Julia era prima de su mujer, una chica que desprendía sensualidad por cada poro de su piel, se sabía guapa y deseada, y eso la convertía en una pequeña maquiavela. Su deporte favorito era calentarle, y para ello no tenía que esforzarse mucho, con solo un pequeño movimiento de su bien torneado trasero era capaz de despertar sus instintos más primarios.
Desde el día de su sueño procuraba mantenerse lo mas alejado posible, aunque no siempre lo conseguía, y cada vez que la veía era un suplicio .. Al hacer el amor con su mujer era a ella a quien amaba, besaba sus pechos y creía tener en su boca esos ricos pezones que le volvían loco. Cuando se deleitaba con sus jugos deseaba otros sabores, desconocidos pero tan ansiados que creía degustarlos. Uffffffffff, cada día le costaba mas mantener las distancias. Y el diablo volvió a hacer de las suyas.
Marta, la hermana pequeña de su mujer se casaba, tenía solamente veinte años y al ser ella diez y ocho años mayor la consideraba su pequeña. Fue su juguete de jovencita y ahora disfrutaba de los preparativos de la boda como si fuese la de su hija.
Y llegó el dichoso día. Desde que se levantaron comenzaron las complicaciones, el calentador de la ducha no funcionaba y eso les hizo perder un tiempo precioso . Llegaron a la Iglesia cuando ya había comenzado la ceremonia. La novia estaba preciosa, con su largo vestido blanco, adornado de flores de encaje. Con un gran escote que dejaba toda la espalda al descubierto .Pero no era esa, la espalda que quería ver, y buscó entre los asistentes. Estaba allí, en la segunda fila, llevaba un llamativo vestido rojo, unos finitos tirantes sujetaban el ceñido vestido que marcaba todas sus curvas. Cerró los ojos y se vio a si mismo bajando el vestido y besando ese cuerpo delicioso que le enloquecía.
Estiró de su mujer hasta conseguir sentarse tras ella. El vestido se pegaba a su cuerpo como una segunda piel que no dejaba mucho a la imaginación, marcando cada músculo y notándose claramente que no llevaba bragas.
Sus ojos no se apartaban de sus caderas, su cintura estrecha, su culo respingón (con la raja completamente marcada). Su mano dentro del bolsillo intentaba sujetar su pene para que la excitación no fuera tan evidente.
Acabó la ceremonia y todos se acercaron a felicitar a los novios. Al pasar por su lado Julia se arrimó a él, lo miraba y sonreía .. Con disimulo frotó su mano en la bragueta y le guiñó un ojo. Sabía como estaba, le conocía y estaba disfrutándolo.
Cuando la fiesta estaba mas animada, Marta pidió a Carmen que la acompañase a su piso, para arreglar unas cosas y cambiarse de ropa, a el no le importó, al contrario se sintió libre, y buscó con la mirada a Julia. Ella le miraba y pasaba la lengua provocativamente por los labios, ofreciéndole degustar las mieles de sus besos
. Había bebido algo más de la cuenta, y el alcohol mezclado con el deseo era una bomba de relojería que en cualquier momento podía estallar. Se acercó a ella . Su corazón parecía un caballo desbocado, cogió su mano y la estiro hasta el centro de la pista, había mucha gente y los empujaban y apretaban para satisfacción de él. Puso las manos en sus glúteos y la apretó hacia el para que notase su excitación, acercó la boca al oído y le dijo .
-- Así me tienes------
-- Porque quieres ------ contestó Julia apretándose mas contra el.
Estaban rodeados de gente pero ellos no veían a nadie, tal era el estado de excitación que se encontraban. La apretaba fuertemente mientras su lengua jugueteaba en su oreja produciéndole oleadas de placer. Sus manos entrelazadas a su espalda acariciaban los carnosos glúteos y se deslizaban por la cortisima falda pasando los dedos por los desnudos muslos. Julia atrevida introdujo una mano en su bolsillo y al notar su gran excitación, lo agarró por la mano y le dijo.
---¡¡¡ven sígueme!!!---
Se soltó de sus brazos y vio como se perdía en una puerta del fondo. Miró a su alrededor, creía que todos tenían que haberse dado cuenta, pero nadie le miraba. Con disimulo fue acercándose a la puerta. Volvió a mirar creyendo que todos estarían pendientes de sus pasos. Nadie le miraba . Estaban entusiasmados mirando una pareja de jóvenes que se movían como locos con el desenfrenado ritmo de un rock.
Entró, y se apoyó en la cerrada puerta, intentando que su corazón recuperara el ritmo. Solo entonces se entretuvo en mirar donde estaba Era un pasillo largo y al final estaban los servicios. Julia le esperaba en una de las puertas. Sonreía y le hacia señas para que se acercara. Se había quedado petrificado y no era capaz de dar un paso, Julia vino hacia el y estirando de su corbata lo hizo caminar tras ella, como si de un perrito se tratase.
Entraron en los lavabos. Le costaba respirar. Todavía no la había tocado y estaba tan excitado, que le dolían los testículos de tanta tensión que estaban soportando. O ponía remedio pronto, o iba a durar menos que un caramelo a la puerta de un colegio.
Se soltó, y acercándose al lavabo mojó repetidas veces su nuca con agua fresca. Mientras lo hacía, pensaba en lo que estaba pasando, sabía las complicaciones que esto podía traer pero la deseaba tanto .. Le daba igual todo, viviría el momento, saciaría su deseo, después mejor no pensar en un después.
Se acercó a ella y pasó un dedo por el tirante de su vestido, lentamente lo fue bajando, se perdía en sus ojos, no podía apartar la mirada de esas pupilas que se agrandaban por la excitación y el deseo. Sus pechos quedaron al descubierto mostrando unas aureolas rosa oscuro, coronadas por unos pezones tiesos y vibrantes. Cuando rozó el pezón supersensible, lanzó un ahogado grito.
---Sshhh--- dijo----Nos van a oír----
---Uffffffff--- ¿No querrás que lo hagamos aquí mismo?
La empujó dentro de un servicio, y cerrando la puerta la tomó por los glúteos subiéndola hasta su cintura, la estrecha falda se deslizó por los muslos enroscándose en la cadera. Dejando al descubierto su sexo, depilado, ansioso
Julia cruzo las piernas en su cintura para mantener el equilibrio, y el aprovecho para soltar una de sus manos e introducirla en su rica conchita, caliente, jugosa . Sus dedos se deslizaban fácilmente por la húmeda abertura buscando el centro de su placer.
Ella gemía y se estremecía, sus manos intentaban inútilmente llegar a la bragueta, abrir la cremallera .El, sentía el pene palpitante, y sabía que si lo sacaba ya no abría marcha atrás, se correría nada mas tocarla . No era eso lo que quería, deseaba disfrutar cada segundo y hacerla gozar como una loca. Dándole impulso la izó hasta que el sexo de ella estuvo a la altura de su cara. Ella apoyó la espalda en la pared para no perder el equilibrio, y pasó las piernas sobre cada hombro como en un caballito inverso. Su sexo depilado y desnudo se incrustó contra nariz y boca, sintió el primer calambre del orgasmo al notar aquella lengua explorando su intimidad, de un lado a otro, de arriba abajo. Ummmmmmmmm su aroma le enloquecía. Tanto tiempo soñándolo y ahora estaba aquí, era real .. La lengua de Juan comenzó a jugar con el palpitante clítoris, sorbiéndolo, besándolo, mordisqueándolo, degustando el néctar de su pasión. Sus gemidos traspasaban la puerta, sabía que en cualquier momento alguien podría entrar y sería un escándalo. Pero en ese momento solo estaban el y ella, solo ellos dos con sus pasiones desatadas.
Se apretaba contra su boca. El sentía en su lengua los espasmos de un orgasmo increíble, toda ella se agitaba, sus manos aferraban su pelo, y apretaban su cabeza de tal forma que los sesos amenazaban con salir por la nariz. Ufffffffff se relajó y se deslizó por su cuerpo, hasta apoyar los pies en el suelo. Sus manos buscaron la cremallera y al abrirla salió la cabeza ansiosa buscando espacio. La tomó entre sus manos y pasó su lengua dulcemente por ella, lamiendo las primeras gotas de su excitación. Sus dedos aprisionaban los testículos mientras los lamía lentamente, deleitándose con sus sabores. Introdujo el pene en la boca y con la lengua golpeaba suavemente el glande notando como crecía, llenándola toda. Sintiendo en la garganta la presión de la palpitante verga que entraba y salía produciéndole oleadas de placer.
Estaba tan excitado . Necesitaba sentirse dentro de ella, se sentó en el water y tomándola por la cintura, la dirigió hasta su verga, tiesa, empalmada, la sentó encima y apretó con fuerza. Sintió como se abría paso en la cuevita cálida y húmeda. Comenzó los movimientos de vaivén, entraba y salía chapoteando en sus jugos, la sentía tan acogedora .. Le parecía que siempre había estado allí dentro, sintiendo su pene abrazado y exprimido con cada una de las contracciones de ella.
Necesitaba vaciarse en su interior, sentir como su polla explotaba, dejando salir toda esa pasión contenida. Estaba tan mojada Sus jugos salían en cada chapoteo humedeciendo sus glúteos, sus muslos, su ano. No conseguía saciarse de ella, y necesitaba probar nuevas sensaciones, horadar nuevas grutas. Sacó su polla y colocándola en el agujero fue apretando. Julia lanzó un grito ahogado.
---Ahhhhhh-------noooooooo-----
---Sshh, calla, siéntelo te gustara------
Primero despacio, sintiendo el glande abrirse paso en las oscuras profundidades de su cuerpo. Notando sus paredes rendirse ante la invasión a que eran sometidas, y abrirse dejando al intruso adueñarse de su hasta ahora invicta fortaleza
Los movimientos de vaivén le producían sensaciones hasta ahora desconocidas. Primero un dolor sordo que se fue apaciguando a medida que la verga dilataba el orificio. Luego al sentir que invadía sus entrañas una especie de escalofrió recorrió su columna transformándose en su interior en un orgasmo salvaje que la hizo aullar de placer.
Estaban sudorosos, agotados, pero se sentían satisfechos. Habían perdido la cuenta de las personas que entraron a los servicios y estuvieron a punto de descubrirlos. Ahora, ya saciados de su lujuria, tenían que volver con los invitados. Julia, aunque le costaba separarse de su amante, fue la primera en salir. Arregló su ropa, su pelo, refresco su cara y retocó su maquillaje. Aunque se la veía sofocada, podía muy bien pasar por los efectos del alcohol. Se asomó al servicio le besó en los labios y se fue.
Juan se quedó sentado en el retrete, pensativo. Había hecho realidad una de sus fantasías, la otra
Quizás un día le explicase a Carmen lo que había pasado. Y tal vez algún día su otra fantasía también se pudiese realizar