La vida en ocasiones te coloca en situaciones extremas, situaciones que nunca creíste tener que vivir, pero que al final has de afrontar para seguir adelante.
Una joven estudiante de Bellas Artes se siente atraída por una desconocida mujer empresaria que la induce a una relación lésbica con lluvia dorada.
No siempre se puede tener lo que se quiere. Los destinos ya están marcados y aunque intentes hacer el tuyo, siempre llegas al lugar indicado. Una historia termina, pero un amor comienza, el cual fue el que estaba planeado.
...se lanzó directo a mis pezones. Los atacó con todas las armas que tenía, dedos, labios, dientes, lengua...
Me toco atender una niña que había sufrido un accidente, no era tan niña
—Tu eres la que luce preciosa cariño —susurró en mi oreja.
—Por cierto, quiero darte un obsequio por tu cumpleaños, sé que ya paso hace un par de meses, pero me gustaría que lo conservaras —le pase un pequeño envoltorio.
“Me confundes”
-Mia, ya se cual es mi deseo- dijo -¿Cuál?- -Bésame…-
...Tenía los ojos cerrados y apretados, con el ceño fruncido; mordía sus labios, por el lado izquierdo, de la manera más sensual; al parecer estaba gozando bastante del momento...
...Miraba mis labios, yo los suyos. Sentía como todo a nuestro alrededor comenzaba a desenfocarse, a dejar de importarme; solo estaba ella, ella y sus labios…
...mis manos siguieron su travesía hasta sus pechos que me esperaban gustosos. Los pezones ya estaban duros, sedientos de mis caricias, y ¿Quién era yo para negárselas?...
Así fue la relación con mi prima
No aclares que oscureces es una frase que identifica este momento, tratando de hacer lo bueno puede ser confundido con lo peor. Todo se enreda, ojala encuentren la manera de resolverlo y decidan con quien en verdad quieren estar.
-¿Y, por qué tan guapa?- vaya que me sonrojé con esa pregunta. ¿Podría ser que esa hermosa chica compartiera las mismas orientaciones sexuales que yo?
Soy Silvia, 35 años, soy lesbiana, mi familia no lo sabe, menos mi hermana con quien fantaseo
—Quiero que está noche, uses el mismo enterizo de color gris metalizado, ese que usaste cuando me ibas a invitar a salir —susurró en mí oreja.
...la cuestioné levantando la ceja derecha, cosa que al parecer la puso nerviosa… ¿Era yo capaz de ponerla nerviosa?...
Conocí una amiga por Internet, entonces decidimos interactuar personalmente
Me desnudé y fui hacia el pasillo de duchas individuales. Entré en una de ellas y me metí bajo el chorro. Mi mano bajó hacia el coño y apartando los pelos que lo cubre, mis dedos buscaron el clítoris. Me acaricié frenéticamente.