miprimita.com

Lucita (2)

en Jovencit@s

LUCITA (II)

¡Hola, señor!, ¿qué tal, señora?, ¡Lucita!, ¿cómo estás?

-¡Bienvenido, amigo!, ¡qué grato tenerte con nosotros!

Gracias, señor...

-Lucita y yo también teníamos deseos de conocerlo...

¡Qué amable, señora!

-Lucita, saluda al señor...

-¿Cómo está usted..., señor?

Muy bien, pequeñita, eres muy linda...

-Gracias, señor... Me da alegría que nos visite.

-Bueno, vayamos por sus maletas.

No es necesario que se molesten... ¿Me acompañas, Lucita?

-Con mucho gusto, señor...

Mientras esperamos las maletas, y ahora que no nos escuchan tus papás, quiero decirte que estoy muy emocionado de verte, mi amor...

-Yo también estoy muy emocionada de verte..., mi amor.

Me vuelve loco la idea de tomar tus manitas y abrazarte, chiquita mía; no sabes cuánto he deseado este momento de estar junto a ti... Sería capaz de tomarte entre mis brazos y besarte, mi niña...

-¡No, por favor, ni se te ocurra!, yo también quisiera abrazarte y besarte, pero aquí no es posible..., camina a la banda de equipaje y permanece tranquilo, papito, espera a que estemos solos...

Así lo haré, mi reinita, y mientras llegan las maletas dime si has pensado en mí, aunque sea un poco...

-He pensado en ti muchísimo, papi... Hice lo que me dijiste, toqué mi botoncito, mi vaginita, que se me mojó soñando contigo, luego imaginé que me besabas los pezoncitos y tuve un estremecimiento que creo que fue el orgasmo que me dijiste por teléfono...

¡Qué linda, mi chiquita!, ¡cuánto hubiera querido estar ahí para saborear las mieles de tu hoyito, mami!...

-Pero ya habrá oportunidad de que lo hagas, mi rey, sólo es cosa de buscar la oportunidad, porque ya no aguanto este deseo de estar a solas contigo....

Princesa, nadie pensaría que tuvieras esos pensamientos a tus doce añitos... Debemos tener mucha precaución; sólo dispongo de diez días de vacaciones entre ustedes...

-¿Nada más diez días, bebé?, es muy poco tiempo para los dos...

Lo sé, preciosa..., pero ya veremos... ¡Mira, ahí están mis maletas! Vayamos con tus papás...

* * * * *

-Bueno, ya que estamos listos, vamos al estacionamiento por el coche...

-Toma asiento, amigo. Lucita, acompaña al señor atrás...

-Sí, papá.

-Bueno, cuéntanos, ¿qué tal de viaje?

Excelente; un poco largo, pero nada comparable con la alegría de estar con ustedes...

-Hubiéramos querido que te instalaras en casa, pero respeto tu decisión de quedar en el hotel. Tienes razón: la privacidad es importante.

Espero que ello no moleste a tu esposa y a ti..., ni a Lucita, pero los huéspedes siempre restan intimidad a la familia. De todos modos, considérenme su huésped de tiempo completo.

-¡Pero podremos visitarlo en su hotel!, ¿verdad?

-¡Lucita!, ¿qué preguntas son ésas?

-¡Déjala, mami!, a lo mejor lo que quiere Lucita es aprovechar para bañarse en la alberca del hotel...

-¡Sí, quiero bañarme en la alberca! Yo sabía que el hotel del señor tendría alberca y en mi bolsita tengo el bañador.

-¡Qué chica tan previsora eres, hijita!

-Papá, tú mismo me has dicho que los previsores valen por dos.

-Ven, te acompaño a los vestidores para que te lo pongas.

-Gracias, mami.

Me gustaría que ustedes y Lucita disfrutaran conmigo el hotel. Si hay algún gasto, yo me encargo de él... De todos modos, de aquí saldrá un buen negocio para todos, ¿no?

-¡Eso creo!, ¡qué bueno que lo dices!

No lo dudes ni tantito. Bueno, aquí me quedo, me registro y voy a descansar. Te espero a las 8 pm para hablar de negocios, pero queda tiempo para que tú, tu esposa y Lucita vengan y pasen una tarde agradable a mi cuenta. Luego nos emparejamos, ¿no?

-¡Claro!

Bueno, los espero.

-La verdad es que yo estoy un poco cansada y quizá me anime a disfrutar el hotel mañana... Si tú quieres, quédate, amor...

-Realmente yo preferiría descansar también...

-¡Yo sí quiero quedarme!, ¡esto está muy lindo!, ¿puedo quedarme, papi?, ¿mami?

-Sí, hijita... Veo que hay servicio de salvavidas en la piscina, si no, alguno de nosotros tendría que quedar a cuidarte, porque no es cosa de dar molestias al señor.

Lo haría con muchísimo gusto, señora. Sin embargo creo que no hay motivo de preocupación. Pueden retirarse sin cuidado.

-Bueno, nos marchamos. Lucita, no molestes al señor; recuerda que es nuestro invitado; disfruta la alberca mientras él descansa... Más tarde volveremos por ti...

* * * * *

Ya se fueron, princesa, ¿vas a ir a la piscina ahora? Pide lo que gustes y en la cuenta anotas el número de mi habitación.

-¿A la piscina?, ¿estás loco?, ¡vamos a tu cuarto!

¿A mi cuarto? Piensa bien lo que dices...

-Tienes que cumplir todo lo que me dijiste en nuestras conversaciones telefónicas, ¿o ya se te olvidó?

¡Claro que no, chiquita!

-¡Vamos a tu recámara, entonces!, ¡ya hemos esperado mucho tiempo!

Entonces subo primero, dejaré entreabierta la puerta, subes, te aseguras de que nadie mira en los alrededores, entras y ahí te espero...

* * * * *

-Ya estoy aquí, ¿dónde estás?, esto está muy oscuro...

Por aquí, mi amor...

-¿Por dónde?, ah, sí, ya encontré la orilla de la cama, aquí están tus piernas, aquí tus rodillas, y aquí tu... tu...

Sí, mi reina, aquí están mi pene y mis testículos..., tócalos y mímalos porque son tuyos, mientras acaricio los labios de tu vulvita, tu clítoris, tu vaginita y esos deliciosos pezoncitos que tienes, tal como te lo prometí... Desnúdate ya y dime lo que vas sintiendo; quiero conocer tus emociones a cada instante.

-Es tan rico, mi amor, tanto como lo anticipaste por teléfono... ¡Ahhh!, qué maravilloso eres, papacito... ¡Qué deliciosos son tus mimos, tus dedos, tus labios, tu lengua...!, ¡ahhh, ahhh, ahhh, qué hermoso, siento hormigueo por todo el cuerpo!, ¡creo que voy a desmayarme...!, ¡ahhh!

Acabas de tener tu primer orgasmo con un hombre, pequeñita, ¡gracias que habérmelo regalado!

-Tú fuiste quien lo provocó, ¡qué delicioso!, ¡estoy disfrutando tanto...! ¿Por qué me colocas boca arriba y levantas mis piernitas, papi?, ¿vas a meterme tu miembro?, ¿por qué está tan duro?, ¡no me cabrá, es demasiado grueso! ¡Ayyy, cielo, me duele, papito, despacio, que no me duela, ¡ahhh! ¡Ayyy!

Ya, muñequita, ya pasó lo peor, acabas de entregarme tu virginidad, mi niña...

-Pero me está doliendo, ¡no te muevas!, ¡espera un poco!, ¡ayyy!

¿Quieres que lo saque?

-¡No, no!, ¡me dolerá igual o peor!, mejor déjalo ahí..., está pasando... Lo metiste de una sola vez, malvado, no me lo esperaba... Ya no me duele tanto aunque me sigue ardiendo... Voy a moverme yo solita para ver si puedo acostumbrarme a él..., así..., así..., empiezo a sentir rico y cosquillitas como cuando me sobaba la vaginita, el clítoris y los labios de mi panochita pensando en ti, adelantando este momento... Pero es diferente sentir tu sexo dentro del mío, con un poco de dolor. ¿Es esto el dolor del amor, mi rey?

Es el dolor del amor que hace decir cosas lindas como ésta a las niñas hermosas como tú, pequeñita...

-¡Qué lindo me coges, nene!..., ¡así, así, más, dale, dale más, hasta el fondo, ah, ah! ¡Ahhh!

¡Cómo me aprietas el pene con tu vaginita, tesoro!, ¡no puedo más, yo también voy a terminar, muñeca linda!, ¡ahhh!, estoy eyaculando dentro de ti, ¡ohhh, qué dulce es derramarme en tu hoyito, corazón mío...!

-¡Sí, mi amor, siento tu semen en mi interior, siento en el útero los golpecitos de tu leche que me dan más placer todavía...!

...

-¡Quiero más!, ¡no te canses, mi niño!

Nunca me cansaría de ti, primor, pero un hombre necesita reponer sus fuerzas cada vez que termina como acabo de hacerlo en tu conducto de pasión que acabas de entregarme. Dame besitos y explórame con tus manitas y ya verás que pronto estaré en condiciones de hacerte el amor cuantas veces quieras.

-¿Así?...

-¿Así?...

-¿Así?...

Sí, así... ¿ves?

¡Está creciendo tu pene nuevamente, ¡qué alegría, mi rey!

 

AMIGOS: Tengan presente que sus lecturas y comentarios en todorelatos, y sus mensajes por e-mail son los mejores estímulos para seguir escribiendo y publicando nuestros escritos. "En el pedir está el dar", como dice papá (y se lo doy cuando lo pide apropiadamente), y sólo recibe quien antes da, digo yo. Saludos: Gabi.