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Gaby, en la penumbra

en Hetero: General

GABY, EN LA PENUMBRA

(Relato original de Jessi, con adaptación)

Anoche en una página web leí un relato erótico de una escritora muy joven, el cual me encantó y excitó sobremanera.

Fue a tal grado que al acostarme lo hice completamente desnuda (lo que nunca antes había hecho), y por obvias razones me empecé a masturbar pensando en la protagonista de la historia y soñando que era yo.

Sorpresivamente sentí que la sábana que me cubría era deslizada lentamente hacia mis pies, dejando al descubierto mi cuerpo desnudo.

Me quedo inmóvil suspendiendo la agradable tarea, y siento que unos labios empiezan a acariciar cada uno de mis pies, y luego una lengua empieza a lamer mis dedos provocándome agradables estremecimientos.

Ahora la boca se introduce uno a uno mis dedos, y con la lengua los acaricia provocando que mis vellos se ericen.

Los labios abandonan mis dedos e inician su ascenso besando, succionando y lamiendo mis tobillos, pantorrillas y hoyuelos de las rodillas; estiro mis manos y alcanzo su sedosa cabellera, a la cual acaricio.

Al continuar ascendiendo y al llegar a mis muslos siento en los tobillos dos suaves protuberancias, que despejan mis dudas sobre el sexo de quien me está provocando tan cálido placer.

Abro mis piernas para facilitarle a esos labios voraces el camino hacia su objetivo y, efectivamente, se detienen besando alrededor de mi vulva. Una de sus manos acaricia mi vello púbico y luego abre mis labios genitales para permitir a la lengua introducirse dentro de mi rajita... Arqueo mi cuerpo al sentir esa deliciosa caricia y emito un leve gemido, pero al continuar ese lengüeteo mis quejidos aumentan de intensidad, lo que me obliga a llevar una mano hacia mi boca para mitigar las quejas y no ser escuchada.

Su lengua ha llegado a mi clítoris y entonces yo oscilo las caderas para frotar su rostro contra mi pubis.

Moja uno de sus dedos en mis jugos, lo lleva a mi boca y lo saboreo; ahora conozco mi sabor gracias a ella. A continuación lleva sus manos atrás de mí, hacia mis nalgas, que aprieta y acaricia; vuelve a mojar uno de sus dedos y ahora lo lleva a mi ano y lo introduce lentamente, encontrando una apretada oposición. Lo vuelve a llevar repetidas veces a mi conejito que cada vez esta más mojado debido a sus labios y lengua que no dejan de acariciar mi clítoris. Finalmente logra su cometido al introducir su dedo medio en toda su longitud, provocándome un terrible orgasmo y espasmos continuos.

Continúa ascendiendo por mi cuerpo y se detiene en el ombligo, introduce su lengua en él mientras su dedo en mi ano continúa entrando y saliendo cada vez más rápidamente.

Yo aprovecho para acariciar la suave piel de su espalda, su cuello y su cabellera.

Abandona momentáneamente mi ombligo y prosigue su ascenso por el estómago hasta llegar a mi pecho.

Momentáneamente se detiene..., me está observando..., una de sus manos empieza a acariciar uno de mis meloncitos, oprimiéndolo ligeramente; mis pezones, que son muy sensibles, están erectos, como para llamar su atención y recibir también sus besos.

Ella parece darse cuenta y con un dedo acaricia mi areola; acerco mi pecho a su boca y empieza a succionar mi pezón... En ese momento cierro violentamente mis piernas porque siento que viene un diluvio.

Estiro una de mis manos y toco un pequeño seno; esto confirma que es una ninfa. Sigo acariciando, pellizcando y jalando su erecto pezón y escucho un suave gemido de placer.

Finalmente percibo su aliento y su respirar agitado por el goce, siento sus pezones acariciando a los míos y su boca acercándose a la mía y nos fundimos en un largo y apasionado beso.