miprimita.com

Es un Te encontraré 9

en Lésbicos

Capítulo 9

En el año de 1600 un par de mujeres se conocieron; las dos eran de familia acomodada, siempre tuvieron lo que quisieron… pero para esta situación eso no les serviría de nada.

Una de ellas se llamaba Katherine la otra,

Emily.

Se conocieron en un baile. Ellas no lo sabían, pero eso sería algo amargo.

Katherine la vio a lo lejos; llegando del brazo de un noble Conde. El salón estaba lleno de espejos, por lo que creyó que solo era una hermosa visión.

Emily la pudo ver de lejos, y eso la hizo querer correr a sus brazos, pero tenía que aparentar, pues era una dama.

La hermosa joven rubia, con aquel Barón bailó; mientras la celosa mujer que la veía de lejos, salía al balcón; no importando le mojarse con la lluvia.

De pronto, en su hombro pudo sentir una delgada mano, y al voltear pudo ver qué era la hermosa  veneciana, sintiéndome cautivadoramente.

-¿Se encuentra usted bien, noble dama?  Pareciere que necesita aire fresco-

-Solo una cosa deseo: que me responda si ¿Es usted un ángel?-

-Un ángel no soy, se lo puedo asegurar- dijo, sonrojándose – bastante más cerca del infierno me encuentro-

-Si usted al infierno a de ir, desde este momento yo quiero comenzar a arder-

-De no ser porque es usted una dama, juraría que me está cortejando… aunque ¿Qué puedo decir yo?-

-No se preocupe, mi noble dama,  yo solo estoy diciendo la verdad. Sin embargo, yo sé que es a aquel hombre a quien usted añora-.

-¿A qué hombre se refiere usted?  ¿Ese de allá quien a mil doncellas tiene rendidas?- dijo señalando al joven vestido con finos ropajes, que por tres mujeres era adulado.

-A ese mismo me refiero, de quien usted a llegado acompañada; debe ser la envidia de todas. Pero a mí me importa sólo usted, y un beso le quisiera yo robar-  y la atrevida Katherine a ella se acercó.

-Ángeles del cielo, ¡ésta mujer me quiere besar! Pero no puedo sus labios dejar de ver-

-Un simple beso yo quiero, para con aquellos ángeles poder estar… por favor, solo un beso- y así, se besaron apasionadamente – de sus labios jamás me quiero despegar- Todos aquellos recuerdos llegaron a su mente.

-Eres tú, a quien tantos años he buscado; ¡La otra mitad de mi alma!- se volvieron a besar… pero es entonces cuando el Conde entró…

-A un duelo a muerte te retaría si no fuera porque eres mujer, pero por mi madre muerta juro, que esto no volverá a pasar-.

Aquel hombre se moría por darle su merecido; pero fue más macabra su decisión, pues eligió destrozarla por dentro.

-¿Tú de ella te has enamorado? ¿Qué no te lo ha dicho? Emily y yo pronto nos casaremos y  después nos iremos a América.

- Emily, por favor niega lo que este hombre acaba de decir; que si eso pasa, ni con todo el oro del mundo mi corazón latiría otra vez-

- Siento decírtelo de esta manera, pero así es como debe de ser. No es porque yo así lo desee, pero es parte de mis responsabilidades con mi familia-

-¿Todo lo que juntas hemos pasado, y así lo quieres terminar? ¿Acaso piensas que es pecado?-

-En otra vida será… disculpa por herirte,  espero y que me llegues a perdonar, yo jamás dejaré de amarte.-

Así, esa noche, katherine a su amada vio partir sin que nada de lo que dijera la hiciera cambiar de parecer. No importó reencontrar a su amor perdido… era muy tarde.

En esa desdichada vida, no pudieron ser tan valientes como para luchar. “Así tiene que ser” Emily decía. Pero dentro del corazón de Kate algo se estaba rompiendo, ahora sería mucho lo que tendría que esperar…

Esa misma noche, por aquel doloroso momento, en aquel palacio de ensueño, fue una daga la que se clavó en el pecho…

-Sin ti, mi amada Ginebra no tengo más motivos para vivir… para poder estar a tu lado solo me queda la muerte… y por eso mi adolorido corazón ha de celebrar. Hasta pronto mi bella guerrera, ruego a Dios que mis brazos pronto te sostengan…-

Y con esas desventuradas palabras la joven amante dio su último suspiro…

***************************************************+*

 

Dos semanas habían pasado desde que había conocido a la Isabelle -feroz e independiente- que no necesita ser salvada… dos semanas desde que  estuvimos a unos centímetros de besarnos… dos semanas de que ella parecía más confundida que de costumbre… dos semanas donde nuestras pesadillas aumentaron, y dos semanas de no poder parar de pensar en ella.

El detalle de las pesadillas era algo extraño. Cuando ella me lo mencionó, no le tomé mucha importancia, pero después de escucharla gritar varias noches seguidas, e ir a ver qué pasaba, ella me contó de lo que trataban. Casi muero de la sorpresa cuando me contó uno de mis sueños más recurrentes con lujo de detalle. Ahora estaba segura de que algo pasaba entre esa chica y yo; pareciera como si el universo conspirara para que estuviéramos juntas. Primero, lo de los billetes con mensajes nada disimulados, luego las pesadillas, el escorpión en un momento bastante oportuno; tenia que hacer algo al respecto.

-¿A dónde vas? Es sábado por la mañana- me dijo con su tierna voz desde el sofá con un libro entre sus manos y los pies sobre el asiento.

-Al gimnasio jaja ¿Vienes?-

-¡NO! Yo no estoy loca como para querer hacer ejercicio a las 8 de la mañana- y me sacó la lengua.

-jajajaja Venga ¿Tan grandota y tan floja? Acompáñame, ándale-

-No quiero ir- he hizo un puchero.

-Si vas, te doy mi cama por una semana-

-¡Ahora mismo me baño!- saltó del sofá y se dirigió a la ducha dando saltitos. Ahora yo tendría que dormir en su cama… bueno, eso no era tan malo.

Una hora más tarde, salimos del departamento hacia el gimnasio. Ella llevaba una pantalonera negra holgada, de esa tela que parece hule, y una blusa sin mangas, blanca y muy ceñida al cuerpo; su cabello iba recogido en una coleta alta.

Yo por mi parte, llevaba un short chiquito y una blusa, sin mangas, negra, con el cabello en un moño bastante desarreglado.

-¡Llegas tarde, Amelia! Vamos, vamos, a calentar- dijo ese hombre alto, musculoso, y con un toque de homosexualidad que nadie podría distinguir, con un tono de típico entrenador.

-¿Y yo qué hago?- me preguntó Isa.

-Mmm, calienta conmigo, y luego podemos practicar un poco juntas-

-¿Practicar?-

-jajaja Yo vengo a box. No a spinning ni a esas cosas -

-¿Tú en box? Oh vamos jajajaja pero si eres del tipo “me rompí una uña”- dijo, mientras se agarraba una mano, en señal de dolor fingido, con una voz de exagerada femineidad.

-Eso me suena un poco a reto- levanté la ceja

-Te patearía el trasero, preciosa- me guiño el ojo – pelea callejera le gana a box, aparte, apuesto a que pegas como niña jajajaja-

- Has herido mi ego. Tendré que darte tu merecido, querida-

-jajajajajaja Entonces a calentar, ya quiero verte cuando te dé el primer golpe-

Estaba muerta de risa por su actitud retadora y bravucona, pero tenia que aparentar seriedad. No pretendía golpearla, solo disfrutaría un poco de la vista.

Christopher, el entrenador, nos puso el calentamiento; que consistía en unos estiramientos, saltar la cuerda, golpear un poco el costal, luego la pera y por último, podríamos subir al ring.

Era un verdadero espectáculo ver a Isabelle Murillo ejercitarse; ese cuerpo  moviéndose en perfecta sincronía… sus músculos contrayéndose y relajándose… ese trasero tan magníficamente formado… sus piernas… sus brazos… su abdomen…

-¿Qué miras?-

-¿Qué? No… ah nada, nada yo no miraba nada- ¡rayos! Me había sorprendido mirándola con descarada lujuria.

-¿Me estabas viendo el trasero?- esa mirada de nuevo, esa chispa en sus ojos…

-Muy bien chicas, su turno. Pónganse las protecciones y suban- interrumpió el entrenador.

Nos colocamos la careta, los guantes y esa cosita -para no tumbarnos un diente, que no se como se llame-. Ella se quitó la blusa, quedando en un ajustado top color negro, que dejaba al descubierto su abdomen… era tan sensual.

-Muy bien ¿Lista para perder?- me dijo a través de “esa cosita para la boca”, que le generaba una voz graciosa.

-¿Qué te parece si lo ponemos más interesante?- bueno… ambas teníamos la voz graciosa.

-¿Quieres apostar?- ahora dábamos vueltas al centro del cuadrilátero,  esperando a que empezaran los golpes.

-La que pierda, le concede un deseo a la otra-

-Hecho- chocamos los guantes y nos pusimos en guardia.

Ella dio el primer golpe… vaya que pegaba duro, sentí como si se me quisiera desprender la cabeza del cuello.

-Defiéndete- y al descuidarse para decir eso yo le  solté un gancho al hígado con un 30% de mi fuerza total, no quería lastimarla.

-¡Pegas como niña¡ jajajaja-

Dos golpes más y vi estrellitas. La chica me knockeo; estaba consciente pero todo me daba vueltas, trataba de pararme pero mi cuerpo no me obedecía correctamente.

-Hey ¿Estás bien?- pude ver su rostro preocupado muy cerca del mío mientras yo solo trataba de que las cosas a mi alrededor se quedaran quietas.

-¡MIA! reacciona- su voz de iba alejando hasta que sentí algo frío en el cuerpo y me trajo de vuelta a la realidad.

-Ouch- dije.

-Tonta, me tenias muerta de preocupación- y se aferró con todas sus fuerzas a mi cuerpo –perdóname, perdóname, perdóname-

Pude notar que estaba completamente empapada, al parecer, Chris me había echado un balde de agua fría encima.

-Ven acá- sin ningún esfuerzo, aquel hombre me levantó en brazos, y me llevó a una banca de madera, donde me recostó. –Quédate ahí hasta que sientas que no te caerás, y no te duermas- yo solo asentí con la cabeza.

-Bueno, creo que estoy en deuda contigo. ¿Cuál es su deseo, señorita?- dije sintiéndome genio de lámpara maravillosa.

No contestó…

-Hey, ¿Qué pasa? ¿Estas bien?- estaba sentada a mi lado, en la banca, pero tenía su rostro volteando hacia mis pies. –Nena, mírame-  no lo hizo.

Traté de ponerme de pie y todo me volvió a dar vueltas; al ver que me intentaba parar, volteó a verme y me acostó poniendo sus manos en mis hombros y empujando. Pude notar como su carita se había cubierto de una nube oscura, y sus ojos serían quienes soltaran esa lluvia.

-Hey, no, no llores, preciosa. Venga, estoy bien. Necesitarás más de unos golpes para verme caer- no me podía parar para abrazarla, pero podía acariciar su mejilla con mi mano.

-Me asusté mucho- y se tiró a mi pecho con un abrazo, sumiendo su rostro en medio de mis senos. Yo solo le correspondí el abrazo acariciando su espalda. –No te quiero perder a ti también-

-No me perderás, linda. Yo siempre estaré contigo- decir eso se sintió extraño; fue cómo si lo hubiera dicho antes, esa sensación de deja vu; decir eso era tan familiar y lo podía decir con tanta ligereza que se sintió raro, bien, pero raro.

Así se quedó por un momento, ella aferrada a mi, yo acariciando su espalda y jugando con su cabello. Unos minutos después, no se cuantos en realidad, intenté pararme y ya no me mareé, por lo que decidimos irnos de ahí. Invité a comer a mi amiga a subway y me quedé fascinada viendo como devorada dos subs de 15 cm, si que tenía buen apetito, pero me preguntaba… ¿Dónde ponía toda esa grasa? si tenía un cuerpo esculpido por Prexísteles

-¿En dónde metes tanta comida, niña?-

-jajaja Tengo una pierna hueca jajajajaja-

-jajajajaja Ya en serio jaja ¿Cómo le haces para que te quepa tanto? Yo batallé para terminarme uno-

-Déjame, estoy en crecimiento-

-¿Acaso piensas crecer más? Jajaja-

-Siii, tu deberías pensar en los mismo- ¡cómo me divertía a su lado!

-¿Ya no te duele?- tenia ojitos de culpa.

-Un poco, nena. Pero nada que unas aspirinas y un buen sueño no quiten-

-Bueno…-

-Venga, vamos a la casa-

 

Como le dije a Isa, un buen par de aspirinas y a dormir, aunque fueran solo las 5 de la tarde; eso era lo que necesitaba. Había olvidado completamente lo prometido esa mañana; por lo que me asusté cuando sentí alguien en mi cama ya entrada la noche.

-¿Qué? ¿Quién? ¿Qué ray… Isa?-

La chica estaba en cuatro sobre la cama, con su pijama de “catdog”  -que tenía a gato en el pecho y a perro en el short- viéndome con ternura mientras dormía, con su cajita de música bajo el brazo.

-Tu dijiste que me podía quedar con tu cama- dijo susurrando.

-Mmm cierto… ahora me voy…- contesté en el mismo tono, mientras agarraba mi almohada y me trataba de poner de pie para irme a su cuarto.

-No te vayas- me sujetó de la mano –no tendrá chiste si tú te vas-

Mi mente se quedó en blanco y solo pude obedecer y volverme a acostar. Se sentó a mi lado derecho, dió unas cuantas vueltas forzadas al mecanismo de la antigua cajita para ponerla a sonar, después la puso sobre el buró y se acurrucó a mi lado.

Esa canción me era tan familiar… era la sonata No. 16 en C mayor, de Mozart… y yo no tenía ni la menor idea de dónde acababa de sacar esa información. Mientras la escuchaba sentía como mi piel y mi corazón reaccionaban a la lenta tonada, otra vez esa sensación de deja vu ¿Qué me estaba pasando? ¿Cómo podía conocer yo esa canción, si jamás la había escuchado antes, o cuando menos no recordaba haberlo hecho? Mi cabeza era un nudo de pensamientos, por lo que decidí dejar de hacerlo y entregarme a Morfeo. Al voltear a mi lado derecho estaba Isa hecha un ovillo, ya profundamente dormida. Era extraño que no estuviera teniendo pesadillas; sí se movía mucho, como de costumbre, pero ¿Por qué la ausencia de pesadillas? Más preguntas; era mejor dormir...

Poco a poco fui relajando mis músculos, una vez más, entregándome lentamente al sopor, escuchando solo la respiración acompasada de Isa haciendo coro con la mía.

Todo quedó oscuro, pacíficamente oscuro…

-Mia, ya se cual es mi deseo- dijo

-¿Cuál?-

-Bésame…-

Hubo un poco de desorientación por un momento, pero después todo fue claro. Un beso…

Me senté en la cama de modo que ella quedó de frente a mí, pues estaba hincada delante de mí. Puse un mechón de su cabello tras su oreja y acaricié su mejilla muy despacio, disfrutando cada centímetro de su piel. Estaba asustada, podía sentir como temblaba bajo mi tacto, su corazón se le salía del pecho, pude ver como contenía la respiración.

-Respira… solo respira…- susurré.

Puse mi mano derecha alrededor de su cintura y la atraje hacia mí, quedando las dos hincadas, frente a frente, y muy de cerca. -Shhh… no pasa nada- le dije al oído para tranquilizarla.

Bajé mi mano hacia su cuello y metí mis dedos entre su cabello, la atraje hacia mí muy lentamente; intercalando las miradas entre sus labios y sus temerosos ojitos. Estando así de cerca, eran un libro abierto para mi: temor, inocencia, nerviosismo, ternura, esos ojitos traviesos, ese brillo de deseo y algo más… así de cerca podía ver perfectamente lo que, suponía, era amor… amor por mí.

Mientras más se acercaban nuestros rostros las dos comenzamos a cerrar los ojos como reflejo del momento; para poder ver con el corazón, para que ninguna imagen perturbara ese perfecto momento.

Nos continuamos acercando instintivamente, como si supiéramos bien la ubicación de los labios de la otra, como si lo hubiéramos hecho antes, cómo si…

Al fin nuestros labios se unieron; pude sentir el calor que emanaba su boca,  su cuerpo entero pegado al mío, la suavidad de sus labios, el sabor de sus besos… eso yo lo había sentido antes…

Y ahí fue cuando supe que eso no era un sueño.

 

 

-------------------

Muchas gracias a todos los que se han tomado el tiempo de escribirme, tanto a los que dejan sus comentarios aqui como a quienes me envian correos. Me alegra mucho que les guste el relato; despues de todo, ese es el objetivo. 

Por favor, no dejen de comentar, hagamos de esta una pagina más activa como lo era antes, tampoco se olviden de calificar los relatos que les gusten, eso benedicia a los autores.

Especiales gracias:

*Ivero54: me encanta que tu y tu pareja lo lean juntos. Saludos a ambos.

*HombreFx: Entiendo que uno no recuerda todos los relatos que lee pero... éste ya lo habias leido antes XD Es una reedicion de un relato que publique hace 6 años jaja relato que leiste, calificaste y comentaste jajaja fue desde esta misma cuenta y solo he cambiado algunos errores gramaticales. En fin, XD me da gusto que te siga gustando jajaja y mejor aun, que no te aucerdes del final jajaja asi será como una sorpresa.

Saludos desde Mexico

Hel

Mas de hel

Quisiera que fueras mía 3

Quisiera que fueras mía 2

Quisiera que fueras mia

Es un Te encontraré 17 (Final)

Es un Te encontraré 16

Es un Te encontraré 15

Es un Te encontraré 14

Es un Te encontraré 13

Es un Te encontraré 12

Es un Te encontraré 11

Es un Te encontraré 10

Es un Te encontraré 7

Es un Te encontraré 6

Es un Te encotraré 6

Es un Te encotraré 5

Es un Te encotraré 4

Es un Te econtraré 2 y 3

Es un Te encontraré

Quisiera que fueras mía

Porque te amo

Srita. bomba atómica

Srita. bomba atómica

Un pájaro azul

Srita. bomba atómica

Solo por diversión 5

Solo por diversión 4

Solo por diversión 3

Solo por diversión 2

Solo por diversión 1

Crónicas de una imaginación peligrosa 4

Cada mañana

Crónicas de una imaginación peligrosa (3)

68

Crónicas de una imaginación peligrosa (2)

Crónicas de una imaginación peligrosa 1

Crónicas de una imaginación peligrosa (prefacio)

Es un te encontraré... (17) FINAL

Es un te encontraré... (16)

Hacer el amor en una noche de tormenta

Es un te encontraré... (15)

Es un te encontraré...(14)

Es un te encontraré... (13)

Es un te encontraré... (12)

Es un te encontraré...(11)

Es un te encontraré... (10)

Es un te encontraré... (9)

Es un te encontraré...(8)

Es un te encontraré... (7)

Es un te encontraré... (6)

Es un te encontraré... (5)

Es un te encontraré... (4)

Es un te encontraré... (3)

Es un te encontraré... (2)

Es un “te encontrare”

La chica de la armadura de arcilla (10) FINAL

La chica de la armadura de arcilla (9)

La chica de la armadura de arcilla (8)

La chica de la armadura de arcilla (7)

La chica de la armadura de arcilla (6)

La chica de la armadura de arcilla (5)

La chica de la armadura de arcilla (4)

La chica de la armadura de arcilla (3)

La chica de la armadura de arcilla (2)

La chica de la armadura de arcilla (1)