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Qué fué de lesbos?

en Confesiones

QUE FUE DE LESBOS ?

La fuerte palmada en la espalda me hizo derramar la cerveza que estaba a punto de llevarme a los labios.

-Que haces, tío, que mariconadas bebes?

Mi amiga Mentxu acababa de entrar en el bar…y se notaba.

-Deja ese meado de caballo y tomate un cubata conmigo, vengo reventada!. Manolo..dos cubatas de Habana cinco años y una sola cola!

-Que no quiero, Mentxu, que ya voy cargado.

-Calla y bebe, no me seas marica!

Mentxu es así, amiga donde las haya, y cuando digo amiga es como si dijese amigo, porque desde que se separó de su marido es uno más de la peña. Aguanta el alcohol más que ninguno, cuenta los chistes más guarros y suelta los tacos más soeces.

Es un "caballote", pero vale más que todos nosotros juntos. Siempre dispuesta a hacer un favor y siempre alegre.

Lo único que le preocupaba era su ambigüedad sexual; me lo confesó una noche en que los dos íbamos pasados de vueltas.

-Mira Jose, los tíos me vais como amigos pero ninguno me pone y con las tías me pasa lo mismo. Alguna vez he intentado hacerlo con mi amiga Tere, más que nada por probar, pero ninguna de las dos sentimos nada especial. Que crees que me pasa?.

Aquella confesión me llenó de perplejidad. Una mujer que había estado casada cinco años y tenía un hijo no sabía de que lado caían sus hormonas!

No estaba yo en condiciones de analizar que motivos le habían llevado a aquella triste situación y me salí por la tangente con el manido tópico de:

"No hay mujeres frías sino hombre inexpertos".

Al día siguiente y con la mente más despejada empecé a darle vueltas a la idea:

Mentxu no está mal, quizá, algunos quilitos de más. Ronda los cuarenta pero su rostro pecoso y jovial le hace aparentar menos edad.

Tere…Tere es otra cosa. Morenaza de ojos verdes, pechos desbordantes y culo perfecto. Está casada, pero su marido trabaja en una plataforma petrolífera en el Mar del Norte y aunque se permite todos los caprichos, se nota que le falta algo para ser feliz.

Imaginé a las dos amigas tratando de montar un número lesbico y me fui excitando a medida que mi mente calenturienta me hacia entrar en escena para formar un trío perfecto.

Tere me pone a cien, de modo que planee una salida en fin de semana, solos los tres y que pasase lo que fuera justo y necesario.

El otoño acababa de hacer su entrada y las últimas lluvias hacían prever una buena cosecha de setas en los pinares del Maestrazgo; los tres somos aficionados a la búsqueda de tan delicioso manjar y la ocasión la pintan calva.

Mi mujer aceptó sin recelo la noticia. Ella conoce a Mentxu y no la teme como mujer y la considera una más de mis "amigotes".

Reservé dos habitaciones en un conocido hotel de Morella con la esperanza de que una de ellas quedase sin uso. Un luminoso amanecer de octubre iniciamos la que, para mi, iba a ser una insólita experiencia.

El safari micológico resultó un autentico fracaso, pero este solo era una excusa para disfrutar, primero, de un pantagruélico desayuno y después, de una señorial comida desengrasada con buenos tintos y excesivos "chupitos".

A las siete de la tarde nos expulsaron del comedor del hotel, en la calle hacía frío y decidimos seguir la juerga en la habitación. No importaba cual, todo marchaba según mis cálculos más optimistas.

En la habitación, por el contrario, hacía un calor estival. Pronto empezamos a quitarnos la ropa y tumbados los tres en la cama comencé la sutil tarea de acoso y derribo. Mentxu estaba al tanto de mi fijación por Tere y ayudaba en la tarea. Los efectos del alcohol no justificaban la falta de inhibición que mostraba porque enseguida se quedó en bragas y sujetador animándonos a seguir su ejemplo.

Le costó a Tere el tomar la decisión pero cuando lo hizo supe que el camino estaba expedito. La dejamos en medio de la cama y mientras yo comenzaba a besarle el cuello con dulzura, Mentxu deslizaba su mano por la ingle iniciando un excitante masaje que lentamente iba acercándose a prometedoras humedades.

La insatisfecha Tere asumió plenamente el papel que, sabía, le correspondía y comenzó a acariciarme los testículos con sus dedos provocándome un escalofrío de placer al sentir las largas uñas saltando sobre los pliegues de mi escroto.

Busqué, a tientas, la vulva de Mentxu y la encontré empapada. Aquello no me lo esperaba y menos que ella buscase mi boca para introducirme ansiosamente su lengua juguetonamente agresiva.

No quiero aburriros con la descripción de las posturas que íbamos adoptando a medida que el juego alcanzaba su cenit, lo podéis imaginar: yo beso el clítoris de Tere, Mentxu lame mi pene,Tere mete su lengua en la vagina de Mentxu y así, todas las combinaciones posibles.

Cuando ya no pude resistir más e intentaba alcanzar la negra cueva de Tere, Mentxu la apartó bruscamente y se empaló ella misma con un ansioso gemido que quedó superado al alcanzar un rápido y violento orgasmo que precipitó el mío.

Tras el obligatorio descanso (como si de un partido de fútbol se tratase) se inició la segunda parte con renovados bríos, en especial, por parte de Mentxu que reconocía no haber disfrutado tanto en su vida.

Temí que aquella aventura hubiese sido el fin de una hermosa amistad pero Mentxu siguió comportándose como siempre. Hasta que una tarde en que estábamos solos en el bar, me confesó:

-Me he acostado con un tío y nada…,lo he intentado con Tere y nada…Está claro que mi única opción son los tríos. Y estoy cachonda!.

Como Mentxu es un cielo, yo no puedo negarle nada y menos un capricho tan fácil de complacer como aquel.

-Llama a Tere y nos vemos en su casa.

-Imposible, Paco acaba de regresar de Escocia y están de celebración.

-Entonces?......

-Bueno...te acuerdas de Clara?, la de las trenzas…

Claro que me acordaba. El callo de la escuela, la solterona del pueblo, la de los dientes de conejo, la…

-No me digas que tu y Clara…

Mentxu –insólitamente-se ruborizó.

-Que quieres!?,he de probar lo que siento, lo que necesito…

-Y…

-Lo de siempre, no me llena, necesito un tío para disfrutar plenamente.

-Y ella está de acuerdo?.

-Lo está deseando, siempre ha estado colada por ti.

Empezaba a arrepentirme de mi exceso de camaradería. Clarita…no, no era mi tipo.

 

Lo tenía todo preparado, una llamada telefónica y a los diez minutos estábamos ante la casa de la interfecta.

Nos abrió, tímida y modosa, como siempre.

-Pasad, os estaba esperando…un café?,un té?...

-Déjate de hostias-gruñó Mentxu-y vamos al dormitorio!

-Nos ducharemos antes..no?-preguntó, angelicalmente, Clara-

-Si es capricho..pero acelera, que no nos sobra el tiempo.

Mi Mentxu, siempre tan sutil y refinada!.

Nos metimos los tres en la ducha, pero yo tropezaba con sus cuerpos continuamente, tal era la erección que me había provocado la visión del cuerpo de Clara, que bien escondía aquel delicioso cuerpo!. Pechos pequeños pero erguidos, cinturita de avispa y un culete desafiante que me enloqueció al instante.

Con suma delicadeza, enjabonó mis partes, las aclaró y ansiosamente se arrodilló con un gesto de adoración mientras comenzaba a besar el brillante cipote.

Mentxu no estaba ociosa, apoyada contra la pared de la ducha estaba alcanzando su propia satisfacción al contemplar nuestra escena.

Clara resultó ser una amante inexperta pero voluntariosa a la que dedicamos nuestros mejores recursos. Era gratificante ver a aquella mujer, hambrienta de sexo, saciarse hasta caer derrengada.

Mentxu y yo cruzamos una mirada cómplice cuando nos vestimos en silencio mientras Clara permanecía, inconsciente, con una beatifica sonrisa en sus labios.

Aquella situación se repitió tres veces más. Siempre había una excusa para cambiar al tercer integrante.

-Mentxu, esto no puede seguir así. Debes definir de una vez tu tendencia sexual!

-No, la tengo bien definida, pero todas esas mujeres que son incapaces de reconocer sus carencias y sus ansias me dan pena. Yo soy el hilo conductor y tu el instrumento de que me sirvo para que sean un poco felices.

-Quieres decir que me estas utilizando?

-Si, claro, pero en beneficio de todos. Tu disfrutas, yo disfruto y ellas lo pasan cañón. Por cierto, tengo una viudita……

Pero Mentxu, tu eres lesbiana o que?

-Coño, lo que soy, es una salida. No te habías dado cuenta?.

 

 

 

Nota: las expresiones "mariconada" y "marica" son de uso frecuente y coloquial en el idioma. De ningún modo significan actitudes o prejuicios homófobos por parte del autor.