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En defensa del adulterio

en MicroRelatos

ADULTERIO

(Del lat. adulterĭum).

  1. m. Ayuntamiento carnal voluntario entre persona casada y otra de distinto sexo que no sea su cónyuge.

  2. m. ant. Falsificación, fraude.

 

DEFENSA DEL ADULTERIO

La definición del RAE es demasiado escueta y absolutamente concisa. La segunda acepción parece una continuación o, como mínimo, un litote de la primera con el que no estoy de acuerdo de una manera absoluta.

El adúltero no lo es por lujuria, por maldad ni desamor. El adúltero lo es por todo lo contrario: lo es por salvar su matrimonio del tedio y la monotonía a que conducen los largos años de convivencia.

No negaré que en el proceso adúltero, la fase de seducción (de acoso y derribo, en lenguaje llano) tiene su gracia, que la sabia utilización de los recursos apropiados es de gran merito y que produce gran satisfacción cuando los resultados son los buscados.

Tampoco la segunda fase, la de ejecución del citado ayuntamiento, es cosa a despreciar y menos si entre el adúltero(o adúltera) y su colaborador necesario existe una buena sintonía con lo que la prosaica copula se convierte en algo memorable.

La esencia del acto en si, comienza en lo que para cualquiera no versado en estos trances se podría llamar "post-adulterio".

Emergen entonces todos los temores que, superpuestos al sentimiento de culpabilidad, hunden al adúltero en el pozo de la más negra desesperación:

Como un sabueso se olisquea continuamente, buscando rastros de ese odioso perfume que utiliza su amiguita. Se restriega la cara una y otra vez, con el pañuelo, para eliminar la huella del carmín o del maquillaje. Continuos manotazos a la chaqueta y los pantalones tratando de desprender esos largos cabellos rubios (teñidos) de la "otra".Limpieza exhaustiva de su vehiculo y reposicionamiento del asiento del copiloto Y sobre todo.

Lo más importante: la coartada.

Se repasan mil veces las frases, los horarios, los lugares y de manera primordial los amigos con los que hemos tomado las copas.

El momento es crucial.

Si está ya acostada, es posible que todo se reduzca a un intercambio de gruñidos en la oscuridad. El autentico examen se llevará a cabo al día siguiente y como en el caso del alcohol, los efectos inmediatos del adulterio se habrán atenuado.

Si está viendo la tele, la peligrosidad es manifiesta durante los diez primeros minutos de conversación y atenuada por el interés que despierte en ella la bazofia vomitada por el receptor de alineación electromagnética en ese momento.

Los agudos sentimientos de culpabilidad degeneran en un estado de confusión mental que, una vez aceptada por el cónyuge la burda coartada sin reticencias ni suspicacias, empujan al adúltero a solicitar a este sus favores sexuales, con una insistencia que debería resultar sospechosa para un buen observador.

Este extraño comportamiento (habitual, sin excepciones) debería ser objeto de un profundo estudio por parte de los expertos en el tema. Modestamente creo que el proceso mental que sigue el adúltero es el mismo que sigue el borrachín que de buena mañana trata de amortiguar los efectos de la resaca con un buen trago y diciendo aquello de:"un clavo saca otro clavo".

Sea cual sea el razonamiento, lo cierto es que esa copula es primordial, en ella el pecador compara las virtudes y defectos de una y otra. Obtiene una holgada victoria la presunta victima mientras el bellaco entona, alborozado por muchos conceptos, un hipócrita "mea culpa" y se jura a si mismo no retomar ese mal camino nunca mas…etc etc.

Durante un tiempo más o menos largo mantendrá su abstinencia carnal extra-conyugal y cuando la situación se torne de nuevo insostenible, volverá a repetir el complejo proceso reparador que debería ser aceptado por la sociedad y la ley como una autentica terapia en matrimonios y parejas en fase de aburrimiento supino.

 

Pd: Conociendo la existencia de ciertos "ayatollahs de la moral" en esta web. Quiero manifestar que este escrito es un puro "divertimento" y que no tiene porqué coincidir necesariamente con mis autentica opinión respecto al adulterio.