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Mi experiencia zoofílica

en Zoofilia

Experimente y gocé con la zoofilia

El día que prometí escribir un relato en cada una de las categorías no sabía en el lío que me había metido. Yo no soy capaz de escribir nada que no pueda sentir, y la verdad el tema de la zoofilia no me veía capaz de afrontarlo.

Tengo un amigo que es de las pocas personas que saben de mi afición a los relatos eróticos, y después de que estuviésemos una tarde hablando del tema me prometió ayudarme. En realidad lo que yo esperaba era que me explicase algún caso o que como en otras ocasiones me enviase videos y material que me sirvieran de inspiración. Fue por eso que al recibir su llamada telefónica acudí rápidamente a la cita.

---Shere, tengo la solución, vas a escribir un relato de narices, algo que hasta ahora pocos han escrito---

Me tenía toda intrigada, hasta ahora todos los consejos que me había dado habían sido muy acertados y confiaba plenamente en él.

--- ¿Cuándo tendrás una tarde que me dediques por completo?---

---Pues no se, la verdad… quizás el martes que mi marido estará de viaje---

--- ¿Tú quieres tener una experiencia zoofilica?---

--- ¿Tu estas loco, o que? Sabes que me aterrorizaría ver a un animal encima de mí---

---Vamos a ver, ¿Tú confías en mí? ¿Crees que sería capaz de hacerte daño?—

---Ya se que tu no me harías daño, pero el animal no lo se---

---No estarías sola, yo estaría a tu lado para controlarlo, además sería un animal muy pequeño. Es imposible que pudiese dañarte---

Me quedé pensativa, la verdad es que sí, que había pensado alguna vez en eso. Soy muy curiosa y me muero por probar cosas nuevas. Si nunca lo hice hasta ahora fue por el miedo a que el animal se descontrolase y me hiciera daño, pero al tenerlo a él vigilando... la verdad es que me excitaba ya solamente pensándolo.

Creo que Ramón se dio cuenta que me había convencido y dedicó el resto de la tarde a explicarme historias calientes de animales para que terminase de animarme. Bueno, el caso es que al separarnos teníamos una cita para el martes a las cuatro de la tarde en su apartamento, y desde luego estaba tan excitada que no pensaba faltar.

Cuando llegué a casa me di cuenta de que en ningún momento habíamos hablado del animalito en cuestión, no sabía que clase de bicho había pensado para mi experimento. Lo llamé al móvil para dejarlo claro, pero no contestó, llamé varias veces con igual resultado y decidí dejarlo pasar. Además me había dicho que era un animal pequeño y me vino a la memoria que su hermana tenía un perrito salchicha, seguramente pensaba en él…

El martes estuve toda la mañana excitada. Solo de pensar en lo que iba a hacer mis hormonas se alborotaban y sentía un cosquilleo familiar en el vientre. Estuve todo el día sola, como ya dije mi marido había salido de viaje, así que al llegar la tarde, después de bañarme y sin perfumarme por miedo a que el olor molestara al perrito, me dirigí a casa de mi amigo.

Ramón ya debía haberme visto llegar por la ventana, porque antes de que me diera tiempo de tocar el timbre ya me había abierto la puerta. Me dio dos besos de bienvenida y empujándome con suavidad me dirigió a la habitación. Por el bulto que se adivinaba en su pantalón me di cuenta que yo no era la única excitada con el asunto, él estaba tan excitado como yo o más y parecía tener prisa por comenzar el juego.

---Shere, hoy me vas a dejar que dirija toda la operación, harás todo lo que yo diga y te garantizo que te lo pasaras de fábula y escribirás un relato de cojones, vamos, comienza a desnudarte---

---De acuerdo, pero prométeme que vigilaras que el perro no me haga daño---

Me miró con cara extrañada pero muy seriamente me dijo…

---Te prometo que en todo momento el animal estará controlado, y que en ningún momento te dañará---

Mas tranquila me quité toda la ropa y a Ramón le faltó tiempo para acariciar mis pechos y dirigir una mano a mi cuevita, pudiendo descubrir por la humedad lo mucho que me excitaba la situación.

---Quietecito, hoy no te toca a ti, trae ya el perrito---

---Bueno, primero los preparativos, te voy a tapar los ojos porque así sin verlo te relajarás más. No se si te estarás quieta, creo que será mejor atarte un poco. No tengas miedo, no pasará nada yo vigilo.---

Eso de atarme no entraba en mis cálculos, pero comprendí que si el perro me asustaba era capaz de cogerlo y tirarlo a tres metros de distancia. Sí, sería mejor que me atara....

Ya atada sobre la cama, con los brazos en cruz y las piernas completamente abiertas, esperaba ansiosa sentir el pelo del animal sobre mi cuerpo. De momento lo único que sentía era la lengua de Ramón juguetear con mis pezones y eso, aunque me volvía loca, no era lo que yo había venido a buscar, así que le dije casi en gritos que trajese al perro de una vez.

---Valeeee, golosa…. Ya te traigo el bicho.---

Cuando me quedé sola esperé atenta para oír el ladrido del perro, que ya empezaba a extrañarme no haberlo oído todavía, pero o el perro era mudo o Ramón le había dado un tranquilizante. Veríamos como iba a acabar todo.

Lo que sí oí fue la puerta que volvía a abrirse y Ramón sentarse a mi lado en la cama. Ahora, ya tremendamente excitada, esperaba el contacto del animal, su lengua cálida, sus patas (que esperaba que Ramón le hubiese cortado las uñas), su suave pelo acariciar mi piel. Entonces lo sentí.... y todo mi vello se puso de punta.

--- ¿QUÉ ES ESTO? --- grité asustada.

---Quieta, tranquila, déjate llevar, o te pasará nada y vas a disfrutarlo plenamente---

--- ¿PERO QUE ES?---- seguí gritando--- por favor déjame verlo---

---Te prometo que no es nada que te vaya a hacer daño. Relájate y disfruta---

Yo no estaba muy segura de que no fuese a pasarme nada, sentía una cosa fría y viscosa recorrer mi pecho pasar lentamente desde mi hombro derecho al pecho izquierdo, su movimiento hacía que mi piel se contrajera como si esperase de esa manera perder el contacto con el reptil, si, porque ya me había dado cuenta que era una serpiente lo que estaba paseándose por mi cuerpo. Todo mi organismo comenzó a segregar adrenalina, estaba aterrorizada, pero al mismo tiempo era tal el morbo que la situación me producía, que mis genitales ardían de puro deseo. Ya me imaginaba lo que mi amigo había pensado para esta tarde, excitarme al máximo con la serpiente, para luego él acabar la faena jodiendome hasta volverme loca de placer. Bueno, la idea no me disgustaba del todo. Intentaría relajarme y disfrutar. La serpiente parecía encontrarse cómoda en mi pecho y su cuerpo se enroscaba entre mis tetas mientras su lengua me latigueaba el cuello, el sonido siseante me hacía estremecer, ahora ya no intentaba alejarme de su contacto, empezaba a gustarme ese frío cosquilleo que alborotaba mis sentidos, mi espalda comenzaba a arquearse buscando una unión mas completa. El reptil comenzó a bajar por mi vientre lentamente dejando a su paso una fría estela, hasta llegar a los muslos. Allí si que creí morir, me aterrorizaba pensar que se podía introducir en mi interior, pero al mismo tiempo estaba tan excitada que necesitaba con urgencia que me follaran salvajemente, mis gemidos y gritos de placer traspasaban las paredes y Ramón, excitadísimo, mordisqueaba mis pezones sorbiendo y chupando como si quisiese absorber todo el placer que la serpiente me estaba dando.

Hasta ese momento la cosa no parecía escaparse de nuestras manos, yo estaba muy nerviosa, pero tan excitada que lo estaba gozando plenamente. El frío reptil se enroscaba en mis muslos produciéndome mil sensaciones diferentes y mi piel se contraía con su contacto. Pero estaba acercándose peligrosamente a la entrada de mi sexo y aunque no creía que él la dejase pasar tenía un tremendo subidón de adrenalina solo de imaginarlo. Y fue entonces cuando la sentí entrar.

---NOOOOO, para ya, quítala ahora mismo---

---No tengas miedo, la serpiente es de un amigo que tiene un espectáculo porno, cada noche hace lo mismo en un escenario, tranquila, no te hará daño y lo vas a disfrutar a tope---

Pero yo estaba aterrorizada, no la podía ver pero la sentía reptar por mi interior sin saber exactamente cuanto se había introducido. Yo chillaba histérica y movía las caderas intentando deshacerme del bicho, pero cuanto más me movía mas entraba y la sentía incrustada en mi vientre.

---SÁCALA--- chillaba yo histérica imaginando al bicho dentro de mi cuerpo, revolviéndose y mordiendo todo lo que pillaba por delante--- SÁCALA O NUNCA MAS TE VOLVERÉ A DIRIGIR LA PALABRA---

--- Ya, ya, vale tranquila, ya está bien, te la saco. Pero tu te lo pierdes, aún quedan tres centímetros bien buenos que pueden entrar. Piensa que nunca más tendrás una ocasión como esta.---

--- NO IMPORTA, SÁCALA YA,--- chillé, sudando aterrorizada.

Sentí sus manos trastear mis genitales, sus dedos calientes, en contraste con la fría serpiente, se introducían para poder agarrar mejor al bicho. Me relajé en la tranquilidad de que ya todo había pasado, y fue entonces cuando al estirar de la serpiente sentí que el mundo desaparecía de mi vista. Jamás había sentido nada igual, al salir el animal se hinchaba adhiriéndose a mis paredes vaginales y mi sexo deseoso lo oprimía y golpeaba con las contracciones de un tremendo orgasmo. Volví a chillar pero esta vez mis gritos no eran de terror, era una sensación irreal, todo mi sistema nervioso parecía haberse concentrado en mi sexo y mis nalgas se levantaban quedando mi espalda arqueada totalmente. Mis rodillas parecían querer romperse, mi coño se abría y cerraba como si buscase aire, como si se estuviese asfixiando y necesitara respirar.

Ramón excitadísimo mordía mis pezones mientras lentamente estiraba de la serpiente. Se había dado perfecta cuenta de lo que me estaba pasando y lo retardaba, sus hábiles dedos ayudaban manipulando mi ansioso clítoris, mientras yo, loca de placer, gritaba su nombre.

---Siii, así Ramón, sigue por favor, no pareeeeeeeeeeessssssss, ahoraaaaaaa, siiiiiiiiii-----

Con mi último espasmo acabó de sacar el bicho. Mi corazón parecía querer salir del pecho, estaba sudorosa, palpitante y muy satisfecha. Jamás pensé que esto pudiese ser así, y tengo que agradecer a Ramón que me proporcionara la ocasión de probarlo.

Mientras escribo el relato, pienso que es bueno seguir investigando en las otras categorías, me puedo volver a llevar alguna sorpresa agradable.