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Recuerdos

en Parodias

Recuerdo con nostalgia el primer día que llegó a casa……Llevaba una temporada decaído y casi no salía de mi habitación. Al ver entrar a mi madre tan bien acompañada se iluminaron mis ojos. Era la más bonita que yo había visto nunca y abracé a mi madre emocionado por haberla traído hasta mí.

Mi madre si que me conoce. Soy tímido e incapaz de explicar mis necesidades, pero ella me oía removerme en las noches, pasándolas en vela. Sin poder desahogarme, sin poder consultar mis problemas ni compartir mis inquietudes.

Esa noche ya dormimos abrazados, bueno era yo quien la abrazaba, ella se dejaba querer y fui feliz sintiéndola, y gozándola en la oscuridad de mi alcoba.

Y pasamos así muchas noches. Durante el día soñaba con la frescura de su cuerpo, con volver a acurrucar mi cabeza en su cuerpo acogedor. Por la noche mi felicidad era completa al abrazarla y sentir su tacto suave acariciar mi piel.

Durante diez años todo fue felicidad y compenetración, pero poco a poco todo se fue deteriorando. Su cuerpo dejó de tener el suave tacto del principio y se volvió rugosa, floja y desagradable.

Ya no me inspiraba los mismos sentimientos del principio y dejé de consultarle mis problemas porque sus soluciones no me satisfacían

Sabía que la solución tenía que ser drástica y pensé ¡¡¡ he de deshacerme de ella!!!

 

Lo sabía, pero pensaba en mi madre, si yo me buscaba otra ella se ofendería. Era una mujer conservadora, no le gustaban los cambios y pensaba que las cosas tenían que ser para toda la vida.

Por mi madre, solo por ella aguantaba. Procuraba estar las menos horas posibles en la cama, no soportaba la compañía de esa cosa informe a mi lado, a veces hasta la apartaba con asco porque su olor dulzon me repelía.

Pero hoy he decidido que no aguanto más. Ayer la vi, si la vi a trabes del cristal de una tienda y al mirar sus suaves curvas y el brillo aterciopelado de la seda con que iba vestida supe que ya no podría vivir sin ella.

Mis ojos no podían apartarse de ella e imaginaba abrazarme a su cuerpo y volver a sentir sensaciones que hacía tiempo había olvidado.

Tenía que tramar un plan, nunca podría ser mía si no me deshacía de la actual y yo no podría vivir hasta conseguirla.

Me pasé la tarde buscando soluciones. Hasta llegué a pensar hacerla trocitos, ponerla en bolsas de basura y dejarla muy lejos donde mi madre no la descubriera, o tirarla por el puente que hay detrás de mi casa, en poco tiempo las ratas acabarían con ella. Cualquier cosa con tal de no volver a verla en mi vida.

No podía quitármelo de la cabeza, y al volver del trabajo creí encontrar la solución a dos calles estaban construyendo un bloque de viviendas y justo habían los agujeros recién abiertos para poner los cimientos.

Llegué a casa como cada noche, mis padres habían salido y al entrar en la habitación la vi sobre la cama, sucia, dejada la rabia se apoderó de mi y la tiré contra la pared su cuerpo rebotó y quedó en un rincón inerte, no sentí pena y me estire en la cama hasta comprender que todos dormían y nadie me iba a ver.

Me levante y procurando no hacer ruido la envolví en una vieja manta. Abultaba poco, la verdad es que últimamente se había quedado en nada y cogiendola en mis brazos la lleve hasta el coche.

Cuando llegué hasta los agujeros elegí el más apartado, había poca luz y allí no me vería nadie. La tiré igual que se tira la basura, las cosas inservibles, y busqué una pala para cubrirla. No encontré ninguna y nervioso usé mis manos, escarbando y tirando tierra dentro hasta conseguir taparla.

Volví a casa de madrugada. Estaba sucio de tierra, sudado y con el corazón galopando de la tensión acumulada. Me metí en la ducha y dejé que el agua corriera por mi cuerpo. Me sentía liberado, feliz…..

Mañana iría a buscarla, estaba seguro que nos complementaríamos, que al menos durante otros diez años volvería a sentir las emociones del primer día, y dormí pensando en ella.

Esta mañana he despertado eufórico, me puse ropa limpia y me miré al espejo, solo unos pequeños círculos azules alrededor de mis ojos denotaban la falta de sueño por los acontecimientos de la pasada noche.

Bajé las escaleras corriendo y ni me quise esperar a tomarme el café que había preparado mi madre.

Llegué hasta la tienda y desde la acera de enfrente me entretuve a mirar el objeto de mi deseo en este momento estaba en el escaparate y su belleza iluminaba su entorno. Me costaba apartar la mirada de ella pero tenía que decidirme. Respire hondo estiré y sacudí mi ropa y crucé la calle con la mirada puesta en la puerta.

Al abrirla un tintineo de campanillas hizo que todos los presentes dirigieran su mirada hacia mí. Pero no era cuestión de acobardarse ahora. Volví a respirar profundamente y acercándome al mostrador que había en el fondo, le dije al dependiente…

---¡¡¡ Quiero esa almohada que esta en el escaparate!!!