en su boca, pero se que ella quería otra cosa, hizo que me sentase y poniéndose a horcajadas sobre mí, se fue metiendo mi verga poco a poco hasta que su coñito se la tragó toda.

—Ahhhhh mi vida, gimió mi tía, nunca me cansaré de sentir la sensación de tu polla abriéndome por dentro, sintiéndola donde nunca antes había sentido nada.

La vagina de mi tía ardía, tenia un calor y una suavidad que haría perder la cabeza a cualquier hombre que estuviese en mi situación. Por suerte llevaba 24 horas follando, primero con mi prima Noelia y ahora con su madre, mis huevos estaban prácticamente secos y la sensibilidad en mi polla había casi desaparecido dejando paso a un ligero dolorcillo debido a la irritación. Mis manos agarraron ese culo perfecto y lo empecé a sobar y a amasar sin contemplaciones, pasando mis dedos por su anito, que agradecía mis caricias.

—Mi amoooor que ricoooo…no pares de follarme, no lo dejes de hacer nuncaaaaa.

Mi polla entraba y salía de ella con un ritmo constante, nuestras bocas se buscaban con desesperación besándonos, Mi tía se levantó la camiseta que llevaba y dejo sus grandes tetas en mi boca que las devoraron y chuparon hasta que sus pezones se pusieron duros como el diamante. Note su respiración agitada y su cuerpo que empezaba a temblar presa del inminente orgasmo que se gestaba en su interior.

—Me corrooooo…mi vida me corrooooo, gimió mi tía en mi oído.

Noté sus convulsiones, como su vagina se aferraba a mi polla para no dejarla escapar. Sentí como su corrida bajaba por mis huevos humedeciéndolos, aproveche y empape mis dedos para seguidamente meterle un dedo en el culo. Noté su resistencia pero también como seguidamente gemía aun mas fuerte y empezaba a correrse de nuevo sin haber terminado su orgasmo anterior.

—Que me haceees malvado…diooooos no puedo dejar de corrermeee…maaas mi amor…maaas.

La follé con desesperación, con fuerza, mi aguante era excepcional y estaba llevando al amor de mi vida al olimpo de los placeres, pero todo tiene un límite y aunque estaba mas seco que la cecina mi orgasmo estalló en su interior como un volcán.

—Paulaaaa me corrooooo…te amoooo.

Cuando terminé de correrme, abracé a mi tía con fuerza mientras buscaba su boca y nos besábamos con amor. Seguía notando palpitar su coño sobre mi polla y la humedad de sus corridas bajando ya por mi culo. En ese momento fui consciente que había dicho a mi tía que la amaba y no sé qué consecuencias traería, mi tía era bastante vulnerable debido a su situación y no se como se lo tomaría. Dejamos de besarnos y vi como separándose de mi miraba a mis ojos con la poca luz que había del exterior

—¿Me amas? ¿Sabes lo que significa eso? Preguntó en un susurro, mirándome asustada.

—Lo se perfectamente Paula, dije con temor, se que eres mi tía, pero no puedo evitar quererte, amarte mas que a mi vida.

Mi tía apoyó su cabeza en mi hombro y permaneció así, con mi polla en su interior, un buen rato. Mis manos acariciaban desde su cabeza hasta su culo, mientras mis labios besaban su cabeza e intentaba transmitirle amor y cariño, pero su silencio me estaba matando aunque no rechazaba mis caricias. Se irguió, me miro seria y me dio un pico en los labios.

—Anda cariño, vamos a vestirnos, es tarde.

Se que quiso parecer cariñosa, que lo que le había dicho no significaba nada, pero mis sentidos todo mi cuerpo era receptor de las sensaciones que recibía de la mujer que había amado desde hacía años y esa reacción por parte de ella no me gustaba.

Nos vestimos en silencio y me dispuse a limpiar los cristales empañados por nuestra pasión desmedida. No cruzamos una palabra. Inicié la marcha y cuando llegamos a casa, nos bajamos en silencio y cuando entramos solo Noelia estaba despierta y enseguida vino a saludarnos. Notaba a mi tía sin ganas de hablar y con cariño se despidió de nosotros y se fue a su habitación.

—¿Qué le pasa a mi madre? La noto muy extraña. Preguntó Noelia.

—Esta jodida, dije pensando en lo que habíamos hecho. Tu madre no logra superar lo que ha pasado ni lo que esta pasando. Esta preocupada por vosotras y eso no la deja vivir tranquila.

—Bueno, dijo Noelia con tranquilidad, solo el tiempo será el que nos vaya ayudando a olvidar, de momento todo esta muy reciente y como te dije nuestra vida tal como la conocíamos ha dado un giro de 180° ahora solo tenemos que mirar al frente y seguir adelante, la vida no se acaba aquí.

—¡¡¿PERDONA?!!, Enfaticé con ironía, ¿Dónde esta mi prima Noelia? ¿Qué has hecho con ella? Nunca hablaría de esa manera.

Mi prima se echó a reír y se abrazó a mi dándome un morreo que me dejo sin aire.

—Por que esta mi madre y mi hermana que si no te subía a mi habitación y te follaba hasta dejarte seco, dijo mi prima con lascivia.

Agradecí a los dioses que esas dos mujeres estuviesen en casa, si no creo no haber aguantado otra sesión de sexo con mi prima, mi polla me dolía y de verdad que mis huevos parecían dos ciruelas pasas…estaban secos.

Nos despedimos y yo me fui a dormir, realmente me hacia falta. Me costó dormirme pensando en mi tía y adivinando que la había fastidiado al decirle que la amaba, pero no pensaba pedirla disculpas por algo que era verdad. No sabia que hora era cuando noté como alguien se metía en mi cama y me abrazaba, pensé que era mi prima Noelia y me iba a enfadar con ella, pero cuando me di la vuelta y encendí la luz de mi mesilla me encontré con mi tía. Ella solo puso un dedo sobre mis labios

—Dímelo otra vez mi amor, necesito oírlo de nuevo. Rogó mi tía en un susurro.

Sabia a lo que se refería mi tía y se lo diría una y mil veces si hacia falta. Besé sus labios y acaricie su cara, sus ojos tenían un brillo especial que deslumbraba.

—Te amo Paula, te amo con toda mi alma.

Mi tía me besó con cariño, en un beso dulce lleno de ternura, se abrazó a mí con fuerza dejándome notar su cuerpo fundido con el mío.

—Yo también te amo mi niño, he querido negarlo, pero es un sentimiento que no puedo explicar, solo se que estar lejos de ti es un martirio y que necesitaría verte y estar contigo a todas horas. Esto es una locura, continuo mi tía, estamos locos los dos, tengo 43 años y tu solo 20, pero no quiero dejar de sentir lo que estoy sintiendo contigo. De alguna forma me he ido enamorando de ti poco a poco, cuando pasabais los veranos con nosotros o nos veíamos en navidades. Era algo que no podía evitar.

—Bueno Paula, puestos a sincerarnos yo llevo enamorado de ti desde que inicie mi pubertad. Creo que no te haces una idea de lo que sentía cuando te tenia cerca, o me abrazabas contra tu pecho o me llenabas de besos. Y ahora no quiero que esto acabe, de hecho si hace falta nos fugamos.

Mi tía se echó a reír por lo bajo, se abrazó a mí y así estuvimos unos minutos. Todo me gustaba de esa mujer, su aroma, su cuerpo, su ternura, su cariño, el tono de su voz…todo.

—Me gustaría quedarme contigo y despertarme viendo tu preciosa carita mi amor, pero esto que he hecho es una temeridad y debemos de ir con mucho cuidado.

Mi tía me dio un beso lleno de cariño y se levantó mostrándome su cuerpo solo cubierto por una camiseta y unas braguitas muy sexys. Se dirigió hacia la puerta moviendo ese culito que me volvía loco de deseo, cuando llegó a la puerta, se giró y me lanzó un beso.

—Apaga la luz mi amor, susurró.

Apagué la luz de mi mesilla y sigilosamente salió de mi habitación. Me dormí feliz, feliz por que mi amada se había sincerado conmigo y aunque estaba de acuerdo con ella, que esto era una locura lo mirases por donde lo mirases, no deseaba que acabara. Solo hacia una semana que estaban viviendo con nosotros y aparte de confesar mi amor por mi tía, había follado mas que en los últimos tres años. Si esto seguía así creo que no daría abasto.

El primer mes pasó rápidamente y parece ser que todo se tranquilizó mucho. El tiempo queramos o no va menguando el sufrimiento de las personas aunque no desparezca del todo. A mi tía la veía feliz dentro de su desgracia. Nuestros encuentros se hicieron más febriles y buscábamos cualquier momento para amarnos y follar como desesperados. Con Noelia follé unas cuantas veces más, pero era la que mas me preocupaba, siempre metida en casa y sin saber que hacer con su vida. Y Alba, Alba iba por libre, en el instituto había hecho su grupo de amigos y salían de vez en cuando aparte que se dedicaba a estudiar de forma obsesiva bajo mi parecer, pero ella era feliz de esa manera.

Fue poco antes del verano. Como os he comentado iba dos veces por semana al gimnasio, ya era un cliente conocido ya que llevaba cuatro años yendo regularmente. Conocía a la gente, conocía al dueño y casi conocía los entresijos que se cocían allí, aunque yo no me metiese en ellos.

Un día estando en una de las maquinas oí como el dueño comentaba a uno de los asiduos al gimnasio que estaba jodido por que el monitor de spinning dejaba ese trabajo y se quedaba sin clase para los que estaban apuntados a ella.

—Veras como empiezan a pedirme el dinero por no recibir las clases y pierdo a un montón de gente…esto va a ser mi ruina.

Enseguida pensé en mi prima Noelia. Si conseguía que el dueño se interesase, seria una manera de que ocupase su tiempo, se distrajese y que ganase algún dinero para sus vicios.

—Perdonad, dije interrumpiendo su conversación. No he podido evitar escuchar lo que comentabas, dije al dueño, y creo que tengo a la persona que necesitas.

Le hable de Noelia y de que ya había hecho suplencias en gimnasios. Aunque un poco reticente al tratarse de una chica tan joven, me dijo que quería conocerla y ver sus aptitudes, así que quedamos en ir al día siguiente. Cuando llegué a casa y se lo comenté a Noelia se mostró entusiasmada por la oportunidad que tenía y me aseguro que la iba a aprovechar y no me defraudaría.

Al día siguiente me presente con mi prima Noelia en el gimnasio y se que al dueño le gustó por el repaso que la dio, pero es que mi prima estaba tremenda, estuvieron charlando un buen rato y de repente se lo soltó sin más.

—Bien Noelia, reconozco que me has sorprendido y quiero ver de lo que eres capaz, ¿Te sientes preparada para dar una clase de spinning ahora?

—Por supuesto que sí, respondió sin dudar, lo malo es que no llevo la ropa adecuada.

—Eso no es problema, dijo el dueño, yo te proporciono la ropa.

A los quince minutos, salía mi prima de los vestuarios con mallas, sujetador deportivo, y zapatillas. Estaba buenisima y el dueño al verla babeó, lo mismo que muchos de los chicos que había en ese momento, se fue directa a la clase de spinning y sin dudarlo se puso el micro, se presentó y poniendo música, empezó el calentamiento. Sorprendente, esa es la palabra, dio una clase de 45 minutos a las doce personas que había en ese momento y al final todos la aplaudieron por lo bien que lo había hecho. La cara risueña del dueño me dijo que se había ganado el puesto. Cuando Noelia llegó a nuestra altura y vio nuestras caras supo que ya tenía trabajo.

Parece ser que las cosas se iban arreglando poco a poco. Lo único negativo, entre comillas, fue que ese año no tuvimos vacaciones, nos quedamos en casa y aprovechamos la piscina que teníamos para poder refrescarnos y pasar los largos días de verano. Mi madre fue la única que se escapó unos cuantos días, según ella por adelantar un juicio que tenía en septiembre, pero sabía de sobra que se iba con su amante a pasar unos días a la playa.

En esos días, mi prima Alba y yo tomamos mucha mas confianza al pasar casi todo el día juntos viendo películas o pasando el día en la piscina mientras su madre y su hermana trabajaban. La primera vez que vi en bikini a mi prima vi como había cambiado, esos muslazos gordos y esas lorzas habían dejado paso a un cuerpo mas moldeado y muy atractivo. Tenia un culazo y unas tetas que era imposible dejar de mirar, pero ella parecía cohibida y como siempre poco segura de sí misma.

—Alba, estas impresionante, has adelgazado un montón y estas para comerte.

Ella se puso colorada como un tomate y me dio un golpe en el hombro mientras me miraba seria.

—Estoy gorda y lo sabes, dijo disgustada, no hace falta que me mientas.

—¿Alguna vez te he mentido? La dije mirándola a los ojos.

—Nunca, dijo mirando al suelo. ¿De verdad me ves guapa?

—Prima estas guapísima, como te he dicho, para comerte.

Al terminar de decir esto agarre una nalga suya mientras la apretaba con mi mano. Ella dio un grito de sorpresa y antes de dejarla reaccionar la tomé en brazos y me fui al agua directamente con ella.

—¡¡NO LUISMI…NOOOOO!! Grito mi prima, pero no le sirvió de nada.

Cuando emergimos, estaba partida de risa y cuando consiguió verme, se lanzó a por mi para hacerme aguadillas. Lo pasamos estupendamente pero nos rozamos a conciencia y sus tetas se pegaron por mi espalda multitud de veces. Se que no me creeréis, pero por mi cabeza nunca se me pasó el follarme a mi prima Alba. Bastante tenia con mi tía y con Noelia, sobre todo con mi tía que me pedía follar continuamente. Noelia últimamente como se pasaba el día en el gimnasio estaba cansada y nuestros encuentros se espaciaron bastante.

Ocurrió un día que Noelia no vino a comer a casa, nos llamó y nos dijo que comía con la gente del gimnasio con lo que ese día Alba y yo comimos solos. Preparé unos tallarines carbonara y comimos en el jardín aunque debido al calor que hacía nos fuimos al salón con el aire acondicionado puesto. Pusimos una película pero la hicimos poco caso y empezamos a charlar de todo un poco y fue inevitable, terminamos hablando de sexo. Me atiborró a preguntas y eso me extrañó, tenia una hermana que podría responderle sin problema, además sabiendo yo lo zorra que podía llegar a ser sería una de las mejores profesoras. La veía nerviosa, azorada y yo empezaba a excitarme con sus preguntas y sobre todo al notar los pezones de mi prima intentando romper la camiseta y entonces lo soltó, como el que pide la hora por la calle.

—Luismi…¿Me enseñarías tu pene? Pregunto Alba con vergüenza.

—¿Co…cómo? La miré asustado.

Quizás ella no lo supiese o no lo intuyese, o quizás sí, yo que se, pero con ese tipo de juegos terminaría follandome a mi prima pequeña.

—Vamos primo, solo quiero que me dejes ver tu pene, nunca he visto uno de verdad, solo en revistas o alguna peli porno, pero no es lo mismo, mis amigas que si han tenido uno en sus manos me decían que era una pasada.

En esos momentos vi la excitación en los ojos de mi prima que me miraba suplicante y subí su apuesta para ver hasta donde quería llegar.

—De acuerdo Alba, yo te enseño mi polla si tu me enseñas tus tetas.

Me miró con picardía sabiéndose ganadora y sin dudarlo se quitó la camiseta delante de mí sin pensarlo mostrándome sus tetazas enormes firmes, desafiando a la gravedad con una areola y un pezón pequeños pero excitados y duros como piedras. Me quede embobado mirándolos mientas ella lascivamente amasaba sus tetas y me las mostraba sin vergüenza.

—¿Te gustan primito? Decía con deseo, ¿Te gustaría tocarlas?...Eso tiene un precio. Sabia que ya estaba en sus manos, pero sería lo que ella desease.

Me baje mi bañador y mi polla salto ansiosa. Mi prima se llevó las manos a la boca y se sentó en el sofá quedando mi verga frente a sus ojos. Note su nerviosismo, su excitación y su calentura, me miró suplicante y me lo preguntó.

—Primo déjame tocarla ¿sí? Quiero sentirla en mis manos.

La dejé, por supuesto que la dejé. De tocarla pasó a los besos, de los besos a la mamada y a los veinte minutos estábamos en mi cama, desnudos haciendo un 69 mientras ella intentaba llevarme al orgasmo. Pero era tanto su empeño y su poca practica que me hacía bastante daño, así que la tumbé frente a mí y empecé a comerme ese precioso coñito virgen hasta que mi prima chilló su orgasmo con sus manos aferradas a mi cabeza.

—Me corrooooo Luismi, me corrooooo…no pareeees…no pareeeeees…¡¡AHHHHHHH!!

Arqueó su espalda y aprisionó mi cabeza con sus muslos. Me aferré a sus tetas mientras las estrujaba y maltrataba sus pezones, toda ella temblaba y sacudía su cabeza de un lado a otro presa del placer que le proporcionaba su orgasmo.

Yo tenia mi polla a punto de reventar, el olor de mi prima Alba era subyugante y su sabor incitaba a seguir lamiendo para que ese néctar no dejara de fluir de su coñito. Ella me apartó delicadamente de su coño y me dediqué a lamer y besar el interior de sus muslos mientras acariciaba su barriguita suavemente. Notaba su respiración acelerada que se iba tranquilizando cuando su orgasmo empezó a sosegarse.

—Ufffff…primo, ha sido sencillamente brutal. Nunca había sentido un orgasmo así.

Tiro de mi cabeza hasta que me puso encima de ella. Mi polla estaba peligrosamente pegada a su coñito y a poco que empujase la follaria. Me miró con ojitos brillantes y me besó hasta que nuestras lenguas se enredaron para no querer despegarse. Notaba sus caderas moverse y la humedad de su coño embadurnando la punta de mi verga que palpitaba desesperada por meterse en ese templo del placer. Se separó de mí y me miró con amor:

—Follame Luismi, quiero que seas el primero.

Nunca había desvirgado a una mujer y temía hacerla daño. Mi polla no es que fuese pequeña y juguetona es que era grande y gorda y temía no saber hacérselo bien. Había leído mucha teoría, pero la practica es lo que te enseña, así que solo me quedaba hacérselo con todo mi cariño y que disfrutase de su primer hombre.

Metí el glande y la sensación fue increíble, su coño literalmente ardía y estaba hiperlubricada con lo que mi verga se fue colando en su interior abriéndola sin problema. Ella me miraba impaciente, mientras su boca se abría en signo de exclamación. Vi una mueca de dolor e inmediatamente paré.

—¿Te duele cariño? Dije mientras besaba su frente y su cara.

—Solo un poquito mi amor, me esta abrasando por dentro pero no quiero parar.

Me quede quieto en su interior sintiendo su calor y como palpitaba su vagina. Empuje un poco mas y algo me detuvo, era su himen que me impedía seguir. Me tumbé sobre ella y nos abrazamos con fuerza, ella intuía que le iba a doler, pero notaba distendidos los músculos de su vagina como esperando el ataque final y de un golpe de caderas le metí mas de la mitad de mi polla en su interior.

—¡¡AHHHHHH!! Chilló mi prima presa del dolor. Jodeeer primo que bestiaaa…duéleeee…duélee.

Me asusté y fui a sacarla pero ella me lo impidió aferrando sus piernas a mis caderas. Los dos estábamos muy abrazados y mi prima buscó mis labios. Me besó con una pasión inusitada mientras notaba sus caderas impulsándose para meterse mas polla en su interior.

—¿Esta toda dentro? Preguntó mi prima jadeando.

Me incorporé y todavía quedaba un buen trozo de polla por entrar.

—Todavía queda un buen trozo fuera, pero no tengas prisa.

—Joder, estoy llenísima, me estas partiendo en dos con tu pollón pero la quiero toda dentro de mí.

Empecé a follarme a mi prima, entraba y salía de ella suavemente, no quería hacerla daño hasta que vi la lujuria dibujada en su cara.

—Vamos primo…fuerteeee…haz que me corra con tu polla en mi interior.

Sus deseos fueron ordenes aunque aguantaba a duras penas, su coñito me apretaba deliciosamente y me tenia al borde del abismo, mi orgasmo quería estallar en su interior. Estaba asustado, lo estábamos haciendo a pelo y en ningún momento me dijo que me corriese fuera. Vi como empezaba a agitarse presa del orgasmo que se gestaba en su interior mientras que sus caderas empujaban contra mi cuerpo para sentirme más adentro hasta que asustada explotó.

—Primooo…AHHHHHH…DIOOOOS… Me hago pis…que gustooooo…AHHHHHHHH.

Presa del orgasmo con mi polla en su interior pensó que se orinaba. Su coño apretaba mi polla de una manera que ya era imposible parar mi orgasmo. Note como crecía en mi interior y los músculos de la base de mi polla empezaban a contraerse para empezar a bombear litros de semen.

—Alba me corrooooo…no puedo parar…joder…jodeeeer.

—Hazlo dentro mi amor… hazlo dentroooo.

Fue notar el primer latigazo de semen en su útero y abrió mucho sus ojos amplificando el orgasmo que se desataba en su interior. Creo que nunca en mi corta vida amorosa había visto correrse a una mujer de esa manera. Su orgasmo fue larguísimo y no me dejo salirme de ella hasta que se tranquilizó. Cuando miré vi prácticamente mi polla metida en su coñito, ella me tenia abrazado, bueno, los dos estábamos fundidos en un abrazo muy íntimo, mientras nuestros labios no dejaban de demostrarse cariño.

Cuando me salí de su interior, una pequeña catarata de sangre, fluidos y semen salió de su coñito manchando las sabanas. Alba se asustó bastante y se puso nerviosa.

—Joder que "cantada" exclamó, como vean esto a ser difícil negar lo evidente.

—Tranquila, lo limpiamos un poco con papel de cocina y cambiamos las sabanas, veras como no es tanto. Dije para tranquilizarla.

Todo esto lo hicimos desnudos y era inevitable el rozarnos y ella aprovechaba cualquier momento para besarme o abrazarme. Fue a lavarse ya que mi corrida y restos de sangre estaban por el interior de sus muslos, pero cuando salió y vio mi polla no dudó, puso una toalla en la cama, me hizo tumbarme y subiéndose encima de mi se empaló ella solita con un gesto de placer que me enamoró.

Sobra decir que nos pasamos toda la tarde follando. Mi prima tubo seis orgasmos que la dejaron feliz y a mi seco. Mis huevos ya no daban mas de si y esas tres mujeres iban a acabar conmigo, pero que muerte mas dulce, joder. Ya por la noche antes de acostarnos y un poco a escondidas me besó para desearme buenas noches.

—Me escuece el coño, dijo riéndose, pero por nada del mundo cambiaria lo que ha pasado esta tarde, has sido un cielo primito.

—Ya sabes Alba, cuando quieras…repetimos.

Me miró con picardía mientras acariciaba mi paquete que empezó a dar señales de vida.

—Ya cuento los minutos para volver a tenerte dentro de mí.

Durante un mes mi prima Alba fue el centro de mis atenciones, mas que nada porque pasábamos mucho tiempo solos y eso nos dio margen para follar y que mi prima aprendiese a hacer buenas mamadas sin desollarme la polla con sus dientes. Quiso probar de todo y para mi suerte también desvirgué su culito, era imposible resistirse a ese culazo suave, grande, mullido, que abría con mis manos viendo como mi polla era devorada por ese agujero hasta que explotaba en su interior y nos corríamos como animales.

Durante ese tiempo solo follé con mi tía y con mi prima pequeña, Noelia extrañamente siempre que la buscaba me decía que estaba muy cansada y que ya encontraríamos el momento. Era difícil controlarme delante de ella ya que me provocaba continuamente con la ropa mas provocativa que tenía, se dedicaba a calentarme para luego dejarme con las ganas, o eso creía ella, ya que ya fuese mi tía o mi prima Alba se llevaban el calentón que tenia para su alegría.

Ocurrió un miércoles. Como comente iba dos veces por semana al gimnasio, el mismo donde mi prima Noelia trabajaba. Siempre que iba era a media tarde y casi siempre coincidía que mi prima estaba dando clases. Alguna vez nos encontramos y nos saludamos, pero nada más, ella iba a lo suyo y yo a lo mío.

Un día mi tía me llamó y me dijo que no hiciese planes para el jueves, que tenia una sorpresa para mí. No me quiso decir nada mas y cuando terminé de hablar con ella y mire la hora vi que todavía me daba tiempo a ir al gimnasio. Yo iba martes y jueves, pero al decirme eso mi tía decidí ir el miércoles y así no romper la rutina de ir dos veces en semana. Sabia que era última hora, pero conocía al dueño y no me pondría mala cara.

Algo que me extrañó es que cuando llegué estaba todo vacío, no había gente en la recepción, la sala de aparatos estaba vacía y la otra sala donde mi prima daba clases tenia las luces apagadas. Me fui al vestuario a cambiarme y me encontré con un conocido que se estaba cambiando por que había terminado y se iba a casa. Cuando salió oí voces despidiéndose de alguien, yo cerré mi taquilla y me fui al servicio a orinar cuando de pronto se apagaron todas las luces. Iba a protestar cuando de fondo oí la voz de Noelia.

—Como tardes mucho empezamos sin ti…pesado.

—Ya estoy con vosotros, vete abriéndote de piernas zorra.

Esa voz era la del dueño del gimnasio, sabia lo que estaba pasando o lo que iba a pasar, no hay que ser muy listo, mi lado voyeur y mi curiosidad me hicieron salir sigilosamente y acercarme al vestuario femenino.

Me fijé que estaban todas las luces apagadas y la puerta de entrada cerrada con las llaves puestas en la cerradura. Me colé con cuidado y a través de la separación de las taquillas vi a mi prima completamente desnuda, tumbada en uno de los bancos haciéndole una mamada a uno de asiduos al gimnasio que bufaba desesperado ante su inminente orgasmo. La cabeza del dueño estaba entre las piernas de Noelia que movía sus caderas lascivamente ante la comida de coño que le estaban haciendo, todos estaban desnudos y durante la siguiente hora vi como esos dos se follaban a mi prima por la boca el coño y el culo, con dobles penetraciones y corridas en su cara y sus tetas y una extraña sensación de excitación y ahogo me invadía, algo que quise a achacar a los ¿celos?

Algo que me llamó la atención es que a ninguno le dejaba follarla a pelo, siempre con preservativos, bueno por lo menos era sensata, promiscua pero sensata. Aun así era excitante ver a mi primita empalada por dos buenas pollas dejándola bien abierta mientras se corría sin parar y chillaba pidiendo mas rabo, fue inevitable y aunque me sentía engañado, me casque dos buenas pajas viendo semejante espectáculo.

Cuando llegue a casa salió a recibirme mi tía que me dio un morreo espectacular mientras me abrazaba con fuerza contra su cuerpo. Me sentí un poco canalla ya que mi tía se había entregado a mi totalmente y era el centro de su vida en esos momentos, estaba enamorada de mi y yo de ella y eso me lo demostraba continuamente. Entonces…¿Por qué tenía esta sensación de sentirme traicionado? Sabia lo que me había dicho mi prima, nada de enamoramientos, sabía que no era amiga de fidelidades y que si le gustaba un tío y se podía llevar a la cama lo hacia sin dudar. Era muy puta, ella misma me lo decía…pero me había jodido verla follando de esa manera, una cosa es imaginarlo y otra muy diferente verlo.

—¿No has visto a Noelia? Preguntó mi tía. Pensé que vendríais juntos.

Esa pregunta me saco de mis pensamientos, tuve que improvisar y que no se me notase la mentira que iba a contar, mi tía no era tonta y me notaba cuando no contaba la verdad.

—EHHH…No, no estaba en el gimnasio, creo haber oído que se había ido a tomar una caña con los compañeros de spinning.

—Mira me alegro por ella, no era bueno que estuviese tanto tiempo encerrada en casa y tu mi rey la has ayudado mucho, dijo con una sonrisa. Sabes, dijo riéndose con picardía, mañana he pedido la tarde libre, después de comer te voy a dar una sorpresa que ni te imaginas.

—Que sorpresa Paula, no me hagas sufrir, dije haciendo un puchero.

—Mi amor mañana lo descubrirás y se que te va a encantar, dijo susurrando en mi oído, no quiero que te hagas ninguna paja, te quiero hambriento para mí.

Con esto ultimo se separó de mi mirándome traviesa. Me encantaba cuando tomaba esa actitud juguetona por que sabia que me esperaba una buena follada con esa mujer increíble. Poco a poco todos fueron llegando a casa, mi prima Noelia fue la ultima en llegar, saludó y subió a cambiarse a su habitación. Cuando entró a la cocina todos estábamos sentados a la mesa esperándola para cenar.

—¿Qué tal esas cañas con tus compañeros? Preguntó mi tía a Noelia.

—Ehhh…eh…¿Cómo?…yo no… farfulló mi prima sin entender nada.

—Tu primo ha estado en el gimnasio esta tarde y no te ha visto, dijo mi tía levantando una ceja inquisidora.

—Veras prima, dije muy serio y mirándola a los ojos, esta tarde he ido a ultima hora ya que mañana no puedo ir y al no verte he preguntado por ti y me han dicho que habías salido con la clase de spinning a tomar algo.

Vi como mi prima tragaba saliva y su cara palidecía al sentirse descubierta.

—Bueno, ha estado entretenido, hay muy buena gente, dijo intentando esconder su tristeza.

—Hija, pues parece que vienes de un entierro en vez de venir de cañas dijo mi madre perspicaz.

—Es que hoy ha sido un día duro y estoy muy cansada. Se excusó mi prima.

Vi como sus ojos se humedecían, agachaba la cabeza y empezaba a jugar con su cena. Su madre la miró extrañada, pero no la dijo nada más. Terminó de cenar y disculpándose subió a su habitación. Antes de salir de la cocina mi tía dejó la pregunta en el aire.

—Pero bueno ¿Qué le pasa a esta? Preguntó preocupada.

—Creo que es algo que tiene que ver con su renovación de contrato. Comenté con maldad. Esta a punto de cumplir y todavía no le han dicho nada y se que se esfuerza mucho y da lo mejor de sí. Dije a modo de reproche y con doble intención.

Se que Noelia salió de esa cocina llorando, que se jodiese, lo siento pero por alguna razón me sentía traicionado y eso que dejamos muy claro que entre nosotros no había nada solo era sexo, pero mierda, eran mis tres mujeres, mi harén particular y como los hombres somos estúpidos ya pensamos que es algo nuestro e intocable y creo que eso es lo hacía que estuviese molesto con ella. Me consolé pensando en que si en vez de ser Noelia hubiese sido mi tía creo que eso no lo superaría, aunque pensase con el rabo, por encima de mis primas estaba mi tía, el amor de mi vida.

Al día siguiente cuando bajé a desayunar, me encontré a Noelia esperándome en la cocina, según entré vino a mi llorosa y me abrazó.

—Lo viste todo, todo lo que hice con esos dos ¿verdad?

—Prefiero no hablar de ello, pero si, lo vi todo.

—Luismi, quedamos en que nada de enamoramientos, te dije que era muy golfa y me gustaba follar.

—Nadie ha dicho que me tengas que dar explicaciones, parece que te importa a ti mas que a mi que haya presenciado lo puta que eres, pero créeme que eso ahora ya carece de importancia.

—Cielo, dijo melosa Noelia, tengo la mañana libre, déjame demostrarte lo que me importas.

Me acordé de lo que me dijo mi tía, aunque la proposición de mi prima me la ponía mas dura que el acero, no me apetecía encamarme con ella en esos momentos, me sentía como el segundo plato, como que lo hacia para justificarse ante mí.

—Ni de coña primita, como tú has dicho, nada de enamoramientos, ni compromisos, ni justificaciones ante nadie. Tú follas con quien quieres y yo con quien me apetece y te aseguro que no me apetece nada follar contigo.

He de reconocer que la chica se había vestido para la ocasión, camisetita de tirantes sin sujetador y un pantaloncito corto que dejaba adivinar su anatomía y se metía deliciosamente en ese culito tentador. La aparté de mi y fui a salir de la cocina. Ella emitió una ligera risa y me volví a mirarla.

—Tú te has enamorado de mi ¿verdad? Dijo mi prima segura de sí misma.

—Noelia, dije serio, no tienes ni puta idea de quien estoy enamorado, pero te aseguro que no eres tú.

—Entonces dime ¿por qué estas tan molesto conmigo? ¿Por qué estas enfadado? Dijo Noelia incomoda.

—Me jodió verte follando con esos dos ¿VALE? No me preguntes por qué, pero me jodió…ale…ya lo he dicho, ¿contenta?

Noelia esbozó una gran sonrisa, vino hacia mi y me abrazó con cariño mientras me besaba y dejaba que nuestras lenguas jugasen entre sí. Esto empezaba a ser peligroso, mi prima Alba estaba en su habitación y mi polla deseaba follarse a esa preciosidad de mujer…mala combinación.

—¿Sabes? Yo si me he enamorado de ti, dijo mi prima feliz. Y sé que tú de mí también, aunque lo niegues.

—Pues Noelia, curiosa forma tienes de demostrarlo, dije molesto.

—De verdad Luismi que siento que lo vieras. Te aseguro que no va a volver a ocurrir.

Noelia volvió a abrazarme, por supuesto no creí ni una palabra de lo que decía, ella seria mi "segundo plato" no yo el suyo, como sabéis no me gustaba sentirme manipulado y en eso Noelia era una maestra, en manipular a la gente a su antojo para hacer lo que ella quería.

Deshice el abrazo y aunque ella insistió en que nos fuésemos a mi habitación, yo decliné su oferta aduciendo que con su hermana en casa me negaba ha hacer nada, aparte de que en esos momentos no me apetecía nada acostarme con ella, en mi cabeza se repetían las escenas de Noelia siendo follada hasta la saciedad con dos buenas pollas en su interior y berreando de placer. Mi prima se molestó bastante, no estaba acostumbrada a que le dijesen que NO a la hora de follar y saco su lado más soberbio.

—Pues primito, quizás cuando se te pase el enfado no me apetezca nada hacerlo contigo, no pienses que este cuerpo va a estar a tu disposición.

—No te preocupes por eso primita, tengo otros "recursos" para solucionar mi "problema" maticé y por supuesto están fuera del gimnasio.

Lógicamente yo me refería a mi tía y a mi prima Alba, pero ella entendió que tenia alguna folloamiga que me tiraba de vez en cuando…¡¡ayyyy!! Si ella supiese. Termine con esa conversación que no llevaba ningún sitio, bueno, nos llevaría irremediablemente a mi habitación a follar como conejos y no quería eso. Si mi tía me dijo que me quería hambriento para ella, ahora mismo me la comería con ropa y todo. Necesitaba, deseaba que llegase la tarde y ver la sorpresa que me tenía preparada.

La mañana pasó muy lentamente y poco antes del medio día me llamó mi tía para comentarme como haríamos para salir juntos de casa y decirme que tenia su coñito empapado pensando en lo que haría conmigo esa tarde.

Pasadas las cuatro de la tarde, salíamos fuera de Madrid sin yo saber muy bien a donde dirigirme. Mi tía estaba radiante, llevaba un vestido ibicenco largo que marcaba sus formas deliciosamente, su mirada iluminaba ese día ya de por si radiante y su mano juguetona solo hacía que aumentar mi deseo hacia ella. Con sus indicaciones llegamos a un complejo hotelero, me hizo aparcar y me pidió que esperase en el coche. Al poco estábamos metiendo el coche en una especie de garaje y accediendo a una habitación de película con un jacuzzi que parecía una piscina y una cama enorme.

—Paula…¿Es…Esto que…que es? Decía mirándola y mirando todo.

—Uno de mis regalos para ti mi amor. Dijo mi tía abrazándose a mí con cariño.

—Pero mi vida decía preocupado, esto tiene que costar una pasta y ni tú ni yo…

—Shhhh…dijo mi tía sin dejarme terminar besándome con amor. Esto lo paga el rappel de ventas que he tenido este mes, dijo divertida. No sabia que fuese tan buena vendedora.

—¿Pero hay mas regalos aparte de este? Paula solo el mero hecho de estar contigo y aquí ya es una pasada.

En esos momentos mi amada tía se deshizo de su vestido quedando solo con ese conjunto de lencería blanco que me mostro una vez. Os juro que se me corto la respiración. Creo que no hay nada más bello, más hermoso que el cuerpo de mi amada tía con ese conjunto. Su cuerpo lucia sublime, esplendido y mi mirada no sabia donde posarse ya que toda ella me llenaba.

—Paula…diooooos, eres una diosa, perfecta, increíble…logre decir.

—Mi amor, empezó a decir mi tía, nunca creí que esto llegase a ocurrir, pero has sido el hombre que he necesitado a mi lado, el que me ha apoyado, dado cariño, amor y sexo, dijo riendo traviesa, mucho sexo. Cuando me bajé de ese tren mi vida estaba rota y quería morirme, pero después de hablar contigo, de confesarme y de abrirme a ti, vi todo de diferente manera. Me has hecho sentir viva, deseada y muy, muy querida y por eso te amo con locura mi amor, mi cuerpo es tuyo y por eso quiero entregarte lo que más deseas.

Mi tía entro en la cama en cuatro dejándome ver su retaguardia y abrí mis ojos desmesuradamente. Un plug anal estaba metido en su culito, mientras su tanga se metía entre los labios de su coñito brillante de fluidos. Mi miró seductora, sabiendo que mi mirada estaba clavada en su culo y me lo dijo seductoramente:

—Quiero que me rompas el culito, que me partas en dos con tu polla, que me sometas, quiero que me demuestres que soy tu zorra y tu eres mi dueño. Soy tuya mi amor, tuya y de nadie más.

Había mucha tarde por delante, me desnudé en un santiamén, le quité el tanga a mi tía y me bebi sus fluidos y su corrida. Me amorré a ese coñito espectacular y le saqué dos orgasmos más hasta que mi tía me pidió entre jadeos que la follase.

—Mi amor follame por diooooos… necesito sentirte dentro de mí.

Me puse entre sus piernas y se la clavé sin compasión. Mi tía emitió un gemido de placer que me cautivó mientras se abrazaba a mí con fuerza y hacia que mis huevos rebotasen en su plug. Notaba el aparato solo separado por una fina capa de piel, la sensación era bestial y empecé a embestirla con fuerza, mi polla estaba pétrea y taladraba el coño de mi tía sin compasión, notaba como hacia tope en su matriz mientras ella gemía herida y me pedía más.

—Vamos mi amor…fuerteeee…maaaas…dame más pollaaaaa.

No se como se me ocurrió pero metí mis manos por debajo de su culo y me tope con el plug. Lo tome con mis dedos y empecé a moverlo en su interior intentando sacarlo, mientras lo metía de nuevo con fuerza.

—Cabrooon… que me haceeees…siiiiiiiiiii…maaaaasss…maaaaaas…fóllate a tu putaaaaaaa…me corroooooooooo…me corroooooooooooo.

—Te voy a preñar zorraaaaa…tomaaaaaa putaaaaaaa…toma mi lecheeeeee.

No se si seria por la tranquilidad de sentirnos a salvo de miradas ajenas, por la tranquilidad de estar en un sitio que nos ofrecía privacidad y una libertad de poder gozar de nosotros sin miedo, que nos sorprendió un orgasmo tan brutal, que cuando terminó nos dejo sin fuerzas y jadeando como animales en sus últimos momentos. Nos costó recuperarnos de ese primer polvo, aún seguía dentro de mi tía, ella estaba abrazada a mi llenándome de besos, mientras la miraba con amor.

—Dímelo cariño mío, dímelo otra vez, susurraba mi tía.

—Te amo mi amor, te amo mas que a mi vida, te amo por encima de todas las cosas y ya no entiendo mi vida sin ti.

—Yo también te amo vida mía, te juro que nunca me separaré de ti, siempre estaremos juntos, eres mi hombre, el amor de mi vida.

Mi tía me besó con pasión haciendo que nuestras lenguas jugasen entre ellas, con dulzura hizo que me saliese de su interior, cayendo una pequeña catarata de semen y fluidos. Lo que veía en esos momentos era lo mas morboso que un hombre pueda imaginar, a una exuberante mujer abierta de piernas, con medias y ligueros y mostrando su coñito lampiño y babeante mientras mi corrida se escurría entre sus prietas nalgas para depositarse en la sabana.

Mi tía se incorporó y se quedo de rodillas en la cama mientras se quitaba el sujetador y dejaba sus grandes tetas al alcance de mi boca y mis manos que las devoraron a mimaron hasta hacer jadear de placer a mi amada. Ronroneando como una gatita mimosa, se dio la vuelta y apoyó su pecho en el colchón mientras abría sus piernas y meneaba su culito.

—Sácame el plug mi amor, sácalo y toma tu regalo. Jadeo mi tía.

Jugueteé con él, lo intentaba sacar y lo volvía a meter aumentando el deseo de mi tía. Mi polla estaba de nuevo a reventar, congestionada y llena de venas. Saqué el plug del culo de mi tía y ante mi apareció su anito enrojecido dado de si y boqueando como un pez fuera del agua. Mi amada me alargó un bote de gel lubricante y preparé con amor ese culito que me llamaba a gritos. Me incorpore y apoyé el grande en su esfínter.

—Ve con cuidado mi amor, sabes que nunca lo he hecho por ahí.

Vi como sus dedos acariciaban su clítoris y en ese momento empuje con determinación metiendo algo menos de la mitad de mi polla.

—¡¡DIOOOOS MI AMOOOOOR!! Aulló mi tía.

Noté como se tensaba, como sus manos agarraban la sabana hasta que sus nudillos se ponían blancos de la fuerza que hacían. Su anito estrangulaba con fuerza mi polla impidiendo seguir su avance. Sabia que mi tía estaba sufriendo en esos momentos y no sabia muy bien como seguir, no era la primera vez que desvirgaba un culo y no quería que sufriese, pero salió mi vena dominante. Cogí el bote de lubricante y regué su culo y mi polla, agarré su cabellera con una mano como si fueran las riendas de una yegua y tiré de ella. Su espalda se arqueó sensualmente «como en las pelis porno, pensé» la di un azote en su perfecto culo y ella se quejó mirándomecon lagrimas en los ojos y haciendo pucheros.

—Sin dolor no hay placer zorraaa…tomaaaaaa. Susurré en su oído.

De un golpe de caderas le metí mi polla hasta que mis huevos golpearon su coñito empapado de jugos. Vi odio en los ojos de mi tía y me acojoné, pero los gritos fueron la peor parte.

—¡¡HIJO DE PUTAAAA!! ¡¡ANIMAAAAL!! ¡¡CABROOOON!! SALTE DE MI…SALTEEEE…JODEEER, NO QUIERO VOLVER A VERTE…¡¡CERDOOOO!!

Estaba muy asustado, mi tía se revolvía furiosa insultándome y lanzando sus manos hacia atrás arañándome los brazos y lo que pillaba. Intentaba por todos los medios deshacerse de mi y de la polla que en esos momentos la estaba torturando, pero la tenia bien agarrada y no lo conseguía. Me la jugué y le di dos azotes con todas mis fuerzas, que hicieron que me mirase sorprendida. Tenia que tomar las riendas de la situación tire de su pelo e hice que su cuerpo se juntase con el mío. La abracé con cariño mientras llenaba de besos su cuello y sus hombros, ella gimoteaba diciéndome que había sido un bruto. Mi mano empezó a bajar por su tripita hasta llegar a su coñito, estaba empapada y empecé a masajear su clítoris con mimo. Mi polla seguía clavada en lo mas hondo de sus intestinos y no se había movido ni un ápice, hasta que noté un leve movimiento de sus caderas. Su brazo se fue hacia atrás para agarrarme la cabeza mientras de su garganta salía un gemido gutural. Buscó mi boca con desesperación mientras nos besábamos, en esos momentos supe que lo peor había pasado y a partir de ahora seria todo placer.

Mi tía volvió a su posición original e hizo que la agarrase de nuevo de su preciosa melena, me miro con vicio y me lo dijo de forma sensual.

—Vamos mi amor, rómpele el culo a tu puta, párteme en dos con tu polla.

Al principio fui suave con ella, hasta que noté su anito distendido, un poco mas de lubricante y empecé a follarme ese culo de ensueño que desde que tenía uso de razón había sido mi inspiración para muchas de mis pajas.

Mis manos se aferraban a las caderas de esa increíble mujer mientras ella se masturbaba y metía dos dedos en su chorreante coño. Saque mi polla y vi el culo de mi tía dilatadísimo y muy enrojecido de la follada, se la volví a clavar con saña y mi tía volvió a aullar como una loba herida, note su cuerpo temblar y como su espalda se erizaba presa del orgasmo que explotaba en su interior.

—Me corrooooo mi amoooor…me corroooooooooo…gimió presa de su orgasmo.

Noté los espasmos de su orgasmo en su esfínter, estrangulando mi polla, hasta que no aguante mas y me corrí en sus intestinos.

—Paulaaaa mi vidaaaa te amoooo.

Si el primer orgasmo fue brutal, este lo supero por miles, mi amada no dejaba de correrse,  empapo con su corrida mis muslos mis huevos y la sabana mientras gemía poseída por el mayor de los placeres, mi polla no dejaba de soltar leche en sus intestinos mientras le clavaba mi verga hasta lo más hondo de su ser. Cuando terminamos los dos caímos desfallecidos con el corazón a mil pulsaciones por minuto.

—Te amo mi niño. Susurró mi tía.

Me salí de su interior y me tumbé boca arriba, nuestras miradas se encontraron y vi su carita risueña y feliz mientras me lanzaba un beso. Nos miramos por interminables minutos hasta que mi tía se incorporó y se tumbo encima de mi llenándome de besos. Vi su mentón temblar y como le caían dos lagrimas por su preciosa cara.

—Mira como te he dejado mi amor, decía besando mis brazos. Mi hombre, mi dueño, espero que sepas perdonarme lo que te he hecho y lo que te he dicho.

—No hay nada que perdonar cariño mío, por ti todo merece la pena, mi diosa, el amor de mi vida.

—Dime que nunca me vas a dejar, que siempre estaremos juntos, que no te cansaras de mi en la vida.

—Por ti, por lo que mas quiero que eres tú, por nuestro amor…te lo juro.

Mi tía se fundió en un abrazo y un beso que me hizo enamorarme mas de ella si eso era posible. Al entrar en esa habitación encendimos el jacuzzi con lo que estaría a temperatura ideal. Mi tía se terminó de desnudar y nos metimos en un baño muy relajante los dos, muy juntos, transmitiéndonos amor. Fue inevitable el volver a follarme a mi tía con ella a horcajadas con mi polla metida hasta su matiz y agarrando su culo mientras mi boca devoraba sus tetas.

Cuando salimos y nos secamos me dejó descansar muy poco, me tumbó y se puso a jugar con mi polla y mis huevos. Mi tía estaba tumbada boca abajo entre mis piernas dejándome ver su silueta perfecta y la curvatura de su culo. Mi polla ya lucia nuevamente dura y dispuesta a dar todo lo mejor. Se incorporó y me dio una profunda mamada que me hizo poner los ojos en blanco.

—Eres digno hijo de tu padre. Dijo mi tía.

Enseguida vi su cara de susto sabiendo ella que había dicho algo que debía de haber callado. Mi cara de sorpresa debió de asustarla más, mi polla seguía entre sus manos pero debido al comentario empezó a menguar y por supuesto en mi cabeza surgieron preguntas ¿Por qué hacía mención de mi padre ahora? ¿Y que tenia que ver en todo esto?

—Paula ¿Qué…que has dicho? A ver ¿Qué has querido decir?

—Lo siento mi amor no quise decir eso, no sé en que estaría pensando.

—Por supuesto en mi padre, en eso estabas pensando. ¡¡JODER!! Exclamé asustado, Paula no me jodas ¿Te ves con mi padre? Pregunté al borde del infarto.

—No cariño, ni mucho menos, dijo mi tía poniéndose de rodillas y apoyando su culo en los talones.

Me miraba de frente, estaba preciosa y se que cualquier hombre podría cometer una locura por esa mujer. Ahora estaba asustado y temía perderla.

—¿Has preguntado a tu madre por que tu padre desapareció antes de que nacieses?

—Si, dije extrañado, pero nunca me quiso responder a esa pregunta, siempre ha sido un tema tabú entre nosotros.

—Bien mi amor, entre nosotros no debe de haber secretos y va siendo hora que alguien te lo cuente. Ocurrió cuando tu madre estaba embarazada de ti. A los cinco meses de embarazo tuvo un amago de aborto y el ginecólogo le recomendó reposo total y nada de disgustos. Tu padre se pasaba todo el día fuera de casa y a tu madre le hacía falta ayuda, así que me llamó, habló conmigo y me pidió que me fuese con ella que me necesitaba. Como entenderás hablé con tu tío que entendió su urgencia y a los dos días estaba instalándome en su casa.

—¿Y la abuela? ¿Por qué mi madre no llamó a la abuela?

—Cariño por su carácter, tu abuela y tu madre no soportan estar sin discutir mas de veinte minutos y eso a tu madre no le convenia para su embarazo.

—Ya lo entiendo, sabia que la abu y mi madre eran como el aceite, siempre queriendo quedar por encima.

—Por eso mismo mi amor me llamó a mí, ella y yo éramos uña y carne. Empecé a vivir con tus padres, prosiguió mi tía, solo los fines de semana me iba a casa a atender a mi marido, que se que me echaba mucho de menos y el lunes vuelta a empezar, así estuvimos hasta que en el séptimo mes estaba que me subía por las paredes… Mi amor quizás esto que te voy a contar te disguste y no quieras escucharlo.

—Paula como te he dicho, por ti todo merece la pena…hasta sufrir si es necesario. Continua por favor.

Mi tía me miro con cariño mientras acariciaba mi cara. Hizo que me tumbase y ella se tumbó a mi lado apoyando su cabeza en mi pecho.

—Necesitaba follar, tu tío y yo aunque tuviese ese problema éramos un volcán en la cama y estar cinco días sin poder follar me volvía loca e hice lo peor, me dedique a excitar a tu padre. Sabia como me miraba, como le tenia de encendido, casi me mostraba con la ropa mas provocativa que se me ocurría hasta que pasó lo inevitable y me dio una follada que me hizo ver las estrellas y parte del firmamento.

—Joder tía ¿mi padre y tú? No me lo puedo creer, me dijiste que solo había habido dos hombres cuando estabas buscando quedarte embarazada.

—Y solo hubo dos hombres amor. Te mentí un poco pero me parecía muy fuerte soltártelo así de sopetón, por eso te dije que el primero fue ese novio que me volvía loca. Pero no, el primero fue tu padre y el profesor de pilates el segundo.

—Joder…¡¡JODER!! Paula no me jodas, entonces…entonces… diooooos.

—Si cariño, Noelia es tu hermana o hermanastra en este caso.

—Joder…Noelia mi hermana, aun no me lo creo.

Nos quedamos callados por unos minutos, mi tía me besó y yo la estreche contra mi dándole amor. Ella me miró agradecida y continuó su historia.

—Pasó lo que tenia que pasar, tu madre será lo que quieras pero tiene diez sentidos y sabía que algo pasaba entre tu padre y yo. Una noche que la creímos bien dormida, tu padre vino a mi habitación y follamos como animales. Era tal nuestra entrega que ni nos enteramos cuando se abrió la puerta y tu madre se quedó mirando como su marido, el padre de su hijo se follaba a su cuñada hasta hacerla enloquecer de gusto.

—Vale Paula, no hace falta que pongas esos adjetivos, me puedo imaginar, aunque me joda, lo que sentías. 

—¡¡Estas celoso mi amor!! dijo mirándome con amor abrazándose a mí. Ocurrió hace veinte años cielo, tu aún no habías nacido.

—Bueno, continua, dije algo enfadado.

—Mi amor no te enfades, soy solo tuya, eres el amor de mi vida y lo que me hizo sentir tú padre esta a años luz de lo que siento contigo. Bueno, poco mas hay que contar, cuando nos sentimos descubiertos fue horrible, tu madre no hizo ninguna escenita, solo le dijo a su marido que saliese de esa habitación y fuese a su dormitorio. Al cabo de las dos horas salió de su casa con dos maletas para no volver a verle nunca más. A mi me dijo que me fuese a mi habitación que hablaría conmigo al día siguiente. Creo que esa fue la peor noche de mi vida.

—¿Qué ocurrió al día siguiente? ¿Mi madre te echo de su casa?

—Ni mucho menos, con una calma que todavía me sorprende, me dijo que imaginaba lo que iba a ocurrir entre su marido y yo, no era tonta, y que no deseaba que me fuese, aunque como castigo me quedaría con ella hasta que diese a luz, de hecho palabras textuales suyas fueron: «Me vas a ayudar a traer este niño al mundo, vas a ser el padre que nunca tendrá»

Mi tía volvía a apoderarse de mi polla que a estas alturas ya pedía guerra desesperadamente al tener a semejante hembra a mi lado. Me miró con amor mientras me besaba y me dejaba sentir todo su cariño.

—Mi amor, me enamoré de ti nada más salir del útero de tu madre, eras lo mas bonito que había tenido entre mis brazos.

—¿Te enamoraste de mi padre? Pregunté con miedo.

—No cariño mío, ni mucho menos, tu padre follaba muy bien…bueno, mejor que bien, aunque era mi cuñado y solo me servia para lo que yo necesitaba en ese momento, que me follase bien follada. Por eso te he dicho que eres digno hijo de tu padre… pero tú, tú le superas en tantos aspectos que no creo que tengas ganas de escucharlos.

—¿Y mi madre? ¿Sabe que mi padre te dejo embarazada? ¿Qué Noelia es mi hermana?

—Tu madre y yo nunca hemos hablado de lo que pasó, pero te aseguro que sabe quién es el padre de Noelia aunque nunca haya comentado nada. Y aunque no me lo has preguntado, Noelia tampoco lo sabe, ella sigue creyendo que sois primos y será así hasta que ellas pregunten por su padre biológico

Mi polla estaba ya a punto de reventar, mi tía se puso encima de mi y metiendo su mano guio mi polla hacia su coñito empapado a estas alturas. Se dejó caer con un gemidito muy sensual, mientras me miraba con amor y me comía la boca.

—Mi amor, nos queda poco para tener que irnos, pero desearía que me follases el culito otra vez.

Mi polla dio un espasmo dentro del coño de mi tía que lo sintió y esbozo una sonrisa maliciosa.

—Confías en mí, amor.

—Con los ojos cerrados. Respondí inmediatamente.

Saco mi polla de su interior y me hizo tumbarme y relajarme, me pidió que me abriese de piernas y agarrase las corvas de mis rodillas. En esa postura mi ano mi perineo y mis huevos estaban expuestos ante ella.

Su boca se apoderó de mis huevos, lamiéndolos, mimándolos, se los metía en la boca mientras me pajeaba con cariño y su lengua bajaba peligrosamente por mi perineo hasta lamer mi ano. Nunca había sentido nada igual, nunca nadie había metido nada por mi culo y ahora mi tía me estaba follando con su lengua y enseñándome un placer que nunca había sentido. Empecé a gemir sintiendo lo que me hacia mi tía que se esforzaba por darme el máximo placer, vi como cogía el lubricante y el plug anal y sentí miedo.

—Paula…¿Qué vas a hacer con eso?

—Tranquilo mi amor, esto te va a encantar.

Mi tía lubricó bien mi esfínter mientras metía un dedo que me dolió algo pero fue soportable. Para hacer mas llevadero todo hizo un 69 conmigo y me pidió que yo la preparase bien. Mi cabeza estaba encerrada entre la piernas de mi tía, creo que no había mejor cárcel que esa con unas vistas privilegiadas.

Note un dolor algo mayor y me quejé pero solo me dijo que tenia dos dedos suyos metidos que aguantase. La sensación de tener mi cabeza lamiendo, chupando y besando lo mas íntimo de mi tía mientras ella me hacia una mamada bestial y metía los dedos en mi culo me puso al borde del orgasmo.

—Paula, como sigas así me voy a correr, no aguanto mucho más.

—Aguanta mi amor, tienes que aguantar, verás cómo te vas a volver loco de placer.

Mi tía eliminó todos los estímulos salvo el de mi culo. Al poco note algo frio que intentaba meterse en mi interior, era el plug que mi tía quería introducirlo dentro de mí. Costó un poco pero al final lo consiguió, era una sensación extraña pero placentera, me sentía lleno y a la vez excitado, mi tía volvió a chupármela profundamente para seguidamente colocarse en cuatro mostrándome sus dos entradas.

—Métemela primero en el coño para lubricarla bien y seguidamente follame el culito mi amor.

Joder como me ponía oírla hablar así, era puro vicio, me mantenía encendido y más duro que el mejor acero.

Eso hice, me follé ese coño divino arrancando gemidos de placer a mi tía, la sensación de moverme con eso dentro de mi culo aumentaba mi placer exponencialmente, era difícil controlarse y sabia que mi tía quería mi polla en su culo nuevamente. La saqué y apunté directamente a su esfínter. Esta vez mi polla entro suave y hasta el final sin problema, mientras mi tía hundía sus riñones y se abría los cachetes del culo para que mi polla entrase mejor.

—Asiiii mi amor, asiiiii…vamos follame fuerte, follame como la puta que soy para ti.

Hice lo que hacían algunos actores porno, me puse en "sentadillas" y me agarre a las tetas de mi tía, yo estaba totalmente espatarrado y ella igual, empecé a follar su culo con penetraciones profundas mientras mi velocidad aumentaba. Vi su mano irse hacia su coñito mientras mis embestidas hacían que ese aparato liberase en mi un placer que no conocía.

—Paulaaaa…no aguanto más…me voy a correeeer. Gemía incontrolable.

—So…solo un poco más mi amor…agggg…aguanta solo un poquito maaaas.

Pero era imposible, veía como mi polla entraba y salía de ese culito, como devoraba mi balano para escupirlo y dejarlo entrar de nuevo, era mi sueño hecho realidad, era la mujer de mi vida, mi imposible y ahora era mía y me estaba dando todo lo que la pedía. Ese aparato del demonio no me dejaba tener el control y las sensaciones que recibía eran muchas y exploté.

—Paulaaaa mi amoooor me corrooooo…auummmmfff.

Bufé mi orgasmo mientras mi polla empezaba a escupir leche dentro de sus intestinos. En esos momentos vi como mi amada se tensaba y empezaba a temblar de pies a cabeza.

—Me corro mi vida…asiiiiii…que gustooooo…no pareeees…no pareeees…ahhhhhhhh.

Volvimos a caer rendidos sobre el colchón, yo estaba agotado, creo que había sido uno de los mejores orgasmos de mi vida. Con algo de esfuerzo logré sacarme el plug y lo deje en la mesilla. Miré a mi tía que jadeaba presa del orgasmo que había tenido, tenía sus mejillas coloradas y un brillo en su mirada de felicidad. Besó sus dedos y los puso en mis labios para que los besase también a modo de beso a distancia. La atraje hacia mí, e hice que se acurrucase contra mi cuerpo, nos quedamos los dos muy abrazados y creo que hasta nos dormimos un poco, pero el sonido de mi móvil nos despertó.

—Es mi madre.

—¿Qué le vas a decir? Dijo mi tía asustada.

—Déjame a mí. Dije con seguridad.

Conteste la llamada con tranquilidad y mi madre enseguida me preguntó que donde andaba. Le dije que estaba en casa de un compañero de facultad, que tenia problemas con un tema para los exámenes de septiembre y seguidamente me preguntó por mi tía.

—Esta en la tienda de Puerta de Hierro, la dueña ha hablado con ella y le ha pedido el favor de que esta tarde este allí, me lo dijo al medio día y como pilla tan lejos de casa la he acercado.

—¿Y para volver? Ese barrio pilla de punta a punta de donde vivimos. Preguntó mi madre.

—Tranquila que he quedado con ella en irla a buscar, no quiero que venga de tan lejos en transporte público, hay mucho baboso suelto.

—Mi niñooo, dijo mi maternalmente mi madre. Si es que no me extraña que tu tía este loquita contigo, eres un amor de hombre.

—Bueno mamá, es la educación que me has dado y los valores que me has transmitido, no sabría ser de otra manera.

—Cuando vengas a casa pienso comerte a besos mi amor, eres un cielo. Venid con cuidado y no corras con el coche.

Cuando colgué y vi la cara de mi tía me eché a reír, pero es que no era para menos, tenia esa cara entre cachondeo e ironía y me miraba con los ojitos achinados.

—Eres un embaucador y un zalamero reía mi tía, me encanta como eres.

—Creo que nos debemos de ir vistiendo, dije con tristeza.

—Anda antes vamos a ducharnos, todavía nos da tiempo.

Nos duchamos y nos acariciamos hasta en el alma, pero no hicimos nada más, no nos daba tiempo. Poco antes de llegar a casa mi tía me hizo parar el coche en otra calle poco iluminada. Durante todo el viaje estuvo apoyada en mi hombro y besándolo, demostrándome su cariño. Cuando paramos se subió encima de mí y me besó hasta dejarme sin aire.

—Se que cuando lleguemos a casa no podré hacer esto aunque lo deseo. Esta tarde no la voy a olvidar en la vida. Te amo mi amor.

Mi tía volvió a besarme con pasión abrazándome con fuerza contra ella. Al poco rato entrabamos en casa y mi madre salió a recibirnos y como dijo me comió a besos, no pude evitarlo y busqué con la mirada a Noelia, la vi sentada en el sofá, se levantó y vino a saludar a su madre. Se que se extraño por como la miraba pero no dijo nada. Durante la cena no dejamos de mirarnos, pero es que la confesión de mi tía había hecho que descubriera que tenia una hermana…mi hermana pequeña.

Se que esa noche muchas preguntas se agolparon en la cabeza de Noelia, mi comportamiento era extraño y ella lo notaba. Mi tía se despidió de mi con su cariño habitual frente a los demás, y al poco rato yo me fui a dormir también, estaba agotado.

Cuando estaba en mi habitación me fije en lo enrojecida que tenía mi polla, después de la follada con mi tía y el ligero dolor de mi culo, debido al plug.

—No quiero pensar como lo tendrá mi tía. Pobrecita mía. Pensé con cariño.

Esa noche dormí como un bebé. Soñé con mi tía y con Noelia, sueños húmedos y lascivos, en los que ellas dos eran mis esclavas sexuales y colmaban todos mis deseos y bajezas. Fueron sueños muy intensos, en los que sus cuerpos aparecían desnudos y provocativos, mostrándose ante mi sin vergüenza y dándome un placer que no conocía.

Cuando me desperté estaba muy excitado, después de la tarde que pasé con mi amada tía tenia una erección de caballo y mis huevos me dolían del calentón que llevaba después de recordar lo soñado. Creo que si Paula hubiese estado en casa la habría follado hasta la extenuación, pero miré la hora y eran la once de la mañana. Mi amada estaría trabajando, Noelia estaría en el gimnasio y solo estaría con mi prima Alba y una sonrisa maquiavélica se dibujó en mi cara.

Me fui a duchar y bajé a la cocina, pero cuando abrí la puerta me encontré con una estampa difícil de olvidar. Noelia estaba en bikini, con sus tetas prácticamente al aire y esa braguita que tapaba mas bien poco y se metía en la rajita de su culo dejando sus nalgas, esos dos perfectos globos de carne a la vista.

—Buenos días Luismi, dijo con cariño, ¿Quieres desayunar?

Me acerque a ella mirándola con amor y la abracé contra mi cuerpo. Ella no rechazó el abrazo pero quería separarse de mí y mirarme a los ojos, dejé que lo hiciera.

—Luismi, desde ayer por la noche estas muy raro…¿Qué ha ocurrido?

—¿Tiene que ocurrir algo para darte cuenta de lo que quieres a una persona?

—¿Me…me quieres? Pregunto indecisa.

—Te quiero mi amor, te amo como no te haces una idea y quiero que sepas que nunca, nunca dejaré que te pase nada malo, siempre estaré a tu lado cuando me lo pidas, protegiéndote y te apoyaré en todo lo que me pidas.

Vi como su mentón temblaba y sus ojitos, sus preciosos ojitos se llenaban de lágrimas.

—Pen…pensé que después de lo que habías visto te había perdido para siempre.

—Nunca Noelia, nunca me perderás.

Mi hermana se abrazó a mi como si de ello dependiese su vida. Buscó mi boca con urgencia y no rechacé el beso pasional que me dio. Tenía su cuerpo prácticamente desnudo abrazándome y yo solo estaba con unos pantalones cortos. Me sentó en una silla y ella se sentó a horcajadas sobre mi ya crecida polla. Me miró con esa cara traviesa y esos ojitos vivaces mientras sus caderas se movían frotándose con descaro sobre mi balano. La miré embobado y es que tenia una hermana que era una autentica preciosidad.

—Noelia, tu hermana esta arriba, esto no es buena idea

Mi hermana sonrió con maldad mientras negaba con la cabeza, se levantaba y deshacía los nudos laterales de la braguita de su bikini para seguidamente quitárselo. Echó mano a su espalda y se quitó la parte de arriba quedando completamente desnuda. Se arrodilló delante de mi y agarrando del elástico de mis pantalones me los quito quedando los dos desnudos.

—Mi amor estamos solos, Alba se ha ido esta mañana a la piscina con la gente del instituto y yo no pienso ir al gimnasio hoy. Tenemos todo el día para nosotros.

Me asusté, después de la follada con mi tía estaba dolorido y seco o eso creía. Lo bueno de tener veinte años es que siempre estas dispuesto para follar. Una buena noche de descanso y preparado para dar placer de nuevo y con Noelia desnuda era difícil decir que no.

Recogimos la ropa del suelo, me dio la mano y nos subimos a mi habitación donde toda la mañana estuvimos disfrutando de nosotros. Follamos como desesperados, aunque una parte de mi se sentía mal por traicionar el amor de mi tía. Pero era imposible resistirse a la pasión de Noelia, mas aun cuando al final de uno de sus muchos orgasmos, me confesó que estaba muy enamorada de mi y que tenia un sentimiento muy intenso que nunca había sentido.

Terminaba el mes de agosto y dio paso a un tranquilo mes de septiembre. Lo único reseñable es que mi madre se ausentaba más a menudo que lo habitual durante un par de días o un largo fin de semana.

Eso me preocupó por que pensé seriamente que se había enamorado de una persona y dentro de poco hablaría conmigo para decirme que un nuevo miembro pasaría a engrosar mi familia y eso podía ser muy peligroso viviendo con cuatro mujeres que eran una autentica preciosidad. Imaginaba la situación al meter a otro hombre en casa con mi tía, mis primas y mi madre paseándose delante de el ligeras de ropa. Creo que habría más que palabras y yo me volvería loco.

Mi madre se hizo cargo, a pesar de las protestas de mi tía, de las matriculas de la universidad de Noelia y Alba. Noelia estudiaría lo que me dijo en su momento Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Alba eligió Ingeniería Naval, las dos tenían nota de corte para elegir sus carreras, así que cuando empezó el año universitario todas las mañanas nos íbamos los tres en mi coche a la universidad. La normalidad ya se había instalado entre los cinco, atrás quedaban los meses de desesperación por lo que hizo mi tío. Tanto Paula como Noelia y Alba habían aceptado este nuevo modo de vida y se habían adaptado a él.

Hubo muchos más momentos de pasión entre mi tía, mis primas y yo. Mi casa era una balsa de aceite donde tres mujeres aprovechaban la mínima oportunidad para satisfacer sus deseos. Mi tía Paula y Noelia eran las mas pasionales, nuestra relación se basaba en el amor que sentíamos entre nosotros. Alba era todo ternura, pero era la mas cerebral y me lo dejó claro desde el primer momento que le gustaría conocer a más gente.

De que me podía quejar, mi vida seria la envidia de cualquier hombre, era el consentido de cuatro mujeres que se desvivían por mí, me cuidaban como a un rey y era abrir la boca y sobre todo mi tía estaba pendiente de darme todos los caprichos ¿Qué podría ir mal?

Como dijo al principio de esta historia mi madre, las cosas son factibles de cambio en cuestión de horas. Lo que hoy es una relación maravillosa, mañana se torna en una autentica pesadilla.

Ocurrió una semana antes de la navidad. Era sábado y todos estábamos sentados en la sobremesa decidiendo que íbamos a hacer en nochebuena y nochevieja, que pondríamos de cenar, que comeríamos…donde iríamos de fiesta, cuando sonó el timbre de la entrada. Todos nos quedamos mirando y fue mi madre la que habló.

—Luismi, ve a ver quién es. Seguro que es algún repartidor con una cesta para mí. Rio divertida.

Cuando abrí la puerta se me heló la sangre en las venas y una especie de ahogo se apoderó de mí. En la puerta, apuesto y elegantemente vestido se encontraba mi tío con un ridículo ramo de flores.

—Hola Luismi…¿Es…esta tu tía en casa?

—Si claro, dije seriamente, pasa ahora la aviso.

Mi corazón bombeaba furioso, sabia lo que esto podría acarrear, solo pedía que mi tía fuese sensata y le mandase a la mierda por lo que le hizo en su momento, dejarla tirada en la calle con sus hijas. Se que mi tía supo enseguida que algo iba mal cuando entré en la cocina y vio mi cara.

—Tía, en el recibidor hay alguien que quiere verte. Dije con tristeza.

Mi tía se levantó rápidamente y se asomó por la puerta, miro seria a sus hijas y lo dijo sin sentimiento.

—Vuestro padre está en la entrada.

—¡¡PAPAAA!! Gritaron las dos al unísono, saliendo de la cocina a toda prisa.

Vi como mis tres mujeres salían por la puerta. Fui a salir detrás de ellas pero mi madre me detuvo.

—Luismi quédate aquí conmigo, lo que tenga que ocurrir y lo que tengan que hablar, tiene que ser entre ellos cuatro.

—Pero mamá. ¿Como tiene la cara de presentarse así después de lo que les hizo? Dije casi llorando. Le odio, dije fuera de mí, no tiene ningún derecho para presentarse así, sin más.

—Cielo, tranquilízate, he sido yo quien después de muchos viajes y de pasar horas y horas hablando con el he conseguido que entienda que lo que hizo no es lo correcto y que debe de hablar con su mujer.

En esos momentos odie a mi madre por destrozar mi mundo, por quitarme lo que mas amaba en esta vida.

—Ha sido tu tío el que me ha ayudado económicamente a llevar todo esto y el que ha pagado la matricula de tus primas. Si no era imposible que con mi sueldo pudiésemos vivir los cinco tan holgadamente.

En esos momentos entraron los cuatro en la cocina. Mis primas estaban locas de alegría, y mi tía tenia cara de circunstancias. Mi tío se fue a mi madre y la abrazo con cariño.

—Maripi, muchas, muchísimas gracias por lo que has hecho por mí, bueno, por nosotros. Dijo mi tío.

Se volvió y me miro con cariño, abrazándome también. Eso revolvió mi estómago.

—Luismi no se como darte las gracias por como has cuidado de tu tía y tus primas. Estoy en deuda contigo.

¡¡ME LAS HE FOLLADO HASTA DESFALLECER…GILIPOLLAS!! Grité en mi cabeza pero lo que salió por mi boca fue otra cosa.

—No…no tenías ningún derecho de hacer lo que les hiciste…cabrón. Las dejaste en la puta calle.

—¡¡LUISMIII!! Grito mi madre. No eres quien para juzgar a nadie, pide inmediatamente perdón a tu tío.

—No Maripi, tu hijo tiene razón, tercio mi tío, fui un cabrón desalmado por que la ira me cegó totalmente y me sentí engañado. Pero todos estos meses y la ayuda de tu madre me han hecho abrir los ojos. Luismi, siempre nos hemos llevado bien, espero que puedas perdonar lo que he hecho.

Mire a mi tía que en ningún momento me miro a la cara. Sus ojos miraban al suelo, mire a mis primas y veía sus caras de felicidad mirando a su padre con devoción. Estaba a punto de explotar, mi cabeza bullía con ideas de asesinato hacia mi tío.

—Vete a la mierda tío… ¡¡IROS A LA MIERDA TODOS!!

Sali de esa cocina destrozado, subí a mi habitación y del portazo que di casi arranco el marco de la puerta. Al poco rato oír risas, barullo, la puerta de la calle y luego silencio, un angustioso silencio y me eche a llorar como un niño.

No se cuánto tiempo había pasado. Unos nudillos golpearon mi puerta y al poco entraba mi madre, se sentó en la cama y acarició mi cara maternalmente.

—¿Estas más tranquilo mi amor?

—No mamá no puedo estar tranquilo, parece que la tía y las primas se han olvidado de lo que ese hijo de puta les hizo.

—A ver Luismi, mas vale que vayas aceptando, si todo va como tiene que ir, que tu tía y tus primas mañana vuelven a su casa a empezar una nueva vida con su padre. Acéptalo por que es lo más lógico.

Al poco oí como mis primas llegaban a casa cargadas de bolsas. Oí con claridad que mi tía se había ido con su marido y pasarían la noche en el hotel donde se alojaba mi tío. Eso me destrozó anímicamente, me hundió en la miseria. Mi tía, mi amada, el amor de mi vida iba a pasar la noche en un hotel con otro hombre, me da igual que fuese su marido, se iba a acostar con otro hombre. Lloré hasta quedarme sin lágrimas, la sensación que tenia en mi interior me estaba destrozando y terminé vomitando la comida.

Se que tocaron a mi puerta y era Noelia. Al otro lado, mi prima me decía que necesitaba hablar conmigo pero no atendí a su petición. Esa noche no pude dormir, pensando en todo momento que estaría haciendo el amor de mi vida. Las horas pasaron lentamente. Vi amanecer. Oí el despertador de mi madre y al poco a mis primas arreglándose y mas tarde el timbre de entrada y la voz eufórica de mi tío reclamando a sus hijas.

No tardaron unos nudillos en golpear mi puerta y aparecer mi tía guapísima y elegantemente vestida. Según me vio se llevo las manos a la boca y me miró con preocupación, tomo aire y me lo dijo con todo el cariño del que era capaz en ese momento difícil.

—Mi amor vengo a despedirme. Me voy a casa con tu tío y tus primas, nuestro avión sale dentro de unas horas.

De mis ojos empezaron a brotar lagrimas que inundaron mis ojos y cayeron por mis mejillas hacia el suelo. Mi llanto era incontrolable y me estaba derrumbando ante la mujer que amaba.

—No llores mi amor, no hagas esto mas difícil de lo que es. Dijo mi tía con la voz rota.

—Me engañaste…me hiciste creer que siempre estaríamos juntos, decía entre hipidos…

—Entiéndelo mi amor, tengo que pensar en el futuro de mis hijas y…

—Me has mentido, me hiciste prometer que siempre estaría a tu lado y no nos separaríamos me lo hiciste jurar. Lloraba desconsolado.

Mi tía miraba avergonzada al suelo sin saber muy bien lo que decir. En esos momentos no entendía a razones, solo sabia que las mujeres que más quería desaparecían de mi vida de un plumazo y se iban a cientos de kilómetros de mí.

—Vete, no hace falta que estés aquí.

—Luismi…por favor, no me hagas esto, yo…

—Que te vayas, joder, no quiero volver a verte, eres una hipócrita

Vi temblar el mentón de mi tía y dándose la media vuelta salió de mi habitación y de mi vida. Oí como mis primas lloraban cuando su madre les dijo que no subieran a despedirse ya que estaba muy nervioso y mi reacción era impredecible.

—Venga marcharos, ya me encargaré de hablar yo con él, oí que decía mi madre.

Tardaron poco en abandonar la casa y que esta se quedase sorda. Ya no se oían las risas de mis primas, ni mi tía hablando con mi madre, ni sus nudillos golpeando mi puerta para entrar furtivamente y robarme un beso pasional. Volví a llorar con desesperación pensando en que mi mundo se acaba en ese momento. Era como un perro abandonado en cualquier punto de una cuneta de vaya usted a saber que carretera que ni existía en los mapas.

Me quedé dormido de puro agotamiento pero mi sueño no fue tranquilo. Cuando me desperté mi madre había dejado mi teléfono móvil en la mesilla y vi que me lo había cargado. Tenía infinidad de wasap de teléfonos que no conocía. Cuando los abrí supe que eran de mi tía y de mis primas. Esa tarde cuando salieron con mi tío se fueron de compras y lo primero fue comprarles un teléfono móvil. En su momento el se los quitó y el tiempo que estuvieron con nosotros había gastos más importantes que eso.

No me quiero extender con esto, con lo que pensaba y como me encontraba. Solo os puedo decir que fueron las peores navidades de mi vida, pero también los mejores reyes. Se que detrás de esos regalos carísimos estaba la mano de mi tía. Los siguientes días fueron muy tristes. Empecé de nuevo las clases, pero en el coche como al principio de esta historia iba yo solo. Mis primas ya no estaban y echaba todo muchísimo de menos, pero como dijo mi madre poco a poco iras viendo luz al final del túnel.

Mi madre no hizo preguntas comprometedoras, pero se que se extraño y mucho de mi actitud, ante la marcha de mi tía y mis primas, pero lo dejo correr. Terminando enero me dijo que el jueves se iría para hacerse cargo de un caso en La Coruña, estaría hasta el domingo que vendría por la noche. Eso me deprimió, pasaría cuatro días solo, pensando en que si estuviesen mis chicas, no hubiese parado de follar con ellas.

El jueves antes de irse desayunamos juntos. Estaba deprimido, aparte de no poder quitarme de la cabeza a esas tres mujeres, ahora se unía el hecho de pasar cuatro días solo y sin ningún plan. Esto que hoy me atenazaba la garganta, hace un año hubiese sido motivo de alegría porque podría hacer lo que me diese la gana.

—Vamos Luismi alegra esa cara, dijo mi madre con paciencia. Mira te voy a decir algo que se que te va a alegrar el día.

—No creo que nada me pueda alegrar el día. Respondí derrotado.

—Yo creo que sí. Tu prima Alba viene a vivir a casa, su carrera la va a hacer en nuestras cuidad. ¿Sabes lo que significa eso? Vas a poder malcriar a tu prima pequeña, aparte de que tu tía pasará temporadas en casa para estar con su niña.

—¿Y Noelia? Pregunté ilusionado.

—Noelia esta en Salamanca, ella va a hacer su carrera en esa ciudad. Sus padres le han buscado un apartamento muy cerca de la universidad.

«SERA PUTA» Pensé con una sonrisa en mi cara.Un apartamento para ella sola, para follar con quien quiera sin dar explicaciones…la tendré que hacer una visita.

—Y ahora dime que esto no te ha alegrado el día.

Lo confieso, no me lo había alegrado, era mucho mejor, habia hecho que empezase extraordinariamente bien y mejoró cuando llegué de clase y me encontré a mi tía esperándome risueña. Al abrir la puerta mi tía me empujó dentro de casa y me llevó en volandas a mi habitación a follar. Dios, fue increíble, tres días viviendo con mi amada como si fuésemos una pareja de adolescentes salidos.

Ya han pasado cuatro meses desde esa aciaga navidad. Las cosas han cambiado mucho, mi prima Alba vive con nosotros y me da todo el sexo que pueda querer. Mi tía viene a menudo a vernos y curiosamente es cuando mi tío sale de viaje y mi madre tiene que atender otros casos fuera de Madrid, es obvio que algo pasa, pero tampoco quiero hacer preguntas incomodas. Me encanta tenerla a mi lado, sabiendo que en cualquier momento me va a besar o vamos a follar. A Noelia la he visitado ya un par de veces y me ha dejado seco, aunque me ha confesado que folla día sí y día…también. Ha sido, es y será muy puta pero siempre estará disponible para mí.

Mi vida ahora mismo es muy tranquila aunque Alba vive en casa, se que se acuesta con otros hombres, no es que me lo haya confesado pero en su día me lo dijo. Mi tía ha ido poco a poco hablando conmigo, explicándome sus razones, el por qué tomo su decisión de volver con mi tío aunque no le apetecía nada, pero era lo mas sensato. Y gracias a ella ahora estoy saliendo con una mujer maravillosa. La que fue compañera suya en la tienda de lencería, Olga, una chica preciosa que me gustó desde el primer día, me lo dejó caer como quien no quiere la cosa:

—¿Sabes Luismi? El otro día hablando con Olga, mi excompañera de trabajo, me enteré que lo ha dejado con el novio antes de navidad y esta soltera y sin compromiso. ¿Por qué no te pasas un día por la tienda y la invitas a tomar algo?

Paula y yo siempre estaremos juntos. Nos pertenecemos aunque haya otras personas en nuestras vidas. No podemos estar separados aunque somos conscientes de nuestra situación, pero eso hace que nuestro deseo se multiplique al saber que muy pronto nos volveremos a ver y estaremos desnudos en una cama mirándonos con la pasión de dos amantes enfebrecidos.

FIN

 

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